Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu
voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y
lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni
hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré
subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu
padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado. Isaías 58:13,14.
Muchos profesos
cristianos de hoy día están cerrando su corazón y su mente al
Sol de justicia, cuyos brillantes rayos ahuyentarían la oscuridad y la niebla
que existe en ellos.
Rechazan la luz, y para ellos los
requerimientos y la voluntad de Dios tienen una importancia secundaria.
En lugar del día de descanso que Dios les ha
dado, aceptan un sábado falsificado; adoran a un ídolo y transgreden la
santa ley de Dios al pisotear el sábado que Dios instituyó y bendijo.
El sábado fue
creado para que toda la humanidad recibiese beneficio.
Después que Dios hubo hecho el mundo en seis días, reposó, y luego santificó y
bendijo el día en que había reposado de todas sus obras que había creado y
hecho.
Puso aparte ese día especial para que los seres humanos descansasen de su trabajo,
con el fin de que mientras miraran la tierra y los cielos, las pruebas
tangibles de la sabiduría infinita de Dios, su corazón se llenase de amor y
reverencia hacia su Creador.
Si
la familia humana hubiera guardado siempre el día que Dios bendijo y santificó, nunca habría habido un ateo en nuestro mundo; porque el sábado fue dado
como un monumento conmemorativo de la obra del creador; fue dado para que, en ese día en un sentido especial, la gente pudiera apartar su mente de las cosas de la tierra
para dedicarlas a la contemplación de Dios y de su grandioso poder...
Los paganos,
en su ceguera, se inclinan ante ídolos de madera y de piedra.
“Éstos son nuestros dioses”,
dicen. Pero en el cuarto mandamiento tenemos la prueba de que nuestro Dios es
el Dios viviente y verdadero.
En
él está el sello de su autoridad: “...porque en seis días hizo Jehová los cielos y la
tierra, el mar, y todas las cosas que hay en ellos, y reposó en el séptimo día;
por tanto Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”. Éxodo 20:11.
En los cielos que declaran la gloria de su Hacedor; en
el sol brillando en su fuerza, dando vida y belleza a todas las cosas creadas; en
la luna y las estrellas; en las obras de sus manos; [en todo eso] vemos
la superioridad del Dios que adoramos. Él es el Dios que “hizo los cielos y la
tierra”. The Bible
Echo, 12 de octubre de 1896. [133]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=ZlcyfoW47Ac&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=5&pp=sAQB
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