¿CONFESAREMOS O NEGAREMOS A CRISTO? En nuestro trato con la sociedad, en la familia, o en cualesquiera relaciones que trabemos en la vida, sean ellas limitadas o extensas, hay muchas maneras por las cuales podemos reconocer a nuestro Señor, y muchas maneras por las cuales le podemos negar... Nadie puede confesar verdaderamente a Cristo delante del mundo, a menos que viva en él la mente y el espíritu de Cristo. Es imposible comunicar lo que no poseemos y amamos... 1JT 339
domingo, agosto 01, 2010
70. “Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.”
Lo mejor que puedes hacer es empezar el día meditando en Sal. 148:13.
“Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos.”
Esta es una invitación a la adoración. Es difícil tomar en este salmo un versículo separado de los demás. C. H. Spurgeon, el gran predicador, definía este salmo como "indivisible". Yo tomé el versículo 13 para la meditación.
El salmista convoca a todas las criaturas a alabar el nombre de Dios. En la cultura hebrea, el nombre de una persona expresaba su carácter, y para referirse a Dios, los hebreos utilizaban, por lo menos, cinco nombres. Esos nombres expresan su misericordia, justicia, poder y soberanía. Mientras la mayoría de las personas usa el poder para destruir y subyugar, el Señor lo usa para amar y administrar justicia. Solo un ser humano transformado por la gracia de Cristo es capaz de colocar el poder al servicio de la justicia.
El nombre de Dios es excelso, porque su carácter es excelso. El salmista habla de la grandeza de Dios, y concluye diciendo: "Su gloria es sobre tierra y cielos". Reconocer la grandeza de Dios es garantía de equilibrio para la criatura. La humanidad vive hoy preocupada con el equilibrio ecológico y el impacto ambiental. Según la ecología, la naturaleza debe conservarse para mantener el equilibrio de la vida. Lo que el hombre parece ignorar, es que el equilibrio ecológico depende del equilibrio cosmológico.
El principio ecológico nace del cosmológico. El principio establece que, en el universo, cada ser debe ser preservado en su debido lugar. ¿Qué pasa con el hombre? Trata de quitar a Dios de su lugar supremo como Creador del universo. Esto no afecta a Dios. Él sigue siendo Dios. Pero afecta a la criatura. Sin Dios, el hombre se des integra, se mata a sí mismo, a la naturaleza, al ambiente en que vive, a los seres amados, en fin.
¿Qué equilibrio ecológico se puede esperar de una humanidad desequilibrada interiormente? Esa es la razón por la cual el salmista llama a las criaturas a adorar a Dios. Adorarlo es reconocerlo. "Su gloria es sobre tierra y cielos". Hacer eso es garantizar la propia existencia.
Haz de este día un día de adoración. Sigue el consejo de David: "Alaben el nombre de Jehová, porque sólo su nombre es enaltecido. Su gloria es sobre tierra y cielos".
Alejandro Bullón
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