jueves, octubre 07, 2010

132. “Mejor es encontrarse con una osa a la cual le han robado sus cachorros, que con un fatuo en su necedad.”


“Mejor es encontrarse con una osa a la cual le han robado sus cachorros, que con un fatuo en su necedad.” Prov. 17:12. Fue llevado preso por matar con un tiro de escopeta al hijo del vecino. El muchacho estaba jugando y había dejado la pelota caer en el jardín del hombre, arruinando sus preciadas orquídeas. Al ser interrogado por la Policía , el asesino declaró que estaba harto del desorden. El vecindario quedó aturdido.

El versículo de hoy habla del peligro que el insensato presenta. Salomón afirma: “Mejor es encontrarse con una osa a la cual le han robado sus cachorros”. En las tierras de Palestina no había mejor figura para referirse a una situación peligrosa. Encontrarse con una osa que hubiese perdido ios cachorros sería fatal. El texto de hoy compara al insensato con este animal salvaje.

La irracionalidad se posesiona del corazón del insensato en la hora de la rabia. La cultura, la posición social, la formación académica o la religión son incapaces de hacerlo entrar en razón. Los corazones impulsivos son víctimas de los instintos alimentados por el orgullo herido.

Si tú eres un hombre sabio, no discutas con un tonto. Ceder el paso en el tránsito, callar ante las provocaciones, guardar silencio ante los insultos no es señal de cobardía, sino de prudencia. Perdí un colega porque un día se paró en medio del tránsito para pedirle explicaciones a alguien que había hecho una maniobra peligrosa. El otro automovilista tomó el revólver, disparó y huyó. El saldo fue una familia triste y desamparada. Ningún tipo de injusticia justifica dialogar con un insensato. El tonto es tonto porque carece del temor de Dios. ¿A qué tipo de entendimiento puedes llegar tú discutiendo con una persona dominada por la rabia y en cuya vida Dios nada significa?

Dios está siempre listo para protegerte. La mejor manera de hacerlo no es colocar su mano poderosa para que la bala no te toque, sino dándote prudencia para huir de la “osa que perdió sus cachorros” y que no mide consecuencias. Cualquier día puedes ser víctima de la violencia. Transita por los lugares menos peligrosos. Evita las provocaciones, sé humilde y sabio, porque: “Mejor es encontrarse con una osa a la cual le han robado sus cachorros, que con un fatuo en su necedad”.

Alejandro Bullon

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