sábado, marzo 09, 2019

CONSEJOS SOBRE MAYORDOMÍA CRISTIANA (EGW). SECCIÓN XV. LA RECOMPENSA DE LA MAYORDOMÍA FIEL.


65. LA RECOMPENSA COMO MOTIVACIÓN EN EL SERVICIO.
El Salvador dijo repetidamente: "Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros"(Mat. 19: 30).  Jesús desea que los que trabajan en su servicio no estén ansiosos por recibir recompensas, ni que sientan que deben recibir una compensación por todo lo que hacen.  

El Señor quiere que nuestras mentes se encaucen por un conducto diferente, porque él no ve en la forma como el hombre ve.  El no juzga por las apariencias sino que estima a un hombre por la sinceridad de su corazón.
Los que han puesto en su servicio un espíritu de verdadero sacrificio, de la negación de sí mismos, son los que ocuparán el primer lugar al final.  

Los obreros que fueron contratados primero, representan a los que poseen un espíritu envidioso y de justicia propia, y que pretenden recibir un trato preferencial por sus servicios por encima de los demás.  

El padre de familia dijo a uno que puso en duda su derecho de dar más a los demás que a él:   "Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?" (Mat. 20: 13).  Yo he cumplido mi parte del acuerdo.

En nuestra esfera de acción, todos nosotros deberíamos respetar el monto de la recompensa. 

Pero mientras apreciamos la promesa de bendición, deberíamos tener perfecta confianza en Jesucristo, creyendo que él hará bien y nos dará una recompensa que esté de acuerdo con lo que han sido nuestras obras. 

El don de Dios es la vida eterna, pero 354 Jesús no desea que estemos tan ansiosos acerca de las recompensas como por hacer la voluntad de Dios porque es correcto hacerlo así, independientemente de toda ganancia.

Pablo contempló constantemente la corona de vida que se le daría, y no sólo a él sino también a todos los que aman su venida.  Fue la victoria ganada mediante la fe en Jesucristo la que hizo la corona tan deseable.  El siempre exaltó a Jesús.  Está fuera de lugar toda jactancia de nuestra parte acerca de los talentos o la victoria.  "No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.  
Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová" 
(Jer. 9: 23, 24).

Los que recibirán la recompensa más abundante serán los que hayan mezclado con su actividad y su celo una piedad misericordiosa y tierna por los pobres, los huérfanos, los oprimidos y los afligidos.  Pero los que pasan sin preocuparse de ellos, que están demasiado ocupados para prestar atención a lo que ha sido comprado con la sangre de Cristo, que están llenos de grandes proyectos, encontrarán que están en el último lugar, en el más ínfimo.

Los hombres obran de acuerdo con lo que es el verdadero carácter de su corazón. Hay a nuestro alrededor los que poseen un espíritu manso y humilde, el espíritu de Cristo, pero que hacen muchas cosas pequeñas para ayudar a los que están cerca de ellos, y que no piensan en esas cosas que hacen; éstos se asombrarán al final cuando encuentren que Cristo ha notado las palabras que han hablado a los desanimados, y ha tomado en cuenta los donativos más pequeños hechos para aliviar a los pobres, y que han costado al dador algún grado de abnegación.  

El Señor mide el espíritu y da la recompensa que corresponde; y el espíritu de amor puro, humilde e infantil hace que la ofrenda sea preciosa a su vista.-RH, julio 3, 1894. 355

COMO UN DON Y NO COMO UN DERECHO
Pedro dijo:  "He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?" (Mat. 19: 27).  Esta pregunta formulada por Pedro muestra que él pensaba que cierta cantidad de trabajo de parte de los apóstoles merecería una cierta cantidad de recompensa.  Entre los discípulos existía un espíritu de complacencia, de exaltación propia, que los llevaba a establecer comparaciones entre ellos.  Si alguno de ellos fracasaba, los demás se sentían superiores.  Jesús vio que ese espíritu debía ser controlado.  Podía leer los corazones de los hombres y vio sus tendencias al egoísmo en esta pregunta:  "¿Qué, pues, tendremos?"   Él debía corregir ese mal antes que adquiriera proporciones gigantescas.

Los discípulos estaban en peligro de perder de vista el verdadero principio del Evangelio.  Mediante el empleo de esta parábola [de los labradores que fueron llamados] él les enseñó que la recompensa no es por las obras, para que nadie se gloríe, sino que se recibe enteramente por gracia.  El labrador llamado a la viña al comienzo del día tuvo su recompensa en la gracia que se le dio.   Pero el último que fue llamado tuvo la misma gracia que recibió el que fue llamado al comienzo.  Todo el trabajo era de gracia, y nadie debía gloriarse sobre otro.  Ninguno debía refunfuñar contra otro.   Ninguno tenía privilegio sobre otro, y ninguno podía reclamar la recompensa como derecho propio.  Pedro manifestó los sentimientos de un asalariado. -RH, julio 10, 1894. 356

66. EL TESORO EN EL CIELO.
Cristo nos recomienda:  "Haceos tesoros en los cielos".  Esta obra de transferir nuestras posesiones al mundo de arriba, es digna de nuestras mejores energías.  Es de la mayor importancia e implica nuestros intereses eternos.  Lo que damos a la causa de Dios no se pierde.  Todo lo que damos para la salvación de las almas y la gloria de Dios se invierte en la empresa de más éxito en esta vida y en la vida futura.  Nuestros talentos de oro y plata, si los damos a los cambiadores, ganan continuamente en valor, lo cual se registrará en nuestra cuenta en el reino de los cielos.  Nosotros seremos los receptores de la riqueza eterna que ha aumentado en las manos de los cambiadores.  Al dar para la obra de Dios, nos estamos haciendo tesoros en el cielo.  Todo lo que depositamos arriba está asegurado contra el desastre y la pérdida, y está aumentando en valor eterno y perdurable.

GANANCIA PARA ESTE TIEMPO Y LA ETERNIDAD
Deberíamos proponernos decididamente colocar todas nuestras capacidades al servicio de Cristo.  Porque su servicio representa un beneficio para esta vida y para la vida venidera. . .
"La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz" (Mat. 6: 22).  Si el ojo es bueno, si se lo dirige hacia el cielo, la luz del cielo inundará el alma, y las cosas terrenas parecerán insignificantes y sin atractivo.  Cambiarán los propósitos del corazón y se atenderá la amonestación de Jesús.   Haremos nuestro 357 tesoro en el cielo.  Nuestros pensamientos se fijarán en las grandes recompensas de la eternidad.  Todos nuestros planes los haremos con referencia a la vida futura e inmortal.  Nos sentiremos atraídos hacia nuestro tesoro.  No nos ocuparemos de nuestros intereses mundanos, pero en todas nuestras empresas nos formularemos esta pregunta silenciosa:   "Señor, ¿qué quieres que haga?"  La religión de la Biblia estará entretejida en nuestra vida diaria.

El verdadero cristiano no permite que ninguna consideración terrena se interponga entre su alma y Dios.  El mandamiento de Dios ejerce una influencia positiva sobre sus afectos y acciones.  Si todos los que buscan el reino de Dios y su justicia estuvieran siempre listos para hacer las obras de Cristo, ¡cuánto más fácil sería el camino que lleva al cielo!. . .
Si se busca la gloria de Dios, el tesoro será puesto arriba, a salvo de toda corrupción o pérdida; y "donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mat. 6: 21).  
Jesús será el modelo que procuraremos imitar.  La ley del Señor será nuestra delicia y en el día del ajuste final de cuentas escucharemos estas gozosas palabras:  "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor" (Mat. 25: 21).-RH, enero 24, 1888.

FORTALECIENDO LOS VÍNCULOS DE UNIDAD
El Señor nos ha hecho sus mayordomos.  Coloca en nuestras manos sus dones para que los compartamos con los necesitados; y esta generosidad práctica constituirá una infalible panacea para nuestro orgullo.  Expresando en esta manera amor hacia los que necesitan ayuda, haremos que los corazones de los necesitados agradezcan a Dios porque él ha derramado la gracia de la generosidad sobre los hermanos, y les ha hecho aliviar las necesidades de los afligidos.

Mediante el ejercicio de este amor práctico es como las 358 iglesias se acercarán a Cristo en unidad.  Mediante el amor de los hermanos aumenta el amor a Dios, porque él no ha olvidado a los que están en aflicción, y en esta forma las ofrendas de gratitud ascienden hacia Dios por su cuidado.  "Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios" (2 Cor. 9: 12).  
La fe de los hermanos aumenta en Dios, y éstos son inducidos a encomendar sus almas y sus cuerpos a Dios como a un Creador fiel.  "Pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al Evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos"
 (2 Cor. 9: 13).-RH, agosto 21, 1894.

ESCULPIDOS EN LAS MANOS DE CRISTO
Cristo guardará los nombres de todos los que no consideran ningún sacrificio demasiado costoso para ofrecerlos a él sobre el altar de la fe y el amor.  Él lo sacrificó todo por la humanidad caída.  Los nombres de los que son obedientes, los que se sacrifican y los fieles estarán esculpidos en las palmas de sus manos; no serán vomitados de su boca, sino que serán tomados en sus labios y él rogará especialmente en favor de ellos ante el Padre.  Cuando los egoístas y orgullosos sean olvidados, ellos serán recordados y sus nombres serán inmortalizados.  A fin de ser felices, debemos vivir para hacer felices a otros.  Es bueno que presentemos nuestras posesiones, nuestros talentos y nuestros afectos en una agradecida devoción a Cristo, y en esa forma encontraremos felicidad aquí y una gloria inmortal en el más allá.
3 T 250, 251. 359

67. BENDICIONES TEMPORALES PARA LOS GENEROSOS.
Cuando la simpatía humana está mezclada con amor y generosidad, y santificada por el Espíritu de Jesús constituye un elemento que puede producir un gran bien.  
Los que cultivan la generosidad no sólo están haciendo una obra buena en favor de otros, y bendiciendo a los que reciben esas buenas acciones, sino también se están beneficiando a sí mismos al abrir sus corazones a la influencia benigna de la verdadera dadivosidad.

Cada rayo de luz derramado sobre otros se reflejará en nuestros propios corazones.  Cada palabra bondadosa y de simpatía hablada a los afligidos, cada acto que alivia a los oprimidos, cada donativo hecho para satisfacer las necesidades de nuestros semejantes, dados o hechos teniendo en consideración la gloria de Dios, resultarán en una bendición para el dador.  Los que trabajan de este modo están obedeciendo la ley del cielo y recibirán la aprobación de Dios.  
El placer de hacer el bien a otros imparte calor a los sentimientos, el que se propaga a los nervios, activa la circulación de la sangre e induce salud mental y física. -4 T 56.

UNA BENDICIÓN SANADORA
La simpatía que existe entre la mente y el cuerpo es muy grande.   Cuando uno es afectado, el otro reacciona.  La condición de la mente tiene mucho que ver con la salud del organismo físico.  Si la mente está libre y feliz, si está 360 bajo la convicción de que se está obrando bien y si experimenta un sentido de satisfacción al hacer felices a otros, creará un gozo que afectará a todo el organismo facilitando la circulación de la sangre y tonificando todo el cuerpo.  La bendición de Dios tiene un efecto sanador; y los que benefician abundantemente a otros experimentarán esa maravillosa bendición en sus corazones y sus vidas. -4 T 60, 61.

LA OBRA DE BENEFICENCIA TIENE UNA DOBLE BENDICIÓN
La sabiduría divina ha señalado, en el plan de salvación, la ley de la acción y la reacción, lo que hace que la obra de beneficencia sea en todos sus aspectos una doble bendición.  Dios podría haber cumplido su objetivo en la salvación de los pecadores sin la ayuda del hombre.  Pero él sabía que el hombre no podría ser feliz sin desempeñar una parte en la gran obra de redención.  Nuestro Redentor trazó el plan de utilizar al hombre como su colaborador para que éste no perdiese los benditos resultados de la benevolencia. RH, marzo 23, 1897.

EL PODER DE LA TIERRA ES QUEBRANTADO
Cristo vino para dar a los hombres la riqueza de la eternidad; y nosotros debemos recibir e impartir esta riqueza mediante nuestra conexión con él.  Cristo ha dicho, no sólo a los ministros sino a todos:  El mundo está rodeado por las tinieblas.  Haced brillar vuestra luz para los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.  Todos los que verdaderamente aman a Dios serán una luz en el mundo.
El que es un ciudadano del reino celestial contemplará constantemente las cosas invisibles.  El poder de la tierra sobre la mente y el carácter es quebrantado.  Tiene la presencia permanente del Huésped celestial, de acuerdo con esta promesa:  
"Yo le amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14: 21). 361 El anda con Dios tal como anduvo Enoc, en una constante comunión.-RH, nov. 10, 1910.

LA VIDA TERRENA ES ENRIQUECIDA
No puede ser perfecto o completo ningún proyecto de negocios o plan de vida que abarque únicamente los breves años de la vida actual y no haga provisión para el futuro eterno.  
Enséñese a los jóvenes a considerar la eternidad en sus cálculos.  Enséñeseles a escoger los principios y buscar las cosas durables, a acumular para sí aquel "tesoro en los cielos que nunca se agota, donde ladrón no llega, ni polilla consume"; a conquistarse amigos "por medio de las riquezas de injusticia", para que cuando éstas falten, aquéllos los "reciban en las moradas eternas" (Luc. 12: 33; 16: 9).
Todos los que hacen esto, están haciendo la mejor preparación posible para la vida en este mundo.  Ningún hombre puede acumular tesoro en el cielo, sin hallar que por ese medio se enriquece y ennoblece su vida en la tierra.
"La piedad para todo es provechosa teniendo la promesa de la vida que ahora es, y de la que ha de ser" (1Tim. 4: 8).-Ed. 140.

EL CORAZÓN DEL DADOR SE EXPANDE
Las ofrendas de los pobres, dadas mediante la abnegación para ayudar a extender la preciosa luz de la verdad salvadora, no sólo constituirán un aroma delicioso para Dios, y serán plenamente aceptables para él como dones consagrados, sino también el acto mismo de dar expande el corazón del dador y lo une más plenamente con el Redentor del mundo.-RH, oct. 31, 1878.

LA PROMESA PERMANENTE DE DIOS
Cuandoquiera que los hijos de Dios, en cualquier época de la historia del mundo, ejecutaron alegre y voluntariamente el plan de la benevolencia sistemática y de los dones 362 y ofrendas, han visto cumplirse la permanente promesa de que la prosperidad acompañaría todas sus labores en la misma proporción en que le obedeciesen.  Siempre que reconocieron los derechos de Dios y cumplieron con sus requerimientos, honrándole con su sustancia, sus alfolíes rebosaron.-JT 1, 375. 363

68. COMPARTIENDO LOS GOZOS DE LOS REDIMIDOS.
Hay una recompensa para los obreros íntegros y abnegados que entran en este campo, y también para los que contribuyen voluntariamente a su sostén.  Los que trabajan activamente en el campo, y los que dan sus recursos para sostener a estos obreros, compartirán la recompensa de los fieles.
Cada mayordomo sabio de los bienes confiados a él, entrará en el gozo de su Señor.  ¿Qué es este gozo?  "Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" (Luc. 15: 10).  Habrá una bendita alabanza, una santa bendición, para los fieles ganadores de almas.  Se unirán a los que se regocijan en el cielo, que dan la bienvenida a la cosecha al entrar ésta en el hogar.

Cuán grande será el gozo cuando los redimidos del Señor se reúnan en las mansiones preparadas para ellos.  ¡Oh, qué gozo para todos los que hayan sido obreros imparciales y abnegados juntamente con Dios en la tarea de promover su obra aquí en la tierra!  Qué satisfacción tendrá cada segador cuando la voz clara y musical de Jesús diga:  "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" 
(Mat. 25: 34).  "Entra en el gozo de tu Señor".
El Redentor es glorificado porque no ha muerto en vano.  Con corazones gozosos, los que han sido colaboradores con Dios ven el trabajo de su alma en favor de los pecadores destinados a perecer y morir.  Las horas ansiosas que pasaron, las circunstancias que les causaron perplejidad, 364 la aflicción del corazón debida a que algunos rehusaron ver y recibir las cosas que habrían podido dar paz, todo eso queda olvidado.  
La abnegación que practicaron a fin de sostener la obra ya no es más recordada.  Cuando contemplan las almas que procuraron ganar para Jesús, y las ven salvadas, salvadas eternamente como monumentos a la misericordia de Dios y al amor del Redentor, hacen resonar en las bóvedas celestes exclamaciones de alabanza y agradecimiento.-RH, oct. 10, 1907.

LA REALIDAD ES MÁS GRANDE QUE LA EXPECTATIVA
Cristo aceptó la humanidad y vivió en esta tierra una vida pura y santificada.  Por esta razón ha recibido la designación de Juez.  El que ocupa la posición de juez es Dios manifestado en la carne.  
Qué gozo será reconocer en él a nuestro Maestro y Redentor, llevando aún las marcas de la crucifixión, de las que salen rayos de gloria, lo que dará un valor adicional a las coronas que los redimidos recibirán de sus manos, las mismas manos que se extendieron para bendecir a sus discípulos cuando él ascendió.  
La misma voz que dijo:  "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28: 20), da la bienvenida a los redimidos.
El mismo que dio su preciosa vida por ellos, quien por su gracia movió sus corazones al arrepentimiento, quien los despertó a su necesidad de arrepentimiento, los recibe ahora en su gozo.  ¡Oh, cuánto lo aman!  La realización de su esperanza es infinitamente mayor que su expectativa.  Su gozo es completo, y ellos toman sus refulgentes coronas y las arrojan a los pies de su Redentor.
RH, junio 18, 1901.

LA SEGURA PROMESA
Durante mucho tiempo hemos esperado el regreso de nuestro Salvador.  Pero no por eso la promesa es menos 365 segura. Pronto nos encontraremos en nuestro hogar prometido.  Allá Jesús nos guiará junto a las aguas vivas que fluyen del trono de Dios, y nos explicará las enigmáticas disposiciones a través de las cuales nos guió a fin de perfeccionar nuestros caracteres.  Allí veremos en todas partes los hermosos árboles del paraíso, y en medio de ellos contemplaremos el árbol de la vida.  Allí veremos con una visión perfecta las hermosuras del Edén restaurado.  Allí arrojaremos a los pies de nuestro Redentor las coronas que él había colocado en nuestras cabezas, y, pulsando nuestras arpas doradas, ofreceremos alabanza y agradecimiento a Aquel que está sentado sobre el trono.-RH, sept. 3, 1903.

SÓLO UN POQUITO MÁS
Transcurrirá sólo un poquito más de tiempo antes de que Jesús venga a salvar a sus hijos y a darles el toque final de la inmortalidad.   "Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad" (1 Cor. 15: 53).  Los sepulcros se abrirán y los muertos saldrán victoriosos, y exclamarán: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?  ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (1 Cor. 15: 55).  Nuestros seres amados que duermen en Jesús resucitarán revestidos con la inmortalidad.
Y cuando los redimidos suban al cielo, las puertas de la ciudad de Dios se abrirán de par en par, y entrarán los que han guardado la verdad.  Una voz más armoniosa que música alguna que hayan escuchado los oídos mortales, se oirá decir:  "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mat. 25: 34).  Entonces los justos recibirán su recompensa.  Sus vidas correrán paralelas con la vida de Jehová.   Echarán sus coronas a los pies del Redentor, pulsarán las doradas arpas y llenarán todo el cielo de música armoniosa. 
Signs, abril 15, 1889. 366

PARA UN ESTUDIO ADICIONAL
Los benevolentes contribuyen a su propia felicidad, 4 T 59-61.
Cada donativo es una bendición para el que lo da, 4 T 56.
Una inversión segura en bolsas sin agujeros, JT 1, 468.
Valores más allá de todo cálculo, DMJ 112, 114.
Deberíamos estar satisfechos al recibir la riqueza celestial en proporción a nuestra inversión en bonos celestiales, 4 T 119.
La prosperidad espiritual está estrechamente relacionada con la liberalidad cristiana, HA 276, 277.
El dinero que rehusamos a la obra no producirá interés en el banco del cielo, JT 3, 350.
Las riquezas terrenales pronto serán destruidas en la gran conflagración; sólo las riquezas depositadas en el cielo estarán seguras, 4 T 49.
Cada oportunidad de manifestar generosidad que se aprovecha, añade al tesoro celestial, 3 T 249, 250.
Seguridad de protección divina durante la época de hambre, 
1 T 173, 174.
Cada sacrificio es recompensado de acuerdo con la abundancia de la gracia divina, DTG 213, 214.
Cien veces tanto ahora, JT 2, 138. 
El gozo de ver a las almas salvadas, 9 T 59.


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