No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; Porque Jehová al que ama castiga,
Como el padre al hijo a quien quiere.
(Proverbios 3:11-12 R60).
Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. (Proverbios 22:6 R60).
El titular de un diario decía muere la reina de las panaderías; la policía sospecha del único hijo. Y luego de algunos días se supo que realmente el hijo lo había asesinado, y los motivos aparentes fueron el robo de joyas.
Y este hijo era además adoptado.
Una psicóloga decía esta es las consecuencias de la sobreprotección.
Pero no es el primer caso que sacudió la ciudad. Ha habido muchos casos anteriormente de hijos e hijas homicidas en esta ciudad.
Después del fin de la segunda guerra mundial, en un proceso paulatino, paso a paso, se fue dando un movimiento de contracultura, principalmente en los EEUU. Acentuándose con mayor fuerza en los 60. En la que una de sus ramas dio como resultado el cambio en la educación tradicional de los hijos.
Este movimiento que por un lado hablaba de paz y amor, pero por otro preconizaba el desenfreno y la rebeldía en la juventud a todo orden establecido. Como en la forma de vestirse, beber, recrearse, música. La relación sexual pre marital…etc.
Este movimiento tenia y tiene como base la filosofía de oriente. Conocidas como la nueva era, el panteísmo, el espiritualismo…etc. actualmente ha calado hondamente entre la población, ya que la mayoría de las personas en el mundo y especialmente los actores, y actrices de Hollywood se declaran sus seguidores.
Y sin olvidar a los comunicadores sociales, periodistas y algunos gobernantes…etc. que día a día dan un curso intensivo por medio de sus programas y ganando así muchos adeptos a esta filosofía.
Puedes mirar cerca de ti, en tu entorno hoy. Están por todas partes. Y en la educación lo han copado todo.
Por eso Decían los expertos en el tema, que la educación permisiva fue la causa de la derrota de los Estados Unidos en Vietnam.
Hace poco los especialistas en educación decían es necesario volver a los moldes tradicionales en la forma de educar a nuestros hijos.
Porque resulta que en el país del norte, han aumentado los crímenes en las escuelas especialmente.
Era una noche silenciosa en el Central Park. Una mujer corría y detrás de ella iban persiguiéndola un grupo de adolescentes, luego de alcanzarla la golpearon salvajemente y luego de abusar de ella, la dejaron pensando que estaba muerta; y alguien la encontró y la auxilio llevándola al hospital donde pudo salvarse. Luego detuvieron a los adolescentes y ellos conversaban y reían como si nada hubieran hecho; y cuando le preguntaron porque le habían atacado, ellos dijeron: “Estábamos aburridos y no teníamos nada que hacer”
Los psicólogos permisivos decían la vida no ha sido muy justa con ellos, están liberando su ira... Etc. Pero estos muchachos eran de familias acomodadas y no habían tenido nada de esos traumas; solo habían recibido una educación permisiva, sin límites. www.escritoesta.tv
Pasado algunas décadas desde la contracultura, vemos la sociedad más airada y desordenada.
En los 90, se hablaba del aumento preocupante de las pandillas en los EEUU. NA. Y en américa del sur por ejemplo. Casi no existían. Pero hoy tienen casi los mismos problemas en este caso. Pero todo tiene una causa, la educación permisiva, que está haciendo mucho daño a este mundo.
¡Permitirás que un psicólogo infectado con la filosofía de la nueva era te diga cómo educar a tus hijos. Diciendo que todo los niños son buenos, lo único que necesita el maestro es canalizar ¿esa energía positiva?.
Hace más de medio siglo se empezó con este experimento infernal, y las consecuencias fatales la estamos viendo y viviendo hoy. En Sudamérica se implantó hace unas dos décadas. Últimamente con más fuerza.
Entonces ¿Cuál es la forma correcta de educar a los hijos?
¿Escucharás lo que dice la biblia al respecto. Ya que sus enseñanzas en esta materia, ha permitido que la civilización humana dure miles de años?
“El Que Enseña la Verdad, Es El Único Educador Seguro”
El libro de los proverbios de Salomón tiene mucho que decirnos; ¿Quieres Leerlo y Oírlo? Amen.
“Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre; (Proverbios 1:8 R60).
Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere. (Proverbios 3:12 R60).
Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida. Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar. Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás. Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida. No entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de los malos. Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa. (Pro 4:10-15 R60).
Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
(Proverbios 4:20-27 R60).
Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; Átalos siempre en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen.
(Proverbios 6:20-23 R60).
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. (Proverbios 13:24 R60).
El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio menosprecia a su madre. (Proverbios 15:20 R60).
El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz. (Proverbios 17:25 R60).
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza;
Más no se apresure tu alma para destruirlo.
(Proverbios 19:18 R60).
Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón; (Proverbios 23:15 R60).
Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos. (Proverbios 23:26 R60).
La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. (Proverbios 29:15 R60).
Corrige a tu hijo, y te dará descanso, Y dará alegría a tu alma. (Proverbios 29:17 R60).
Escucha el consejo, y recibe la corrección, Para que seas sabio en tu vejez. (Proverbios 19:20 R60).
La reconvención es molesta al que deja el camino; Y el que aborrece la corrección morirá. (Proverbios 15:10 R60).
El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Más el que escucha la corrección tiene entendimiento. El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.
(Proverbios 15:32-33 R60).
El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará. (Proverbios 22:8 R60).
Aplica tu corazón a la enseñanza, Y tus oídos a las palabras de sabiduría. No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol. Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón; Mis entrañas también se alegrarán Cuando tus labios hablaren cosas rectas. (Proverbios 23:12-16 R60).
DOS PRINCIPIOS DE COMO DISCIPLINAR
A LOS HIJOS:
A los Sabios y Obedientes: Palabras de Consejo y Sabiduría.
Y a los Necios y Desobedientes: Reprensiones con Disciplina específica; pero con mucho amor.
Pero en este caso el consejo bíblico dice: Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos,
sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
(Efesios 6:1-4 R60).
Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
(Colosenses 3:20-21 R60).
Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo. (Proverbios 19:18 R60).
Los principios y pasos que da la biblia con respecto a la disciplina de los hijos son claros, y por ningún modo aprueba el abuso.
En la Palabra de Dios no se autoriza la severidad paternal ni la opresión, así como tampoco la desobediencia filial. En la vida familiar y en el gobierno de las naciones, la ley de Dios fluye de un corazón de infinito amor
(Carta 8a, 1896 - Elena G. de White).
a). A los Necios:
La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él. (Proverbios 22:15 R60).
Y azotes para las espaldas de los necios. (Proverbios 19:29-1 R60).
Los azotes que hieren son medicina para el malo, Y el castigo purifica el corazón. (Proverbios 20:30 R60).
La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. (Proverbios 29:15 R60).
En los labios del prudente se halla sabiduría; Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura. (Proverbios 10:13 R60).
Los labios del necio traen contienda; Y su boca los azotes llama. (Proverbios 18:6 R60).
El látigo para el caballo, el cabestro para el asno,
Y la vara para la espalda del necio.
(Proverbios 26:3 R60).
Hijos Necios:
El que engendra al insensato, para su tristeza lo engendra; Y el padre del necio no se alegrará. (Proverbios 17:21 R60).
El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz. (Proverbios 17:25 R60).
No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en que su corazón se descubra. (Proverbios 18:2 R60).
Dolor es para su padre el hijo necio... (Proverbios 19:13 R60).
La Regla Del Salvador: "Como quisierais que los hombres hicieren con vosotros, haced vosotros también de la misma manera con ellos" (San Lucas 6: 31), debería ser adoptada por todos los que emprenden la educación de los niños y jóvenes. Son ellos los miembros más jóvenes de la familia del Señor, herederos, como nosotros, de la gracia de la vida. Se debería observar sagradamente la regla del Señor en el trato con los más torpes, los más jóvenes, los más desatinados, y hasta para con los extraviados y rebeldes.
(La Educación, pág. 284).
Ayudad A Los Niños Para Que Venzan.
Dios tiene una tierna consideración por los niños. Quiere que obtengan victorias cada día. Esforcémonos para ayudar a los niños a fin de que sean vencedores. No sean ofendidos por los mismos miembros de su propia familia. No permitáis que vuestras acciones y palabras sean de una naturaleza tal que vuestros hijos sean provocados a ira. Sin embargo, deben ser fielmente disciplinados, corregidos, cuando yerran
(Manuscrito 47, 1908).
Alabad Siempre Que Sea Posible.
Alabad a los niños cuando se portan bien, pues una alabanza juiciosa les es tan útil a ellos como lo es para los que son maduros en años y entendimiento. Nunca seáis intratables en el santuario del hogar. Sed bondadosos y tiernos de corazón, mostrando la amabilidad cristiana, agradeciendo y alabando a vuestros hijos por la ayuda que os dan (Manuscrito 14, 1905).
Sed Agradables. Nunca vociferéis ni habléis con ira. Al disciplinar y refrenar a vuestros hijos, sed firmes pero también bondadosos. Animadlos para que cumplan con su deber como miembros de la sociedad familiar. Expresad vuestro aprecio por los esfuerzos que despliegan para refrenar su inclinación a hacer lo malo
(Manuscrito 22, 1904).
Sed justamente lo que queréis que sean vuestros hijos cuando tengan a cargo su propia familia. Hablad como quisierais que ellos hablaran (Manuscrito 42, 1903).
b). A los Sabios:
La reprensión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio. (Proverbios 17:10 R60).
En los labios del prudente se halla sabiduría… (Proverbios 10:13 R60).
Hijos Sabios:
Mucho se alegrará el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él. Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te dio a luz. Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.
(Proverbios 23:24-26 R60).
El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el oído de los sabios busca la ciencia.
(Proverbios 18:15 R60).
En la medida que el conocimiento humano avanza, y confirma las enseñanzas bíblicas. Hay una verdad que no podemos obviar es lo que amamos y hacemos por medio de nuestro estilo de vida, que se forman en hábitos, de seguro nuestros hijos lo harán y mejor.
Por tanto vivamos responsablemente, pensando que lo que hacemos o dejamos de hacer afecta a nuestra descendencia.
Y tener hijos sabios es lo que cada padre desea, pero no siempre es posible.
Hemos vistos muchos textos de la importancia de corregir a nuestros hijos, porque es un mandato divino.
NOTA: Con la forma de educar a los hijos, por el método bíblico, ha hecho que en este mundo perdure la civilización humana por milenios.
Desde los 60. Primero en los Estado Unidos de Norte América. Se adoptó el método permisivo en la formación de los niños. Y luego se ha ido expandiendo en el mundo entero.
Con el lema: “El niño tiene bondades inherentes” “El bien y el mal están dentro del niño, solo canalicemos lo bueno” “El Ser Humano es dios; mediante la meditación del yoga, saquemos lo divino del ser humano” “Todo el universo es dios” “El Ser humano aún no ha entendido que es dios” etc. etc.
Con este tipo de formación el mundo cosechará en breve lo que es desobedecer el mandato divino.
Porque la Biblia dice que el ser humano por naturaleza es malo, egoísta, rebelde a todo lo establecido: “Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. (Salmos 51:3-5 R60).
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos. (Romanos 3:10-18 R60).
…en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos?
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
(Isaías 64:5-6 R60).
Citas De Gran Importancia:
Hay Que Vencer El Espíritu Natural De Obstinación.
Algunos niños son naturalmente más obstinados que otros y no aceptan la disciplina, en consecuencia se vuelven muy antipáticos y desagradables. Si la madre no tiene suficiente visión para tratar con este aspecto del carácter, se formará un estado de cosas muy desgraciado, pues tales niños seguirán sus caprichos para su propia destrucción. Pero cuán terrible es que un hijo fomente un espíritu de obstinación no sólo en la niñez, sino en años de mayor madurez, y debido a una falta de comprensión en la niñez, alimente amargura y maldad en la edad adulta hacia la madre que no supo dirigir a sus hijos (Manuscrito 18, 1891).
A Veces La Persuasión Es Mejor Que El Castigo.
He sentido un interés tan profundo en esta clase de obra, que he adoptado algunos niños a fin de que pudieran ser educados correctamente. En vez de castigarlos cuando cometían faltas, los persuadía a hacer lo correcto. Una niñita había tomado el hábito de arrojarse al piso si no se le permitía hacer lo que quería. Le dije: "Si no te enojas una vez hoy, tu tío White y yo te llevaremos en el vehículo, y pasaremos un día feliz en el campo. Pero si te tiras al piso una sola vez perderás tu derecho a esa diversión". En esa forma yo trabajaba para esos niños, y ahora me siento agradecida de haber hecho esa obra (Manuscrito 95, 1909).
A Veces Es Necesaria La Vara.
La madre puede preguntarse: "¿No habré de castigar nunca a mi hijo?" Puede ser que los azotes sean necesarios cuando los demás recursos fracasen; sin embargo ella no debe usar la vara si es posible evitarlo. Pero si las correcciones más benignas resultan insuficientes, el castigo para hacer volver al niño en sí debe ser administrado con amor. Frecuentemente una sola corrección de esta naturaleza bastará para toda la vida, pues demostrará al niño que él no tiene en sus manos las riendas del dominio.
Y cuando este paso llega a ser necesario, se le debe inculcar seriamente al niño el pensamiento de que se le administra el castigo no para la satisfacción de los padres ni como acto de arbitraria autoridad, sino para su propio beneficio. Debe enseñársele que todo defecto no corregido le ocasionará desgracia, y desagradará a Dios. Bajo esa disciplina, los niños hallarán su mayor felicidad en someterle su voluntad a la voluntad de su Padre celestial (Consejos para los Maestros, pág. 90).
Como El Último Recurso.
Muchas veces encontraréis que si razonáis con ellos bondadosamente, no necesitarán ser azotados. Y un trato tal los inducirá a tener confianza en vosotros. Os convertirán en sus confidentes. Vendrán a vosotros y dirán: Me porté mal hoy, en tal momento, y quiero que me perdones y pidas a Dios que me perdone. He pasado por escenas como ésta y por lo tanto yo sé. . . . Estoy agradecida de que tuve valor de tratarlos con firmeza cuando se equivocaban, de orar con ellos y mantener las normas de la Palabra de Dios delante de ellos. Estoy contenta de haberles presentado las promesas para los vencedores y las recompensas ofrecidas a los que son fieles (Manuscrito 27, 1911).
Nunca Deis Un Golpe Con Ira.
Nunca deis a vuestro hijo un golpe con ira a menos que queráis que aprenda a pelear y a reñir. Como padres estáis en el lugar de Dios para vuestros hijos y debéis estar en guardia (Manuscrito 32, 1899).
Quizá tengáis que castigar con la vara; esto es a veces esencial, pero posponed cualquier arreglo de la dificultad hasta que hayáis resuelto el caso con vosotros mismos. Preguntaos: ¿He sometido mi conducta y mi voluntad a Dios? ¿Me he colocado donde Dios pueda manejarme, de modo que tenga sabiduría, paciencia, bondad y amor en mi trato con los elementos refractarios del hogar? (Manuscrito 79, 1901).
Nunca Sacudáis A Un Niño Irritado.
Los padres no han dado a sus hijos la educación correcta. Frecuentemente manifiestan las mismas imperfecciones que se ven en los hijos. Comen indebidamente, y esto atrae su energía nerviosa para el estómago, y no tienen vitalidad para usarla en otras direcciones. No pueden controlar debidamente a sus hijos debido a su propia impaciencia; ni pueden enseñarles lo correcto. Quizá los toman ásperamente y les dan un golpe impaciente. He dicho que zamarrear a un niño hará que le entren dos malos espíritus en vez de sacarle uno. Si un niño está equivocado, zamarrearlo lo empeorará. No lo someterá (Id., pág. 365).
Usad Primero La Razón Y La Oración.
Razonad primero con vuestros hijos, señaladles claramente sus faltas, e impresionadlos con el hecho de que no sólo han pecado contra vosotros sino contra Dios. Con vuestro corazón lleno de compasión y dolor por vuestros hijos descarriados, orad con ellos antes de corregirlos. Entonces verán que no los castigáis porque os molestan, o porque queréis desfogar vuestro mal genio con ellos, sino por un sentimiento de deber, para su bien, y os amarán y respetarán (Signs of the Times, 10-4-1884).
Esa oración puede hacer una impresión tal en su mente, que ellos verán que no sois irrazonables. Y si los niños ven que no sois irrazonables, habréis ganado una gran victoria. Esta es la obra que debe hacerse en el círculo de vuestra familia en estos últimos días
(Manuscrito 73, 1909).
Vigilad El Tono De La Voz.
Hablad siempre con una voz tranquila y ferviente en la cual no haya ningún rastro de ira. La ira no es necesaria para conseguir una pronta obediencia
(Carta 69, 1896).
Padres Y Madres, Sois Responsables Por Vuestros Hijos. Sed cuidadosos de las influencias bajo las cuales los colocáis. No perdáis vuestra influencia para bien regañándolos o retándolos. Habéis de guiarlos, y no agitar las pasiones de su mente. No importa cuál sea la provocación que sufrís, estad seguros de que el tono de vuestra voz no denota irritación. No permitáis que vean en vosotros una manifestación del espíritu de Satanás. Esto no os ayudará a preparar y educar a vuestros hijos para la vida inmortal futura (Manuscrito 47, 1908).
La Experiencia Personal En La Disciplina.
Nunca permití que mis hijos pensaran que podían molestarme en su niñez. También crié en mi familia a otros de otras familias, pero nunca permití que esos niños pensaran que podían molestar a su madre. Nunca me permití decir una palabra áspera o impacientarme o enojarme con los niños. Nunca llegaron al punto de provocarme a ira, ni una sola vez. Cuando se agitaba mi espíritu o cuando me parecía que iba a perder los estribos, decía: "Niños, dejemos esto en paz ahora; no diremos nada más de esto ahora. Lo trataremos otra vez antes de acostarnos". Teniendo todo ese tiempo para reflexionar, al anochecer se habían aplacado y yo podía tratarlos muy bien. . . .
Hay Una Forma Correcta Y Una Forma Equivocada. Nunca levanté la mano a mis hijos antes de hablarles. Y si se quebrantaban y si reconocían su falta (y siempre lo hicieron cuando la presenté delante de ellos y oré con ellos) y si se sometían (siempre lo hicieron cuando yo procedía así), entonces los tenía dominados. Nunca actuaron de otra manera. Cuando oraba con ellos, se quebrantaban por completo, me echaban los brazos al cuello y lloraban…
Al corregir a mis hijos, nunca permití que mi voz se alterara en ninguna forma. Cuando advertía que algo andaba mal, esperaba hasta que pasara el "calor", y entonces los tomaba por mi cuenta después de que habían tenido la oportunidad de reflexionar y estaban avergonzados. Se avergonzaban si les daba una hora o dos para pensar en estas cosas. Siempre me apartaba y oraba. Entonces no les hablaba.
Después de que habían quedado solos por un tiempo, venían a verme por el asunto. "Bien", les decía, "esperemos hasta la noche". Al llegar esa hora, orábamos y entonces les decía que hacían daño a su propia alma y agraviaban al Espíritu de Dios por su proceder equivocado (Manuscrito 82, 1901).
Ha De Mezclarse La Justicia Con La Misericordia.
Dios es nuestro Dador de la ley y nuestro Rey, y los padres han de colocarse bajo su gobierno.
Esta regla prohíbe toda presión de los padres y toda desobediencia de los hijos.
El Señor está lleno de amante bondad, misericordia y verdad. Su ley es santa, justa y buena y debe ser obedecida por los padres y los hijos. Las reglas que debieran regir la vida de los padres y los hijos manan de un corazón de infinito amor, y las ricas bendiciones de Dios descansarán sobre aquellos padres que imparten la ley de Dios en sus hogares, y sobre los hijos que obedecen esa ley. Ha de sentirse la influencia combinada de la misericordia y de la justicia. "La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron". Los hogares que estén bajo esta disciplina caminarán en los senderos del Señor haciendo justicia y juicio (Signs of the Times, 23-8-1899).
Los padres que permiten que su dirección se convierta en un despotismo están cometiendo una terrible equivocación. Se hacen daño a sí mismos y no sólo a sus hijos; apagan en el joven corazón de ellos el amor que fluiría en actos y palabras de afecto. Se reflejarán sobre los padres la bondad, la tolerancia y el amor manifestados a los hijos. Lo que siembren, eso también segarán…
Al procurar administrar justicia, recordad que ella tiene una gemela que es la misericordia. Las dos están lado a lado y no debieran ser separadas.
(Review and Herald, 30-8-1881).
La Severidad Despierta El Espíritu Combativo.
Consejo para los padres severos. La severidad y la justicia, cuando no están mezcladas con el amor, no guiarán a vuestros hijos a hacer lo correcto. Advertid cuán prestamente se despierta en ellos el espíritu combativo. Hay una mejor forma de manejarlos que la mera compulsión. La justicia tiene un hermano gemelo que es el amor. Dense las manos el amor y la justicia en todo vuestro trato, y con seguridad tendréis la ayuda de Dios para cooperar con vuestros esfuerzos. El Señor, vuestro generoso Redentor, quiere bendeciros y daros su mente, su gracia y su salvación para que tengáis un carácter que Dios pueda aprobar
(Carta 19 a, 1891).
Emplead Tiempo Para Orar.
Cuando me sentía irritada y tentada a decir palabras que me avergonzarían, me callaba, salía de la habitación y pedía a Dios que me diera paciencia para enseñar a esos niños. Entonces podía volver y hablar con ellos y decirles que no debían proceder mal otra vez. Podemos adoptar una posición tal en este asunto de modo que no provoquemos a ira a los hijos. Debiéramos hablar bondadosa y pacientemente, recordando siempre cuán extraviados somos y cómo queremos ser tratados por nuestro Padre celestial.
Estas son las lecciones que deben aprender los padres, y cuando las hayáis aprendido, seréis los mejores alumnos de la escuela de Cristo y vuestros hijos serán los mejores hijos. En esta forma podéis enseñarles el respeto de Dios y la observancia de su ley, porque tendréis un excelente dominio sobre ellos y al hacer esto los estáis educando para que en la sociedad sean niños que serán una bendición para los que los rodean. Los estáis preparando para ser colaboradores con Dios
(Manuscrito 19, 1887).
Conclusión: Al tratar con nuestros hijos y disciplinarlos, no debemos olvidar que son pequeños hombres y mujeres, que mañana ocuparan sus puestos como adultos, y las decisiones que tomen los hará felices o desdichados. Como la historia que contamos al principio, la madre le dio todo a su único hijo, todo lo material, pero no le dio valores, y los valores empiezan de como valorarla a ella como madre primeramente. Ahora ese hijo homicida por más que se librara por artificios legales. Nunca encontrará la paz y la felicidad por el sendero por donde transita. Pero todo eso en la mayor parte es el fruto y consecuencia de lo que hizo la madre de este hijo; lo llenó de lujos, creyendo que así estaba siendo una buena madre; creó un joven sin valores, sin dominio propio, sin disciplina, un ególatra, insensible, sin amor y temor de Dios, y ese ser a quien malcrió le quitó la vida.
¿Cómo justificara su proceder esta madre en el gran día, cuando Dios, nos pida cuenta de todos nuestros hechos? (Eclesiastés 12:14).
Los jóvenes que siguen sus propios impulsos e inclinaciones no pueden tener verdadera felicidad en esta vida y al fin perderán la vida eterna (Review and Herald, 27-6-1899).
El Amor No Es Indulgente.
El amor es la llave para el corazón del niño, pero el amor que induce a los padres a ser complacientes con los deseos equivocados de sus hijos no es un amor que obrará para el bien de ellos. El afecto ferviente que emana del amor a Jesús capacitará a los padres para ejercer juiciosamente su autoridad y para requerir pronta obediencia. Necesitan entrelazarse los corazones de padres e hijos, de modo que como familia puedan ser un canal por el cual fluyan la sabiduría, la virtud, la tolerancia, la bondad y el amor (Review and Herald, 24-6-1890).
Demasiada Libertad Crea Hijos Pródigos.
La excesiva libertad es la causa de que los hijos no lleguen a ser piadosos. Se complacen su propia voluntad e inclinaciones. . . . Muchos hijos pródigos llegan a ser tales debido a la complacencia en el hogar, debido a que sus padres no han sido hacedores de la Palabra. La mente y la voluntad han de mantenerse mediante principios firmes, directos y santificados. La integridad y el afecto han de ser enseñados por un ejemplo amante y consecuente (Carta 117, 1898).
Es un pecado tolerar a un hijo cuando es joven y se descarría. Un hijo debiera ser mantenido bajo dominio (Carta 144, 1906).
La Tolerancia Ocasiona Desasosiego Y Descontento.
En algunas familias, son ley los deseos del niño. Se le da todo lo que desea. Se fomenta su disgusto por lo que no le gusta. Se supone que esas complacencias lo hacen feliz, pero son esas mismas cosas las que lo hacen desasosegado, descontento e imposible de satisfacer. La complacencia ha echado a perder su gusto por el alimento sencillo y saludable, por el uso recto y saludable de su tiempo; la complacencia ha hecho la obra de desquiciar aquel carácter para el tiempo y la eternidad
(Manuscrito 126, 1897).
Si en vez de una indulgencia ilimitada se usara con más frecuencia la vara del castigo, no con ira sino con amor y oración, veríamos familias más felices y una mejor condición en la sociedad. (Signs of the Times, 24-11-1881).
Consejos Finales: Tenemos mucho material para hacer una buena obra como padres. Conforme al mandato divino por medio de su palabra y los testimonios del espíritu de profecía. Así serán personas útiles a Dios, a esta sociedad y a este mundo en general: Con dominio propio, con buen criterio e independientes, lleno de valores reales, y sobre todo con mucha consideración y amor a los Padres, familiares y al prójimo en general.
Recuerda finalmente Padre, Madre: la persuasión es mejor que la disciplina física mayormente, este último debe administrarse como último recurso, no como una opción primaria; y si diera el caso, castiga sin apasionamiento, en las partes blandas del cuerpo que tiene cuatro letras. Unas palmadas serán suficientes. No en el rostro, ni con el puño, y sin destruir su espíritu, y si, ganando su voluntad. Amen.
Podemos usar este método aproximadamente hasta los doce años, de ahí en adelante. Solo la persuasión y la firmeza deben bastar.
Y tu hijo (a). Se sabio y entiende y obedece los consejos y mandatos de tus padres, Porque los hijos sabios dan descanso.
“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”. (Salmos 127:3 R60).
Preparemos a nuestros hijos para esta vida y la eternidad; que la gracia de Dios, guie en todo momento la educación de tus hijos y tu espíritu. Amen.
Ministerio: Hno. Pio
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