sábado, junio 20, 2020

REFLEXIÓN 273. LA OMNIPRESENCIA, Y LA OMNISCIENCIA DE DIOS EN SU CREACIÓN (Salmo 139).


El Salmo 139, describe la omnipresencia y omnisciencia de Dios en su creación. 
Y la suerte final de los que no aceptan esta realidad en la vida de la humanidad.

Al músico principal. Salmo de David.
1 OH JEHOVA, tú me has examinado y conocido.
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar,
10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra.
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí.
12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; 
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.

13 Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, 
Y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado,
 Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas 
Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.

19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios.
20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano tu nombre.
21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me enardezco contra tus enemigos?
22 Los aborrezco por completo; Los tengo por enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;
24 Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. (Salmo 139).

*El tema del Salmo 139, es la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. El salmista reconoce que Dios está presente en todo lugar; que no sólo es omnipotente sino también omnisapiente. Él es quien forma al hombre desde la matriz, y por ello no puede éste escapar de su presencia. Las expresiones de este salmo se asemejan mucho a las del libro de Job. La estructura rítmica es regular.
El salmo consta de cuatro estrofas, cada una de las cuales tiene seis versículos. La primera sección (vers. 1-6) trata de la omnisciencia de Dios; la segunda (vers. 7-12), de su omnipresencia. 
La tercera (vers. 13-18) presenta la razón por la cual el poeta está plenamente convencido
 de estas verdades. 
En la última estrofa (vers. 19-24) el salmista cambia de tema y expresa su desaprobación de la conducta de los impíos. Luego concluye con una plegaria para que él mismo esté en armonía con Dios, 
a quien pide que lo guíe por el camino de la vida eterna. 3CBA

Entender y aceptar esta realidad de la presencia divina en toda la vida, 
determinará en una vida plena y feliz; temporal y eterno. 
Debemos reiterar que solo existe una realidad y una verdad: Dios. 
El Resto es solo un espejismo, una impostura humana, 
inventado por el archienemigo de toda verdad y justicia: El Diablo o Satanás.
Al final solo quedará, la realidad de Dios. Amen.
Ministerio Hno. Pio

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