Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad
para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la
venidera. 1 Timoteo 4:8.
Las cuentas de cada negocio, los detalles de cada
transacción, son sometidos al escrutinio de
inspectores invisibles, agentes de Aquel que nunca transige
con la injusticia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el
agravio...
La ley de Dios condena a todos aquellos que obran maldad. Éstos pueden desatender su voz, tratar
de acallar su advertencia, pero es en vano.
Los sigue a todas partes. Se hace oír. Perturba su paz. Si no le presta atención, lo persigue hasta el
sepulcro. Da testimonio contra él en el juicio. Como fuego inextinguible, consume al fin el alma y el cuerpo.
“Porque, ¿qué
aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?” Marcos 8:36, 37.
Este asunto requiere la
consideración de todo padre, maestro y alumno, de todo ser humano, joven o viejo. No puede ser perfecto o completo ningún proyecto de negocios o plan de vida que abarque únicamente los breves años de la vida actual y no haga provisión para el futuro
eterno.
Enséñese a los jóvenes a considerar la eternidad al hacer sus
cálculos. Enséñeseles a escoger los principios y buscar las
cosas durables, a acumular para sí aquel “tesoro en los cielos que no se agote, donde
ladrón no llega, ni polilla destruye”. Lucas 12:33...
Todos los que
hacen esto se están preparando de la mejor manera posible para la vida en este mundo. Nadie puede acumular tesoros en el
cielo sin descubrir que de esa manera se enriquece y ennoblece su vida en la
tierra. “…La piedad para
todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera”. 1Timoteo 4:8. La Educación, 144,145. [187]