miércoles, mayo 04, 2022

REFLEXIÓN 983. LEVÍTICO 19: “LA LEY DE DIOS EXPLICADA CON EJEMPLOS PRÁCTICOS POR DIOS MISMO”

REPETICIÓN DE DIVERSAS LEYES.

LEYES DE SANTIDAD Y DE JUSTICIA

1 HABLO Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.

3 Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo* guardaréis.  

Yo Jehová vuestro Dios. (5° Y 4° Mandamiento).

4 No os volveréis a los ídolos, ni haréis los hijos para vosotros dioses de fundición. 

Yo Jehová vuestro Dios. (2° Mandamiento).

5 Y cuando ofrecierais sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos. 6 Será comido el día que lo ofrecierais, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. 

7 Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, 8 y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal persona será cortada de su pueblo. 

9 Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. 10 Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. 

11 No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro. (8° Y 9° Mandamiento).

12 Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. 

Yo Jehová. (3° Mandamiento).

13 No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana. (8° Mandamiento).

14 No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jehová.

15 No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo. (Los 10 Mandamientos).

16 No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová. (9° Mandamiento).

17 No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. 

18 No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová. (Amor al Prójimo: 5-10° Mandamiento).

19 Mis estatutos guardarásNo harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos.

20 Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviera rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre. 21 Y él traerá a Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación por su culpa. 

22 Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová, por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido.

23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24 Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová25 Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios.

26 No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos.

27 No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 

28 Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto

NI Imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.

29 No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad. (7° Mandamiento). 

30 Mis días de reposo* guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. 

Yo Jehová. (4° Mandamiento).

31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios. 

32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová. 

33 Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34 Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.

35 No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida. 36 Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. 

Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.

37 Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, 

y ponedlos por obra. Yo Jehová. (Levítico 19). 

2. SANTOS SERÉIS. Esta es la nota tónica del libro de Levítico. En todos sus capítulos se hace resaltar la santidad. La razón por la que aquí se da esta orden es porque Dios es santo. 

“SANTO es estar apartado de las costumbres y modas del mundo y servir a Dios enteramente. Un corazón dividido no es fiel a nadie. Por eso Dios exhorta a sus hijos con estas enseñanzas. La causa del fracaso de Israel de los dos reinos es que olvidaron esta grande verdad. Y el Israel espiritual nominal tendrá la misma suerte. Porque hoy vive como el mundo al grito de sus modas en todas sus líneas” MHP

3. A SU MADRE Y A SU PADRE. En este pasaje el orden que comúnmente se sigue en las Escrituras está invertido. Algunos piensan que se trata de un accidente, que de alguna manera el orden de las palabras fue traspuesto. Pero sin duda Dios lo quiso así. De ninguna manera disminuye la dignidad y la posición del padre, pero hace resaltar el hecho de que las madres no son olvidadas por Dios, ni debieran serlo por los hombres.

En muchos hogares no se honra debidamente a la madre. Quizá no ocupa ella su debido lugar, o no ejerce la influencia positiva y constructiva que debiera ejercer. Tal vez rebaja su autoridad a la vista del niño diciéndole que cuando llegue el padre, éste lo hará obedecer, perjudicando así al niño.

LA MADRE que habitualmente evade su responsabilidad en la educación y disciplina de sus hijos, debería buscar la causa de su fracaso y tomar las medidas necesarias para corregir el error, El mandamiento dice: "Honra a tu padre y a tu madre" (Exo. 20:12).

MIS DÍAS DE REPOSO GUARDARÉIS. El cuarto y el quinto mandamientos, aquí citados, son los dos mandamientos positivos de la ley. Los dos inculcan reverencia y respeto por la autoridad.

Yo Jehová. Esta afirmación es repetida varias veces en este capítulo.

(vers. 4,10,12,14,16,18,25,28,30,31,32,34,36,37). “Es la firma de Dios”.

4. NO OS VOLVERÉIS A LOS ÍDOLOS. El vers. 4 alude al primero y al segundo mandamientos, sobre todo a este último. No es necesario que nos postremos ante ídolos de madera y piedra para transgredir este mandamiento.

Cualquier cosa que se honre en el lugar de Dios, o que sea preferida antes que él, constituye un ídolo, aunque sea sólo un asunto de la imaginación.

5. SACRIFICIO DE OFRENDA DE PAZ. A modo de énfasis, se repite aquí la instrucción dada en el cap. 7:11-21. Como se presentara en el comentario del capitulo 17:1-7, era más fácil abusar de las ofrendas de paz que de las otras.

9. NI ESPIGARÁS TU TIERRA SEGADA. Dios siempre ha demostrado especial cuidado por los pobres.

 A menudo la pobreza viene como resultado de la falta de economía, previsión, diligencia o capacidad.

En otros casos, es accidental e inevitable. Cualquiera sea la causa, Dios se compadece de todos los necesitados y ha comisionado a su pueblo para que los socorra según sus necesidades. 

Algunos que no pueden trabajar necesitan recibir una ayuda directa y la usarán sabiamente. Otros son capaces de trabajar y están dispuestos a hacerlo, y debería dárseles esa oportunidad. No es fácil salir a espigar, y a veces los resultados son escasos. Pero suele ser mejor proporcionar trabajo a los necesitados que hacerles obsequios.

 EXCEPTO En los casos de genuina necesidad, el recibir algo sin dar nada perjudica la dignidad. El darle trabajo al necesitado cumple varios propósitos, tanto para el que da como para el que recibe.

Ayuda al dador a promover un espíritu liberal, y a menudo es el instrumento que Dios emplea para contestar las oraciones de los necesitados. También es ayudado el que recibe, pues es inducido a agradecer a Dios y a apreciar a los que le proporcionaron una oportunidad de ayudarse a sí mismo.  Esto tiende a crear un espíritu de hermandad.

11. NO HURTARÉIS. El hurto y la falsificación están emparentados. Este último pecado es a menudo necesario para ocultar el primero (ver cap. 6:2).

Hay diversas maneras de robar y de mentir. También hay casos dudosos, siendo éstos probablemente los más comunes. Dios desea que la verdad more en lo íntimo de nuestro ser (Sal. 51:6). Todo lo que tenga un dejo de astucia o hipocresía es abominación para Dios (Efe. 4:14; 1 Tim. 4:2).

12. NO JURARÉIS FALSAMENTE POR MI NOMBRE. Por implicación, esto permite el juramento judicial. Aquí no se habla de prestar juramento ante un tribunal, sino de jurar falsamente. Con toda justicia, el perjurio se considera un crimen muy grave porque pervierte Injusticia.

Definidamente quebranta el tercer mandamiento 

y merece un severo castigo (Mat. 5:33-37).

13. NO OPRIMIRÁS A TU PRÓJIMO. En el vers. 11, se prohíbe dañar a alguien con astucia; aquí se prohíbe hacerlo con violencia o usando de una autoridad superior. 

ALGUNOS llegan a la conclusión de que si algo es legal, está permitido que el cristiano lo haga. Una cosa puede ser permitida por ley, pero estar lejos de ser conveniente (1 Cor. 6:12; 10:23).

También puede ocurrir que la ley del país declare legal cierta conducta que Dios no pueda aprobar. Dios no tiene en cuenta las escapatorias legales.

EL SALARIO. Los salarios deben pagarse regularmente, como las deudas, cuando corresponde. Además de ser una falta de honradez, el retener los salarios convenidos, faltar al pago de una deuda justa o demorar el pago de las obligaciones en forma indebida, desagrada a Dios (Deut. 24:14, 15). La estricta honradez requiere que una persona no contraiga ningún compromiso ni acepte obligaciones a menos que tenga buena razón para creer que puede cumplir con sus responsabilidades en ese sentido.

Además, el dejar pasar el tiempo designado para pagar un compromiso sin hacer arreglos satisfactorios con el acreedor, es un fraude de la peor clase, y presenta como irresponsable e indigno de confianza a quien lo hace.

14. AL SORDO. No hemos de maldecir al sordo porque no oye, ni poner tropiezo al ciego porque no ve. Hacerlo es malo y cruel. "Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino" (Deut. 27:18; cf. Job 29:15). Los que tienen impedimentos físicos merecen consideración especial. Al mismo tiempo, ellos no deben aprovecharse de ese impedimento.

15. CON JUSTICIA JUZGARÁS. El hacer "acepción de personas" es cometer pecado (Sant. 2:9). El artista ha representado correctamente a la justicia al pintarla como una mujer que sostiene en su mano una balanza, con los ojos vendados a fin de no dejarse influir por las personas o las cosas que están ante ella.

16. NO ANDARÁS CHISMEANDO. Es decir, propagar rumores dañinos, ya sea porque no son ciertos, o porque perjudican a la persona implicada.

Los rabinos enseñaban que eran tres los pecados que quitarían al hombre de este mundo y lo privarían del mundo futuro: idolatría, incesto, y homicidio, pero que la calumnia era peor que éstos pues mataba a tres personas a la vez: al calumniador, al calumniado y al oyente. Es más efectiva que una espada de doble filo.

No atentarás contra la vida de tu prójimo. Ya fuera directamente, o por dar falso testimonio (Dan. 8:25; 11:14; 1 Crón. 21:1).

 Los judíos interpretan que este pasaje significa que la persona que viera a otro en peligro, ya fuera de ahogarse, de ser robada, o debido a fieras, tenía la obligación de prestarle ayuda. Si una persona es testigo de un crimen o de una injusticia, está obligada a ayudar al damnificado, ya sea personalmente, o por medio de testimonio ante el juez.

17. NO ABORRECERÁS A TU HERMANO. Es posible odiar y despreciar a una persona sin dar de ello evidencias externas. Sin embargo, el odio es pecado (1 Juan 2:9-11). El que odia se daña a sí mismo en primer lugar.

Razonarás con tu prójimo. "Corrige a tu prójimo" (BJ).

CRISTO DIJO: "Si tu hermano pecare contra ti, repréndele" (Luc. 17:3; ver también Mat. 18:15-17).

Pablo dice: "A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos" (1 Tim. 5:20); "repréndelos duramente" (Tito 1:13); "reprende con toda autoridad" (Tito 2:15).

Las tres últimas afirmaciones se refieren a la responsabilidad de los ministros, pero el consejo de Cristo en Mat.18:15-17 se aplica a todos.

Es tan malo albergar odio en el corazón como retener la corrección.

Los rabinos enseñaban que aquel que no reprendía a un ofensor compartía su pecado, y que le sería mejor que se echara en un horno ardiente.

18. NO TE VENGARÁS. Es debilidad humana la de querer vengarse de aquel que nos hizo mal, pero la Biblia no aprueba tal proceder. 

DIJO PABLO: "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios" (Rom. 12:19). Es inútil albergar rencor. A nadie le hace bien, y puede causarle mucho daño al que lo alberga. Avinagra el carácter y desfigura la perspectiva de la vida.

Amarás a tu prójimo. En esta orden están comprendidos los seis últimos mandamientos (Mat. 22:40). Dijo Cristo: "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos" (Mat. 5:43,44).

AUN LOS CRÍTICOS admiten que la declaración llamarás a tu prójimo como a ti mismo" era una orden que estaba completamente fuera de lo habitual en esa época de la historia del mundo. No es común en ninguna época. 

EL EGOÍSMO PREVALECE HOY, como lo ha hecho en todos los tiempos, y siempre hay poco amor por el prójimo cuando sus intereses entran en conflicto con los propios. Generalmente, cada uno trata de buscar lo suyo. Si es posible hacerle bien al prójimo sin perjudicarse uno mismo, se está dispuesto a hacerlo. En buena medida, el amor por el prójimo no es sino interés propio bien entendido.

19. Mezcla de semillas. En el principio Dios creó diferentes especies de animales y plantas. Nunca tuvo la intención de que hubiese amalgamación de las diferentes clases en la que quedaran todas confundidas. No es clara la orden en cuanto a la mezcla de lino y lana, ni tampoco se la explica en otra parte de la Biblia. Posiblemente haya tenido por propósito impresionar en la mente el principio aplicable a las cosas vivas. 

La idea de mantener intactos los diversos "géneros" como Dios los creó, es para el bien de todos.

20. Si un hombre yaciera. En este caso la sierva está comprometida con un hombre pero no ha sido aún rescatada. Por lo tanto, no es libre sino que es considerada propiedad de la persona a quien sirve.

Ambos serán azotados. Literalmente, "habrá una investigación". El vocablo hebreo biqqóreth, que aparece aquí, tiene la idea de una investigación realizada con el propósito de determinar cuál sería el castigo adecuado para el crimen.

21. El traerá. Además del castigo que se juzgara adecuado, el hombre debía presentar su ofrenda por la transgresión (ver com. cap. 7:1). Con el castigo pagaba su deuda a la sociedad; con el sacrificio quedaba reconciliado con Dios. No se esperaba que la mujer presentase tales ofrendas.

23. Consideraréis como incircunciso. Se consideraba que un árbol frutal no alcanzaba la madurez hasta los cuatro años. Hasta entonces se lo consideraba "incircunciso". Es decir, su fruto no debía comerse ni presentarse al Señor. 

Al cuarto año "todo su fruto" era consagrado "en alabanzas a Jehová", y debía ser presentado a él.

26. Sangre. La sangre de cualquier animal que se mataba para proporcionar alimento, debía ser drenada. Hasta hoy, los judíos concienzudos observan esta regla y tienen, dentro de lo posible, sus propios mataderos. 

En otros lugares, el rabino se hace presente en el matadero en determinados momentos para comprobar que los animales se sacrifican de tal forma que los judíos puedan comer su carne. La carne, drenada según la costumbre judía, es apta para consumo de judíos y suele venderse bajo el nombre de "kasher" o "kosher".

POR REGLA GENERAL, los cristianos prestan poca atención a esta ley higiénica, olvidando que únicamente con esta condición se permitió el consumo de la carne (Gén. 9:4). Se les impuso la misma restricción a los cristianos gentiles (Hech. 15:20,29).

No seréis agoreros. "No practicaréis encantamientos" (BJ). Es probable que aquí se haga referencia a los hechizos y amuletos, que aunque no eran de por sí inmorales ni licenciosos, tendían a la superstición y la idolatría.

ES IMPRESIONANTE ENCONTRAR QUE MUCHAS PERSONAS VIVEN BAJO LA INFLUENCIA DE CREENCIAS SUPERSTICIOSAS.

 Aun diarios respetables publican los horóscopos que predicen buena o mala fortuna. Los hombres pretenden predecir el futuro por la posición de las estrellas y aconsejar en cuanto a lo que debiera hacerse o dejarse de hacer en determinados días. Los adivinos y médiums espiritistas, florecen por miles con diversos nombres y métodos, y millones son engañados por ellos.

Muchas personas llevan amuletos de diversa índole en los bolsillos para que no les ocurra algo malo, o clavan herraduras sobre las puertas; otros "tocan madera".

 Muchos no comienzan ni realizan cierta tarea en viernes. Se considera que el número 13 trae "mala suerte" y hay quienes no se atreven a moverse de la casa en martes 13. Muchos se fijan en los malos agüeros, tales como los gatos negros. Algunos se niegan a caminar debajo de una escalera por temor a lo que podría suceder, y otros pretenden curar ciertas enfermedades arrojando un objeto detrás de la espalda en una noche sin luna. En la antigüedad tales cosas se tomaban muy en serio, y había peligro de que Israel se interesase por la magia de las naciones circunvecinas.

27. Ni dañaréis la punta de vuestra barba. "Ni cortes los bordes de tu barba" (BJ). Los judíos se enorgullecían de sus barbas, considerándolas como una señal de virilidad y dignidad. Se ha sugerido que una barba "dañada" indicaba que el que la llevaba era devoto de algún dios pagano. Posiblemente la parte de la barba que se recortaba era ofrecida a los dioses. El Señor prohibió a su pueblo que siguiera esta costumbre pagana.

Dentro De Su Contexto (vers. 26-28) esta restricción sólo podía tener significado como resguardo frente a las costumbres religiosas de los paganos. No puede hacerse ninguna aplicación sensata de esta orden a la situación existente hoy.

28. Rasguños en vuestros cuerpos. "No haréis incisiones en vuestra carne por los muertos" (BJ). Diversos pueblos de la antigüedad se cortaban las carnes en relación con los ritos ceremoniales celebrados en honor de los muertos. Aún hoy algunos pueblos paganos siguen tales costumbres. Los miembros de ciertas tribus de Nueva Guinea se cortan una falange del dedo en ocasión de la muerte de un familiar. 

Ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Quizá se refiera a los tatuajes (BJ), costumbre que en sí no es inmoral, pero ciertamente indigna del pueblo de Dios pues tiende a dañar la imagen del Creador.

29. No contaminarás a tu hija. Era costumbre entre las naciones de la antigüedad, sobre todo entre los pobres, vender a sus hijas, o algunas veces a sus esposas, como esclavas y prostitutas. Por regla general, las mujeres no eran tenidas en muy alta estima.

30. Mis días de reposo guardaréis. "Guardad mis sábados" (BJ). 

Las dos órdenes de este versículo tienen que ver con la reverencia.

Algunas personas observan el sábado, pero no muestran el debido respeto por el santuario. Otros demuestran reverencia por el santuario, pero no por el sábado. La verdadera religión exige la reverencia por ambos, pues los dos son santos.

31. Los encantadores. De 'oboth, literalmente "odres", como en Job 32:19. 

Aquí aparece esta palabra por primera vez en la Biblia. El hecho de que se use esta palabra para designar a los médiums espiritistas parece haberse debido al timbre de voz que éstos usaban: una voz sonora, no natural, ni clara, como la que podía producirse al hablar dentro de un "odre" o de algún otro receptáculo.

 La palabra traducida "susurran" en Isa. 8:19, significa también "murmurar", "cuchichear", "retumbar". Puede también significar "meditar en voz alta", como si la persona estuviese hablando sola en una voz baja que parece un suspiro (Sal. 143:5). En el mismo versículo el hebreo usa otro verbo para describir la forma de hablar del adivino: tsafaf, palabra onomatopéyica usada para describir la forma de hablar del médium.

La BJ traduce: "Los adivinos que bisbisean y murmujean". En Isa. 29:4 tsafaf se traduce "susurrar" y en Isa. 38:14 "quejar". 

La LXX generalmente traduce la palabra 'oboth por eggastrimuthoí, "ventrílocuos", con lo que indica que la voz se proyectaba desde el vientre en tonos graves y sepulcrales. La ventriloquia se presta fácilmente para los fines de la magia.

'Oboth es una palabra femenina plural, que quizá sugiere que la mayoría de los médiums eran mujeres. Se usa la palabra 'ob para designar al espíritu que hablaba a través del médium.

Según la enseñanza bíblica, el médium no era poseído del espíritu, sino que lo poseía. La traducción literal de 1 Sam. 28:7 sería: "Una mujer dueña de un espíritu" ('ob). Según Isa. 29:4, la voz del "fantasma" ('ob) salía de la tierra. 

La pitonisa de Endor vio a dioses que subían "de la tierra" (1 Sam. 28:13) y Saúl se inclinó con el "rostro a tierra" para conversar con el espíritu que pretendía ser Samuel (vers. 14-19).

Los "terafines", ídolos o estatuas del AT (ver com. Gén. 31:19), parecen haber sido usados, al menos en algunas ocasiones, Y frecuentemente con la ayuda de la ventriloquia, por los médiums en sus fingidas comunicaciones con los muertos.

En Zac. 10:2 se dice que "los terafines han dado vanos oráculos" cuando se les había hecho preguntas. Por lo menos en un caso la palabra "terafín" se refiere a una estatua tan parecida a un ser humano que pudo engañar a los mensajeros enviados por Saúl, de modo que creyeron que era David el que estaba en la cama (1 Sam. 19:12-17).

 Un ventrílocuo podría fácilmente simular una conversación con una imagen de manera tan realista como para convencer a los supersticiosos de que estaban hablando los espíritus de los muertos. Sería tan sólo natural que el diablo controlase las palabras de un médium espiritista para que armonizaran con sus propósitos.

32. Las canas. Esta orden amplia el quinto mandamiento. La reverencia y el respeto son virtudes fundamentales. La irreverencia, la falta de respeto o de preocupación por el anciano y sus necesidades siempre han sido pecados comunes. Este es el día de la juventud. Ella constituye la esperanza del mundo y de la iglesia. Pero esto no quiere decir que deban dejarse de lado a los hombres de mayor edad y experiencia y desoír su consejo.

De tu Dios tendrás temor. Esta orden siempre tiene vigencia. La iglesia de nuestros días es amonestada: "Temed a Dios, y dadle gloria" (Apoc. 14:7).

33. El extranjero. En la antigüedad los desconocidos solían ser considerados como sospechosos. ¿Por qué motivo se habría alejado esa persona de su hogar? ¿Habría cometido algún crimen? ¿Sería un fugitivo de la justicia? ¿Sería acaso un esclavo que huía de su amo? Era natural que surgiesen tales preguntas en una época en la cual pocos se aventuraban a alejarse de su terruño. El extranjero estaba a la defensiva, pero el pueblo de Dios no debía oprimirle. 

34. Como a un natural de vosotros. No bastaba que no se molestase al extranjero. Debía ser tratado con la misma consideración con que ellos se trataban mutuamente.

 CUANDO ESTUVO EN LA TIERRA, CRISTO  enunció esta misma norma. Citó directamente de este capítulo de Levítico al decir: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mat. 22:39; Lev. 19:18).

Para que nadie pensase que al decir "prójimo" se refería a un judío, Cristo presentó la parábola del buen samaritano. Cualquier necesitado, judío o samaritano, conocido o extraño, es nuestro prójimo (Luc. 10: 30-37).

Extranjeros fuisteis. Nos hace bien recordar que puede haber habido algún momento del pasado cuando estuvimos entre extraños y necesitamos una mano ayudadora o una palabra de ánimo. Esto nos debería volver más bondadosos con los que necesitan de nuestra ayuda y de nuestro apoyo.

35. No hagáis injusticia. Dios ordena que seamos estrictamente honrados en las medidas de longitud, peso y volumen. En todo intercambio se ha de observar la más estricta justicia. Dijo Cristo: "Con la misma medida con que medís, os volverán a medir" (Luc. 6: 38).

DESPUÉS DE DIOS, EL TRIUNFO SE DEBIÓ A ABRAHÁN. El adorador de Jehová no sólo había prestado un gran servicio al país, sino que también se había revelado hombre de valor. Se vio que la justicia no es cobarde, y que la religión de Abrahán le daba valor para mantener el derecho y defender a los oprimidos. Su heroica hazaña le dio amplia influencia entre las tribus circunvecinas. 

A SU REGRESO, EL REY DE SODOMA le salió al encuentro con su séquito para honrarlo como conquistador. Le pidió que conservase los bienes, solicitándole sólo la entrega de los prisioneros. Conforme a las leyes de la guerra, el botín pertenecía a los vencedores; pero Abrahán no había emprendido esta expedición con el objeto de obtener lucro, y rehusó aprovecharse de los desdichados; sólo estipuló que sus aliados recibiesen la porción a que tenían derecho.

MUY POCOS, si fueran sometidos a la misma prueba, se hubiesen mostrado tan nobles como Abrahán. Pocos hubiesen resistido la tentación de asegurarse tan rico botín. Su ejemplo es un reproche para los espíritus egoístas y mercenarios. 

Abrahán tuvo en cuenta las exigencias de la justicia y la 130 humanidad.

SU CONDUCTA ILUSTRA LA MÁXIMA INSPIRADA: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Lev. 19:18.) "He alzado mi mano -dijo- a Jehová Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, porque no digas: Yo enriquecí a Abram." (Gén. 14:22, 23). 

No quería darles motivo para que creyesen que había emprendido la guerra con miras de lucro, ni que atribuyeran su prosperidad a sus regalos o a su favor. Dios había prometido bendecir a Abrahán, y a él debía adjudicársela la gloria. PP

* LA LEY NO SE PROCLAMÓ EN ESA OCASIÓN PARA BENEFICIO EXCLUSIVO DE LOS HEBREOS. (EN EL SINAÍ: ÉXODO 20) Dios los honró haciéndolos guardianes y custodios de su ley; pero habían de tenerla como un santo legado para todo el mundo. Los preceptos del Decálogo se adaptan a toda la humanidad, y se dieron para la instrucción y el gobierno de todos. SON DIEZ PRECEPTOS, BREVES, abarcantes, y autorizados, que incluyen los deberes del hombre hacia Dios y hacia sus semejantes; y todos se basan en el gran principio fundamental del amor.

"AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS DE TODO TU CORAZÓN, Y De Toda Tu Alma, Y De Todas Tus Fuerzas, Y De Todo Tu Entendimiento; Y A Tu Prójimo Como A Ti Mismo." (Luc. 10:27; véase también Deut. 6:4,5; Lev. 19:18).

 EN LOS DIEZ MANDAMIENTOS estos principios se expresan en detalle, y se presentan en forma aplicable a la condición y circunstancias del hombre. PP 312

*EL APÓSTOL PABLO presenta claramente la relación que existe entre la fe y la ley bajo el nuevo pacto. Dice: "Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de 390 nuestro Señor Jesucristo." 

"¿LUEGO DESHACEMOS LA LEY POR LA FE?

En ninguna manera; antes establecemos la ley." "Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne [no podía justificar al hombre, porque éste en su naturaleza pecaminosa no podía guardar la ley], Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, mas conforme al espíritu." (Rom. 5:1; 3:31; 8:3,4).

LA OBRA DE DIOS ES LA MISMA EN TODOS LOS TIEMPOS, Aunque hay distintos grados de desarrollo y diferentes manifestaciones de su poder para suplir las necesidades de los hombres en los diferentes siglos.

EMPEZANDO con la primera promesa evangélica, y siguiendo a través de las edades patriarcal y judía, para llegar hasta nuestros propios días, ha habido un desarrollo gradual de los propósitos de Dios en el plan de la redención.

EL SALVADOR SIMBOLIZADO EN LOS RITOS Y CEREMONIAS DE LA LEY JUDÍA es el mismo que se revela en el Evangelio. Las nubes que envolvían su divina forma se han esfumado; la bruma y las sombras se han desvanecido; y Jesús, el Redentor del mundo, aparece claramente visible. 

EL QUE PROCLAMÓ LA LEY DESDE EL SINAÍ, y entregó a Moisés los preceptos de la ley ritual, es el mismo que pronunció el sermón sobre el monte.

 LOS GRANDES PRINCIPIOS DEL AMOR A DIOS, que él proclamó como fundamento de la ley y los profetas, son sólo una reiteración de lo que él había dicho por medio de Moisés al pueblo hebreo: "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder." Y "amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Deut. 6:4,5; Lev. 19:18).

 EL MAESTRO ES EL MISMO EN LAS DOS DISPENSACIONES. Las demandas de Dios son las mismas. Los principios de su gobierno son los mismos. Porque todo procede de Aquel "en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación." (Sant. 1:17).

* EL SERVICIO QUE SE HACE PARA DIOS INCLUYE EL MINISTERIO PERSONAL. Mediante el esfuerzo individual, hemos de cooperar con él en la salvación del mundo.  La orden de Cristo: "Id por todo el mundo; predicad el Evangelio a toda criatura", Marcos 16:15, se dirige a cada uno de sus seguidores. Todos los que sean investidos para una vida semejante a la de Cristo, han de trabajar por la salvación de sus prójimos. Su corazón latirá al unísono con el corazón de Cristo. Se manifestará en ellos el mismo anhelo por las almas que él sentía.

NO TODOS PUEDEN OCUPAR EL MISMO LUGAR EN LA OBRA, PERO HAY UN LUGAR Y UNA OBRA PARA CADA UNO. En la antigüedad, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés, con su humildad y sabiduría, y Josué con sus diversos dones, fueron todos empleados en el servicio de Dios.

 La música de María, el valor y la piedad de Débora, el afecto filial de Rut, la obediencia y fidelidad de Samuel, la firme fidelidad de Elías, la suavizadora y subyugadora influencia de Eliseo, todas estas cualidades se necesitaron. Así también ahora, todos aquellos a quienes Dios ha prodigado sus bendiciones, han de responder con un servicio verdadero; ha de emplearse cada don para el adelanto de su reino y la gloria de su nombre.

TODOS LOS QUE RECIBEN A CRISTO COMO UN SALVADOR PERSONAL, han de manifestar la verdad del Evangelio y su poder salvador en la vida. Dios no pide nada sin hacer provisión para su cumplimiento. Por medio de la gracia de Cristo podemos realizar todo lo que Dios requiere. Todas 243 las riquezas del cielo, han de ser reveladas mediante el pueblo de Dios. Dijo Cristo: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos".*Juan 15:8. PVGM

* MIENTRAS IBA POR EL CAMINO, UN JOVEN PRÍNCIPE VINO CORRIENDO HACIA ÉL, y arrodillándose, lo saludó con reverencia. 

"MAESTRO BUENO, ¿Qué bien haré para tener la vida eterna?" preguntó. 

El príncipe se había dirigido a Cristo meramente como a un honrado rabí, no discerniendo en él al Hijo de Dios.

 EL SALVADOR DIJO: "¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno sino uno, es a saber, Dios". ¿En qué te basas para llamarme bueno? Dios es el único bueno. Si me reconoces a mí como tal, me debes recibir como su Hijo y Representante. "Si quieres entrar en la vida -añadió-, guarda los mandamientos".

EL CARÁCTER DE DIOS ESTÁ EXPRESADO EN SU LEY; y para que estés en armonía con Dios, los principios de su ley deben ser la misma fuente de cada acción tuya.

CRISTO NO DISMINUYE LAS EXIGENCIAS DE LA LEY. En un 323 lenguaje inconfundible, presenta la obediencia a ella como la condición de la vida eterna: la misma condición que se requería de Adán antes de su caída. El Señor no espera menos del alma ahora que lo que esperó del hombre en el paraíso: perfecta obediencia, justicia inmaculada. El requisito que se ha de llenar bajo el pacto de la gracia es tan amplio como el que se exigía en el Edén: la armonía con la ley de Dios, que es santa, justa y buena.

A LAS PALABRAS: "GUARDA LOS MANDAMIENTOS", EL JOVEN RESPONDIÓ: "¿CUÁLES?" Él pensaba que se refería a algunos preceptos ceremoniales; pero Cristo estaba hablando de la ley dada desde el Sinaí. 

Mencionó varios mandamientos de la segunda tabla del Decálogo, y entonces los resumió todos en el precepto: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". 

El joven respondió sin vacilación: "Todo esto guardé desde mi juventud: ¿qué más me falta?" Su concepción de la ley era externa y superficial. Juzgado por una norma humana, él había conservado un carácter intachable. En alto grado, su vida externa había estado libre de culpa; ciertamente pensaba que su obediencia había sido sin defecto. Sin embargo, tenía un secreto temor de que no estuviera todo bien entre su alma y Dios. Esto fue lo que lo indujo a preguntar: "¿Qué Más Me Falta?" "Si quieres ser perfecto -dicele Jesús-, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Y oyendo el mancebo esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones".

EL QUE SE AMA A SÍ MISMO ES UN TRANSGRESOR DE LA LEY. Jesús deseaba revelarle esto al joven, y le dio una prueba que pondría de manifiesto el egoísmo de su corazón. Le mostró la mancha de su carácter. El joven no deseaba mayor iluminación. Había acariciado un ídolo en el alma; el mundo era su dios.  

Profesaba haber guardado los mandamientos, pero carecía del principio que es el mismo espíritu y la vida de todos ellos. No tenía un verdadero amor 324 a Dios o al hombre. Esto significaba la carencia de algo que lo calificaría para entrar en el reino de los cielos. En su amor a sí mismo y a las ganancias mundanales estaba en desacuerdo con los principios del cielo. PVGM 323,324. 1CBA/EGW

Ministerio Hno. Pio  


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