domingo, noviembre 25, 2018

CONSEJOS SOBRE MAYORDOMÍA CRISTIANA (EGW) SECCIÓN VII. LA RIQUEZA DE LOS GENTILES.

         

36. FAVORES QUE DEBEN RECIBIRSE E IMPARTIRSE.
Durante todo el tiempo que estemos en este mundo, y el Espíritu de Dios esté luchando con el mundo, hemos de recibir e impartir favores.  Hemos de dar al mundo la luz de la verdad como se la presenta en las Escrituras, y hemos de recibir del mundo lo que Dios los induce a hacer en favor de la causa.  El Señor todavía actúa en corazones de reyes y gobernantes para que favorezcan a su pueblo, y conviene que los que están tan profundamente interesados en el asunto de la libertad religiosa no rechacen ningún favor, o dejen de aceptar la ayuda que Dios ha inducido a los hombres a dar, para el progreso de la causa.

Encontramos ejemplos en la Palabra de Dios concernientes a este mismo asunto.  Ciro, rey de Persia, hizo una proclamación por todo su reino, y la puso por escrito, diciendo: "¡Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.  ¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa de Jehová Dios de Israel".  Se promulgó un segundo mandato por parte de Darío para la edificación de la casa del Señor, que está registrado en el capítulo seis de Esdras.
El Señor Dios de Israel ha colocado sus bienes en manos de los no creyentes, pero éstos han de ser usados para realizar las obras que pueden hacerse por un mundo caído.  Los agentes por cuyo intermedio estos dones vienen a nosotros pueden abrir caminos por los cuales enviar la verdad.  Pueden no tener simpatía por la obra, pueden no tener fe 192 en Cristo, ni practicar sus palabras; pero sus dones no han de ser rechazados por esta causa. . .
Se me ha mostrado reiteradamente que podríamos recibir muchos más favores de muchas maneras si nos aproximáramos a hombres de sabiduría, los familiarizáramos con nuestra obra, y les diéramos una oportunidad de realizar aquellas cosas que es nuestro privilegio inducirlos a hacer por el progreso de la obra de Dios.-TM 203, 204.

EL EJEMPLO DE NEHEMÍAS
Nehemías no se conformaba con la incertidumbre.  Los recursos que le faltaban, los solicitaba a los que estaban en condiciones de dárselos.  Y el Señor sigue dispuesto a obrar en los corazones de los que se hallan en posesión de sus bienes, para que los entreguen en favor de la causa de la verdad.  Los que trabajan para él deben valerse de la ayuda que él induce a los hombres a dar.  Esos donativos pueden abrir vías por las cuales la luz de la verdad irá a muchas tierras entenebrecidas.  Los donantes no tienen quizá fe en Cristo ni conocen su palabra; pero sus donativos no deben ser rehusados por este motivos-PR 468.
De aquí en adelante, la obra de Dios debe avanzar rápidamente; y si su pueblo quiere responder a su llamamiento, él hará a las personas pudientes voluntarias para dar de sus recursos, a fin de facilitar la terminación de su obra en la tierra.  "Es, pues, la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven" (Heb. 11: 1).  Si su pueblo confía en su Palabra, Dios lo pondrá en posesión de propiedades que le permitirán trabajar en las grandes ciudades que están esperando el mensaje de la verdad.-JT  3, 420.

RECIBIENDO DONATIVOS DE AFUERA
Preguntáis si es propio recibir dones de los gentiles o los paganos. La pregunta no es extraña; pero yo os preguntaría: 193 ¿Quién es el que posee nuestro mundo?  ¿Quiénes son los verdaderos dueños de las casas y las tierras?  ¿No es Dios?  Él tiene en nuestro mundo una abundancia de recursos que ha colocado en las manos de los hombres, con la cual puede suplirse a los hambrientos, vestirse al desnudo, y brindarse hogar al que carece de él.  El Señor induciría a hombres mundanos, aun idólatras, a dar de su abundancia para el sostén de la obra, si nos aproximáramos a ellos con sabiduría, y les diéramos una oportunidad de hacer aquello que tienen el privilegio de realizar.  Lo que ellos quisieran dar nosotros tendríamos el privilegio de recibirlo.
Debemos llegar a relacionarnos con hombres que están en lugares encumbrados, y ejerciendo la sabiduría de la serpiente y la sencillez de la paloma, obtendríamos ventajas de ellos, porque Dios conmovería sus mentes para hacer muchas cosas en favor de su pueblo.  Si las personas adecuadas les presentaran a los que tienen medios e influencia las necesidades de la obra de Dios de una manera propia, estos hombres harían mucho para hacer progresar la causa de Dios en nuestro mundo.  Nos hemos privado de privilegios y ventajas cuyo beneficio podríamos haber tenido, porque hemos escogido ser independientes del mundo.  Pero no necesitamos sacrificar un solo principio de verdad mientras aprovechamos la ventaja de toda oportunidad para hacer progresar la causa de Dios.-TM, 198. 194


37. DIOS PREPARA EL CAMINO
Si las necesidades de la obra del Señor se pusieran de relieve con la debida luz ante los que poseen recursos e influencia, esos hombres podrían hacer mucho por promover la causa de la verdad presente.  El pueblo de Dios ha perdido muchos privilegios que habría podido aprovechar si no se hubiese aislado del mundo.
En la providencia de Dios, diariamente nos ponemos en contacto con los inconversos.  Dios está preparando el camino delante de nosotros con su propia mano derecha a fin de que su obra pueda progresar rápidamente.  Como colaboradores con él, tenemos una obra sagrada que realizar.  Debemos sentir aflicción de espíritu por los que se encuentran en lugares elevados, y debemos extenderles la graciosa invitación de venir a la fiesta de bodas.  Aunque ahora se encuentra casi exclusivamente en posesión de hombres impíos, todo el mundo, con sus riquezas y tesoros, pertenece a Dios.  "De Jehová es la tierra y su plenitud"  (Sal. 24: 1)...  Ojalá que los cristianos comprendiesen cada vez con más plenitud que tienen el privilegio y el deber, mientras se aferran a los principios correctos, de aprovechar cada oportunidad enviada por el cielo para promover el reino de Dios en este mundo.- Stewardship Series, No. 1, págs. 14, 15.  (Un llamamiento a los ministros y dirigentes de iglesia concerniente a la solicitación de donativos para nuestra obra misionera en el extranjero.) 195

IMPRESIONADOS A DAR POR EL ESPÍRITU
Los médicos misioneros que trabajan con criterio evangelístico están llevando a cabo una obra tan elevada como la de los obreros ministeriales.  Los esfuerzos realizados por esos obreros no deben limitarse a las clases más pobres.  Las clases más elevadas han sido extrañamente descuidadas.  En las profesiones superiores se encontrarán muchos que responderán a la verdad, porque ésta es consecuente, porque lleva la estampa del elevado carácter del Evangelio.  No pocos hombres de habilidad ganados de esta forma para la causa participarán con energía en la obra del Señor.
El Señor llama a los que ocupan posiciones de confianza, a los que ha confiado sus dones preciosos, para que empleen a su servicio sus aptitudes intelectuales y sus recursos económicos.  Nuestros obreros deberían presentar delante de estas personas una clara exposición de nuestro plan de trabajo diciéndoles lo que necesitamos a fin de ayudar a los pobres y necesitados y para establecer nuestra obra sobre una base firme.  Algunos de éstos serán impresionados por el Espíritu Santo a invertir los medios del Señor en una forma que promueva su causa.  Cumplirán el propósito de Dios ayudando a crear centros de influencia en las ciudades populosas.-7 T 112.

PEDIDOS HECHOS A LOS RICOS
Hay un mundo que debe ser amonestado, y hemos evitado escrupulosamente pedir a los ricos, sean éstos miembros de la iglesia o mundanos, que nos ayuden en la obra.  Quisiéramos que todos los cristianos profesos estuviesen con nosotros.  Quisiéramos que sus almas manifiesten liberalidad en ayudarnos a edificar el reino de Dios en nuestro mundo.  Debiéramos pedir a hombres destacados y buenos que nos ayuden en nuestra obra cristiana. Debieran ser invitados a secundar nuestros esfuerzos por buscar y salvar 196 a los que se han perdido.-The Origin and Development of the Thanksgiving Plan, pág. 5 (escrito el 28 de febrero de 1900).

DIOS ALLANARÁ EL CAMINO
Los tiempos se hacen más duros, y el dinero es difícil de obtener; pero Dios nos dará ocasión de alcanzar fuentes para nuestro propio pueblo.  No puedo ver cómo alguien se oponga a la recepción de donativos de parte de aquellos que no son de nuestra fe.  Sólo pueden ellos hacer esto asumiendo puntos de vista extremos, y creando problemas donde no están autorizados a hacerlo.  Este es el mundo de Dios, y si Dios puede guiar a los agentes humanos, de tal manera que la tierra que ha estado en poder del enemigo nos sea transferida para que el mensaje sea proclamado en regiones lejanas, ¿bloquearán los hombres el camino con sus nociones estrechas?  Tal tipo de espíritu concienzudo es cualquier cosa menos saludable.  El Espíritu Santo nos induce a los hombres a seguir una conducta tal.-TM 212.

UN MEDIO DE CONVERSIÓN
¿Por qué no pedir la ayuda de los gentiles? He recibido instrucción según la cual en el mundo hay hombres y mujeres de corazones comprensivos, quienes serán movidos a compasión cuando se les presenten las necesidades de la humanidad sufriente. . .
En el mundo hay hombres que darán sus recursos para la edificación de escuelas y sanatorios.  Este asunto me ha sido presentado en esta luz.  Nuestra obra debe ser agresiva.  El dinero pertenece al Señor y si se entrevista a los ricos en forma debida el Señor conmoverá sus corazones y los impresionará para que den de sus recursos.  El dinero de Dios está en las manos de esas personas y algunas de ellas responderán al pedido de ayuda.
Considerad esto y haced todo lo que sea posible para 197 conseguir donativos.  No debemos pensar que no sea correcto pedir recursos a los hombres mundanos, porque eso es precisamente lo que debe hacerse.  Este plan me fue presentado como un medio de entrar en contacto con los ricos del mundo.  En esta forma no pocos se interesaran, oirán y creerán la verdad para este tiempo.-Stewardship Series, No. 1, págs. 15, 16. 198


38. LA OBRA DE LA RECOLECCIÓN.
Al poner en práctica cualquier plan establecido para llevar a otros el conocimiento de la verdad presente, y de las maravillosas providencias relacionadas con el progreso de la causa, en primer lugar consagrémonos nosotros mismos plenamente a Aquel cuyo nombre deseamos exaltar.  Oremos fervorosamente en beneficio de quienes deseamos visitar llevándolos con fe viviente, uno a uno, ante la presencia de Dios.
El Señor conoce los pensamientos y propósitos del hombre, ¡y con cuánta facilidad puede enternecernos!  ¡Cómo su Espíritu, como un fuego, puede subyugar el corazón empedernido!  ¡Cómo puede llenar el alma de amor y ternura!  ¡Cómo puede darnos las gracias de su Espíritu Santo y capacitarnos para salir a trabajar por las almas!  El poder de la gracia subyugadora debería sentirse en toda la iglesia en esta época; y se sentirá si prestamos atención a los consejos de Cristo dados a sus seguidores.  A medida que aprendamos a adornar la doctrina de Cristo nuestro Salvador ciertamente veremos la salvación de Dios.

A todos los que están por encargarse de una tarea misionera especial con la publicación preparada para ser utilizada en la Campaña de la Recolección, quiero decirles:  Sed diligentes en vuestros esfuerzos; vivid bajo la dirección del Espíritu Santo. Aumentad diariamente vuestra experiencia cristiana.  Que los que posean aptitudes especiales trabajen por los que no creen, en los lugares acomodados tanto como en los lugares humildes.  Buscad diligentemente las almas que perecen.  Pensad en el gran deseo que Cristo 199 tiene de llevar a su redil nuevamente a los que se han descarriado.

Buscad a las almas como quienes saben que han de rendir cuenta por ellas.  Mediante la obra misionera que hagáis en la iglesia y en el vecindario haced brillar vuestra luz con rayos claros y definidos a fin de que ninguna persona pueda levantarse en el juicio y decir: 
"¿Por qué no me hablasteis acerca de la verdad?  
¿Por qué no os preocupasteis de mi alma?"

Luego seamos diligentes en la distribución de las publicaciones que han sido preparadas cuidadosamente para ser empleadas entre los que no pertenecen a nuestra fe.  Obtengamos lo más posible de cada oportunidad que tengamos de atraer la atención de los incrédulos.  Coloquemos las publicaciones en cada mano que quiera recibirlas.  Consagrémonos a la proclamación del mensaje. "Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios" (Isa. 40: 3).  Los instrumentos divinos y humanos deben unirse para el cumplimiento de un gran objetivo.  Ahora es el día de nuestra responsabilidad.  "El Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" 
(Apoc. 22: 17).-MS 2, 1914.

EL FRUTO DE ESTE DOBLE ESFUERZO
Según la providencia de Dios, los que han estado soportando la carga de su obra se han estado esforzando por poner nueva vida en métodos antiguos de trabajo, y también por inventar nuevos planes y nuevos métodos para despertar el interés de los miembros de la iglesia para que realicen un esfuerzo unido a fin de alcanzar el mundo.  Uno de los nuevos planes para alcanzar a los incrédulos es la Campaña de la Recolección para las misiones.  En muchos lugares durante los últimos años, esto ha demostrado ser un éxito, ha llevado bendición a muchos y ha aumentado 200 los recursos que fluyen a la tesorería de la misión.  A medida que los que no pertenecen a nuestra fe se han familiarizado con el progreso del mensaje del tercer ángel en las tierras paganas, se han despertado sus simpatías y algunos han procurado aprender más acerca de la verdad que tiene tal poder para transformar los corazones y las vidas.  Hombres y mujeres pertenecientes a todas las clases han sido alcanzados y el nombre de Dios ha sido glorificado.

En años pasados, he hablado en favor del plan de presentar nuestra obra misionera y su progreso ante nuestros amigos y vecinos, y me he referido al ejemplo de Nehemías.  Y ahora deseo instar a nuestros hermanos a estudiar nuevamente la experiencia de este hombre de oración, fe y sólido juicio quien se atrevió a pedir a su amigo, el rey Artajerjes, ayuda para promover los intereses de la causa de Dios.  Que todos comprendan que al presentar las necesidades de nuestra obra, los creyentes podrán reflejar la luz sobre otros únicamente cuando, tal como Nehemías en la antigüedad, se acerquen a Dios y vivan en estrecha relación con el Dador de toda luz.  Nuestras propias almas deben estar firmemente arraigadas en el conocimiento de la verdad, si queremos ganar a otros del error a la verdad.  Ahora necesitamos investigar diligentemente las Escrituras para que, a medida que nos familiaricemos con los incrédulos, podamos presentarles a Cristo, como el Salvador ungido, crucificado y resucitado, del que dieron testimonio los profetas y los creyentes, y por medio de cuyo nombre recibimos el perdón de nuestros pecados. MS 2, 1914. 201

PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
Nehemías y el rey de Persia, PR 464, 468.
Oportunidades de obtener propiedades a un precio menor que su verdadero costo, JT 3, 124.
Muchos ricos, después de responder al pedido de recursos, se entregarán a Cristo, JT 2, 496.
Muchos ricos se convertirán para ayudar a la causa, 1 T 174.
Muchos ricos serán susceptibles al Evangelio y darán de los recursos que les han sido confiados, 9 T 114 - 116.
La Recolección, SC 143-146. 205


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