Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal. Prov. 28:14.
El éxito es considerado por muchos como parte de la felicidad, pero, ¿puede ser medido el éxito?
Analicemos este asunto desde el punto de vista de dos empresarios. Uno cree que tuvo éxito porque pensaba vender por valor de 100 mil dólares y vendió por 110 mil. El otro sin embargo, vendió por 500 mil y siente que ha fracasado, porque quería llegar a un millón.
¿Qué es el éxito para ti?
¿Es posible definirlo de alguna manera?
Si las cosas no salieron como querías,
¿eres una persona feliz?
Si tú sales a la calle a buscar una definición de éxito, probablemente obtendrás opiniones diferentes.
¿Es difícil definirlo y alcanzarlo?
El proverbio de hoy dice:
“Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios”.
La característica del hombre feliz,
según el texto de hoy, no es necesariamente el éxito,
sino la constancia.
La intermitencia destruye la vida.
¿Observaste que la intermitencia es un síntoma de una lámpara que está llegando al fin de su vida útil?
El ser humano es intermitente por naturaleza.
Un día está bien y al otro día se siente mal. Un día se despierta lleno de optimismo y con la voluntad de conquistar al mundo, y al día siguiente las nubes negras del pesimismo parecen envolverlo por completo. Así son las cosas en esta vida, cambiantes, inconstantes y pasajeras.
Con Dios todo es diferente, porque él es eterno. Por eso el consejo del salmista es: sé constante en el temor de Dios. “Temed a Dios” en el contexto bíblico es tenerlo siempre presente, no olvidarse de él, tener conciencia de que Dios está a tu lado. Es claro, que si Dios es permanente y eterno, la persona que lo busca todos los días, será constante. Tu camino será un permanente crecimiento, y hasta los sinsabores, tristezas y dificultades de la vida serán instrumentos que te ayudarán en ese proceso constante de ir hacia adelante.
¿Cómo van las cosas contigo hoy?
¿El sol brilla en toda su intensidad?
¿Hay nubes oscuras que te amedrentan?
¿Necesitas fuerzas para continuar la lucha que comenzaste?
Busca a Jesús antes de partir para las actividades del día.
Tu Dios es eterno. Es la Roca de los siglos. No cambia, permanece para siempre. Sal a las actividades con él y tendrás un feliz día, porque “bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; mas el que endurece su corazón caerá en el mal”.
Alejandro Bullón
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