viernes, julio 30, 2010

48. “Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.”


¿Cómo te va? No hay nada mejor que empezar el día con un pensamiento bíblico. Escogí hoy Sal. 52:8. “Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.”

Doeg, hombre de confianza de Saúl, era edomita. Los edomitas, originarios de Edom, serían considerados más tarde enemigos de Israel. Doeg es un símbolo de la traición. Podría ser comparado con ciertas personas que hoy están a tu alrededor, dispuestas a clavarte un cuchillo por las espaldas.

En cierta ocasión, perseguido por el rey Saúl, David se escondió en Nob y fue ayudado por el sacerdote Abimelec. Doeg estaba allí y corrió llevando la noticia a Saúl. El resultado fue que Saúl mató a los sacerdotes de Nob. *

Este salmo fue escrito por David cuando se vio traicionado por Doeg. El salmista comienza diciendo: "¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? [ ... ]Agravios maquina tu lengua; como navaja afilada hace engaño".**

¿Hay alguien que se siente poderoso por causa de su posición dentro de la empresa, y que con su lengua "maquina agravios" y urde planes de destrucción?

Mira cómo reacciona David ante esta circunstancia. Vuelve los ojos al Monte de los Olivos. El monte estaba lleno de olivos verdes y productivos, que resistían la intemperie y las dificultades del clima. "Yo soy como olivo verde", afirma el salmista. En la lengua original, el adjetivo "verde" no hace referencia al color. "Verde" significa más bien "floreciente, vigoroso, lleno de vida y de fruto". La belleza del olivo no estaba en su apariencia, sino en su productividad.

El mundo a su alrededor podía estar lleno de traición y calumnia, pero cuando David se refugiaba en Dios, se sentía como "un olivo verde". El secreto de la actitud victoriosa del salmista estaba "en la casa de Dios". ¿Quién será capaz de destruirte cuando estás protegido en las manos de Dios? La promesa que Dios te hace hoy, es que "la misericordia de Dios" será contigo "eternamente y para siempre".

Confiando en esta promesa, dirígete hoya donde debes ir, sin temor. Dios irá delante tuyo abriéndote las puertas y silenciando la boca de tus enemigos. Repite las palabras de David: "Porque yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre".

* Cf. 1 Samuel22.
** Sal. 52:1, 2.

Alejandro Bullón

2 comentarios: