domingo, octubre 31, 2021

REFLEXIÓN 893. INSTRUCCIONES Y EXHORTACIONES: …Verdadera Santificación Corporal… Los Muertos Cristianos Y La Resurrección (1 TESALONICENSES 4).

1 Tesalonicenses 4. 

INSTRUCCIONES Y EXHORTACIONES, 4:1-18:

A.- INTRODUCCIÓN, 4:1-2. Los Exhorta A Seguir Adelante En Toda Santidad.

B.- VERDADERA Santificación Corporal, 4:3-8.

C.- AMOR FRATERNAL De Los Tesalonicenses, 4:9-10 P. P. Les Recuerda A Vivir Santa Y Justamente, A Amarse Mutuamente.

D.- ADMONICIONES A La Laboriosidad, 4:10 Ú. P.-12. Los Aconseja A Ocuparse Cada Uno Quietamente En Sus Propios Asuntos.

E.- LOS MUERTOS CRISTIANOS Y LA RESURRECCIÓN, 4:13-18. Finalmente Les Exhorta A Lamentarse Con Moderación Por Los Muertos. A Esta Última Exhortación Se Añade Una Breve Descripción De La Resurrección Y La Segunda Venida De Cristo Para Juzgar A Todos.

1. La gloriosa esperanza de la resurrección, 4:13-14.

2. Las circunstancias de la resurrección, 4:15-16.

3. La traslación de los justos vivos y de los resucitados, 4:17.

4. Los creyentes deben consolarse mutuamente con esta seguridad, 4:18.

1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. 2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús;

3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. 7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. 8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; 10 y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; 11 y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que, os hemos mandado, 12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 

17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (1Tesalonicenses 4).

1. Por lo demás. Gr. loipós, "en cuanto al resto". Este término griego también está en 2Cor. 13:11; Efe. 6:10; Fil. 4:8; 2 Tes. 3:1 (ver com. Fil. 3:1). Pablo concluye su oración, y comienza a exhortar a los tesalonicenses en cuanto a la vida cristiana.

Os rogamos. Gr. erÇtáÇ (ver com. Fil. 4-3). Pablo, en vez de usar su autoridad apostólica y dar órdenes a sus lectores, con tacto y humildad les ruega que escuchen, y se dirige a ellos como hermanos.

Exhortamos. Gr. parakaléÇ (ver com. Mat. 5:4). Pablo no se contenta con rogar; a su ruego añade una ferviente exhortación. Había orado para que los tesalonicenses pudieran estar preparados para la venida del Señor (cap. 3:12-13), pero sólo orar no era suficiente. Debían hacer algo más. Su parte era prestar atención a la instrucción que habían recibido, y, por la gracia de Dios, proceder conforme a ella.

En el Señor Jesús. Ver com. Fil. 2:19. Pablo no estaba dando opiniones o consejos personales; escribía por inspiración divina. Estaba exhortando en el nombre del Señor y por autoridad divina. Aunque este enfoque está lleno de tacto, hay en él una vigorosa nota de autoridad; estaba calculado para que tuviera una gran influencia en los que recibieran este mensaje.

Aprendisteis de nosotros. Pablo recuerda a sus lectores lo que les había enseñado mientras estaba con ellos (cf. 1 Cor. 15:1; Gál. 1:9; Fil. 4:9). Se les había dado una instrucción práctica (cf. 1 Tes. 2:2, 7-8, 13).

Conduciros y agradar a Dios. Es decir, "conducíos como para agradar a Dios". 

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el añadido de una frase: "como también camináis"; "como andáis" (NC); "como de hecho ya andáis" (BA). El propósito de ese comportamiento o modo de vivir (ver com. cap. 2:12) debía ser el de obtener la aprobación divina de su conducta (cf. com. vers. 4). El apóstol había enseñado a los tesalonicenses que vivieran no como los judíos que en general desagradaban a Dios (vers. 15), sino de acuerdo con los principios evangélicos para que recibieran continuamente la aprobación divina.

Abundéis más y más. El apóstol anhelaba que sus conversos alcanzaran elevadas metas cristianas. Creía que podían ir mucho más allá de lo que ya habían alcanzado (cf. Ed 15-16). Esta confianza en sus posibilidades abriría el corazón de los tesalonicenses para las serias admoniciones siguientes.

2. Sabéis. Cf. cap. 2:1-2, 9,11, en donde Pablo destaca el conocimiento personal de los tesalonicenses de su ministerio previo en favor de ellos. No les está pidiendo nada nuevo. Instrucciones. Gr. paraggelía, "orden", "instrucción". Este término se usa con frecuencia en la literatura clásica para especificar órdenes militares. Aquí se refiere a las instrucciones previamente impartidas por Pablo a los tesalonicenses.

Por el Señor Jesús. O "por causa de". El apóstol recuerda de nuevo a sus lectores que sus enseñanzas eran dadas por autoridad divina. Ahora, cuando estaba por hablar de pecados específicos de los cuales eran culpables algunos de la iglesia, deseaba vivamente que cada feligrés reconociera que estaba enunciando principios de Cristo (cf. vers. 8). Ese reconocimiento aseguraría una respuesta positiva a las normas que les estaba recordando.

3. La voluntad de Dios. La voluntad de Dios representa sus deseos para sus hijos. No es su voluntad que ni siquiera uno de los miembros de su familia perezca debido a ninguna clase de pecado (Mat. 18:14).

Santificación. Gr. hagiasmós (ver com. Rom. 6:19). Hagiasmós es abarcante; no se limita a la castidad, aunque ésta se destaca en el pensamiento de Pablo en este contexto; sin embargo, la voluntad de Dios sólo se puede cumplir con nuestra consagración completa. 

Cristo murió para hacer posible nuestra santidad (Efe. 5:25-27), pero este resultado no se obtiene en un momento. La justificación se efectúa instantáneamente, cuando el pecador arrepentido acepta el perdón de Dios; pero la santificación es la obra continua de la gracia (ver com. Rom. 12:1-2). "No es obra de un momento, una hora, o un día, sino de toda la vida" (HAp 447).

Aparteis. Del verbo griego apéjomai, "separarse de", y por lo tanto, "abstenerse". Dios espera que el cristiano se aparte del pecado y no se exponga a la tentación.

 (ver com. 1 Cor. 6:18).

Fornicación. Gr. pornéia (ver com. Mat. 5:32; Hech. 15:20; 1 Cor. 5:1). Este pecado debía ser condenado enfáticamente entre los conversos gentiles, pues se habían criado en una atmósfera donde se aceptaba el relajamiento moral y el vicio era un rito religioso (ver t. VI, pp. 93-94). La diosa principal de Corinto, desde donde estaba escribiendo, era Afrodita, diosa del amor y de la procreación; su culto se celebraba con las más desenfrenadas orgías. En cualquier ciudad pagana habría sido difícil que los cristianos no hubieran sido afectados por una inmoralidad tan pública.  

Pero todo lo que va en contra de la castidad de corazón, en palabra y comportamiento, es contrario al mandamiento del Decálogo divino y también a la santidad que exige el Evangelio (cf. Mat. 5:27-28; Hech. 15:29; 1 Cor. 6:18; Gál. 5:19; Efe. 5:3). Esta orden debe ser minuciosamente atendida por todo el que sigue a Cristo, pues se han rebajado las normas de conducta sexual, se considera anticuada la castidad y los divorcios son muy frecuentes.

4. Sepa. O "comprenda'. En 1 Tes. 5:12 Pablo usa el verbo "reconocer" con el sentido de "conocer el valor de", "apreciar", "respetar". Se usan diferentes formas del mismo verbo en 1 Tes. 4:5; 2 Tes. 1:8; Gál. 4: 8 para describir a los que no conocen a Dios, es decir, que ni lo comprenden ni lo aprecian.

Tener. Gr. ktáomai, "adquirir", "procurar para uno mismo", "poseer".

Su propia esposa. Gr. skéuos, "utensilio", "instrumento", "vaso", "cosa"; 'su cuerpo" (BJ, NC); "su propio vaso" (BA). Skéuos se usa 23 veces en el NT; 7 veces se ha traducido "vaso", y 10 veces "objeto", "utensilio", "vasija", "bienes" o "instrumento". 

Hay diferencia de opinión en cuanto al significado de este versículo. Algunos opinan que Pablo se refiere al cuerpo del cristiano, teniendo en cuenta especialmente sus funciones sexuales. Esta interpretación concuerda con el contexto que trata de la pureza sexual (vers. 3 y 5), pero no tan bien con el significado de ktáomai, "adquirir" (ver "tener").  Sin embargo, es posible darle a ktáomai el significado de "ganar el dominio sobre". La opinión generalizada de los eruditos prefiere interpretar skéuos, "vaso", como una referencia a la esposa de un hombre. Esa opinión tiene apoyo bíblico en 1 Ped. 3:7, donde se describe a la esposa como "vaso más frágil", y en la literatura rabínica, donde se habla de la esposa como de un "vaso" para el hombre.

Hay otro punto de vista que merece consideración. Unos pocos intérpretes han sugerido que el versículo se divida de la siguiente manera: "Cada uno de vosotros respete a su propia esposa, y obtenga ganancias en santificación y honor". Sostienen que el segundo pensamiento se aplica a las relaciones comerciales, a la adquisición de riqueza, y que Pablo insta para que se haga con un fundamento ético. Pero esta interpretación es extraña a la corriente del pensamiento de Pablo, el cual se concentra en los vers. 3-7 en temas de pureza sexual.

El enfoque que da Pablo a este tema de la impureza y del matrimonio en esta epístola, está en armonía con la forma en que trata un tema similar en 1 Cor. 7, en donde considera que el matrimonio es una unión divinamente instituida que ayuda a los esposos cristianos a evitar las tentaciones sexuales (ver com. 1 Cor. 7:1-5).

5. Pasión. Gr. páthos, "emoción", buena o mala; pero en el NT sólo se aplica a malos deseos (Rom. 1:26; Col. 3:5).

Concupiscencia. Gr. epithumía, "deseo", "ansia", "anhelo"; pero en el NT generalmente mal deseo, específicamente, "lujuria" (ver com. Mar. 4:19; Rom. 7:7). 

Las palabras "pasión de concupiscencia", podrían, pues, traducirse "pasión de lujuria". La estrecha relación entre los vers. 4 y 5 apoya la idea de que Pablo se está refiriendo a los aspectos sexuales del matrimonio. En el vers. 4 presenta el enfoque positivo; en el 5 destaca el proceder que debe evitar el cristiano. Aunque los tesalonicenses se habían criado en una atmósfera de inmoralidad, no debían permitir que ésta los contaminara.

Gentiles. O "paganos". Puesto que los tesalonicenses mismos habían sido gentiles, o paganos, entendían a qué se refería Pablo. Pero el hecho de que ahora el apóstol claramente los distinguiera de los paganos, los animaría a mantener esa distinción negándose a complacerse en la inmoralidad como lo hacían los gentiles.

Que no conocen a Dios. Ver com. Rom. 1:21,28.

6. Agravie. Gr. huperbáinÇ, "pasar por encima de", "excederse", metafóricamente "transgredir"; "extralimitarse" (NC); "nadie se propase" (VM). Este verbo sólo se usa aquí en el NT. Engañe. Gr. pleonektéÇ, "aprovecharse de otro", "defraudar".

En nada. Mejor "en él asunto". Lo que se entienda por lo que está implicado en "el asunto" es muy importante para la interpretación de este versículo. Algunos sostienen que se hace referencia a transacciones comerciales, y que Pablo está amonestando a sus conversos a ser honrados en sus negocios. Este punto de vista está en pugna con el pensamiento de Pablo expresado en los vers. 5 y 7, donde claramente se ocupa de la pureza sexual. Es preferible suponer que el apóstol continúa con su tema de los vers. 3-7, y que con delicadeza afirma que la fornicación es una forma de robar, ya que se apropia de lo que en justicia pertenece a otro.

Vengador. Gr. ékdikos (ver com.  Rom. 13:4). Se describe al Señor como el que ejecuta juicio. El que estableció el vínculo que une a esposo y esposa, vela por él (cf.Mat. 19:5-6). Las relaciones que se creen secretas, que no se presentan ante ningún tribunal humano, son vistas por el Señor (Heb. 4:13). 

El juzga. El transgresor no puede eludir el castigo divino. De esta manera Pablo recuerda a sus lectores que el pecado, especialmente la clase de pecado de que se está ocupando, no quedará impune. Se presenta esto como la primera razón para no defraudar a nuestro hermano.

Todo esto. Todo lo que corresponde a pecados carnales de fornicación, adulterio y cualquier otra forma de impureza sexual.

Ya os hemos dicho. Pablo no da ningún consejo nuevo. Repite la enseñanza dada previamente a los creyentes.

Testificado. O "protestado solemnemente", "atestiguado públicamente". Pablo había amonestado fielmente a sus conversos contra las corruptoras influencias que predominaban en la sociedad. La iglesia de Dios necesita hoy tener en cuenta una amonestación solemne semejante, pues está rodeada de las influencias degradantes de una sociedad corrompida.

7. Pues. Con esta conjunción causal comienza la segunda razón que expone Pablo en su exhortación a vivir con pureza (ver com. vers. 6).

Llamado. Ver com. cap. 2:12. El llamamiento de Dios es una razón poderosa para evitar toda clase de impureza. Cf. com. 1 Cor. 6:18-20; 1 Ped. 1:14-16.

A inmundicia. Ver com. cap. 2:3. Dios no ha llamado a nadie a ser inmundo o impuro.

Santifícación. Gr. hagiasmós (ver com. Rom. 6:19). Dios espera que sus hijos vivan en una atmósfera de santidad (cf. Heb. 12:14). La santidad debiera caracterizar todo aspecto de la vida cristiana.

8. Desecha. Es decir, el que desecha el consejo de Pablo (vers. 3-7) en realidad está rechazando el mensaje de Dios. Esto destaca al máximo las normas morales presentadas por el apóstol.

También nos dio. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto tal como está en la RVR. Sin embargo, algunos MSS dicen "está dando" en vez de "dio". Continuamente Dios está impartiendo su Espíritu Santo a sus hijos.

Nos dio. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "os dio" (BJ, BC, NC). Pablo no está hablando ahora de su propia inspiración por el Espíritu Santo, sino que se refiere a la forma que Dios ha dispuesto para que su pueblo sea victorioso sobre toda clase de pecados. El Señor no sólo ha llamado a sus hijos a la santidad y ha dado claras órdenes contra la impureza, sino que ha proporcionado el poder por el cual pueden alcanzar la elevada norma divina. El cristiano, así fortalecido, puede superar todos los obstáculos en su propósito de lograr un carácter semejante al de su Maestro (cf. Efe. 3:16-19; Fil. 4:13; Col. 1:11).

9. Amor fraternal. Gr. filadelfía (ver com. Rom. 12:10). Cf. Heb. 13:1; 1 Juan 3:14; 4:20-21. Pablo se ha ocupado (1 Tes. 4:6) de una forma especial de violar los principios del amor, pero no considera necesario proseguir con el tema.

Aprendido de Dios. Cuando uno ha aceptado el nuevo pacto de la gracia permitiendo así que el Señor escriba la ley divina en su corazón, es enseñado por Dios, y ya no necesita depender sólo de la instrucción humana (cf. Heb. 8:10-11).

Os améis unos a otros. El propósito de la instrucción divina es promover el amor fraternal en el corazón de los creyentes (cf. com. cap. 3:12). El amor fraternal ferviente es una de las más poderosas evidencias de una verdadera conversión (HAp 213).

10. Lo hacéis así. Esta era otra razón para que Pablo no necesitara escribir más acerca del amor fraternal. Los tesalonicenses ya habían demostrado su amor a los creyentes del norte de Grecia, y Pablo los había alabado en el comienzo de esta epístola por el "trabajo de" su "amor" (ver com. cap. 1:3). No explica de qué manera expresaron su amor fraternal, pero sin duda fueron hospitalarios con sus hermanos en la fe en Macedonia. Ahora aprovecha esa cualidad que habían demostrado como base para exhortarles a ser puros en sus vidas. Después de demostrar tan ampliamente su amor, con seguridad lo practicarían en sus relaciones cotidianas con sus hermanos de la iglesia. Os rogamos. Mejor "os exhortamos", BJ (cf. com. vers. 1).

Abundéis en ello más y más. El amor demostrado por los tesalonicenses aún no se había perfeccionado. Pablo los exhorta a proseguir en la buena senda. La vida cristiana es de progreso continuo. El amor de Dios se perfecciona en nosotros sólo cuando nuestro amor mutuo es pleno (1 Juan 4:12, 20-21).

11. Procuréis. Gr. filotiméomai, "desear o pretender honores", "afanarse"; aquí "ambicionar", "aspirar"; "ambicionéis" (BJ); "esforcéis" (NC).

Tener tranquilidad. Es decir, vivir una vida reposada, en calma. Puede ser que haya habido fanatismo entre los creyentes de Tesalónica. 

Algunos pocos estaban diseminando ideas y doctrinas fanáticas que perturbaban a muchos (ver 2 Tes. 3:11-12; HAp 212). Por el contexto y por el tenor de la epístola, parece que esas ideas perturbadoras se relacionaban con la doctrina del segundo advenimiento (1 Tes. 4:13-18; 5:1-11l; cf. HAp 185-186).

Ocuparos en vuestros negocios. Según parece, algunos de los miembros de la iglesia se habían estado ocupando de asuntos que no les incumbían, quizá aun de asuntos de la misma iglesia (cf. com. 2 Tes. 3:11-12).

Trabajar. Una de las mejores salvaguardias para no ser entremetidos es ocuparse activamente del propio trabajo. Pero parece que algunos estaban enseñando que teniendo en vista la inminencia del segundo advenimiento, no correspondía que se ocuparan en los trabajos comunes; y debido a eso algunos habían dejado de trabajar para mantenerse, y estaban dependiendo de la generosidad de sus hermanos.

Os hemos mandado. Pablo ya se había ocupado del problema cuando estuvo con los tesalonicenses, de modo que ahora podía recordar su anterior instrucción verbal, y no sólo ordenaba que vivieran así, sino que había dado un notable ejemplo de laboriosidad, independencia y utilidad (cf. com. Hech. 18:3).

12. Os conduzcáis. Gr. peripatéÇ (ver com. cap. 2:12).

Honradamente. Gr. eusj'mónÇs, "decorosamente", "decentemente". La admonición no se refiere a relaciones comerciales, sino a vivir una vida cristiana consecuente, ocupándose de lo de uno y trabajando con diligencia para ganarse la vida sin depender de otros. Con los de afuera. Es decir, fuera de la iglesia, los que no eran cristianos (ver com. 1 Cor. 5:12). Una vida cristiana consecuente es en sí misma un buen testimonio ante el mundo incrédulo.

Necesidad de nada. El griego puede traducirse "nada" o "nadie". El significado es claro con ambas traducciones. "No necesitéis de nadie" (BJ); "de nadie tengáis necesidad" (BC). El cristiano debe aspirar a ser independiente, a no depender de otros para su sustento.

13. Tampoco queremos. Pablo puede estar asociando a Silas y a Timoteo en su afirmación, de lo contrario está usando un plural mayestático (ver com. cap. 1:1).

El apóstol introduce un tema nuevo: qué ocurrirá con los cristianos muertos cuando se produzca el retorno de Cristo. Timoteo, que acababa de regresar de Tesalónica (3:6), quizá había sido portador de la noticia de que los miembros de iglesia estaban muy preocupados por la suerte de los suyos que habían muerto después de su conversión. ¿Cómo podían compartir esos difuntos las glorias del reino de Cristo cuando volviera el Salvador? 

Pablo considera ahora el tema detalladamente (vers. 13-18), y luego se ocupa de un tema afín: el momento de la aparición de Cristo (cap. 5:1-11). Trata ambos puntos, no como doctrinas nuevas, sino como una enseñanza familiar en la cual los creyentes necesitaban más instrucción y admonición. Pablo no había tenido tiempo para responder a todas las preguntas de los tesalonicenses ni para aclarar cada punto mientras había estado con ellos.

Los que duermen. Gr. koimáÇ, "dormir", en sentido figurado "morir". La forma verbal griega también puede traducirse "se están durmiendo". Seguían muriendo cristianos en Tesalónica. En cuanto al sueño como una figura de la muerte, ver com. Juan 11:11. Las inscripciones griegas muestran que los cementerios se llamaban koim't'rion, palabra que significa "dormitorio". Para los cristianos los muertos estaban como dormidos, esperando la mañana de la resurrección.

No os entristezcáis. Parecería que los tesalonicenses se habían entristecido indebidamente por los suyos que habían muerto después de aceptar el Evangelio. 

Los que quedaban temían que los difuntos perdieran la gloriosa experiencia que los cristianos esperaban disfrutar cuando Cristo volviera. Pablo dedica los vers. 13-18 a eliminar ese error y consolar a los creyentes. Explica que no hay necesidad de que un cristiano se entristezca por su hermano muerto, pues la esperanza de la resurrección elimina la causa de ese pesan Pero Pablo no desaprueba el dolor natural. Está enseñando a los creyentes a no quedar sumidos en un dolor humano sin esperanza, sino a reanimarse con la expectativa de reunirse con sus amados cuando éstos resuciten en ocasión del retorno del Señor.

Como los otros. Es decir, como los que no eran cristianos.

Que no tienen esperanza. Los que no son cristianos no tienen un equivalente de la esperanza cristiana. Los incrédulos no tienen ninguna base para esperar vida después de la muerte; para ellos la muerte tiene que ser el fin, pues no conocen ningún poder que pueda quebrantar las ataduras de la muerte y dar vida a los muertos. Sólo el cristiano conoce a Aquel que ha vencido a la muerte para sí mismo y para sus seguidores. Pablo contrasta de esta manera la perspectiva del creyente con la desesperanza del mundo pagano que lo rodea.

14. Si creemos. El texto griego no expresa duda, ya que se da por sentado que la condición se ha cumplido. Perfectamente podría traducirse "ya que creemos".* Pablo había presentado la enseñanza en cuanto a la muerte y la resurrección de Jesús la primera vez que los visitó (Hech. 17:1-3), y sus conversos habían creído. Estaban bien fundamentados en las doctrinas básicas de la fe cristiana. Ahora el apóstol quería que usaran su creencia en la muerte y resurrección de Jesús como fundamento de su esperanza futura de la resurrección de los cristianos muertos antes de la segunda venida. La muerte y la resurrección de Jesús dan al cristiano una segura esperanza de resurrección (Juan 14:19; ver com. 1 Con 15:20-23). Por eso los tesalonicenses no debían desesperarse cuando murieran sus amados.

Dios traerá. Se pinta a Dios como el que resucita a los muertos.

Con Jesús. Con más precisión, "por Jesús" (BC, NC). Se han presentado varias interpretaciones para explicar esta difícil expresión. Algunos interpretan que Pablo quiere decir que la muerte es un sueño sólo en virtud del poder vivificador de Cristo que un día despertará a los muertos; que si Jesús no hubiera muerto y resucitado, la muerte sería el final de todo. Otros sugieren que si bien Dios trae a los muertos a la vida, lo hace por medio de Jesús, es decir, con Jesús como agente.*

Los que durmieron. O "los que quedaron dormidos", es decir, los cristianos muertos antes de la segunda venida.

En él. Con más precisión, "con él".* Es decir, procedentes de la tumba, así como Jesús resucitó. Hay quienes consideran que esta expresión es paralela a la frase "muertos en Cristo". Se hablaría entonces de los que "murieron con Jesús", los que murieron siendo creyentes en Jesús. En todo caso, aquí Pablo llega al punto esencial de su respuesta a los perturbados tesalonicenses, preocupados por el destino de sus muertos. El apóstol les asegura mediante una categórica afirmación, que Dios ha dispuesto que los muertos cristianos serán resucitados, así como Jesús resucitó. Esas palabras aseguraban a los creyentes que sus amados no serían olvidados. Esta seguridad inspirada satisfaría las inquietudes de los tesalonicenses y les infundiría paz. A Pablo le interesa principalmente el hecho de que los justos muertos resucitarán; no se preocupa, sin embargo, de los detalles cronológicos de la resurrección. Esos pormenores se presentan en 1 Cor. 15: 23: "Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida". Pablo deseaba destacar que así como Dios sacó a Cristo de la tumba, así también sacaría de sus sepulcros a los santos dormidos.

Algunos enseñan que Pablo habla aquí de almas desencarnadas que ascendieron al cielo al morir y volverán con Jesús cuando él descienda a esta tierra en ocasión del segundo advenimiento. 

Pero la Biblia no enseña que el alma es inmortal y que asciende al cielo cuando la persona muere (ver com. Mat. 10: 28; Luc. 16: 19-31; 2 Cor. 5:28). Además, esta interpretación no armoniza de ningún modo con el contexto. Pablo no está hablando de almas inmortales, sino de los muertos "que duermen" (1 Tes. 4: 13), los "que durmieron en él" (vers. 14), los "muertos en Cristo" (vers. 16). Los "muertos en Cristo" resucitan (vers. 16); no descienden. Se dice que los vivientes no precederán a los que durmieron en lo que se refiere a estar con el Señor (vers. 15). Todos entrarán juntos en el reino (vers. 17). Si los muertos precedieran a los vivientes y estuvieran ya con el Señor al morir, antes de la resurrección, el lenguaje del apóstol sería incomprensible y aun absurdo. Su consuelo de nada serviría. En tal caso Pablo habría tenido que decirles a los tesalonicenses que sus amados ya estaban disfrutando de la bienaventuranza. Nada de eso dijo. No podía decirlo, pues su enseñanza debía armonizar con la del Señor (ver com. Juan 14:3). Algunos comentadores, comprendiendo el problema, admiten sin reservas que "aquí no se habla de almas desprovistas de cuerpo" (Jamiesen, Fausset y Brown).

15. En palabra del Señor. El apóstol recurre a una autoridad superior a la suya (cf. com. Cor. 7:6,10,12,25).

Nosotros que vivimos, que habremos quedado. Es decir, los que queden vivos hasta el retorno de Cristo, en contraste con los justos muertos. Pablo parecería expresar aquí la esperanza de que él y los conversos a quienes escribía, estarían vivos cuando Cristo regresara, esperanza común a los cristianos de todos los siglos; pero no afirma explícitamente que estaría vivo hasta ese gran día (ver Rom. 13:11; 1 Con 10:11; Fil. 4:5; Tito 2:13; Nota Adicional de Rom. 13). Aclara sus pensamientos acerca de este tema en 1 Tes. 5:1-11, donde trata de lo inesperado del segundo advenimiento y la incertidumbre de que él, o los tesalonicenses, estuvieran vivos cuando volviera el Señor (vers. 10). Parece que los creyentes de Tesalónica entendieron mal las afirmaciones de Pablo, y algunos voluntariamente las torcieron, enseñando que el día del Señor era entonces inminente (ver com. 2 Tes. 2:2). Para rectificar ese error de concepto, el apóstol escribió su segunda carta poco después (HAp 214; ver p. 270).

Venida. Gr. parousía (ver com. Mat. 24:3). Parousía a veces se usaba para referirse a la llegada de un general romano que iba a desfilar triunfalmente por las calles de la ciudad. Es una palabra apropiada para describir el retorno triunfal de Cristo.

No. En griego hay una doble negación que podría traducirse, "dé ninguna manera".

Precederemos. Gr. fthánÇ, "venir antes", "preceder". Pablo está asegurando a sus lectores que los cristianos vivos no se unirán con su Señor antes que los que duermen. "Los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos" (vers. 16-17). De modo que los santos que estén vivos no tendrán prioridad sobre los que murieron en el Señor. Esta enseñanza aclara el verdadero estado de los que han muerto "en Cristo". Ellos duermen esperando la venida del Salvador. Aún no se han reunido con él, pero, como los cristianos vivos, esperan la segunda venida para que se efectúe su largamente anhelada reunión con el Maestro (cf. Juan 11:23-25). Ninguna de las dos clases precederá a la otra. Cuando su Señor venga, llevará juntamente a ambos grupos a la gloria.

16. Porque. Pablo está presentando la verdadera base de su enseñanza del vers. 15.

El Señor mismo. Aquí se describe claramente la aparición personal, visible y corporal del Señor con gran majestad. Cristo no enviará a un representante ni viene espiritualmente, sino que él mismo viene en persona. El mismo Jesús que ascendió al cielo, descenderá del cielo. Antes de irse al cielo, prometió que volvería (Juan 14:3). Cuando el Salvador ascendía en una nube, se aseguró a la iglesia que "este mismo Jesús" vendría como le habían visto "ir al cielo" (Hech. 1:9-11). Pablo repite estas promesas y registra detalles adicionales acerca de la forma de su cumplimiento.

Con voz de mando. Gr. kéleusma, "orden", "mandato". Este vocablo sólo. aparece aquí en el NT. Kéleusma se usa en los escritos extrabíblicos para referirse a un oficial que da órdenes a sus tropas o un auriga que apura a sus caballos. En la sintaxis del griego no es claro si Cristo pronuncia la orden o si otro personaje da la orden mientras desciende el Señor; pero por el contexto se deduce que es Cristo el que habla (ver com. "arcángel" y "trompeta de Dios"). Aquí no se da ninguna razón específica para la "voz de mando", pero la "voz de mando", la "voz de arcángel" y la "trompeta de Dios" son seguidas inmediatamente por la resurrección de los "muertos en Cristo". Por lo tanto, esta sucesión de sonidos puede tomarse como los preliminares de la resurrección de los justos (cf. Juan 5:25, 28-29; 11:43). Cristo desciende del cielo proclamando victoria. Ha vencido a la muerte y al sepulcro (Apoc. 1:18). La muerte, que es el enemigo, no puede retener más en sus frías garras a ninguno de los redimidos. Los justos muertos responden a la voz de su Señor, y salen triunfantes de sus tumbas.

Arcángel. Gr. arjággelos, "ángel principal', "primer ángel", palabra compuesta por el prefijo arji, que significa 'jefe" o "superior", y ággelos, "ángel"; por lo tanto significa "jefe de los ángeles". Arjággelos aparece en el NT sólo aquí y en Jud. 9, donde se dice que Miguel es el arcángel. Este Comentario apoya la conclusión de que Miguel es nuestro Señor Jesucristo (ver com. Dan. 10:13; Jud. 9; Apoc. 12:7). De esta interpretación es posible deducir que la voz de Cristo como voz de arcángel, es la que se escuchará mientras él desciende del cielo (ver com. Jud. 9).

Trompeta de Dios. No se refiere necesariamente a una determinada trompeta que pertenece exclusivamente a Dios, sino más bien a un instrumento que se usa en el servicio de Dios. 

En el AT con frecuencia se mencionan trompetas en relación con notables intervenciones de Dios, ya fueran reales o proféticas.

 (Exo. 19:13,16,19; Sal. 47:5; Isa. 27:13; Joel 2:1; Sof. 1:16; Zac. 9:14). 

Las trompetas también se usaban para congregar al pueblo de Dios (Núm. 10:2-4), para hacer resonar alarmas bélicas (vers. 5-9) y para ocasiones de carácter nacional (vers. 10). En el NT el sonido de una trompeta se relaciona con la reunión de los elegidos y la resurrección de los muertos (Mat. 24:31; 1Cor. 15:52).

Descenderá. Gr. katabáinÇ, "bajar", "descender". 

Este verbo sólo se usa aquí en el NT para referirse al segundo advenimiento de Cristo, aunque también se lo emplea para aludir al descenso del Hijo del hombre desde el cielo en su primer advenimiento (Juan 3:13; 6:33,38; etc.). 

EI descenso de Cristo en su segunda venida está implícito en otros relatos bíblicos del regreso del Señor (Mat. 16:27; 24:30; etc.).

Y los muertos en Cristo. La conjunción "y" se usa para indicar el resultado que acompaña a los sonidos que retumban en el cielo, a saber: la resurrección de los justos. Los "muertos en Cristo" son los que se durmieron en la fe, incluyendo los santos del AT (ver com. Rom. 4:3; 1 Cor. 15:18; cf. Apoc. 14:13). Están incluidos entre los que Jesús describe como los "hijos de la resurrección" (Luc. 20:36). En otro pasaje Pablo los llama "los que son de Cristo, en su venida" (1 Cor. 15:23). Cuando salgan de las tumbas tendrá lugar la "primera resurrección" (ver com. Apoc. 20:5-6). Las palabras "los muertos en Cristo" sirven para distinguir a los santos que duermen de otras dos clases de personas: (1) los impíos muertos que no resucitarán en la segunda venida de Cristo; (2) los cristianos que estén vivos, a quienes se les asegura que sus amados muertos no estarán en desventaja cuando vuelva Jesús, sino que recibirán la primera atención al ser resucitados, con lo cual estarán en el mismo nivel con los santos que estén vivos.

Resucitarán primero. Es decir, serán resucitados antes de que los santos que estén vivos sean "arrebatados" para encontrarse con el Señor en el aire (vers. 17).

17. Luego. Es decir, después de que hayan resucitado los justos muertos.

Los que vivimos, las que hayamos quedado. Ver com. vers. 15.

Arrebatados. Gr. harpázÇ, "arrebatar" (ver com. Hech. 8:39; Fil. 2:6; Apoc. 12:5).

De harpázÇ, y a través del latín con el verbo rapio, "arrebatar", deriva la palabra "rapto", término que algunos usan teológicamente para describir el momento cuando los santos serán arrebatados de este mundo, tema del cual Pablo escribe aquí. Pero los que predican el "rapto", enseñan que la aparición visible y audible de Cristo con poder y gran gloria, será precedida algunos años antes por su venida secreta e invisible a la atmósfera de este planeta para arrebatar a sus santos, mientras que el resto de los habitantes de la tierra continuará viviendo durante un período que se caracterizará por la tribulación bajo el gobierno del anticristo.

Pero este pasaje, que según ellos describe la venida secreta, dice claramente que Cristo vendrá "con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios", lo que hace imposible que sea un suceso secreto. 

Además, evidentemente ésta es "nuestra reunión con él", acerca de la cual estaban turbados los tesalonicenses", pero que sucederá después de la aparición del anticristo (2 Tes. 2:1-3), y no antes, como se enseña en el llamado "rapto secreto anterior a la tribulación" (ver la Nota 2 de Apoc. 20). " trompeta también se menciona en Mat. 24:30-31 en un contexto que describe claramente la venida visible de Cristo: "Todas las tribus de la tierra... verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria". 

En las palabras de estos pasajes no hay nada que sugiera ni remotamente que la venida descrita en Mat. 24 sea diferente de la que se describe en 1 Tes. 4. 

Por lo tanto, ambos pasajes describen un mismo acontecimiento que sucederá en un mismo momento. Ésta es la enseñanza uniforme de todas las Escrituras. 

En cuanto a ciertos falsos conceptos sobre los cuales se basa la creencia en un "rapto secreto", ver la Nota 2 de Apoc. 20

Juntamente con. Gr. háma sun. El adverbio háma significa "al mismo tiempo", mientras que la preposición sun aquí significa "junto con"; por lo tanto, una traducción literal de esta parte del vers. 17, diría: "Al mismo tiempo junto con ellos seremos arrebatados". Esta afirmación tranquilizaría a los tesalonicenses, pues les explicaba que los cristianos que entonces estuvieran muertos y los que aún quedaran vivos, se reunirían simultáneamente con su Señor.

En las nubes. Cf. Mat. 24:30; Hech. 1:9; Apoc. 1:7.

Para recibir al Señor. Así se expresa el cumplimiento del propósito por el cual los justos han sido arrebatados de la tierra, esto es, para que puedan encontrarse con su Señor. En el momento del encuentro se cumplirá el máximo deseo del cristiano: reunirse con Aquel a quien ama en forma suprema (cf. com. Fil. 1:23).

En el aire. Los santos han ascendido de la tierra, el Señor y sus huestes acompañantes han descendido del cielo. Se encuentran en el aire, entre la tierra y el cielo. Y así. Es decir, como resultado de la venida de Cristo y los sucesos derivados de ella, descritos en los vers. 16 y 17, todos los creyentes se reúnen con su Señor.

Siempre con el Señor. Pablo no trata de llevar a sus lectores más allá del momento arrobador del encuentro. Los discípulos de todas las edades al fin se han reunido con su Maestro; el futuro está asegurado. En este momento no se necesita penetrar más allá. Pero sabemos por otros pasajes que los redimidos continuarán, después de la reunión, el viaje que han comenzado e irán con Cristo a su hogar celestial (ver com. Juan 14:2-3). Así estarán "siempre con el Señor".

18. Por tanto. Este versículo presenta la conclusión del razonamiento de Pablo en los vers. 13-17. Ha explicado la relación de los creyentes vivos y muertos en ocasión de la venida de nuestro Señor Jesucristo, para tranquilizar a los perturbados tesalonicenses que temían que sus muertos no compartieran los placeres y las glorias del retorno del Señor. 

Alentaos los unos a los otros. Es algo más que una sugerencia. 

El apóstol está ordenando amablemente a los creyentes que mediten en "estas palabras" (vers. 13-17), para que perciban su significado reconfortante y compartan mutuamente ese consuelo, de modo. que todos puedan ser reanimados por su mensaje. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

1-3; 7, 9-12. HAp 212. EL CRISTIANO VIGILANTE es el cristiano que trabaja, que procura celosamente hacer todo lo que puede para el adelantamiento del Evangelio. Como crece el amor por su Redentor, así también crece su amor por su prójimo.

Tiene severas pruebas, como su Señor; pero no permite que las aflicciones agríen su 212 temperamento y destruyan su paz mental. Sabe que la prueba, si se la soporta bien, le refinará y purificará, y le unirá más con Cristo.

Los que son participantes de los sufrimientos de Cristo, serán también participantes de su consolación, y al fin compartirán también su gloria. "Os rogamos, hermanos ­continuó Pablo en su carta a los tesalonicenses,­ que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan: y que los tengáis en mucha estima por amor de su obra. Tened paz los unos con los otros."

LOS CREYENTES TESALONICENSES SE VEÍAN MUY MOLESTADOS Por Hombres Que Se Levantaban Entre Ellos Con Ideas Y Doctrinas Fanáticas. Algunos andaban "fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear." La iglesia había sido debidamente organizada, y se habían nombrado dirigentes para que actuaran como ministros y diáconos. Pero había algunos voluntariosos e impetuosos que rehusaban someterse a aquellos que ocupaban puestos de autoridad en la iglesia. Los tales aseveraban tener no solamente derecho a juzgar por su cuenta, sino también a presentar insistentemente sus conceptos a la iglesia.

En vista de esto, Pablo llamó la atención de los tesalonicenses al respeto y la deferencia debidos a aquellos que habían sido escogidos para ocupar puestos de autoridad en la iglesia. En su ansia de que los creyentes de Tesalónica anduvieran en el temor de Dios, el apóstol les suplicó que manifestaran piedad práctica en la vida diaria. "Resta pues, hermanos ­escribió,­ que os roguemos y exhortemos en el Señor Jesús, que de la manera que fuisteis enseñados de nosotros de cómo os conviene andar, y agradar a Dios, así vayáis creciendo. Porque ya sabéis qué mandamientos os dimos por el Señor Jesús. Porque la voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación." "Porque no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación."

13-14; 16-18. HAp 209. "Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida? Que vosotros sois nuestra gloria y gozo."

EN SU PRIMERA EPÍSTOLA A LOS CREYENTES TESALONICENSES, Pablo Se Esforzó Por Instruirlos Respecto Al Verdadero Estado De Los Muertos.

Dijo que los muertos dormían en la inconsciencia: "Tampoco, hermanos, queremos que ignoréis acerca de los que duermen, que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con él a los que durmieron en Jesús.... Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor."

Los Tesalonicenses Se Habían Aferrado Ansiosamente A La Idea De Que Cristo Estaba Por Venir Para Transformar A Los Fieles Que Vivían, Y Llevarlos Consigo. Habían protegido cuidadosamente la vida de sus amigos, para que no murieran y perdieran la bendición que ellos esperaban recibir al venir su Señor. Pero sus amados, uno tras otro, les habían sido arrebatados; y con angustia los tesalonicenses habían mirado por última vez los rostros de sus muertos, atreviéndose apenas a esperar encontrarlos en la vida futura.

Cuando abrieron y leyeron la epístola de Pablo, las palabras referentes al verdadero estado de los muertos proporcionaron gran gozo y consuelo a la iglesia. Pablo mostró que aquellos que vivieran cuando Cristo viniese no irían antes al encuentro de su Señor que aquellos que hubieran dormido en Jesús. La voz del arcángel y la trompeta de Dios alcanzarían a los que durmieran, y los muertos en Cristo resucitarían primero, antes 210 que el toque de la inmortalidad se concediera a los vivos. "Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras."

DIFÍCILMENTE PODEMOS APRECIAR LA ESPERANZA Y EL GOZO que esta seguridad proporcionó a la joven iglesia de Tesalónica. Ellos creyeron y atesoraron la carta que les envió su padre en el Evangelio, y sus corazones se llenaron de amor a él. Él les había dicho estas cosas antes; pero en aquel entonces sus mentes estaban tratando de asimilar doctrinas que les parecían nuevas y extrañas; y no es sorprendente que la fuerza de algunos puntos no se había impresionado vívidamente en su espíritu.

PERO TENÍAN HAMBRE DE LA VERDAD, y la epístola de Pablo les dio nueva esperanza y fuerza, y una fe más firme en Aquel cuya muerte había sacado a luz la vida y la inmortalidad, y les dio un afecto más profundo por él. Ahora se regocijaban en el conocimiento de que sus amados amigos se levantarían de la tumba, para vivir para siempre en el reino de Dios.

LAS TINIEBLAS que habían envuelto el lugar de descanso de los muertos se disiparon. Un nuevo esplendor coronó la fe cristiana, y vieron una nueva gloria en la vida, la muerte y la resurrección de Cristo.

"También Traerá Dios Con Él A Los Que Durmieron En Jesús," Escribió Pablo.

MUCHOS INTERPRETAN ESTE PASAJE como si significara que los que duermen serán traídos con Cristo desde el cielo, pero según Pablo, como Cristo se levantó de los muertos, así Dios traerá de sus tumbas a los santos que durmieron, y los llevará con él al cielo. ¡Qué precioso consuelo! ¡Qué gloriosa esperanza! no sólo para la iglesia de Tesalónica, sino para todos los cristianos dondequiera que estén.

16-18. CS 603. Es un hecho incontestable que la esperanza de pasar al morir a la felicidad eterna ha llevado a un descuido general de la doctrina bíblica de la resurrección. Esta tendencia ha sido notada por el Dr. Adán Clarke, quien escribió: "¡La doctrina de la resurrección parece haber sido mirada por los cristianos 603 como si tuviera una importancia mucho mayor que la que se le concede hoy! ¿Cómo es eso? 

Los apóstoles insistían siempre en ella y por medio de ella incitaban a los discípulos de Cristo a que fuesen diligentes, obedientes y de buen ánimo. Pero sus sucesores actuales casi nunca la mencionan. Tal la predicación de los apóstoles, y tal la fe de los primitivos cristianos; tal nuestra predicación y tal la fe de los que nos escuchan. No hay doctrina en la que el Evangelio insista más; y no hay doctrina que la predicación de nuestros días trate con mayor descuido." -Commentary on the New Testament, tomo II, comentario general de 1 Corintios 15, pág. 3.

Y así siguieron las cosas hasta resultar en que la gloriosa verdad de la resurrección quedó casi completamente obscurecida y perdida de vista por el mundo cristiano. Es así que un escritor religioso autorizado, comentando las palabras de San Pablo en 1 Tesalonicenses 4:13-18, dice: "Para todos los fines prácticos de consuelo, la doctrina de la inmortalidad bienaventurada de los justos reemplaza para nosotros cualquier doctrina dudosa de la segunda venida del Señor. Cuando morimos es cuando el Señor viene a buscarnos. Eso es lo que tenemos que esperar y para lo que debemos estar precavidos. Los muertos ya han entrado en la gloria. Ellos no esperan el sonido de la trompeta para comparecer en juicio y entrar en la bienaventuranza."

Pelo cuando Jesús estaba a punto de dejar a sus discípulos, no les dijo que irían pronto a reunírsele. "Voy a prepararos el lugar -les dijo.- Y si yo fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo." (S. Juan 14: 2, 3, V.M.) Y San Pablo nos dice además que "el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor." Y agrega: "Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras. 604 (Tesalonicenses 4: 16-18.) ¡Cuán grande es el contraste entre estas palabras de consuelo y las del ministro universalista citadas anteriormente! Este último consolaba a los amigos en duelo con la seguridad de que por pecaminoso que hubiese sido el fallecido, apenas hubo exhalado su último suspiro, debió ser recibido entre los ángeles. San Pablo recuerda a sus hermanos la futura venida del Señor, cuando las losas de las tumbas serán rotas y "los muertos en Cristo" resucitarán para la vida eterna.

Antes de entrar en la mansión de los bienaventurados, todos deben ser examinados respecto a su vida; su carácter y sus actos deben ser revisados por Dios. Todos deben ser juzgados con arreglo a lo escrito en los libros y recompensados según hayan sido sus obras. Este juicio no se verifica en el momento de la muerte. Notad las palabras de San Pablo: "Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe a todos con haberle levantado de los muertos." (Hechos 17: 31.) El apóstol enseña aquí lisa y llanamente que cierto momento, entonces por venir, había sido fijado para el juicio del mundo.

San Judas se refiere a aquel mismo momento cuando dice: "A los ángeles que no guardaron su original estado, sino que dejaron su propia habitación, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas, hasta el juicio del gran día." Y luego cita las palabras de Enoc: "¡He aquí que viene el Señor, con las huestes innumerables de sus santos ángeles, para ejecutar juicio sobre todos!" (S. Judas 6, 14, 15, V.M.) San Juan declara que vio "a los muertos, pequeños y grandes, estar en pie delante del trono; y abriéronse los libros; . . . y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los libros." (Apocalipsis 20:12 V.M.)

Pero si los muertos están ya gozando de la bienaventuranza del cielo o están retorciéndose en las llamas del infierno, ¿qué necesidad hay de un juicio venidero? Las enseñanzas de la Palabra de Dios respecto a estos importantes puntos no son obscuras ni contradictorias; una inteligencia mediana puede 605 entenderlas. ¿Pero qué espíritu imparcial puede encontrar sabiduría o justicia en la teoría corriente? ¿Recibirán acaso los justos después del examen de sus vidas en el día del juicio, esta alabanza: "¡muy bien, siervo bueno y fiel, . . . entra en el gozo de tu Señor!" cuando ya habrán estado habitando con él tal vez durante siglos? ¿Se sacará a los malos del lugar de tormento para hacerles oír la siguiente sentencia del juez de toda la tierra: "¡Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno!"? (S. Mateo 25: 21, 41, V.M.) ¡Burla solemne! ¡Vergonzosa ofensa Inferida a la sabiduría y justicia de Dios!

La teoría de la inmortalidad del alma fue una de aquellas falsas doctrinas que Roma recibió del paganismo para incorporarla en el cristianismo. Martín Lutero la clasificó entre "las fábulas monstruosas que forman parte del estercolero romano" de las decretales. (E. Petavel, Le Probleme de l'Immortalité, tomo 2, pág. 77.) Comentando las palabras de Salomón, en el Eclesiastés, de que los muertos no saben nada, el reformador dice: "Otra prueba de que los muertos son ... insensibles.... Salomón piensa que los muertos están dormidos y no sienten absolutamente nada. Pues los muertos descansan, sin contar ni los días ni los años; pero cuando se despierten les parecerá como si apenas hubiesen dormido un momento." -Lutero, Exposition of Solomon's Book Called Ecclesiastes, pág. 152.

En ningún pasaje de las Santas Escrituras se encuentra declaración alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas no dieron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no la mencionaron siquiera. La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. (1Tesalonicenses 4:14; Job 14:10-12.) El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el tazón de oro (Eclesiastés 12:6), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. (Job 14:21.) ¡Descanso 606 bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad. "Porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán incorruptibles.... Porque es necesario que este cuerpo corruptible se revista de incorrupción, y que este cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este cuerpo corruptible se haya revestido de incorrupción, y este cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces será verificado el dicho que está escrito: ¡Tragada ha sido la muerte victoriosamente!" (1 Corintios 15: 52-54, V.M.) En el momento en que sean despertados de su profundo sueño, reanudarán el curso de sus pensamientos interrumpidos por la muerte. La última sensación fue la angustia de la muerte. El último pensamiento era el de que caían bajo el poder del sepulcro. Cuando se levanten de la tumba, su primer alegre pensamiento se expresará en el hermoso grito de triunfo: "¿Dónde está, oh Muerte, tu aguijón? ¿dónde está, oh Sepulcro, tu victoria?" (Vers. 55.) 607

Ministerio Hno. Pio