¿CONFESAREMOS O NEGAREMOS A CRISTO? En nuestro trato con la sociedad, en la familia, o en cualesquiera relaciones que trabemos en la vida, sean ellas limitadas o extensas, hay muchas maneras por las cuales podemos reconocer a nuestro Señor, y muchas maneras por las cuales le podemos negar... Nadie puede confesar verdaderamente a Cristo delante del mundo, a menos que viva en él la mente y el espíritu de Cristo. Es imposible comunicar lo que no poseemos y amamos... 1JT 339
jueves, noviembre 30, 2023
05. UN SANTUARIO EN EL TIEMPO. “LA HISTORIA DE DOS FORMAS DE ADORACIÓN” TEMAS: Resumen (IV), Rogelio Williams, Al Nuevo Mundo, Himnos en el Desierto, Una Voz Desde Alemania, El Movimiento Adventista, Un Reino De Paz Celestial, Un Profeta Esquimal, El Resplandeciente, África, El Domingo Beneficial, El Sábado En La Corte, La Gente Del Sábado, El Sábado Por La Eternidad.
lunes, noviembre 27, 2023
04. UN SANTUARIO EN EL TIEMPO “LA HISTORIA DE DOS FORMAS DE ADORACIÓN” TEMAS: Resumen (III), La Reforma Rusa, El Sábado En Etiopia, La Inquisición, España Centro De Intolerancia, Goa Un Reino De Terror, Sola Escritura; Los reformadores Radicales, Los Hombres Del Séptimo Día.
03. UN SANTUARIO EN EL TIEMPO “LA HISTORIA DE DOS FORMAS DE ADORACIÓN” TEMAS: Resumen (II), San Patricio, El Verdadero Patricio, El Sábado Céltico, Margarita De Escocia, Ataque Al Sábado, Lucha De Poderes, Decepciones, La Lucha Por La Verdad, Wycliffe Campeón De La Libertad de Conciencia, Los Lolardos, La Iglesia Contra La Biblia.
01. UN SANTUARIO EN EL TIEMPO “LA HISTORIA DE DOS FORMAS DE ADORACIÓN” TEMAS QUE COMPRENDE: Introducción, Teoría de Darwin, Fuera De Lo Accidental, El Diseñador, La Arquitectura Del Tiempo, Punto De Contacto, Un Día Para Todos, Un Sábado Profano, El Sábado Universal, Reforma Del Sábado.
martes, noviembre 21, 2023
73. “LA VIDA ABNEGADA DE CRISTO ES NUESTRO LIBRO DE TEXTO”
El Cristianismo
Práctico Significa Trabajar Junto Con Dios Cada Día;
Trabajar Por Cristo, no de vez en
cuando, sino continuamente. Ser Negligentes en revelar la
justicia práctica en nuestra
vida es una negación de nuestra fe y del
poder de Dios.
Dios está
buscando un pueblo santificado, un pueblo puesto aparte para
su servicio, un pueblo que va a
escuchar y aceptar la invitación:
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí…”. (Mateo 11:29).
¡Con qué
fervor Cristo realizó la obra de nuestra salvación! ¡Qué devoción reveló su vida mientras
procuraba dar estimación a la humanidad
caída mediante la imputación de los méritos de su propia inmaculada justicia a cada
pecador arrepentido y
creyente! ¡Cuán
incansablemente trabajó!
En
el templo y en la sinagoga, en las calles de las ciudades, en los mercados, en
el taller, a la orilla del mar y entre las colinas predicó el evangelio y sanó a los enfermos. Dio todo de sí, con el fin de
poder obrar el plan de la gracia redentora.
Cristo No Estaba Bajo Obligación Para Realizar Este Gran Sacrificio. Se prestó voluntariamente para sufrir el
castigo del transgresor de su ley.
Su amor era su
única obligación, y sin una queja
soportó cada tormento y recibió con
regocijo cada ultraje, los cuales eran
parte del plan de salvación.
La de Cristo fue
una vida de servicio abnegado, y su vida es
nuestro libro de texto. Tenemos que
continuar la obra que él
comenzó.
Al
contemplar su vida de trabajo y sacrificio, ¿Vacilarán los
que profesan su nombre en negarse a sí
mismos, tomar su cruz y seguirlo?
Él se
humilló a sí mismo hasta lo más profundo para que pudiéramos ser
levantados a las alturas de la pureza, la santidad y la
integridad.
Se hizo pobre con el fin de poder llenar con
la plenitud de sus riquezas nuestra mísera alma. Sufrió la cruz
de vergüenza para que pudiera darnos paz, descanso y gozo y hacernos partícipes de las glorias de su trono.
¿No
deberíamos apreciar el privilegio de trabajar para él, y estar ávidos de
practicar la abnegación y el renunciamiento por Dios?
¿No
deberíamos devolverle a Dios todo lo que él ha redimido, los afectos que ha
purificado y el cuerpo que ha comprado para ser guardados en santificación y
santidad?
The Review and Herald, 4 de abril de 1912. Ver también La Maravillosa
Gracia, 174; En Lugares Celestiales, 45. [333]