No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser
testigo falso. Éxodo 23:1.
Vi que el
Señor tiene algo que hacer todavía con las leyes de la tierra. Mientras Jesús está
en el Santuario, los gobernantes y el pueblo sienten la restricción
del Espíritu de Dios.
Pero Satanás domina
en extenso grado las masas del mundo, y si no fuera por las leyes de la tierra, experimentaríamos mucho
sufrimiento.
Se me mostró que cuando es
realmente necesario y se llama a los hijos de
Dios a testificar en forma legal, ellos no
violan la Palabra de Dios al invocarle solemnemente como testigo de que dicen la verdad, y
sólo la verdad.
Los seres
humanos son tan corruptos, que las leyes están
destinadas a obligarlos a
asumir sus responsabilidades.
Algunos
hombres y algunas mujeres no temen mentir
a sus semejantes; pero se les ha
enseñado que es cosa terrible mentir a Dios, y el
Espíritu de Dios que los refrena se lo ha inculcado.
Se
nos dio como ejemplo el caso de Ananías y Safira... El asunto es llevado de los humanos a Dios, de manera que si alguien da falso testimonio, no lo da ante los mortales, sino ante el gran Dios que lee el corazón y conoce la verdad exacta de cada caso.
Nuestras
leyes hacen del falso juramento un
delito muy grave. Dios imponía a menudo un castigo al que juraba en falso, y a veces, mientras el juramento estaba aún en sus labios, el ángel destructor lo derribó. Esto había de aterrorizar a los malhechores.
Vi que si hay en la tierra alguien que pueda testificar bajo juramento
en forma consecuente, ese tal es el creyente.
Él vive a la luz del rostro de Dios. Se fortifica en su fortaleza. Y cuando la ley debe decidir asuntos de
importancia, no
hay quien pueda apelar con tanto
acierto a Dios como el creyente...
Jesús se sometió al juramento en la hora de su juicio. El sumo sacerdote le dijo: “Te conjuro por el Dios
viviente, que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios”. Jesús le contestó: “Tú lo has dicho”. Mateo 26:63,64.
Si
Jesús, en sus enseñanzas a los discípulos, se
hubiese referido al juramento judicial, habría reprendido al sumo
sacerdote, y
puesto en práctica sus enseñanzas para beneficio de
sus discípulos que estaban presentes.
A Satanás le ha
agradado que algunos hayan considerado el
juramento en forma errónea; porque le ha dado oportunidad de oprimirlos y quitarles el dinero de su Señor.
Los
mayordomos de Dios deben ser más prudentes, trazar sus planes y prepararse para
resistir los designios de Satanás; porque él
hará mayores esfuerzos que nunca antes. Joyas de los Testimonios 1:74, 75. [174]
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