Ezequiel 40. Hasta el capítulo 43, son las visiones de restauración Del templo de Jerusalén en si, como estará dividido y subdivididos… El señor se toma muy en serio, acerca de lo que será el futuro Templo, en el cual su pueblo lo adorará y le muestra al profeta un plano completo.
Los capítulos 40-48 constituyen una profecía única, muy singular.
Presentan con lujo de detalles la visión de un nuevo templo. También aparece un
nuevo y notable plan para dividir la tierra y una visión de aguas vivas que
manan de ese magnífico templo.
*La
visión del templo es una profecía pictórica, y se le deben aplicar los
principios esbozados en los comentarios del cap. 1:10. Ezequiel vio
representaciones de lo real, y no la realidad misma. El grado de identificación
sigue siendo un problema que deberá todavía ser interpretado. Sin embargo, sin
tomar en cuenta hasta dónde llegan las diferencias entre la REALIDAD Y EL SÍMBOLO, un
estudio comparativo de las otras profecías relacionadas con la restauración nos
lleva a pensar que aquí el profeta describe un estado literal, con una capital
literal y un templo literal. Sería difícil concebir que los judíos, a quienes
se dirigía esta profecía, pudieran haberla entendido de otra forma….
Hasta
este momento, la historia de Israel había significado una serie de fracasos.
Dios ahora le ofrecía otra oportunidad para que empezara de nuevo. El pasado
sería olvidado y nunca más sería presentado contra él. Israel como nación, y su
pueblo personalmente, estaban invitados a aferrarse de esta gloriosa promesa.
Es
razonable suponer que, a fin de convencer a su pueblo de la seguridad de la
promesa, Dios mandó a su siervo que trazara un plano exacto del templo que
habría de ser el centro de culto del nuevo Estado. Dios podría haber presentado
esta promesa sólo en términos generales. Podría meramente haberles dicho que en
lo futuro el templo habría de ser reconstruido. Pero esa comunicación habría
sido imprecisa. No habría duda en cuanto a la seriedad de las intenciones de
Dios si describía cuidadosamente cada detalle de la construcción y del
servicio. Se dedican en total nueve capítulos al templo y a sus servicios, y a
detalles relacionados con la ciudad y la nueva división de la tierra.
Esta es la última visión importante de Ezequiel (sólo la que respecta a Egipto, dada en el cap. 29: 17-21, fue posterior), y su magnitud y grandeza son un pináculo apropiado para la carrera profético de Ezequiel. Se ha dado la siguiente descripción pintoresca de esa carrera: "Ezequiel irrumpe en la escena como la nube de tormenta descrita en su primera profecía. El progreso de sus visiones nos encandila como las luces cromáticas que giran en medio de la nube en movimiento, hasta que la tormenta se pasa, la nube se disipa en el espacio y queda tanta luz que pueden verse los esplendores de una ciudad, de un templo, y de una nación iluminados con la gloria inmarcesible de un Dios omnipresente"
*El propósito de presentar al profeta todos estos complicados detalles era el de hacer conocer a los hijos de Israel el glorioso plan que Dios tenía para ellos. La descripción de estos detalles sin duda tenía el propósito de servir ¿como un gran aliciente para que el pueblo cumpliese con las condiciones necesarias. De este modo se le aseguraba que los pensamientos de Dios para Israel eran de paz y no de mal (ver Jer. 29: 11). La presentación de un plano completo les mostraba que Dios hablaba en serio respecto de sus propósitos y que cumpliría con su parte SI EL PUEBLO hacía lo que le correspondía (ver PP. 31-32).
Veamos
el capítulo de hoy: Vers. (1-5). Tiempo, forma y Depósito de la visión. (6-19)
Descripción de la puerta del este, (20-23) del norte, (24-31) del sur, (32-34)
del este, (35-38) y del norte. (39-43) Ocho mesas. (44-47) Las cámaras. (48-49)
El pórtico del templo.
1 EN EL año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y me llevó allá. 2 En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la parte sur. 3 Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de medir; y él estaba a la puerta. 4 Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel. 5 Y he aquí un muro fuera de la casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor del muro, de una caña, y la altura, de otra caña.
6 Después vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subió por sus gradas, y midió un poste de la puerta, de una caña de ancho, y el otro poste, de otra caña de ancho. 7 Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos de ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una caña. 8 Midió asimismo la entrada de la puerta por dentro, una caña. 9 Midió luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la puerta del portal estaba por el lado de adentro. 10 Y la puerta oriental tenía tres cámaras a cada lado, las tres de una medida; también de una medida los portales de cada lado. 11 Midió el ancho de la entrada de la puerta, de diez codos, y la longitud del portal, de trece codos. 12 El espacio delante de las cámaras era de un codo a un lado, y de otro codo al otro lado; y cada cámara tenía seis codos por un lado, y seis codos por el otro.
13 Midió la puerta desde el techo de una cámara hasta el techo de la otra, veinticinco codos de ancho, puerta contra puerta. 14 Y midió los postes, de sesenta codos, cada poste del atrio y del portal todo en derredor. 15 Y desde el frente de la puerta de la entrada hasta el frente de la entrada de la puerta interior, cincuenta codos. 16 Y había ventanas estrechas en las cámaras, y en sus portales por dentro de la puerta alrededor, y asimismo en los corredores; y las ventanas estaban alrededor por dentro; y en cada poste había palmeras. 17 Me llevó luego al atrio exterior, y he aquí había cámaras, y estaba enlosado todo en derredor; treinta cámaras había alrededor en aquel atrio. 18 El enlosado a los lados de las puertas, en proporción a la longitud de los portales, era el enlosado más bajo. 19 Y midió la anchura desde el frente de la puerta de abajo hasta el frente del atrio interior por fuera, de cien codos hacia el oriente y el norte.
20 Y de la puerta que estaba hacia el norte en el atrio exterior, midió su longitud y su anchura. 21 Sus cámaras eran tres de un lado, y tres del otro; y sus postes y sus arcos eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos de longitud, y veinticinco de ancho. 22 Y sus ventanas y sus arcos y sus palmeras eran conforme a la medida de la puerta que estaba hacia el oriente; y se subía a ella por siete gradas, y delante de ellas estaban sus arcos. 23 La puerta del atrio interior estaba enfrente de la puerta hacia el norte, y así al oriente; y midió de puerta a puerta, cien codos.
24 Me llevó después hacia el sur, y he aquí una puerta hacia el sur; y midió sus portales y sus arcos conforme a estas medidas. 25 Y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos, y el ancho de veinticinco codos. 26 Sus gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas; y tenía palmeras, una de un lado, y otra del otro lado, en sus postes. 27 Había también puerta hacia el sur del atrio interior; y midió de puerta a puerta hacia el sur cien codos. 28 Me llevó después en el atrio de adentro a la puerta del sur, y midió la puerta del sur conforme a estas medidas. 29 Sus cámaras y sus postes y sus arcos eran conforme a estas medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 30 Los arcos alrededor eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho. 31 Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y sus gradas eran de ocho peldaños.
32 Y me llevó al atrio interior hacia el oriente, y midió la puerta conforme a estas medidas. 33 Eran sus cámaras y sus postes y sus arcos conforme a estas medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. 34 Y sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes de un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaños.
35 Me llevó luego a la puerta del norte, y midió conforme a estas medidas; 36 sus cámaras, sus postes, sus arcos y sus ventanas alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco codos el ancho. 37 Sus postes caían afuera al atrio, con palmeras a cada uno de sus postes de un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaños. 38 Y había allí una cámara, y su puerta con postes de portales; allí lavarán el holocausto.
39 Y en la entrada de la puerta había dos mesas a un lado, y otras dos al otro, para degollar sobre ellas el holocausto y la expiación y el sacrificio por el pecado. 40 A un lado, por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas. 41 Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán las víctimas. 42 Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de un codo de altura; sobre éstas pondrán los utensilios con que degollarán el holocausto y el sacrificio. 43 Y adentro, ganchos, de un palmo menor, dispuestos en derredor; y sobre las mesas la carne de las víctimas.
44 Y fuera de la puerta interior, en el atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte, estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba hacia el norte. 45 Y me dijo: Esta cámara que mira hacia el sur es de los sacerdotes que hacen la guardia del templo. 46 Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová. 47 Y midió el atrio, cien codos de longitud, y cien codos de anchura; era cuadrado; y el altar estaba delante de la casa.
48 Y me llevó al pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco codos de un lado, y cinco codos de otro; y la anchura de la puerta tres codos de un lado, y tres codos de otro. 49 La longitud del pórtico, veinte codos, y el ancho once codos, al cual subían por gradas; y había columnas junto a los postes, una de un lado, y otra de otro. (Ezequiel 40).
1. El año veinticinco. Sin duda se refiere al cautiverio de Joaquín (ver
com. cap. 1: 2), siempre que se siga el mismo esquema de fechas en todo el
libro. El hecho de que el vers. 1 se refiera a "nuestro" cautiverio
(al igual que el cap. 33: 21) indica que Ezequiel fue llevado cautivo, junto
con Joaquín.
Principio del año. Heb. ro'sh hashshanah, "cabeza del año".
Puesto que la palabra ro'sh algunas veces significa "primero", hay
quienes consideran que aquí se indica el primer mes del año, es decir, el mes
de Nisán. Si así fuera, esta fecha correspondería con el mes de abril de 573 o
de 572 a. C. (dependiendo de si Ezequiel computó los años a partir de la
primavera o a partir del otoño). Sin embargo, si Ezequiel se refería al
"principio del año", y computaba el cautiverio según el año civil
judío, que comenzaba con el 7.º mes (Tisri), se hace referencia aquí al día de
la expiación en octubre de 573 (ver p. 602). Es interesante notar que ésta es
la única vez en que aparece en la Biblia la frase ro'sh hashshanah, nombre que
todavía dan los judíos al primer día del mes de Tisri, cuando se celebra el Año
Nuevo judío. Sin embargo, esto no prueba que en ese tiempo la frase hubiera
tenido el mismo significado. El día que se menciona es el 10º', no el 1.º.
Catorce años. El año 25 del cautiverio de Joaquín puede hacerse
coincidir con el año 14 de la caída de Jerusalén, a fin de hacer concordar las
tres fechas posibles mencionadas en el párrafo anterior (ver t. 111, PP. 9596).
Los
cap. 40-48 constituyen una profecía única, muy singular. Presentan con lujo de
detalles la visión de un nuevo templo. También aparece un nuevo y notable plan
para dividir la tierra y una visión de aguas vivas que manan de ese magnífico
templo.
Esta
profecía presenta varios problemas de interpretación. Se han adoptado frente a
ella tres posiciones principales:
1. La
posición literal. Según ella, Ezequiel proporcionó el esbozo de una nueva
constitución para Israel, que en realidad se habría puesto en práctica en algún
momento futuro, ya fuera en seguida después del exilio, o más tarde. Según esta
teoría, la construcción del templo, la institución de un culto y la división de
la tierra habrían seguido precisamente las especificaciones dadas por Ezequiel.
2. La
posición futurista. Según ella, la visión del templo proporcionaría una nueva constitución
para el Israel restaurado y reunido. Sin embargo, a pesar de conceder que en un
pequeño grado esta constitución pudo haber tenido vigencia después del exilio,
espera una futura edad de oro, cuando la visión se cumplirá en forma exacta y
completa.
3. La
posición alegórica. Niega todo cumplimiento literal y espera algún cumplimiento
simbólico, inmediatamente después del exilio, en la era cristiana, o al final
de la historia del mundo.
Con referencia a estas tres posiciones podría comentarse lo siguiente: En contra de la posición literalista, debe hacerse notar que es inconcebible que no haya alusión al lenguaje de Ezequiel en los libros históricos de Esdras y Nehemías, ni en las profecías de Hageo, todos ellos relacionados con este período. Aunque en estos libros se describe el retorno, la distribución de la tierra y la reconstrucción del templo, no hay ninguna referencia a esta profecía, ni se nota de parte de los constructores ningún deseo de ceñirse a las instrucciones de Ezequiel.
En
contra de la posición futurista, podría decirse que en vista de la relación
existente entre la antigua dispensación y la nueva, según se puede leer en las
Escrituras, es imposible concebir que alguna vez Dios mandara de nuevo que se
ofrecieran sacrificios animales que fueran aceptos para él.
En
contra de la posición alegórico, debe hacerse notar que no justifica
adecuadamente los múltiples detalles de la visión y no presenta un modelo de
interpretación suficientemente significativo como para justificar la gran
extensión del tema.
La
posición más simple es la que sigue los principios esbozados en el com. cap.
38: 1. Según esos principios, la visión del templo se habría cumplido en forma
literal si el pueblo hubiera sido fiel a su cometido, pero porque fracasó, la
profecía no pudo cumplirse de acuerdo con su intención original. Relativamente
pocos judíos volvieron a Palestina, y distaron mucho de cumplir el propósito de
Dios para ellos. Ciertos elementos (cap. 47) se cumplirán parcialmente en la
iglesia cristiana, como lo hacen notar autores inspirados posteriores.
La
visión del templo es una profecía pictórica, y se le deben aplicar los
principios esbozados en los comentarios del cap. 1:10. Ezequiel vio
representaciones de lo real, y no la realidad misma. El grado de identificación
sigue siendo un problema que deberá todavía ser interpretado. Sin embargo, sin
tomar en cuenta hasta dónde llegan las diferencias entre la realidad y el símbolo, un estudio comparativo
de las otras profecías relacionadas con la restauración nos lleva a pensar que
aquí el profeta describe un estado literal, con una capital literal y un templo
literal. Sería difícil concebir que los judíos, a quienes se dirigía esta
profecía, pudieran haberla entendido de otra forma.
El
hecho de que los autores bíblicos postexílicos nunca hicieran referencia a esta
profecía, y el hecho de que los constructores del templo, evidentemente, no
prestaron ninguna atención a este plan, quizá podría explicarse si se supone
que los constructores sabían muy bien que las condiciones todavía no se habían
dado para que estas promesas pudieran cumplirse. Tampoco hay en esta serie de
profecías insinuación alguna de que esos planes habían de ejecutarse en seguida
del regreso de los repatriados. Sin duda se las consideraba como una meta
futura, que debían esforzarse por alcanzar.
Si
Dios sabía que su templo nunca sería edificado, ¿por qué se esforzaría tanto en
proporcionar un modelo tan lleno de pormenores del estado futuro? La respuesta
es que Dios no dejó de utilizar método alguno para que Israel fuera inducido a
aceptar el excelso destino que originalmente había sido preparado para él.
Hasta este momento, la historia de Israel había significado una serie de
fracasos. Dios ahora le ofrecía otra oportunidad para que empezara de nuevo. El
pasado sería olvidado y nunca más sería presentado contra él. Israel como
nación, y su pueblo personalmente, estaban invitados a aferrarse de esta
gloriosa promesa.
Es
razonable suponer que, a fin de convencer a su pueblo de la seguridad de la
promesa, Dios mandó a su siervo que trazara un plano exacto del templo que
habría de ser el centro de culto del nuevo Estado. Dios podría haber presentado
esta promesa sólo en términos generales. Podría meramente haberles dicho que en
lo futuro el templo habría de ser reconstruido. Pero esa comunicación habría
sido imprecisa. No habría duda en cuanto a la seriedad de las intenciones de
Dios si describía cuidadosamente cada detalle de la construcción y del
servicio. Se dedican en total nueve capítulos al templo y a sus servicios, y a
detalles relacionados con la ciudad y la nueva división de la tierra.
Esta
es la última visión importante de Ezequiel (sólo la que respecta a Egipto, dada
en el cap. 29: 17-21, fue posterior), y su magnitud y grandeza son un pináculo
apropiado para la carrera profético de Ezequiel. Se ha dado la siguiente
descripción pintoresca de esa carrera: "Ezequiel irrumpe en la escena como
la nube de tormenta descrita en su primera profecía. El progreso de sus
visiones nos encandila como las luces cromáticas que giran en medio de la nube
en movimiento, hasta que la tormenta se pasa, la nube se disipa en el espacio y
queda tanta luz que pueden verse los esplendores de una ciudad, de un templo, y
de una nación iluminados con la gloria inmarcesible de un Dios
omnipresente" (Homiletic Commentary [Comentario homilético]).
2. Un monte muy alto. El profeta fue colocado en un punto elevado a fin de que desde allí pudiera examinar los detalles de la visión. Parecido a una gran ciudad. El templo y sus atrios, rodeados de muros, daban la impresión de una ciudad amurallada (con referencia al tamaño, ver com. vers. 5).
3. Un varón. No se identifica este personaje. Cordel de lino. Este cordel se emplearía para medir las distancias mayores (cf. cap. 47: 3). Caña de medir. Ver Apoc. 11: 1; 21: 15. Este instrumento habría de emplearse para las medidas pequeñas (ver com. Eze. 40: 5).
4. Cuenta todo. El propósito de presentar al profeta todos estos complicados detalles era el de hacer conocer a los hijos de Israel el glorioso plan que Dios tenía para ellos. La descripción de estos detalles sin duda tenía el propósito de servir ¿como un gran aliciente para que el pueblo cumpliese con las condiciones necesarias. De este modo se le aseguraba que los pensamientos de Dios para Israel eran de paz y no de mal (ver Jer. 29: 11). La presentación de un plano completo les mostraba que Dios hablaba en serio respecto de sus propósitos y que cumpliría con su parte si el pueblo hacía lo que le correspondía (ver PP. 31-32).
5. De a codo y palmo menor. Si se computa el codo como 44,45 cm, y el palmo como
la sexta parte del codo, o sea 7,4 cm, se llega a un codo de 51,86 cm. La caña
de medir habría tenido entonces un largo total de 3,12 M.
Espesor. Se habla aquí del espesor del muro que rodeaba el
atrio. En el plano de la p. 745, se designa este muro con la letra A. Este
esquema se presenta para dar una idea aproximada del edificio y de los atrios
(ver nota bajo el plano).
Aquí
se da la misma medida para el alto y para el ancho del muro. No se da el largo,
pero parece haber sido de unos 500 codos (unos 250 m; ver com. cap. 42:16) por
cada uno de los cuatro lados. Este muro rodeaba todo el complejo del templo. No
era alto (unos 3 m), de modo que los que se acercasen para adorar podrían
fácilmente ver a la distancia el templo en toda su hermosura y gloria,
brillando por encima de los muros.
6. Puerta que mira hacia el oriente. En los vers. 6-16 se describe la puerta oriental (p.
745, B), o puerta principal que llevaba directamente a la entrada al templo. Se
la describe con todos sus detalles. Las dimensiones de las puertas exteriores
del norte y del sur son idénticas (p. 745, F, G).
Gradas. La puerta se hallaba a mayor elevación que el terreno que rodeaba el recinto del templo. Se supone que, al igual que las puertas del norte y del sur, tenía siete gradas (vers. 22, 26; ver p. 745, a). Un poste. Mejor "umbral" (BJ) de la puerta. Es decir, la entrada de la puerta desde afuera. Una caña de ancho. La misma dimensión del espesor de los muros (vers. 5), o sea 3,60 m. La otra dimensión de esta entrada era de 6 m (vers. 11).
7. Cámara. Según lo que dice el vers. 10, había tres cámaras a cada lado de la entrada central. Estas piezas medían unos 3 m de lado. Poste. Mejor, "umbral". Por dentro. Literalmente, "desde la casa'. Sin duda se hace referencia aquí al umbral que estaba del lado interior de la estructura de la puerta, que llevaba al atrio (vers. 8).
8. La entrada de la puerta. El "vestíbulo del pórtico"(BJ). De la puerta. Muchos manuscritos y las versiones antiguas omiten el pasaje que comienza aquí y termina en el vers. 9. Evidentemente consideraron que se trataba de una ditografía* (ver nota de la BJ). Quienes aceptan el texto acortado, afirman que había un solo vestíbulo en esta puerta. Los que aceptan todo el pasaje, afirman que eran dos los vestíbulos. Por esto, son diferentes los dibujos que se hacen de la estructura de la puerta. Ver la nota debajo del plano en la p. 745, donde se destacan los problemas que surgen por falta de precisión en cuanto a los detalles arquitectónicos.
9. Ocho codos. Es decir, unos 4 m. Algunos afirman que ésta es la medida del portal de este a oeste; otros afirman que es la medida de sur a norte.
Postes. Heb. 'ayil, "pilar". La misma palabra se traduce como "gran árbol".
10. Cámaras. Ver com. vers. 7.
11. Entrada. Es decir, el umbral exterior. La longitud del portal. No se sabe con seguridad qué es lo que se mide aquí. Algunos piensan que esta medida corresponde con la parte techada del portal; otros piensan que era el pasillo entre las cámaras laterales, el cual quizá no tenía techo.
12. Espacio. Quizá un "parapeto" (BJ) delante de las
cámaras de la guardia. Al parecer había alguna barrera que sobresalía un codo
en el pasaje frente a la cámara de la guardia, a fin de que el centinela
pudiera salir sin impedimento al corredor para ver bien todo lo que allí
ocurría.
13. Desde el techo. Esta medida de 25 codos (unos 13 m) corresponde con
el ancho del portal, de norte a sur.
14. Los postes, de sesenta codos. La LXX de la edición Rahlfs dice: "Y el espacio
del pórtico de la puerta, sesenta codos". Los códices Vaticano y
Alejandrino dicen: "Y el espacio del pórtico de la puerta, afuera, veinte
codos". Es posible que la palabra 'elim, "postes", se hubiera
confundido con 'ulam, "atrio", y que "sesenta", hexekonta,
se hubiera confundido con "afuera", éxóthen, en el griego, pero el
cambio de 60 a 20 no es fácil de explicar. Por otra parte, una columna de 60
codos de altura (30 m) sería realmente imponente.
15. Cincuenta codos. Unos 25 m. El largo del edificio de la puerta era
dos veces el ancho (vers. 13). El método de reconstrucción que imagina que
había un pórtico o vestíbulo (ver com. vers. 8) divide el largo total de la
siguiente forma: entrada exterior, 6 codos; tres cámaras de 6 codos cada una,
18 codos; dos espacios o pilares de 5 codos cada uno, 10 codos; umbral
interior, 6 codos; pórtico, 8 codos; quiciales, 2 codos, lo que da un total de
50 codos. Si se reconstruye este edificio con dos pórticos, estas cifras se
modifican.
16. Ventanas estrechas. Heb., "ventanas cerradas", quizá "ventanas enrejadas" (BJ); ver com. 1 Rey. 6: 4. No es clara la ubicación exacta de estas ventanas. Palmeras. Se había empleado decoraciones similares en los tallados del templo de Salomón (1 Rey. 6: 29,32).
17. Atrio exterior. El templo tenía dos atrios: uno interior y otro exterior (p. 745, R y C respectivamente). Enlosado. El enlosado, o pavimento (p. 745, D), rodeaba el atrio exterior.
Treinta cámaras. No se da ni la ubicación ni el tamaño de estas cámaras
(p. 745, E, E, E, E, E, E). Desde el punto de vista de la simetría, puede
pensarse que eran diez en cada uno de los muros no ocupados por el edificio del
templo. No se dice si estaban construidas en bloques o en unidades
individuales.
18. En proporción a la longitud. Este pavimento parece haber sido tan ancho como la longitud de los edificios del pórtico, o sea unos 50 codos (cap. 40: 15). De esto se restaría el espesor del muro exterior (6 codos, vers. 5), lo que dejaría un pavimento de unos 44 codos (aproximadamente 22 m). Más bajo. Es posible que se lo designara de ese modo para distinguirlo del atrio interior, que era más elevado (cap. 41: 8).
19. Cien codos. Es decir, unos 50 m. Esta medida abarcaba desde la
entrada interior de la puerta del edificio exterior del pórtico hasta la
entrada exterior del edificio del pórtico interior (vers. 23, 27).
20. Hacia el norte. En los vers. 20-22 se describe el pórtico del norte
(p. 745, F), que era idéntico a la puerta oriental (p. 745, B), descrita ya en
los vers. 6-16. Se añade la información
adicional de que había siete escalones (p. 745, a) que llevaban a la puerta (vers.22).
23. La puerta del atrio interior. Quien estuviera en el atrio exterior (vers. 17),
junto a la puerta norte exterior (p. 745, F) podría ver las puertas interiores
que daban al norte y al este (I, H), cada una de las cuales estaba frente a su correspondiente
puerta exterior, ya fuera del norte o del este, y separada de ellas por un
espacio de 100 codos (unos 50 m).
24. Hacia el sur. En los vers. 24-27 se describe el pórtico sur (p.
745, G), que es idéntico a las puertas del norte y del este, ya descritas.
27. Puerta hacia el sur del atrio interior. La ubicación de esta puerta (p. 745, j) corresponde
con la de las puertas del norte y del este.
28. La puerta del sur. Las tres puertas del atrio interior (p. 745, H, 1,
j) eran básicamente iguales a las puertas exteriores. Una diferencia era que en
las puertas interiores había una escalinata de ocho peldaños (p. 745, b), y las
exteriores tenían siete peldaños (p. 745, a).
32. Midió la puerta. En los vers. 32-37 se presenta la descripción de las
puertas norte y este del atrio interior, las cuales eran idénticas a la puerta
sur, ya descrita (vers. 28-31).
38. Allí lavarán. La proximidad de este pasaje con la descripción de
la puerta norte (vers. 35-37) ha inducido a algunos a pensar que los muebles
que ahora se describen pertenecían a esa puerta. Otros creen que aquí comienza
una nueva sección y que se trata de la puerta oriental (vers. 40, 44; cap.
43:17; 46:1-2).
39. Mesas. En los vers. 39-41 se describen las ocho mesas donde
se degollaban las víctimas para los sacrificios. Con referencia a la posible
ubicación de estas mesas, ver com. vers. 40 (p. 745, c, c).
40. La puerta del norte. Algunos comentadores entienden que la palabra que
aquí se traduce como "del norte", significa "al norte' (BJ), es
decir, al norte de la puerta oriental. No hay certeza en cuanto a si estas
mesas estaban en la puerta este, en la norte, o en las tres.
43. Ganchos. Heb. shefattáyim, palabra que se ha traducido como
"piedras del fogón", aprisco", o "alforjas". La palabra
sólo aparece aquí y en Sal. 68: 13, donde la RVR traduce "tiestos"
(ver com. Sal. 68: 13). La LXX dice
"cornisa", "saliente". Los tárgumes dicen , ganchos".
44. Cámaras. No se especifica ni el tamaño ni la ubicación exacta
de estas cámaras. Según la LXX eran dos: una, en la puerta norte, mirando hacia
el sur; y la otra, en la puerta sur, mirando hacia el norte. Por otra parte, el hebreo parece indicar que
se encontraban al lado de las puertas del norte y del este, y bien podrían
haber estado en algún punto entre la puerta norte y la puerta este, y entre la
puerta este y la puerta sur.
En el
diagrama de la p. 745, P, P señalan una posible ubicación de estas cámaras, en
armonía con lo que dice el hebreo.
46. Hijos de Saco. Con referencia al sacerdocio de los sadoquitas, ver
com. 2 Sam. 8: 17.
47. Midió el atrio. Este era el atrio del altar (p.745, R), un cuadrado
de unos 100 codos (unos 50 m) de lado, en el centro del atrio interior.
48. Pórtico del templo. En los vers. 48-49 se dan las dimensiones del vestíbulo del templo (p. 745, M). Poste. "Pilares" (ver com. vers. 9). Aquí se da la medida del espesor de las dos proyecciones a ambos lados de la entrada. Tres codos. Es decir, aproximadamente 1,5 m. Es posible que ésta fuera la dimensión de las proyecciones a cada lado de la entrada.
49. Veinte codos. Algunos consideran que esta medida se tomó en la
dirección norte sur, y suponen que las cámaras laterales (cap. 41: 6-7) se
extendían por la parte posterior del edificio así como por los lados. Otros
ubican las cámaras laterales sólo en los lados norte y sur, y consideran que
esta medida de 20 codos se extiende de este a oeste.
Once codos. La LXX y la BJ dicen "doce". Gradas. Así como se llegaba a los dos atrios por escaleras, también se subía a la casa por gradas. Según la LXX y la BJ, eran diez las gradas. La casa estaba más arriba que el atrio interior. Ver la p. 745, d.
Columnas
junto a los postes. Igual que el
templo de Salomón, este nuevo edificio debía tener una columna a cada lado de
las gradas (p.745, N, N; ver 1 Rey. 7: 15-22). 4CBA/Ministerio Hno. Pio