"Y como Roboam hubo confirmado el reino, dejó la ley de Jehová, y con él todo Israel." (2 Crón. 12:1).
¡Cuán tristes y rebosantes de significado son las palabras "y con él todo Israel"! El pueblo al cual Dios había escogido para que se destacase como luz de las naciones circundantes, se 69 apartaba de la Fuente de su fuerza y procuraba ser como las naciones que le rodeaban. Así como con Salomón, sucedió con Roboam: la influencia del mal ejemplo extravió a muchos.
Y LO MISMO SUCEDE HOY en mayor o menor grado con todo aquel que se dedica a hacer el mal: no se limita al tal la influencia del mal proceder. NADIE vive para sí. NADIE perece solo en su iniquidad. TODA VIDA es una luz que alumbra y alegra la senda ajena, o una influencia sombría y desoladora que lleva hacia la desesperación y la ruina.
CONDUCIMOS a otros hacia arriba, a la felicidad y la vida inmortal, o hacia abajo, a la tristeza y a la muerte eterna.
Y SI POR NUESTRAS ACCIONES fortalecemos o ponemos en actividad las potencias que tienen para el mal los que nos rodean, compartimos su pecado. PR 68,69/EGW
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