martes, septiembre 17, 2013

REFLEXIÓN 34. ¡Imposible! Dejar De Amarlo…


¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación? ¿Angustia? ¿Persecución? ¿Hambre? ¿Desnudez? ¿Peligros? ¿Espada? …
Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 
 Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, 
ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, 
ni poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada 
nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos 8: 35, 37 – 39). 

En mi vida he encontrado casos de creyentes, que han perdido su fe, algunos después de muchos años, décadas… 
o les que se han mantenido en la mediocridad, 
volviendo de cuando en cuando a las filas del Señor.

 ¿Porque sucede esto? 

Veremos hoy Una de las causas o la causa de esta actitud, hablaremos de las pruebas. Las pruebas son parte de los propósitos de Dios, para hacernos crecer y madurar en la fe. 

El caso de San Pablo no fue la excepción, no dijo de noche a la mañana, y por tener el Espíritu Santo, que toda prueba era agradable, fue creciendo paso a paso y llego a decir entre otras perlas, “¿Quién nos separara del amor de Cristo?
 ¡¡¡Nada podrá hacerlo!!! 

Veamos su recorrido: 
1° Paso: “No Hago El Bien Que Quiero” Romanos 7: 14 – 24.
 2° Paso: “La Incertidumbre de estar verdaderamente en la Fe” 
1 Corintios 9: 24 – 27. 
3° Paso: “La Única Seguridad, La Entrega Total” Gálatas 2: 20. 
4° Paso: Resultados De La Entrega total. “Filipenses 3: 4 – 16. 
5° Paso: El Gozo Incondicional. “Filipenses 4: 6 – 8”. 
6° Paso: La Certeza Total y Fin De La Carrera Cristiana 
En Victoria. “2 Timoteo 4: 5 – 8. 

 Podemos hacer nuestra esta experiencia del apóstol e incorporarlo a nuestra vida, porque dijo: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 Corintios 11: 2. 

Pero que nunca hayas tenido una crisis de grandes proporciones, es porque eres tan hábil, que entiendes rápidamente los propósitos de Dios, y fácilmente pasa la crisis; o no eres consecuente con tu fe… La mayoría somos lentos para aprender, y a veces las dificultades duran más tiempo:
A).- Porque en cada prueba, lo primero que vemos, es a Dios como culpable de nuestros males, y nos preguntamos y preguntamos a Dios. ¿Por qué yo?; “¿Porque a mí? 
 B).- Y mientras vamos creciendo en la fe, entendemos que Dios tiene un propósito con esta prueba. Y Miramos a Dios y decimos, Señor, y porque no a mí, si tu hijo fue probado y en la cruz murió, ¿qué quieres enseñarme? Y damos gracias por esta experiencia.
 C).- Y cuando ya estamos maduros en la fe. Ante toda dificultad: Damos gracias y seguimos aprendiendo de Dios y su palabra. Porque… “sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28 R60). 

 Anécdota de un Varón de Dios: “Hoy decidí dejar el camino que recorrí por más de 32 años, le di mi vida a este ministerio…. y en la noche, continuó su decisión ya tomada en la mañana. Y decía: Cuando veo los pasos que tengo que seguir, lo comparo aun matrimonio que termina, hay tantos lazos entretejidos, de emociones y afectos, que no sé por dónde empezar. 

En honor a la verdad, la decencia y la sinceridad, debo señalar; lo amé mucho y lo seguiré amando porque este ministerio es mi vida. Tomo esta decisión después de haber rogado, buscado, llamado, por algo que no logre que el altísimo me concediera por todo este tiempo. Creo que esperé más que Abraham, más que otras personas que conozco. Tendré que buscar si aún puedo hallar un lugar en este mundo, o llegar al enajenamiento total… 

Pero mientras pienso, buscando muy dentro de mí;
 ¿Qué me mantuvo durante tanto tiempo al lado del Señor?
 Llego a responderme; me mantuvo el amor, encuentro que lo amé y lo amo, y nunca podré dejarlo, porque el amor es más fuerte y grande que cubre toda mi impiedad y desesperación… amé y amo al Señor, amé y amo mi ministerio, amé y amo su iglesia, amé y amo su obra, me gocé enseñando su palabra, ministrando a mucha gente durante tantos años. Y lo seguiré haciendo hasta el final de mis días. porqué es imposible dejar de amarlo…

 Quien no ha sentido alguna vez y ha dicho o pensado: hasta aquí llegue, desde hoy seré ateo, incrédulo…algunos dicen con hechos más que con palabras.
 Lo dicen porque están creciendo en la fe, y si soportan la eventual crisis, esta pasará y serán más fuertes la próxima ves. 

 San Pablo rogó, buscó, pidió, pero no todo se le concedió. En una oportunidad Dios le dijo: “bástate mi gracia”…2 Corintios 12: 9. 
No todo lo que pedimos Dios nos dará, quizá en aquel gran día, lo entenderemos, pero en esta vida, debemos sujetarnos 
y esperar que se haga su voluntad. 
 Es una lección muy difícil, pero sí, posible de aprenderlo. Debemos y tenemos que llegar a tener la mente de Cristo. 

Podemos señalar otros ejemplos bíblicos: ¿Se acuerdan de Elías, cuando huía de la ira de la malvada Reina Jezabel? o de Abraham, cuando le faltó la fe, y no esperó más la promesa, ¿Ya que después de 10 años de espera a la promesa de Dios, quiso cumplir la promesa de Dios haciendo su propia voluntad? o también podemos señalar el caso del Pueblo de Israel, ¿Que no llegaron a la tierra prometida por falta de fe? Por qué no aprendieron a superar las dificultades, no crecieron, ni menos maduraron, porque siempre se quedaron en el primer paso donde echaban la culpa a Dios y se consideraban demasiado orgullosos e intocables. 

Es triste, que todo un pueblo, se perdiera en el desierto. Para que pase eso, solo había una mente, o sea que cada persona había perdido su propia identidad y su mente fue cautivado por la mente grupal, de seguir a la multitud. “Nadie debe ser tu conciencia, ni dominar tu mente, la mente debe estar cultivada por la palabra de Dios y abierta a la influencia de su Espíritu. Porque somos responsables individualmente ante Dios, pero esta sencilla lección Israel no aprendió, ni menos entendió. Por tanto la lección de 40 años de castigo en el desierto por su falta de fe. Solo completó su rebeldía y aborrecimiento a la voluntad de Dios. (Números 14: 20 – 35). 

 Que lección para nosotros, que no debemos dejar de aprender de nuestro Maestro Jesucristo, sin dejarlo de mirarlo. En todo momento por medio de su palabra, en todo momento. (Josué 1: 8). 

Y los casos pueden seguir y seguir, el caso de Sansón, que contraviniendo el mandato expreso de Dios, se unió en matrimonio con una mujer que no era de su fe, Y vimos las consecuencias fatales que sufrió. A pesar de ser físicamente fuerte, ya que podía derrotar a cientos de hombres él solo, pero no pudo derrotar su ser carnal, que causó su muerte en la más completa humillación… 

 Por tanto La falta de fe nos es patrimonio solo de nosotros los creyentes de este siglo. Ya que, a través de los tiempos antiguos, también lo sufrieron. Pero la diferencia que marco a uno y otro caso fue y es lo que cuanto tiempo pasamos con Dios, cada mañana, en cada momento, lo que determinará largamente, nuestra victoria o nuestra derrota. 

El mensaje de hoy nos enseña, cómo Dios, por medio de su Espíritu Santo va cumpliendo su promesa a través de toda nuestra experiencia en Cristo, es un hecho invisible al ojo humano y sobre todo a los ojos del propio creyente, en la que se realiza el milagro día tras día. Lo entreteje de tal manera que estamos más y más unidos a Dios, que al mundo, y ante una prueba que sobrepasa nuestras fuerzas; cuando sentimos que ya no hay más fuerzas, para seguir en la fe, nos damos con la sorpresa, que hay más fuerzas de lo que suponíamos, y esa fuerza fluye del trono de Dios. Pero no es casual, es consecuencia de que nos deleitamos en él, y su promesa se cumple y dice yo te concederé las peticiones de tu corazón…Salmos 37: 3, 4. 

Así como el camello que tiene que cruzar el gran desierto del Sahara, para hacerlo se prepara en tiempo de paz y descanso, tomando la gran cantidad de agua y comida de cuanto sea posible, y así llenando sus jorobas. Y cuando llega el momento de cruzar el desierto está preparado. 
 Los cristianos de hoy tienen más ventaja que los antiguos, porque el conocimiento de Dios está en abundancia. Debemos definir totalmente cual es nuestro alimento real. Recuerden: solo debemos sentarnos en la mesa del Señor. Construyendo nuestra vida y nuestra fe en la roca eterna. Y así en la hora de la gran prueba, a pesar de que suframos, saldremos vencedores, e iremos de victoria en victoria…. 

¿Porque quien nos separará del amor de Cristo? 

Sólo nos puede separar nuestro amor al mundo,
 y de seguro eso no debe jamás pasar, porque amamos más a nuestro Dios que a toda las cosas que tenemos. 
Por tanto lo amamos no porque se dan las cosas en nuestra vida, sino porque entendemos que tiene un propósito
 en nuestra vida. Dios los bendiga. 
Porque con Cristo somos más que vencedores… Amen. 

Con Afecto: Pio Pablo Huamán Julca