viernes, septiembre 25, 2020

REFLEXIÓN 402. FUTURO GLORIOSO DE SION (ISAÍAS 35).

Isaías 35. Describe la hermosura y la fragancia de una tierra que florece de nuevo, después de haber sido librada de la maldición del pecado. Que son restauradas por Dios a su hermosura edénica.

Y es nuestro deber, estimular y animar a la humanidad para que esperen con confianza las glorias de la tierra renovada, y para que confíen en el poder divino que los librará de este mundo decadente.

La preparación es necesaria para ser parte de la nueva tierra. ¡Ya estás listo!

Leamos éste capítulo. Que es una de las formas de estar preparándonos, para ser parte de la tierra renovada. Amen.

De los versículos (1-2) Es el gozoso florecimiento del reino de Cristo. Y del (3-10) Los débiles son animados por las virtudes y los privilegios del Evangelio.

1 SE ALEGRARÁN el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. 2 Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro.

3 Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. 4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. 5 Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. 6 Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. 7 El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos. 8 Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviera en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. 9 No habrá allí león, ni fiera subirá por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. 10 Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. (Isaías 35).

1. Se alegrarán el desierto y la soledad. Este capítulo presenta un cuadro inspirado e inspirador de lo que será la tierra cuando sea restaurada. Las regiones áridas y desérticas del mundo que ahora conocemos, no existirán más.

La rosa. Heb. jabatstséleth. Algunos piensan que esta flor era un tipo de junquillo, muy común en los campos de Palestina. Otros la han identificado con el croco o flor de primavera. 

En los vers. 1 y 2 se describe la hermosura y la fragancia de una tierra que florece de nuevo, después de haber sido librada de la maldición del pecado.

2. Líbano. Los montes del Líbano, el monte Carmelo y la llanura de Sarón se destacaban por su verdor y su hermosura. Una maldición había despojado a estas regiones de su verdor y las había dejado desiertas (cap. 33: 9). Pero han de ser restauradas por Dios a su hermosura edénica (cap. 41: 19; 55: 12-13; 65: 10).

3. Afirmad. Los mensajeros de Dios han de estimular y animar a sus semejantes para que esperen con confianza las glorias de la tierra renovada, y para que confíen en el poder divino que los librará de este mundo maldito por el pecado.

4. Con retribución. Esto es, como "vengador" (BJ) para con sus enemigos, pero que "salvará" a su pueblo fiel (Mat. 25: 32, 34, 41). 

La destrucción de los enemigos del pueblo de Dios prepara el camino para la liberación de los fieles. Sabiendo esto, los hijos, de Dios pueden sentirse animados y llenos de esperanza (Isa. 25: 9; Juan 14: 1-3; Tito 2: 13).

5. Los ojos de los ciegos. Esta promesa se cumplirá tanto literal como figuradamente. A los que han sido espiritualmente ciegos (cap. 6: 9-10) se les abrirá los ojos de la visión espiritual, y los oídos de su percepción moral les serán destapados. En la tierra nueva todas las enfermedades físicas también serán sanadas.

6. Aguas serán cavadas. "Revientan aguas en el desierto" (VM). Esto ocurrirá tanto literal como figuradamente (ver com vers. 5). Con referencia a la aplicación figurada, ver Sal. 46: 4; Zac. 13: 1; Juan 4: 10; 7: 37; para el cumplimiento literal, ver Eze. 47: 1-12; Apoc. 22: 1-2.

7. El lugar seco. Aun aquellas regiones de la tierra que ahora son áridas y estériles se caracterizarán por su fertilidad y hermosura. Chacales. Estos animales suelen habitar en lugares desiertos y áridos, pero aun esos lugares tendrán mucha agua.

8. Calzada. Ver com. cap. 11: 16; 19: 23-25. Si el pueblo de Israel hubiera sido fiel a Dios, la tierra prometida habría sido restablecida a su fertilidad y hermosura edénicas, tal como se describe en los vers. 1-4, 7, y habría desaparecido de entre ellos toda enfermedad, como se describe en los vers. 5-6 (ver pp. 29-30). Desde todas las naciones habrían llegado sinceros buscadores de verdad, que habrían caminado por el Camino de Santidad hasta Jerusalén, para aprender del verdadero Dios (pp .30-32). El Camino de Santidad no sería para los "inmundos" o hipócritas. Estaría tan claramente marcado, que aun los más simples, si buscaban honradamente la verdad, no podrían perderse. Finalmente, "todos los redimidos de Jehová" volverían a Sión por este Camino, "con alegría; y gozo perpetuo" (ver com. Isa. 35: 10; cf. Isa. 52: 1; Joel 3: 17). Pero Israel no fue fiel, y por eso no pudo alcanzar el glorioso destino que podría haber 272 sido suyo. Las promesas de este capítulo pertenecen a la iglesia hoy (MC 116-117; ver pp. 37- 38).

Y camino. En 19 manuscritos hebreos, entre ellos el 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto, no está esta frase. También falta en las versiones siríacas.

9. No habrá allí león. Los leones eran en la antigüedad una seria amenaza para los que viajaban por zonas apartadas y desoladas. Pero Dios aseguraba a los que viajaban a Jerusalén por su Camino de Santidad, que lo harían sin peligros.

10. Los redimidos. Es decir, las personas de todas las naciones que acepten la salvación. Con alegría. El viaje a Sión era un viaje feliz. Los peregrinos que iban en camino a Jerusalén para asistir a las fiestas, lo hacían con el corazón lleno de gozo y gratitud a Dios. Cantaban salmos de alabanza (Sal. 121; 122) mientras se anticipaban a las horas felices que habrían de pasar en la santa ciudad en compañerismo mutuo y en comunión con Dios. Esta habría de ser la experiencia de los "redimidos" de todas las naciones. 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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