Ezequiel
17. Es la parábola de las dos águilas y la viña. Esta profecía ocurrió cuando
Sedequías procuraba conseguir ayuda egipcia para enfrentarse con Nabucodonosor.
Sedequias
fue puesto como rey por Nabucodonosor y a éste le prometió fidelidad. Pero al romper
su pacto… Dios dice que fracasará y seria llevado cautivo a babilonia; y por
los pasajes anteriores sabemos que fue ciego y moriría allí.
Pero hay
esperanza para el remanente de Israel, y si escucha su voz completaría los propósitos
divinos.
*Mediante un remanente, Dios deseaba cumplir el propósito con el cual originalmente había llamado a Israel. La instrucción religiosa había de impartiese desde Sión, y el reino espiritual había de extenderse por todo el mudo. El fracaso del remanente de Israel determinó que se llamara a la iglesia cristiana (1 Ped. 2: 9; cf. Deut. 10: 15). Sus miembros, reunidos de toda nación, tribu, lengua y pueblo, habían de constituir la nueva nación por medio de la cual Dios evangelizaría al mundo (Mat. 21:33-46).
Vers.
(1 -10) Dios utiliza la parábola de las dos águilas y la vid, (11-21) para
destacar sus castigos contra Jerusalén por volverse de Babilonia a Egipto. (22-24)
Dios promete plantar el cedro del Evangelio.
1 VINO a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, propón una figura, y compón una parábola a la casa de Israel. 3 Y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: Una gran águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro. 4 Arrancó el principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes, y lo puso en una ciudad de comerciantes. 5 Tomó también de la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un sauce.
6 Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y echó mugrones. 7 Había también otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío. 8 En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese fruto, y para que fuese vid robusta. 9 Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas lozanas se secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancarla de sus raíces. 10 Y he aquí está plantada; ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el viento solano la toque? En los surcos de su verdor se secará.
11 Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 12 Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los llevó consigo a Babilonia. 13 Tomó también a uno de la descendencia real e hizo pacto con él, y le hizo prestar juramento; y se llevó consigo a los poderosos de la tierra, 14 para que el reino fuese abatido y no se levantase, a fin de que guardando el pacto, permaneciese en pie. 15 Pero se rebeló contra él, enviando embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha gente. ¿Será prosperado, escapará el que estas cosas hizo? El que rompió el pacto, ¿podrá escapar?
16 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció, y cuyo pacto hecho con él rompió. 17 Y ni con gran ejército ni con mucha compañía hará Faraón nada por él en la batalla, cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar muchas vidas. 18 Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará. 19 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré sobre su misma cabeza. 20 Extenderé sobre él mi red, y será preso en mi lazo, y lo haré venir a Babilonia, y allí entraré en juicio con él por su prevaricación con que contra mí se ha rebelado. 21 Y todos sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán a espada, y los que queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis que yo Jehová he hablado.
22 Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto y sublime. 23 En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus ramas habitarán. 24 Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho, y lo haré. (Ezequiel 17).
1. Palabra de Jehová. Es ésta una nueva comunicación, sin que por eso deje
de formar parte de la misma serie de profecías que comienza con la visión de
los cap. 8-11. Los vers. 12-24 permiten determinar la ocasión y fijar la fecha
de la profecía. Esto ocurrió cuando Sedequías procuraba conseguir ayuda egipcia
para enfrentarse con Nabucodonosor.
2. Figura. Heb. jidah, "enigma" (Sal. 49: 4),
"cosa escondida" (Sal. 78: 2). En esos pasajes aparecen juntas las
palabras que se traducen como "figura" y "parábola" en este
versículo de Ezequiel.
3. Una gran águila. Literalmente, "el águila grande" (BJ). Según
el vers. 12, este símbolo representa al "rey de Babilonia" (cf. Jer. 48:40;
49:22).
Líbano. En forma poética se representa aquí a Judá. Es
posible que el nombre de uno de los palacios de Salomón, llamado "casa del
bosque del Líbano" (1 Rey. 7: 2; 10: 17, 21) hubiera sugerido este
simbolismo.
El cogollo. Heb. tsamméreth, palabra que sólo aparece aquí, en
el vers. 22, y en el cap. 31:3, 10, 14. Su etimología es dudosa, pero
pareciera que significa "cima" (BJ) del árbol. Se alude aquí a Joaquín, a quien
Nabucodonosor llevó cautivo a Babilonia (2 Rey. 24:12).
4. Mercaderes. Heb. kena'an, palabra que suele transliterarse como
"Canaán', pero que aquí se emplea con el sentido secundario de
"comercio" o "mercadería" (ver com. cap. 16:29). La
"tierra de mercaderes" es Babilonia (cap. 17: 12).
5. La simiente de la tierra. Esta representaba a Sedequías, a quien Nabucodonosor
puso por rey en lugar de Joaquín. Es
posible que Joaquín haya sido depuesto del trono por su tendencia favorable a
Egipto. Se esperaba que Sedequías, como vasallo de Babilonia, permanecería fiel
a su señor el rey.
6. Una vid de mucho ramaje. En los días de Sedequías, el Estado judío pudo
llegar a ser fructífero y próspero, a pesar de estar sujeto a Babilonia. Sedequías
había jurado reconocer la soberanía de Nabucodonosor (2 Crón. 36: 13). Sin duda,
Nabucodonosor esperaba que el floreciente reino de Israel sirviera algo así
como de parachoques entre su reino y Egipto, aquí tenía sueños de convertirse
en imperio.
7. Otra gran águila. Hofra de Egipto, también 665 llamado Apries (vers.
15; cf. Jer. 44: 30).
Hacia ella. Aunque Sedequías había jurado lealtad a Babilonia (2
Crón. 36:13; cf. 17:14), en forma traicionera buscó la ayuda de Egipto.
Jeremías intentó disuadir a Sedequías de que se aliara con Egipto (Jer. 37: 7).
9. Será prosperada? Se insinúa una respuesta negativa. Las propuestas de
amistad de Egipto dieron como resultado la completa destrucción de Judá.
10. Viento solano. Un símbolo muy apropiado para representar a los babilonios, quienes moraban al este de Palestina. El viento solano (oriental) es notorio por su efecto devastador sobre la vegetación. (Job 27:21; Eze. 19:12; Ose. 13:15; Jon. 4:8).
11. Y vino a mí. Esta nueva introducción sugiere que transcurrió
algún tiempo antes de que se diera la explicación de la parábola. Durante ese lapso la parábola habría de ser
un enigma para el pueblo; suscitaría su curiosidad, y lo volvería más atento cuando
el profeta explicara el sentido de la misma. La verdad siempre encuentra terreno más fructífero en la mente
inquisitivo.
12. ¿Qué significan estas cosas? El profeta presenta a continuación la interpretación
formal de la parábola (vers. 12-17). Sin duda la "casa rebelde"
incluía a aquellos exiliados en Tell-abib que esperaban que la alianza con
Egipto tuviera éxito y fuera derrocado el poder de Babilonia.
He aquí. La interpretación de la parábola aparece en el
comentario de los vers. 3-10.
15. Caballos. A partir de la 18.ª dinastía, los carros formaban
parte del equipo militar de los ejércitos egipcios (ver com. Exo. 14:7; 1 Rey.
10:28-29; cf. 2 Crón. 12:2-3; Isa. 31:1; 36:9).
¿Escapará? La perfidia de Sedequías, manifestada al violar su
pacto de lealtad, además de sus otras grandes impiedades, no podía pasarse por
alto. Con referencia a la santidad de un juramento, ver Jos. 9; 2 Sam. 21: 1-2.
16. Morirá. Ver com. Eze. 12:13.
17. Hará Faraón nada por él. El hebreo dice " hará a el Faraón". La
traducción de la RVR afirma que de ningún provecho o servicio sería la ayuda de
Egipto. Se ha sugerido la corrección del verbo a fin de que pueda traducirse
como "le salvará" (BJ).
Cuando se levanten vallados. Serían los babilonios los que levantarían vallados y
edificarían torres (ver com. cap. 4: 2), y no los egipcios.
18. Había dado su mano. Es decir, había prometido o jurado.
19. El juramento mío. El Señor designa como suyo el pacto y el juramento
que había concertado con Nabucodonosor, sin duda porque había sido hecho en el
nombre de Dios (2Crón. 36: 13). Además, como árbitro de la historia, el Señor
tenía planes de que en este momento los judíos se sometieran al yugo de
Babilonia (Jer. 27:12).
20. Extenderé sobre él mi red. La primera parte de este versículo es casi idéntica
al cap. 12: 13. Ver allí el comentario.
22. Tomaré yo. Una promesa de restauración futura. Dios mismo se
interpondría y tomaría el "cogollo" del cedro y lo plantaría "en
el monte alto de Israel". Sin duda
la predicción se refiere al Mesías.
Monte. Ver Eze. 20: 40; cf. Isa. 2: 2-4; Miq. 4: 1-3.
23. Las aves de toda especie. De esta forma se representa la variedad de habitantes que pueblan la tierra (cf. Mat. 13: 32), gente de "toda nación, tribu, lengua y pueblo".
Mediante un remanente, Dios deseaba cumplir el propósito con el cual originalmente había llamado a Israel.
La
instrucción religiosa había de impartiese desde Sión, y el reino espiritual
había de extenderse por todo el mudo. El fracaso del remanente de Israel
determinó que se llamara a la iglesia cristiana (1 Ped. 2: 9; cf. Deut. 10: 15). Sus miembros, reunidos de toda
nación, tribu, lengua y pueblo, habían de constituir la nueva nación por medio
de la cual Dios evangelizaría al mundo (Mat. 21:33-46).
24. Todos los árboles. Es decir, las naciones vecinas. Ellas serían
testigos de la restauración de la nación de Israel y reconocerían que todo
poder proviene de Dios, quien en silencio y con paciencia está llevando a cabo
los propósitos de su divina voluntad. Dios ha asignado una tarea a cada persona
y a cada nación. A todos se les permite ocupar un lugar en la tierra a fin de
ver si cumplirán el propósito divino (ver Ed 173; PR 392-393). 4CBA/Ministerio
Hno. Pio
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