domingo, junio 17, 2012

REFLEXIÓN 15. La Culpabilidad Del Ser Humano


Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que suprimen la verdad con su injusticia. Porque lo que se puede conocer de Dios, es manifiesto a ellos, porque Dios se lo manifestó. Porque los atributos invisibles de Dios, su eterno poder y su divinidad, se ven claramente desde la creación del mundo, y se entienden por las cosas que han sido creadas; de modo que no tienen excusa. Porque habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se ofuscaron en vanos razonamientos, y su necio corazón se entenebreció. Jactándose de ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios inmortal, por imágenes de hombre mortal, y hasta de aves, cuadrúpedos y reptiles. Por eso, Dios los entregó a la inmundicia, debido a la concupiscencia de sus corazones, de modo que deshonraron sus propios cuerpos entre sí mismos. Cambiaron la verdad de Dios en mentira, y adoraron y sirvieron a las criaturas antes que al Creador, que es bendito por los siglos. Amén. Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Aun sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. De igual modo, también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en sus malos deseos los unos con los otros, cometiendo infamias hombres con hombres, y recibieron en sí mismos el merecido pago de su extravío. Y como no quisieron reconocer a Dios, él los entregó a una mente depravada, para hacer lo que no conviene. Llegaron a estar atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia y maldad. Llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades, murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de maldades, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, crueles, despiadados. A pesar de conocer el justo juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las cometen, sino que se complacen en los que las practican.
(Romanos 1: 18 – 32).

Toda acción tiene una reacción, y para Dios, el Creador y Sustentador de todo el Universo, lo es más aún. Todo el universo está rodeado por leyes, que al ser transgredidos se efectúa una reacción en cadena, que da como resultado la protesta de todo lo inanimado y la depravación de todo lo moral. El ser humano se vuelve más con instinto animal que en un ser superior. A veces pensamos que pecado es lo que hacemos, pero la biblia dice que lo que hacemos es como consecuencia de vivir lejos de Dios. (Isaias 59: 2). Y pecado es transgresión de la ley de Dios (1Juan 3:4). Lo que hacemos son los frutos de vivir alejados de Dios. La biblia lo llama las obras de la carne… (Gálatas 5: 16 – 21). Pero también encontramos creyentes que dicen: “Para Dios, lo que importa es mi corazón.” Pero la palabra de Dios muestra que: por sus frutos los conoceréis. (San Mateo 7: 20).

“No es lo que decimos, sino lo que hacemos es lo que dice quiénes somos por dentro”
Si pudieran ver y entender que es muy sencillo encontrar satisfacción física y espiritual, viviendo en armonía con las leyes de Dios.

¡Oh si hubieras atendido a mis mandamientos! Entonces tu paz habría sido como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Tu simiente también habría sido como la arena, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; tu nombre nunca sería cortado, ni raído de mi presencia. (Isa 48:18-19 RVG).
Si me amáis, guardad mis mandamientos; (San Juan 14:15 RVG)

Pio Pablo Huamán Julca 

sábado, junio 16, 2012

REFLEXIÓN 14. Transformados Por La Contemplación…


Por tanto, nosotros todos, al contemplar con el rostro descubierto, como en un espejo, la gloria del Señor, nos vamos transformando a su misma imagen, con la creciente gloria que viene del Señor, que es el Espíritu. (2 Corintios 3:18).

Existe una ley espiritual de que somos transformados a lo que contemplamos, a lo que nos gusta mirar, admirar regularmente. “Alguien decía somos lo que comemos” no existe la casualidad, todo tiene un origen, todo tiene una razón, una causa. El texto de nuestra reflexión muestra cómo vamos logrando ser transformados a la imagen y semejanza de Cristo. 

Cuando en el edén el ser humano perdió el acceso directo a contemplar la gloria de Dios, el hombre paso muchas experiencias más tristes que placenteras, desde que aprendió a contemplar erróneamente los ídolos de barro, dioses con forma y atributos humanos, a la naturaleza…a los animales, a las orgias sexuales, endiosaron a sus líderes, a las ciencias ocultas, al espiritismo…etc. como tal se transformaron en que la bestialidad tomo su lugar destronando la razón. 

Hasta que Dios tuvo que tomar medidas drásticas como en el diluvio de borrarlos de este mundo.  Debemos entender que el ser humano esta compuesto de la razón y el buen criterio versus el instinto animal o bajos instintos, y los antediluvianos por la contemplación desarrollaron más los bajos instintos, porque solo Vivian para buscar y hacer maldad. …y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos eran de continuo solo el mal. (Génesis 6:5).

Y por eso es importante que miramos, que vemos en la Tv, que videos nos apasiona, que vemos en Internet, que música escuchamos, que amistades tenemos, que libros leemos, de que diversiones nos gusta participar, todo esto alimenta nuestro ser superior o alimenta nuestro ser inferior. Nos acerca más a Dios o nos aleja más y más. Nos transforma en seres espirituales poderosos en la palabra o seres mediocres, tibios que solo tenemos nombre de cristianos. 

¿De las 24 horas que tenemos, cuanto tiempo dedicamos a contemplar a Cristo nuestro salvador?

De eso dependerá que seamos cristianos victoriosos, así como Elías cuando se presentó ante el Rey Acab, y dijo que por su palabra dejaría de llover y por su palabra volvería a llover. (1Reyes 17,18). Cuando nos deleitamos en Jehová, todo lo que le pidamos conforme a su voluntad nos dará. (Salmos 37: 3 – 6). Dios nos ama y es su deseo que todo nos vaya bien, y quiere que seamos salvos y podamos vivir en su presencia por la eternidad. Y debemos prepararnos hoy, mientras dura nuestro peregrinaje por esta vida. Y cuando despertemos en su segunda venida, estaremos juntos con el por siempre, por la eternidad y veremos su gloria. Por ello la importancia de contemplarlo solo a Cristo, su vida en esta tierra y lo que hace hoy por nosotros en el santuario celestial. No hay tiempo que perder, porque se juega nuestro destino eterno. 

“Por tanto, nosotros todos, al contemplar con el rostro descubierto, como en un espejo, la gloria del Señor, nos vamos transformando a su misma imagen, con la creciente gloria que viene del Señor, que es el Espíritu”. Amen.

Pio Pablo Huamán Julca