“El amor no hace mal al prójimo;
así que el cumplimiento de la Ley es el amor”.
(Romanos 13:10 R95).
Cuando camino por las calles de la ciudad, veo los salones de peinados en diferentes lugares dependiendo la condición social, el precio varía. Un gasto banal que podría alimentar a una familia pobre desde una semana hasta un mes.
Si todos hiciéramos nuestra parte en alimentar al hambriento por ejemplo; este mundo sería mucho mejor y más pacífico. Caminaríamos un poco más seguros por cualquier lugar, por que disminuiría el resentimiento social que genera en muchos casos la pobreza y falta de recursos.
Una de las causas del porque muchos cristianos se perderán, es porque nunca pensaron más que en ellos mismos. Vivieron una vida de egoísmo total, sin obedecer los mandamientos divinos. Pensando que su dinero era totalmente suyos; y no pensaron que solo eran mayordomos de los recursos que el Señor puso en sus manos para administrarlo sabiamente.
Y como buenos mayordomos es nuestro deber después de haber diezmado, ofrendado para el sostén de la iglesia; debemos separar un porcentaje para ayudar a los necesitados que encontraremos en nuestro camino diariamente.
Jesús en el juicio a las naciones en San Mateo 25:31-46. Resalta que muchos se salvaran porque mostraron amor al prójimo asistiéndoles en sus necesidades. Ya que en la persona del prójimo estaban ayudando al Señor mismo. Y esta acción será causa de salvación o perdición.
De acuerdo a estas enseñanzas la salvación es algo compleja y hablar que somos salvos por gracia por medio de la fe que obra, es más amplio en su comprensión y acción. Y esta acción de amor al prójimo es una de las ramas de salvación que Jesús da por obedecer sus mandamientos. Para muchos puede sonar algo herético, pero el mensaje bíblico así lo demuestra.
Cuando Jesús hablaba del reino de los cielos, no lo resumió solo en un mensaje, lo presentó de varias maneras, cuando hablo de la parábola de mostaza, levadura, trigo y la cizaña….etc. etc. en todos ellos estaba hablando de salvación. Pero con mensajes diversos y en situaciones diferentes.
La parábola siguiente también habla de salvación por amar al prójimo, guardando los mandamientos de Dios: “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor”. (Romanos 13:10 R95).
Un intérprete de la Ley se levantó y dijo, para probarlo: --
Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?
Él le dijo: -- ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?
Aquel, respondiendo, dijo: -- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Le dijo: -- Bien has respondido; haz esto y vivirás.
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: --
¿Y quién es mi prójimo?
Respondiendo Jesús, dijo: -- Un hombre que descendía de Jerusalén a Jericó cayó en manos de ladrones, los cuales lo despojaron, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto.
Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y al verlo pasó de largo.
Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, al verlo pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de camino, vino cerca de él y, al verlo, fue movido a misericordia. Acercándose, vendó sus heridas echándoles aceite y vino, lo puso en su cabalgadura, lo llevó al mesón y cuidó de él. Otro día, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero y le dijo: "Cuídamelo, y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando regrese".
¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?
Él dijo: -- El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: -- Ve y haz tú lo mismo.
(San Lucas 10:25-37 R95).
Cuando visitamos a un enfermo por ejemplo; tomamos dos actitudes normalmente, como el caso de la parábola:
1. Solo lo miramos y le damos palabras de ánimo o simplemente no decimos nada.
2. El segundo es la mejor actitud que fue aprobado por Dios; no solo darles palabras de ánimo, también hacernos cargo de cuidarlo o pagar los gastos de sus medicinas, alimentación...etc.
Esa actitud es cumplir los mandamientos de Dios, por la cual junto con los méritos de Cristo todos aquellos obedientes heredaran la vida eterna.
Si todos cumpliéramos la ley de Dios, este mundo sería una filial del cielo. No habría niños muriendo de hambre en el mundo; no habría personas encarceladas, no habría tabernas, ni alcohólicos, consumidores de tabacos, drogas, habrían pocos enfermos, más familias felices. Y por tanto un mundo feliz.
“Porque Amar al prójimo es amar a Dios” “El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor”. (Romanos 13:10 R95).
Dios te bendiga. Amen. Ministerio: Hno. Pio