lunes, febrero 10, 2020

REFLEXIÓN 137. UN HIMNO DE ALABANZA AL CREADOR Y SUSTENTADOR DE TODO. (Salmo 8)


1 ¡OH JEHOVÁ, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos;
2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. (Mat. 21: 16).
3 Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que tú formaste,
4 Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites?
5 Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.
6 Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies:
7 Ovejas y bueyes, todo ello, Y así mismo las bestias del campo,
8 Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra! (Salmo 8).


*LA VERDADERA SALUD MENTAL Y ESPIRITUAL se muestra cuando DAS la gloria y honra al único Dios verdadero. 
Porque es el Creador Y Sustentador y Redentor. Hizo todo lo que vemos y a nosotros.
*A pesar de que somos un poco menor que los ángeles, nuestro valor es muy grande, y Dios lo demostró cuando envió a su hijo para rescatarnos, quien murió en la cruz.
*Valemos muchos para Dios. el precio es infinito; como su amor.
*Pero además en el día, cuida y sustenta su creación:
Ø Nos provee los alimentos.
Ø Nos da las fuerzas y crea oportunidades para alcanzar nuestras metas.
Ø Nos cuida como un Padre amante que ve por sus hijos pequeños.
Ø Sustenta a toda la naturaleza…
Ø Siempre desea lo mejor para sus hijos.


SOLO ASÍ PUEDES DECIR: ¡OH JEHOVÁ, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!  Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”

Si nuestro mundo hubiese sido formado con una superficie perfectamente nivelada, la monotonía habría fatigado la vista y cansado los sentidos. Dios ha adornado nuestro mundo con grandes montañas, colinas, valles y cadenas de montañas. Las desnudas montañas de áspero granito, también las montañas adornadas con vegetación frondosa y siempre verde, y los valles con su serena hermosura hacen del mundo un espejo de la belleza. Por doquiera se manifiestan la bondad, la sabiduría y el poder de Dios. En montañas, rocas, colinas y valles veo la acción del poder divino. Nunca me siento solitaria mientras contemplo el gran escenario de la naturaleza. Viajando por planicies y montañas he tenido sentimientos de la más profunda reverencia y temor reverente al contemplar el precipicio que sobresalta y las alturas de las montañas revestidas de nieve.

Las montañas, colinas y valles debieran ser para nosotros como escuelas en las cuales estudiar el carácter de Dios en sus obras creadas. Las obras de Dios que podemos ver en las escenas siempre variadas: en montañas, colinas y valles, en árboles, arbustos y flores, en cada hoja y cada brizna de hierba, debieran enseñarnos una lección de la habilidad y del amor de Dios, y de su poder infinito.

Los que estudian la naturaleza no pueden sentirse solitarios. Aman las horas tranquilas de meditación pues sienten que son colocados en íntima comunión con Dios mientras descubren su poder en sus obras creadas. 
(Dios Nos Cuida 161). Amen. 
Ministerio Hno. Pio

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