jueves, septiembre 24, 2020

REFLEXIÓN 401. LA IRA DE JEHOVÁ CONTRA LAS NACIONES QUE OBRARON MAL (ISAÍAS 34).

Isaías 34. Es la ira de Jehová, contra todo el mundo, que obraron mal. simbolizados en Edom. (Enemigo natural de Israel)Naciones y personas que vivieron sin tener en cuenta a Dios y su ley. base de gobierno en los cielos y la tierra. 

Naciones que existieron y existirán, mientras exista este mundo, con su actual decadencia moral y espiritual. Por eso amerita la reflexión: “Mejor es, estar del lado de la justicia y la verdad. Y nos irá bien, en esta vida y la venidera. Amen.

Veamos los temas de éste capítulo. Desde los versículos (1-10) son los Juicios con los que Dios vengará a sus hijos. Y del (11-15) Es La desolación de sus enemigos. Del (16-17) es La certeza de que la profecía se cumplirá.

1 ACERCAOS, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos, escuchad.  Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y todo lo que produce. 2 Porque Jehová está airado contra todas las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las destruirá y las entregará al matadero. 3 Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos. 4 Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera. 5 Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema. 6 Llena está de sangre la espada de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom. 7 Y con ellos caerán búfalos, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura. 8 Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sión. 9 Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. 10 No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.

11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de destrucción, y niveles de asolamiento. 12 Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada. 13 En sus alcázares crecerán espinos, y ortigas y cardos en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y patio para los pollos de los avestruces. 14 Las fieras del desierto se encontrarán con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo. 15 Allí anidará el búho, pondrá sus huevos, y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres, cada uno con su compañera.

16 Inquirid en el libro de Jehová, y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu. 17 Y él les echó suertes, y su mano les repartió con cordel; para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí. (Isaías 34). 

1. Oiga la tierra. El mensaje del cap. 34 no es para Judá solamente, sino también para todas las naciones y para todos los tiempos. Isaías describe aquí el fin triste y terrible de los impíos, tanto de sus días como de los del fin del tiempo. Contempla el gran día de la matanza, cuando todos los impíos perecerán y sus cadáveres quedarán esparcidos como los del ejército de Senaquerib después de la visita del ángel exterminador de Jehová (cap. 37: 36). En la destrucción del ejército asirio, Isaías ve anticipadamente el destino final de todas las huestes del mal que luchan contra Dios. Idumea o Edom (vers. 5) representa simbólicamente a los enemigos del bien, porque Edom muchas veces fue el más cruel y despiadado de los enemigos de Judá (2 Crón. 28: 17; Eze. 35; Amós 1: 11; Abd. 10).

2. Indignado. Ver com. cap. 26: 20. La indignación de Dios contra sus enemigos. La "indignación" final de Dios se sintetiza en las siete plagas postreras (Apoc. 14: 10; 15: 1; cf. Isa. 34: 2; Nah. 1: 6). El pueblo de Dios tuvo que permanecer dentro de sus casas mientras eran muertos los primogénitos de Egipto (Exo. 12: 22- 23). Dios invita a su pueblo a que se esconda en él durante las siete últimas plagas, para que él pueda serle "amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Sal. 46: 1). Protegido de esta manera, su pueblo no necesita temer, "aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar" (Sal. 46: 2; cf. Sal. 25: 5; 91: 1-10). La indignación divina no dura sino "un momento" (Isa. 54: 8; cf. Sal. 30: 5). Para el Señor la obra del juicio es una "extraña obra" (Isa. 28: 21). Pero la hora de la indignación divina contra los impíos es también la hora de la liberación y el triunfo del pueblo de Dios.

Todo el ejército de ellas. Así como Dios estaba indignado contra todos los ejércitos asirios que atacaron a Jerusalén, así también se airará contra todas las fuerzas del mal que se pondrán en orden de batalla contra su pueblo. Compárese con Joel 3: 2; Zac. 12: 2-9: 14: 2-3; Apoc. 16: 14, 16; 17: 14; 19: 11-19. Las entregará al matadero. Heb. jaram, "consagrar para la destrucción". "Las ha entregado a la matanza" (BJ). Ver com. 1 Sam. 15: 3.

3. Hedor. La hediondez de los enemigos muertos. Cuando Dios destruyó los ejércitos de Senaquerib, los cadáveres de los muertos quedaron esparcidos como basura (cf. Isa. 66: 16; Jer. 25: 33; Eze. 39: 11-20; Apoc. 19: 17-21). Los montes se disolverán por la sangre. "Sus montes chorrean sangre" (BJ). Cf. Apoc. 14: 20.

4. El ejército de los cielos se disolverá. "Se esfuma todo el ejército de los cielos" (BJ). Es decir, el sol, la luna y las estrellas (2 Rey. 21: 3; 23: 5; Jer. 8: 2; 33: 22; etc.). El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto dice: "Las profundidades se abrirán y todo el ejército de los cielos se marchitará". "Y perecerá todo el ejército celeste" (BC).

Se disolverá. En cuanto a esta expresión, ver com.  Isa. 13: 10, 13; 24: 23; Heb. 1: 10-20. Se enrollarán. Se refiere al cielo atmosférico (ver com. 2 Ped. 3: 7, 10-12; Apoc. 6: 14; cf.  Isa. 24: 19-20; Jer. 4: 23, 28).

Caerá. Ver com.  Mat. 24: 29; Apoc. 6: 13. (Inmediatamente después. Marcos dice: "En aquellos días, después de aquella tribulación" (cap. 13: 24).  Mateo y Marcos se refieren aquí al período de los 1.260 días (años) de persecución  papal que terminaron en el año 1798 (ver com.  Mat. 24: 21).  Hacia el final de este período el sol se oscureció.  Las señales del vers. 29 ocurren en un tiempo muy cercano al de "la tribulación de aquellos días" (ver CS  351; com.  Dan. 7: 25).

El sol. El 19 de mayo de 1780 el sol se oscureció durante casi todo el día en una gran sección de América del Norte.  El así llamado "día oscuro" fue la primera de las señales en los cielos ordenada por Dios para indicar la inminencia del regreso de nuestro Señor.

La luna. En la noche del mismo día, el 19 de mayo de 1780, la luz de la luna estuvo velada, así como lo había estado la luz del sol durante las horas del día.

Las estrellas. Esta señal se cumplió, por lo menos en parte, el 13 de noviembre de 1833, cuando ocurrió lo que sin duda puede considerarse como la mayor lluvia de meteoros de toda la historia.  Los fenómenos celestiales del 19 de mayo de 1780 y del 13 de noviembre de 1833 cumplieron con precisión las predicciones de Jesús porque ocurrieron en el momento predicho (ver lo dicho antes).  Ningún otro fenómeno del pasado cumple satisfactoriamente con todas las especificaciones de esta profecía.

Las potencias de los cielos. Es decir, el sol, la luna y las estrellas.  Esta conmoción de las "potencias de los cielos" no se refiere a los fenómenos descritos en la primera parte del versículo, sino a un tiempo aún futuro, cuando los cuerpos celestes "se desquiciarán de su asiento... se conmoverán a la voz de Dios".  Esto ocurrirá cuando la voz de Dios sacuda también la tierra (PE 41), al comienzo de la séptima plaga (Apoc. 16: 17-20;  CS 694-695; PE 341 285; cf.  Isa. 34:4; Apoc. 6:14).

5. Mi espada. La espada de Jehová simboliza los castigos divinos sobre los impíos. Compárese con Deut. 32: 41- 42; Jer. 46: 10; Apoc. 19: 13, 15, 21. Edom. Ver com.  Eze. 35: 15. Con frecuencia se representa a todos los enemigos de Dios con el símbolo de una nación cuyo odio y crueldad han sido excepcionalmente acérrimos. Esto ocurrió en el caso de Egipto, Babilonia, Edom, Amón y Moab. Aunque parientes cercanos de los judíos, los edomitas siempre manifestaron un rencor especial contra ellos (ver com. Isa. 34: 1). Es posible que, con el pretexto de la invasión asiria, Edom se habría unido a los asirios para descargar su ira contra Judá; y quizá por esto se asocia aquí el nombre de Edom con el de Asiria en esta sentencia condenatoria de Isaías. Ver com. cap. 63: 1-6, donde los castigos divinos sobre Edom simbolizan al gran día de Jehová.

6. Sacrificios en Bosra. Bosra fue una importante ciudad de Edom (Isa. 63: 1; cf Gén. 36: 33; 1 Crón. 1: 44), situada a menos de 40 km al sureste del mar Muerto. Amós predijo la destrucción de sus palacios (Amós 1: 12), y Jeremías afirmó que se convertiría en asolamiento y oprobio (Jer. 49: 13, 22). Los corderos y los machos cabríos representan al pueblo de Edom, que sería entregado a la matanza como animales en el momento del sacrificio. Jeremías emplea una figura similar (Jer. 46: 10).

7. Búfalos. Heb. re'em "buey salvaje" (ver com. Núm. 23: 22).  Los búfalos y los toros de este pasaje representan a las naciones fuertes, que acompañarían a las más débiles -los corderos y machos cabríos del vers. 6- al lugar del sacrificio.

8. Pleito. Se representa a las naciones como participantes en el gran conflicto entre el bien y el mal, aliadas de Satanás contra Sión, la ciudad de Dios. Compárese con Zac. 3:1-2. Se describe la tan demorada hora de la 270 retribución, en la cual "Edom" (ver com. Isa. 34:5-6) será castigado por su persistente hostilidad contra el pueblo escogido de Dios (Isa. 63:1-4; cf. Jer. 46:10). Con referencia a la aplicación de este versículo al gran día de Dios,                         ver CS 731.

9. Azufre. Las figuras del vers. 9 se basan en la destrucción de Sodoma y Gomorra (ver com. Gén. 19: 24). Es probable que estas ciudades hubieran estado en el extremo sur del mar Muerto (ver com. Gén. 14: 3). En este lugar hay aún petróleo y betún. Cuando Cristo regrese, toda la tierra será destruida en una gran conflagración (2 Ped. 3: 10, 12; Apoc. 20:10,14).

10. Su humo. Compárese con expresiones similares en Apoc. 14: 11 y 19: 3. La destrucción de Sodoma y Gomorra se da como ejemplo del "castigo del fuego eterno" que destruirá a los impíos (Jud. 7). Esas ciudades, cuya destrucción fue para "ejemplo a los que habían de vivir impíamente", fueron reducidas "a ceniza" (2 Ped. 2: 6). De igual manera, todos los impíos han de ser completamente destruidos y disipados "como humo" (Sal. 37: 20). La orgullosa Babilonia, cuyo humo "sube por los siglos de los siglos" (Apoc. 19: 3), "será quemada con fuego" (Apoc. 18: 8). El fuego del día final no dejará del impío "ni raíz ni rama" (Mal. 4: 1, 3; cf. Sal. 37:9-10; Abd. 10), y los réprobos serán como si nunca hubieran sido (Eze. 28: 18-19; Abd. 16).

11. Pelícano. Heb. qa'ath, ave inmunda no identificada con precisión. Podría ser alguna clase de lechuza o ave de rapiña. La RVR traduce "pelícano" también en Lev. 11: 18 y Deut. 14: 17. Erizo. Heb. qippod, "puercoespín" o "lechuza de oreja corta". En Sof. 2: 14 otra vez se menciona el erizo con el pelícano.

Cordel de destrucción y niveles de asolamiento. En hebreo se emplean las palabras tóhu y bóhu, las mismas que en Gén. 1: 2 se traducen como "desordenada y vacía", cuyo significado es "caos" y "nada" o "vacío" (ver com. Gén. 1: 2). Se pinta el mismo vívido cuadro de la tierra durante el milenio (ver com. Isa. 24: 1, 3; Apoc. 20: 1-3). Con referencia a la palabra aquí traducida como "cordel", ver com. Isa. 28: 17.

12. Llamarán. El hebreo de la primera parte de este versículo dice: "Los nobles de ella y no hay allí reino ellos llamarán". Es, pues, evidente la dificultad en la interpretación de este pasaje. Serán nada. Todos los caudillos de Edom han huido, y el reino queda reducido al caos.

13. Chacales. Ver com. Isa. 13: 22.

14. La cabra salvaje. Ver com. cap. 13: 21. Los vers. 11-15 representan una descripción simbólica de la situación caótica de la tierra. 

HOY los ambientalistas, están preocupados en conservar el ecosistema… pero la mejor forma de conservarlo es vivir en armonía con los principios divinos. Pero la profecía dice que la tierra será destruida. Por tanto, la mejor inversión de tiempo y esfuerzo es hacer el bien y adorar a la fuente de esa verdad: Dios. Apoc. 14:6,7.

Lechuza. Heb. lilith. En acadio esta palabra significa "demonio malvado". "Lilit" aparece como nombre propio en BC, BJ y NC.

15. Búho. Heb. qippoz, quizá una pequeña serpiente. El rollo 1QIsª de los Manuscritos del Mar Muerto dice qippod, que sería erizo (ver com. vers. 11) o lechuza de oreja corta.

16. El libro de Jehová. Sólo en el Libro inspirado puede hallarse información fidedigna en cuanto a lo que ocurrirá cuando Jehová esté "airado contra todas las naciones"                (ver comentario del vers. 2). 4CBA/Ministerio Hno. Pio

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