martes, julio 17, 2018

CAPÍTULO 23. BEREA Y ATENAS.

Basado en Hechos 17:11-34. 
EN BEREA Pablo encontró judíos que estaban dispuestos a investigar las verdades que enseñaba. El informe de Lucas declara de ellos: "Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos; y mujeres Griegas de distinción, y no pocos hombres."

 LA MENTE DE LOS BEREANOS no estaba estrechada por el prejuicio. Estaban dispuestos a investigar la verdad de la doctrina presentada por los apóstoles. Estudiaban la Biblia, no por curiosidad, sino para aprender lo que se había escrito concerniente al Mesías prometido.

INVESTIGABAN DIARIAMENTE los relatos inspirados; y al comparar escritura con escritura, los ángeles celestiales estaban junto a ellos, iluminando sus mentes e impresionando sus corazones. 

DOQUIERA SE PROCLAMAN LAS VERDADES DEL EVANGELIO, aquellos que desean sinceramente hacer lo recto son inducidos a escudriñar diligentemente las Escrituras. 

 SI EN LAS ESCENAS FINALES de la historia terrenal, aquellos a quienes se proclaman las verdades probatorias siguieran el ejemplo de los bereanos, escudriñando diariamente las Escrituras, comparando con la Palabra de Dios los mensajes que se les dan, habría un gran número de leales a los preceptos de la ley de Dios donde ahora hay comparativamente pocos. 

 Pero cuando las verdades impopulares de la Biblia se presentan, muchos se niegan a hacer esta investigación. Aunque no pueden contradecir las claras enseñanzas de las Escrituras, manifiestan, sin embargo, extrema 189 indisposición a estudiar las evidencias ofrecidas. 

 ALGUNOS ARGUYEN que aunque estas doctrinas sean en verdad ciertas, importa poco que ellos acepten o no la nueva luz; y se aferran a fábulas agradables por las cuales el enemigo suele extraviar las almas. Así sus mentes son cegadas por el error y ellos se separan del cielo. 

"Todos Serán Juzgados De Acuerdo Con La Luz Que Se Les Ha Dado". 

 EL SEÑOR ENVÍA SUS EMBAJADORES con un mensaje de salvación, y a aquellos que lo oyen los hará responsables de la manera en que tratan las palabras de sus siervos. Los que buscan sinceramente la verdad harán una investigación cuidadosa, a la luz de la Palabra de Dios, de las doctrinas que se les presentan. 

LOS JUDÍOS INCRÉDULOS DE TESALÓNICA, llenos de celo y odio hacia los apóstoles, y no conformes con haberlos ahuyentado de su ciudad, los siguieron a Berea y despertaron contra ellos las pasiones excitables de la clase inferior. Temiendo que se hiciese violencia a Pablo si permanecía allí, los hermanos le enviaron a Atenas, acompañado por algunos de los bereanos que acababan de aceptar la fe. 

DE CIUDAD EN CIUDAD SUFRÍAN PERSECUCIÓN LOS MAESTROS DE LA VERDAD. Los enemigos de Cristo no podían impedir el progreso del Evangelio; pero sí, lograban dificultar extraordinariamente la obra de los apóstolesCon todo, frente a la oposición y a los conflictos, Pablo avanzaba firmemente, determinado a realizar el propósito de Dios como se le había revelado en la visión de Jerusalén: "Ve, porque yo te tengo que enviarte lejos a los Gentiles." (Hech. 22:21).

 LA APRESURADA PARTIDA DE PABLO DE BEREA le privó de la oportunidad que pensaba tener de visitar a los hermanos de Tesalónica. Al llegar a Atenas, el apóstol envió de vuelta a algunos de los hermanos bereanos para que les dijeran a Silas y Timoteo que se reuniesen con él inmediatamente. Timoteo había ido a Berea antes que Pablo partiera, y había quedado con Silas para 190 continuar la obra tan bien comenzada allí, y para instruir a los nuevos conversos en los principios de la fe. 

EN ATENAS

LA CIUDAD DE ATENAS ERA LA METRÓPOLI DEL PAGANISMO. Allí Pablo no se encontró con un populacho ignorante y crédulo como en Listra, sino con gente famosa por su inteligencia y cultura. Por doquiera se veían estatuas de sus dioses y de los héroes deificados de la historia y la poesía, mientras magníficas esculturas y pinturas representaban la gloria nacional y el culto popular de las deidades paganas.

 LOS SENTIDOS DE LA GENTE SE EXTASIABAN CON LA BELLEZA Y EL ESPLENDOR DEL ARTE. Por doquiera los santuarios y templos, que representaban gastos incalculables, levantaban sus macizas formas. Las victorias de las armas y los hechos de hombres célebres eran conmemorados mediante esculturas, altares e inscripciones. Todo esto convertía a Atenas en una vasta galería de arte. 

CUANDO PABLO VIO LA HERMOSURA Y GRANDEZA QUE LO RODEABAN, Y La Ciudad Enteramente Entregada A La Idolatría, Su Espíritu Se Llenó De Celo Por Dios, a quien veía deshonrado por todas partes; y su corazón se llenó de compasión por la gente de Atenas, que, no obstante, su cultura intelectual, no conocía al Dios verdadero. 

El apóstol no se engañaba por lo que veía en ese centro del saber. Su naturaleza espiritual estaba tan despierta a los atractivos de las cosas celestiales, que el gozo y la gloria de las riquezas que no perecerán nunca, invalidaban a sus ojos la pompa y el esplendor que lo rodeaban. Al ver la magnificencia de Atenas, comprendía su poder seductor para los amantes del arte y de la ciencia, y quedó profundamente impresionada su mente por la importancia de la obra que tenía por delante.

EN ESTA GRAN CIUDAD, donde no se adoraba a Dios, Pablo se sentía oprimido por un sentimiento de soledad; y anhelaba la simpatía y la ayuda de sus colaboradores. En cuanto se refería a la amistad humana, se sentía completamente solo. Lo expresa en su Epístola a los Tesalonicenses al decir: "Acordamos quedarnos solos en Atenas." (1Tes. 3:1.) Delante de él 191 se presentaban obstáculos que parecían insuperables, haciendo casi desesperada para él la tentativa de alcanzar los corazones de la gente. Mientras esperaba a Silas y Timoteo, Pablo no estaba ocioso. "Disputaba en la sinagoga con los Judíos y religiosos; y en la plaza cada día con los que le ocurrían." Pero su principal labor era proclamar las nuevas de la salvación a aquellos que no tenían un concepto claro de Dios y de su propósito en favor de la especie caída. 

 El apóstol había de encontrarse pronto con el paganismo en su forma más sutil y seductora. 

LOS GRANDES HOMBRES DE ATENAS no tardaron en enterarse de la presencia en su ciudad de un maestro singular, que estaba presentando a las gentes doctrinas nuevas y extrañas. Algunos de esos hombres buscaron a Pablo, y entablaron conversación con él. Pronto una multitud de oyentes se reunió en torno de ellos.

ALGUNOS estaban listos para ridiculizar al apóstol como a uno muy inferior a ellos tanto social como intelectualmente, y ésos dijeron con mofa: "¿Qué quiere decir este palabrero?"
 OTROS, "porque les predicaba a Jesús y la resurrección," dijeron: "Parece que es predicador de nuevos dioses." Entre aquellos que se encontraron con Pablo en la plaza, había "algunos filósofos de los Epicúreos y de los Estoicos;" pero éstos, y todos los demás que trataron con él, vieron pronto que tenía un caudal de conocimiento aun mayor que el de ellos. Sus facultades intelectuales imponían el respeto de los letrados; mientras su fervor, su lógico razonamiento y el poder de su oratoria llamaban la atención de todo su auditorio.  

SUS OYENTES Reconocieron El Hecho De Que No Era Un Novicio, sino un hombre capaz de hacer frente a todas las clases de argumentos convincentes en defensa de la doctrina que enseñaba. Así el apóstol permaneció impávido, haciendo frente a sus opositores en su propio terreno, haciendo frente a la lógica con la lógica, a la filosofía con la filosofía, a la elocuencia con la elocuencia. 

SUS OPONENTES PAGANOS le llamaron la atención a la suerte de Sócrates, quien, por haber predicado dioses extraños, había 192 sido condenado a muerte; y aconsejaron a Pablo que no arriesgara su vida de la misma manera. 
 Pero los discursos del apóstol cautivaron la atención del pueblo, y su sabiduría sin afectación les imponía respeto y admiración.

NO FUE REDUCIDO AL SILENCIO Por La Ciencia O La Ironía De Los Filósofos; convencidos de que estaba resuelto a cumplir su cometido entre ellos y, bajo cualquier riesgo, dar su mensaje, decidieron darle una justa audiencia. De consiguiente, lo condujeron al Aerópago. Este era uno de los puntos más sagrados de toda Atenas, y sus recuerdos y asociaciones inducían a considerarlo con supersticiosa reverencia que, en la mente de algunos, se convertía en terror. 
 Era en este lugar donde los asuntos relacionados con la religión eran a menudo considerados cuidadosamente por hombres que actuaban como jueces finales en todo lo de mayor importancia moral, tanto como en asuntos civiles. Aquí, lejos del ruido y la bulla de las atestadas vías públicas, del tumulto de la promiscua discusión, el apóstol podría ser oído sin interrupción. 

SE REUNIERON en derredor de él poetas, artistas y filósofos­ los doctos y sabios de Atenas, ­quienes se dirigieron así a él: "¿Podremos saber qué sea esta nueva doctrina que dices? Porque pones en nuestros oídos unas nuevas cosas: queremos pues saber qué quiere ser esto."

En esta hora de solemne responsabilidad, el apóstol estaba sereno y dueño de sí. Su corazón estaba cargado con un mensaje importante, y las palabras que brotaron de sus labios convencieron a sus oyentes de que no era un ocioso palabrero.

"VARONES ATENIENSES ­DIJO­ en todo os veo como más supersticiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquel pues, que vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio yo." Con toda su inteligencia y conocimiento general, no conocían al Dios que había creado el universo. Sin embargo, algunos de ellos deseaban tener mayor luz. Los tales buscaban el Infinito. 193

CON LA MANO EXTENDIDA HACIA EL TEMPLO CUAJADO DE ÍDOLOS, Pablo derramó la carga de su alma y expuso la falacia de la religión de los atenienses. Sus más sabios oyentes estaban asombrados al escuchar su razonamiento. Demostró que estaba familiarizado con sus obras de arte, su literatura y su religión. Señalando sus estatuas e ídolos, declaró que Dios no podía ser asemejado con formas de invención humana. Esas imágenes esculpidas no podían, en el sentido más débil, representar la gloria de Jehová. Les recordó que las imágenes no tenían vida, sino que eran manejadas por el poder humano. Se movían solamente cuando las manos del hombre las movían; por lo tanto, los que las adoraban eran en todo sentido superiores a los objetos de adoración. 

PABLO DIRIGIÓ LA MENTE DE SUS IDÓLATRAS OYENTES más allá de los límites de su falsa religión a un verdadero concepto de la Deidad, que habían titulado: "Dios no conocido." Este Ser, a quien ahora les declaraba, no dependía del hombre, ni necesitaba que las manos humanas añadiesen nada a su poder y gloria. La gente se llenó de admiración por el fervor de Pablo y su lógica exposición de los atributos del Dios verdadero: su poder creador y la existencia de su providencia predominante. 

 CON ARDIENTE Y FÉRVIDA ELOCUENCIA, EL APÓSTOL DECLARÓ: "El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da a todos vida, y respiración, y todas las cosas." Los cielos no eran bastante grandes para contener a Dios, cuánto menos los templos hechos por manos humanas. 

EN AQUELLA ÉPOCA DE CASTAS, cuando a menudo no se reconocían los derechos de los hombres, Pablo presentó la gran verdad de la fraternidad humana, declarando que Dios "de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra." A la vista de Dios, todos son iguales. Cada ser humano debe suprema lealtad al Creador. 

LUEGO EL APÓSTOL MOSTRÓ cómo, a través de todo el trato de Dios 194 con el hombre, su propósito de misericordia y gracia corre como un hilo de oro. El "les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros." Señalando a los nobles exponentes de la humanidad que le rodeaban, con palabras tomadas de un poeta suyo pintó al Dios infinito como a un Padre cuyos hijos eran. "En él vivimos, y nos movemos, y somos ­declaró;­ como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también. Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Divinidad ser semejante a oro, o a plata, o a piedra, escultura de artificio o de imaginación de hombres. "Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia a todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan."

EN LOS SIGLOS DE OBSCURIDAD QUE HABÍAN PRECEDIDO AL ADVENIMIENTO DE CRISTO, el Gobernante divino había pasado por alto la idolatría de los paganos; pero ahora, mediante su Hijo, había enviado a los hombres la luz de la verdad; y esperaba que todos se arrepintieran para salvación, no solamente los pobres y humildes, sino también los orgullosos filósofos y príncipes de la tierra. "Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe a todos con haberle levantado de los muertos." 

AL HABLAR PABLO DE LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS, "unos se burlaban, y otros decían: Te oiremos acerca de esto otra vez." ASÍ TERMINARON las labores del apóstol en Atenas, el centro de la cultura pagana; porque los atenienses, aferrándose insistentemente a su idolatría, se apartaron de la luz de la religión verdadera. 

Cuando Un Pueblo Está Plenamente Satisfecho Con Sus Propias Realizaciones, Poco Puede Esperarse De Él. 

 Aunque se vanagloriaban de su saber y refinamiento, los atenienses se estaban corrompiendo cada vez más, y contentándose cada vez más con los vagos misterios de la idolatría. 195 Entre los que escucharon las palabras de Pablo había algunos en cuyas mentes produjeron convicción las verdades presentadas; pero no quisieron humillarse para reconocer a Dios y aceptar el plan de la salvación.

"NINGUNA ELOCUENCIA DE PALABRAS, ni fuerza de argumentos, puede convertir al pecador. Sólo el poder de Dios puede aplicar la verdad al corazón. El que se aparta persistentemente de este poder no puede ser alcanzado". 

LOS GRIEGOS BUSCABAN SABIDURÍA; sin embargo, el mensaje de la cruz era locura para ellos porque estimaban su propia sabiduría más que la que viene de lo alto. 

EN SU ORGULLO DE INTELECTUAL Y Humana Sabiduría Puede Hallarse La Razón Por La Cual El Mensaje Evangélico Tuvo Comparativamente Poco Éxito Entre Los Atenienses.

LOS SABIOS SEGÚN EL MUNDO que acudan a Cristo como pobres y perdidos pecadores, llegarán a ser sabios para salvación; pero aquellos que acudan como hombres distinguidos, enalteciendo su propia sabiduría, no recibirán la luz y conocimiento que sólo él puede dar. 

ASÍ AFRONTÓ PABLO EL PAGANISMO DE SUS DÍAS. Sus labores en Atenas no fueron totalmente inútiles. Dionisio, uno de los ciudadanos más eminentes, y algunos otros, aceptaron el mensaje evangélico, y se unieron plenamente con los creyentes. 
 LA INSPIRACIÓN nos ha dado esta vislumbre de la vida de los atenienses, que, con todo su conocimiento, refinamiento y arte, estaban sin embargo sumidos en el vicio, para que pudiera verse cómo Dios, mediante su siervo, reprendió la idolatría y los pecados de un pueblo orgulloso y confiado en sí mismo.

 LAS PALABRAS DEL APÓSTOL y la descripción de su actitud y del ambiente que lo rodeaba, como los traza la pluma inspirada, habían de transmitirse a todas las generaciones venideras como testimonio de su firme confianza, su valor en la soledad y adversidad, así como de la victoria ganada en favor del cristianismo en el mismo corazón del paganismo. 

LAS PALABRAS DE PABLO CONTIENEN UN TESORO DE CONOCIMIENTO PARA LA IGLESIA. Estaba en una posición desde donde hubiera 196 podido fácilmente decir algo que irritara a sus orgullosos oyentes y lo metiera en dificultad. Si su discurso hubiera sido un ataque directo contra sus dioses y los grandes hombres de la ciudad, hubiera estado expuesto a sufrir la suerte de Sócrates. Pero con un tacto nacido del amor divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas, y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos. 

HOY DÍA LAS VERDADES DE LAS ESCRITURAS deben presentarse a los grandes del mundo, a fin de que puedan escoger entre obedecer a la ley de Dios y servir al príncipe del mal. Dios les presenta la verdad eterna, la verdad que los hará sabios para la salvación; pero no los obliga a aceptarla. 

SI SE APARTAN DE ELLA, Los Abandona A Sus Propios Medios, Para Que Se Llenen Con Los Frutos De Sus Propias Obras.

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; más a los que se salvan, es a saber, a nosotros, es potencia de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé la inteligencia de los entendidos." "Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es." (1 Cor. 1:18,19,27,28.) 

MUCHOS DE LOS MAYORES ERUDITOS Y ESTADISTAS, los más eminentes hombres del mundo, se apartarán en estos últimos días de la luz, porque el mundo con toda su sabiduría no conoce a Dios. No obstante, los siervos de Dios han de aprovechar toda oportunidad para comunicar la verdad a estos hombres. Algunos reconocerán su ignorancia de las cosas divinas y ocuparán un lugar como humildes aprendices a los pies de Jesús, el gran Maestro. 

EN TODO ESFUERZO POR ALCANZAR A LAS CLASES ALTAS, el obrero de Dios necesita fe firme. Las apariencias pueden ser desalentadoras; pero en la hora más obscura se recibe luz de lo alto. La fuerza de los que aman y sirven a Dios se renovará día tras día. El entendimiento del Infinito se coloca a su servicio, de modo que al realizarse sus propósitos no yerren. Mantengan 197 firme estos obreros el principio de su confianza hasta el fin, recordando que la luz de la verdad de Dios ha de brillar en medio de las tinieblas que envuelven nuestro mundo. 

NO DEBE HABER DESALIENTO EN RELACIÓN CON EL SERVICIO DE DIOS. La fe de los obreros consagrados ha de soportar todas las pruebas a que tenga que hacer frente. Dios puede y quiere conceder a sus siervos toda la fuerza que necesitan, y darles la sabiduría que sus variadas necesidades demanden. El hará más que cumplir las más altas expectaciones de los que confían en él. 
Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación 
Del Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP

martes, julio 10, 2018

CAPÍTULO 22. TESALÓNICA.

Basado en Hechos 17:1-10. 

DESPUÉS DE DEJAR A FILIPOS, PABLO Y SILAS FUERON A TESALÓNICA. Allí se les dio la oportunidad de hablar a grandes congregaciones en la sinagoga judía. Su apariencia evidenciaba el vergonzoso trato recién recibido, y requería una explicación de lo que había sucedido. Ellos la dieron sin ensalzarse a sí mismos, sino magnificando a Aquel que los había librado.

AL PREDICAR A LOS TESALONICENSES, PABLO apeló a las profecías del Antiguo Testamento concernientes al Mesías. Cristo había abierto en su ministerio la mente de sus discípulos a estas profecías; pues "comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían." (Luc. 24: 27).

PEDRO, Al Predicar A Cristo, había sacado del Antiguo Testamento sus evidencias.

ESTEBAN había seguido el mismo plan. Y también Pablo en su ministerio apelaba a las Escrituras que predecían el nacimiento, los sufrimientos, la muerte, resurrección y ascensión de Cristo.

Por El Inspirado Testimonio De Moisés Y Los Profetas, probaba claramente la identidad de Jesús de Nazaret como el Mesías, y mostraba que desde los días de Adán era la voz de Cristo la que había hablado por los patriarcas y profetas. Se habían dado profecías sencillas y específicas concernientes a la aparición del Prometido.

A ADÁN Se Le Dio La Seguridad De La Venida Del Redentor. La sentencia pronunciada contra Satanás: "Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar" (Gén. 3:15), era para nuestros primeros padres la promesa de la redención que iba a obrarse por Cristo. 181

A ABRAHÁN SE LE DIO LA PROMESA que de su descendencia vendría el Salvador del mundo: "En tu simiente serán benditas todas las gentes de la tierra." (Gén. 22:18.) "No dice: Y a las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo." (Gál. 3:16).

MOISÉS, cerca del fin de su trabajo como jefe y maestro de Israel, profetizó claramente del Mesías venidero. "Profeta de en medio de ti declaró a las huestes reunidas de Israel,­ de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios: a él oiréis." Y Moisés aseguró a los israelitas que Dios mismo le había revelado esto en el monte de Horeb, diciendo: "Profeta les suscitaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.' (Deut. 18:15,18).

EL MESÍAS había de ser del linaje real; porque en la profecía pronunciada por Jacob el Señor dijo: "No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; y a él se congregarán los pueblos." (Gén. 49:10).

ISAÍAS PROFETIZÓ: "Y saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces." "Inclinad vuestros oídos, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes de David. He aquí, que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti; por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado." (Isa. 11:1; 55:3-5).

JEREMÍAS también testificó del Redentor venidero como de un príncipe de la casa de David: "He aquí que vienen los días, dice Jehová, y despertaré a David renuevo justo, y reinará Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado: y éste será su nombre que le llamarán: Jehová, justicia nuestra." Y nuevamente: "Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel; y de los sacerdotes y levitas no faltará varón de mi presencia que ofrezca 182 holocausto, y encienda presente, y que haga sacrificio todos los días." (Jer. 23:5,6; 33:17,18).

HASTA EL MISMO LUGAR DEL NACIMIENTO DEL MESÍAS fue predicho así: "Mas tú, Beth-lehem Ephrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel: y sus salidas son desde el principio, desde los días del siglo." (Miq. 5: 2). La obra que el Salvador haría en la tierra había sido bosquejada plena y claramente: "Y reposará sobre él el espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y harále entender diligente en el temor de Jehová."

EL ASÍ UNGIDO VENDRÍA "a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos abertura de la cárcel; a promulgar año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar a Sión a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya." (Isa. 11:2,3; 61:1-3).

"He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma toma contentamiento: he puesto sobre él mi espíritu, dará juicio a las gentes. No clamará, ni alzará, ni hará oír su voz en las plazas. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare: sacará el juicio a verdad. No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio; y las islas esperarán su ley." (Isa. 42:1- 4).

CON CONVINCENTE PODER, PABLO ARGUYÓ, fundado en los escritos del Antiguo Testamento, que "convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos." 

¿No había profetizado Miqueas: "Con vara herirán sobre la quijada al juez de Israel"? (Miq. 5:1.) ¿Y no había profetizado de sí mismo el Prometido, por medio de Isaías: "Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban el cabello: no escondí mi 183 rostro de las injurias y esputos"? (Isa. 50:6).

MEDIANTE EL SALMISTA, Cristo Había Predicho El Trato Que Iba A Recibir De Los Hombres: "Yo soy . . . oprobio de los hombres, y desecho del pueblo. Todos los que me ven, escarnecen de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo: Remítese a Jehová, líbrelo; sálvele, puesto que en él se complacía." "Contar puedo todos mis huesos; ellos miran, considéranme. Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes." "He sido extrañado de mis hermanos, y extraño a los hijos de mi madre. Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban, cayeron sobre mí." "La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado: y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo: y consoladores, y ninguno hallé." (Sal. 22:6-8,17,18; 69:8,9,20).

¡CUÁN INCONFUNDIBLEMENTE CLARAS ERAN LAS PROFECÍAS DE ISAÍAS Respecto A Los Sufrimientos Y La Muerte De Cristo! "¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ­pregunta el profeta­ ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Y subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca: no hay parecer en él, ni hermosura: verlo hemos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

"Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados. "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la 184 contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido." (Isa. 53:1-8).

AUN LA FORMA DE SU MUERTE HABÍA SIDO PREFIGURADA. Como la serpiente de metal había sido levantada en el desierto, así iba a ser levantado el Redentor venidero, para que "todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16). "Y le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fuí herido en casa de mis amigos." (Zac. 13:6).

"Dispúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento." (Isa. 53:9,10). Pero el que iba a sufrir la muerte a manos de hombres impíos, se levantaría de nuevo como un vencedor del pecado y del sepulcro.

BAJO LA INSPIRACIÓN DEL TODOPODEROSO, El Dulce Cantor De Israel Había Dado Testimonio De Las Glorias DE LA MAÑANA DE LA RESURRECCIÓN. "También mi carne ­proclamó alegremente­ reposará segura. Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni permitirás que tu santo vea corrupción." (Sal. 16:9,10).

PABLO mostró cuán estrechamente había ligado Dios el servicio de los sacrificios con las profecías relativas a Aquel que iba a ser llevado como cordero al matadero. El Mesías iba a dar su vida como "expiación por el pecado."

MIRANDO HACIA ADELANTE a través de los siglos las escenas de la expiación del Salvador, el profeta Isaías había testificado que el Cordero de Dios "derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los perversos, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores." (Isa. 53:7,10,12).

EL MESIAS

El Salvador profetizado había de venir, no como un rey temporal, para librar a la nación judía de opresores terrenales, sino como hombre entre los hombres, para vivir una vida de pobreza y humildad, y para ser al fin despreciado, rechazado y muerto. El Salvador predicho en las Escrituras del Antiguo 185 Testamento había de ofrecerse a sí mismo como sacrificio en favor de la especie caída, cumpliendo así todos los requerimientos de la ley quebrantada. En él los sacrificios típicos iban a encontrar la realidad prefigurada, y su muerte de cruz iba a darle significado a toda la economía judía.

EL ANTES Y EL DESPUÉS EN LA VIDA PABLO

PABLO HABLÓ A LOS JUDÍOS TESALONICENSES de su celo anterior por la ley ceremonial, y del asombroso suceso que le había ocurrido junto a las puertas de Damasco. Antes de su conversión había confiado en una piedad heredada, una falsa esperanza. Su fe no había estado anclada en Cristo; en vez de eso, había confiado en formas y ceremonias. Su celo por la ley había estado desvinculado de la fe en Cristo, y no tenía ningún valor. Mientras se vanagloriaba de ser intachable en el cumplimiento de los requerimientos de la ley, había rechazado a Aquel que daba valor a la ley.

Pero al convertirse, todo había cambiado. Jesús de Nazaret, a quien había estado persiguiendo en la persona de sus santos, se le apareció como el Mesías prometido. El perseguidor le vio como el Hijo de Dios que había venido a la tierra en cumplimiento de las profecías, y en cuya vida se cumplían todas las especificaciones de los Escritos Sagrados.

Mientras Pablo proclamaba con santa audacia el Evangelio en la sinagoga de Tesalónica, se derramaron raudales de luz sobre el verdadero significado de los ritos y ceremonias relacionados con el servicio del tabernáculo.

CONDUJO EL PENSAMIENTO DE SUS OYENTES más allá del servicio terrenal y del ministerio de Cristo en el santuario celestial, al tiempo cuando, habiendo completado su obra mediadora, Cristo volverá con poder y grande gloria y establecerá su reino en la tierra.

PABLO CREÍA EN LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO. Tan clara y vigorosamente presentó las verdades concernientes a este suceso, que ellas hicieron en la mente de muchos que oían una impresión que nunca se borró.

POR TRES SÁBADOS SUCESIVOS PABLO predicó a los tesalonicenses, razonando con ellos de las Escrituras en cuanto a la vida, 186 muerte, resurrección, mediación, y gloria futura de Cristo, el Cordero "muerto desde el principio del mundo." (Apoc. 13:8).

ENSALZÓ A CRISTO, el debido entendimiento de cuyo ministerio es la llave que abre las Escrituras del Antiguo Testamento y da acceso a sus ricos tesoros. Cuando se proclamaron así las verdades del Evangelio en Tesalónica con gran poder, se cautivó la atención de grandes congregaciones. "Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y Silas; y de los Griegos religiosos grande multitud, y mujeres nobles no pocas."

OPOSICIÓN DE LOS JUDÍOS A LA OBRA DE PABLO

COMO EN LOS LUGARES ADONDE FUERON ANTERIORMENTE, los apóstoles tropezaron aquí con acérrima oposición. "Los Judíos que eran incrédulos," tuvieron "celos." Estos judíos no contaban entonces con el favor del poder romano, porque no mucho antes habían provocado una insurrección en Roma. Eran mirados con suspicacia, y su libertad era restringida en cierta medida. Vieron ahora una oportunidad para aprovecharse de las circunstancias, a fin de rehabilitarse, y al mismo tiempo arrojar oprobio sobre los apóstoles y sobre los conversos al cristianismo.

Se proponían hacer esto uniéndose con "algunos ociosos, malos hombres," por medio de los cuales lograron alborotar la ciudad. Con la esperanza de encontrar a los apóstoles, asaltaron "la casa de Jasón;" pero no hallaron a Pablo ni a Silas. Y "no hallándolos," la turba, en su loco chasco, "trajeron a Jasón, y a algunos hermanos a los gobernadores de la ciudad, dando voces: Estos que alborotan el mundo, también han venido acá; a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos hacen contra los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús."

Como no se halló a Pablo ni a Silas, los magistrados pusieron bajo fianza a los creyentes acusados, para mantener la paz. Temiendo violencias adicionales, "los hermanos, luego de noche, enviaron a Pablo y a Silas a Berea."

LOS QUE ENSEÑAN HOY VERDADES POCO POPULARES no necesitan desanimarse si en ocasiones no son recibidos más favorablemente, 187 aun por los que pretenden ser cristianos, de lo que lo fueron Pablo y sus colaboradores por la gente entre la cual trabajaron.

LOS MENSAJEROS De La Cruz Deben Velar Y Orar, y seguir adelante con fe y ánimo, trabajando siempre en el nombre de Jesús.

DEBEN EXALTAR A CRISTO COMO EL MEDIADOR Del Hombre En El Santuario Celestial, en quien se concentraban todos los sacrificios de la dispensación del Antiguo Testamento, y por cuyo sacrificio expiatorio los transgresores de la ley de Dios pueden hallar paz y perdón. 188 

Los Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación 
Del Evangelio De Jesucristo. (EGW).