Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. (San Juan 10:27-29 R60).
Otro concepto que suena muy fuerte en un gran sector del cristianismo evangélico es que: “Una vez Salvos; siempre salvos” que la salvación nunca lo pueden perder, hagan lo que hagan.
Estos conceptos me traen a la memoria lo que pasaba con las indulgencias en el catolicismo medio evo. Que perdonaban pecados pasados y lo que pudieran cometer en el futuro sus feligreses.
¿Será Realmente Así?
Bueno la biblia siempre tiene respuestas, como dice Isaías:
“Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá;... La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos”. (Isaías 28:10,13 R60).
La Biblia se llega a entender consultando en todo su contenido sobre el tema en particular.
Veamos Paso A Paso:
1°. Nadie Puede Quitarnos De Su Mano: El texto principal habla: De la mano del Señor nadie lo quitará, y es verdad.
Pero siempre hay condiciones para eso, y lo podemos ver; lo que sucedió con sus mismos apóstoles. Mientras estaban firmes y fieles, hicieron muchas cosas agradables al Señor y recibieron la aprobación y la promesa de vida eterna.
Cuando los llamó, les dio poder de lo alto; y ellos así como los setenta volvieron gozosos de haber sido instrumentos en las manos de Dios.
(San Marcos 3:13-15).
“Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
(San Lucas 10:17-20 R60).
2°. ¿Cuándo Se Escriben Nuestros Nombres
En El Libro De La Vida?
Bueno solo hay un momento en la que cambiamos de familia, y es; en el santo bautismo. Donde lo recibimos formalmente en nuestras vidas, llegando a ser nueva criatura.
(San Juan 1:13; Gálatas 3:26-27).
Pero no hay un texto que afirme directamente cuando se da la inscripción; pero se sobreentiende por el contexto. Porque todo discípulo de Cristo nace solo por un medio, el santo bautismo.
Y desde ese momento tienen la misión de predicar el evangelio y eso hicieron los apóstoles y los setenta que volvieron gozosos y recibieron la promesa de su Maestro, que deberían alegrarse más por el hecho que sus nombres estaban registrados en el libro de la vida.
3°. Nuestros Nombres Pueden Ser Borrados: Así como son inscritos nuestros nombres en el libro de la vida, también pueden ser borrados. (Apocalipsis 3:5). Y no tener nuestros nombres en el libro de la vida, es la perdición y destrucción eterna, es decir que perdemos la salvación. “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. (Apocalipsis 20:15 R60).
¡Entonces sí, podemos perder la salvación!
La pregunta lógica es:
¿Por qué son borrados nuestros nombres del libro de la vida?
Veamos el caso de Judas Iscariote salió del sendero para siempre; ¿y su salvación lo perdió?
O ¿Será Salvo?
¡Claro que no!
Veamos Algunos Textos Bíblicos:
“Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él...
(San Juan 13:26-27 R60).
Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? (San Juan 6:70 R60).
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
(San Juan 17:12 R60).
Judas perdió la salvación no porque haya entregado a su Maestro, o se haya suicidado. Estas son consecuencias.
La causa principal fue; aunque siendo salvo, desprecio su herencia eterna, atesorando una doble vida. Porque mientras estaban en la última cena aun el diablo no había entrado totalmente en su vida. Pero cuando salió de la presencia de Jesús. Se terminó su tiempo de gracia. Y el final de su vida es de conocimiento público.
“Eso hace el enemigo con el hombre que cae totalmente bajo su poder; lo destruye para la eternidad”
4°. Entonces perdemos la salvación si dejamos de amar a Dios, para amar al mundo.
Otro caso lo presenta San Pablo: “De los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar. (1Timoteo 1:20 R60).
Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo,
(2Timoteo 4:10 R60).
Por eso el apóstol Juan dice no améis el mundo. Amar el mundo es perjudicial para nuestra vida espiritual, ya que el amor del Padre o el amor de la verdad no estará con nosotros, y ese es la causa principal en la que muchos no tendrán acceso a la vida eterna.
(1Juan 2: 15-17, 2 Tesalonicenses 2:10).
5°. Recuerda Cristiano(a): En toda practica mundana hay más que una preferencia personal, hay religión, filosofía, un acto de adoración.
Hay perdición y perdición eterna. Porque los que aman el mundo no pueden agradar al señor, Ni tienen el amor del Padre…
(Romanos 8:8; 1 Juan 2:15-17).
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
(San Mateo 7:21 R60).
Hacer la voluntad del Padre es no amar el mundo.
Y servirlo solo a él.
6°. Jesús Advirtió: “No puedes servir a dos señores” “Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón”. (San Mateo 6:21, 24).
“Tenemos un Cielo que Ganar
y un Infierno que Rehuir”
7° La Salvación Que Se manifestará En El Futuro: No vivamos pensando que nuestra salvación es estacionario, sino que está en movimiento y asciende día a día hasta la venida del Señor.
“La Salvación tiene un inicio, un proceso de crecimiento, fortalecimiento y el acto final, cuando lo recibiremos para no perderla jamás”
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. (1Pedro 1:3-5 R60).
Por tanto vivamos creyendo que nuestra salvación necesita ser sostenido en todo momento, muriendo más y más a lo carnal, para ser más espiritual y lleguemos a ser semejantes a Cristo, nuestro modelo y objetivo final.
“Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz…Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Romanos 8:6,12-14 R60).
Y así, estaremos en las manos de Jesús y nadie podrá sacarnos de sus manos. Y nuestra salvación estará asegurada.
“Por eso ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. (Filipenses 2:12-13 R60). Amén.
Ministerio: Hno. Pio
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