Apocalipsis 22
LA TIERRA NUEVA Y SUS MORADORES:
El Río Y El Árbol
De Vida, 22:1-2.
El Reino Eterno De
Los Santos, 22:3-5.
EPÍLOGO: ADMONICIÓN
E INVITACIÓN, 22:6-21.
Recepción Del Libro
Y Su Mensaje, 22:6-10.
Una Exhortación A Estar Listos Para La Venida De Cristo, 22:11-21.
1 DESPUÉS me mostró un río limpio
de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y
del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río,
estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y
las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
3 Y no habrá más maldición; y el
trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y
verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche;
y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el
Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
6 Y me dijo: Estas palabras son
fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha
enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder
pronto. 7 ¡He aquí, vengo pronto!
Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
8 Yo Juan soy el que oyó y vio
estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los
pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo
hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que
guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10 Y me dijo: No selles las
palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
11 El que es injusto, sea injusto
todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique
la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12 He aquí yo
vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea
su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y
el último.
14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los
fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
16 Yo Jesús he enviado mi ángel
para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el
linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
17 Y el Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el
que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
18 Yo testifico a todo aquel que
oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas
cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y
si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su
parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están
escritas en este libro.
20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. (Apocalipsis 22).
1. Un río limpio. El ángel le había mostrado a Juan el exterior de la ciudad (cap. 21:10); ahora dirige su atención a ciertos detalles del interior. Compárese con la descripción del río que hace Ezequiel. (Ver com. Eze. 47:1).
Resplandeciente. Gr. lamprós,
"brillante", "luciente".
Compárese con el uso de esta palabra en Luc. 23:11;
Hech. 10:30; Apoc. 15:6; 19:8; 22:16.
Salía del trono. Cf. com. Eze. 47:1; Zac. 14:8.
2. Árbol de la vida. Compárese con los
"muchísimos árboles" de Ezequiel.
(ver com. Eze. 47:7, 12).
En cuanto al árbol del jardín del
Edén original, ver com. Gén. 2:9.
Acerca de su historia posterior,
ver 8T 288-289.
Este árbol es un símbolo de la
vida eterna que procede de la fuente de vida.
Cf. Apoc. 21:10; PP 46; CS 703,
706; EGW, Material Suplementario com. Apoc. 22:2.
Doce frutos. Habrá abundancia constante y suficiente para suplir
todas las necesidades de la vida de los salvados durante la eternidad. Cf. Eze.
47:12.
Sanidad. Gr. therapéia, "servicio", "sanamiento" a veces, colectivamente, "empleados domésticos". Esta palabra sólo aparece cuatro veces en el NT
(cf. Mat.
24:45; Luc. 9:11; 12:42).
En el griego clásico therapéia tiene diversos significados de "servicio", "nutrición", "cuidado". En cuanto a la función del árbol de la vida en el Edén restaurado, ver com. "árbol de la vida".
3. Maldición. Gr. katáth'ma, "anatema", "lo que es
maldito".
La palabra probablemente debe
distinguirse de anáth'ma, una maldición pronunciada como sentencia sobre alguna
cosa o persona.
Trono. Una sugerencia de que Dios y Cristo reinarán en la ciudad.
Es posible porque no habrá nada maldito por el pecado.
Le servirán. Gr. latréuÇ, "servir",
"adorar", "ministrar".
Se refiere a un servicio normal,
natural, espontáneo; se distingue de leitourgéÇ, palabra que se aplica a un
servicio oficial, en un puesto señalado (cf. Exo. 29:30, LXX).
4. Verán su rostro. Expresión que denota relaciones estrechas con otra persona y confianza mutua. Ver Sal. 17:15; Mat. 5:8; Heb. 12:14; 1 Juan 3:2.
Compárese con el caso de Moisés
(Exo. 33:20-23).
En sus frentes. Mejor "sobre sus
frentes". El nombre divino en la frente es un símbolo de posesión y
autenticidad. Se destaca la completa consagración de los santos a una vida de adoración
a Dios (cap. 7:3; 13:16).
5. No. . . más noche. Este versículo traza un cuadro
vívido que destaca la insignificancia de las luminarias creadas ante la
presencia de Dios. Palidecerán hasta desaparecer en la presencia de la gloria
del Ser supremo (ver com. cap. 21:23).
Los iluminará. Una representación del restablecimiento de las
relaciones armoniosas que fueron interrumpidas por el pecado.
Reinarán. Cf. cap. 5:10. No significa que reinarán unos sobre
otros, ni sobre otros mundos. Es una figura de lenguaje para describir la felicidad
eterna de los redimidos. Ya no estarán bajo la mano opresora de un poder
perseguidor, sino que gozarán de la libertad y la abundancia de los reyes.
6. Fieles y verdaderas. Una afirmación de que la
revelación de Dios es verdadera y digna de toda confianza. Esta profecía del
ángel es auténtica.
Los espíritus de los profetas. Esta frase puede considerarse
como una referencia a los espíritus de los profetas bajo la dirección del
Espíritu Santo cuando recibían las visiones. El Espíritu Santo iluminó el
espíritu de Juan como había iluminado los espíritus de los profetas del AT
(cap. 1:10).
Todo El Apocalipsis Es
Un Testimonio Del Dominio Ejercido Por El Espíritu Santo Sobre El Espíritu De Juan
Cuando Estaba En Visión.
7. Pronto. El ángel cita las palabras de Jesús.
Es una referencia
a su segunda venida.
Ver com. cap. 1:1.
Bienaventurado. Es la sexta de las siete
bienaventuranzas del Apocalipsis.
(Cf. cap. 1:3; 14:13; 16:15; 19:9;
20:6; 22:14).
Las palabras. Es decir, los diversos consejos y amonestaciones
del libro.
8. Me postré para adorar. Quizá como un acto de homenaje,
pero el ángel lo rechazó. La grandeza de la visión debe haber abrumado
completamente al profeta, y lo hizo sentirse humilde en extremo. Además, el
ángel había estado citando las palabras de Jesucristo como si éste estuviera
hablando personalmente.
9. Consiervo tuyo. Ver com. cap. 19:10.
Los que guardan las palabras. Cf. cap. 19:10, donde
indudablemente se describe al mismo grupo como "tus hermanos que retienen
el testimonio de Jesús". "Las palabras de este libro" son el
testimonio de Jesús (ver com. cap. 1:2).
Adora a Dios. Ver com. cap. 14:7.
10. No selles. Una orden contraria a la que se le dio a Daniel en
cuanto a su libro.
(Ver com. Dan. 12:4).
Los mensajes del libro de
Apocalipsis no debían ser sellados porque "el tiempo está cerca";
pero este no había sido el caso en los días de Daniel. Las palabras "no
selles" equivalen a una orden amplia y positiva: "Publica los dichos
de la profecía de este libro por todas partes".
El tiempo está cerca. Ver com. cap. 1:1, 3.
11. Injusto. Estas palabras se aplican especialmente al tiempo
cuando se decidirá irrevocablemente el futuro de cada persona. Ese decreto se
pronunciará al concluir el juicio investigador (ver com. cap. 14:7).
Algunos ven una aplicación más amplia
de estas declaraciones cuando se comparan con las palabras de Cristo en la
parábola de la cizaña: "Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega" (Mat. 13:30).
No debe impedirse el libre
albedrío. Los seres humanos deben vivir de acuerdo con sus propias elecciones
para que manifiesten su verdadero carácter. Cada persona de cada época
manifestará en la segunda venida de Cristo a cuál escogió pertenecer.
12. Vengo pronto. Ver com. vers. 7.
Galardón. Gr. misthós, "jornal",
"salario", "lo que se debe".
Compárese con el uso de la
palabra en Mat. 5:12, 46; 20:8; 2 Ped. 2:13.
Obra. Gr. érgon, "acción", "obra",
"hecho".
El número singular sugiere que la palabra se usa colectivamente para referirse a todas las acciones que han conformado la vida de las personas. Los efectos de la gracia de Cristo o de su rechazamiento también se tomarán en cuenta cuando se examine la "obra" de "cada uno" (ver com. Eze. 18:22, 24).
13. El Alfa y la Omega. La primera y la última letra del alfabeto griego. Se usan para describir al Señor como el Creador de todas las cosas y como la revelación primera y final de Dios a los hombres. (Cf. com. cap. 1:8).
El principio y el fin. Todas las cosas creadas deben su
existencia a Cristo; todas las cosas hallan su fin en relación con él. Cf. com.
Col. 1:16-17.
El primero y el último. El desarrollo del plan de
salvación desde el principio hasta el fin está ligado a Cristo Jesús. Los tres
títulos de este versículo resumen las actividades de Cristo en relación con la
salvación del hombre (cf. com. cap. 1:17).
14. Bienaventurados. La séptima bienaventuranza
o bendición para los fieles (ver com. vers. 7).
Los que lavan sus
ropas. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) este texto,
si bien muchos MSS tardíos, escritos en cursiva, dicen, como la RVA, "los que
guardan sus mandamientos". De los manuscritos unciales antiguos (ver t. V,
pp. 115-118) sólo el Sinaítico y el Alejandrino contienen esta sección del
Apocalipsis, y ambos dicen: "que lavan sus vestiduras".
Las dos frases son muy similares en el griego,
sobre todo en mayúsculas y sin una clara separación entre las palabras, cosas
que pueden apreciarse en los unciales antiguos.
La Siguiente
Transliteración Mostrará La Similitud:
HOIPOIOUNTESTASENTOLASAUTOU: "Que guardan sus
mandamientos". HOIPLUNONTESTASSTOLASAUTON: "Que lavan sus
vestiduras".
En realidad, ambas variantes son
apropiadas en el contexto, y están en armonía con las enseñanzas de Juan en
otros lugares. En cuanto al tema de guardar los mandamientos, ver Apoc. 12:17;
14:12; cf. Juan 14:15, 21; 15:10; 1 Juan 2:3-6; y en relación con el lavamiento
de las vestiduras, ver Apoc. 7:14, donde se describe a una muchedumbre de
santos que "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del
Cordero".
NUESTRO DERECHO a entrar
en el cielo se debe a la justicia de Cristo que se nos da sin merecerla; y
nuestra idoneidad para el cielo, ES EL RESULTADO de la justicia que se nos
imparte a medida que seguimos sus pasos.
Esta justicia está simbolizada
por las ropas lavadas y emblanquecidas. La evidencia externa de la justicia que
imparte Cristo es el cumplimiento perfecto de los mandamientos de Dios. Por eso
la idea de las vestiduras lavadas y la de la obediencia a los mandamientos,
están estrechamente vinculadas.
En vista de los problemas de
traducción que aquí se presentan, parece más prudente establecer la base de la
doctrina de la obediencia a los mandamientos de Dios sobre otros pasajes de la
Escritura que tratan de la obediencia, y con respecto a los cuales no se ha
levantado cuestión acerca de la evidencia textual. Esos pasajes abundan en las
Escrituras.
Para un estudio más completo de este problema,
ver Problems in Bible Translation, pp. 257-262.
"Ropas", stole, palabra
que se emplea para designar las vestiduras externas sueltas que usaban los
hombres importantes.
Compárese con el uso de esta
palabra en Mar. 12:38; 16:5; Luc. 15:22; 20:46.
La misma palabra griega se usa en
la versión de los LXX para referirse a las vestiduras santas de Aarón y sus
descendientes (Exo. 28:2; 29:21).
Estola deriva de stole. Estola se
usó originalmente para referirse a una vestidura larga y amplia que llegaba
hasta los pies. Posteriormente llegó a designar una vestimenta eclesiástica, de
seda, que se usa alrededor del cuello y cuelga de los hombros.
Derecho. Gr. exousía, "poder", "privilegio",
"derecho", "libertad". El privilegio y la libertad de los
santos será participar del árbol de la vida y gozar de la inmortalidad con
Jesucristo (cf. com. vers. 2).
Entrar. Este es un privilegio adicional. La Nueva Jerusalén
será la capital de la Tierra Nueva (ver CS 735).
15. Perros. Símbolo de una persona vil, desvergonzada (ver com.
Fil. 3:2).
Hechiceros. En cuanto a la categoría de los pecadores que aquí se enumeran,
ver com. cap. 21: 8.
16. Yo Jesús. Jesús confirma la autenticidad de las revelaciones registradas en el Apocalipsis. Ver com. cap. 1:1.
Mi ángel. Ver com. cap. 1:1.
La raíz y el linaje de David. Ver com. cap. 5:5.
La estrella resplandeciente de la mañana. La figura quizá
se toma de la profecía de Balaam (Núm. 24:17). Compárese con la referencia a
Cristo como el "lucero de la mañana" (2 Ped. 1:19).
Los mensajes a las iglesias de
todas las edades no podrían tener un sello mayor de autenticidad que éste.
17. El Espíritu. El Espíritu Santo es el que
imparte energía a la vida cristiana de los creyentes, es el que les da el poder
para vivir la vida victoriosa, para vencer al diablo y pasar sanos y salvos a
través del tiempo de angustia.
La Esposa. Sin duda es la misma figura del cap. 21:9-10
(ver
el comentario respectivo).
Dicen. O "están diciendo", o "siguen
diciendo".
Ven. La mayoría de los comentadores considera que
"ven" es una respuesta a la promesa de Jesús en el vers. 12: "He
aquí, yo vengo pronto"; que se le está pidiendo a Cristo que cumpla su
promesa.
Esta es una posible
interpretación; pero también es posible entender la invitación como una
exhortación al mundo incrédulo para que acepte el Evangelio.
El que oye. El número singular designa a cada uno,
individualmente. Los hombres serán salvos como individuos, no como iglesias o
congregaciones. La salvación es algo estrictamente personal. AkóuÇ, la palabra
que en el NT se traduce "oye", generalmente lleva implícito el
pensamiento de oír eficazmente, es decir, de oír y obedecer el mensaje que se
oye. Aquí tiene este mismo significado. La exhortación podrán repetirla
únicamente los que oyen y aceptan el mensaje. Ver com. Mat. 7:24.
Diga. El singular sugiere que cada miembro de iglesia
como individuo debe añadir su clamor de bienvenida, manifestando así su
vehemente anhelo de la segunda venida y su deseo de que otros gocen de las
bendiciones de Cristo.
Tiene sed. O ansias por las cosas de Dios (cf. cap. 21:6). Ver
com. Mat. 5:6.
Venga. Una exhortación para cada alma necesitada
a fin de
que aproveche la promesa del cap. 21:6.
El que quiera. El ofrecimiento es universal.
Nadie está excluido
de las posibilidades de la salvación.
Cristo es la propiciación por los
pecados de todo el mundo (1Juan 2:2).
La doctrina falsa de que algunos
son escogidos para la perdición, es negada por esta declaración de Juan (ver
com. Rom. 8:29).
Agua de la vida. Todo el que desee heredar la inmortalidad
está invitado a participar de ella.
A todos se ofrece el agua de vida
(ver com. cap. 21:6; cf. Isa. 55:1-3).
18. Testifico. El que habla es Jesús (vers. 20). Debe aceptarse su
testimonio.
A todo aquel. La relación del hombre con Dios y su mensaje es un
asunto personal. Nadie puede aceptar la responsabilidad de otro.
Que oye. No se refiere al sonido físico de las palabras de este libro en el oído de una persona, sino al que oye y estudia la importancia de los mensajes.
(Ver com. "el que oye" y cap. 1:3).
La profecía. Juan está hablando de adiciones al libro del
Apocalipsis, aunque también puede aplicarse a cualquier libro del canon
sagrado.
Añadiere. Cf. Deut. 4:2; 12:32. Jesús aquí autentica el libro
del Apocalipsis.
Previene contra los cambios deliberados en el mensaje del libro. Josefo dice respecto a los 22 libros que constituyen el AT hebreo: "Porque aunque han transcurrido ahora largos siglos, nadie se ha atrevido a añadir, o quitar, o cambiar una sílaba"
(Contra Apión i. 8).
Dios traerá sobre él. En justicia, Dios no puede dar a
cada uno sino lo que cada uno merece, o sea en armonía con sus obras.
19. Si alguno quitare. El que quita de las palabras del
Apocalipsis es tan culpable como el que les añade algo (ver com. vers. 18).
Quitará su parte. El culpable en este caso sufrirá
tres pérdidas supremas e irreparables: (1) la pérdida de la inmortalidad, y el
sufrimiento debido a la muerte eterna; (2) la pérdida de toda participación en
la vida social de la ciudad de la Tierra Nueva; (3) la pérdida de todas las
bendiciones y promesas del Apocalipsis. Aquí se presenta una pérdida completa y
aterradora que nada en esta vida puede compensar en lo más mínimo.
20. El que da testimonio. Es decir, Cristo. La referencia
es específicamente al testimonio de los vers. 18 y 19.
Ciertamente. Gr. nái, un término de intensa afirmación.
En breve. El Maestro reafirma la seguridad e inminencia de su segunda venida.
(Cap. 3:11; 22:7, 12; ver com. cap. 1:1).
Amén. Cf. cap. 1:6-7, 18; 3:14; 5:14; 7:12; 19:4.
En cuanto al significado de
"amén", ver com. Mat. 5:18.
Este "amén" quizá es
pronunciado por el apóstol. Si es así, debe relacionarse de esta manera con lo
que sigue: "Amén, sí, ven, Señor Jesús".
Ven, Señor Jesús. Esta exclamación es la respuesta
de Juan al testimonio de Jesús, quien le asegura al apóstol que viene presto
(cf. com. cap. 1:1). Juan tal vez recordó en ese momento la noche en el
aposento alto, más de medio siglo antes, cuando oyó decir a Jesús, "Vendré
otra vez" (Juan 14:3), y el día, pocas semanas más tarde, en el monte
"que se llama del Olivar", cuando había oído decir a los ángeles:
"Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo" (Hech. 1:11).
Ahora, mientras Juan está
arrebatado en santa visión, se le da una última seguridad de que su bendito
Señor habrá de volver, y "en breve". Esta seguridad viene de los
labios de su Maestro, "el testigo fiel y verdadero". Su corazón se conmueve al oír las palabras, y
con anhelante anticipación mira hacia el día cuando en realidad -no en visión-
contemplará cara a cara a su bendito Señor.
21. La gracia. Este versículo es una bendición que brota de lo más
profundo del corazón del apóstol y se extiende a todos los que leen las
palabras de estas visiones suyas. La bendición es semejante a la que pronuncia
Pablo al concluir sus epístolas (Rom. 16:24; 1 Cor. 16:23; 2 Cor. 13:14, etc.).
Estas palabras constituyen una
adecuada culminación para el canon de las Escrituras, pues están al fin de la
colección de los libros sagrados.
Jesucristo. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) el texto
"Jesús".
Todos vosotros. La evidencia textual se inclina
(cf. p. 10) por la variante "todos". Algunos MSS dicen "todos
vosotros" y otros dicen "todos los santos". La palabra
"santos" abunda en el Apocalipsis (cap. 5:8; 8:3-4; 11:18; etc.).
Amén. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la
omisión de esta palabra. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-5; 14. HAp 473. LOS VERDADEROS
DISCÍPULOS DE CRISTO le siguen a
través de duros conflictos, siendo abnegados y experimentando amargos
desengaños; pero eso les muestra la culpabilidad y la miseria del pecado y son
inducidos a mirarlo con aborrecimiento.
PARTICIPANTES
EN LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO, son destinados a
ser participantes de su gloria. En santa visión el profeta vio el postrer
triunfo de la iglesia remanente de Dios.
ESTO
FUE LO QUE ESCRIBIÓ: "Y vi
así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la
victoria . . . estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios. Y
cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y
verdaderos son tus caminos, Rey de los santos." (Apoc. 15:2,3.) "Y
miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento
cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes." (Apoc. 14:1).
EN
ESTE 472 MUNDO HABÍAN CONSAGRADO SUS MENTES A DIOS;
le habían servido con la inteligencia y el corazón; y ahora él puede poner su
nombre "en sus frentes." "Y reinarán para siempre jamás."
(Apoc. 22:5.) No entrarán y saldrán como quienes mendigan un lugar.
Pertenecerán a aquellos de los cuales Cristo dijo: "Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo."
Les dará la bienvenida como a hijos, diciéndoles: "Entra en el gozo de tu
Señor." (Mat. 25:34,21.)
"ESTOS, LOS QUE SIGUEN AL CORDERO por dondequiera que fuere. Estos fueron
comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero."
(Apoc. 14:4,5.)
LA
VISIÓN DEL PROFETA LOS COLOCA FRENTE AL MONTE DE SIÓN,
ceñidos para un servicio santo, vestidos de lino blanco, que es la
justificación de los santos. Pero todo el que siga al Cordero en el cielo,
primeramente tiene que seguirle en la tierra, no con inquietud o
caprichosamente, sino con confianza, amor y obediencia voluntaria; como la
oveja sigue al pastor. "Y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con
sus arpas: y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, . . . y ninguno
podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los
cuales fueron comprados de entre los de la tierra. . . . En sus bocas no ha
sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de
Dios." (Apoc. 14:2-5.)
"Y
YO JUAN VI LA SANTA CIUDAD, Jerusalem
nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada
para su marido." "Teniendo la claridad de Dios; y su luz era
semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como
cristal. Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce
ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de
Israel." "Las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una; cada
puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio
transparente. Y no vi en ella templo; porque 473 el Señor Dios
Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero." (Apoc.
21:2,11,13,12,21,22.)
"Y
NO HABRÁ MÁS MALDICIÓN; sino que el
trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Y verán
su cara; y su nombre estará en sus frentes. Y allí no habrá más noche; y no
tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre del sol: porque el Señor
Dios los alumbrará." (Apoc. 22:3-5.)
"Me
mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía
del trono de Dios y del Cordero. En el medio de la plaza de ella, y de la una y
de la otra parte del río, estaba el árbol de vida, que lleva doce frutos, dando
cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las
naciones." "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para
que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la
ciudad." (Apoc. 22:1,2,14.) "Y oí una gran voz del cielo que decía:
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos
serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos." (Apoc. 21:3.)
474
7. 2JT 99. EL PERFECCIONAMIENTO ES ILIMITADO. Algunos no
están dispuestos a hacer obra abnegada. Manifiestan verdadera impaciencia
cuando se les insta a llevar alguna responsabilidad.
"¿Qué necesidad hay - dicen,
- de un aumento de conocimiento y experiencia?" Esto lo explica todo. Se
sienten ricos y enriquecidos, sin necesidad de ninguna cosa, mientras que el
Cielo los declara pobres, miserables, cuitados y desnudos. El Testigo fiel les
dice: "Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que
seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra
la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas."
(Apoc. 3:18.) Vuestra misma complacencia propia demuestra que lo necesitáis
todo. Estáis espiritualmente enfermos, y
necesitáis a Jesús como vuestro médico.
EN LAS
ESCRITURAS hay miles de gemas de la verdad que yacen escondidas para el que busca en
la superficie. La mina de la verdad no se agota nunca. Cuanto más escudriñéis
las Escrituras con corazón humilde, tanto mayor será vuestro interés, y tanto
más os sentiréis con deseo de exclamar con Pablo: "¡Oh profundidad de las
riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus
juicios, e inescrutables sus caminos!" (Rom. 11:33.)
Cada día debéis
aprender algo nuevo de las Escrituras. Escudriñadlas como si buscarais tesoros
ocultos, porque contienen las palabras de vida eterna.
Orad por sabiduría
y entendimiento 99 para comprender estos escritos sagrados. Si lo hacéis,
hallaréis nuevas glorias en la Palabra de Dios; sentiréis que habréis recibido
luz nueva y preciosa sobre asuntos relacionados con la verdad, y las Escrituras
recibirán constantemente nuevo valor en vuestra estima.
"Cercano está el día grande
de Jehová, cercano y muy presuroso." (Sof. 1:14.)
Jesús
dice: "He aquí, yo vengo presto." (Apoc. 22:12.)
Debemos tener siempre presentes
estas palabras, y obrar como quienes creen de veras que la venida del Señor se
acerca, y que somos peregrinos y advenedizos en la tierra. Las energías vitales
de la iglesia de Dios deben ser puestas en activo ejercicio para el gran objeto
de la renovación propia; cada miembro debe ser agente activo de Dios. "Por
él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no sois extranjeros ni
advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios;
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio,
va creciendo para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también
sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu." (Efe.
2:18-22.)
Esta es una obra
particular, que debe ser llevada a cabo con toda armonía, unidad de espíritu, y
vínculos de paz. No debe darse cabida a las críticas, las dudas y la
incredulidad.
VENCED LOS
AFECTOS TERRENALES. Hermanos, vuestro deber y felicidad, vuestra
utilidad futura y salvación final exigen que separéis vuestros afectos de todo
lo terrenal y corruptible. Hay una simpatía no santificada que participa de la
naturaleza de un sentimentalismo enfermizo, y es terrena y sensual. El vencer
esto requerirá esfuerzos arduos de parte de algunos de vosotros, a fin de
cambiar el curso de vuestra vida; porque no os pusisteis en relación con la
Fortaleza de Israel, y se han debilitado todas vuestras facultades. Ahora se os
llama en alta voz a ser diligentes en el empleo100 de todos los medios de la
gracia, a fin de que seáis transformados en carácter, y podáis crecer a la
plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús.
TENEMOS que
ganar grandes victorias, o perder el cielo. El corazón
carnal debe ser crucificado; porque tiende hacia la corrupción moral, y el fin
de ella es la muerte. Nada que no sea la influencia vivificadora del Evangelio
puede ayudar al alma. Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo,
con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un
choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con
nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y
sensual a una sanidad espiritual. Así llegaréis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo escapado a la corrupción que reina en el mundo por
la concupiscencia; y en vuestras almas se reflejará la imagen de Aquel por
cuyas heridas somos sanados.
DICE CRISTO: "Vosotros
sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando." (Juan 15:14.)
Esta es la condición impuesta; ésta es la prueba que demuestra el carácter de
los hombres. Con frecuencia los sentimientos son engañosos, las emociones no
son una salvaguardia segura; porque son variables y sujetas a circunstancias
externas. Muchos se dejan seducir al confiar en las impresiones sensacionales.
LA PRUEBA ES: ¿Qué estáis
haciendo para Cristo? ¿Qué sacrificios estáis haciendo, qué victorias estáis
obteniendo? Un espíritu egoísta vencido, una tentación a descuidar el deber
resistida, una pasión subyugada y la obediencia voluntaria y alegre prestada a
la voluntad de Cristo, constituyen una evidencia mucho mayor de que somos hijos
de Dios que la piedad espasmódica y la religión emotiva.- 1876, tomo 4, pág.
188. 101
9. DTG 74. QUINIENTOS AÑOS ANTES, Gabriel había dado a conocer a Daniel
el período profético que había de extenderse hasta la venida de Cristo. El
conocimiento de que el fin de este período se acercaba, había inducido a
Zacarías a orar por el advenimiento del Mesías. Y he aquí que el mismo
mensajero por quien fuera dada la profecía había venido a anunciar su
cumplimiento. Las palabras del ángel: "Yo soy Gabriel, que estoy delante
de Dios," demuestran que ocupa un puesto de alto honor en los atrios
celestiales.
Cuando fue a Daniel
con un mensaje, dijo: "Ninguno hay que se esfuerce conmigo en estas cosas,
sino Miguel [Cristo] vuestro príncipe. (Daniel 10:21).
El Salvador habla de
Gabriel en el Apocalipsis diciendo que "la declaró, enviándola por su
ángel a Juan su siervo." (Apoc. 1:1). Y a Juan, el ángel
declaró:74"Yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los
profetas."(Apoc. 22:9).
¡Admirable
Pensamiento, Que El Ángel Que Sigue En Honor Al Hijo De Dios Es El Escogido
Para Revelar Los Propósitos De Dios A Los Hombres Pecaminosos!
10. 2JT 411. Los peligros de
los últimos días 411 están muy cerca y debemos velar y orar, estudiar y dar
oído a las lecciones presentadas en el libro de Daniel y el Apocalipsis.
Tendremos que comparecer ante
magistrados para dar razón de nuestra lealtad a la ley de Dios, para dar a
conocer los motivos de nuestra fe; y los jóvenes debieran entender estas cosas.
Debieran estar al tanto de las cosas que acontecerán antes del fin de la
historia del mundo. Estas cosas tienen que ver con nuestro bienestar eterno, y
los maestros y alumnos deben prestarles más atención. Por voz y pluma debe
impartirse el conocimiento que será alimento a tiempo, no sólo para los
jóvenes, sino también para los de edad adulta. . . .
La importante y grandiosa obra de
preparar un pueblo que posea el carácter de Cristo y que pueda estar de pie en
el día del Señor, ha de llevarse a efecto. Mientras navegamos en la corriente
del mundo, no tenemos necesidad de vela ni de remo. Es al tornarnos
decididamente contra la corriente cuando empieza en realidad nuestro trabajo.
11. CS 671. Y EN aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta entonces: mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro."
(Daniel 12:1.)
Cuando termine el mensaje del
tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes
culpables de la tierra.
El pueblo de Dios habrá cumplido
su obra; habrá recibido "la lluvia tardía," el "refrigerio de la
presencia del Señor," y estará preparado para la hora de prueba que le
espera. Los ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo.
Un ángel que regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han recibido "el sello del Dios vivo." Entonces Jesús dejará de interceder en el santuario celestial.
Levantará sus manos y con gran voz dirá
"Hecho es," y todas las huestes de los ángeles depositarán sus
coronas mientras él anuncia en tono solemne: "¡El que es injusto, sea injusto
aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el
que es santo, sea aún santo!" (Apocalipsis 22:11, V.M.) Cada caso ha sido
fallado para vida o para muerte.
Cristo ha hecho propiciación por
su pueblo y borrado sus pecados. El número de sus súbditos está completo;
"el reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el
cielo" van a ser dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar
como Rey de reyes y Señor de señores.
Cuando él abandone el santuario,
las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra.
Durante ese tiempo terrible, los 672 justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes empedernidos.
La paciencia de Dios ha concluido.
El mundo ha rechazado su
misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley; Los impíos han dejado
concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran
obstinadamente, acabó por apartarse de ellos.
Desamparados ya de la gracia
divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de
la tierra en una gran tribulación final. Como los ángeles de Dios dejen ya de
contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de
contención se desencadenarán.
El mundo entero será envuelto en una ruina más
espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén.
11-12. CS 545. Pero Jesús
aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a
todos los que quieran seguirle: "Bástate 544 mi gracia." (2 Corintios 12:9.) "Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga."
(Mateo 11:29, 30.) Nadie considere, pues, sus defectos como incurables. Dios
concederá fe y gracia para vencerlos.
Estamos viviendo ahora en el gran
día de la expiación. Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote hacia la
propiciación por Israel, todos debían afligir sus almas arrepintiéndose de sus
pecados y humillándose ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo.
De la misma manera, todos los que
desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en
los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante
Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados.
Hay que escudriñar
honda y sinceramente el corazón.
Hay que deponer el
espíritu liviano y frívolo al que se entregan tantos cristianos de profesión.
Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas
inclinaciones que tratan de dominarlos.
La obra de
preparación es obra individual. No somos salvados en grupos. La
pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro. Si
bien todas las naciones deben pasar en juicio ante Dios, sin embargo él
examinará el caso de cada individuo de un modo tan rígido y minucioso como si
no hubiese otro ser en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y encontrado
sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.
Solemnes son las escenas
relacionadas con la obra final de la expiación.
Incalculables son los intereses que ésta envuelve. El juicio se lleva
ahora adelante en el santuario celestial.
Esta obra se viene realizando desde hace muchos años. Pronto -nadie sabe
cuándo- les tocará ser juzgados a los vivos.
En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en
revista. En éste más que en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste
atención a la amonestación del Señor: 545
"Velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo." "Y si no
velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti."
(Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3)
Cuando quede concluida la obra
del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida
o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor
aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en
el Apocalipsis: " ¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio,
sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún
santo! He aquí, yo vengo presto, y, mi galardón está conmigo, para dar la
recompensa a cada uno según sea su obra." (Apocalipsis 22:11, I2, V.M.)
Los justos y los impíos
continuarán viviendo en la tierra en su estado mortal, -los hombres seguirán
plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos de que
la decisión final e irrevocable ha sido pronunciada en el santuario celestial.
Antes del diluvio, después que
Noé, hubo entrado en el arca, Dios le encerró en ella, dejando fuera a los
impíos; pero por espacio de siete días el pueblo, no sabiendo que su suerte
estaba decidida continuó en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de
las advertencias del juicio que le amenazaba. "Así -dice el Salvador- será
también la venida del Hijo del hombre." (Mateo 24:39.) Inadvertida como
ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno,
cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se
dirigiera a los culpables.
"¡Velad pues; . . . no sea
que viniendo de repente, os halle dormidos!" (Marcos 13:35, 36, V.M.) Peligroso
es el estado de aquellos que cansados de velar, se vuelven a los atractivos del
mundo. Mientras que el hombre de negocios está absorto en el afán de lucro,
mientras el amigo de los placeres corre tras ellos, mientras la esclava de la
moda está ataviándose, -puede, llegar el momento en que el juez de toda la
tierra pronuncie la sentencia: "Has sido pesado en la balanza y has sido
hallado falto." (Daniel 5: 27, V.M.)
546
12-14. TM 133. Dios habla a la
familia humana en lenguaje que ésta puede comprender. El no deja el tema tan
indefinido que los seres humanos puedan acomodarlo a sus teorías. Cuando el
Señor declara que él hizo el mundo en seis días y descansó en el día séptimo,
él hace referencia a días de veinticuatro horas, que él ha señalado con la
salida y la puesta del sol.
Dios no presentaría la sentencia
de muerte por la desobediencia con respecto al sábado, a menos que hubiera
presentado antes a los hombres una comprensión clara del sábado. Después que
hubo creado a nuestro mundo y al hombre, él miró la obra que había realizado, y
declaró que era muy buena. Y cuando los fundamentos de la tierra fueron
colocados, el fundamento del sábado también lo fue. "Cuándo las estrellas
todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios", Dios
vio que el sábado era esencial para el hombre, aun en el Paraíso. Al darle el
sábado al hombre, Dios consideró su salud espiritual y su salud física.
NO
CUALQUIER DÍA DE LOS SIETE. Dios hizo al mundo en seis días
literales, y en el séptimo día literal descansó de toda su obra que él había
hecho, y fue refrigerado. Así ha dado al hombre seis días en los cuales
trabajar. Pero santificó el día en que él descansó, y lo dio al hombre para ser
observado, para que se lo conservara libre de todo trabajo secular. Al poner
aparte así el sábado, Dios dio al mundo un monumento conmemorativo. No apartó
un día y cualquier día de los siete, sino un día específico, el séptimo día. Y
al observar el sábado, manifestamos que reconocemos a Dios como el Ser vivo, el
Creador de los cielos y la tierra.
No hay nada en el sábado que lo
restrinja a una clase particular de personas. Ha sido dado para todo 134 el género humano. Ha de ser
empleado, no en la indolencia, sino en la contemplación de las obras de Dios. Esto
habían de hacer los hombres para que "supiesen que yo soy Jehová que los
santifico".
El Señor se acerca mucho a su pueblo
en el día que él ha bendecido y santificado. "Los cielos cuentan la gloria
de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra
al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría". El sábado
es un monumento conmemorativo de Dios, que señala a los hombres al Creador, que
hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. En las colinas eternas, en los
árboles majestuosos, en todo capullo que se abre y en toda flor que florece,
podemos contemplar la obra del gran Artífice Maestro.
14. CMC 237. UN TÍTULO DE
LAS POSESIONES CELESTIALES. Llegará un día cuando "arrojará
el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro,
que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y
en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el
resplandor de su majestad" (Isa. 2:20, 21).
Las riquezas del mundo no
servirán de nada en el día de la ira, pero la fe y la obediencia serán las que
proporcionarán la victoria.
Tendremos que echar mano de toda la fe que poseamos. Debemos acostumbrarnos a hablar de la fe y prepararnos para la vida futura. ¡Qué esfuerzos diligentes realizan los hombres para conseguir un título legal de sus tierras! Deben tener escrituras que resistan la prueba de la ley.
El dueño no queda satisfecho hasta que se asegura que su título no tiene ninguna falla. Ojalá que los hombres fuesen tan diligentes para obtener un título de sus posesiones celestiales que resista la prueba de la ley.
El apóstol exhorta a los seguidores de Dios a actuar con diligencia para asegurarse de su llamamiento y elección. No debe haber error ni falla en vuestro título a la inmortalidad.
El Salvador dice: "Bienaventurados los
que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por
las puertas en la ciudad" (Apoc. 22:14).- RH, abril 30, 1899.
LAS RIQUEZAS ETERNAS SON
DESPRECIADAS. El Señor mira con lástima a los que se dejan recargar con
preocupaciones domésticas y perplejidades comerciales. Se enredan con demasiado
servicio y descuidan lo que es esencial. El Salvador dice: "Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas" (Mat. 6:33). Esto significa que hay que apartar la vista de este
mundo para dirigirla hacia lo que es eterno. Realizad vuestros esfuerzos más
diligentes para obtener las cosas que Dios estima de valor y por las cuales Cristo
dio 238 su vida preciosa a fin de que vosotros podáis obtenerlas. Su sacrificio
ha abierto de par en par las puertas del comercio celestial. Depositad vuestro
tesoro junto al trono de Dios haciendo con el capital que os ha confiado la
obra que él desea que se realice en la ganancia de almas al conocimiento de la
verdad. Esto os asegurará las riquezas eternas. . .
14-15. CS 596. El Señor
declara por el profeta Isaías: "Decid al justo que le irá bien."
"¡Ay del impío! mal le irá porque según las obras de sus manos le será
pagado." (Isaías 3:10, 11.) "Pero aunque el pecador haga mal cien
veces -dice el sabio,- y con todo se le prolonguen los días, sin embargo yo
ciertamente sé que les irá bien a los que temen a Dios, por lo mismo que temen
delante de él. Al hombre malo empero no le irá bien." (Eclesiastés 8:12,13,
V.M.) Y San Pablo declara que el pecador se atesora "ira para el día de la
ira de la manifestación del justo juicio de Dios; el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras;" "tribulación y angustia sobre toda persona
humana que obra lo malo." (Romanos 2:5,6,9.)
"Ningún fornicario, ni persona impúdica, u hombre avaro, el cual es idólatra, tiene herencia alguna en el reino de Cristo y de Dios." (Efesios 5:5, V.M.) "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14.) "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira." (Apocalipsis 22:14, 15.)
Dios ha hecho a los hombres una
declaración respecto de su carácter y de su modo de proceder con el pecador:
"¡Jehová, Jehová, Dios compasivo y clemente, lento en iras y grande en
misericordia y en fidelidad; que usa de misericordia hasta la milésima
generación; que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, pero que de
ningún modo tendrá por inocente al rebelde!" (Éxodo 34:6, 7, V.M.)
"Destruirá a todos los inicuos." "Los transgresores ¡todos a una
serán destruídos; el porvenir de los malos será cortado!" (Salmos 115:20;
37:38, V.M.) El poder y la autoridad del gobierno de Dios serán empleados para
vencer la rebelión; sin embargo, todas las manifestaciones de su justicia
retributiva estarán perfectamente en armonía con el carácter de Dios, de un
Dios misericordioso, paciente y benévolo. 597
16. OE 421. No déis demasiado realce a los rasgos del mensaje que condenan las costumbres y prácticas de la gente, antes de que ésta haya tenido oportunidad de saber que creemos en Cristo, en su divinidad y en su preexistencia. Espaciaos en el testimonio del Redentor 421 del mundo.
Él dice: "Yo Jesús he enviado mi
ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias."*Apoc. 22:16.
Cuando quiera que sea factible,
todo discurso importante debe ser seguido de un estudio bíblico. En él pueden
aplicarse los puntos que han sido presentados, pueden hacerse preguntas e
inculcarse ideas correctas. Debe
dedicarse más tiempo a educar pacientemente a la gente, a fin de darle
oportunidad de expresarse.
Lo que la gente necesita es
instrucción, renglón tras renglón y precepto tras precepto.
17. CC 26. El pecador puede
resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo; pero si no se resiste
será atraído a Jesús; un conocimiento del plan de la salvación lo guiará al pie
de la cruz, arrepentido de sus pecados, que han causado los sufrimientos del
amado Hijo de Dios. La misma inteligencia divina que obra en la naturaleza, habla
al corazón de los hombres y crea un deseo indecible de algo que no tienen.
Las cosas del mundo
no pueden satisfacer su ansiedad. El Espíritu de Dios está suplicándoles que
busquen las cosas que sólo pueden dar paz y descanso: la gracia de Cristo y el gozo
de la santidad. Por medio de influencias visibles e invisibles, nuestro
Salvador está constantemente obrando para atraer el corazón de los hombres de
los vanos placeres del pecado a las bendiciones infinitas que pueden disfrutar
en él. A todas estas almas que están procurando vanamente beber en las
cisternas rotas de este mundo, se dirige el mensaje divino: “El que tiene sed,
¡venga! ¡Y el que quiera, tome del agua de la vida, de balde!"
(Apocalipsis 22:17)
Los que en vuestro
corazón anheláis algo mejor que lo que este mundo puede dar, reconoced este
deseo como la voz de Dios que habla a vuestras almas. Pedidle que os dé
arrepentimiento, que os revele a Cristo en su amor infinito y en su pureza
perfecta.
En la vida del
Salvador quedaron perfectamente ejemplificados los principios de la ley de Dios
y el amor a Dios y al hombre. La benevolencia y el amor desinteresado fueron la
vida de su alma. Contemplándolo, nos inunda la luz de nuestro Salvador 27 y
podemos ver la pecaminosidad de nuestro corazón. Podemos lisonjearnos como
Nicodemo de que nuestra vida ha sido muy buena, de que nuestro carácter es
perfecto y pensar que no necesitamos humillar nuestro corazón delante de Dios
como el pecador común, pero cuando la luz de Cristo resplandece en nuestras almas,
vemos cuán impuros somos; discernimos el egoísmo de nuestros motivos y la
enemistad contra Dios, que ha manchado todos los actos de nuestra vida.
Entonces conocemos
que nuestra propia justicia es en verdad como andrajos inmundos y que solamente
la sangre de Cristo puede limpiarnos de las manchas del pecado y renovar
nuestro corazón a su semejanza. Un rayo de luz de la gloria de Dios, un
destello de la pureza de Cristo que penetre en el alma, hace dolorosamente
visible toda mancha de pecado y descubre la deformidad y los defectos del
carácter humano. Hace patentes los deseos impuros, la infidelidad del corazón y
la impureza de los labios. Los actos de deslealtad del pecador que anulan la
ley de Dios, quedan expuestos a su vista y su espíritu se aflige y se oprime
bajo la influencia escudriñadora del Espíritu de Dios. Se aborrece a si mismo
viendo el carácter puro y sin mancha de Cristo.
Cuando el profeta
Daniel vio la gloria que rodeaba al mensajero celestial que le había sido
enviado, se sintió abrumado por su propia debilidad e imperfección.
Describiendo el efecto de la maravillosa escena, dice: "No quedó en mi
esfuerzo, y mi lozanía se me demudó en palidez 28 de muerte, y
no retuve fuerza alguna" (Daniel 10:8).
Cuando el alma se
conmueve de esta manera, odia el egoísmo, aborrece el amor propio y busca,
mediante la justicia de Cristo, la pureza de corazón que está en armonía con la
ley de Dios y con el carácter de Cristo. San Pablo dice que "en cuanto a
justicia que haya en la ley", es decir, en cuanto se refiere a las obras
externas, era "irreprensible" (Filipenses 3:6), pero cuando
comprendió el carácter espiritual de la ley, se vio a sí mismo pecador. Juzgado
por la letra de la ley como los hombres la aplican a la vida externa, se había
abstenido de pecado; pero cuando miró en la profundidad de sus santos preceptos
y se vio como Dios lo veía, se humilló profundamente y confesó su maldad. Dice:
"Y yo aparte de la ley vivía en un tiempo: más cuando vino el mandamiento,
revivió el pecado, y yo morí' (Romanos 7:9). Cuando vio la naturaleza
espiritual de la ley, mostrósele el pecado en su verdadera deformidad y su
estimación propia se desvaneció.
18-19. CS 311. LOS HOMBRES NO
PUEDEN PISOTEAR IMPUNEMENTE LA PALABRA DE DIOS. El significado de tan terrible
sentencia resalta en el último capítulo del Apocalipsis: "Yo protesto a
cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno
añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en
este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las
cosas que están escritas en este libro." (Apocalipsis 22:18,19.)
TALES SON LOS
AVISOS QUE HA DADO DIOS para que los hombres se
abstengan de alterar lo revelado o mandado por él. Estas solemnes denuncias se
refieren a todos los que con su influencia hacen que otros consideren con
menosprecio la ley de Dios.
Deben hacer temblar y temer a los
que declaran con liviandad que poco importa que obedezcamos o no obedezcamos a
la ley de Dios.
TODOS los que
alteran el significado preciso de las Sagradas Escrituras sobreponiéndoles sus
opiniones particulares, y los que tuercen los preceptos de la Palabra divina
ajustándolos a sus propias conveniencias, o a las del mundo, se arrogan
terrible responsabilidad.
LA PALABRA ESCRITA, LA LEY DE
DIOS, medirá el carácter de cada individuo y condenará a todo el que fuere
hallado falto por esta prueba infalible.
18-20. HAp 466. JUAN
FUE FORTALECIDO PARA VIVIR EN LA PRESENCIA DE SU SEÑOR GLORIFICADO. Entonces
ante sus maravillados ojos fueron abiertas las glorias del cielo. Le fue
permitido ver el trono de Dios y, mirando más allá de los conflictos de la
tierra, contemplar la hueste de los redimidos con sus vestiduras blancas. Oyó
la música de los ángeles del cielo, y los cantos de triunfo de los que habían
vencido por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En la
revelación que vio se desarrolló una escena tras otra de conmovedor interés en
la experiencia del 466 pueblo de Dios, y la historia de la
iglesia fue predicha hasta el mismo fin del tiempo. En figuras y símbolos, se
le presentaron a Juan asuntos de gran importancia, que él debía registrar para
que los hijos de Dios que vivían en su tiempo y los que vivieran en siglos
futuros pudieran tener una comprensión inteligente de los peligros y conflictos
que los esperaban.
ESA
REVELACIÓN fue dada para la orientación y el aliento de la iglesia durante la
dispensación cristiana. Y sin embargo ha
habido maestros religiosos que declararon que es un libro sellado y que sus
secretos no pueden explicarse. Como resultado, muchos han dejado de lado el
registro profético y rehusado dedicar tiempo al estudio de sus misterios. Pero
Dios no desea que su pueblo considere así ese libro. Es "la revelación de
Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben
suceder presto." "Bienaventurado el que lee -dijo el Señor,- y los
que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas:
porque el tiempo está cerca." (Apoc. 1:1,3.) "Porque yo protesto a
cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno
añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en
este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitaré su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las
cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas,
dice: Ciertamente, vengo en breve." (Apoc. 22: 18-20.)
EN EL APOCALIPSIS ESTÁN REVELADAS LAS COSAS
PROFUNDAS DE DIOS. El
nombre mismo que fue dado a sus páginas inspiradas: El Apocalipsis o
Revelación, contradice la afirmación de que es un libro sellado. Una revelación
es algo revelado. El Señor mismo reveló a su siervo los misterios contenidos en
dicho libro y es su propósito que estén abiertos al estudio de todos.
SUS
VERDADES se dirigen tanto a los que viven en los
últimos días de la historia de esta tierra como a los que vivían los días de
Juan.
Algunas de
las escenas descritas en esa profecía pertenecen al pasado,
Otras se
están cumpliendo ahora; 467
Algunas tienen
que ver con el fin del gran conflicto entre los poderes de las tinieblas y el
Príncipe del cielo,
Y
Otras Revelan los triunfos y
alegrías de los redimidos en la tierra nueva.
NADIE
PIENSE QUE AL NO PODER EXPLICAR EL SIGNIFICADO de cada el significado de cada
símbolo del Apocalipsis, es inútil
seguir escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad
que contiene. El que reveló esos misterios a Juan dará al Investigador
diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales.
LOS
QUE TENGAN SUS CORAZONES ABIERTOS para la
recepción de la verdad, serán capacitados para entender sus enseñanzas, y se
les otorgará la bendición prometida a los que "oyen las palabras de esta
profecía, y guardan las cosas en ella escritas."
EN
EL APOCALIPSIS todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan. En él
está el complemento del libro de Daniel. Uno es una profecía, el otro una
revelación.
EL
LIBRO QUE FUE SELLADO NO FUE EL APOCALIPSIS, sino
aquella porción de la profecía de Daniel que se refiere a los últimos días. El
ángel ordenó: "Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro
hasta el tiempo del fin." (Dan. 12:4.)
FUE
CRISTO QUIEN ORDENÓ AL APÓSTOL QUE ESCRIBIERA LO QUE LE IBA A SER REVELADO. "Escribe
en un libro lo que ves -le mandó,- y envíalo a las siete iglesias que están en
Asia; a Éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, Y a
Filadelfia, y a Laodicea." "Yo soy . . . el que vivo, y he
sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos. . . Escribe las cosas que
has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas: el misterio de
las siete estrellas que has visto en mi diestra, y los siete candeleros de oro.
Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete
candeleros que has visto, son las siete iglesias." (Apoc. 1:11, 17-20.)
LOS NOMBRES de éstas son un símbolo de la iglesia
en diferentes períodos de la era
cristiana.
EL
NÚMERO SIETE indica algo completo, y significa que los mensajes se extienden
hasta el fin del tiempo,
MIENTRAS
QUE LOS SÍMBOLOS USADOS revelan la condición de la iglesia en diferentes
períodos de la historia. 468
20. CS 347. LA VENIDA DEL SEÑOR ha sido en todo tiempo la esperanza
de sus verdaderos discípulos. La promesa que hizo el Salvador al despedirse en
el Monte de los Olivos, de que volvería, iluminó el porvenir para sus
discípulos al llenar sus corazones de una alegría y una esperanza que las penas
no podían apagar ni las pruebas disminuir. Entre los sufrimientos y las
persecuciones, "el aparecimiento en gloria del gran Dios y Salvador
nuestro, Jesucristo" era la "esperanza bienaventurada."
Cuando los cristianos de
Tesalónica, agobiados por el dolor, enterraban a sus amados que habían esperado
vivir hasta ser testigos de la venida del Señor, Pablo, su maestro, les
recordaba la resurrección, que había de verificarse cuando viniese el Señor.
Entonces los que hubiesen muerto en Cristo resucitarían, y juntamente con los vivos
serían arrebatados para recibir a Cristo en el aire. "Y así -dijo-
estaremos siempre con el Señor. Consolaos pues los unos a los otros con estas palabras."
(1 Tesalonicenses 4:16-18, V.M.)
En la isla peñascosa de Patmos,
el discípulo amado oyó la promesa: "Ciertamente, vengo en breve." Y
su anhelante respuesta expresa la oración que la iglesia exhaló durante toda su
peregrinación: "¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20.)
Desde la cárcel, la hoguera y el
patíbulo, donde los santos y los mártires dieron testimonio de la verdad, llega
hasta nosotros a través de los siglos la expresión de su fe y esperanza.
Estando "seguros de la resurrección personal de Cristo, y, por
consiguiente, de la suya propia, a la venida de Aquel -como dice uno de estos
cristianos,- ellos despreciaban la muerte y la superaban. "- Daniel T. Taylor, The Reign of Christ on Earth; or, The Voice of
the Church in all ages, pág. 33. 348
Estaban dispuestos a bajar a la
tumba, a fin de que pudiesen "resucitar libertados." Esperaban al
"Señor que debía venir del cielo entre las nubes con la gloria de su
Padre," "trayendo para los justos el reino eterno." Los
valdenses acariciaban la misma fe. Wiclef aguardaba la aparición del Redentor
como la esperanza de la iglesia. (Id., págs. 54, 129-134.)
Ministerio Hno. Pio
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