jueves, agosto 03, 2017

REFLEXIÓN 67. ABRAHAM Y LA PROMESA DIVINA

 

Hoy hablaremos sobre lo que significa la promesa que Dios le dio a Abraham; el Padre del pueblo de Israel, el pueblo de Dios. La base sobre la cual se fundaría la verdadera fe. 
 Veremos que la promesa, la fe y la ley son complementarias para lograr los propósitos de Dios, nunca antagónicos. 

 Dios pudo haber escogido a cualquier otro pueblo; pero escogió a Abraham… Por gracia, por favor, por bondad, claro que sí. Su gracia estuvo trabajando con él, antes de ser llamado. Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder (Deut. 4:37 R60).
 Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. 
(Efes. 1:4 R60).  

“Después de la dispersión de Babel, la idolatría llegó a ser otra vez casi universal, y el Señor dejó finalmente que los transgresores empedernidos siguiesen sus malos caminos, mientras elegía a Abrahán del linaje de Sem, a fin de hacerle depositario de su ley para las futuras generaciones. 

Abrahán se había criado en un ambiente de superstición y paganismo. Aun la familia de su padre, en la cual se había conservado el conocimiento de Dios, estaba cediendo a las seductoras influencias que la rodeaban, "y servían a dioses extraños" (Jos. 24: 2), en vez de servir a Jehová. 
 Pero la verdadera fe no había de extinguirse. Dios ha conservado siempre un remanente para que le sirva. Adán, Set, Enoc, Matusalén, Noé, Sem, en línea ininterrumpida, transmitieron de generación en generación las preciosas revelaciones de su voluntad. 

 El hijo de Taré se convirtió en el heredero de este santo cometido. Por doquiera le invitaba la idolatría, pero en vano. Fiel entre los fieles, incorrupto en medio de la prevaleciente apostasía, se mantuvo firme en la adoración del único Dios verdadero. "Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras." (Sal. 145: 18).

   Él comunicó su voluntad a Abrahán, y le dio un conocimiento claro de los requerimientos de su ley, y de la salvación que alcanzaría mediante Cristo. 

 A Abrahán se le dio la promesa, muy apreciada por la gente de aquel entonces, de que tendría numerosa posteridad y grandeza nacional: "Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición." (Gén. 12: 2).
 Además, el heredero de la fe recibió la promesa que para él era la más precisa de todas, a saber que de su 118 linaje descendería el Redentor del mundo: "Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra." (Vers. 3) Sin embargo, como condición primordial para su cumplimiento, su fe iba a ser probada; se le exigiría un sacrificio”… EGW. PP. 117,118. 

 1. LA PROMESA DE DIOS A ABRAHAM. 
 A).- PROMESA ESPIRITUAL 
2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Gen 12:2-3 R60).

  6 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7 Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8 Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. (Gal. 3:6-9 R60). 

 *“Dios prometió a Abraham. Hacer de él; una gran nación. Y de su descendencia saldría el Mesías, en quien serian benditas todas las naciones”. 
 19 Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, 20 y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; 21 a quien dé cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo. 

22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas que os hable; 23 y toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo. 24 Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días. 

25 Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. 26 A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad. (Hechos 3:19-26 R60). 

 Por eso no hay otro nombre en quien podemos ser salvos
 sino en Jesucristo. Hechos 4:12. 

 **La promesa de Dios a Abraham fue sin condiciones en lo que respecta al Mesías que vendría y saldría de su descendencia. Para ser bendición a su pueblo y a todo el mundo. Y Jesús vino y nació del pueblo de Israel, como descendiente de Abraham. Muy a pesar de la fidelidad de su pueblo escogido. 
Sabemos que cuando nació Jesús, los únicos que le recibieron y adoraron fueron los humildes pastores de belén, y más tarde los sabios de oriente. Lucas 2; Mateo 2. 
 Por eso esta promesa fue incondicional, porque no dependió de ninguna condición de fidelidad para que Dios cumpliera su promesa hecha a Abraham, Aproximadamente 1977 años antes del nacimiento de Cristo. 

 ***Cuando Dios da la profecía a Daniel Profeta, le muestra el futuro del pueblo escogido, y cuál sería su futuro, pero no lo entendió en primera instancia, la visión de los 2300 días. Dan. 8:14. Entonces vuelve el ángel Gabriel para graficarle un poco más y darle la suerte que pasaría con su pueblo, a quien tanto amaba. Dan. 9:4,5… Y a partir del verso 21, el ángel Gabriel le muestra que su pueblo seria desechado y como el Mesías seria ungido o bautizado, rechazado y crucificado… 

 21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde. 22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento. 23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

 24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 

 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 

 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. Dan. 9:21-27. 


****Pero si leemos detenidamente la promesa a Abraham, veremos que nunca las promesas son incondicionales totalmente: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. (Gen. 12:2-3 R60). 
 Aquí se muestra, que los que aceptaran al Mesías Cristo Jesús; Serian bendecidos, y los que lo rechazaren serian malditos. Y eso pasó, en el año 34 dc. Los judíos fueron desechados como nación exclusiva. 

Previniendo este suceso; Jesús años antes había formado en base a los 12 apóstoles, al nuevo Israel; su iglesia. Estos serían integrados por judíos y no judíos. Y asi se cumpliría la promesa: “y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. 

 Pero Dios quiso que Israel cumpliera esa misión, …te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra. (Isa 49:6 R60), pero fracasaron, porque se encerraron en sus ritos, castas y orgullo nacional. Pensaban que ser descendientes de Abraham, les daba acceso directo a la salvación, solo a ellos, y ningún pueblo más. Se olvidaron que Dios, es Padre de toda la humanidad y ama a sus hijos de todas las razas y colores.

 *****Cuando el orgullo toma posesión de la humildad y sencillez. Se corrompe la promesa de Dios. Porque no hay comunión entre Dios y el Diablo y sus seguidores. 2Cor. 6: 14-18. Jesús le dijo que su padre no era Abraham, sino el diablo. Porque todos los que son hijos de Abraham creerán en Jesús, la razón de la bendición para todos. 
Juan 8:39-47. 

 ******La historia de Israel, estuvo marcado por una constante apostasía. La razón principal: Imitar las costumbres de los vecinos, mejor expresado; porque vivían a la moda de las naciones cercanas de Israel. 
Puedes leerlos desde los primeros capítulos de Jeremías, solo para mostrar un ejemplo. (Estas costumbres serán la desgracia de la gran mayoría de “seguidores” de Jesús, porque hoy también viven al grito de la moda, costumbres contrarias en su mayoría a los principios de Dios como el Israel de antaño).

 Entonces por estar embriagados de las modas; entendieron mal las profecías, y determinó su ruina general; porque se dejaron contaminar por filosofías extrañas, como la griega, y otros pueblos vecinos. Y decidieron paso a paso alejarse de su Dios y sus promesas. 
Ellos decidieron mal, paso a paso, vez tras vez, década tras década... Y cuando vino el Mesías humilde; lo rechazaron porque no se ajustaba a sus ambiciones políticas y orgullo del patriotismo judío. 

 ******* Entonces Jesús, estableció su iglesia, para cumplir esa promesa hecha a Abraham, de ser luz de la verdad a todo el mundo. Aquella luz verdadera, (Cristo), que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. (Juan 1:9 R60). 

 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mat 5:13-16 R60). 

 La promesa hecha a Abraham, nunca morirá mientras exista este mundo, porque la palabra de Dios nunca vuelve vacía, y hace siempre su voluntad. Isa. 55:11. 

 La Iglesia cumplirá de llevar la luz de salvación a toda nación, tribu, pueblo, lengua… Apoc. 14:6-12. Mediante el pueblo remanente, el resto de la descendencia de Abraham, no solo física, (Con Cristo y apóstoles), también los que son circuncidados del corazón. Rom. 2:29; Gal. 6:15. Los verdaderos judíos, la iglesia remanente; los que guardan sus 10 mandamientos y tienen la fe de Jesús. Apoc. 14:12; 12:17. 

 B).- PROMESA MATERIAL - TERRITORIAL 
18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; 19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los admoneos, 20 los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.(Gen 15:18-21 R60).

 *Abraham no solo recibió por creer a Dios, la promesa de ser bendición por medio del pueblo que saldría de él, sino que también se le prometió el lugar donde vivirían. Y Dios cumplió. 

 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. (Gen 15:3-6 R60). 

 37 Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. 38 También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y muchísimo ganado. 39 Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no habían tenido tiempo ni para prepararse comida. 40 El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años. 41 Y pasados los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto. (Exo 12:37-41 R60).

    1Subió Moisés de los campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan, 2 todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental; 3 el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Zoar.
4 Y le dijo Jehová: Ésta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá. (Deut. 34:1-4 R60). 

 Pecamos nosotros, como nuestros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. (Sal. 106:6-8 R60). 

 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra, y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es éste. Pero si mejorareis cumplidamente vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, 7 os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre. (Jer 7:1-7 R60).

  Así me dijo el SEÑOR: «Ve y párate en la puerta del Pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y luego en todas las*puertas de Jerusalén, y diles: “¡Escuchen la palabra del SEÑOR, reyes de Judá, y toda la gente de Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entran por estas puertas! Así dice el SEÑOR: ‘Cuídense bien de no llevar ninguna carga en día*sábado, y de no meterla por las puertas de Jerusalén. Tampoco saquen ninguna carga de sus casas en día sábado, ni hagan ningún tipo de trabajo. 

Observen el reposo del sábado, tal como se lo ordené a sus antepasados. Pero ellos no me prestaron atención ni me obedecieron, sino que se obstinaron y no quisieron escuchar ni recibir*corrección. » “ ’Si de veras me obedecen —afirma el SEÑOR— y no meten ninguna carga por las puertas de esta ciudad en día sábado, sino que observan este día no haciendo ningún trabajo, entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sentarán en el trono de David. 
Ellos y los príncipes entrarán montados en carros y caballos, acompañados por la gente de Judá y por los habitantes de Jerusalén, 
y esta ciudad será habitada para siempre. 

Vendrá gente de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, del territorio de Benjamín y de la Sefelá, de la región montañosa y del Néguev. Traerán a la casa del SEÑOR*holocaustos y sacrificios, ofrendas de cereal y de incienso, y ofrendas de acción de gracias. 

Pero si no obedecen ustedes mi mandato de observar el reposo del sábado, y de no llevar carga al entrar en sábado por las puertas de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a sus puertas, que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén.’ ”»
 (Jer 17:19-27 NVI). 

 **La promesa de Dios en que entrarían a poseerla la Tierra de Canaán; fue una realidad. Y los hijos de Israel entraron a Canaán al mando de Josué. Pero una vez instalados, deberían servir solo a Dios. Pero no obedecieron sus mandamientos. Por muchos siglos los toleró el Señor y al final fueron desechados. 

 2. POR AMOR A SU NOMBRE 
Israel siempre fue una nación difícil de soportar, porque eran una raza de obstinados, amantes de lo fácil, cómodo, rebeldes, retadores, indisciplinados,… Por esos motivos, Dios quiso desaparecerlos en el desierto, en el tiempo de Moisés. 

“Salieron de Egipto físicamente, 
pero su corazón seguía aun en Egipto” 

*EL BECERRO DE ORO.
  Cuando Aarón vio esto, construyó un altar enfrente del becerro y anunció: —Mañana haremos fiesta en honor del SEÑOR. En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron*holocaustos y sacrificios de*comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno. 

Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés: —Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto. Demasiado pronto se han apartado del*camino que les ordené seguir, pues no sólo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios, y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!” 

»Ya me he dado cuenta de que éste es un pueblo terco —añadió el SEÑOR, dirigiéndose a Moisés—. Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación. 

Moisés intentó apaciguar al SEÑOR su Dios, y le suplicó: —SEÑOR, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa? ¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia! Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna!

Entonces el SEÑOR se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado. Moisés volvió entonces del monte. Cuando bajó, traía en sus manos las dos tablas de la*ley, las cuales estaban escritas por sus dos lados. Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios. (Exo. 32:5-16 NVI).

   30 Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el SEÑOR, y tal vez logre yo que Dios les perdone su pecado.» 31 Volvió entonces Moisés para hablar con el SEÑOR, y le dijo: —¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo 
al hacerse dioses de oro! 
32 Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito! 33 

El SEÑOR le respondió a Moisés: —Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí. 34 Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré. 35 Fue así como, por causa del becerro que había hecho Aarón, el SEÑOR lanzó una plaga sobre el pueblo. (Exo 32:30-1 NVI). 

 **AL PEDIR REY COMO LOS OTROS PUEBLOS EN EL TIEMPO DE SAMUEL, PERO POR AMOR ASU NOMBRE LOS PERDONÓ.
 Samuel invocó al SEÑOR, y ese mismo día el SEÑOR mandó truenos y lluvia. Todo el pueblo sintió un gran temor ante el SEÑOR y ante Samuel, y le dijeron a Samuel: —Ora al SEÑOR tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey. —No teman —replicó Samuel—. Aunque ustedes han cometido una gran maldad, no se aparten del SEÑOR; más bien, sírvanle de todo*corazón. No se alejen de él por seguir a ídolos inútiles, que no los pueden ayudar ni rescatar, pues no sirven para nada. Por amor a su gran*nombre, el SEÑOR no rechazará a su pueblo; de hecho él se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo. (1Sa 12:18-22 NVI). 

 ***TENTARON A JEHOVA POR MAS DE 10 VECES, Y DIOS QUIZO DESTRUIRLOS.
 1 Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. 2 Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! 3 ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? 4 Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 

 5 Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 6 Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 7 y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8 Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9 Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 

 10 Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel, 

 11 y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos. 

 13 Pero Moisés respondió a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder; 14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego; 15 y que has hecho morir a este pueblo como a un solo hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo: 16 Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto. 

 17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo: 18 Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. 19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. 

 20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. 21 Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra, 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. 24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. 
 (Num 14:1-24 R60). 

****POR AMOR A MI NOMBRE
 Y AMI SIERVO DAVID 
Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. (1Reyes 3:6 R60). 

 23 dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón; 24 que has cumplido a tu siervo David mi padre lo que le prometiste; lo dijiste con tu boca, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. (1Reyes 8:23-24 R60).

   Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. 

Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos, que mató a espada a sus jóvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrépito; todos los entregó en sus manos. Asimismo todos los utensilios de la casa de Dios, grandes y chicos, los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey y de sus príncipes, todo lo llevó a Babilonia. 

Y quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables. Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos. (2 Cron. 36:15-21 R60).

   Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. 
Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esarhadón su hijo. 
(2Reyes 19:34-37 R60).

 En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá, y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre. Mas por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén; por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urías heteo. (1Reyes 15:1-5R60). 

 *****Por muchos años Dios soportó al pueblo elegido. Por amor a su nombre y a su siervo David. Pero a pesar de las dificultades, no aprendieron, no aprendieron como nación. Hasta que rechazaron al único que podría darle paz; Cristo Jesús, cuando prefirieron al Cesar y lo crucificaron. Juan 19:15. En el año 70 dc. Vino la destrucción de Jerusalén… 
 Dios ha preservado a esta nación, como símbolo de que su palabra y promesa es real. Muy al margen de la elección que realizaron. ¡Porque Dios es fiel! 

 3. LA LEY DE DIOS EN LA PROMESA A ABRAHAM 
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él. 
(Gen. 18:19 R60). 
 Por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. (Gen. 26:5 R60). 

 “La base del pacto de Dios con Abraham 
fue la ley de Dios”. EGW. 

 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad. (Rev 22:14 SRV). 

 ****Ayer fue la Canaán terrenal, adonde ingreso el pueblo de Israel. Para ingresar tuvieron cumplir ciertos requisitos que Dios puso, y los que fueron obedientes ingresaron a esta tierra llena de bendiciones. 
 El Nuevo Israel se prepara para entrar a la Canaán celestial. Asi como ayer, necesitamos guardar sus mandamientos fielmente y teniendo la fe de Jesús. Y las puertas se abrirán de par en par para su pueblo fiel. 
Apoc. 22:14. 

 *****La Salvación, en el antiguo, y nuevo pacto. Siempre ha sido y es la misma: “Por la fe en Jesús, viviendo en santidad guardando sus mandamientos”. En el antiguo pacto era la sangre de las víctimas y la obediencia a su ley, dentro del pueblo de Dios. En el nuevo pacto o pacto de la gracia es la sangre de Cristo y la obediencia fiel a sus mandamientos. Ya no a las leyes ceremoniales que eran sombra o símbolo del Mesías.

 “Cristo” Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. PVGM. 253

 El requisito que se ha de llenar bajo el pacto de la gracia es tan amplio como el que se exigía en el Edén: la armonía con la ley de Dios, que es santa, justa y buena. EGW.

LAS OBRAS DE LA LEY PUESTAS EN CUESTIONAMIENTO EN EL NUEVO PACTO. 
Mientras los apóstoles participaban con los ministros y miembros laicos de Antioquía en un ferviente esfuerzo por ganar muchas almas para Cristo, ciertos creyentes judíos de Judea, "de la secta de los Fariseos," lograron introducir una cuestión que pronto produjo una amplia controversia en la iglesia e infundió consternación a los creyentes gentiles. 
Con gran aplomo, estos maestros judaizantes aseveraban que a fin de ser salvo, uno debía ser circuncidado y guardar toda la ley ceremonial… 
 A la luz del Evangelio, los antiguos ritos y ceremonias confiados a Israel habían adquirido un nuevo y más profundo significado. Las cosas prefiguradas por ellos se habían producido, y los que vivían bajo la dispensación evangélica habían sido relevados de su observancia. 

 Sin embargo, Pablo todavía guardaba tanto en el espíritu como en la letra, la inalterable ley divina de los diez mandamientos…

 (Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Hechos15:10 R60. 
 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gal. 5:1 R60).

  Este yugo no era la ley de los diez mandamientos, como aseveran algunos que se 158 oponen a la vigencia de la ley; Pedro se refería a la ley de las ceremonias, que fue anulada e invalidada por la crucifixión de Cristo…

Los conversos gentiles, sin embargo, debían abandonar las costumbres inconsecuentes con los principios del cristianismo. Los apóstoles y ancianos convinieron por lo tanto en pedir a los gentiles por carta que se abstuvieran de los alimentos ofrecidos a los ídolos, de fornicación, de lo estrangulado, y de sangre. 
Debía instárselos a guardar los mandamientos, y a vivir una vida santa. Debía asegurárseles también que los que habían declarado obligatoria la circuncisión no estaban autorizados por los apóstoles para hacerlo. HAP. 153-159. 

 4. LA FE 
 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 
(Heb. 11:8-10 R60). 

 *Las promesas de Dios, la fe, y la ley, todos estos vienen de Dios. Por tanto nunca pueden estar en conflicto. Lo que pasa es que el hombre malentendiendo las funciones de cada uno de ellas, tergiversan de su verdadera función. 
 La promesa de Dios, vimos que se cumplió incondicionalmente…. y la fe se cogió de esa promesa para que sea realidad las bendiciones prometidas a los descendentes de Abraham. El marco legal para que las promesas se hagan realidad fue la ley de Dios propiamente y las leyes ceremoniales. 

Por este medio, mantener viva la Esperanza en que Dios, se haría visible, para todos sus hijos que creen en él. Y vino Cristo a este mundo según la promesa hecha primeramente a nuestros primeros padres, y luego a Abraham el padre del pueblo de Dios, de la cual nació Jesús, quien vivió una vida perfecta en obediencia a la ley de su Padre. Juan 15:10. Y Murió en una cruz, y resucitó, y dejó la misión a su iglesia: “De Preparar un pueblo para su venida”

 Por tanto en Jesús son bendecidas toda la humanidad, porque Es Dios, y como Dios Hombre tiene acceso al Padre, como nuestro representante; como nuestro abogado y Sumo sacerdote. Y pronto volverá por sus hijos; para nunca dejarlos. 

El error del pueblo judío fue que olvidaron que solo eran un medio para llevar salvación a este mundo. Y su existencia y religión, tenía valor que provenía solo de su fidelidad a Dios. Pero cuando vino Jesús lo rechazaron, y perdieron su privilegio. Juan 1:9-14. 

 Hoy la promesa de ser bendecidos por Creer en Jesús, sigue en pie para toda la humanidad. Por la simiente de Abraham Cristo Jesús que de ambos pueblos, hizo uno. Derribando las castas, razas… (Efes. 2:10-22 R60) HNO. PIO

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