La primera prueba arqueológica del uso de cosméticos se encontró en el Antiguo Egipto, alrededor del año 4000 a. C. Los egiptólogos deducen que se comenzó a utilizar como protección frente al Sol (los aceites hidratantes) y grafito en polvo (Kool) para los ojos.
Se sabe que los antiguos griegos y romanos también usaban cosméticos.
Del siglo XVI data un anónimo escrito en castellano titulado «Manual de mujeres en el cual se contienen muchas y diversas recetas muy buenas», que contiene numerosas recomendaciones sobre la fabricación de cosméticos.
En el Siglo XIX, la reina Victoria declaró el maquillaje públicamente descortés. Se veía como algo vulgar que solo usaban los actores y las prostitutas. En la época de la Segunda Guerra Mundial, los cosméticos tenían una aplicación común en el este (aunque estaban vetados en la Alemania nazi).
Propósito
Generalmente se cree, que el maquillaje puede lograr que el usuario se vea más atractivo. Para la mayoría de las mujeres, esto implica simular una apariencia más juvenil y saludable.
La industria de los cosméticos, es uno de los negocios de mayor lucro que existe, porque día a día crece su consumo, últimamente se la está dirigiendo a la niñez.
LOS COSMETICOS COMO CONTAMINANTES
Los cosméticos pueden ser fuente de múltiples alteraciones y graves enfermedades. Se ha alertado sobre los contaminantes orgánicos persistentes (COP), muy pocos conocidos y presentes en cosméticos y otros productos de uso cotidiano. Dichas sustancias pueden influir en el organismo humano desde el momento de la gestación.
Muchas sustancias químicas se fabrican y comercializan sin tener información sobre los posibles efectos en la salud humana. En los últimos años se han incrementado las malformaciones y partos prematuros, así como enfermedades como cáncer, asma, trastornos del desarrollo y del sistema reproductor, trastornos inmunitarios, etc. El riesgo de padecer estos desórdenes se incrementa por la exposición a sustancias químicas presentes en los cosméticos, perfumes, esmalte de uñas, champús, jabones, etc.
La mayor parte de estas sustancias analizadas son persistentes, permanecen en el medio ambiente en tales cantidades que se detectan continuamente. Son bioacumulables, lo que significa que se acumulan en el cuerpo de los organismos, en los tejidos adiposos o en otros órganos, como el hígado o los riñones. Este tipo de sustancias se encuentran sistemáticamente en los humanos (leche materna y sangre del cordón umbilical) lo que demuestra su descontrolada, amplia e indeseable dispersión. Incluso los humanos nonatos están expuestas a estas sustancias peligrosas.
«Las sustancias peligrosas, incluso las perfectamente integradas en los productos que las contienen, pueden liberarse a lo largo del tiempo como consecuencia del uso. También pueden ser liberadas al medio ambiente durante su producción y cuando se convierten en residuos, al final de su vida útil. Una sola exposición a cualquiera de ellas probablemente no es perjudicial, pero si dicha exposición es diaria durante toda una vida, los efectos se acumulan.
Las sustancias peligrosas presentes en la amplia gama de cosméticos son:
El triclosan: muy utilizado en jabones, dentífricos y desodorantes. Se ha detectado en la leche materna e interfiere en la actividad de la testosterona en las células.
Brea: Carcinógeno humano reconocido usado como ingrediente activo en los champús para la caspa y cremas para el prurito.
Dietanolamina (DEA):Posible alterador hormonal. El cual suprime una sustancia del organismo (colina) necesaria para el desarrollo cerebral fetal.
Dioxano 1-4: Carcinógeno animal y posible carcinógeno humano que puede aparecer como contaminante en productos que contengan lauril éter sulfato sódico e ingredientes etoxilados.
«Formaldehído: Presenta una larga lista de efectos adversos como irritación de las vías respiratorias, cáncer, toxicidad del sistema inmunitario.
Fragancia: Detrás de este término se pueden ocultar ftalatos, alteradores endocrinos que pueden producir obesidad y son tóxicos para el desarrollo y la reproducción. Plomo (neurotóxico) y mercurio (puede afectar al desarrollo).
Nano partículas: Pueden penetrar a través de la piel y afectar a células cerebrales. Dentro de estas nano partículas las más problemáticas son los óxidos de Zinc y dióxido de titanio utilizados en protectores solares para su transparencia.
Parabenos (metil-, etil-, propil-, butil-, isobutil-): Presentan leves efectos estrogénicos. Destilados de petróleo. p-fenildiamina: Puede afectar al sistema nervioso y producir irritación pulmonar y reacciones alérgicas severas.
Hidroquinona: Sustancia neurotóxica y alergénica. Puede aparecer como una impureza que no firme en la lista de ingredientes.
Almizcles sintéticos: usados como fragancias. Se relacionan con efectos tóxicos en los sistemas reproductor y endocrino humanos.
Compuestos organoestannicos.
Rellenos cosméticos y sus efectos secundarios
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Un estudio señala que el uso creciente de inyecciones de polialquilimida deja la piel susceptible a las infecciones. Los rellenos cosméticos conocidos como implantes de polialquilimida podrían causar efectos secundarios. Estos efectos si bien suelen ser poco frecuentes pueden llegar a ser graves en algunas ocasiones. Algunos de estos efectos secundarios consiste en reacciones inmunológicas al implante luego de varios meses de tratamiento. Estos implantes, que efectuados de gel y agua, se emplean en procedimientos cosméticos para corregir defectos faciales en los labios, mejilla, frente y en los pliegues nasolabiales. Si bien inicialmente no se registraron signos de bioincompatibilidad en las inyecciones de polialquilimida para fines cosméticos, evidencia más reciente ha revelado que no es posible garantizar la completa seguridad de los implantes de polialquilimida, según declaraciones del Dr. Jaume Alijotas-Reig, del Hospital Universitario Vall d’Hebron y la Universidad Autónoma de Barcelona.
«Según un estudio efectuado en 25 pacientes que habían tenido efectos adversos a los 12 meses o más de haber recibido la inyección de polialquilimida, los efectos secundarios más comunes fueron: inflamación, endurecimiento, y nódulos (lesiones en la piel) inflamados o sensibles cerca del lugar de la inyección, junto con problemas sistémicos como fiebre, artritis y sequedad en los ojos o la boca. Inclusive los efectos adversos podían seguir existiendo luego de 21,3 meses de seguimiento. Aún no está precisa la tasa real de estos tipos de efectos secundarios a largo plazo. Sin embargo, si tomamos en cuenta el uso creciente de los implantes de polialquilimida especialmente en Estados Unidos y Europa, el personal de la salud debería estar al tanto de los efectos adversos a mediano y largo plazo de los implantes de polialquilimida al igual que lo hacen con el colágeno, la poliacrilamida, ácido poliláctico o metacrilato.
Fuente: Delayed Immune-Mediated Adverse Effects of Polyalkylimide Dermal Fillers. Archives of Dermatology, 2008
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