Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que
amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi
pacto, yo los llevaré a
mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos
sobre mi altar; porque mi
casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. (Isaías 56:6,7).
Bajo la ley mosaica, los extranjeros y los eunucos estaban excluidos del
pleno goce de los privilegios concedidos a Israel.
Pero el profeta declara que va a
llegar un tiempo cuando cesarán esas restricciones.
A los judíos les fueron confiados los santos
oráculos de Dios; no
ser un israelita era no pertenecer al pueblo
favorecido de Dios.
Los
judíos habían llegado cada vez más a considerarse como superiores
por derecho divino a cualquier
otro pueblo de la tierra, y sin embargo, no habían sido cuidadosos en
mantener su carácter separado y
santo al rendir obediencia a todos los mandamientos de Dios.
Ahora
el profeta declara que el extranjero que ama y obedece a Dios gozará de los
privilegios que habían pertenecido en forma exclusiva al pueblo elegido.
Hasta
aquí la circuncisión y una obediencia estricta de la ley
ceremonial habían sido la condición sobre la cual los gentiles podían ser admitidos
a la congregación de Israel; pero estas distinciones iban a ser abolidas por el
evangelio. Isaías 56:4-8...
La primera
parte del capítulo presenta a
un pueblo que aparentemente se deleita en el servicio de Dios; lo buscan
diariamente, “como
gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios”.
Isaías 58:2.
Sin embargo, su vida
no es correcta delante de Dios, porque le
ordena a su profeta: “Clama a
voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo
su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1...
Esta
profecía se extiende a través de los siglos hasta el tiempo cuando el hombre de pecado intentó
anular uno de los mandamientos de la ley de Dios, para pisotear el
sábado original de Jehová y exaltar en su lugar uno de su propia creación.
Y cuando
el mundo cristiano abandone definitivamente el santo sábado de
Dios y en su lugar
acepte un día común de trabajo, que no está sancionado
por un “Así dice el Señor”, estará
estimulando la infidelidad, y virtualmente reconociendo la supremacía de ese poder
por cuya sola autoridad se hizo el
cambio.
El rechazo
del sábado ha llevado al rechazo de toda la ley, y ahora miles de cristianos
profesos atrevidamente lo declaran anulado.
The Signs of the Times, 28 de febrero de1884. [148]
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=yxceJP15n60&list=PLVsLdOIe7sVuUZaZ1uR2ftk0UT8XIe3vg&index=20&pp=sAQB
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