¿CONFESAREMOS O NEGAREMOS A CRISTO? En nuestro trato con la sociedad, en la familia, o en cualesquiera relaciones que trabemos en la vida, sean ellas limitadas o extensas, hay muchas maneras por las cuales podemos reconocer a nuestro Señor, y muchas maneras por las cuales le podemos negar... Nadie puede confesar verdaderamente a Cristo delante del mundo, a menos que viva en él la mente y el espíritu de Cristo. Es imposible comunicar lo que no poseemos y amamos... 1JT 339
miércoles, octubre 06, 2010
115. “Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba.”
“Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba.” Prov 19:12
Salomón usa en el texto de hoy una figura elocuente para describir el carácter de Dios. La justicia y la misericordia se amalgaman en él de un modo imposible de definir. Es justo. No acepta el pecado bajo hipótesis alguna. No condesciende. Su carácter es puro, y sus principios inalterables.
Pero, al mismo tiempo, es misericordioso. Ama al pecador. Entregó la vida de su propio Hijo para rescatar a la humanidad caída. Pagó el precio del pecado. Ofreció lo máximo que podía entregar.
Fue al sacrificio supremo: escribió su amor con sangre, en la cruz del Calvario. Salomón lo presenta como el león que ruge y al mismo tiempo como el rocío que refresca la hierba. León o rocío, ¿qué es Dios para ti?
Al ser humano le gusta pensar que Dios es solamente amor. Se deleita únicamente en la gracia, escribe poesías y cánticos solo en torno de la misericordia. Confunde las cosas. Cree que misericordia es permisividad. Que gracia es vivir sin reglas. Que amor es anarquía.
El hombre desfigura el carácter de Dios. Crea un dios pequeño, débil, transigente, hormiga con cara de león, un juez de fútbol sin silbato. Un dios que no comanda ni muestra el camino. Un dios "energía" que acepta las tonterías humanas porque son "sinceras". El texto de hoy nos muestra un Dios diferente, preocupado por sus criaturas. Preocupado, no solo en atender los caprichos del "niño llorón", sino interesado en hacerte crecer, y enseñarte a vivir y a vencer. Por eso ama y corrige. Enseña y ayuda, comanda y levanta, reprende y anima, ruge como león y refresca como el rocío.
¿Estás herido por algún desliz de la vida? ¿Estás magullado y triste? ¿La caída fue tan brutal que no tienes fuerzas para continuar? Siente el rocío de Jesús refrescando tu vida, curando tus heridas y calmando tu corazón. Hoy es un nuevo día. Ayer ya se fue. Gracias a Dios que siempre es así. Cada día es un nuevo día y una nueva oportunidad. No temas. Pero recuerda que: "Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, y su favor como el rocío sobre la hierba".
Alejandro Bullón
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