jueves, noviembre 25, 2010

159. “El peso falso es abominación a Jehová; mas la pesa cabal le agrada.” Prov. 11:1


El velocímetro del auto de Antonio dejó de funcionar. Dos años después, mandó arreglado y vendió el vehículo como si tuviera solo 5.000 kilómetros de uso. Después, al llegar a casa, les contó el asunto a los hijos como si hubiera realizado la mayor hazaña. La persona que compró el automóvil, también le contó la noticia de la compra a su familia, como si fuese la mayor bendición.

Aquí tenemos un cuadro real. Un engañador y un engañado. La justificación de Antonio es que, ni él había desconectado el velocímetro, ni había forzado a nadie a comprar el auto, por tanto, no había hecho nada malo.

Todos los días, en todos los lugares, se repite esta misma escena. Las personas saben que están engañando y otros no saben que están siendo engañados. Los primeros piensan que recibieron de Dios el don de la "viveza", que son expertos para los negocios, y que están aprovechando el don recibido.

Sin embargo, el proverbio de hoy, enfatiza que esta actitud es abominable para el Señor. La "balanza engañosa" que menciona el sabio, es justamente la actitud de mentir con la finalidad de obtener una ventaja. No decir la verdad es una forma más "tranquilizadora" de mentir, pero igualmente deshonesta.

La felicidad se construye con relaciones enriquecedoras, inclusive con aquel con quien solo nos relacionamos una vez para realizar un negocio. Cuando esas relaciones no son auténticas, dejan un sabor amargo de culpa que perturba. Este es el motivo por el que Dios desea que los seres humanos sean honestos los unos con los otros. No hay felicidad sin honestidad.

El peso justo puede dar la impresión de ser una pérdida. En opinión de mucha gente, tú podrías ganar más si sacaras un gramo de cada kilo. "Nada más". "Nadie se dará cuenta". "Uno no necesita ser exageradamente justo". Estos son los argumentos que escuchas todos los días. Pero dormir con la conciencia tranquila no tiene precio. Hay gente que, por ser deshonesta, tiene que gastar su dinero para realizar algún tipo de terapia psicológica.

Por eso, pídele hoya Dios que oriente tus pasos, porque "El peso falso es abominación a Jehová; mas la pesa cabal le agrada".

Alejandro Bullón

martes, noviembre 23, 2010

158. “Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.” Sal. 115:16.


En 1923, un grupo de renombrados y valientes hombres de negocios de los Estados Unidos, se reunieron en el hotel Edgewater Beach, de Chicago. Aquel grupo era casi un mito. Juntos, aquellos hombres tenían más dinero que todo el tesoro americano. Los diarios y las revistas contaban sus fabulosas historias. Todos los veían como símbolo del éxito.

Veinte años después, la historia era completamente diferente. Jesse Livermore, el mago de Wall Street; León Fraser, presidente del Banco Internacional Settlement; e Iván Kruegar, el hombre principal del mayor monopolio financiero, se habían suicidado. Charles Schwab, presidente de la mayor compañía independiente de acero, murió en la mayor miseria; y Richard Whitney, el presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York, estaba en prisión.

El salmista afirma en el versículo de hoy, que Dios le dio la tierra a los hijos de los hombres. La tragedia de la criatura es pensar que, porque Dios le confió la tierra, la tierra es suya. Borra a Dios de su vida, se transforma en su propio dios, trabaja, lucha, conquista, y, aparentemente, vence, o por lo menos llama "victoria" a la acumulación de dinero, fama, poder y cultura, pero ignora que todo sucede porque Dios lo permite. Después de todo, fue él quien le dio la tierra a los hijos de los hombres.

Pero, "los cielos son de Jehová", y desde allí él controla el destino de las naciones y de las personas. Felices son los que tienen conciencia de esta verdad y entienden que, por encima de la tierra, están los cielos. Tú puedes decir: Haré esto hoy, y mañana aquello, pero si Dios no lo permite, nada sucederá.
La fortuna pasa, como pasó el poder, la fama y el dinero de aquellos hombres poderosos. La tierra se desgasta, envejece y muere, pero los cielos son eternos. ¡Ay de aquel que construye sus sueños y realizaciones basándose solamente en valores terrenales!

Dedica hoy unos momentos para mirar en dirección a los cielos. Observa la inmensidad del infinito y verás que tus conquistas y logros son insignificantes. ¿Por qué vanagloriarse de esto?

Al salir hoy para cumplir tus responsabilidades, o si te quedas en casa, piensa que: "Los cielos son los cielos de Jehová; y ha dado la tierra a los hijos de los hombres".

Alejandro Bullón

viernes, noviembre 19, 2010

157. “Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea.”Sal. 89:8


¿Para qué sirve el poder? ¿Qué motivo lleva a las personas a buscar el poder? ¿Por qué hay personas que llegan hasta el asesinato para conseguir e! poder?
¿Qué fascinación tiene?

En e! salmo de hoy, e! salmista destaca dos aspectos de! carácter de Dios. Su poder y su fidelidad. La fidelidad de Dios es mencionada siete veces a lo largo de este salmo de 52 versículos. La fidelidad es una de las características de Dios.

Fidelidad, en hebreo emunah, tiene que ver con el cumplimiento fiel de las promesas divinas. Algunos eruditos traducen emunah como verdad. En Dios no hay mentira. Él es fiel y verdadero. Tú puedes confiar. Lo que Dios dijo se cumplirá. Ayer, hoy y mañana¿Para qué sirve el poder? En Dios el poder sirve para cumplir sus promesas. A pesar de todo, y en contra de todo. El salmista señala: "En los cielos mismos afirmarás tu verdad".* ¿De qué forma? Observa la noche oscura. Hay tinieblas por todos lados, hay frío, hay muerte. Las tinieblas son símbolo de la ausencia de vida, de peligro, de amenaza. Por eso, la mayoría de las criaturas se refugia a la noche, esperando que el sol de! nuevo día traiga vida.

Observa una vez más el cielo. El salmista dice que Dios confirmará su fidelidad en el cielo. Entonces, contempla e! cielo. Cuando el dolor toca a la puerta de tu corazón, cuando las tinieblas de las dificultades parecen envolverte completamente. Cuando experimentas angustia y miedo, observa el cielo. En medio de la oscuridad de la noche continúa observando.

De repente, allá a lo lejos, donde e! cielo parece juntarse con la tierra, rompe el día, nace el sol y las tinieblas desaparecen. Existe un momento de lucha. Da la impresión de que las tinieblas no quieren partir en retirada, pero es inútil, e! astro reaparece en su esplendor, anunciando victorioso que es hora de despertarse, de levantarse y de volver a vivir.

Por eso, enjuga esa lágrima de dolor y observa el cielo. En él está escrita la fidelidad de las promesas divinas. No salgas de casa sin decir: "Oh, Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, oh Jehová, y tu fidelidad te rodea".

Alejandro Bullón

jueves, noviembre 18, 2010

156. “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová...” Prov. 1:7


Dos mujeres llevaron un niño ante el rey. Ambas alegaban que el hijo era suyo. Salomón tenía que dar un veredicto. A simple vista, ambas tenían razón. Una decisión equivocada sería fatal. ¿Qué hizo Salomón? Mandó partir al niño al medio y darle la mitad a cada una. En ese instante, una de las mujeres dijo:
"¡No! ¡Por favor! Prefiero que mi hijo viva, aunque tenga que renunciar a él". Inmediatamente el rey mandó que le entregaran el niño a aquella mujer. Solo la verdadera madre sería capaz de una actitud semejante.

¿Cómo pudo el rey tomar una decisión tan acertada? Salomón fue considerado el hombre más sabio del mundo. Su fama sobrepasaba los límites de su reino. Reyes y reinas de otras naciones iban a visitado para saber cuál era el secreto de su sabiduría. En el texto de hoy, Salomón presenta la clave de su éxito: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová". ¿Qué tipo de temor? ¿El temor enfermizo que hizo que Adán y Eva se escondieran de la presencia de Dios?
¡No! En la Biblia la expresión "temor de Jehová" significa "reconocer a Dios", "aceptado", "tenerlo en cuenta", "saber que él está ahí", "reverenciado”. La primera actitud de una persona sabia es reconocer sus límites de criatura ante el Creador. La palabra sabiduría aparece más de 300 veces en el Antiguo Testamento, y en todas ellas se encuentra la idea de reconocer a Dios como Ser supremo y aceptar los consejos divinos para tomar decisiones correctas.

¿Te diste cuenta que la vida depende de las decisiones? Desde que amanece hasta que anochece, es una decisión tras otra. Algunas son comunes y puedes darte el lujo incluso de equivocarte, como cuando decides sobre el color de la ropa que vas a usar, o sobre el medio de transporte que vas a tomar. Otras, son trascendentales. Si fallas, las consecuencias pueden ser terribles. ¡Cuán importante es en momentos como esos, saber escoger y decidir, sin dudar ni postergar la decisión!

¿Tienes que tomar decisiones transcendentales este año? ¿No sabes cómo?

Acude a Dios. Él es el principio de la sabiduría. Cuando contemplas la vida y las dificultades a través del prisma divino, todo tiene sentido, hasta las cosas aparentemente incomprensibles. Cuando observas la vida a través de los lentes de! temor de Dios, los objetos sin forma se definen. La penumbra desaparece, la incertidumbre huye del corazón y eres capaz de decidir acertadamente, porque "el principio de la sabiduría es el temor de Jehová".

Alejandro Bullón

miércoles, noviembre 17, 2010

155. “Tu presencia supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra.” Sal 119:58.


El infarto fue casi fatal. El 25 de febrero de 1960, el corazón de Terri L Schiavo dejó de latir apenas por unos instantes, lo suficiente para que la sangre dejara de irrigar el cerebro. La consecuencia fue un terrible daño cerebral. En aquel entonces, Terri tenía solo 26 años. El día que escribí esta meditación falleció después de 15 años de sobrevivencia en estado vegetativo. Su caso dio la vuelta al mundo debido a una guerra judicial entre el esposo y los padres de Terri.

Un instante. Fue apenas un instante que la sangre dejó de irrigar el cerebro. Cuando la oxigenación del cerebro se regularizó, ya era tarde. A partir de aquel instante, la vida de Terri cargó con consecuencias funestas. Era una vida "sin vida", que dio origen a una polémica sobre si valía o no valía la pena dejar que un ser humano "viviese" en ese estado.

Así como el cerebro necesita oxígeno, el ser humano necesita a Jesús. Por eso el salmista exclama: "Tu presencia [gracia] supliqué de todo corazón".* Vivimos por la gracia. Existimos por la gracia y somos salvos únicamente por la gracia. Si la vida es un don de Dios, como en verdad lo es, nada hicimos para merecerla. Un don es un regalo. Tú no pagas por un regalo. Solamente necesitas aceptado. ¿Cómo reaccionas ante un regalo? Generalmente, el valor de un regalo para ti va a depender de! sentimiento que tienes hacia la persona que te ofrece el presente. ¿Cuál es el tipo de relación que tienes con Dios? Eso es lo que va a determinar tu forma de administrar su regalo.

La vida es frágil. Hoyes, y mañana puede no ser más. Lo único que sostiene la vida es la gracia maravillosa de Dios. Separados de Dios ya no vivimos, apenas sobrevivimos, a veces en estado "vegetativo", esperando que llegue el día en que el corazón deje de latir.

Haz de este día un día de comunión con el Señor de la Vida. No necesitas dejar de lado tus actividades cotidianas. Enfrenta los desafíos que se presentan hoy ante ti con la certeza de que no estás solo. Dios es tu constante fuerza. Él está a tu lado, a pesar de que las circunstancias adversas te hayan envuelto como densas sombras y no te dejen ver nada. Clama: "Tu presencia [gracia] supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra".*

Alejandro Bullón

martes, noviembre 16, 2010

154. “Los proverbios de Salomón [. .. ] para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes.” Prov. 1:1,2



Rosana era una famosa cardióloga. Dejó todo para entrar en un convento en busca de "un sentido para la vida". Roberto abandonó una brillante carrera de abogado para viajar por el mundo, argumentando que quería vivir la vida en su plenitud, "antes de que fuera demasiado tarde". Marilyn, se suicidó cuando estaba en la cima de una brillante carrera de actriz. La vida de estos tres personajes tiene un denominador común: el aparente éxito en una determinada área de la vida no fue capaz de garantizarles la felicidad.

Es extraño. Muy extraño. Porque todos relacionan el éxito con la felicidad. Más extraño todavía, cuando sabemos que Dios quiere que los seres humanos tengan éxito, y si el éxito no trae la felicidad, algo está mal con el éxito, o con Dios, o con nosotros.

El libro de Proverbios nos enseña que la sabiduría es el arte de vivir y de alcanzar el éxito sin sentirse vacío. La sabiduría es pasar por la vida, llegar a la vejez y ver a los hijos realizados, mirar hacia arriba con gratitud, y encarar la muerte con la esperanza de la resurrección en Cristo. Si Dios quiere que sus hijos vivan ese tipo de experiencia, ¿podría haberlos dejado a ciegas, para que intenten, en medio de sus frustraciones, encontrar el camino de la felicidad? ¡Claro que no! Con certeza, los principios para vivir una vida plena, abundante y feliz, están a disposición del ser humano en la Biblia y, especialmente, en el libro de Proverbios.

En los primeros cuatro versículos del libro, encontramos diez palabras que parecen sinónimas, pero que no lo son. Están relacionadas entre sí. Una nos lleva a la otra. Esas unidades de pensamiento son: sabiduría, enseñanza, entendimiento, aprendizaje, inteligencia, justicia, juicio, equidad, paciencia y conocimiento.* Las últimas nueve son hijas de la primera, que es la sabiduría, y sabiduría es saber vivir la experiencia de la felicidad. ¿No es eso lo que deseas para ti y para tu familia?

Por eso, antes de salir de tu casa hoy, piensa que en el libro de Proverbios encontrarás este año consejos maravillosos que Dios nos dio a través de "Salomón [ ... ] para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes" .


Alejandro Bullón

viernes, noviembre 12, 2010

153. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.” Salmos 127:1


"Soy el rey del mundo, soy el más grande", gritaba el joven boxeador el 25 de febrero de 1964, ante las cámaras de la TV, desde el cuadrilátero del Miami Beach Convention Hall. Mohamed Ali acababa de consagrarse campeón de los pesos pesados, con apenas 22 años. "El mundo entero está a mis pies, escriban eso", le dijo a los periodistas.

y era verdad. Aquel año, el mundo entero estaba a sus pies. Pero, en 1996 el mundo entero lo vio debilitado, en ocasión de las Olimpíadas de Atlanta. Apenas podía ascender para tomar la antorcha olímpica. Era evidente que ya no era el "rey del mundo", ni el "mejor". Estaba envejecido y deteriorado por el mal de Parkinson. Eso es lo que dice el salmista, cuando afirma que: "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican". Estás ante un nuevo año. No te atrevas a entrar en él sin la seguridad de que Jesús está en el control de tus planes. Tu trabajo, tu esfuerzo y dedicación solo tendrán sentido si "el Señor edificare la casa".

Acepta el desafío de un nuevo año. Piensa en grande. Mira lejos. Trabaja, pero pregúntate: ¿Quién está en el centro de mis planes? Esto es vital. Un día, un millonario excéntrico reunió a sus amigos para pasar el fin del año en su yate de 10 millones y gastó la bagatela de un millón de dólares en la fiesta.
Aquella noche, los fuegos artificiales iluminaron la oscuridad en el mar del Caribe, y todos levantaron los vasos de champán deseándose "salud, dinero y amor", pero el siguiente enero no llegó. Por lo menos para él, no. Un infarto fulminante segó su vida en junio de aquel mismo año.

La vida humana es frágil como la flor. Hoy es, y mañana no existe más. Se marchita como la hierba del campo. Desaparece como la nube llevada por el viento. Por tanto, pon a Dios en el fundamento de tus proyectos, porque sin él, "De nada sirve trabajar de sol a sol y comer un pan ganado con dolor."*

Trabaja en sociedad con Dios. El hombre del campo ara la tierra y planta la semilla. Pero si Dios no hace salir el sol y caer la lluvia, ¿de qué sirve el trabajo? Así sucede en otras áreas de la vida. "Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican".

Pr.Alejandro Bullón

jueves, noviembre 11, 2010

152. “Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.”


Buenos días…! hoy es un nuevo día y el texto para tu inspiración es: “Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella.” Prov. 3:15.  Imagina la escena. Una mañana, mientras te diriges al trabajo, ves en la carretera a una anciana haciendo dedo. Por las ropas que viste, la mujer es pobre y por el aspecto del rostro se está sintiendo mal. Tienes prisa, sin embargo, tu corazón habla más alto y detienes tu vehículo. Ella te pide que la dejes en el hospital más cercano. Te das cuenta que ella está muy mal y aceleras a fondo. Durante el corto viaje, inadvertidamente, ella mete un papel en tu bolsillo. Al llegar al hospital, la anciana muere. A la noche, en casa, encuentras el papel, que dice: "Soy una mujer solitaria, el único hijo que tuve me abandonó hace muchos años. Él no sabe que recibí una herencia. Tengo un millón de dólares guardados en la caja de seguridad del banco tal. La clave de la caja es PX402. Si usted me prestó socorro, el dinero es suyo".

¿Qué harías?¿Tirarías el papel? ¿Pensarías que aquella mujer sería incapaz de tener un millón de dólares? ¿Correrías al banco para ver si era verdad? Un millón de dólares es mucho dinero. Nadie sería tan loco de no hacer caso de una fortuna tal. Pero el proverbio de hoy afirma que hay algo mucho más precioso que un millón de dólares. El versículo dice: "Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella".  Salomón está hablando aquí de la sabiduría. ¿Sabes por qué hay personas frustradas, fracasadas e infelices? Porque no saben vivir. Pueden tener dinero, fama, poder y cultura, pero no saben vivir. Existir no es vivir. Vivir es un arte que requiere sabiduría.

Sabiduría, en el entender de Salomón, no es solamente conocimiento. Es la habilidad para usar el conocimiento. Una persona puede tener títulos doctorales, pero no sabiduría. La sabiduría bíblica no es teórica, es práctica. Inclusive, una de las primeras veces que se usa la palabra sabiduría en la Biblia, es con relación a la capacidad que los artesanos tenían para confeccionar las ropas del sacerdote. Las ropas tenían que ser impecables, perfectas en sus mínimos detalles. Si eres sabio, harás de tu vida una obra de arte, perfecta en todos sus detalles. Y serás feliz.

Por eso, al comenzar este año, pídele a Dios sabiduría y recuerda que la sabiduría es más preciosa que las piedras preciosas; "y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella".

Pr. Alejandro Bullón

miércoles, noviembre 10, 2010

151. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.”


Sal. 147:5. “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.” Las noches en Jauja, mi ciudad natal, eran tristes. Cuando era niño, no quería que llegara la noche. Los ladridos de los perros parecían lamentos de criaturas en agonía, y despertaron mis primeros temores. Cuando llovía, los truenos retumbaban escandalosamente, yo imaginaba monstruos heridos por las flechas incendiarias de los relámpagos. Tardaba en dormirme.  Cuando despertaba, veía el sol brillando, deslumbrante, calentando la tierra con el aroma de los eucaliptos mojados.

Tengo nostalgia de aquellos días, a pesar de sus noches tristes. Añoranzas de aquella tierra que me vio dar los primeros pasos en este largo camino que dura ya varias décadas. "Grande es el Señor" que, temprano en mi vida, me enseñó con las noches y los días de mi tierra, que no existe oscuridad que dure para siempre.  Hoy nació el sol de un nuevo año. Olvida la noche del año que terminó. Si las cosas salieron bien, o no, diciembre ya se fue. Los ladridos de los perros, la oscuridad, la tempestad y los truenos, todo forma parte del pasado. Hay aroma de eucalipto afuera. El sol brilla, la vida florece. Enero siempre trae una página en blanco para escribir una nueva historia.

"Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder", dice el salmista, ante las turbulencias de la vida. Perseguido sin culpa, por un rey que no quería dejar las riendas del poder. Atacado por el propio hijo, que ambicionaba el trono. Escondido en las cuevas, peregrinando en el desierto y enfrentando los peligros, nunca desconfió del poder de "su" Dios.

¿Estás seguro de que el Dios de David es también tu Dios? ¿Puedes decir, como el salmista, "nuestro Dios"? Si es así, considera el nuevo año como una nueva oportunidad. No temas. No retrocedas. Si Dios es "de mucho poder" abrirá en este año los "Mares Rojos" que surjan ante ti, hará brotar el agua de la roca, y cerrará la boca de los leones. Abraza a tus amados. Perdona. Pide perdón. Cambia el rumbo de tu propia historia depositando tu confianza en alguien que no puede equivocarse, porque "grande es el Señor nuestro, y de mucho poder, y su entendimiento es infinito".

Alejandro Bullón