domingo, junio 06, 2010

18. “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino.”


Sal. 45:6 dice: “Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino.”

El salmo de hoy es un salmo mesiánico. Habla de la persona y del poder del Mesías, de su gobierno y de su gloria eterna.

Tú sabes que todo es pasajero en esta vida. Todo comienza y todo termina. Todo, más tarde o más temprano, llega al fin. En el desierto de esta vida Dios provee muchos oasis para mitigar la sed. En las tormentas de nuestra existencia, él coloca muchos refugios para protegernos de las inclemencias, pero, nuestro destino final no está en este mundo. Todas las cosas buenas de esta vida tienen apenas la finalidad de hacer menos cansador nuestro viaje a través de las arenas ardientes, pero no proveen seguridad plena y satisfacción completa. Ningún oasis es permanente, porque no es un simple oasis lo que buscamos; lo que buscamos es a Aquel que un día dijo: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba".*

El versículo de hoy habla del glorioso día en el cual finalmente el trono de Dios será establecido. Aquel día será el fin de nuestra peregrinación. Estaremos con Cristo en el hogar, ¡por fin! En aquel día beberemos del agua que él nos dará y nunca más tendemos sed. "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva [...] Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor".**

Pero el salmista añade que en aquel día el cetro del reino de Cristo será un cetro de equidad. Equidad es justicia. El gobierno sin fin de Jesús será un gobierno justo. En aquel día habrá personas que creerán que Jesús se equivocó. "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Entonces les declararé: Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad".***

Habrá gente que creerá haber servido a Dios y, sin embargo, se perderá. Eso es doloroso. Pero será justo porque no es suficiente "creer" es preciso conocer la Palabra de Dios y con humildad ajustar la vida a sus enseñanzas. Hoy yo quiero pensar en mis actitudes y decisiones con relación a la Palabra de Dios. ¿Estoy siendo humilde para obedecerla o soberbio para cuestionarla? "Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino".

"Juan 7:37. ** Apoc. 21:1, 4. *** Mat. 7:22, 23.

Alejandro Bullón

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