miércoles, junio 01, 2011

SECCION VI “El Servicio”


Con semejante ejército de obreros como el que, nuestros jóvenes, bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría al mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir! ¡Cuán pronto vendría el fin, el fin del sufrimiento, del dolor y del pecado! ¡Cuán pronto recibirían nuestros hijos, en vez de una posesión aquí, marchitada por el pecado y el dolor, una herencia donde "los justos heredarán la tierra y vivirán para siempre",* donde "no dirá más el habitante: Estoy enfermo";* y "no se oirá más en ella voz de lloro" !* (Consejos para los maestros, pág. 430). 195

58. LOS JÓVENES ESTÁN LLAMADOS A SER OBREROS

HAY muchos jóvenes cristianos que pueden hacer una buena obra si quieren aprender lecciones del gran Maestro en la escuela de Cristo.  Aunque los pastores, evangelistas y maestros descuidasen la búsqueda de los perdidos, no descuiden los niños y jóvenes el poner en práctica la Palabra. . .

Vayan los jóvenes, las señoritas y los niños a trabajar en el nombre de Jesús.  Únanse teniendo en vista algún plan y orden de acción. ¿No podéis formar un grupo de obreros y fijar un tiempo para orar juntos y pedir al Señor que os dé su gracia, y emprender una acción unida?  Deberíais consultar a hombres que aman y temen a Dios y que tienen experiencia en la obra, a fin de que, bajo los impulsos del Espíritu de Dios, podáis formar planes y desarrollar métodos por los cuales podáis trabajar seriamente en procura de resultados seguros.  El Señor ayudará a los que quieran usar para gloria de su nombre las aptitudes que les ha confiado. ¿Llegarán a ser misioneros activos nuestros jóvenes que creen la verdad?. . .

TRABAJAD CON FE

A medida que trabajéis por otros, el poder divino del Espíritu obrará sobre sus almas, porque ellos han sido comprados por la sangre del Hijo unigénito de Dios.  Sólo podremos tener éxito en ganar las almas por las cuales Cristo murió, si dependemos de la gracia 196 y el poder de Dios para hacer la obra de convencer y convertir el corazón.  Mientras les presentéis la verdad de Dios, la incredulidad y la duda lucharán por mantener el dominio de la mente; pero dejad que la palabra empeñada de Dios expulse la duda de vuestros corazones.

Creed lo que Dios dice, y trabajad con fe.  Satanás se presentará con sus sugestiones para haceros desconfiar de la palabra de vuestro Padre celestial, pero considerad que "todo lo que no proviene de fe, es pecado".* Acicatead vuestra fe hasta que sobrepase la tenebrosa sombra de Satanás, y colocadla en el propiciatorio, y no abriguéis una sola duda.  Es éste el único modo por el cual obtendréis experiencia y hallaréis la evidencia tan esencial para vuestra paz y confianza.

Al aumentar vuestra experiencia, tendréis más ardor de alma y más cálido amor por el servicio de Dios, pues tenéis unidad de propósito con Jesucristo.  Vuestras simpatías son engendradas por el Espíritu Santo.  Lleváis el yugo de Cristo y sois obreros juntamente con Dios (Youth's Instructor, agosto 9, 1894).

LLAMADO DE VOLUNTARIOS

El Señor llama a voluntarios que se pongan firmemente de su parte, y se comprometan a unirse con Jesús de Nazaret para hacer la misma obra que necesita ser hecha ahora, precisamente ahora (Fundamentals of Christian Education, pág. 488). 197

59. LA RESPONSABILIDAD DE GANAR ALMAS

PESAN sobre los jóvenes graves responsabilidades.  Dios espera mucho de los jóvenes que viven en esta generación de luz y conocimiento acrecentados.  Desea usaros para hacer disipar el error y la superstición que ensombrecen la mente de muchos.  Han de disciplinarse recogiendo todo tilde y punto de conocimiento y experiencia.  Dios los tiene por responsables de las oportunidades que se les han dado.  La obra que tienen delante espera sus fervientes esfuerzos para ser llevada a cabo paso a paso, según demande el tiempo.

Si los jóvenes quieren consagrar la mente y el corazón al servicio del Señor, pueden alcanzar una elevada norma de eficiencia y utilidad.  Es ésta la norma que el Señor espera que la juventud alcance.  Hacer menos que esto es rehusar sacar todo el provecho posible de las oportunidades dadas por Dios.  Esto será considerado como traición contra Dios, como omisión del trabajo por el bien de la humanidad.

¿Qué estáis haciendo, queridos jóvenes, para hacer saber a otros cuán importante es tener la Palabra de Dios como guía, guardar los mandamientos de Jehová? ¿Estáis declarando por precepto y ejemplo que sólo por la obediencia a la Palabra de Dios pueden salvarse los hombres?  Si hacéis lo que podéis, seréis una bendición para los demás.  Mientras hacéis lo que podéis de acuerdo con lo mejor de vuestra capacidad, se irán abriendo ante vosotros medios y oportunidades para hacer más (Youth's Instructor, enero 1, 1907). 198

60. DANDO TESTIMONIO POR CRISTO

TODOS los que están de parte del Señor han de confesar a Cristo. 'Vosotros sois mis testigos, dice Jehová'.  La fe del verdadero creyente se manifestará por la pureza y santidad del carácter.  La fe obra por amor y purifica el alma, y con la fe habrá la correspondiente obediencia, una ejecución fiel de las palabras de Cristo.  El cristianismo es siempre intensamente práctico, y se adapta a todas las circunstancias de la vida real.  "Vosotros sois mis testigos". * ¿Ante quién?  Ante el mundo, pues habéis de llevar con vosotros una influencia santa.  Cristo ha de habitar en vuestra alma, y debéis hablar de él y manifestar los encantos de su carácter.

NUESTRA CONVERSACIÓN

La religión de moda de la época ha amoldado en tal forma el carácter, que los jóvenes que profesan la religión de Cristo rara vez mencionan su nombre a sus compañeros.  Conversan de muchos asuntos, pero no hacen del precioso plan de la redención un tema de conversación. Suponed que como cristianos prácticos cambiáramos este orden de cosas y mostráramos "las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".* Si Cristo habita en el corazón por la fe, no podéis guardar silencio.  Si habéis hallado a Jesús, seréis verdaderos misioneros.  Habéis de ser entusiastas en este asunto, y hacer saber a los que no 199 aprecian a Jesús, que lo habéis hallado precioso para vuestra alma, que él ha puesto en vuestra boca un cántico de alabanza a Dios.

Jóvenes amigos, ¿queréis empezar vuestra vida cristiana como quienes tienen en su corazón el calor del amor de Jesús?  Nunca sabréis cuánto bien podéis hacer a los que no se consideran hijos de Dios, dirigiéndoles palabras tiernamente razonables y serias en cuanto a la salvación de sus almas.  Por otra parte, quizá nunca sepáis, hasta el día del juicio, cuántas oportunidades de ser testigos de Cristo habéis dejado pasar sin aprovechar.  Quizá nunca sepáis en este mundo el daño que habéis hecho a alguna alma por vuestros pequeños actos de frivolidad, vuestra conversación vulgar, vuestra liviandad, completamente inconsecuentes con vuestra santa fe.

COMO GANAR A LOS AMADOS

Es cierto, podéis sentir una especie de ansiedad por las almas de los que amáis.  Quizá tratéis de abrirles los tesoros de la verdad, y en vuestro fervor, derraméis lágrimas por su salvación, pero cuando vuestras palabras parecen hacer poca impresión y no hay una respuesta evidente a vuestras oraciones, casi os sentís tentados a reprochar a Dios porque vuestras labores no dan fruto.  Os parece que vuestros amados tienen corazones especialmente duros, y que no responden a vuestros esfuerzos.  Pero ¿habéis pensado seriamente que la falta puede estar en vosotros mismos? ¿Habéis pensado que estáis derribando con una mano lo que os esforzáis por construir con la otra?

A veces habéis permitido que el Espíritu de Dios os maneje, y otras, habéis negado vuestra fe con vuestra práctica, y habéis destruido vuestra labor por los familiares, pues vuestras prácticas han dejado sin efecto 200 vuestros esfuerzos en favor de ellos.  Vuestro mal genio, vuestro lenguaje no hablado, vuestras maneras, vuestra disposición quejosa, vuestra carencia de fragancia cristiana, vuestra falta de espiritualidad, la misma expresión de vuestro rostro, ha dado testimonio contra vosotros. . .

No menospreciéis nunca la importancia de las cosas pequeñas.  Las cosas pequeñas proporcionan la disciplina real de la vida.  Por medio de ellas se educa el alma para crecer a la semejanza de Cristo, o llevar la imagen del mal.  Dios nos ayuda a cultivar hábitos de pensamiento, palabra, aspecto y acción que testificarán ante los que nos rodeen, de que hemos estado con Jesús y aprendido de él (Youth's Instructor, marzo 9, 1893) .

EL FERVOR

La vida pasada en trabajo activo por Dios es una bendición.  Multitudes que pierden su tiempo en bagatelas, en remordimientos ociosos, y en murmuraciones sin provecho podrían tener una experiencia enteramente diferente si apreciasen la luz que Dios les ha dado y la hiciesen brillar sobre otros; y muchos hacen su vida desgraciada, por su egoísmo y su amor a la comodidad.  Sus vidas, mediante una actividad diligente, podrían llegar a ser como los brillantes rayos del sol para guiar hacia el sendero que lleva al cielo a los que se hallan en el oscuro camino de la muerte.  Si lo hacen, sus corazones se llenarán de paz y gozo en Jesucristo (Review and Herald, octubre 25, 1881). 201

61. LA OBRA PERSONAL

LA OBRA de Cristo consistió, en extenso grado, en entrevistas personales.  Tenía él una fiel consideración por el auditorio de una sola alma, y esa alma ha transmitido a miles el conocimiento recibido.

Los trabajadores de más éxito son aquellos que están dispuestos a trabajar alegremente para servir a Dios en las cosas pequeñas.  Cada ser humano ha de trabajar con su hilo personal, tejerlo en la trama que forma el tejido y completar el diseño. . .

Educad a los jóvenes para que ayuden a los jóvenes; y al tratar de hacer este trabajo, cada uno obtendrá la experiencia que lo calificará para llegar a ser un obrero consagrado en una esfera más vasta.  Miles de corazones pueden ser alcanzados del modo más sencillo.

Los hombres y las mujeres más intelectuales, los que son considerados y elogiados como los más insignes y mejor dotados del mundo, son con frecuencia refrescados por las palabras más humildes y sencillas de alguien que ama a Dios y que puede hablar de ese amor con la misma naturalidad con que un mundano habla de aquellas cosas que su alma contempla y de las cuales se alimenta.  Las palabras, aun bien preparadas y estudiadas, tienen poca influencia; pero la obra verdadera, sincera de un hijo o hija de Dios, ya sea llevada a cabo por palabras o por un pequeño servicio hecho con natural sencillez, abrirá la puerta de entrada a muchas almas, por largo tiempo cerrada (Review and Herald, mayo 9, 1899). 202

62. LOS JÓVENES COMO GANADORES DE ALMAS

SATANÁS es un enemigo vigilante, atento a su propósito de inducir a los jóvenes a una conducta enteramente contraria a la que Dios aprobaría.  El sabe perfectamente que nadie puede hacer tanto bien como los jóvenes y las señoritas consagrados a Dios.  Los jóvenes, sí fueran correctos, podrían ejercer una poderosa influencia.  Los predicadores o laicos avanzados en años no pueden tener sobre la juventud ni la mitad de la influencia que pueden tener sobre sus compañeros los jóvenes consagrados a Dios.  Debería ellos sentir sobre sí la responsabilidad de hacer todo lo que puedan para salvar a sus semejantes, a un a precio del sacrificio de su placer y sus deseos naturales. El tiempo y aun los medios, si se requirieran, debería ser consagrados a Dios.

Los que profesan piedad deberían tener conciencia del peligro de los que están sin Cristo.  Pronto terminara su tiempo de gracia.  Los que podrían haber ejercido su influencia para salvar almas si hubiesen seguido el consejo de Dios y que en cambio han dejado de cumplir su deber por causa del egoísmo y la indolencia, o porque se avergonzaban de la cruz de Cristo, no sólo perderán su alma, sino que tendrán sobre sus vestiduras la sangre de los pobres pecadores. A los tales se exigirá cuenta del bien que podrían haber hecho si se hubiesen consagrado a Dios, y que no hicieron por su infidelidad. 203

Los que han probado realmente las dulzuras del amor redentor no quieren ni pueden descansar hasta dar a conocer a todos los que se relacionan con ellos, el plan de la salvación.  Los jóvenes deberían preguntar: "Señor, ¿qué quieres que haga? ¿Cómo puedo honrar y glorificar tu nombre en la tierra?" Alrededor de nosotros perecen almas, y sin embargo, ¿qué responsabilidad llevan los jóvenes de ganar almas para Cristo?

SOLICITUD POR OTROS

Los que asisten a la escuela podrían tener influencia en favor del Salvador, pero ¿quiénes nombran el nombre de Cristo, y a quiénes se ve rogar con tierno fervor a sus compañeros para que abandonen los caminos de pecado y escojan el camino de la santidad?


Esta es la conducta que deberían seguir los jóvenes creyentes, pero no lo hacen; está más de acuerdo con sus sentimientos el unirse con el pecador en sus diversiones y placeres.  Los jóvenes tienen un vasto campo de utilidad, pero no lo ven. ¡Oh, si ejercitasen ahora sus facultades mentales buscando un modo de aproximarse a los pecadores que perecen a fin de darles a conocer el camino de la santidad y mediante la oración y los ruegos, ganar aunque sea un alma para Cristo!

¡Qué noble empresa! ¡Un alma que alabará a Dios durante la eternidad! ¡Un alma que gozará felicidad y vida eterna! ¡Una gema en su corona que brillará como una estrella para siempre jamás!  Pero aun más de uno puede ser llevado del error a la verdad, del pecado a la santidad.  Dice el Señor por medio del profeta: "Y los que enseñan la justicia a la multitud, [resplandecerán] como las estrellas a perpetua eternidad".* Entonces, aquellos que se ocupan con Cristo y los ángeles en la obra de salvar a las almas que perecen, son ricamente recompensados en el reino del cielo. 204

Vi que muchas almas podrían ser salvadas si los jóvenes estuviesen donde debieran estar, consagrados a Dios y a la verdad; pero generalmente se colocan en un terreno donde se hace necesario trabajar constantemente por ellos; de otra manera llegarían a ser del mundo.  Son una fuente de ansiedad e inquietud constantes.  Por ellos se derraman lágrimas, y del corazón de los padres se elevan oraciones angustiosas en su favor.  Y no obstante, siguen adelante, indiferentes al dolor que su conducta causa.  Siembran espinas en el pecho de aquellos que morirían por salvarlos y quisieran que llegasen a ser lo que Dios se propuso que fuesen por los méritos de la sangre de Cristo. . .

UNA OBRA QUE HACER

Jóvenes de ambos sexos, vi que Dios tiene una obra para que vosotros hagáis; tomad vuestra cruz y seguid a Cristo, o sois indignos de él.  Mientras permanecéis en apática indiferencia, ¿cómo podéis saber cuál es la voluntad de Dios con respecto a vosotros?  Y ¿cómo esperáis ser salvos, a menos que como siervos fieles hagáis la voluntad de vuestro Señor?  Todos los que posean la vida eterna habrán procedido bien.  El Rey de gloria los honrará haciéndolos estar a su mano derecha mientras les diga: "Bien, buen siervo y fiel".* ¿Cómo podéis saber cuántas almas podríais salvar de la ruina, si, en lugar de procurar descubrir qué trabajo podéis hacer en la viña de vuestro Maestro, estáis ideando medios para vuestro propio placer? ¿Cuántas almas se han salvado por medio de esas reuniones destinadas a conversar y a ensayar música?  Sí no podéis señalar una sola alma salvada por ese medio, apartaos ¡oh! apartaos hacia una nueva línea de conducta.  Empezad a orar por las almas, acercaos a Cristo, bien junto a su costado sangrante.  Adorne un espíritu manso y tranquilo vuestras vidas y asciendan a 205 él vuestras peticiones fervientes, imperfectas, humildes, para que os dé sabiduría a fin de que tengáis éxito en salvar no sólo vuestra propia alma, sino las de otros.

Orad más de lo que cantáis. ¿No tenéis mayor necesidad de la oración que del canto? jóvenes varones y mujeres, Dios os llama a trabajar, a trabajar por él.  Cambiad completamente vuestra conducta.  Vosotros podéis hacer una obra que los que sirven mediante la palabra y la doctrina no pueden hacer.  Podéis alcanzar una clase a la cual no puede conmover el pastor (Testimonies, torno 1, págs. 511-513).

DONDE EMPEZAR

Los que desean trabajar para Dios, empiecen en su propio hogar, entre sus propios familiares, en su propio vecindario, entre sus propios amigos.  Entre ellos hallarán un campo misionero favorable.  Esta obra misionera en el hogar es una prueba que revela su capacidad o incapacidad para el servicio en un campo más vasto (Testimonies, tomo 6, pág. 428).

EL MEDIO DE MAS ÉXITO

En nuestra obra, el esfuerzo individual logrará mucho más de lo que se puede estimar.  Es por falta de él por lo que las almas perecen.  Un alma es de valor infinito; el Calvario nos dice su precio.  Un alma ganada para Cristo, contribuirá a ganar a otras, y la cosecha de bendición y salvación irá siempre en aumento (Obreros evangélicos, pág. 192). 206

63. SERVICIO DE  DIFERENTES CLASES

DIOS pide pastores, instructores bíblicos, colportores. Salgan nuestros jóvenes de ambos, sexos como colportores, evangelistas e instructores bíblicos, en compañía de misioneros de experiencia, que puedan mostrarles cómo trabajar con éxito.  Lleven los colportores nuestras publicaciones de casa en casa.  Cuando se ofrece la oportunidad, hablen de la verdad para este tiempo a aquellos con quienes se encuentran y canten y oren con ellos.  Cuando en nuestra obra para Dios se sigan enérgicamente métodos acertados, se recogerá una cosecha de almas.

En la obra de Dios hay lugar para todos los que están llenos del espíritu de abnegación, Dios pide hombres y mujeres que estén dispuestos a negarse a sí mismos por amor de otros, dispuestos a consagrar a su obra todo lo que tienen y son.  Se necesitan hombres que, cuando encuentren dificultades, sigan avanzando constantemente, diciendo: No fallaremos ni nos desanimaremos.  Se necesitan hombres que fortalezcan y edifiquen la obra que otros están tratando de hacer (Review and Herald, abril 28, 1904).

CÓMO ADQUIRIR EFICIENCIA

En esta obra, como en cualquier otra, se adquiere pericia en el trabajo mismo.  Se obtiene eficiencia por medio de la preparación en los deberes comunes de la vida y en el ministerio a los necesitados y dolientes (La educación, pág. 261). 207

64. EL SERVICIO ABNEGADO

LOS que, en la medida de lo posible, se ocupan en la obra de hacer bien a otros, dándoles evidencias prácticas de su interés por ellos, no sólo están aliviando los males de la vida humana al ayudarles a llevar sus cargas, sino al mismo tiempo están contribuyendo en extenso grado a su propia salud de alma y cuerpo.  El hacer bien es una obra que beneficia tanto al que da, como al que recibe.  Si os olvidáis de vosotros mismos en vuestro interés por otros, ganáis una victoria sobre vuestras flaquezas.  La satisfacción que sentiréis al hacer bien os ayudará grandemente a recuperar el estado saludable de la imaginación.

El placer de hacer bien anima la mente y hace vibrar todo el cuerpo.  Mientras los rostros de las personas benévolas son iluminados por la alegría y expresan la elevación moral de la mente, los de las personas egoístas, mezquinas, tienen una expresión abatida, desanimada, melancólica.  En sus rostros se ven sus defectos morales.  El egoísmo y el amor propio estampan su sello peculiar en el hombre exterior.

La persona impulsada por una benevolencia verdadera, desinteresada, participa de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia; mientras que los egoístas y avaros han acariciado el egoísmo hasta el punto de haberles hecho marchitar sus simpatías sociales, y de hacer que sus rostros reflejen la imagen del enemigo caído más bien que la de la pureza y santidad (Testimonies, tomo 2, pág. 534). 208

65. EL PREMIO DE LA DILIGENCIA

RECUERDEN los jóvenes que el indolente pierde la inapreciable experiencia ganada por el fiel desempeño de los deberes diarios de la vida.  El que es indolente y voluntariamente ignorante, coloca en su camino algo que siempre será un obstáculo para él.  Rehusa la cultura que proviene de un trabajo honrado.  Roba a Dios al no extender una mano de ayuda a la humanidad.  Su carrera es muy diferente de la que Dios le ha señalado; pues el despreciar el empleo útil estimula los gustos más bajos y de hecho paraliza las más útiles energías del ser.

No unos pocos, sino miles de seres humanos existen únicamente para consumir los beneficios que Dios en su misericordia les prodiga.  Se olvidan de llevar al Señor sus ofrendas de gratitud por las riquezas que él les ha confiado al concederles los frutos de la tierra.  Se olvidan que Dios desea que mediante el empleo inteligente de los talentos que se les ha entregado, sean tanto productores como consumidores.  Si comprendieran la obra que Dios desea que hagan como su mano ayudadora, pensarían que tienen el privilegio de rehuir toda responsabilidad que se les haya confiado y que deben ser servidos.

LA BENDICIÓN DEL TRABAJO

La verdadera felicidad sólo se encuentra en ser buenos y hacer el bien.  Los más puros y elevados goces son patrimonio de los que cumplen fielmente sus deberes.  Ningún trabajo honrado es degradante.  Es 209 una pereza innoble la que induce a los seres humanos a menospreciar los sencillos deberes cotidianos de la vida.  El rechazamiento de esos deberes causa una deficiencia mental y moral que algún día se sentirá agudamente.  Alguna vez en la vida del perezoso su deformidad aparecerá con rasgos inconfundibles.  En el registro de su vida aparecen escritas las palabras: Consumidor, pero no productor.

De todas las vocaciones de la vida se pueden aprender útiles lecciones espirituales.  Los que labran el suelo, mientras trabajan pueden estudiar el significado de las palabras: Vosotros sois labradores de Dios.  Deben sembrar en el corazón humano las semillas de la verdad para que la vida pueda llevar los ricos frutos del Espíritu.  La impresión de Dios sobre la mente va a modelarla con gracia y simetría.  Las energías naturales, tanto físicas como mentales, deben ser educadas para el servicio del Maestro. . .

A todos ha dado Cristo la obra de ministrar.  El es el Rey de la gloria y, sin embargo, declara: "El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir".* No obstante ser la Majestad del cielo, estuvo dispuesto a venir a esta tierra para hacer la obra que su Padre le había confiado. El ha ennoblecido el trabajo.  Trabajó con sus manos como carpintero para darnos un ejemplo de laboriosidad.  Desde una edad muy temprana desempeñó su parte en el sostén de la familia.  Se daba cuenta de que constituía una parte en la sociedad de la familia, y voluntariamente cargó con lo que le correspondía.

LA AYUDA EN EL HOGAR

Tanto los niños como los jóvenes deben hallar placer en aliviar las cargas de sus padres mostrando un interés abnegado por las cosas del hogar.  Mientras llevan alegremente las cargas que les corresponden reciben 210 una educación que los hará aptos para ocupar puestos de confianza y utilidad.  Cada año han de hacer progresos constantes, dejando gradual pero seguramente a un lado la inexperiencia de la infancia a cambio de la experiencia de la madurez.  En el desempeño fiel de los sencillos deberes del hogar, los muchachos y las niñas ponen el cimiento de la excelencia mental, moral y espiritual.

LA TRAMA DEL DESTINO

Recordad, queridos jóvenes amigos, que cada día, cada hora, cada momento estáis tejiendo la trama de vuestro propio destino.  Cada vez que se arroja la lanzadera, se introduce en la trama un hilo que echa a perder o embellece el tejido.  Si sois descuidados e indolentes, malográis la vida que Dios quiere que sea brillante y hermosa.  Si escogéis seguir vuestras propias inclinaciones, los hábitos no cristianos os atarán con ligaduras de acero.  Y a medida que os apartéis de Cristo, vuestro ejemplo será seguido por muchos que debido a vuestra errónea conducta nunca gozarán de las glorias del cielo.  Pero si hacéis valientes esfuerzos para vencer el egoísmo y no pasáis por alto ninguna oportunidad de ayudar a los que os rodean, la luz de vuestro ejemplo guiará a otros a la cruz (Youth's Instructor, diciembre 5, 1901). 211

66. LA DIGNIDAD DEL TRABAJO

ERA el propósito de Dios aliviar por el trabajo el mal introducido en el mundo por la desobediencia del hombre.  El trabajo podía hacer ineficaces las tentaciones de Satanás y detener la marea del mal.  Y aunque acompañado de ansiedad, cansancio, y dolor, el trabajo es todavía; una fuente de felicidad y desarrollo, y una salvaguardia contra la tentación.  Su disciplina pone en jaque la complacencia propia, y comenta la laboriosidad, la pureza y la firmeza.  Llega a ser así parte del gran plan de Dios para restaurarnos de la caída.

EL TRABAJO MANUAL Y LOS JUEGOS

El sentir público es que el trabajo manual es degradante, y sin embargo los hombres pueden esforzarse tanto como quieren en el cricket, el baseball o las contiendas pugilísticas, sin que se los considere degradados. Satanás se deleita cuando, ve a los seres humanos emplear sus facultades físicas y mentales en lo que no educa ni es útil, que no les ayuda a beneficiar a los que necesitan su ayuda.  Mientras los jóvenes se hacen expertos en juegos que no son de valor real para ellos ni para los demás, Satanás juega la partida de la vida por sus almas, arrebatándoles los talentos que Dios les ha dado, y colocando en su lugar sus malos atributos.  Su esfuerzo consiste en inducir a los hombres a ignorar a Dios.  Procura enfrascar y envolver la mente tan completamente, que Dios no halle cabida en su pensamiento.  No quiere que la gente conozca a su Hacedor, 212 y queda muy complacido si puede poner en marcha juegos y funciones teatrales que confundan de tal manera los sentidos de los jóvenes, que se olviden de Dios y del cielo.

Una de las salvaguardias más seguras contra el mal es la ocupación útil, mientras que la ociosidad es una de las mayores maldiciones; porque el vicio, el crimen y la pobreza siguen en su estela.  Los que están siempre ocupados, que atienden alegremente sus tareas diarias, son los miembros útiles de la sociedad.  Por el cumplimiento fiel de los deberes que hallan en su senda, hacen que su vida les beneficie a ellos mismos y a otros.  El trabajo diligente los guarda de muchas de las trampas de aquel que "halla siempre alguna mala ocupación para las manos ociosas".

El agua estancada no tarda en corromperse; pero un arroyo que fluye, imparte salud y alegría por la tierra.  La primera es símbolo de los ociosos; el segundo, de los laboriosos. . .

EL EJEMPLO DE CRISTO

La senda del trabajo, señalada a los moradores de la tierra, puede ser dura y cansadora, pero ha sido honrada por las pisadas del Salvador, y está seguro el que sigue este camino sagrado.  Por el precepto y el ejemplo, Cristo dignificó el trabajo útil.  Desde sus primeros años, vivió una vida de trabajo.  Pasó la mayor parte de su vida terrenal en el trabajo paciente de la carpintería de Nazaret.  Vestido como trabajador común, el Señor de la vida recorrió las calles de la pequeña ciudad en la cual vivía, yendo a su humilde trabajo y volviendo de él; y le acompañaban ángeles ministradores mientras caminaba lado a lado con los campesinos y obreros sin que lo reconociesen y honrasen. . .

El trabajo juicioso es tónico para la familia humana. Hace fuertes a los débiles, ricos a los pobres, felices 213 a los desgraciados.  Satanás está en acecho, listo para destruir a aquellos que en su tiempo libre le dan oportunidad de acercarse a ellos bajo algún disfraz atrayente. Nunca tiene más éxito que cuando se acerca a los hombres en sus horas de ocio.

LA LECCIÓN DE LABORIOSIDAD Y CONTENTAMIENTO

Entre los males resultantes de las riquezas, uno de los mayores es la idea corriente de que el trabajo es degradante.  El profeta Ezequiel declara: "He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso".* Aquí se nos presentan los terribles resultados de la ociosidad, que debilita la mente, degrada el alma y pervierte el entendimiento haciendo una maldición de lo que fue dado como una bendición.  Los hombres y mujeres que trabajan son los que ven cosas grandes y buenas en la vida, y son los que están dispuestos a llevar sus responsabilidades con fe y esperanza.

Muchos de los que siguen a Cristo tienen que aprender todavía la lección esencial del contentamiento y la diligencia en los deberes necesarios de la vida.  Requiere más gracia, y más severa disciplina de carácter, el trabajar para Dios como mecánico, comerciante, abogado o agricultor, cumpliendo los preceptos del cristianismo en los negocios de la vida, que el trabajar como misioneros reconocidos.  Se requiere vigoroso nervio espiritual para introducir la religión en el taller y la oficina, santificando los detalles de la vida diaria, y ordenando toda transacción de acuerdo con la norma de la Palabra de Dios.  Pero esto es lo que el Señor requiere.

El apóstol Pablo consideraba la ociosidad como un pecado.  Aprendió el oficio de hacer tiendas en todos 214 sus detalles, importantes o insignificantes, y durante su ministerio trabajaba a menudo en ese oficio para mantenerse a sí mismo y a los demás.  Pablo no consideraba como tiempo perdido el que pasaba así.  Mientras trabajaba, el apóstol tenía acceso a una clase de personas a quienes no podría haber alcanzado de otra manera.  Mostraba a sus asociados que la habilidad en las artes comunes es un don de Dios.  Enseñaba que aun en el trabajo de cada día se ha de honrar a Dios.  Sus manos encallecidas por el trabajo no restaban fuerza a sus llamamientos patéticos como ministro cristiano.

Dios quiere que todos trabajen.  La atareada bestia de carga responde mejor a los propósitos de su creación que el hombre indolente.  Dios trabaja constantemente.  Los ángeles trabajan; son ministros de Dio para los hijos de los hombres. Los que esperan un cielo de inactividad quedarán chasqueados; porque en la economía del cielo no hay lugar para la satisfacción de la indolencia.  Pero se promete descanso a los cansados y cargados.  El siervo fiel es el que recibirá la bienvenida al pasar de sus labores al gozo de su Señor. Depondrá su armadura con regocijo, y olvidará e fragor de la batalla en el glorioso descanso preparado para los que venzan por la cruz del Calvario (Consejos para los maestros, págs. 210-214). 215

67. SEMBRANDO JUNTO A TODAS LAS AGUAS

EL SEÑOR pide que su pueblo emprenda distintos ramos de obra misionera, que siempre junto a todas las aguas.  Hacemos sólo una pequeña parte de la obra que él desea que hagamos entre nuestros vecinos y amigos.  Mediante actos de bondad para con los pobres, los enfermos y los enlutados, podemos ejercer influencia sobre ellos de modo que la verdad divina halle acceso a sus corazones.  No se debería dejar de aprovechar ninguna oportunidad de servir.  Es la más elevada obra misionera que podamos hacer.  La presentación de la verdad con amor y simpatía, de casa en casa, está en armonía con la instrucción dada por Cristo a sus discípulos cuando los envió en ocasión de su primera gira misionera.

EL DON DEL CANTO

Se necesitan personas que tengan el don del canto.  El canto es uno de los medios más eficaces para impresionar el corazón con la verdad espiritual.  Los manantiales del arrepentimiento y la fe han sido abiertos con frecuencia por las palabras del canto sagrado.  Debería educarse a los miembros de la iglesia, tanto jóvenes como adultos, para que salgan a proclamar este último mensaje al mundo.  Si van con humildad, los ángeles de Dios irán con ellos enseñándoles cómo elevar la voz en canto y oración y cómo proclamar el mensaje evangélico para este tiempo.

Jóvenes y señoritas, emprended la obra a la cual Dios os llama.  Cristo os enseñará a usar vuestras aptitudes 216 para un buen propósito.  Al recibir la influencia vivificadora del Espíritu Santo y tratar de enseñar a otros, vuestras mentes serán refrescadas y estaréis en condición de decir palabras que sean nuevas y extrañamente bellas para vuestros oyentes. . .

LA OBRA MEDICO-MISIONERA

La obra médico-misionera presenta muchas oportunidades para servir.  La intemperancia en el comer y la ignorancia de las leyes de la naturaleza son causa de gran parte de las enfermedades que existen y están robando a Dios la gloria que se le debe.  La falta de negación de sí mismos incapacita a muchos del pueblo de Dios para alcanzar la elevada norma de espiritualidad que Dios pone delante de ellos.  Enseñad a la gente que es mejor saber cómo mantenerse sano que cómo curar la enfermedad.  Deberíamos ser educadores sabios, y amonestar a todos contra la complacencia propia.  Al ver la desgracia, la deformidad y la enfermedad que se han extendido por el mundo como resultado de la ignorancia, ¿cómo podemos contenernos de hacer nuestra parte para alumbrar al ignorante y aliviar al doliente?

Muchos ignoran los principios del sano vivir porque las avenidas del alma han sido cerradas por el tirano Prejuicio.  Se puede prestar un buen servicio enseñando a la gente cómo preparar alimentos sanos.  Este ramo de la obra es tan esencial como cualquier otro que se emprenda.  Se deberían establecer más escuelas de cocina, y algunos deberán trabajar de casa en casa, dando instrucciones en el arte de cocinar alimentos sanos.  Muchos, muchos serán rescatados de la degeneración física, mental y moral mediante la influencia de la reforma pro salud (Review and Herald, junio 6, 1912). 217

68. MUCHOS RAMOS DE TRABAJO

LA IGLESIA ha sido organizada para el servicio; y en una vida de servicio para Cristo, la relación con la iglesia es uno de los primeros pasos.  La lealtad a Cristo exige la ejecución fiel de los deberes de la iglesia.  Es ésta una parte importante de la preparación, y en una iglesia imbuida de la vida del Maestro, inducirá directamente a realizar un esfuerzo en pro del mundo exterior.  Hay muchos ramos en los cuales los jóvenes pueden hallar oportunidad de hacer esfuerzos útiles (La educación, pág. 261).

CADA UNO TIENE SU LUGAR

Cada uno tiene su lugar en el plan eterno del cielo.  Cada uno ha de trabajar en cooperación con Cristo para la salvación de las almas. Tan ciertamente como hay un lugar preparado para nosotros en las mansiones celestiales hay un lugar designado en la tierra, donde hemos de trabajar para Dios (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 297).

LA OBRA DE LA ESCUELA SABÁTICA

El Señor llama a los jóvenes y señoritas para que se ciñan a fin de desempeñar una labor ferviente, de toda la vida, en la escuela sabática. . . El Señor quisiera tener en la obra de la escuela sabática maestros que le sirvan de todo corazón, que desarrollen su talento mediante el ejercicio y mejoren lo que ya se ha logrado (Testimonies on Sabbath School Work, pág. 53). 218

LA OBRA BÍBLICA

La idea de realizar estudios bíblicos es de origen celestial y abre el camino para que entren centenares de jóvenes en el campo, donde se ha de hacer una obra importante que de otro modo no podría hacerse.

La Biblia ha sido desencadenada.  Puede llevarse a la puerta de cada casa, y sus verdades pueden presentarse a la conciencia de todo ser humano.  Hay muchos que cuando se les presente la verdad, escudriñarán diariamente las Escrituras por sí mismos, como los nobles bereanos, para ver si esas cosas son así o no.  Cristo ha dicho: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí".*Jesús, el Redentor del mundo, manda a los hombres no sólo a leer, sino a escudriñar las Escrituras.  Es ésta una obra grande e importante, y se nos encomienda a nosotros, y al hacerla, recibiremos un gran beneficio; pues no quedará sin recompensa la obediencia al mandato de Cristo.  El coronará con especiales evidencias de su favor este acto de lealtad del que sigue la luz revelada en su Palabra (Id., págs. 29, 30).

EL COLPORTAJE

El Señor pide que nuestros jóvenes trabajen como colportores y evangelistas, de casa en casa, en lugares donde todavía no se ha oído la verdad.  Habla a nuestros jóvenes diciendo: "No sois vuestros.  Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios".* Los que quieran salir a trabajar bajo la dirección de Dios, serán maravillosamente bendecidos (Testimonies, tomo 8, pág. 229). 219

Una de las mejores maneras en que los jóvenes pueden hacerse idóneos para el ministerio es la de entrar en el campo de colportaje.  Vayan ellos a las ciudades y pueblos para vender los libros que contienen la verdad para este tiempo.  En esta obra encontrarán oportunidades de hablar palabras de vida, y las semillas de verdad que siembran brotarán para dar fruto.  Al encontrarse con la gente y presentarle nuestras publicaciones, obtendrán una experiencia que no conseguirían por la predicación. . .

Todos los que deseen tener oportunidad de servir de veras, y que quieran entregarse sin reserva a Dios, encontrarán en el colportaje oportunidad de hablar de muchas cosas relativas a la vida inmortal futura (Obreros evangélicos, pág. 100).

LA ENSEÑANZA

Se requiere el mejor talento que pueda obtenerse para educar y amoldar las inteligencias de los jóvenes, y para llevar a cabo con éxito las múltiples fases de labor en que será necesario que el maestro se ocupe en nuestras escuelas de iglesia. . .

Se necesitan maestros, especialmente para los niños, que sean apacibles y bondadosos, y que manifiesten indulgencia y amor precisamente por aquellos que más lo necesitan. . . Nuestras escuelas de iglesia necesitan maestros que tengan altas cualidades morales; maestros en quienes se pueda confiar; que sean de fe sana y tengan tacto y paciencia; que anden con Dios y se abstengan de toda apariencia de mal (Joyas de los testimonios, tomo 2, págs. 459, 460). 220

LOS NEGOCIOS

El Señor desea tener en su servicio hombres inteligentes, calificados para diversos ramos de trabajo.  Se necesitan hombres de negocio que entretejan los grandes principios de la verdad en todas sus transacciones. Y sus talentos deben perfeccionarse mediante el estudio y la preparación más cabales.  Si hay en cualquier ramo de trabajo hombres que necesiten aprovechar sus oportunidades para llegar a ser sabios y eficientes, son aquellos que están usando sus aptitudes para edificar el reino de Dios en nuestro mundo.  De Daniel sabemos que aun cuando todas sus transacciones comerciales eran sometidas al más minucioso examen, no se podía hallar una sola falta o error.  El fue un ejemplo de lo que puede ser todo hombre de negocios.  Su historia muestra lo que puede realizar una persona que consagra la fuerza del cerebro, los huesos y los músculos, del corazón y la vida, al servicio de Dios (Palabras de vida del gran Maestro, págs. 329 y 330) .

LA OBRA MEDICA

No hay campo misionero más importante que el que ocupa el médico fiel, temeroso de Dios.  No hay campo en el cual un hombre pueda realizar mayor bien o ganar más joyas que brillen en la corona de su regocijo.  Puede llevar la gracia de Cristo como dulce fragancia a todas las habitaciones de los enfermos que visite; puede llevar el verdadero bálsamo sanador al alma enferma de pecado.  Puede dirigir la atención del enfermo moribundo hacia el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.  No debería prestar oído a la sugestión de que es peligroso hablar de los intereses eternos a aquellos cuyas vidas están en peligro, 221 no sea que empeoren; pues en nueve casos de diez, el conocimiento del Salvador que perdona los pecados los mejoraría mental y corporalmente. Jesús puede limitar el poder de Satanás.  El es el médico en quien puede confiar el alma enferma de pecado para que la sane tanto de los males del cuerpo como de los del alma (Testimonies, tomo 5 págs. 448, 449).

En casi todas las poblaciones hay muchos que no escuchan la predicación de la Palabra de Dios ni asisten a ningún servicio religioso.  Para que conozcan el Evangelio, hay que llevárselo a sus casas.  Muchas veces la atención prestada a sus necesidades físicas es la única manera de llegar a ellos.  Los enfermeros misioneros que cuidan a los enfermos y alivian la miseria de los pobres encontrarán muchas oportunidades para orar con ellos, leerles la Palabra de Dios, y hablarles del Salvador.  Pueden orar con los desamparados que no tienen fuerza de voluntad para dominar los apetitos degradados por las pasiones.  Pueden llevar un rayo de esperanza a las vidas de los vencidos y desalentados.  Su amor abnegado, manifestado en actos de bondad desinteresada, ayudará a esos dolientes a creer en el amor de Cristo (El ministerio de curación, pág. 103).

EL MINISTERIO

No se debe rebajar la importancia del ministerio evangélico.  No se debería dirigir ninguna empresa de modo tal que haga aparecer el ministerio de la palabra como asunto inferior.  No es así.  Los que rebajan el ministerio, rebajan a Cristo.  El ministerio, en sus diferentes aspectos, es el más elevado de los trabajos, 222 y debería hacerse presente a los jóvenes que no hay obra más bendecida por Dios que la del ministro evangélico.

No se debe disuadir a nuestros jóvenes de entrar en el ministerio.  Existe el peligro de que mediante deslumbradoras representaciones algunos sean apartados del camino por el cual Dios quiere que anden. Algunos, que deberían estar preparándose para entrar en el ministerio, han sido animados a seguir un curso médico de estudio.  El Señor pide más ministros para trabajar en su viña.  Se ha dicho: "Fortaleced las avanzadas; tened fieles centinelas en todas partes del mundo".  Dios os llama, jóvenes, El llama a ejércitos enteros de jóvenes de mente y corazón amplios, y que tengan amor profundo por Cristo y la verdad (Testimonies, tomo 6, pág. 411).

LA OBRA MISIONERA EN EL EXTRANJERO

Se necesitan hombres jóvenes.  Dios los llama a los campos misioneros.  Ellos están relativamente libres de cuidados y responsabilidades, y en situación más favorable para ocuparse en la obra, que aquellos que tienen que proveer el sostén y la educación de una familia numerosa.  Además, los jóvenes pueden adaptarse más fácilmente a nuevos climas y sociedades y pueden soportar mejor los inconvenientes y las durezas.  Con tacto y perseverancia pueden hallar acceso a las personas en el lugar donde están (Testimonies, tomo 5, pág. 393).

Los jóvenes deberían prepararse familiarizándose con otros idiomas, para que Dios pueda usarlos como medios para comunicar su verdad salvadora a otras 223 naciones.  Estos jóvenes pueden aprender otros idiomas aun mientras se ocupan en trabajar por los pecadores.  Si saben economizar el tiempo, pueden sacar provecho de sus mentes y prepararse para una utilidad más amplia.  Si las jóvenes que sólo han llevado pocas responsabilidades quisiesen dedicarse a Dios, podrían prepararse para ser más útiles estudiando y familiarizándose con otros idiomas.  Podrían dedicarse al trabajo de traducir (Testimonies, tomo 3, pág. 204).

EL SERVICIO JUVENIL

Los niños pueden ser misioneros aceptables en el hogar y en la iglesia.  Dios desea que se les enseñe que están en este mundo para prestar servicio útil, no solamente para jugar.  En el hogar se los puede educar para hacer obra misionera que los preparará para actuar en más vastas esferas de utilidad.  Padres, ayudad a los niños a realizar el propósito que Dios tiene para ellos (Review and Herald, diciembre 8, 1919). 224

69. UN SERVICIO ACEPTABLE

Dios, en su amor y misericordia infinitos, nos ha iluminado con su Palabra, y Cristo nos dice: "De gracia recibisteis, dad de gracia".* Dejad que la luz que Dios os ha dado alumbre a los que están en tinieblas.  Mientras lo hagáis, los ángeles de Dios estarán a vuestro lado ayudándoos a ganar almas para Cristo. . .

Queridos jóvenes amigos, recordad que para servir al Señor no es necesario ser un ministro ordenado.  Hay muchos modos de trabajar para Cristo.  Quizá nunca os hayan sido impuestas las manos para ordenaros, pero Dios puede daros preparación para su servicio.  El puede obrar por medio de vosotros para la salvación de las almas.  Si habiendo aprendido en la escuela de Cristo, sois mansos y humildes de corazón, él os dará palabras para hablar por él. . .

NUESTRA ACTITUD  HACIA LOS ERRORES

Haced cuanto podáis para alcanzar la perfección, pero no penséis que porque cometéis errores estáis excluidos del servicio de Dios.  El Señor conoce nuestra hechura; recuerda que somos polvo.  Mientras uséis fielmente los talentos que Dios os ha dado, obtendréis conocimientos que no os dejarán sentir satisfechos con vosotros mismos.  Veréis la necesidad de abandonar hábitos dañinos, no sea que por un mal ejemplo ofendáis a otros.

Trabajad diligentemente, dando a otros la verdad tan preciosa para vosotros.  Luego, cuando haya 225 vacantes que llenar, oiréis las palabras: "Subid más arriba".  Quizá no respondáis de buena gana, pero avanzad por fe, aportando a la obra de Dios un celo renovado, sincero.

Unicamente del gran Maestro puede aprenderse el secreto de ganar almas.  Así como el rocío y las lluvias mansas caen suavemente sobre la planta marchita nuestras palabras han de caer suave y amorosamente sobre las almas que tratamos de ganar.  No hemos de esperar hasta que se presenten las oportunidades; hemos de buscarlas manteniendo el corazón elevado en oración para que Dios nos ayude a hablar las palabras debidas en el debido momento.  Cuando se presenta una oportunidad, ninguna excusa debe induciros a descuidarla, pues su aprovechamiento puede significar la salvación de un alma de la muerte (Youth's Instructor, febrero 6, 1902).

LA OBRA MAS ELEVADA

La obra de salvar a las almas por las cuales Cristo murió, es superior a todas, es el asunto que debería atraer y ocupar las energías del alma.  Haced de ésta la obra principal y más importante de vuestra vida.  Haced de ella la obra especial de vuestra vida.  Cooperad con Cristo en esta grande y noble obra, y haceos misioneros en vuestro propio país y en el extranjero.  Estad listos y preparados para trabajar por la salvación de las almas en vuestro país o en climas lejanos.  Obrad las obras de Dios y mostrad vuestra fe en vuestro Salvador trabajando por otros. ¡Ojalá tanto los jóvenes como los viejos se convirtiesen enteramente a Dios y aceptasen el deber más cercano, trabajando de acuerdo con sus oportunidades y haciéndose obreros juntamente con Dios! (Youth's Instructor, mayo 4, 1893). 226

70. LA FIDELIDAD EN EL SERVICIO

Los que son infieles en el menor de los asuntos temporales, serán infieles en las responsabilidades de mayor importancia.  Robarán a Dios y no responderán a las demandas de la ley divina.  No se darán cuenta de que sus talentos pertenecen a Dios y deberían ser consagrados a su servicio.  No se considera como siervos fieles a los que no hacen nada por sus patrones fuera de lo que se les ordena, cuando saben que la prosperidad del trabajo depende de un poco de esfuerzo extraordinario de su parte.  El empleado nota muchas cosas que esperan ser hechas aun cuando no hayan sido especificadas.  Podrían evitarse desperdicios y pérdidas si aquellos que profesan el nombre de Jesús manifestasen diligencia concienzuda y esfuerzo abnegado y pusiesen en práctica en sus vidas los principios de amor que Cristo nos ha encomendado.  Pero en la causa de Dios trabajan muchos que sirven al ojo.

LA INFIDELIDAD REGISTRADA

La forma más detestable del egoísmo induce al obrero a descuidar el aprovechamiento del tiempo y el cuidado de la propiedad cuando no está directamente bajo la mirada del patrón.  Pero, ¿imaginan esos obreros que nadie nota sus descuidos, que no es registrada su infidelidad?  Si pudiesen ser abiertos sus ojos verían que los observa un Vigilante y que todos sus descuidos son registrados en los libros del cielo.

Los que son infieles con la obra de Dios, carecen de principios; los motivos que los impulsan no son 227 aquellos que los inducirán a escoger lo recto bajo cualquier circunstancia.  Los siervos de Dios han de sentir en todo momento que se hallan bajo la mirada del patrón.  Aquel que observaba la fiesta sacrílega de Belsasar se halla presente en todas nuestras instituciones, en el despacho del comerciante, en el taller privado, y la mano pálida registra vuestro descuido tan ciertamente como registró el terrible castigo del rey blasfemo.  La condenación de Belsasar fue escrita en letras de fuego: "Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto".* y si vosotros dejáis de cumplir las obligaciones que Dios os ha dado, vuestra condenación será la misma.

MOTIVOS VERDADEROS DE SERVICIO

Hay muchos que profesan ser cristianos y no están unidos con Cristo.  Su vida diaria, su espíritu, dan testimonio de que Cristo, la esperanza de la gloria, no mora en ellos.  No se puede depender de ellos ni confiar en ellos.  Están ansiosos de reducir su servicio al mínimo de esfuerzo y al mismo tiempo obtener el máximo de salario.  El nombre "siervo" se aplica a todos los hombres, pues todos lo somos, y nos convendrá ver a qué molde nos conformamos. ¿Es el de la infidelidad o el de la fidelidad?

¿Están los siervos generalmente dispuestos a hacer todo lo que pueden? ¿No es más bien costumbre prevaleciente deslizarse por el trabajo tan rápida y fácilmente como sea posible y obtener el salario al menor costo posible?  El fin no es ser tan cabal como se pueda, sino obtener una remuneración.  Los que profesan ser siervos de Cristo no deberían olvidar el precepto del apóstol Pablo: "Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón 228 sincero, temiendo a Dios.  Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia, porque a Cristo el Señor servís".* Los que entran en la obra como "siervos del ojo" hallarán que su trabajo no puede resistir la inspección de los hombres o de los ángeles.  Lo esencial para el éxito en el trabajo es el conocimiento de Cristo; pues este conocimiento dará sanos principios de rectitud, e impartirá un espíritu noble, abnegado, como el de nuestro Salvador a quien profesamos servir.  La fidelidad, la economía, el cuidado, la prolijidad, debieran caracterizar todo nuestro trabajo, ya sea en la cocina, el taller, las oficinas de las casas editoras, el sanatorio, el colegio o dondequiera estemos ubicados en la viña del Señor.  "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto".* (Review and Herald, septiembre 22, 1891). 230


(Mensaje para los Jóvenes de E. G. de White)

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