sábado, junio 04, 2011

SECCION XV “El Noviazgo y el Matrimonio”


El vinculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de la tierra. Estaba destinado a ser una bendición  para la humanidad. Y lo es, siempre que el pacto matrimonial sea sellado con inteligencia, en el temor de Dios, y con la debida consideración de sus responsabilidades.
 (El Ministerio de Curación, pág. 275.) 433

148. EL AMOR VERDADERO                                                 

EL AMOR es un precioso don que recibimos de Jesús. El afecto puro y santo no es un sentimiento, sino un principio.  Los que son movidos por el amor verdadero no carecen de juicio ni son ciegos.  Enseñados por el Espíritu Santo, aman supremamente a Dios y su prójimo como a sí mismos.

Los que piensan en casarse deben pesar cada sentimiento y cada manifestación del carácter de la persona con quien se proponen unir su suerte.  Cada paso dado hacia el matrimonio debe ser acompañado de modestia, sencillez y sinceridad, así como del serio propósito de agradar y honrar a Dios.  El matrimonio afecta la vida ulterior en este mundo y en el venidero.  El cristiano sincero no hará planes que Dios no pueda aprobar.

PEDID CONSEJO

Si gozáis de la bendición de tener padres temerosos de Dios, consultadlos.  Comunicadles vuestras esperanzas e intenciones, aprended las lecciones que la vida les enseñó y os ahorraréis no pocas penas.  Sobre todo, haced de Cristo vuestro consejero. Estudiad su Palabra con oración.

Contando con semejante dirección, acepte la joven como compañero de la vida tan sólo a un hombre que posea rasgos de carácter puros y viriles, que sea diligente y rebose de aspiraciones, que sea honrado, ame a Dios y le tema.  Busque el joven como compañera que esté siempre a su lado a quien sea capaz de asumir su parte de las responsabilidades de la vida, y cuya influencia le ennoblezca, le comunique mayor refinamiento y le haga feliz en su amor. 434

"De Jehová viene la mujer prudente".* "El corazón de su marido está en ella confiado... Le da ella bien y no mal todos los días de su vida".*  "Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.  Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bien aventurada; y su marido también la alaba" diciendo: "Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas".*  El que encuentra una esposa tal "halló el bien, y alcanzó la benevolencia de Jehová"* (El misterio de curación, págs. 276, 277).

LA ELECCIÓN DE COMPAÑEROS

Los jóvenes cristianos deberían tener gran cuidado en la formación de amistades y en la elección de compañeros. Tened cuidado, no sea que lo que ahora creéis que es oro puro, se convierta en vil metal.  Las relaciones mundanas tienden a poner obstáculos en el camino de vuestro servicio a Dios, y muchas almas se arruinan por causa de uniones desdichadas, ya sean comerciales o matrimoniales, con aquellos a quienes nunca podrán elevar ni ennoblecer.  Los hijos de Dios no se deberían aventurar jamás en terreno prohibido.  El matrimonio entre creyentes e incrédulos está prohibido por Dios.  Pero con demasiada frecuencia el corazón no convertido sigue sus propios deseos, y se realizan matrimonios no sancionados por Dios (Fundamentals of Christian Education, pág. 500). 435

149. FORMAS ERRÓNEAS DE NOVIAZGO*

LA FALTA de firmeza y abnegación en tu carácter es un serio inconveniente para obtener una experiencia religiosa verdadera que no sea como la arena movediza. Se debería cultivar la firmeza y la integridad de propósito. Estas cualidades son positivamente necesarias para una vida cristiana de éxito. Si tienes integridad de alma no serás apartado de la rectitud. Ningún motivo será suficiente para moverte de la línea recta del deber; serás fiel y leal a Dios. Las protestas de afecto y amor, los anhelos de la amistad no te conmoverán para abandonar la verdad y el deber; no sacrificarás el deber a la inclinación.

Si tú, hermano mío, te sientes tentado a unir los intereses de tu vida a una niña joven, sin experiencia, cuya educación en los deberes comunes y prácticos de la vida diaria es verdaderamente deficiente, cometes un error; pero esta deficiencia es pequeña comparada con su ignorancia en cuanto a su deber para con Dios. No ha estado destituida de la luz; ha tenido privilegios religiosos, pero no ha sentido su desgraciada condición pecaminosa sin Cristo.

INFLUENCIA SOBRE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

Si en tu ceguera puedes retirarte repetidas veces de la reunión de oración, donde Dios se encuentra con su pueblo, para gozar de la sociedad de quien no ama a 436 Dios y no halla atractivos en la vida religiosa, ¿cómo puedes esperar que Dios haga prosperar semejante unión?

No te apresures. No se deberían estimular los matrimonios prematuros. Si tanto las señoritas como los jóvenes no respetan las demandas de Dios, si no prestan atención a las exigencias que los atan a la religión, corren el peligro de no prestar debida atención a los derechos del esposo o de la esposa. Es peligroso el hábito de estar frecuentemente en compañía de la persona de tu elección, y tanto más al precio del sacrificio de privilegios religiosos y de tus horas de oración; sufres una pérdida que no puedes soportar.

El hábito de permanecer levantado hasta una hora avanzada de la noche es corriente, pero no agrada a Dios, aun cuando los dos seáis cristianos. Estas horas inoportunas perjudican la salud, inhabilitan la mente para desempeñar los deberes del próximo día, y tienen la apariencia del mal. Hermano, espero que tengas suficiente respeto por ti mismo para evitar esta forma de noviazgo. Si sólo tienes en vista la gloria de Dios, procederás con deliberada prudencia. No permitirás que un sentimentalismo amoroso ciegue de tal modo tu visión que no puedas discernir los derechos que Dios tiene sobre ti como cristiano (Testimonies, tomo 3, págs. 44, 45).

LOS MATRIMONIOS PREMATUROS

No se han de favorecer los matrimonios tempranos. Un compromiso tan importante como el matrimonio y de resultados tan trascendentales no debe contraerse con precipitación sin la suficiente preparación, y antes se que las facultades intelectuales y físicas estén bien desarrolladas (El ministerio de curación, pág. 276). 437

150. EL CASAMIENTO CON LOS INCRÉDULOS

AMADA hermana L***: He sabido que Ud. piensa casarse con uno que no está unido con Ud. en la fe religiosa, y temo que Ud. no haya pesado cuidadosamente este asunto importante. Antes de dar un paso que ha de ejercer influencia sobre toda su vida futura, le ruego que estudie el asunto con oración y reflexión. ¿Resultará esta nueva relación en fuente de verdadera felicidad? ¿Le ayudará en la vida cristiana? ¿Agradará a Dios? ¿Será el suyo un ejemplo seguro para otros?

PRUEBAS DE AMOR

Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer debe averiguar si aquel con quien está por unir su destino es digno. ¿Cuál ha sido su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es de un carácter noble y elevado el amor que expresa, o es un simple cariño emotivo? ¿Tiene los rasgos de carácter que la harán a ella feliz? ¿Puede encontrar verdadera paz y gozo en su afecto? ¿Le permitirá conservar su individualidad, o deberá entregar su juicio y su conciencia al dominio de su esposo? Como discípulo de Cristo, no se pertenece; ha sido comprada con precio. ¿Puede ella honrar los requerimientos del Salvador como supremos? ¿Conservará su alma y su cuerpo, sus pensamientos y propósitos, puros y santos? Estas preguntas tienen una relación vital con el bienestar de cada mujer que contrae matrimonio. 438

Se necesita religión en el hogar. Unicamente ella puede impedir los graves males que con tanta frecuencia amargan la vida conyugal. Únicamente donde reina Cristo puede haber amor profundo, verdadero y abnegado. Entonces las almas quedarán unidas, y las dos vidas se fusionarán en armonía. Los ángeles de Dios serán huéspedes del hogar, y sus santas vigilias santificarán la cámara nupcial. Quedará desterrada la degradante sensualidad. Los pensamientos serán dirigidos hacia arriba, hacia Dios; y a él ascenderá la devoción del corazón.

RESULTADO DE LA DESOBEDIENCIA

El corazón anhela amor humano, pero este amor no es bastante fuerte, ni puro, ni precioso para reemplazar el amor de Jesús. Únicamente en su Salvador puede la esposa hallar sabiduría, fuerza y gracia para hacer frente a los cuidados, responsabilidades y pesares de la vida. Ella debe hacer de él su fuerza  y guía. Dése la mujer a Cristo antes que darse a otro amigo terrenal, y no forme ninguna relación que contraríe esto. Los que quieren disfrutar verdadera felicidad, deben tener la bendición del cielo sobre todo lo que poseen, y sobre todo lo que hacen. Es la desobediencia a Dios la que llena tantos corazones y hogares de infortunio. Hermana mía, a menos que quiera tener un hogar del que nunca se levanten las sombras, no se una con un enemigo de Dios.

Como quien habrá de encararse con estas palabras en el juicio, le suplico que considere el paso que se propone dar. Pregúntese: "¿Apartará un esposo incrédulo mis pensamientos de Jesús? ¿Ama los placeres más que a Dios? ¿No me inducirá a disfrutar las cosas en que él se goza?" La senda que conduce a la vida eterna, es penosa y escarpada. No tome sobre sí pesos adicionales que retarden su progreso... 439

Yo quiero advertirle su peligro antes que sea demasiado tarde.  Ud. escucha palabras dulces y agradables, y se siente inducida a creer que todo andará bien; pero no lee los motivos que inspiran esas hermosas frases.  Ud. no puede ver las profundidades de la perversidad oculta en el corazón.  Ud. no puede mirar detrás de las escenas, y discernir las trampas que Satanás está tendiendo para su alma, El quisiera inducirla a seguir una conducta que la haga fácilmente accesible, para disparar las saetas de la tentación contra Ud.  No le conceda la menor ventaja.  Mientras Dios obra sobre  la mente de sus siervos, Satanás obra por medio de los hijos de la desobediencia. No hay concordia entre Cristo y Belial. Los dos no pueden armonizar. Unirse con un incrédulo es ponerse en el terreno de Satanás. Ud. agravia al Espíritu de Dios y pierde el derecho a su protección. ¿Puede Ud. incurrir en tales desventajas mientras pelea la batalla por la vida eterna?

UN COMPROMISO ROTO

Tal vez Ud. diga: "Pero yo he dado mi promesa, ¿debo retractarla?" Le contesto: Si Ud. ha hecho una promesa contraria a las Sagradas Escrituras, por lo que más quiera retráctela sin dilación, y con humildad delante de Dios arrepiéntase de la infatuación que la indujo a hacer una promesa tan temeraria.  Es mucho mejor retirar una promesa tal, en el temor de Dios, que cumplirla y por ello deshonrar a su Hacedor.

Recuerde Ud. que tiene un cielo que ganar, una senda abierta a la perdición que rehuir.  Dios quiere decir lo que dice.  Cuando prohibió a nuestros primeros padres que comiesen del fruto del árbol del conocimiento, su desobediencia abrió las compuertas de la desgracia para todo el mundo.  Si andamos en forma que contraríe a Dios, él nos contrariará a nosotros. 440 Nuestra única seguridad consiste en rendir obediencia a todos sus requerimientos, cueste lo que cueste.  Todos están fundados en una sabiduría y un amor infinitos (Joyas de los testimonios, tomo 2, págs. 119-122).

ES ESENCIAL EL CRITERIO MADURO

El bien de la sociedad, así como los más elevados intereses de los estudiantes, exigen que no intenten ellos elegir un cónyuge para la vida mientras su propio carácter no esté aún desarrollado, su criterio no esté maduro, y se hallen al mismo tiempo privados del cuidado y la dirección de los padres...

Buena obra hacen los que tratan de escudar a la juventud contra la tentación y prepararla para una vida de utilidad.  Nos alegra ver en todas las instituciones de enseñanza un reconocimiento de la importancia de la sujeción propia y la disciplina entre los jóvenes.  Ojalá sean coronados de éxito los esfuerzos de tales educadores (Fundamentals of Christian Education, págs. 62, 63). 441

151. LA NECESIDAD DE CONSEJO Y DIRECCIÓN

EN ESTOS días de peligro y corrupción, los jóvenes están expuestos a muchas pruebas y tentaciones.  Muchos navegan en un puerto peligroso.  Necesitan un piloto, pero desdeñan aceptar la tan necesaria ayuda, porque se sienten competentes para guiar su barco y no se percatan de que está por estrellarse contra una roca oculta que puede hacer naufragar su fe y su felicidad.  Están cegados por el asunto del noviazgo y el matrimonio, y su principal preocupación es hacer su voluntad.  En este período, el más importante de su vida, necesitan un consejero y guía infalible.  Lo hallarán en la Palabra de Dios.  A menos que sean estudiantes diligentes de esa Palabra, cometerán graves errores que echarán a perder su felicidad y la de otros, tanto para la vida presente como para la futura.

Muchos tienen la tendencia a ser impetuosos y tercos. No han prestado oído al sabio consejo de la Palabra de Dios; no han batallado contra sí mismos y obtenido preciosas victorias, y su voluntad orgullosa e inflexible los ha apartado de la senda del deber y la obediencia.  Contemplad vuestra vida pasada, jóvenes amigos, y considerad fielmente vuestra conducta a la luz de la Palabra de Dios. ¿Habéis fomentado esa consideración concienzuda de vuestras obligaciones para con vuestros padres que la Biblia manda? ¿Habéis tratado con bondad y amor a la madre que os cuido desde la infancia?  ¿Habéis tenido en cuenta sus 442 deseos, o habéis causado dolor y tristeza a su corazón llevando a cabo vuestros propios planes y deseos? ¿Ha santificado vuestro corazón la verdad que profesáis y suavizado y subyugado vuestra voluntad? Si no, tenéis una obra minuciosa que hacer, para enmendar los males pasados.

UN GUÍA PERFECTO

La Biblia presenta una norma perfecta de carácter. Este libro sagrado, inspirado por Dios y escrito por hombres santos, es un guía perfecto en todas las circunstancias de la vida. Presenta distintamente los deberes de jóvenes y viejos. Si se hace de ella el guía de la vida, sus enseñanzas conducirán el alma hacia arriba. Elevarán la mente, mejorarán el carácter y darán gozo y paz al corazón. Pero muchos de los jóvenes han escogido ser sus propios guías y consejeros, y han tomado en sus manos sus propios casos. Tales jóvenes necesitan estudiar más detalladamente las enseñanzas de la Biblia. En sus páginas hallarán revelado cuál es su deber para con sus padres y sus hermanos en la fe. El quinto mandamiento reza: "Honra a tu padre y a tu madre, porque tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da".* Y en otro lugar leemos: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo".*

Una de las señales de que estamos viviendo en los últimos días es que los hijos son desobedientes a sus padres, desagradecidos, sin santidad. La Palabra de Dios abunda en preceptos y consejos que mandan el respeto a los padres. Impresiona a los jóvenes con el sagrado deber de amar y tratar cariñosamente a los que los han guiado en la niñez y en la juventud hasta que llegaron a ser hombres y mujeres, y cuya paz y felicidad depende ahora en extenso grado de sus hijos. La Biblia no es vaga al respecto. No obstante, sus enseñanzas han sido grandemente descuidadas. 443

Los jóvenes tienen que aprender muchas lecciones, y la más importante es la de conocerse a sí mismos. Deberían tener ideas correctas en cuanto a sus obligaciones y deberes para con sus padres, y aprender continuamente en la escuela de Cristo a ser mansos y humildes de corazón. Al par de amar y honrar a sus padres, han de respetar también el criterio de los hombres de experiencia con quienes tienen relación en la iglesia.

UNA CONDUCTA HONORABLE

El joven que goza de la compañía de una joven para cuyos padres es desconocido, y conquista su amistad, no procede noble y cristianamente para con ella ni para con sus padres. Mediante relaciones y encuentros secretos podrá adquirir influencia sobre la mente de ella, pero al hacerlo, deja de manifestar esa nobleza e integridad de alma que ha de poseer todo hijo de Dios. Para lograr sus fines, proceden de un modo que no es franco ni está de acuerdo con la norma bíblica, y se muestran faltos de sinceridad para con aquellos que los aman y tratan de ser sus fieles guardianes. Los matrimonios contraídos bajo tales influencias no están de acuerdo con la Palabra de Dios. Quien puede apartar a una hija del deber, y confundir sus ideas en cuanto a los sencillos y positivos mandatos de Dios de obedecer y honrar a sus padres, no será tampoco fiel a sus obligaciones conyugales.

Se pregunta: "¿Con qué limpiará el joven su camino?"  y la respuesta es: "Con guardar tu palabra".* El joven que hace de la Biblia su guía, no tiene por qué equivocar la senda del deber y la seguridad. Ese bendito libro le enseñará a conservar su integridad de carácter, a ser sincero, a no practicar el engaño. "No hurtarás",* fue escrito por el dedo de Dios sobre tablas de piedra y no obstante, cuánto se practica y disculpa el robo secreto de los afectos. 444

Se mantiene un noviazgo engañoso con intercambio de cartas y entrevistas en secreto, hasta que los afectos de la persona carente de experiencia -y que no sabe hasta dónde pueden llegar estas cosas-, son transferidos de sus padres a una persona que manifiesta por su misma conducta que es indigna de su amor.  La Biblia condena toda clase de engaño, y exige la rectitud en toda circunstancia.  El que hace de la Biblia el guía de su juventud, la luz de su sendero, obedecerá sus enseñanzas en todas las cosas.  No violará una jota ni un tilde de la ley para llevar a cabo ningún fin, aunque por ello tenga que hacer grandes sacrificios.  Si cree en la Biblia, sabe que la bendición de Dios no descansará sobre él si se aparta del estricto camino de la rectitud.  Aunque por un tiempo parezca prosperar, segará ciertamente los frutos de sus actos.

La maldición de Dios descansa sobre muchas de las uniones inoportunas e inapropiadas que se forman en esta época del mundo.  Sería más excusable la conducta de muchos jóvenes de hoy, impulsados por su atracción mutua, si la Biblia dejara estos asuntos vaga e inciertamente alumbrados.  Pero los requerimientos de la Biblia no son órdenes a medias; demandan una pureza perfecta de pensamiento, de palabra y de acción.  Agradecemos a Dios porque su Palabra es una luz a los pies, y porque ninguno tiene por qué equivocar la senda del deber.  Los jóvenes deberían proponerse consultar sus páginas y escuchar sus consejos, pues se cometen siempre tristes errores al apartarse de sus preceptos.

LA NECESIDAD DE UN CRITERIO SANO

Si hay asunto que debiera considerarse con razonamiento sereno y criterio desapasionado, es el asunto del matrimonio. Si alguna vez se hace necesaria la 445 Biblia como consejera, es antes de dar un paso que ata a dos personas para toda la vida.  Pero el concepto dominante es que en este asunto han de guiar los sentimientos, y en demasiados casos el sentimentalismo amoroso toma el timón y guía hacia una ruina segura.  En esto los jóvenes muestran menos inteligencia que en cualquier otro asunto, y rehúsan atender razones.  El asunto del matrimonio parece tener sobre ellos un poder hechicero.  No se someten a Dios.  Sus sentidos están encadenados, y avanzan en secreto como si temiesen que alguien se interpusiera en sus planes.

La forma secreta en que se llevan a cabo tantos noviazgos y matrimonios es causa de mucha desgracia, cuyo pleno alcance sólo Dios conoce.  Muchos han hecho naufragar sus almas contra esta roca.  Cometen este error algunos cristianos profesos, que se destacan por su integridad y que parecen razonables en cuanto a cualquier otra cosa.  Manifiestan una voluntad decidida que la razón no puede hacer variar.  Los impulsos y sentimientos humanos los fascinan en tal forma que no sienten deseo de escudriñar la Biblia ni ponerse en íntima comunión con Dios.

Satanás sabe precisamente con qué elementos tiene que tratar, y despliega su sabiduría infernal en diversos ardides para hacer caer a las almas en la trampa de su ruina.  Observa cada paso que se da, y sugiere cosas que con frecuencia son seguidas antes que el consejo de la Palabra de Dios.  Esta red finamente tejida y peligrosa es preparada con habilidad para atrapar a los jóvenes e incautos.  Muchas veces podrá estar disimulada bajo una cubierta de luz, pero los que llegan a ser sus víctimas, se acarrean muchas tristezas.  Como resultado, vemos naufragios humanos por todas partes. 446

LOS PADRES DEBEN SER CONSULTADOS

¿Cuándo serán juiciosos nuestros jóvenes? ¿Hasta cuándo durará este proceder? ¿Consultarán los hijos tan sólo sus deseos e inclinaciones, indiferentes al consejo y al criterio de sus padres? Algunos parecen no dedicar jamás un pensamiento a los deseos y preferencias de sus padres, ni a su criterio maduro. El egoísmo ha cerrado la puerta de sus corazones al afecto filial. Es necesario despertar las mentes de los jóvenes en cuanto a este asunto. El quinto mandamiento es el único que lleva anexada una promesa, pero es considerado con ligereza y hasta positivamente ignorado por la pretensión del enamorado. El desprecio del amor de una madre y la falta de consideración al cuidado de un padre son pecados ya registrados contra muchos jóvenes.

Uno de los mayores errores relacionados con este asunto es que los jóvenes sin experiencia no quieren que sus afectos sean perturbados, que nadie se entrometa en su amor. Si ha habido alguna vez un asunto que necesite ser considerado desde todo punto de vista, es éste. La ayuda de la experiencia de otros y una consideración cuidadosa del asunto en todos sus aspectos, son cosas positivamente esenciales. Es un asunto tratado enteramente a la ligera por la mayoría de la gente.

Jóvenes amigos, pedid consejo a Dios y a vuestros padres temerosos de Dios. Orad por el asunto. Pesad cada sentimiento, y observad el desarrollo del carácter de la persona con quien pensáis ligar el destino de vuestra vida. El paso que estáis por dar es uno de los más importantes de vuestra vida, y no debierais darlo precipitadamente. Aunque podéis amar, no améis ciegamente. 

Examinad cuidadosamente las cosas para ver si vuestra vida matrimonial será feliz, o desavenida y 447 desgraciada.  Preguntaos: ¿Me ayudará esta unión a ir al cielo? ¿hará aumentar mi amor a Dios? ¿agrandará mi esfera de utilidad en esta vida?  Si estas reflexiones no presentan inconvenientes, avanzad en el temor de Dios.

Pero si se ha contraído un compromiso sin una comprensión plena del carácter de la persona con quien pensáis uniros, no creáis que el compromiso hace positivamente necesario que carguéis con el voto matrimonial y os liguéis para toda la vida con alguien a quien no podéis amar ni respetar.  Tened mucho cuidado al hacer un compromiso condicional; pero será mejor, mucho mejor, romper ese compromiso antes del matrimonio, que separarse después, como hacen muchos.

EL MODO DE TRATAR A LA MADRE ES UN ÍNDICE

El amor verdadero es una planta que necesita cultivo.  Pregúntese la mujer que desea una unión tranquila y feliz, y que quiere escapar a futuras desgracias y penas, antes de dedicar sus afectos: ¿Tiene madre mi novio? ¿Cuál es el sello de su carácter? ¿Reconoce él sus obligaciones para con ella? ¿Tiene en cuenta sus deseos y su felicidad?  Si no respeta y honra a su madre, ¿será respetuoso y cariñoso, bondadoso y atento con su esposa?  Cuando pase la novedad del matrimonio, ¿me seguirá amando? ¿Será paciente con mis errores, o será criticón, altivo y despótico? El verdadero afecto pasará por alto muchos errores; el amor no los discernirá.

NO HAY QUE CONFIAR EN LOS IMPULSOS

Los jóvenes confían demasiado en los impulsos. No deberían entregarse demasiado presto ni dejarse cautivar tan pronto por el exterior atrayente del objeto de su afecto.  El noviazgo tal cual se realiza en esta época es una farsa e hipocresía con la cual el enemigo de las almas tiene más que ver que el Señor.  Si en algo 448 se necesita el buen sentido es en esto, pero el hecho es que éste tiene poco que ver en el asunto.

Si los hijos tuviesen más familiaridad con sus padres, si les hiciesen confidencias y les confiaran sus gozos y penas, se ahorrarían muchos pesares futuros. Cuando se hallen perplejos ante el camino a seguir, exponga ante sus padres su punto de vista y pídanles consejo. ¿Quiénes mejor que sus piadosos padres podrán señalarles los peligros? ¿Quiénes mejor que ellos podrán comprender sus temperamentos especiales?

Los hijos cristianos apreciarán por encima de toda bendición terrenal el amor y la aprobación de sus padres piadosos. Estos pueden simpatizar con los hijos y orar por ellos y  con ellos para que Dios los proteja y guíe. Les indicarán, más que toda otra cosa, al Amigo y Consejero que se conmoverá por la sensación de sus flaquezas. Aquel que fue tentado en todo punto como nosotros, pero sin pecado, sabe cómo socorrer a los que son tentados (Review and Herald, enero 26, 1886).

EL AMOR DIVINO

En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben contribuir a vuestra felicidad mutua. Cada uno debe velar por la felicidad del otro. Tal es la voluntad de Dios para con vosotros. Mas aun que debéis confundiros hasta ser uno, ni el uno ni el otro debe perder su individualidad...

El alma que vive para Dios le tributa el mejor de sus afectos. ¿Se dirige la mayor parte de vuestro amor hacia Aquel que murió por nosotros? Si es así, vuestro amor recíproco será conforme al orden celestial (Joyas de los testimonios, tomo 3, págs. 95, 96). 449

152. EL MATRIMONIO PREMATURO

Los muchachos y las niñas contraen matrimonio sin amor y criterio maduros, sin sentimientos elevados y nobles,  y aceptan los votos matrimoniales completamente impulsados por sus pasiones juveniles...

PELIGRO DE AFECTOS PREMATUROS

Los afectos formados en la infancia han terminado frecuentemente en uniones desgraciadas, o separaciones vergonzosas. Rara vez han resultado felices las uniones tempranas, si han sido hechas sin el consentimiento de los padres. Deberían mantenerse sujetos los afectos juveniles hasta que llegue el tiempo en que la edad y la experiencia suficientes permitan libertarlos con honra y seguridad. Los que no se dejan sujetar están en peligro de vivir una vida desdichada. El joven que aún no ha pasado los veinte años es un pobre juez de la idoneidad de una persona tan joven como él para ser la compañera de su vida. Una vez que ha madurado su criterio, se contemplan atados uno a otro para siempre, y quizá sin condiciones para hacerse mutuamente felices. Entonces, en vez de tratar de sacar el mejor partido de su suerte, se hacen recriminaciones, la brecha se agranda hasta sentir completa indiferencia y despreocupación del uno hacia el otro. La palabra hogar no tiene nada de sagrado para ellos. Hasta su misma atmósfera está envenenada por palabras duras y amargos reproches (A Solemn Appeal, págs. 11, 12, Edición Signs Publishing Co. Ltd.). 450

153. MATRIMONIOS PRUDENTES E IMPRUDENTES

Los matrimonios prematuros son causa de una vasta cantidad de los males que existen hoy. Cuando se contrae matrimonio en un época demasiado temprana de la vida, no se fomenta la salud física ni el vigor mental. Se razona enteramente poco en cuanto a este asunto. Muchos jóvenes proceden por impulso. Con demasiada frecuencia dan precipitadamente este paso, que los afecta seriamente para bien o mal, que puede ser una bendición o una maldición para toda la vida. Muchos no quieren escuchar la voz de la razón o instrucción desde un punto de vista cristiano...

Hoy está el mundo lleno de miseria y pecado a consecuencia de los matrimonios mal concertados. En muchos casos se requieren sólo pocos meses para que el esposo o la esposa se percaten de que sus temperamentos nunca podrán armonizar, y el resultado es que reina en el hogar la discordia cuando sólo deberían existir el amor y la armonía del cielo.

Las discusiones por asuntos triviales cultivan un espíritu amargo. Los francos desacuerdos y los altercados sobre asuntos triviales causan indescriptible desdicha en el hogar, y separan a los que deberían estar unidos por los lazos del amor. Miles se han sacrificado a sí mismos, en alma y cuerpo, por causa de matrimonios imprudentes, y han descendido por la senda de la perdición. 451

EN YUGO DESIGUAL

Es cosa peligrosa formar una alianza mundana.  Satanás sabe bien que en la hora en que se consagra el matrimonio de muchos jóvenes de ambos sexos se cierra la historia de su experiencia religiosa y su utilidad.  Quizá por un tiempo se empeñen en vivir la vida cristiana, pero todos sus esfuerzos chocan con una influencia contraria a la suya.  En otro tiempo consideraban un privilegio hablar de su gozo y esperanza, pero pronto pierden la disposición para tratar este tema de conversación, sabiendo que aquel a quien han ligado su destino no se interesa en esas cosas.  Satanás los va rodeando así insidiosamente de una red de escepticismo, y se pierde de su corazón la fe en la preciosa verdad.

Satanás hace un esfuerzo premeditado por asegurar a los jóvenes en el pecado, pues así tiene asegurado al hombre.  El enemigo de las almas está lleno de intenso odio contra todo esfuerzo tendiente a influir en los jóvenes para que sigan la debida dirección.  Odia todo lo que dé un concepto correcto de Dios y de Cristo.  Dirige especialmente sus esfuerzos contra aquellos que se hallan favorablemente situados, para recibir la luz del cielo, pues sabe que cualquier movimiento de parte de ellos para ponerse en contacto con Dios les dará poder para resistir sus tentaciones.  Se presenta a los jóvenes con sus engañosos ardides, en forma de ángel de luz, y con demasiada frecuencia consigue llevarlos paso a paso fuera de la senda del deber.

LAS RELACIONES DEBIDAS

Las personas jóvenes que se relacionan con otras, pueden hacer de estas relaciones una bendición o una maldición.  Pueden edificarse, fortalecerse y bendecirse mutuamente, mejorando en conducta, temperamento 452  y conocimientos, o por el hecho de volverse descuidados e infieles bien pueden ejercer una influencia desmoralizadora (Youth's Instructor, agosto 10, 1899)

LOS MATRIMONIOS PRECIPITADOS

Satanás se ocupa constantemente en apresurar a lo jóvenes sin experiencia a contraer matrimonio.  Pero cuanto menos nos gloriemos en los matrimonios que se realizan ahora, tanto mejor.  Una vez comprendidos la naturaleza sagrada y los requisitos del matrimonio, el cielo lo aprobará y el resultado será la felicidad de ambas partes, y Dios será glorificado...

La verdadera religión ennoblece la mente, refina el gusto, santifica el criterio, y hace a su poseedor participante de la pureza y las influencias del cielo; acerca más a los ángeles y lo separa cada vez más a uno del espíritu y la influencia del mundo (Testimonies, tomo 2, págs. 252, 253).

SATANÁS INCITA A CONTRAER MATRIMONIO

Satanás se ocupa activamente en influir sobre aquellos que no se han de llevar bien, para que unan intereses.  El se regocija en esta obra, pues por ella puede producir más miseria e irremediable desgracia a la familia humana que si ejerciera toda su habilidad en cualquier otro sentido (Testimonies, tomo 2, págs. 248). 453

154. CASÁNDOSE Y DÁNDOSE EN MATRIMONIO

Dios ha colocado a los hombre en el mundo, y éstos tienen el privilegio de comer, beber, comerciar, casarse, y darse en matrimonio; no obstante, sólo es seguro hacer estas cosas en el temor de Dios.  Deberíamos vivir en este mundo teniendo en cuenta el mundo eterno.  El gran crimen en los matrimonios de los días de Noé era que los hijos de Dios formaban alianzas con las hijas de los hombres.  Los que profesaban reconocer y reverenciar a Dios se asociaban con quienes eran de corazón corrompido, y se casaban, sin distinción, con quienes querían.  Hay hoy día muchos que no tienen experiencia religiosa profunda y que harán exactamente las cosas que se hacían en los días de Noé.  Contraerán matrimonio sin considerar cuidadosamente el asunto ni orar al respecto.  Muchos aceptan los votos sagrados con tanta ligereza como si efectuasen una transacción comercial; el amor verdadero no es el motivo de la alianza.

INFATUACIÓN PROFANA

La idea del matrimonio parece tener un poder hechizante sobre la mente de muchos jóvenes. Dos personas llegan a conocerse, se enamoran ciegamente y cada una absorbe la atención de la otra.  Se oscurece la razón y se depone el criterio.  No quieren someterse a ningún consejo ni gobierno, sino que insisten en hacer su voluntad, indiferentes a las consecuencias. 454

La infatuación que los posee es como una epidemia o contagio que tiene que seguir su curso, y no parece haber forma de detener las cosas.  Quizá haya entre los que los rodean quienes se den cuenta de que si los interesados se unen en matrimonio serán desgraciados toda la vida.  Pero son vanos los ruegos y las exhortaciones.  Quizá se aminore y destruya por tal unión la utilidad de uno a quien Dios bendeciría en su servicio, pero el razonamiento y la persuasión son igualmente desatendidos.

Ningún efecto tiene lo que puedan decir los hombres y mujeres de experiencia, es impotente para cambiar la decisión a la cual los han conducido sus deseos.  Pierden el interés en la reunión de oración y en todo lo que pertenece a la religión.  Están cegados mutuamente y descuidan los deberes de la vida, cómo si fuesen asuntos de poca importancia.  Noche tras noche queman estos jóvenes el aceite de medianoche hablando: ¿acaso de cosas de interés solemne? ¡Oh, no!  De cosas frívolas, sin ninguna importancia.


LA VIOLACIÓN DE LAS LEYES DE LA SALUD Y LA MODESTIA

Los ángeles de Satanás montan guardia junto a aquellos que dedican buena parte de la noche a las entrevistas amorosas.  Si pudiesen ser abiertos sus ojos verían a un ángel tomando nota de sus palabras y actos.  Están violando las leyes de la salud y la modestia.  Sería mejor que reservaran algunas horas de noviazgo para su vida matrimonial.  Pero, por lo general, con el matrimonio termina toda devoción manifestada durante los días del noviazgo.

Esas horas nocturnas de disipación, en esta época de depravación, llevan frecuentemente a la ruina a las dos personas que se entregan a ellas.  Satanás se regocija, 455 y se deshonra a Dios cuando los hombres y las mujeres se deshonran a sí mismos.  El buen nombre del honor es sacrificado bajo el hechizo de esta ceguera, y no puede ser solemnizado el matrimonio de tales personas bajo la aprobación de Dios.  Se han casado porque la pasión los impulsó, y cuando haya pasado la novedad del asunto, empezarán a darse cuenta de lo que han hecho.  A los seis meses de haber hecho el voto, sus sentimientos han experimentado un cambio.  En la vida conyugal, cada uno ha llegado a conocer mejor el carácter del compañero escogido.  Cada uno descubre imperfecciones que no se veían durante la ceguera y locura de sus relaciones anteriores.  Las promesas hechas ante el altar ya no los ligan.  Como consecuencia de los matrimonios precipitados, hay, aun entre el pueblo profeso de Dios, separaciones, divorcios y gran confusión en la iglesia.

EL DESDÉN POR LOS CONSEJOS

Esta forma de casarse y darse en matrimonio es una de las tretas especiales de Satanás y casi siempre tienen éxito sus planes.  Experimento una sensación de la más penosa impotencia cuando las partes vienen a consultarme a este respecto.  Puedo decirles las palabras que Dios quiere que les diga; pero ellos ponen en duda cada punto, y defienden el buen criterio de sus propósitos, y finalmente los realizan.

Parecen no tener poder para vencer sus deseos e inclinaciones, y se quieren casar a toda costa.  No consideran con oración y cuidado el asunto, entregándose en las manos de Dios para ser guiados y manejados por su Espíritu.  No parecen tener presente el temor de Dios.  Creen entender plenamente el asunto, sin la sabiduría de Dios ni el consejo del hombre. 456

Cuando es demasiado tarde descubren que han cometido un error, y que han puesto en peligro su felicidad en esta vida y la salvación de sus almas.  No quisieron admitir que alguien, fuera de ellos, pudiese saber algo en cuanto al asunto, cuando si hubiesen aceptado los consejos, se habría ahorrado años de ansiedad y penas.  Pero son inútiles los consejos dados a aquellos que están resueltos a hacer su voluntad. A tales individuos, la pasión los hace pasar por encima de todas las barreras que puedan oponer la razón y el criterio.

CARACTERÍSTICAS DEL VERDADERO AMOR

El amor es una planta de origen celestial.  No es irrazonable, no es ciego.  Es puro y santo.  Pero la pasión del corazón carnal es enteramente otra cosa.  Mientras el amor puro hará intervenir a Dios en todos sus planes y estará en perfecta armonía con el Espíritu de Dios, la pasión será terca, irreflexiva, irrazonable, desafiante de toda sujeción, y hará un ídolo del objeto de su elección.

La gracia de Dios se mostrará en toda la conducta del que posee verdadero amor. La modestia, la sencillez, la sinceridad, la moralidad y la religión, caracterizarán cada paso hacia la alianza del matrimonio.  Los que tienen un dominio tal no se dejarán absorber por la relación con otra persona hasta el punto de perder el interés en la reunión de oración y en el culto religioso...

EN  BUSCA DE LA DIRECCIÓN DIVINA

Si los hombres y las mujeres tienen el hábito de orar dos veces al día antes de pensar en el matrimonio, deberían orar cuatro veces diarias cuando tienen en vista semejante paso. El matrimonio es algo que influirá en vuestra vida y la afectará tanto en este mundo 457 como en el venidero.  El cristiano sincero no llevará adelante sus planes en este sentido sin el conocimiento de que Dios aprueba su conducta.  No querrá escoger por sí mismo, sino sentirá que Dios debe escoger por él. No nos hemos de complacer a nosotros mismos, pues Cristo no lo hizo.  No quisiera que se entienda que hay que casarse con quien uno no ama.  Esto sería un pecado. Pero no se debería permitir que la imaginación y la naturaleza emotiva conduzcan a la ruina.  Dios requiere el corazón entero, los afectos supremos.

La mayoría de los matrimonios de nuestra época, y la forma en que se los realiza, hacen de ellos una de las señales de los últimos días.  Los hombres y las mujeres son tan persistentes, tan tercos, que Dios es dejado fuera del asunto.  La religión es dejada a un lado como si no tuviese parte que representar en esta cuestión solemne e importante.  Pero a menos que los que profesan creer en la verdad sean santificados por ella, exaltados en pensamiento y carácter, estarán ante Dios en una condición menos favorable que el pecador que nunca ha sido iluminado respecto a sus demandas (Review and Herald, septiembre 25, 1888). 458

155. LAS RESPONSABILIDADES DEL MATRIMONIO

HAN contraído matrimonio muchos que no han adquirido propiedad ni han recibido herencia. No poseían fuerza física ni energía mental para adquirir propiedad.  Precisamente ésos han tenido prisa por casarse, y han aceptado responsabilidades de las que no tenían noción.  No poseían sentimientos nobles y elevados, ni tenían idea precisa del deber de un esposo y padre, y de lo que les costaría proveer a las necesidades de una familia.  Y no manifestaron más cordura en el aumento de los miembros de su familia que en sus transacciones comerciales. . .

La institución del matrimonio fue ideada por el cielo para que fuese una bendición para el hombre: pero, en un sentido general, se ha abusado de ella en tal forma que ha llegado a ser una temible maldición.  La mayoría de los hombres y mujeres, al contraer matrimonio han procedido como si la única cuestión por resolver fuese la del amor mutuo.  Pero deberían darse cuenta de que en la relación matrimonial pesa sobre ellos una responsabilidad que va más lejos.  Deberían considerar si su descendencia tendrá salud física, y fuerza mental y moral.  Pero pocos han procedido de acuerdo con motivos superiores y con consideraciones elevadas que no podían fácilmente desechar, tales como de que la sociedad tiene derechos sobre ellos, que el peso de la influencia de su familia hará oscilar la balanza de la sociedad hacia arriba o hacia abajo (A Solemn Appeal, págs. 63, 64, Edición Signs Publishing Co. Ltd.). 459

156. EL BUEN CRITERIO Y EL DOMINIO PROPIO EN EL MATRIMONIO

Los que profesan ser cristianos no debieran contraer matrimonio hasta haber considerado el asunto cuidadosamente y con oración, desde un elevado punto de vista, para ver sí Dios puede ser glorificado por tal unión.  Luego deberían considerar el resultado de cada privilegio de la relación matrimonial, y tomar como base de cada acto el principio santificado.

PROVISIÓN PARA EL FUTURO

Antes de aumentar la familia deberían considerar si Dios será glorificado o deshonrado por el hecho de traer hijos al mundo.  Desde el principio y durante cada año de su matrimonio deberían tratar de glorificar a Dios con su unión.  Deberían considerar con toda calma qué provisión pueden hacer para sus hijos.  No tienen derecho de traer hijos al mundo que sean una carga para los demás. ¿Tienen una ocupación en la que pueden confiar para mantener a una familia, de modo que no lleguen más tarde a ser una carga para otros?  Si no la tienen cometen un crimen al traer hijos al mundo para que sufran por falta del cuidado debido, y de alimento y de ropa.

EL DOMINIO DE LA PASIÓN

En esta época disoluta y corrompida, no se consideran estas cosas.  Los deseos sensuales dominan, y no se someten, aunque el resultado de su dominio sea 460 la debilidad, la miseria y la muerte.  Las mujeres se ven obligadas a una vida de dificultades, dolores y sufrimientos, a causa de los deseos irrefrenables de los hombres que llevan el nombre de esposos, pero que con más justicia podrían llamarse brutos.  Las madres llevan una existencia miserable, cargando casi todo el tiempo un niño en los brazos y arreglándose como pueden para que todos tengan pan y ropa.  El mundo está lleno de esta miseria acumulada.

Hay poco amor verdadero, genuino y devoto.  Es muy rara esta preciosa virtud.  Se llama amor a la pasión. Más de una mujer ha visto ultrajada su delicada y tierna sensibilidad porque la relación del matrimonio permitió al que ella llamaba esposo, que la tratase brutalmente. Descubrió que su amor era de tan baja calidad, que la ofendía.

LA NECESIDAD DEL DOMINIO PROPIO

Muchas familias viven en un desgraciado estado, porque el esposo y padre permite que la parte animal de su naturaleza predomine sobre la intelectual y moral.  Como resultado se experimenta una sensación de languidez y depresión, pero rara vez se adivina que la causa sea el resultado de su conducta indebida.  Tenemos para con Dios solemnes obligaciones de mantener el espíritu puro y el cuerpo sano para que podamos ser un beneficio para la humanidad y prestar a Dios un servicio perfecto (Testimonies, tomo 2, págs. 380, 381). 461

157. EL EJEMPLO DE ISAAC

NADIE que tema a Dios puede unirse sin peligro con quien no le teme.  "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?"* La felicidad y la prosperidad del matrimonio dependen de la unidad que haya entre los esposos; pero entre el creyente y el incrédulo hay una diferencia radical de gustos, inclinaciones y propósitos.  Sirven a dos señores, entre los cuales la concordia es imposible.  Por puros y rectos que sean los principios de una persona, la influencia de un cónyuge incrédulo tenderá a apartarla de Dios.

El que contrajo matrimonio antes de convertirse tiene después de su conversión mayor obligación de ser fiel a su cónyuge, por mucho que difieran en sus convicciones religiosas.  Sin embargo, las exigencias del Señor deben estar por encima de toda relación terrenal, aunque como resultado vengan pruebas y persecuciones.  Manifestada en un espíritu de amor y mansedumbre, esta fidelidad puede influir para ganar al cónyuge Incrédulo.  Pero el matrimonio de cristianos con infieles está prohibido en la Sagrada Escritura. El mandamiento del Señor dice: "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos".*

Isaac fue sumamente honrado por Dios, al ser hecho heredero de las promesas por las cuales sería bendecida la tierra; sin embargo, a la edad de cuarenta años, se sometió al juicio de su padre cuando envió a un servidor experto y piadosos buscarle esposa.  Y el resultado de este casamiento, que nos es presentado en 462 las Escrituras, es un tierno y hermoso cuadro de la felicidad doméstica: "Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre".*

¡Qué contraste entre la conducta de Isaac y la de la juventud de nuestro tiempo, aun entre los que se dicen cristianos!  Los jóvenes creen con demasiada frecuencia que la entrega de sus afectos es un asunto en el cual tienen que consultarse únicamente a sí mismos, un asunto en el cual no deben intervenir ni Dios ni los padres.  Mucho antes de llegar a la edad madura, se creen competentes para hacer su propia elección sin la ayuda de sus padres.  Suelen bastarles unos años de matrimonio para convencerlos de su error; pero muchas veces es demasiado tarde para evitar las consecuencias perniciosas.  La falta de sabiduría y dominio propio que los indujo a hacer una elección apresurada agrava el mal hasta que el matrimonio llega a ser un amargo yugo.   Así han arruinado muchos su felicidad en esta vida y su esperanza de una vida venidera.

Si hay un asunto que debe ser considerado cuidadosamente, y en el cual se debe buscar el consejo de personas experimentadas y de edad, es el matrimonio; si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, si alguna vez se debe buscar en oración la dirección divina, es antes de dar un paso que ha de vincular a dos personas para toda la vida.

Nunca deben los padres perder de vista su propia responsabilidad acerca de la futura felicidad de sus hijos.  El respeto de Isaac por el juicio de su padre era el resultado de su educación, que le había enseñado a amar una vida de obediencia.  Al mismo tiempo que Abrahán exigía a sus hijos que respetasen la autoridad paterna, su vida diaria daba testimonio de que esta autoridad no era un dominio egoísta o arbitrario, sino 463 que se basaba en el amor y procuraba su bienestar y dicha.

Los padres y las madres deben considerar que les incumbe guiar el afecto de los jóvenes, para que contraigan amistades con personas que sean compañías adecuadas.  Deberían sentir que, mediante su enseñanza y por su ejemplo, con la ayuda de la divina gracia, deben formar el carácter de sus hijos desde la más tierna infancia, de tal manera que sean puros y nobles y se sientan atraídos por lo bueno y verdadero.  Los que se asemejan se atraen mutuamente, y los que son semejantes se aprecian. ¡Plantad el amor a la verdad, a la pureza y a la bondad temprano en las almas, y la juventud buscará la compañía de los que poseen estas características!...

El amor verdadero es un principio santo y elevado, por completo diferente en su carácter del amor despertado por el impulso, que muere de repente cuando es severamente probado. Mediante la fidelidad al deber en la casa paterna, los jóvenes deben prepararse para formar su propio hogar.  Practique allí la abnegación propia, la amabilidad, la cortesía y la compasión del cristianismo.  El amor se conservará vivo en el corazón, y los que salgan de tal hogar para ponerse al frente de su propia familia, sabrán aumentar la felicidad de la persona a quien hayan escogido por compañero o compañera de la vida.  Entonces el matrimonio, en vez de ser el fin del amor, será su verdadero principio (Patriarcas y profetas, págs. 172-174).
(Mensaje para los Jóvenes de E. G. de White)

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