sábado, marzo 29, 2014

REFLEXIÓN 47.- El Misterio De La Salvación: ¿La Salvación Viene De Los Judíos?


Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
(San Juan 4:22 R60).
 
Hace tiempo atrás, en un comentario a unos de mis videos subidos a mi canal en la red; que trataba acerca de Apocalipsis 12: y según las diferentes interpretaciones: algunos dicen que es la virgen María; otros, que es Israel y nosotros decíamos que era la iglesia, el Nuevo Israel fundado por Cristo y con argumentos bíblicos y que esbozaremos también hoy, usando algunos de ellos.
El visitante replicó: No dijo Jesús:
¿La Salvación viene de los judíos?
Y este tipo de pensar es común en el mundo evangélico.  
Será así como dicen: 
¿Que la salvación viene de los judíos?
¿Cómo armonizar estas palabras de nuestro salvador?
Para ello debemos precisar
dos puntos importantes:
1° Punto: Es La Profecía de las 70 Semanas: Que abarca desde 457 ac. Hasta el año 34 dc. (Daniel 9: 24-27; Esdras 7:7). En la que el Rey Artajerjes que reinó desde el 465 al 425 ac. Y en su séptimo año de su reinado, dio la orden según el mandato divino que el ángel Gabriel le anunciara de antemano a Daniel Profeta hace aproximadamente en el 539/538 ac. De restaurar y edificar los muros de Jerusalén, donde se le daba autonomía política: Civil, Judicial y Religiosa.
Claro está que Hubo otros decretos anteriores,
como el de Ciro en el 538 y el Darío en el 520 ac.
Respectivamente, pero no tuvieron la jerarquía de este último.
Y es en la vigencia de esta profecía de las 70 semanas,
(Tiempo de prueba final para el pueblo judío, cortada de la gran profecía de los 2300 días/años de Daniel 8:12-14). Y siendo Israel aun el pueblo elegido para ser luz de las naciones.
Porque Dios dice: ...Te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra. (Isaías 49:6 R60).
Es cuando Jesús le dijo a la mujer samaritana que la salvación y la sanidad del pecado venia de los judíos creyentes en el Mesías que vendría a salvar a su pueblo y luego al mundo entero. 
Y eso predicaba Jesús cuando le refirió su misión a la mujer siro fenicia: “Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. (San Mateo 15:24 R60).
Pero sabemos que a su familia vino y su familia lo desechó como su salvador y prosperidad de su nación. (San Juan 1:11).
Y el pueblo judío perdió sus privilegios, Quitándoseles la exclusividad de ser el pueblo elegido y ahora sólo se salvarían individualmente si aceptan a Cristo como su Salvador.
(Génesis 49:10, San Mateo 27: 51;
Romanos 1:16,17; Hechos 4:12).
El Sistema de salvación mediante los sacrificios de animales que simbolizaba al Mesías que vendría; fue el método que usó Dios por más de 4 mil años. Pero olvidaron los judíos que eran temporales esta forma de salvación; y sólo vigentes hasta la venida del Mesías Príncipe. Pero rechazándolo seguían intentando ser salvos pero fracasaron.
(San Juan 1:11-14; 3:16 – 21; Romanos 9:30-33).
Y la salvación hoy sigue viniendo por la fidelidad de los judíos, pero de los judíos espirituales, la iglesia de Cristo el nuevo Israel: “Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
 (Romanos 2:28-29 R60).
Por eso Jesús fundo su iglesia, el nuevo Israel. Que levantaría en alto los requisitos del nuevo pacto o pacto de la gracia.
Los Diez Mandamientos y Los Méritos de Cristo.
(Jeremías 31:31-34; Hebreos 8:8-12; Apocalipsis 12:17; 14:12; Romanos 2:13; Santiago 2:24).
Más Los Ritos Como:
1. El Bautismo. San Mateo 3:13-17: Romanos 6:3,4.
2. El Lavamiento de Los Pies. San Juan13:4-17.
3. La Santa Cena o Comunión. 1 Corintios 11:23,24.
4. La Imposición de Manos. Para Ordenar a Ministros o Diáconos. Hechos 6:1 – 6.
5. Ungimiento de los enfermos. Santiago 5:14,15.
6. Y El Santo Matrimonio. San Mateo 19:4-6.
Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová. Y éste será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.
(Isaías 59:20-21 R60).
Y en la nueva Jerusalén o el nuevo Israel, los salvados serán tanto de judíos y gentiles que a través del tiempo, creyeron en Jesús (Apocalipsis 7:9 y capitulo 21). O vivieron conforme a la ley puestos escrito en cada corazón de la humanidad que nunca escuchó de él, pero vivieron según el estándar divino:
 “porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos” (Romanos 2:11-15 R60).  
Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos.
(Zacarías13:6 R60).
2° PUNTO: Es lo que Jesús mismo argumenta con la mujer samaritana: “Mientras Jesús hablaba del agua viva, la mujer lo miró con atención maravillada. Había despertado su interés, y un deseo del don del cual hablaba. Se percató de que no se refería al agua del pozo de Jacob; porque de ésta bebía de continuo y volvía a tener sed. "Señor --dijo,-- dame esta agua, para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla." Jesús desvió entonces bruscamente la conversación. Antes que esa alma pudiese recibir el don que él anhelaba concederle, debía ser inducida a reconocer su pecado y su Salvador. "Jesús le dice: Ve, llama a tu marido, y ven acá." Ella contestó: "No tengo marido." Esperaba así evitar toda pregunta en ese sentido. Pero el Salvador continuó: "Bien has dicho, No tengo marido; porque cinco maridos has tenido: y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad."
La interlocutora de Jesús tembló. Una mano misteriosa estaba hojeando las páginas de la historia de su vida, sacando a luz lo que ella había esperado mantener para siempre oculto. ¿Quién era éste que podía leer los secretos de su vida? Se puso a pensar en la eternidad, en el juicio futuro, en el cual todo lo que es ahora oculto será revelado. En su luz, su conciencia despertó. No podía negar nada; pero trató de eludir toda mención de un tema tan ingrato. Con profunda reverencia, dijo: "Señor, paréceme que tú eres profeta." Luego, esperando acallar la convicción, mencionó puntos de controversia religiosa. Si él era profeta, seguramente podría instruirla acerca de estos asuntos en disputa desde hacía tanto tiempo. Con paciencia Jesús le permitió llevar la conversación adonde ella quiso.
 Mientras tanto, aguardaba la oportunidad de volver a hacer penetrar la verdad en su corazón. "Nuestros padres adoraron en este monte --dijo ella,-- y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde es necesario adorar". A la vista estaba el monte Gerizim. Su templo estaba derribado y sólo quedaba el altar. El lugar del culto había sido tema de discusión entre judíos y samaritanos. Algunos de los antepasados de estos últimos habían pertenecido a Israel; pero por causa de sus pecados, el Señor había permitido que fuesen vencidos por una nación idólatra. Durante muchas generaciones, se habían mezclado con idólatras, cuya religión había contaminado gradualmente la suya.
Es cierto que sostenían que sus ídolos tenían como único objeto hacerles acordar del Dios viviente, el Gobernante del universo; no obstante, el pueblo había sido inducido a reverenciar sus imágenes esculpidas.
Cuando el templo de Jerusalén fue reconstruido en los días de Esdras, los samaritanos quisieron contribuir a su erección juntamente con los judíos. Este privilegio les fue negado, y esto suscitó una amarga animosidad entre los dos pueblos. Los samaritanos edificaron un templo rival sobre el monte Gerizim. Allí adoraban de acuerdo con el ritual mosaico, aunque no renunciaron completamente a la idolatría. Pero los azotaron desastres, su templo fue destruido por sus enemigos, y parecían hallarse bajo una maldición; a pesar de lo cual se aferraron todavía a sus tradiciones y a sus formas de culto. No querían reconocer el templo de Jerusalén como casa de Dios, ni admiran que la religión de los judíos fuese superior a la suya.
En respuesta a lo que mencionara la mujer, Jesús dijo: "Mujer, créeme, que la hora viene, cuando ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos: porque la salvación viene de los judíos". Jesús había demostrado que él no participaba de los prejuicios judíos contra los samaritanos. Ahora se esforzó en destruir el prejuicio de esa samaritana contra los judíos. Al par que se refería al hecho de que la fe de los samaritanos estaba corrompida por la idolatría, declaró que las grandes verdades de la redención habían sido confiadas a los judíos y que de entre ellos había de aparecer el Mesías.
En las Sagradas Escrituras, tenían una clara presentación del carácter de Dios y de los principios de su gobierno.
Jesús se clasificó con los judíos como el pueblo al cual Dios se había dado a conocer. El deseaba elevar los pensamientos de su oyente por encima de cuanto se refería a formas, ceremonias y cuestiones controvertidas. "La hora viene --dijo él,-- y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".
Aquí se declara la misma verdad que Jesús había revelado a Nicodemo cuando dijo: "A menos que el hombre naciere de lo alto, no puede ver el reino de Dios." San Juan 3:3,5. 
Los hombres no se ponen en comunión con el cielo visitando una montaña santa o un templo sagrado. La religión no ha de limitarse a las formas o ceremonias externas. La religión que proviene de Dios es la única que conducirá a Dios. A fin de servirle debidamente, debemos nacer del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente, dándonos una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos inspirará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Tal es el verdadero culto.
Es el fruto de la obra del Espíritu Santo. Por el Espíritu es formulada toda oración sincera, y una oración tal es aceptable para Dios. Siempre que un alma anhela a Dios, se manifiesta la obra del Espíritu, y Dios se revelará a esa alma. El busca adoradores tales. Espera para recibirlos y hacerlos sus hijos e hijas.
 (El Deseado De Toda Las Gentes de E.G. de White- 
 páginas 157-160).
Los judíos cumplieron un gran papel, y muchos serán salvos, es una muestra lo que se menciona en apocalipsis 21. Inclusive en las 12 puertas de la ciudad, la nueva Jerusalén están grabados los nombres de las doce tribus que son la base del Pueblo de Dios. Doce puertas que muestran que caracteres tendrán los que se asemejan a estas doce tribus. Y si la tenemos entraremos por una de sus puertas. Porque estas tribus copiaron el carácter del Salvador y Creador Jesucristo.
Pero para el Israel histórico ya su tiempo pasó y en el 70 después de Cristo, cosecharon lo que sembraron. Todo judío puede salvarse hoy; si sólo acepta a Cristo como su salvador. Ahora el Israel no es local, ni limitado por castas ni la geografía, es mundial cimentado en la base; Primeramente Cristo, La doctrina de los apóstoles y profetas. 
Por eso en el apocalipsis el último, libro de la Biblia dice del Israel espiritual y mundial: Entonces el dragón se enfureció contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el remanente de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo. (Apocalipsis 12:17 RVG). Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14:12 RVG). Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad. (Apocalipsis 22:14 RVG).
Entonces aclarado el dilema, vive de acuerdo a la luz que Dios te dio; ahora sabes que la salvación solo se encuentra por medio de la fe en Jesucristo. y ese es la verdad presente Que Dios te guie todo el tiempo de tu peregrinaje en esta tierra. Hasta el día que escuchemos su voz llamándonos y llevándonos con él, para vivir por siempre. Amen.
: Hno. Pio

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