Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres. Mateo 15:9.
El enemigo ha
trabajado en el mundo religioso para engañar
a la gente con el fin de que crea que la ley de Dios puede
ser puesta a un lado.
Ha tenido
largos años de experiencia en esta obra, porque comenzó con
nuestros primeros padres, usando sus
poderes para hacerlos desconfiar de Dios.
Sabe que
tendrá éxito si puede interponerse entre sus almas y Dios. [Y fue por esto que] la
perspectiva de llegar a ser dioses, conociendo el bien y el
mal, fue agradable
para Adán y Eva, y cedieron a la tentación.
Al recibir un
conocimiento del bien y del mal, los seres
humanos sienten que están ganando mucho, pero no entienden los
propósitos de Satanás.
No entienden
que están siendo embaucados por su trampa cuando
alteran la ley de Dios.
El enemigo sabe que si la iglesia puede ser
manejada por sanciones políticas, si puede ser
llevada a unirse con el mundo, reconocerá
virtualmente a
Satanás como su cabeza.
Entonces, la autoridad de los mandamientos
hechos
por el hombre obrará para oponerse a la regla del gobierno del cielo.
Bajo el
liderazgo de Satanás están los que prescinden de las justas y sagradas
normas de Dios con respecto al
sábado, la observancia del cual debe ser una señal entre
Dios y su pueblo para siempre.
El mundo religioso está prendado con el plan
de Satanás. Anulando la ley de Dios, ha creado un orden de cosas enteramente propias.
Por medio de su trabajo engañoso ha conseguido, en el profeso mundo cristiano, lo que pensó que conseguiría en el cielo: la abrogación de las leyes
de Jehová.
Por
medio del poder romano ha trabajado para transferir el
monumento conmemorativo de Dios, y
ha erigido un monumento conmemorativo propio para separar a Dios de su pueblo.
Hoy
el mundo protestante está apartado de Dios por su aceptación
de un falso sábado.
No
pueden encontrar ni una jota de autoridad
sagrada para hacer esto; y sin embargo, llenos de celo,
afirman que el monumento conmemorativo de
Dios dado
en la creación debe ignorarse, despreciarse,
pisotearse, y el
primer día de la semana debe ocupar su lugar.
No podría infligirse una herida más profunda en Dios que ignorar su santo día y colocar en su lugar un sábado falso que no lleva señal de santidad.
Dios dio el sábado al mundo para que fuera puesto aparte para gloria de su nombre. “…En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; Porque Es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo”. Éxodo 31:13,16.
The Signs of the Times, 22 de noviembre de 1899.
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AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=eh5eYvLL0F4&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=8&pp=sAQB
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