¿CONFESAREMOS O NEGAREMOS A CRISTO? En nuestro trato con la sociedad, en la familia, o en cualesquiera relaciones que trabemos en la vida, sean ellas limitadas o extensas, hay muchas maneras por las cuales podemos reconocer a nuestro Señor, y muchas maneras por las cuales le podemos negar... Nadie puede confesar verdaderamente a Cristo delante del mundo, a menos que viva en él la mente y el espíritu de Cristo. Es imposible comunicar lo que no poseemos y amamos... 1JT 339
jueves, octubre 07, 2010
145. “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”
No hay nada mejor que empezar el día con un pensamiento bíblico. Escogí hoy Sal 1:3.
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.”
¿Quién es él? ¿A quién se está refiriendo David? A todo ser humano le gustaría ser una persona con las características que el salmista describe aquí. Este salmo habla de frutos, de abundancia, de una permanente productividad y de prosperidad.
¿Quién es él? La Biblia, y particularmente los libros de los Salmos y de los Proverbios, enseñan que Dios desea tener hijos que sean prósperos en todas las áreas de la vida. Tú puedes soñar con un casamiento lleno de amor, una carrera profesional de éxito, títulos universitarios, realización personal, equilibrio financiero, hijos prósperos y relaciones enriquecedores. Nada de eso diverge de la vida cristiana. Pero esas cosas no pueden ser el propósito de tu existencia, y sí, el resultado de algo más-profundo.
Si tú haces de la prosperidad la razón de tu vida, podrás llegar al fin de tus días sin nada, o tal vez con algo, pero vacío y frustrado. Tú habrás corrido en la dirección equivocada. La meta estaba en el norte y tú fuiste hacia el sur. En el salmo de hoy, el hombre próspero es comparado con un árbol lleno de frutos. Los frutos abundantes y las hojas verdes de este árbol, son el resultado de estar plantado junto a las corrientes de aguas, pues ellas son su fuente de vida y energía.
Mientras que el humanismo enseña que hay energía y fuerza dentro de ti, el cristianismo enfatiza que tú necesitas buscar esa energía en Jesús, que es la Fuente de vida. Un árbol sin agua muere, o en la mejor de las hipótesis, aparenta estar vivo, pero no da frutos. Hasta las palmeras en el desierto, necesitan profundizar sus raíces en busca de agua. ¿Cómo puede existir una vida de éxito sin Jesús? Cuando tú emprendes un viaje a través de tu mundo interior, te vas a encontrar con pasajes oscuros que las linternas de tu racionalismo no logran iluminar.
Es algo doloroso, contradictorio y devastador. Pero es real. Es absurdo negar ese hecho. Como también es absurdo pensar que de esa fuente seca puede brotar vida sin la intervención de Alguien que esté por encima del ser humano. ¿Quieres tener éxito en todas las áreas de la vida? Antes de encarar los desafíos de hoy, piensa que solo será realmente feliz aquel que sea “como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará”.
Alejandro Bullón
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