EN SU
PRIMERA CARTA A LA IGLESIA DE CORINTO, Pablo instruyó a los creyentes respecto a los principios generales sobre
los cuales se funda el sostén de la obra de Dios en la tierra.
ESCRIBIENDO
en cuanto a sus labores apostólicas en
favor de ellos, preguntó: "¿Quién jamás peleó a sus expensas? ¿quién planta viña, y no
come de su fruto? ¿o quién
apacienta el ganado, y no come de la leche del ganado? ¿Digo esto según los
hombres? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés
está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios
cuidado de los bueyes? ¿O dícelo enteramente por nosotros?
PUES POR
NOSOTROS ESTÁ ESCRITO; porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con
esperanza de recibir el fruto. "Si
nosotros os sembramos lo espiritual preguntó además el apóstol, ¿es gran cosa si segáremos lo vuestro
carnal? Si otros tienen en vosotros esta potestad, ¿no más bien
nosotros?
MAS NO HEMOS USADO DE ESTA POTESTAD: antes lo
sufrimos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
¿NO SABÉIS
que los que trabajan en el santuario, comen del santuario, y que los que sirven
al altar, del altar participan?
ASÍ TAMBIÉN
ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio."
(1 Cor. 9:7-14).
EL APÓSTOL
SE REFIRIÓ AQUÍ AL PLAN DEL SEÑOR para
sostener a los sacerdotes que ministraban en el templo. Aquellos
que eran apartados para este sagrado cargo eran sostenidos por sus hermanos, a
quienes ellos ministraban las bendiciones espirituales. "Y ciertamente los
que de los hijos de Leví toman el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del
pueblo los diezmos 271 según la
ley." (Heb. 7:5).
La tribu de
Leví fue escogida por el Señor para los cargos sagrados pertenecientes al
templo y al sacerdocio. Acerca del sacerdote se dijo: "Porque le ha
escogido Jehová, . . . para ministrar al nombre de Jehová." (Deut. 18:5).
DIOS RECLAMABA COMO PROPIEDAD SUYA UNA DÉCIMA PARTE de
todas las ganancias, y consideraba como robo la retención del diezmo. A este
plan para el sostén del ministerio se refirió Pablo cuando dijo: "Así
también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del
evangelio." Y más tarde, escribiendo a Timoteo, el apóstol dijo:
"Digno es el obrero de su jornal." (1 Tim. 5:18).
EL PAGO DEL
DIEZMO no era sino una parte del plan de
Dios para el sostén de su servicio. Se
especificaban divinamente numerosas dádivas y ofrendas.
BAJO EL
SISTEMA JUDIO, se le enseñaba al pueblo a abrigar un espíritu de
liberalidad, tanto en el sostén de la causa de Dios, como en la provisión de
las necesidades de los pobres.
EN OCASIONES especiales
había ofrendas voluntarias.
EN OCASIÓN de
la cosecha y la vendimia, se
consagraban como ofrenda para el Señor los primeros frutos del campo:
el trigo, el vino y el aceite.
LOS REBUSCOS y las esquinas del campo se reservaban para los pobres.
Las Primicias de la lana cuando se trasquilaban las
ovejas, y del grano cuando se trillaba el trigo, se apartaban para Dios.
ASÍ TAMBIÉN SE HACÍA CON EL PRIMOGÉNITO DE TODOS LOS ANIMALES. Se pagaba un rescate por el primogénito de toda familia humana.
Los
primeros frutos debían presentarse delante del Señor en el santuario,
y se dedicaban al uso de los sacerdotes.
POR ESTE
SISTEMA DE BENEVOLENCIA, el Señor
trataba de enseñar a Israel que en todas las cosas él debía ser el
primero. Así se les recordaba que él era el propietario de sus campos, sus
rebaños y sus ganados; que era él quien enviaba la luz del sol y la lluvia que
hacían crecer y madurar la sementera.
TODAS Las
Cosas Que Ellos Poseían Eran De Él. Ellos No Eran Sino Sus Mayordomos. 272
NO ES
PROPÓSITO DE DIOS QUE LOS CRISTIANOS, cuyos privilegios exceden por mucho a los de la nación judía, den menos
liberalmente que los judíos. "A cualquiera que fue dado mucho declaró el Salvador, mucho será
vuelto a demandar de él." (Luc. 12:48).
LA
LIBERALIDAD que se requería de los hebreos era en gran parte para
beneficio de su propia nación; Hoy la
obra de Dios abarca toda la tierra.
CRISTO CONFIÓ los tesoros del Evangelio a las manos de sus seguidores, y les impuso la
responsabilidad de dar las alegres nuevas de la salvación al mundo. Nuestras
obligaciones son por cierto mucho mayores que las del antiguo Israel.
A MEDIDA
QUE LA OBRA DE DIOS SE EXTIENDA, se pedirá ayuda más y más
frecuentemente. Para que estas peticiones puedan atenderse, los cristianos
deben prestar atención al mandato: "Traed todos los diezmos al alfolí, y
haya alimento en mi casa." (Mal. 3:10.).
SI LOS PROFESOS CRISTIANOS FUERAN FIELES en traer a
Dios sus diezmos y ofrendas, su tesorería estaría llena. No habría
entonces que recurrir a exposiciones, loterías, o excursiones de placer para
asegurar fondos para el sostén del Evangelio. Los hombres están tentados a usar sus medios en la complacencia
propia, en la satisfacción del apetito, en el atavío personal, o en
el embellecimiento de sus casas. Por estas cosas muchos
miembros de iglesia no vacilan en gastar liberalmente, y hasta con
extravagancia. Pero cuando se les pide que den para la tesorería del
Señor, para llevar adelante su obra en la tierra, ponen dificultades. Sintiendo
quizá que no pueden hacer otra cosa, dan una suma mucho menor de la que a
menudo gastan en complacencias innecesarias. No manifiestan verdadero amor por
el servicio de Cristo, ni ferviente interés en la salvación de las almas.
¿Qué De
Extraño Tiene Que La Vida Cristiana De Los Tales Sea Una Existencia Débil Y
Enfermiza?
AQUEL cuyo corazón refulge con el amor de Cristo considerará no solamente como un deber, sino como un placer, ayudar en el avance de la obra más elevada y más santa encomendada 273 al hombre: la de presentar al mundo las riquezas de la bondad, la misericordia y la verdad.
ES EL ESPÍRITU
DE LA CODICIA lo que induce a los hombres a
conservar
para la complacencia propia los
medios que por derecho pertenecen a Dios, y este espíritu es tan
aborrecible para él ahora como cuando, mediante su profeta, censuró
severamente a su pueblo así: "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis
robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En Los diezmos y las
primicias. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado." (Mal. 3:8,9).
EL
ESPÍRITU DE LIBERALIDAD ES EL ESPÍRITU DEL CIELO. Este
espíritu halla su más elevada manifestación en el sacrificio de Cristo en la
cruz. En nuestro favor, el Padre dio a su Hijo unigénito; y Cristo, habiendo
dado todo lo que tenía, se dio entonces a sí mismo, para que el hombre pudiera
ser salvo. La cruz del Calvario debe despertar la benevolencia de todo seguidor
del Salvador.
EL
PRINCIPIO ALLÍ ILUSTRADO ES EL DE DAR, DAR. "El
que dice que está en él, debe andar como él anduvo." (1 Juan 2:6).
POR OTRA
PARTE, El Espíritu De Egoísmo Es El Espíritu De Satanás. El principio ilustrado en
la vida de los mundanos es el de conseguir, conseguir. Así esperan
asegurarse felicidad y comodidad, pero el fruto de su siembra es tan sólo
miseria y muerte.
MIENTRAS
DIOS NO CESE DE BENDECIR A SUS HIJOS, no dejarán ellos de estar bajo la obligación
de devolverle la porción que reclama.
NO
SOLAMENTE deben entregar al Señor la porción que
le pertenece, sino que deben también traer a su tesorería, Como Ofrenda de
gratitud, un tributo liberal.
CON
CORAZONES GOZOSOS deben dedicar al
Creador las primicias de todos sus bienes: sus más selectas
posesiones, su servicio mejor y más sagrado. Así recibirán abundantes
bendiciones. Dios mismo convertirá sus almas en jardín de riego, cuyas
aguas no falten. Y cuando la última gran cosecha sea recogida, las gavillas que
pudieron 274 llevar al Maestro serán la recompensa de su generoso uso de los
talentos a ellos confiados.
LOS
MENSAJEROS ESCOGIDOS de Dios
están empeñados en una labor agresiva, y no deben verse obligados a pelear a
sus propias expensas, sin la ayuda de la simpatía y el cordial sostén de sus
hermanos. Incumbe a los miembros de la iglesia tratar generosamente a
aquellos que abandonan su empleo secular para entregarse al ministerio. Cuando
se alienta a los ministros de Dios, se hace progresar mucho su causa. Pero
cuando el egoísmo de los hombres los priva de su legítimo sostén, se debilitan
sus manos, y a menudo se menoscaba seriamente su utilidad. Se enciende el
desagrado de Dios contra los que aseveran seguirle y sin embargo permiten que
los consagrados obreros sufran por las necesidades de la vida mientras están
ocupados en el ministerio activo.
LOS EGOÍSTAS serán llamados a rendir cuentas no solamente
por el mal uso del dinero de su Señor, sino también por la depresión y pena que
su conducta ocasionó a sus fieles siervos. Los que son llamados a la obra
del ministerio, y al llamamiento del deber renuncian a todo para ocuparse en el
servicio de Dios, deben recibir por sus esfuerzos abnegados suficiente salario
para sostenerse a sí mismos y a sus familias.
EN LOS
DIVERSOS DEPARTAMENTOS del trabajo secular, mental y físico, los
obreros fieles pueden ganar buenos salarios. ¿No es
la obra de diseminar la verdad y guiar las almas a Cristo de más importancia
que cualquier negocio común? ¿Y no tienen derecho a una remuneración suficiente
los que trabajan fielmente en esta obra?
POR NUESTRA ESTIMA del valor relativo del trabajo por
el bien moral y por el físico, mostramos nuestro aprecio de lo celestial en
contraste con lo terrenal. Para que haya fondos en la tesorería para el sostén
de los ministros y para atender los pedidos de ayuda en las empresas
misioneras, es necesario que el pueblo de Dios dé alegre y liberalmente.
SOBRE los
ministros descansa la solemne responsabilidad 275 de mantener ante las iglesias las necesidades de la causa de
Dios, y de ENSEÑARLES a ser liberales.
CUANDO SE DESCUIDA ESTO, y las iglesias dejan de dar para las necesidades ajenas, NO SOLAMENTE sufre la obra del Señor, SINO QUE SON RETENIDAS las bendiciones que deberían recibir los creyentes.
HASTA LOS
MUY POBRES deberían traer sus ofrendas a Dios. Ellos han de participar
de la gracia de Cristo negándose a sí mismos para ayudar a aquellos cuya
necesidad es más apremiante que la suya propia.
EL DON DEL
POBRE, el fruto de su abnegación, se
presenta delante de Dios como fragante incienso.
Y TODO ACTO DE SACRIFICIO PROPIO fortalece
el espíritu de beneficencia en el corazón del dador, y lo une más estrechamente
con Aquel que era rico, pero que por amor a nosotros se hizo pobre para que por
su pobreza fuésemos enriquecidos.
EL ACTO DE
LA VIUDA que puso dos blancas todo lo que tenía en la
tesorería, fue registrado para animar a los que, aunque luchan con la pobreza,
desean sin embargo ayudar a la causa de Dios mediante sus dones. Cristo llamó
la atención de los discípulos a esa mujer, que había dado "todo su
alimento." Consideró su dádiva de más valor que las grandes ofrendas
de aquellos cuyas limosnas no exigían abnegación. De su abundancia ellos
habían dado una pequeña porción. Para hacer su ofrenda, la viuda se había
privado aun de lo que necesitaba para vivir, confiando que Dios supliría sus
necesidades para el mañana.
RESPECTO A
ELLA EL SALVADOR DECLARÓ: "De cierto os digo que esta
viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca." (Mar.
12:44,43.)
ASÍ ENSEÑÓ que el valor de la dádiva no se estima por el monto, sino por la proporción que se da y por el motivo que impulsa al dador.
EL APÓSTOL PABLO, en su ministerio entre las iglesias, era incansable en sus esfuerzos por inspirar en los corazones de los nuevos conversos un deseo de hacer grandes cosas por la causa de Dios. A menudo los exhortaba a ejercer la liberalidad.AL HABLAR CON LOS ANCIANOS DE ÉFESO respecto a sus labores anteriores entre ellos, dijo: "En todo os he enseñado que, 276 trabajando así, es necesario sobrellevar a los enfermos, y tener presente las palabras del Señor Jesús, el cual dijo: Más bienaventurada cosa es dar que recibir." (Hech. 20:35).
"EL QUE SIEMBRA ESCASAMENTE escribió a los corintios, también
segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones
también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por
necesidad; porque Dios ama el dador alegre."(2 Cor. 9:6,7.)
CASI
TODOS LOS CREYENTES MACEDONIOS eran pobres en bienes de este mundo, pero sus corazones rebosaban de amor a Dios y a su
verdad, y daban alegremente para el sostén del Evangelio. Cuando se
hicieron colectas generales entre las iglesias gentiles para aliviar a los
creyentes judíos, la liberalidad de los conversos de Macedonia se presentaba
como un ejemplo a las otras iglesias.
ESCRIBIENDO A LOS CREYENTES CORINTIOS, el apóstol les llamó la
atención a "la gracia de Dios que ha sido dada a las
iglesias de Macedonia: que en grande prueba de tribulación, la abundancia
de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su bondad. Pues de su
grado han dado conforme a sus fuerzas, . . . y aun sobre sus fuerzas;
pidiéndonos con muchos ruegos, que aceptásemos la gracia y la comunicación del
servicio para los santos." (2 Cor 8:1-4).
LA BUENA VOLUNTAD de los creyentes Macedonios para sacrificarse era resultado de la consagración completa. MOVIDOS por el Espíritu de Dios, "a sí mismos se dieron primeramente al Señor" (2 Cor. 8:5); entonces estaban dispuestos a dar generosamente de sus medios para el sostén del Evangelio.
NO ERA NECESARIO instarlos a dar; más bien, se regocijaban por el privilegio de privarse aun de las cosas necesarias a fin de suplir las necesidades de otros.
CUANDO EL APÓSTOL QUISO CONTENERLOS, le importunaron para que aceptara
sus ofrendas. En su sencillez e integridad, y en su amor por los hermanos,
se negaban alegremente a sí mismos, y así abundaban en frutos de benevolencia.
CUANDO PABLO ENVIÓ A TITO A CORINTO para fortalecer a los creyentes de allí, le indicó que edificara a la iglesia en la gracia 277 de dar; y en una carta personal a los creyentes, él también añadió su propio llamamiento.
"Por tanto, como en todo abundáis -les rogó, en fe, y en palabra, y en ciencia, y en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, que también abundéis en esta gracia." "Ahora pues, llevad también a cabo el hecho, para que como estuvisteis pronto a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tenéis.
Porque si primero hay la voluntad pronta, será acepta, por lo
que tiene, no por lo que no tiene." "Y poderoso es Dios para hacer
que abunde en vosotros toda gracia; a fin de que, teniendo siempre en todas las
cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra: ...para que estéis
enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros hacimiento de
gracias a Dios." (2 Cor. 8:7,11,12, 9:8-11).
LA LIBERALIDAD ABNEGADA provocaba en la iglesia primitiva arrebatos de gozo; porque los creyentes sabían que sus esfuerzos ayudaban a enviar el mensaje evangélico a los que estaban en tinieblas. Su benevolencia testificaba de que no habían recibido en vano la gracia de Dios.
¿Qué podía producir semejante liberalidad sino la santificación del
Espíritu? En ojos de los creyentes y de los incrédulos, era un
milagro de la gracia.
LA PROSPERIDAD Espiritual Está Estrechamente Vinculada Con La Liberalidad Cristiana.
LOS SEGUIDORES DE CRISTO deben
regocijarse por el privilegio de revelar en sus vidas la caridad de su
Redentor. Mientras dan para el Señor, tienen la seguridad de que sus
tesoros van delante de ellos a los atrios celestiales.
¿Quieren Los Hombres Asegurar Su Propiedad? Colóquenla entonces en las manos
que llevan las marcas de la crucifixión.
¿Quieren Gozar De Sus Bienes? Úsenlos entonces para la bendición del
necesitado y doliente. ¿Quieren Aumentar Sus Posesiones? Escuchen entonces la orden
divina: "Honra a Jehová de tu substancia, y de las primicias de todos tus
frutos; y serán llenas tus trojes con abundancia, y tus lagares rebosarán de
mosto." (Prov. 3:9,10.)
PROCUREN retener sus posesiones para fines egoístas, y provocarán su ruina
eterna. Pero den sus 278
tesoros a Dios, y desde aquel momento llevarán éstos su inscripción. Estarán
sellados con su inmutabilidad.
DIOS DECLARA: "Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas aguas." (Isa. 32:20.)
La Comunicación Continua De Las Dádivas De Dios Dondequiera La Causa De Dios O Las Necesidades De La Familia Humana Demandan Nuestra Ayuda, No Conduce A La Pobreza.
"HAY QUIENES REPARTEN, y les es añadido más: y hay quienes son escasos más de lo que es justo, mas vienen a pobreza." (Prov. 11:24.)
EL SEMBRADOR Multiplica Su Semilla Al Arrojarla.
Así sucede con aquellos que son fieles en distribuir las dádivas de Dios. Al impartir, aumentan sus bendiciones. "Dad, y se os dará ha prometido Dios; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno." (Luc. 6:38). 279
Los
Hechos De Los Apóstoles En La Proclamación
Del
Evangelio De Jesucristo. (EGW). MHP