viernes, julio 30, 2010

56. “Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; mas por la boca de los impíos será trastornada.”


Prov. 11:11 dice: “Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; mas por la boca de los impíos será trastornada.”

Tú eres parte de una comunidad. En la vida profesional, religiosa, familiar o social tú no eres una isla separada de las otras personas. Todos dependemos de todos. Todos ejercemos influencia, para el bien o para el mal. Las palabras y acciones son determinantes, y nadie puede evitar las consecuencias.

En 2004, el pequeño principado de Palau, fue conmocionado con el asesinato cruel de una familia de misioneros brasileños. La policía capturó enseguida al asesino. El país estaba avergonzado con la acción perversa de un miembro de su comunidad. Algunos días después llegaron a Palau los padres del misionero y, para sorpresa de todos, la madre enlutada visitó al asesino que estaba preso, y le dijo que lo perdonaba a pesar del terrible dolor que estaba sintiendo por la muerte del hijo.

La noticia de esta extraña visita a la prisión conmovió a todo el país y las personas encontraban difícil creer que en un mundo de tanta violencia, pudiera haber todavía lugar para el amor y el perdón. Creo que en circunstancias parecidas, la reacción natural de cualquier ser humano, sería dar lugar al deseo de venganza o, al menos, "exigir" justicia, esperando que el criminal quedase por el resto de su vida en la prisión. La actitud de esta madre no fue fruto de ningún tipo de filosofía, sino el resultado del trabajo que el Espíritu de Dios realiza en el corazón de personas sinceras que buscan vivir una experiencia de comunión diaria con Jesús.

Esta no es una experiencia mística. Tú no necesitas aislarte del mundo para intentar ser bueno. Tú puedes continuar con tus actividades diarias, participando de la vida de tu comunidad, cumpliendo tus deberes de ciudadano, viviendo, en fin, como un ser humano normal y, sin embargo, teniendo la conciencia de que nunca estás solo. Jesús está siempre a tu lado, inspirando en ti los sentimientos más puros y nobles, en medio de las adversidades y dificultades que puedan aparecer.

Haz de este día un día de compañerismo con Jesús. Permite que el carácter de Cristo se refleje en ti, recordando que: "Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida; mas por la boca de los impíos será trastornada".

Alejandro Bullón

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