sábado, septiembre 28, 2019

REFLEXIÓN 118. JÓVENES CRISTIANOS.


*El ser humano sigue siendo igual pasen o no pasen los días, años, siglos…etc. Ésta historia es de hace mucho tiempo. Cuando la sociedad era muy distinta a la nuestra en avance tecnológico, solo en eso, pero las luchas y el amor al mundo, eran tan igual en la vida cristiana. El enemigo sigue siendo el mismo y el joven sigue tan igual como el joven de esos tiempos. 

* Me he preguntado siempre, ¿Por qué el enemigo ataca mas al joven que al adulto? Si vemos nuestra actualidad la música degradante por ejemplo es para destruir el espíritu y la ambición del joven. Solo fortaleciendo sus bajos instintos y anulando su raciocinio y voluntad de progreso.  
Respuesta: porque es la etapa en la cual se construye y decide el futuro del futuro ciudadano, Profesionista, Padre, Madre… y si se destruye las bases… habrá más pobreza y necesidad extrema…eso se aplica tanto a lo espiritual como a lo material. 
Entonces el enemigo hará mas miserables sus vidas, deformará la imagen de Dios. Y el joven más pensará en sus problemas que en sus necesidades reales. Y lo espiritual y su relación con Dios; estará postergado y finalmente olvidado y sustituidos por falsos valores. 
¡Bien, Viajemos Al Pasado! MHP


*El 22 de Agosto de 1857, en la casa de oración de Monterrey, Estado de Michigan, se me mostró que muchos no han oído todavía la voz de Jesús, ni se ha posesionado de su alma el mensaje salvador para realizar una reforma en su vida. 

Muchos de los jóvenes no abrigan el espíritu de Jesús. El amor de Dios no mora en su corazón, y por lo tanto, todas las tendencias naturales que los asedian obtienen la victoria, en lugar del Espíritu de Dios y la salvación. 

Los que poseen realmente la religión de Jesús no se avergonzarán ni temerán llevar la cruz ante aquellos que tienen más experiencia que ellos. Desearán toda la ayuda que puedan obtener de los cristianos de más edad, si anhelan con fervor obrar con rectitud.

* Aquellos les ayudarán gustosamente; las bagatelas no estorbarán en la carrera cristiana a los de corazón enternecido por el amor de Dios. Hablarán de lo que el Espíritu de Dios obra en ellos. Lo expresarán con canto y oración. 

ES LA FALTA DE RELIGIÓN, la falta de una vida santificada, lo que hace retroceder a los jóvenes. Su vida los condena. Ellos saben que no viven como debieran vivir los cristianos; por lo tanto, no tienen confianza ante Dios, ni ante la iglesia.

 Cuando los jóvenes sienten más libertad al estar ausentes los mayores, es porque están con los de su clase. Cada uno piensa que es tan bueno como el otro. Todos quedan por debajo de lo que debieran ser; pero se miden por sí mismos, se comparan entre sí y descuidan la única norma perfecta y verdadera. Jesús es el verdadero Modelo. Su vida de abnegación es nuestro estandarte. 

Vi cuán poco se estudia el Modelo, cuán poco se lo ensalza delante de ellos. ¡Cuán poco sufren los jóvenes, o se niegan a sí mismos por su religión! Apenas si se piensa en el sacrificio entre ellos. No imitan al Modelo a este respecto. 
Vi que el lenguaje de su vida es: el yo debe ser complacido, el orgullo debe ser satisfecho. 
Se olvidan del Varón de dolores, que conoció el pesar. Los sufrimientos de Jesús en el Getsemaní, su sudor como de grandes gotas de sangre en el huerto, la apretada corona de espinas que hirió su sagrada (146) frente, no los conmueven. 

SE HAN ENCALLECIDO. Sus sensibilidades están embotadas, y han perdido toda noción del gran sacrificio hecho por ellos. Pueden quedar sentados escuchando la historia de la cruz, y oyendo cómo los crueles clavos traspasaron las manos y los pies del Hijo de Dios sin conmoverse hasta lo más profundo del alma. 

Dijo el ángel: "Si los tales fueran introducidos en la ciudad de Dios, y se les dijera que toda su rica belleza y gloria serán para que las disfruten eternamente, no se darían cuenta de cuán elevado precio se pagó por esta herencia que se les destina. Nunca comprenderán las inconmensurables profundidades del amor del Salvador. 
No han bebido de su copa ni han sido bautizados con su bautismo. 
El cielo se mancillaría si los tales moraran allí.

 ÚNICAMENTE aquellos que han participado de los sufrimientos del Hijo de Dios y han subido de la gran tribulación y lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero, pueden disfrutar de la gloria indescriptible y la belleza insuperable del cielo". 

LA FALTA de esta preparación necesaria excluirá a la mayor parte de los jóvenes que profesan el cristianismo; porque éstos no trabajan con bastante fervor y celo para obtener el reposo que queda para el pueblo de Dios.
 NO QUIEREN confesar sinceramente sus pecados, para que les sean perdonados y borrados. Estos pecados se revelarán dentro de poco en toda su enormidad. 

EL OJO DE DIOS NO DORMITA. Conoce todo pecado oculto ante el ojo mortal. Los culpables saben exactamente qué pecados han de confesar para que sus almas queden limpias delante de Dios. Jesús les está dando ahora oportunidad de confesarlos, y arrepentirse con profunda humildad y purificar su vida obedeciendo a la verdad y viviendo de acuerdo con ella. Ahora es el momento de corregir los males y de confesar los pecados, o aparecerán delante del pecador en el día de la ira de Dios. 

LOS PADRES confían generalmente demasiado en sus hijos; y sucede con frecuencia que, cuando los padres confían en ellos, estos hijos están SUMIDOS EN INIQUIDAD OCULTA. 

Padres, velad sobre vuestros hijos con cuidado celoso. Exhortadlos, reprendedlos, aconsejadlos cuando os levantáis y cuando os sentáis; cuando salís y cuando entráis; "mandamiento tras mandamiento,... línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá" (Isa. 28:10). 

SUBYUGAD a vuestros hijos cuando son jóvenes. Muchos padres descuidan esto lamentablemente. (147) No asumen una actitud tan firme y decidida como debieran asumirla con respecto a sus hijos. 
LES PERMITEN ser como el mundo, amar la ostentación de la vestimenta y asociarse con los de influencia venenosa porque odian la verdad. Al obrar así, estimulan en sus hijos una disposición mundanal. 

Vi que debe ser siempre un principio fijo para los padres cristianos mantenerse unidos en el gobierno de sus hijos. Algunos padres fallan al respecto; les falta unión. El defecto se advierte a veces en el padre, pero con más frecuencia en la madre. 

*LA MADRE CARIÑOSA mima a sus hijos. El trabajo del padre le obliga a menudo a ausentarse de la casa y de la sociedad de sus hijos. La influencia de la madre se hace sentir. Su ejemplo contribuye mucho a formar el carácter de los hijos. Algunas madres cariñosas les permiten a sus hijos costumbres que no debieran ser toleradas por un momento. A veces se le ocultan al padre las faltas de los hijos. La madre concede ciertas prendas de vestir o algunas otras complacencias, con el entendimiento de que el padre no sabrá nada de ello; porque él reprendería tales cosas. Con esto se les enseña eficazmente a los niños una lección de engaño.

 Luego, si el padre descubre estas faltas, se presentan excusas, pero se dicen medias verdades. La madre no es franca. No considera debidamente que el padre tiene el mismo interés que ella en los hijos, y que no debiera dejarle ignorar los males o debilidades que se les debiera corregir mientras son jóvenes. Se ocultan las cosas. 

LOS HIJOS conocen la falta de unión que hay entre los padres, y ello tiene su efecto. Los hijos empiezan desde muy jóvenes a engañar y a encubrir tanto a su padre como a su madre las cosas y presentarlas con matices muy diferentes de los verdaderos. La exageración se vuelve un hábito, y se llega a contar mentiras abiertas con pocos remordimientos de conciencia. 

Estos males se iniciaron cuando la madre ocultó las cosas al padre, que tiene igual interés que ella en el desarrollo del carácter de sus hijos. El padre debiera haber sido consultado libremente. Debiera habérsele revelado todo. Pero la conducta opuesta, seguida para ocultar los yerros de los hijos, estimula en ellos una disposición a engañar y falta de veracidad y sinceridad. 

LA ÚNICA ESPERANZA de estos hijos, sea que profesen la religión o no, consiste en que sean cabalmente convertidos. Todo su carácter (148) debe cambiar. 

MADRE IRREFLEXIVA, ¿piensa usted, mientras enseña a sus hijos, en que toda la experiencia religiosa de éstos queda afectada por lo que se les enseña cuando son jóvenes?
 Subyúguelos cuando jóvenes; enséñeles a someterse a usted, y tanto más fácilmente aprenderán a obedecer a los requerimientos de Dios. Estimule en ellos una disposición veraz y sincera. No les dé nunca ocasión de dudar de su sinceridad y estricta veracidad. 

Vi que los jóvenes profesan creer en el poder salvador de Dios, pero no gozan de él. 
Carecen de religión, carecen de la salvación. Y, ¡cuántas palabras sin provecho pronuncian! Se lleva un registro fiel de ellas, pues los mortales serán juzgados de acuerdo con los actos cometidos por el cuerpo. 

Jóvenes amigos, vuestras acciones y vuestras palabras ociosas quedan escritas en el Libro. Vuestra conversación no ha versado sobre cosas eternas, sino sobre este, aquel o el otro asunto común y mundano, al que no debieran dedicarse los cristianos. Todo queda escrito en el Libro. 

Vi que a menos que se manifieste en los jóvenes un cambio completo y una conversión cabal, 
pueden desesperar de alcanzar el cielo. 
Por lo que me ha sido mostrado, no están verdaderamente convertidos ni siquiera la mitad de los jóvenes que profesan la religión y la verdad. 
Si hubiesen estado convertidos, darían frutos para la gloria de Dios. Muchos se apoyan en una esperanza supuesta, sin verdadero fundamento. 

LA FUENTE no ha sido limpiada; por lo tanto los raudales que proceden de ella no son puros. Limpiad la fuente y los raudales serán puros. Si el corazón está bien, vuestras palabras, vuestra indumentaria, vuestros hechos también lo estarán. 
FALTA la verdadera piedad. No quisiera deshonrar a mi Maestro admitiendo siquiera que es cristiana una persona negligente, trivial y que no ora. 

NO; el cristiano obtiene la victoria sobre los pecados que lo asedian y sobre sus pasiones. Hay un remedio para el alma enferma de pecado. Ese remedio está en Jesús. ¡Precioso Salvador! Su gracia basta para los más débiles; y los más fuertes deben recibir también su gracia o perecer. 

LA VICTORIA EFECTIVA
Vi cómo se puede obtener esta gracia. Id a vuestra recámara, y allí a solas, suplicad a Dios; "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí" (Salmo 51:10). Tened fervor y sinceridad. La oración ferviente es muy eficaz. Como Jacob, luchad en oración. Agonizad. En el huerto Jesús sudó grandes gotas de sangre; pero habéis de hacer un esfuerzo. No abandonéis vuestra (149) recámara hasta que os sintáis fuertes en Dios; luego velad y mientras veléis y oréis, podréis dominar los pecados que os asedian, y la gracia de Dios podrá manifestarse en vosotros; y lo hará. 

No permita Dios que yo deje de amonestaron. Jóvenes amigos, buscad al Señor de todo corazón. Acudid a él con celo, y cuando sintáis sinceramente que sin la ayuda de Dios habríais de perecer, cuando le anheléis a él como el ciervo anhela las corrientes de agua, entonces el Señor os fortalecerá prestamente. Entonces vuestra paz sobrepujará todo entendimiento. 

Si esperáis la salvación, debéis orar. Tomad tiempo para ello. No os apresuréis ni seáis negligentes en vuestras oraciones. Rogad a Dios que obre en vosotros una reforma cabal, para que los frutos de su Espíritu moren en vosotros y permanezcáis como luminarias en el mundo. No seáis un estorbo ni una maldición para la causa de Dios; podéis ser una bendición. 

¿Os dice Satanás que podéis disfrutar de una salvación plena y gratuita? No le creáis. 

Vi que es privilegio de todo cristiano gozar de las profundas emociones del Espíritu de Dios. Una paz dulce y celestial invadirá la mente y os deleitaréis en meditar en Dios y en el cielo. Os regocijarán las gloriosas promesas de su Palabra. Pero sabed primero que habéis iniciado la carrera cristiana. Sabed que habéis dado los primeros pasos en el camino de la vida eterna. No os engañéis. Sé que muchos de vosotros no sabéis lo que es la religión. Habéis sentido cierta excitación, cierta emoción, pero nunca habéis reconocido la enormidad del pecado. 

Nunca habéis sentido que estabais perdidos, 
ni os habéis apartado de vuestros malos caminos con amargo pesar. Nunca habéis muerto al mundo. 

Amáis todavía sus placeres; os deleita conversar de asuntos mundanales. Pero, cuando se introduce la verdad de Dios no tenéis nada que decir. ¿Por qué calláis así? 
¿Por qué habláis tanto de cosas mundanales, y guardáis silencio sobre el tema que más os concierne, un tema que debiera embargar toda vuestra alma? 

La verdad de Dios no mora en vosotros. 
Vi que muchos hacen una admirable profesión de fe, mientras que su interior está corrompido. No os engañéis los que profesáis así la religión con corazón falso. Dios mira al corazón. "De la abundancia del corazón habla la boca" (Mat. 12:34). 

Vi que el mundo está en el corazón de los tales, pero no la religión de Jesús. Si los que profesan ser cristianos aman más a Jesús que al mundo, (150) se deleitarán al hablar de él como de su mejor amigo, en quien concentran los más caros afectos. 

El acudió en su auxilio cuando ellos se sintieron perdidos y a punto de perecer. Cuando estaban cansados y agobiados por el pecado, se volvieron hacia él. El quitó su carga de la culpabilidad del pecado, quitó su pesar y aflicción, y desvió toda corriente de sus afectos. Aborrecen ahora las cosas que una vez amaron, y aman las cosas que aborrecían. ¿Se ha realizado este gran cambio en nosotros? No os engañéis. 

Por mi parte, no tomaría el nombre de Cristo, sin darle todo mi corazón, mis afectos indivisos. Debemos sentir la más profunda gratitud por el hecho de que Jesús acepta esta ofrenda. El lo exige todo. Cuando somos inducidos a ceder a sus requerimientos, y a renunciar a todo, sólo entonces, y no antes, nos circuye con sus brazos de misericordia. Pero, ¿qué damos cuando se lo damos todo? Un alma contaminada de pecado para que Jesús la purifique, la limpie por su misericordia y la salve de la muerte por su amor sin par. Y sin embargo, vi que algunos piensan que es demasiado difícil entregarlo todo. Me avergüenza oír hablar de esto, me avergüenza escribirlo. ¿Habláis de abnegación? ¿Qué dio Cristo por nosotros? 

Cuando os parece duro que Cristo lo requiera todo, id al Calvario, y llorad por haber pensado así. ¡Contemplad las manos y los pies de nuestro Libertador desgarrados por los crueles clavos, a fin de que fuésemos lavados del pecado con su propia sangre! Los que sienten el amor compelente de Dios no preguntan cuán poco pueden dar a fin de obtener la re¬compensa celestial; no preguntan cuál es la norma más baja, sino que buscan una perfecta conformidad con la voluntad de su Redentor. Con ferviente deseo entregan todo, y manifiestan un celo proporcional al valor del objeto que buscan. ¿Cuál es ese objetivo? 
La inmortalidad, la vida eterna. 

AMIGOS JÓVENES, muchos de vosotros estáis lamentablemente engañados. Os habéis satisfecho con algo que es menos que la religión pura e inmaculada. Quiero despertaros. Los ángeles de Dios procuran despertaros. ¡Ojala que las verdades importantes de la Palabra de Dios os hagan apreciar el peligro que os acecha y os induzcan a realizar un examen cabal de vosotros mismos! Vuestros corazones son todavía carnales. 
No están sujetos a la ley de Dios ni pueden estarlo. Estos corazones carnales deben ser cambiados y veréis entonces tanta belleza en la santidad que la anhelaréis como (151) el ciervo anhela las corrientes de las aguas. Amaréis a Dios y su ley, y el yugo de Cristo os resultará fácil y ligera su carga. 
Aunque sufráis pruebas, si las soportáis, ellas no harán más que embellecer el camino. La herencia inmortal es para el cristiano que se niegue a sí mismo. 

Vi que el cristiano no debe dar demasiado valor a los sentimientos de felicidad ni depender demasiado de ellos. Estos sentimientos no son siempre verdaderos guías. Cada cristiano debe procurar servir a Dios por principio, y no ser regido por los sentimientos. Al hacer esto, se ejercerá la fe y ella aumentará. 

Me fue mostrado que si el cristiano vive en forma humilde y abnegada, tendrá como resultado paz y gozo en el Señor. Pero la mayor felicidad que se experimentará provendrá de beneficiar a otros, hacer felices a los demás. Tal felicidad será duradera. 

Muchos de los jóvenes no tienen principios fijos para servir a Dios. No ejercen la fe. Se hunden bajo cada nube. No tienen poder de resistencia, ni creen en la gracia. Parecería que guardaran los mandamientos de Dios. Elevan de vez en cuando una oración formal, y se llaman cristianos. 

Sus padres ansían mucho verlos aceptar cualquier cosa que parezca ventajosa, pero no trabajan con ellos, ni les enseñan que la mente carnal debe morir. Los animan a adelantarse y desempeñar un papel. Pero no los inducen a escudriñar diligentemente su corazón, a examinarse y a calcular el costo de lo que significa ser cristiano.

 El resultado es que los jóvenes profesan ser cristianos sin probar suficientemente sus motivos. Dice el Testigo fiel: "Ojala fueses frío o caliente. Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apoc. 3:15-16).

SATANÁS acepta que seáis cristianos de nombre, porque así resultáis más convenientes para sus fines. Si tenéis una forma de piedad y no la verdadera, puede usaros como señuelo para atraer a otros al mismo estado de autoengaño. 

Algunas pobres almas os mirarán a vosotros en vez de recurrir a la norma de la Biblia; y no se elevarán más alto. Serán tan buenas como vosotros, y se quedarán satisfechas. A los jóvenes se los insta a menudo a cumplir con su deber, a hablar u orar en las reuniones; se los insta a que mueran al orgullo. Se les insta a cada paso. Una religión tal no vale nada. 

Si cambia el corazón carnal, no habrá tal obra rutinaria, ni personas de corazón frío que profesen servir a Dios. Todo el amor al vestido y a las (152) apariencias habrá desaparecido. El tiempo que pasáis delante del espejo, arreglando vuestro cabello para que agrade al ojo, será dedicado a la oración y al escudriñamiento del corazón. 

En el corazón santificado no habrá cabida para el ATAVÍO exterior, sino una búsqueda ferviente y ansiosa del adorno interior; las gracias cristianas y los frutos del Espíritu de Dios. 
Dice el apóstol: "Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios" 
(1 Pedro 3:3-4).

 Subyugad la mente carnal, reformad la vida, y no se idolatrará el pobre cuerpo mortal. Si se reforma el corazón, ello se notará en la apariencia exterior.

 Si Cristo es en nosotros la esperanza de gloria, descubriremos tan incomparables encantos en él que el alma se enamorará. Se aferrará a él, elegirá amarle, y por admiración a él, será olvidado el yo. Jesús será magnificado y adorado, y el yo humillado y abatido. 

Pero profesar el cristianismo sin este amor profundo, es simple palabrería, árido formalismo y penosa rutina. 

Muchos de vosotros conserváis una noción mental de la religión, una religión exterior, aunque el corazón no ha sido purificado. Dios mira el corazón, pues "todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Heb. 4:13).
 ¿Se quedará él satisfecho con algo menor que la verdad en el fuero íntimo? Toda alma verdaderamente convertida llevará las señales inequívocas de que la mente carnal ha sido subyugada. 

Hablo claramente. No pienso que esto desanimará a un verdadero cristiano; no quiero que ninguno de vosotros llegue al tiempo de angustia sin una esperanza bien fundada en su Redentor. Resolved conocer lo peor de vuestro caso. Averiguad si tenéis una herencia en el cielo. Tratad verazmente con vuestra alma. 

RECORDAD que Jesús presentará a su Padre una iglesia sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.
 ¿Cómo habéis de saber que sois aceptos a Dios? 
Estudiad su Palabra con oración. No la pongáis a un lado por ningún otro libro. Ella os convence de pecado. Revela claramente el camino de la salvación. Saca a luz una recompensa brillante y gloriosa. Os revela un Salvador completo y os enseña que únicamente por su misericordia ilimitada podéis esperar salvación. 

No descuidéis la oración secreta, porque es el alma de la religión. (153) Con oración ferviente y sincera, solicitad pureza para vuestra alma. Interceded tan ferviente y ardorosamente como lo haríais por vuestra vida mortal, si estuviese en juego.
 Permaneced delante de Dios hasta que se enciendan en vuestros corazones anhelos indecibles de salvación, y obtengáis la dulce evidencia de que vuestro pecado está perdonado.

 La esperanza de la vida eterna no se ha de recibir por motivos frágiles. Es un asunto que se ha de decidir entre Dios y vuestra propia alma, y por la eternidad. 

Una esperanza que sea tan sólo supuesta, 
provocará vuestra ruina. 

Puesto que subsistís o caéis por la Palabra de Dios, en esta Palabra debéis buscar el testimonio de vuestro caso. Allí podréis ver lo que se requiere de vosotros para llegar a ser cristianos. No depongáis vuestra armadura, ni abandonéis el campo de batalla hasta haber obtenido la victoria y triunfado en vuestro Redentor. 
1TI -Testimonio 4 EGW. Cap. 27 (1857).  MHP

martes, septiembre 17, 2019

19. PELIGRO QUE ENTRAÑA EL CONOCIMIENTO ESPECULATIVO.


Uno de los mayores males que acompañan la búsqueda de conocimientos y las investigaciones de la ciencia, es la disposición a exaltar la razón humana más allá de su verdadero valor y su esfera apropiada.  Muchos intentan juzgar al Creador y sus obras con el escaso conocimiento que tienen de la ciencia.  Se esfuerzan por determinar la naturaleza, los atributos y prerrogativas de Dios, y se entregan a teorías especulativas respecto del Infinito.  Los que se empeñan en este modo de estudiar pisan terreno prohibido.  Su investigación no les dará resultados provechosos, y si persisten en ella lo harán con peligro de sus almas.

Nuestros primeros padres fueron inducidos al pecado por haber codiciado una ciencia que Dios les había vedado.  Al procurarla perdieron todo lo que era digno de ser poseído.  Si Adán y Eva no hubieran tocado el árbol prohibido, Dios les hubiera comunicado un conocimiento sobre el cual no hubiera recaído la maldición del pecado, sino que les hubiera allegado gozo eterno.  Todo lo que obtuvieron al prestar oídos al tentador fue un conocimiento del pecado y sus resultados.  Por su desobediencia, la humanidad se apartó de Dios, y la tierra quedó separada del cielo.
La lección es para nosotros.  El campo al cual Satanás condujo a nuestros primeros padres es el mismo al cual atrae a los hombres hoy.  Está inundando el mundo de fábulas agradables.  Valiéndose de todos los recursos de que dispone, procura 335 inducir a los hombres a entrar en especulaciones respecto de Dios.  Así trata de evitar que consigan el conocimiento de Dios que constituye la salvación.

TEORÍAS PANTEÍSTAS
Hoy día se están introduciendo en los establecimientos de educación y en las iglesias por doquiera doctrinas espiritualistas que minan la fe en Dios y en su Palabra.  

La teoría de que Dios es una esencia que compenetra toda la naturaleza es aceptada por muchos de los que profesan creer las Escrituras; pero, por muy ataviada que vaya esta teoría, es un engaño muy peligroso.  Da una falsa idea de Dios y agravia su grandeza y majestad.  Lo seguro es que no tiende tan sólo a extraviar, sino a corromper a los hombres.  Las tinieblas son su elemento y la sensualidad su ambiente.  Su aceptación aparta de Dios.  Y para la naturaleza humana caída esto equivale a la ruina.

La condición en que el pecado nos ha colocado es antinatural, y el poder que nos restaure debe ser sobrenatural, o no tiene valor alguno.  No hay poder que pueda quebrantar el yugo del mal y libertar de él los corazones de los hombres, sino el poder de Dios en Jesucristo.  Sólo mediante la sangre del Crucificado hay purificación del pecado.  Sólo la gracia de Cristo puede habilitarnos para resistir y dominar las inclinaciones de nuestra naturaleza caída.  

Las teorías espiritualistas respecto de Dios anulan la gracia divina.  Si Dios es una esencia que compenetra toda la naturaleza, entonces mora en todos los hombres; y para llegar a la santidad, el hombre no tiene más que desarrollar el poder que está en él mismo.

Estas teorías, llevadas hasta su conclusión lógica, desbaratan la economía cristiana.  Desechan la necesidad de la expiación, y hacen del hombre su propio salvador.  

Estas teorías acerca de Dios dejan sin efecto la Palabra divina, y quienes las aceptan corren grave peligro de ser inducidos finalmente a considerar la Biblia como una ficción.  Aunque consideren la virtud 336 superior al vicio, como quiera que desalojan a Dios de su verdadero puesto de soberanía, cifran su confianza en el poder humano, que, sin Dios, no tiene valor alguno.  Dejada a sí misma, la voluntad humana no tiene verdadero poder para resistir y vencer el mal.  Las defensas del alma quedan destruídas.  El hombre carece de valla protectora contra el pecado.  

Desechadas las restricciones de la Palabra de Dios y de su Espíritu, ya no sabemos en qué abismos podemos hundirnos.
"Toda palabra de Dios es limpia;
es escudo a los que en él esperan.
No añadas a sus palabras, porque no te reprenda, 
y seas hallado mentiroso."
"Prenderán al impío sus propias iniquidades, 
y detenido será con las cuerdas de su pecado." 
(Proverbios 30:5, 6; 5:22.)

ESCUDRIÑAR LOS MISTERIOS DIVINOS
"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: más las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre." (Deuteronomio 29:29.) La revelación que de sí mismo dejó Dios en su Palabra es para nuestro estudio, y podemos procurar entenderla.  Pero más allá de ella no debemos penetrar.  El hombre más inteligente podrá devanarse los sesos en conjeturas respecto a la naturaleza de Dios, pero semejante esfuerzo será estéril.  No nos incumbe resolver este problema. 

 No hay mente humana capaz de comprender a Dios.  
Nadie debe permitirse entrar en especulaciones respecto a la naturaleza de Dios. Aquí el silencio es elocuencia.  
El Omnisciente trasciende toda discusión.
Ni aun los ángeles pudieron participar en los consejos habidos entre el Padre y el Hijo al trazarse el plan de la salvación. 

 Y los seres humanos no deben inmiscuirse en los secretos del Altísimo.  Somos respecto de Dios tan ignorantes como niños; 337 pero, como niños también, podemos amarle y obedecerle.
  
En vez de entregarnos a cavilaciones respecto de la naturaleza y las prerrogativas de Dios, prestemos atención a las palabras que él mismo pronunció:
"¿Alcanzarás tú el rastro de Dios?
¿llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?  
Es más alto que los cielos: ¿qué harás?
Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?  
Su dimensión es más larga que la tierra, 
y más ancha que la mar."
"¿Dónde se hallará la sabiduría?
¿y dónde está el lugar de la prudencia? 
No conoce su valor el hombre, 
ni se halla en la tierra de los vivientes.  
El abismo dice: No está en mí: 
y la mar dijo: Ni conmigo.
No se dará por oro,
ni su precio será a peso de plata.
No puede ser apreciada con oro de Ophir, 
ni con ónique precioso, ni con zafiro.
El oro no se le igualará, ni el diamante; 
ni se trocará por vaso de oro fino.
De coral ni de perlas no se hará mención: 
la sabiduría es mejor que piedras preciosas.  
No se igualará con ella esmeralda de Ethiopía; 
no se podrá apreciar con oro fino.
¿De dónde pues vendrá la sabiduría?
¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? ... 
El infierno y la muerte dijeron:
Su fama hemos oído con nuestros oídos.  
Dios entiende el camino de ella, 
y él conoce su lugar.
Porque él mira hasta los fines de la tierra, 
y ve debajo de todo el cielo....
Cuando él hizo ley a la lluvia,
y camino al relámpago de los truenos; 
entonces la veía él, y la manifestaba; 
preparóla y descubrióla también.  
Y dijo al hombre: 338
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, 
y el apartarse del mal la inteligencia." (Job 11:7-9; 28:12-28.).

No se encuentra la sabiduría escudriñando los secretos de la tierra ni consumiéndose en vanos esfuerzos por penetrar los misterios de la persona de Dios.  Se encuentra más bien recibiendo humildemente la revelación que él se dignó darnos, y conformando la vida a su voluntad.
Los hombres de más alta inteligencia no pueden entender los misterios de Jehová revelados en la naturaleza.  La inspiración divina hace muchas preguntas a las cuales los sabios más profundos no pueden responder.  Estas preguntas no fueron hechas para que las contestáramos, sino para que llamaran nuestra atención a los profundos misterios de Dios y nos enseñaran que nuestra sabiduría es limitada; que en la esfera en que nos movemos en la vida cotidiana hay muchas cosas que superan a la inteligencia de los seres finitos.

Los escépticos se niegan a creer en Dios porque no pueden abarcar el infinito poder por medio del cual se revela.  Pero hay que reconocer a Dios tanto por lo que él no nos revela acerca de sí mismo como por lo que está al alcance de nuestra limitada comprensión.  En la revelación divina y en la naturaleza, Dios ha escondido misterios que nos imponen la fe.  Y así debe ser.  Bien podemos estar siempre escudriñando, investigando y aprendiendo, y seguir encontrándonos, sin embargo, frente a lo infinito.
"¿Quién midió las aguas con su puño,
y aderezó los cielos con su palmo, y con tres dedos allegó el polvo de la tierra, 
y pesó los montes con balanza,
y con peso los collados?
¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, 
o le aconsejó enseñándole?...
He aquí que las naciones son reputadas como la gota de un 
acetre, 339
y como el orín del peso:
he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.
Ni el Líbano bastará para el fuego,
ni todos sus animales para el sacrificio.
Como nada son todas las gentes delante de él;
y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y 
que lo que no es.
¿A qué pues haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?... 
¿No sabéis?
¿no habéis oído?
¿nunca os lo han dicho desde el principio?
¿no habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? 
Él está asentado sobre el globo de la tierra, 
cuyos moradores son como langostas: 
él extiende los cielos como una cortina, 
tiéndelos como una tienda para morar: 
¿ A qué pues me haréis semejante?...
dice el Santo.
Levantad en alto vuestros ojos, 
y mirad quién crió estas cosas: 
él saca por cuenta su ejército: 
a todas llama por sus nombres; 
ninguna faltará:
tal es la grandeza de su fuerza, y su poder y virtud. 
¿ Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: 
Mi camino es escondido de Jehová, 
y de mi Dios pasó mi juicio? 
¿No has sabido,
no has oído
que el Dios del siglo es Jehová,
el cual crió los términos de la tierra?
No se trabaja, ni se fatiga con cansancio,
y su entendimiento no hay quien lo alcance."(Isaías 40:12-28.).
De las representaciones dadas por el Espíritu Santo a sus profetas, aprendamos lo que es la grandeza de nuestro Dios.  

El profeta Isaías escribe"En el año que murió el rey Uzzías vi yo al Señor sentado 340 sobre un trono alto y sublime, y sus faldas henchían el templo.  Y encima de él estaban serafines: cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.  Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria.  Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se hinchió de humo.
"Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos."
"Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas: y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado." (Isaías 6:1-7).

"No hay semejante a ti, oh Jehová; 
grande tú,
y grande tu nombre en fortaleza.
¿Quién no te temerá, oh Rey de las gentes?"
"Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.  
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme, 
has entendido desde lejos mis pensamientos.  
Mi senda y mi acostarme has rodeado, 
y estás impuesto en todos mis caminos.  
Pues aún no está la palabra en mi lengua, 
y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.  
Detrás y delante me guarneciste, 
y sobre mí pusiste tu mano.
Más maravillosa es la ciencia que mi capacidad;
alta es, no puedo comprenderla." (Jeremías 10:6, 7; Salmo 139:1-6.).

"Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; y de su entendimiento no hay número." (Salmo 147:5.) 341
"Los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas." (Proverbios 5:21.)
"El revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él." (Daniel 2:22.)
"Conocidas son a Dios desde el siglo todas sus obras." (Hechos 15:18)
"¿Quién entendió la mente del Señor? ¿o quién fue su consejero? ¿o quién le dio a él primero, para que le sea pagado?  Porque de él, y por él, y en él, son todas las cosas.  A él sea gloria por siglos." 
(Romanos 11:34-36.)
"Al Rey de siglos, inmortal, invisible" (1 Timoteo 1:17), 
"quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno." (1 Timoteo 6:16).

"De cierto su alteza os había de espantar,
y su pavor había de caer sobre vosotros."
"¿No está Dios en la altura de los cielos?
Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están."
"¿Tienen sus ejércitos número?
¿Y sobre quién no está su luz?"
"Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
Porque a la nieve dice:
Desciende a la tierra;
también a la llovizna,
y a los aguaceros de su fortaleza.
Así hace retirarse a todo hombre, 
para que los hombres todos reconozcan su obra.... 
Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, 
para hacer sobre la haz del mundo, 
en la tierra, lo que él les mandara.
Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, 
otras por misericordia las hará parecer.
Escucha esto;...
repósate, y considera las maravillas de Dios.342
¿Supiste tú cuando Dios las ponía en concierto, 
y hacía levantar la luz de su nube? 
¿Has tú conocido las diferencias de las nubes, 
las maravillas del Perfecto en sabiduría?... 
¿Extendiste tú con él los cielos, 
firmes como un espejo sólido?
Muéstranos qué le hemos de decir;
porque nosotros no podemos componer las ideas a causa de las
tinieblas...
He aquí aún: no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, 
luego que pasa el viento y los limpia, 
viniendo de la parte del norte la dorada claridad.
En Dios hay una majestad terrible.
Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, 
grande en potencia;
y en juicio y en multitud de justicia no afligirá.
Temerlo han por tanto los hombres."
"Quién como Jehová nuestro Dios, que ha enaltecido su
habitación,
que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra?"
"Jehová marcha entre la tempestad y turbión,
y las nubes son el polvo de sus pies."
"Grande es Jehová y digno de suprema alabanza: 
y su grandeza es inescrutable.
Generación a generación narrará tus obras, 
y anunciarán tus valentías.
La hermosura de la gloria de tu magnificencia, 
y tus hechos maravillosos, hablaré.
Y la terribilidad de tus valentías dirán los hombres; 
y yo recontaré tu grandeza.
Reproducirán la memoria de la muchedumbre de tu bondad, 
y cantarán tu justicia....
Alábente, oh Jehová, todas tus obras; 
y tus santos te bendigan.
La gloria de tu reino digan, y hablen de tu fortaleza; 
para notificar a los hijos de los hombres sus valentías, 
y la gloria de la magnificencia de su reino.
Tu reino es reino de todos los siglos, 
y tu señorío en toda generación y generación.... 343
La alabanza de Jehová hablará mi boca;
y bendiga toda carne su santo nombre por siglo y para siempre." 
(Job 13:1l; 22:12; 25:3; 37:5-24; Salmos 113:5, 6; Nahum 1:3; 
Salmos 145:3-21.).

Al aprender más y más acerca de lo que es Dios y lo que nosotros somos delante de él, temeremos y temblaremos en su presencia.  Reciban los hombres de hoy advertencia de la suerte de aquellos que en lo antiguo pretendieron tratar sin miramientos lo que Dios había declarado sagrado.  Cuando los israelitas se atrevieron a abrir el arca que les fuera devuelta del país de los filisteos, su irreverencia fue castigada de un modo notable.
Considérese también el juicio que cayó sobre Uzza.  Al ser llevada el arca a Jerusalén durante el reinado de David, Uzza alargó la mano para sostenerla.  Su presunción de tocar al símbolo de la presencia de Dios fue castigada con una muerte instantánea.

En el incidente de la zarza ardiente, cuando Moisés, no reconociendo la presencia de Dios, se volvía para contemplar tan maravilloso espectáculo, le fue ordenado:
"No te llegues acá: quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. . . . Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios." (Exodo 3:5, 6).

"Y salió Jacob de Beerseba, y fue a Harán; y encontró con un lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y acostóse en aquel lugar."
"Y salió, y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían v descendían por ella.  Y he aquí, Jehová estaba en lo alto dé ella, el cual dijo:"
"Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de 344 Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente.... Y he aquí, yo soy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y te volveré a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho."
"Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.  Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar!  No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo." 
(Génesis 28:10-17).

En el santuario del tabernáculo construido en el desierto y en el del templo, que eran símbolos terrenales de la morada de Dios, había un lugar sagrado para su presencia.  El velo adornado de querubines a su entrada sólo debía ser alzado por una mano.  Alzar aquel velo, y entrar sin invitación en el sagrado misterio del lugar santísimo, acarreaba la muerte, pues sobre el propiciatorio descansaba la gloria del Santo de los santos, a la que nadie podía mirar y sobrevivir.  En el único día del año señalado para el desempeño de su ministerio en el lugar santísimo, el sumo sacerdote penetraba en él temblando ante la presencia de Dios, mientras que nubes de incienso velaban la gloria ante sus ojos.  En todos los atrios del templo se acallaba todo rumor.  Ningún sacerdote actuaba en los altares.  Los adoradores, inclinados en silencioso temor, dirigían sus peticiones en demanda de misericordia divina.

"Y estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos han parado." 
(1 Corintios 10:11).

"Jehová está en su santo templo:
calle delante de él toda la tierra."
"Jehová reinó, temblarán los pueblos:
él está sentado sobre los querubines, conmoveráse la tierra.  
Jehová en Sión es grande,
y ensalzado sobre todos los pueblos.  
Alaben tu nombre grande y tremendo: 
él es santo." 345
"La silla de Jehová está en el cielo:
sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los
hombres."
"Desde la morada de su asiento
miró sobre todos los moradores de la tierra.
El formó el corazón de todos ellos;
él considera todas sus obras."
"Tema a Jehová toda la tierra:
teman de él todos los habitadores del mundo." (Habacuc 2:20; 
Salmos 99:1-3; 11:4; 102:19; 33:14,15,8.).

El hombre no puede encontrar a Dios mediante la investigación.  Nadie intente con mano presuntuosa alzar el velo que oculta su gloria.  "¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!" (Romanos 11:33)  Prueba de su misericordia es el hecho de que su poder quede oculto, pues alzar el velo que esconde la divina presencia acarrea la muerte.  Ninguna inteligencia mortal puede penetrar el secreto en que el Todopoderoso reside y obra.  
No podemos comprender de él sino lo que él mismo cree conveniente revelarnos.  La razón debe reconocer una autoridad superior a ella misma.  El corazón y la inteligencia deben inclinarse ante el gran 
YO SOY. MC EGW  346

lunes, septiembre 16, 2019

18. LA RELACIÓN DEL ALCOHOL Y EL CRIMEN.


Por qué están relacionados el alcohol 
y el crimen.
Los que frecuentan las tabernas, que están abiertas para todos aquellos que son bastante necios como para familiarizarse con el mal mortal que contienen, están siguiendo el camino que lleva a la muerte eterna. Se están vendiendo a sí mismos, cuerpo, alma y espíritu, a Satanás. Bajo la influencia de la bebida que toman son inducidos a hacer cosas de las cuales huirían con horror si no hubiesen probado la droga enloquecedora. Cuando están bajo la influencia del veneno líquido, están bajo el dominio de Satanás. El los gobierna, y ellos colaboran con él. Carta 166, 1903. Te 22.1

La naturaleza de los crímenes cometidos 
bajo el dominio del alcohol.
El resultado del hábito de beber alcohol está demostrado por los terribles homicidios que suceden. Cuán a menudo se halla que el robo, el incendio, el asesinato se cometieron bajo la influencia del licor Sin embargo la circulación del licor está legalizada y produce enorme perjuicio en las manos de aquellos que se deleitan en tocar aquello que arruina, no sólo a la pobre víctima, sino a toda su familia. 
The Review and Herald, 1 de mayo de 1900. Te 22.2

Casas de prostitución, antros del vicio, juzgados, prisiones, hospicios, manicomios, hospitales, todos están, en extenso grado, llenos como resultado de la obra del vendedor de licor. Como la Babilonia simbólica del Apocalipsis, negocia con “esclavos y almas de hombres”. Detrás del vendedor de licor se halla el poderoso destructor de almas, y cada acto que la tierra o el infierno pueda imaginar es empleado para llevar a los seres humanos bajo su poder. Te 22.3

Sus trampas se extienden en la ciudad y en el campo, en los trenes, en los grandes transatlánticos, en lugares de trabajo, en las salas de placer, en el dispensario médico, aun en la iglesia en la sagrada mesa de la comunión. Nada se deja sin hacer para crear y alimentar el deseo de bebida embriagante. En casi cada esquina está el local público con sus brillantes luces, su bienvenida y su alegría, para invitar al trabajador, al rico ocioso, y al joven desprevenido. La 
obra prosigue día tras día, mes tras mes, año tras año.
Drunkenness and Crime, 8. Te 22.4

El bebedor no tiene excusa.
Todos los grados del crimen han sido cometidos en estado de embriaguez, y sin embargo en muchos casos se ha excusado a los autores porque no sabían lo que estaban haciendo. Esto no aminora la culpa del criminal. Si con su propia mano lleva el vaso a sus labios, y toma deliberadamente aquello que sabe destruirá sus facultades de raciocinio, se hace responsable de todo el perjuicio que haga mientras esté ebrio, desde el momento mismo en que permite que su apetito lo domine y él trueca sus facultades de raciocinio por la bebida embriagante. Fue su propio acto lo que lo llevó más bajo que las bestias, y el crimen cometido cuando está en estado de embriaguez debiera ser castigado tan severamente como si la persona tuviera todo el poder de sus facultades de raciocinio. Spiritual Gifts 4:125. 

Ebriedad y crimen antes del diluvio y ahora. 
Los males que son tan evidentes en la época actual, son los mismos que trajeron la destrucción al mundo antediluviano. “En los días antes del diluvio” uno de los pecados prevalecientes era la embriaguez. Del registro del Génesis aprendemos que “se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”. El crimen reinaba supremo; la vida misma estaba insegura. Los hombres cuya razón estaba destronada por la bebida embriagante, consideraban una cosa baladí el tomar la vida de un ser humano. Te 23.2

“Como en los días de Noé, así será la venida 
del Hijo del Hombre”. 
La embriaguez y el crimen que ahora prevalecen, han sido predichos por el mismo Salvador. Estamos viviendo en los días finales de la historia de esta tierra. Es un tiempo solemnísimo. Todo señala la pronta venida de nuestro Señor.—The Review and Herald, 25 de octubre de 1906. Te 23.3

Los juicios de Dios en nuestros días.
Debido a la impiedad que se produce en gran medida como resultado del uso del alcohol, los juicios de Dios están cayendo hoy sobre nuestra tierra.—Counsels on Health, 432. Te 23.4

La lección objetiva de San Francisco.
Por cierto tiempo después del gran terremoto de la costa de California, las autoridades de San Francisco y de algunas ciudades y poblaciones menores ordenaron el cierre de las tabernas. Fue tan notable el efecto de esta ordenanza estrictamente cumplida que los hombres pensadores de todo el país, especialmente en la costa del Pacífico, dirigieron su atención hacia las ventajas que resultarían de un cierre permanente de todos los despachos de bebidas. Durante muchas semanas siguientes al terromoto, en San Francisco se vio muy poca ebriedad. No se vendían bebidas embriagantes. El estado de cosas desorganizado y confuso, hacía que las autoridades urbanas temieran un aumento anormal del desorden y del crimen, y quedaron grandemente sorprendidas al comprobar lo contrario. Aquellos de los cuales se esperaban dificultades, no dieron sino muy pocas. Esta inusitada falta de violencia y crimen podía atribuirse en gran medida a la no consumición de bebidas embriagantes. Te 23.5

Los directores de algunos de los principales diarios sostuvieron que el cierre definitivo de las tabernas resultaría en el mejoramiento permanente de la sociedad y serviría a los mejores intereses de la ciudad. Pero el sabio consejo fue desechado, y a las pocas semanas los traficantes de alcohol consiguieron el permiso de abrir nuevamente sus negocios, tras abonar una suma considerablemente mayor de la que había entrado en las arcas de la municipalidad en concepto de licencia. Te 24.1

En la calamidad que sobrevino a San Francisco, el Señor se proponía barrer con los despachos de bebidas que han sido la causa de tanto mal, miseria y crimen; sin embargo los guardianes del bienestar público traicionaron la confianza depositada en ellos legalizando la venta de licor. ... Ellos saben que al hacerlo están virtualmente autorizando la comisión de crímenes; sin embargo el conocimiento de este seguro resultado no los arredra. ... El pueblo de San Francisco deberá responder en el tribunal de Dios por la reapertura de las tabernas en esa ciudad.
The Review and Herald, 25 de octubre de 1906. Te 24.2

Significado del estado de cosas actual.
A pesar de las muchas evidencias del aumento del crimen y la impiedad, los hombres rara vez se detienen a pensar seriamente en el significado de estas cosas. Casi sin excepción, los hombres se jactan de la cultura y del progreso de la edad presente. Te 24.3

Sobre aquellos a quienes Dios ha dado una gran luz descansa la solemne responsabilidad de llamar la atención de otros al significado del aumento de la embriaguez y del crimen. También debieran poner ante la mente de otros las Escrituras que describen claramente las condiciones que imperarán inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo. Debieran levantar fielmente el estandarte divino, y alzar su voz en protesta contra la sanción del tráfico de alcohol mediante un estatuto legal. Drunkenness and Crime, 3. Te 24.4

viernes, septiembre 13, 2019

17. UNA ENSEÑANZA PERNICIOSA.


Ninguno de los errores aceptados por el mundo cristiano 641 ataca más atrevidamente la autoridad de Dios, ninguno está en tan abierta oposición con las enseñanzas de la razón, ninguno es de tan perniciosos resultados como la doctrina moderna que tanto cunde, de que LA LEY de Dios ya no es más de carácter OBLIGATORIO para los hombres. 

Toda nación tiene sus leyes que exigen respeto y obediencia; ningún gobierno podría subsistir sin ellas; ¿y es posible imaginarse que el Creador del cielo y de la tierra no tenga ley alguna para gobernar los seres a los cuales creó?

 Supongamos que los ministros más eminentes se pusiesen a predicar que las leyes que gobiernan a su país y amparan los derechos de los ciudadanos no estaban más en vigencia, que por coartar las libertades del pueblo ya no se les debe obediencia. 

¿Por cuánto tiempo se tolerarían semejantes prédicas? ¿Pero es acaso mayor ofensa desdeñar las leyes de los estados y de las naciones que pisotear los preceptos divinos, que son el fundamento de todo gobierno? 

Más acertado sería que las naciones aboliesen sus estatutos y dejaran al pueblo hacer lo que quisiese, antes de que el Legislador del universo anulase su ley y dejase al mundo sin norma para condenar al culpable o justificar al obediente.

 ¿Queremos saber cuál sería el resultado de la abolición de la ley de Dios? 

El experimento se ha hecho ya. Terribles fueron las escenas que se desarrollaron en Francia cuando el ateísmo ejerció el poder. Entonces el mundo vio que rechazar las restricciones que Dios impuso equivale a aceptar el gobierno de los más crueles y despóticos. Cuando se echa a un lado la norma de justicia, queda abierto el camino para que el príncipe del mal establezca su poder en la tierra.

Siempre que se rechazan los preceptos divinos, 
el pecado deja de parecer culpa 
y la justicia deja de ser deseable.

Los que se niegan a someterse al gobierno de Dios son completamente incapaces de gobernarse a sí mismos. Debido a sus enseñanzas perniciosas, se implanta el espíritu de insubordinación en el corazón de los niños y jóvenes, de suyo insubordinados, y se obtiene como resultado un estado social donde la 642 anarquía reina soberana.

 Al paso que se burlan de la credulidad de los que obedecen las exigencias de Dios, las multitudes aceptan con avidez los engaños de Satanás. Se entregan a sus deseos desordenados y practican los pecados que acarrearon los juicios de Dios sobre los paganos.

LOS QUE LE ENSEÑAN AL PUEBLO a considerar superficialmente los mandamientos de Dios, siembran la desobediencia para recoger desobediencia. Rechácense enteramente los límites impuestos por la ley divina y pronto se despreciarán las leyes humanas.

 Los hombres están dispuestos a pisotear la ley de Dios por considerarla como un obstáculo para su prosperidad material, porque ella prohibe las prácticas deshonestas, la codicia, la mentira y el fraude; pero ellos no se imaginan lo que resultaría de la abolición de los preceptos divinos. 

Si la ley no tuviera fuerza alguna 
¿por qué habría de temerse el transgredirla? 
La propiedad ya no estaría segura. Cada cual se apoderaría por la fuerza de los bienes de su vecino, y el más fuerte se haría el más rico. Ni siquiera se respetaría la vida. La institución del matrimonio dejaría de ser baluarte sagrado para la protección de la familia. El que pudiera, si así lo desease, tomaría la mujer de su vecino. El quinto mandamiento sería puesto a un lado junto con el cuarto. Los hijos no vacilarían en atentar contra la vida de sus padres, si al hacerlo pudiesen satisfacer los deseos de sus corazones corrompidos. El mundo civilizado se convertiría en una horda de ladrones y asesinos, y la paz, la tranquilidad y la dicha desaparecerían de la tierra.

LA DOCTRINA de que los hombres no están obligados a obedecer los mandamientos de Dios ha debilitado ya el sentimiento de la responsabilidad moral y ha abierto anchas las compuertas para que la iniquidad aniegue el mundo. 

La licencia, la disipación y la corrupción nos invaden como ola abrumadora. Satanás está trabajando en el seno de las familias. Su bandera flota hasta en los hogares de los que profesan ser cristianos. En ellos se ven la envidia, las sospechas, la hipocresía, la frialdad, la rivalidad, las disputas, las traiciones y el desenfreno de los 643 apetitos. 

Todo el sistema de doctrinas y principios religiosos que deberían formar el fundamento y marco de la vida social, parece una mole tambaleante a punto de desmoronarse en ruinas. 
Los más viles criminales, echados en la cárcel por sus delitos, son a menudo objeto de atenciones y obsequios como si hubiesen llegado a un envidiable grado de distinción.

 SE DA GRAN PUBLICIDAD a las particularidades de su carácter y a sus crímenes. 
LA PRENSA publica los detalles escandalosos del vicio, iniciando así a otros en la práctica del fraude, del robo y del asesinato, y Satanás se regocija del éxito de sus infernales designios. La infatuación del vicio, la criminalidad, el terrible incremento de la intemperancia y de la iniquidad, en toda forma y grado, deberían llamar la atención de todos los que temen a Dios para que vieran lo que podría hacerse para contener el desborde del mal.

LOS TRIBUNALES ESTÁN CORROMPIDOS. 
Los magistrados se dejan llevar por el deseo de las ganancias y el afán de los placeres sensuales. La intemperancia ha obcecado las facultades de muchos, de suerte que Satanás los dirige casi a su gusto. Los juristas se dejan pervertir, sobornar y engañar. LA EMBRIAGUEZ y las orgías, la pasión, la envidia, la mala fe bajo todas sus formas se encuentran entre los que administran las leyes. "La justicia se mantiene a lo lejos, por cuanto la verdad está caída en la calle, y la rectitud no puede entrar." (Isaías 59: 14, V.M.)

La iniquidad y las tinieblas espirituales que prevalecieron bajo la supremacía papal fueron resultado inevitable de la supresión de las Sagradas Escrituras.

 ¿Pero dónde está la causa de la incredulidad general, del rechazamiento de la ley de Dios y de la corrupción consiguiente bajo el pleno resplandor de la luz del Evangelio en esta época de libertad religiosa?

 AHORA QUE SATANÁS no puede gobernar al mundo negándole las Escrituras, recurre a otros medios para alcanzar el mismo objeto. Destruir la fe en la Biblia responde tan bien a sus designios como destruir la Biblia misma. Insinuando la creencia de que la ley de Dios no es obligatoria, empuja a los hombres 644 a transgredirla tan seguramente como si ignorasen los preceptos de ella. Y ahora, como en tiempos pasados, obra por intermedio de la iglesia para promover sus fines. 

LAS ORGANIZACIONES RELIGIOSAS de nuestros días se han negado a prestar atención a las verdades impopulares claramente enseñadas en las Santas Escrituras, y al combatirlas, han adoptado interpretaciones y asumido actitudes que han sembrado al vuelo las semillas del escepticismo. 

AFERRÁNDOSE AL ERROR PAPAL de la inmortalidad natural del alma y al del estado consciente de los muertos, han rechazado la única defensa posible contra los engaños del espiritismo. La doctrina de los tormentos eternos ha inducido a muchos a dudar de la Biblia. 
Y cuando se le presenta al pueblo la obligación de observar el cuarto mandamiento, se ve que ordena reposar en el séptimo día; y como único medio de librarse de un deber que no desean cumplir, muchos de los maestros populares declaran que la ley de Dios no está ya en vigencia. 
De este modo rechazan al mismo tiempo la ley y el sábado. A medida que adelante la reforma respecto del sábado, esta manera de rechazar la ley divina para evitar la obediencia al cuarto mandamiento se volverá casi universal. 

LAS DOCTRINAS DE LOS CAUDILLOS RELIGIOSOS han abierto la puerta a la incredulidad, al espiritismo y al desprecio de la santa ley de Dios, y sobre ellos descansa una terrible responsabilidad por la iniquidad que existe en el mundo cristiano. CS EGW