jueves, enero 13, 2022

ENLACES DEL NUEVO TESTAMENTO/MATEO-APOCALIPSIS (REFLEXIONES) MHP

ENLACE SOBRE LOS EVANGELIOS DE MATEO/MARCOS/LUCAS Y JUAN

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LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES

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ROMANOS

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1 CORINTIOS

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2 CORINTIOS

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GÁLATAS Y EFESIOS

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FILIPENSES, COLOSENSES Y 1° Y 2° TESALONICENSES

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1° Y 2° TIMOTEO, TITO, Y FILEMON

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HEBREOS

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SANTIAGO 1° Y 2° PEDRO

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1°, 2° Y 3° JUAN Y JUDAS

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APOCALIPSIS

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APOCALIPSIS/ENLACES 959-981 (REFLEXIONES/MHP)

REFLEXIÓN 959. INTRODUCCIÓN GENERAL A APOCALIPSIS.  

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REFLEXIÓN 960. PRÓLOGO/ LAS CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS: Saludo, Introducción: La Visión De Cristo (APOCALIPSIS 1).  

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REFLEXIÓN 961. LAS CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira (APOCALIPSIS 2). 

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REFLEXIÓN 962. LAS CARTAS A LAS SIETE IGLESIAS: Sardis, Filadelfia, Laodicea (APOCALIPSIS 3). 

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REFLEXIÓN 963. EL TRONO DE DIOS Y EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS: El Trono Celestial (APOCALIPSIS 4).

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REFLEXIÓN 964. EL TRONO DE DIOS Y EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS: El Triunfo Del Cordero (APOCALIPSIS 5). 

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REFLEXIÓN 965. EL TRONO DE DIOS Y EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS: Los Primeros Seis Sellos (APOCALIPSIS 6). 

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REFLEXIÓN 966. EL TRONO DE DIOS Y EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS: El Sellamiento De Los 144.000, La Gran Multitud (APOCALIPSIS 7). 

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REFLEXIÓN 967. EL TRONO DE DIOS Y EL LIBRO DE LOS SIETE SELLOS: El Séptimo Sello: Finaliza El Conflicto/ LOS JUICIOS DE DIOS: LAS SIETE TROMPETAS: Introducción. Las Primeras 4 Trompetas (APOCALIPSIS 8).

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REFLEXIÓN 968. LOS JUICIOS DE DIOS: LAS SIETE TROMPETAS: La 5° Y 6° Trompetas (APOCALIPSIS 9). 

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REFLEXIÓN 969. LOS JUICIOS DE DIOS: LAS SIETE TROMPETAS: El Ángel Con El Librillo (APOCALIPSIS 10). 

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REFLEXIÓN 970. LOS JUICIOS DE DIOS: LAS SIETE TROMPETAS: Medición Del Templo. Los Dos Testigos. La Séptima Trompeta: El Triunfo De Dios (APOCALIPSIS 11).

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REFLEXIÓN 971. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Satanás Hace Guerra Contra El Pueblo Remanente: Desarrollo Del Conflicto, Satanás Declara La Guerra (APOCALIPSIS 12). 

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REFLEXIÓN 972. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Satanás Hace Guerra Contra El Pueblo Remanente: El Papel De La Bestia Semejante A Un Leopardo. El Papel De La Bestia De Dos Cuernos/Principios En Juego En El Último Conflicto: El Ultimátum De Satanás Al Pueblo De Dios: La Imagen Y La Marca De La Bestia (APOCALIPSIS 13). 

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REFLEXIÓN 973. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Principios En Juego En El Último Conflicto: El Triunfo De Los 144.000 Sobre La Bestia, Su Imagen Y Su Marca. El Ultimátum De Dios A Los Habitantes De La Tierra: Los Mensajes De Los Tres Ángeles… (APOCALIPSIS 14). 

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REFLEXIÓN 974. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Las Siete Últimas Plagas: Castigos Divinos Sobre Los Impíos: Una Afirmación De La Justicia Divina. Preparación Para La Ira De Dios (APOCALIPSIS 15). 

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REFLEXIÓN 975. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Las Siete Últimas Plagas: Preparación Para La Ira De Dios. Las Siete Últimas Plagas (APOCALIPSIS16).

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REFLEXIÓN 976. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Las Siete Últimas Plagas: Enjuiciamiento De Babilonia La Grande (APOCALIPSIS 17). 

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REFLEXIÓN 977. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Exterminación Del Mal: Afirmación De La Misericordia Divina: Una Exhortación Final A Salir De Babilonia/El Fin De La Oposición Religiosa Organizada: La Desolación De Babilonia (APOCALIPSIS 18). 

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REFLEXIÓN 978. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Exterminación Del Mal: La Coronación De Cristo Como Rey De Reyes. La Segunda Venida De Cristo Y Su Triunfo Sobre Esta Tierra (APOCALIPSIS 19). 

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REFLEXIÓN 979. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Exterminación Del Mal: El Milenio: Exterminación Del Pecado Y Los Pecadores (APOCALIPSIS 20).

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REFLEXIÓN 980. LA TIERRA NUEVA Y SUS MORADORES: La Nueva Jerusalén (APOCALIPSIS 21).

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REFLEXIÓN 981. LA TIERRA NUEVA Y SUS MORADORES: El Río Y El Árbol De Vida, El Reino Eterno De Los Santos/ EPÍLOGO: ADMONICIÓN E INVITACIÓN: Recepción Del Libro Y Su Mensaje. Una Exhortación A Estar Listos Para La Venida De Cristo (APOCALIPSIS 22).

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REFLEXIÓN 981. LA TIERRA NUEVA Y SUS MORADORES: El Río Y El Árbol De Vida, El Reino Eterno De Los Santos/ EPÍLOGO: ADMONICIÓN E INVITACIÓN: Recepción Del Libro Y Su Mensaje. Una Exhortación A Estar Listos Para La Venida De Cristo (APOCALIPSIS 22).

Apocalipsis 22

LA TIERRA NUEVA Y SUS MORADORES:

El Río Y El Árbol De Vida, 22:1-2.

El Reino Eterno De Los Santos, 22:3-5.

EPÍLOGO: ADMONICIÓN E INVITACIÓN, 22:6-21.

Recepción Del Libro Y Su Mensaje, 22:6-10.

Una Exhortación A Estar Listos Para La Venida De Cristo, 22:11-21.

1 DESPUÉS me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. 2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, 4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. 5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.

6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 7 ¡He aquí, vengo pronto!  Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.

8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.

11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. 12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

 15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.

16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.

20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. (Apocalipsis 22).

1. Un río limpio. El ángel le había mostrado a Juan el exterior de la ciudad (cap. 21:10); ahora dirige su atención a ciertos detalles del interior. Compárese con la descripción del río que hace Ezequiel. (Ver com. Eze. 47:1).

Resplandeciente. Gr. lamprós, "brillante", "luciente".

Compárese con el uso de esta palabra en Luc. 23:11; 

Hech. 10:30; Apoc. 15:6; 19:8; 22:16.

Salía del trono. Cf. com. Eze. 47:1; Zac. 14:8.

2. Árbol de la vida. Compárese con los "muchísimos árboles" de Ezequiel.

(ver com.  Eze. 47:7, 12).

En cuanto al árbol del jardín del Edén original, ver com. Gén. 2:9.

Acerca de su historia posterior, ver 8T 288-289.

Este árbol es un símbolo de la vida eterna que procede de la fuente de vida.

Cf. Apoc. 21:10; PP 46; CS 703, 706; EGW, Material Suplementario com. Apoc. 22:2.

Doce frutos. Habrá abundancia constante y suficiente para suplir todas las necesidades de la vida de los salvados durante la eternidad. Cf. Eze. 47:12.

Sanidad. Gr. therapéia, "servicio", "sanamiento" a veces, colectivamente, "empleados domésticos". Esta palabra sólo aparece cuatro veces en el NT 

(cf. Mat. 24:45; Luc. 9:11; 12:42).

En el griego clásico therapéia tiene diversos significados de "servicio", "nutrición", "cuidado". En cuanto a la función del árbol de la vida en el Edén restaurado, ver com. "árbol de la vida".

3. Maldición. Gr. katáth'ma, "anatema", "lo que es maldito".

La palabra probablemente debe distinguirse de anáth'ma, una maldición pronunciada como sentencia sobre alguna cosa o persona.

Trono. Una sugerencia de que Dios y Cristo reinarán en la ciudad. 

Es posible porque no habrá nada maldito por el pecado.

Le servirán. Gr. latréuÇ, "servir", "adorar", "ministrar".

Se refiere a un servicio normal, natural, espontáneo; se distingue de leitourgéÇ, palabra que se aplica a un servicio oficial, en un puesto señalado (cf. Exo. 29:30, LXX).

4. Verán su rostro. Expresión que denota relaciones estrechas con otra persona y confianza mutua. Ver Sal. 17:15; Mat. 5:8; Heb. 12:14; 1 Juan 3:2.

Compárese con el caso de Moisés (Exo. 33:20-23).

En sus frentes. Mejor "sobre sus frentes". El nombre divino en la frente es un símbolo de posesión y autenticidad. Se destaca la completa consagración de los santos a una vida de adoración a Dios (cap. 7:3; 13:16).

5. No. . . más noche. Este versículo traza un cuadro vívido que destaca la insignificancia de las luminarias creadas ante la presencia de Dios. Palidecerán hasta desaparecer en la presencia de la gloria del Ser supremo (ver com. cap. 21:23).

Los iluminará. Una representación del restablecimiento de las relaciones armoniosas que fueron interrumpidas por el pecado.

Reinarán. Cf. cap. 5:10. No significa que reinarán unos sobre otros, ni sobre otros mundos. Es una figura de lenguaje para describir la felicidad eterna de los redimidos. Ya no estarán bajo la mano opresora de un poder perseguidor, sino que gozarán de la libertad y la abundancia de los reyes.

6. Fieles y verdaderas. Una afirmación de que la revelación de Dios es verdadera y digna de toda confianza. Esta profecía del ángel es auténtica.

Los espíritus de los profetas. Esta frase puede considerarse como una referencia a los espíritus de los profetas bajo la dirección del Espíritu Santo cuando recibían las visiones. El Espíritu Santo iluminó el espíritu de Juan como había iluminado los espíritus de los profetas del AT (cap. 1:10).

Todo El Apocalipsis Es Un Testimonio Del Dominio Ejercido Por El Espíritu Santo Sobre El Espíritu De Juan Cuando Estaba En Visión.

7. Pronto. El ángel cita las palabras de Jesús. 

Es una referencia a su segunda venida.

Ver com. cap. 1:1.

Bienaventurado. Es la sexta de las siete bienaventuranzas del Apocalipsis.

(Cf. cap. 1:3; 14:13; 16:15; 19:9; 20:6; 22:14).

Las palabras. Es decir, los diversos consejos y amonestaciones del libro.

8. Me postré para adorar. Quizá como un acto de homenaje, pero el ángel lo rechazó. La grandeza de la visión debe haber abrumado completamente al profeta, y lo hizo sentirse humilde en extremo. Además, el ángel había estado citando las palabras de Jesucristo como si éste estuviera hablando personalmente.

9. Consiervo tuyo. Ver com. cap. 19:10.

Los que guardan las palabras. Cf. cap. 19:10, donde indudablemente se describe al mismo grupo como "tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús". "Las palabras de este libro" son el testimonio de Jesús (ver com. cap. 1:2).

Adora a Dios. Ver com. cap. 14:7.

10. No selles. Una orden contraria a la que se le dio a Daniel en cuanto a su libro.

(Ver com. Dan. 12:4).

Los mensajes del libro de Apocalipsis no debían ser sellados porque "el tiempo está cerca"; pero este no había sido el caso en los días de Daniel. Las palabras "no selles" equivalen a una orden amplia y positiva: "Publica los dichos de la profecía de este libro por todas partes".

El tiempo está cerca. Ver com. cap. 1:1, 3.

11. Injusto. Estas palabras se aplican especialmente al tiempo cuando se decidirá irrevocablemente el futuro de cada persona. Ese decreto se pronunciará al concluir el juicio investigador (ver com. cap. 14:7).

Algunos ven una aplicación más amplia de estas declaraciones cuando se comparan con las palabras de Cristo en la parábola de la cizaña: "Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega" (Mat. 13:30).

No debe impedirse el libre albedrío. Los seres humanos deben vivir de acuerdo con sus propias elecciones para que manifiesten su verdadero carácter. Cada persona de cada época manifestará en la segunda venida de Cristo a cuál escogió pertenecer.

12. Vengo pronto. Ver com. vers. 7.

Galardón. Gr. misthós, "jornal", "salario", "lo que se debe".

Compárese con el uso de la palabra en Mat. 5:12, 46; 20:8; 2 Ped. 2:13.

Obra. Gr. érgon, "acción", "obra", "hecho".

El número singular sugiere que la palabra se usa colectivamente para referirse a todas las acciones que han conformado la vida de las personas. Los efectos de la gracia de Cristo o de su rechazamiento también se tomarán en cuenta cuando se examine la "obra" de "cada uno" (ver com. Eze. 18:22, 24).

13. El Alfa y la Omega. La primera y la última letra del alfabeto griego. Se usan para describir al Señor como el Creador de todas las cosas y como la revelación primera y final de Dios a los hombres. (Cf. com. cap. 1:8).

El principio y el fin. Todas las cosas creadas deben su existencia a Cristo; todas las cosas hallan su fin en relación con él. Cf. com. Col. 1:16-17.

El primero y el último. El desarrollo del plan de salvación desde el principio hasta el fin está ligado a Cristo Jesús. Los tres títulos de este versículo resumen las actividades de Cristo en relación con la salvación del hombre (cf. com. cap. 1:17).

14. Bienaventurados. La séptima bienaventuranza 

o bendición para los fieles (ver com. vers. 7).

Los que lavan sus ropas. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) este texto, si bien muchos MSS tardíos, escritos en cursiva, dicen, como la RVA, "los que guardan sus mandamientos". De los manuscritos unciales antiguos (ver t. V, pp. 115-118) sólo el Sinaítico y el Alejandrino contienen esta sección del Apocalipsis, y ambos dicen: "que lavan sus vestiduras".

Las dos frases son muy similares en el griego, sobre todo en mayúsculas y sin una clara separación entre las palabras, cosas que pueden apreciarse en los unciales antiguos.

La Siguiente Transliteración Mostrará La Similitud:

HOIPOIOUNTESTASENTOLASAUTOU: "Que guardan sus mandamientos". HOIPLUNONTESTASSTOLASAUTON: "Que lavan sus vestiduras".

En realidad, ambas variantes son apropiadas en el contexto, y están en armonía con las enseñanzas de Juan en otros lugares. En cuanto al tema de guardar los mandamientos, ver Apoc. 12:17; 14:12; cf. Juan 14:15, 21; 15:10; 1 Juan 2:3-6; y en relación con el lavamiento de las vestiduras, ver Apoc. 7:14, donde se describe a una muchedumbre de santos que "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero".

NUESTRO DERECHO a entrar en el cielo se debe a la justicia de Cristo que se nos da sin merecerla; y nuestra idoneidad para el cielo, ES EL RESULTADO de la justicia que se nos imparte a medida que seguimos sus pasos.

Esta justicia está simbolizada por las ropas lavadas y emblanquecidas. La evidencia externa de la justicia que imparte Cristo es el cumplimiento perfecto de los mandamientos de Dios. Por eso la idea de las vestiduras lavadas y la de la obediencia a los mandamientos, están estrechamente vinculadas.

En vista de los problemas de traducción que aquí se presentan, parece más prudente establecer la base de la doctrina de la obediencia a los mandamientos de Dios sobre otros pasajes de la Escritura que tratan de la obediencia, y con respecto a los cuales no se ha levantado cuestión acerca de la evidencia textual. Esos pasajes abundan en las Escrituras.

Para un estudio más completo de este problema, 

ver Problems in Bible Translation, pp. 257-262.

"Ropas", stole, palabra que se emplea para designar las vestiduras externas sueltas que usaban los hombres importantes.

Compárese con el uso de esta palabra en Mar. 12:38; 16:5; Luc. 15:22; 20:46.

La misma palabra griega se usa en la versión de los LXX para referirse a las vestiduras santas de Aarón y sus descendientes (Exo. 28:2; 29:21).

Estola deriva de stole. Estola se usó originalmente para referirse a una vestidura larga y amplia que llegaba hasta los pies. Posteriormente llegó a designar una vestimenta eclesiástica, de seda, que se usa alrededor del cuello y cuelga de los hombros.

Derecho. Gr. exousía, "poder", "privilegio", "derecho", "libertad". El privilegio y la libertad de los santos será participar del árbol de la vida y gozar de la inmortalidad con Jesucristo (cf. com. vers. 2).

Entrar. Este es un privilegio adicional. La Nueva Jerusalén será la capital de la Tierra Nueva (ver CS 735).

15. Perros. Símbolo de una persona vil, desvergonzada (ver com. Fil. 3:2).

Hechiceros. En cuanto a la categoría de los pecadores que aquí se enumeran, 

ver com. cap. 21: 8.

16. Yo Jesús. Jesús confirma la autenticidad de las revelaciones registradas en el Apocalipsis. Ver com. cap. 1:1.

Mi ángel. Ver com. cap. 1:1.

La raíz y el linaje de David. Ver com. cap. 5:5.

La estrella resplandeciente de la mañana. La figura quizá se toma de la profecía de Balaam (Núm. 24:17). Compárese con la referencia a Cristo como el "lucero de la mañana" (2 Ped. 1:19).

Los mensajes a las iglesias de todas las edades no podrían tener un sello mayor de autenticidad que éste.

17. El Espíritu. El Espíritu Santo es el que imparte energía a la vida cristiana de los creyentes, es el que les da el poder para vivir la vida victoriosa, para vencer al diablo y pasar sanos y salvos a través del tiempo de angustia.

La Esposa. Sin duda es la misma figura del cap. 21:9-10

 (ver el comentario respectivo).

Dicen. O "están diciendo", o "siguen diciendo".

Ven. La mayoría de los comentadores considera que "ven" es una respuesta a la promesa de Jesús en el vers. 12: "He aquí, yo vengo pronto"; que se le está pidiendo a Cristo que cumpla su promesa.

Esta es una posible interpretación; pero también es posible entender la invitación como una exhortación al mundo incrédulo para que acepte el Evangelio.

El que oye. El número singular designa a cada uno, individualmente. Los hombres serán salvos como individuos, no como iglesias o congregaciones. La salvación es algo estrictamente personal. AkóuÇ, la palabra que en el NT se traduce "oye", generalmente lleva implícito el pensamiento de oír eficazmente, es decir, de oír y obedecer el mensaje que se oye. Aquí tiene este mismo significado. La exhortación podrán repetirla únicamente los que oyen y aceptan el mensaje. Ver com. Mat. 7:24.

Diga. El singular sugiere que cada miembro de iglesia como individuo debe añadir su clamor de bienvenida, manifestando así su vehemente anhelo de la segunda venida y su deseo de que otros gocen de las bendiciones de Cristo.

Tiene sed. O ansias por las cosas de Dios (cf. cap. 21:6). Ver com. Mat. 5:6.

Venga. Una exhortación para cada alma necesitada 

a fin de que aproveche la promesa del cap. 21:6.

El que quiera. El ofrecimiento es universal. 

Nadie está excluido de las posibilidades de la salvación.

Cristo es la propiciación por los pecados de todo el mundo (1Juan 2:2).

La doctrina falsa de que algunos son escogidos para la perdición, es negada por esta declaración de Juan (ver com. Rom. 8:29).

Agua de la vida. Todo el que desee heredar la inmortalidad 

está invitado a participar de ella.

A todos se ofrece el agua de vida (ver com. cap. 21:6; cf. Isa. 55:1-3).

18. Testifico. El que habla es Jesús (vers. 20). Debe aceptarse su testimonio.

A todo aquel. La relación del hombre con Dios y su mensaje es un asunto personal. Nadie puede aceptar la responsabilidad de otro.

Que oye. No se refiere al sonido físico de las palabras de este libro en el oído de una persona, sino al que oye y estudia la importancia de los mensajes.

 (Ver com. "el que oye" y cap. 1:3).

La profecía. Juan está hablando de adiciones al libro del Apocalipsis, aunque también puede aplicarse a cualquier libro del canon sagrado.

Añadiere. Cf. Deut. 4:2; 12:32. Jesús aquí autentica el libro del Apocalipsis.

Previene contra los cambios deliberados en el mensaje del libro. Josefo dice respecto a los 22 libros que constituyen el AT hebreo: "Porque aunque han transcurrido ahora largos siglos, nadie se ha atrevido a añadir, o quitar, o cambiar una sílaba" 

(Contra Apión i. 8).

Dios traerá sobre él. En justicia, Dios no puede dar a cada uno sino lo que cada uno merece, o sea en armonía con sus obras.

19. Si alguno quitare. El que quita de las palabras del Apocalipsis es tan culpable como el que les añade algo (ver com. vers. 18).

Quitará su parte. El culpable en este caso sufrirá tres pérdidas supremas e irreparables: (1) la pérdida de la inmortalidad, y el sufrimiento debido a la muerte eterna; (2) la pérdida de toda participación en la vida social de la ciudad de la Tierra Nueva; (3) la pérdida de todas las bendiciones y promesas del Apocalipsis. Aquí se presenta una pérdida completa y aterradora que nada en esta vida puede compensar en lo más mínimo.

20. El que da testimonio. Es decir, Cristo. La referencia es específicamente al testimonio de los vers. 18 y 19.

Ciertamente. Gr. nái, un término de intensa afirmación.

En breve. El Maestro reafirma la seguridad e inminencia de su segunda venida.

 (Cap. 3:11; 22:7, 12; ver com. cap. 1:1).

Amén. Cf. cap. 1:6-7, 18; 3:14; 5:14; 7:12; 19:4.

En cuanto al significado de "amén", ver com. Mat. 5:18.

Este "amén" quizá es pronunciado por el apóstol. Si es así, debe relacionarse de esta manera con lo que sigue: "Amén, sí, ven, Señor Jesús".

Ven, Señor Jesús. Esta exclamación es la respuesta de Juan al testimonio de Jesús, quien le asegura al apóstol que viene presto (cf. com. cap. 1:1). Juan tal vez recordó en ese momento la noche en el aposento alto, más de medio siglo antes, cuando oyó decir a Jesús, "Vendré otra vez" (Juan 14:3), y el día, pocas semanas más tarde, en el monte "que se llama del Olivar", cuando había oído decir a los ángeles: "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hech. 1:11).

Ahora, mientras Juan está arrebatado en santa visión, se le da una última seguridad de que su bendito Señor habrá de volver, y "en breve". Esta seguridad viene de los labios de su Maestro, "el testigo fiel y verdadero".  Su corazón se conmueve al oír las palabras, y con anhelante anticipación mira hacia el día cuando en realidad -no en visión- contemplará cara a cara a su bendito Señor.

21. La gracia. Este versículo es una bendición que brota de lo más profundo del corazón del apóstol y se extiende a todos los que leen las palabras de estas visiones suyas. La bendición es semejante a la que pronuncia Pablo al concluir sus epístolas (Rom. 16:24; 1 Cor. 16:23; 2 Cor. 13:14, etc.).

Estas palabras constituyen una adecuada culminación para el canon de las Escrituras, pues están al fin de la colección de los libros sagrados.

Jesucristo. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) el texto "Jesús".

Todos vosotros. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la variante "todos". Algunos MSS dicen "todos vosotros" y otros dicen "todos los santos". La palabra "santos" abunda en el Apocalipsis (cap. 5:8; 8:3-4; 11:18; etc.).

Amén. La evidencia textual (cf. p. 10) se inclina por la omisión de esta palabra. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

1-5; 14. HAp 473. LOS VERDADEROS DISCÍPULOS DE CRISTO le siguen a través de duros conflictos, siendo abnegados y experimentando amargos desengaños; pero eso les muestra la culpabilidad y la miseria del pecado y son inducidos a mirarlo con aborrecimiento.

PARTICIPANTES EN LOS SUFRIMIENTOS DE CRISTO, son destinados a ser participantes de su gloria. En santa visión el profeta vio el postrer triunfo de la iglesia remanente de Dios.

ESTO FUE LO QUE ESCRIBIÓ: "Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria . . . estar sobre el mar de vidrio, teniendo las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos." (Apoc. 15:2,3.) "Y miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre escrito en sus frentes." (Apoc. 14:1).

EN ESTE 472 MUNDO HABÍAN CONSAGRADO SUS MENTES A DIOS; le habían servido con la inteligencia y el corazón; y ahora él puede poner su nombre "en sus frentes." "Y reinarán para siempre jamás." (Apoc. 22:5.) No entrarán y saldrán como quienes mendigan un lugar. Pertenecerán a aquellos de los cuales Cristo dijo: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo." Les dará la bienvenida como a hijos, diciéndoles: "Entra en el gozo de tu Señor." (Mat. 25:34,21.)

"ESTOS, LOS QUE SIGUEN AL CORDERO por dondequiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero." (Apoc. 14:4,5.)

LA VISIÓN DEL PROFETA LOS COLOCA FRENTE AL MONTE DE SIÓN, ceñidos para un servicio santo, vestidos de lino blanco, que es la justificación de los santos. Pero todo el que siga al Cordero en el cielo, primeramente tiene que seguirle en la tierra, no con inquietud o caprichosamente, sino con confianza, amor y obediencia voluntaria; como la oveja sigue al pastor. "Y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas: y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, . . . y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra. . . . En sus bocas no ha sido hallado engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios." (Apoc. 14:2-5.)

"Y YO JUAN VI LA SANTA CIUDAD, Jerusalem nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido." "Teniendo la claridad de Dios; y su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal. Y tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres escritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel." "Las doce puertas eran doce perlas, en cada una, una; cada puerta era de una perla. Y la plaza de la ciudad era de oro puro como vidrio transparente. Y no vi en ella templo; porque 473 el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero." (Apoc. 21:2,11,13,12,21,22.)

"Y NO HABRÁ MÁS MALDICIÓN; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán. Y verán su cara; y su nombre estará en sus frentes. Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre del sol: porque el Señor Dios los alumbrará." (Apoc. 22:3-5.)

"Me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el árbol de vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones." "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad." (Apoc. 22:1,2,14.) "Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos." (Apoc. 21:3.) 474

7. 2JT 99. EL PERFECCIONAMIENTO ES ILIMITADO. Algunos no están dispuestos a hacer obra abnegada. Manifiestan verdadera impaciencia cuando se les insta a llevar alguna responsabilidad.

"¿Qué necesidad hay - dicen, - de un aumento de conocimiento y experiencia?" Esto lo explica todo. Se sienten ricos y enriquecidos, sin necesidad de ninguna cosa, mientras que el Cielo los declara pobres, miserables, cuitados y desnudos. El Testigo fiel les dice: "Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas." (Apoc. 3:18.) Vuestra misma complacencia propia demuestra que lo necesitáis todo.  Estáis espiritualmente enfermos, y necesitáis a Jesús como vuestro médico.

EN LAS ESCRITURAS hay miles de gemas de la verdad que yacen escondidas para el que busca en la superficie. La mina de la verdad no se agota nunca. Cuanto más escudriñéis las Escrituras con corazón humilde, tanto mayor será vuestro interés, y tanto más os sentiréis con deseo de exclamar con Pablo: "¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!" (Rom. 11:33.)

Cada día debéis aprender algo nuevo de las Escrituras. Escudriñadlas como si buscarais tesoros ocultos, porque contienen las palabras de vida eterna.

Orad por sabiduría y entendimiento 99 para comprender estos escritos sagrados. Si lo hacéis, hallaréis nuevas glorias en la Palabra de Dios; sentiréis que habréis recibido luz nueva y preciosa sobre asuntos relacionados con la verdad, y las Escrituras recibirán constantemente nuevo valor en vuestra estima.

"Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy presuroso." (Sof. 1:14.)

Jesús dice: "He aquí, yo vengo presto." (Apoc. 22:12.)

Debemos tener siempre presentes estas palabras, y obrar como quienes creen de veras que la venida del Señor se acerca, y que somos peregrinos y advenedizos en la tierra. Las energías vitales de la iglesia de Dios deben ser puestas en activo ejercicio para el gran objeto de la renovación propia; cada miembro debe ser agente activo de Dios. "Por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios; edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; en el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor: en el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu." (Efe. 2:18-22.)

Esta es una obra particular, que debe ser llevada a cabo con toda armonía, unidad de espíritu, y vínculos de paz. No debe darse cabida a las críticas, las dudas y la incredulidad.

VENCED LOS AFECTOS TERRENALES. Hermanos, vuestro deber y felicidad, vuestra utilidad futura y salvación final exigen que separéis vuestros afectos de todo lo terrenal y corruptible. Hay una simpatía no santificada que participa de la naturaleza de un sentimentalismo enfermizo, y es terrena y sensual. El vencer esto requerirá esfuerzos arduos de parte de algunos de vosotros, a fin de cambiar el curso de vuestra vida; porque no os pusisteis en relación con la Fortaleza de Israel, y se han debilitado todas vuestras facultades. Ahora se os llama en alta voz a ser diligentes en el empleo100 de todos los medios de la gracia, a fin de que seáis transformados en carácter, y podáis crecer a la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús.

TENEMOS que ganar grandes victorias, o perder el cielo. El corazón carnal debe ser crucificado; porque tiende hacia la corrupción moral, y el fin de ella es la muerte. Nada que no sea la influencia vivificadora del Evangelio puede ayudar al alma. Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual. Así llegaréis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo escapado a la corrupción que reina en el mundo por la concupiscencia; y en vuestras almas se reflejará la imagen de Aquel por cuyas heridas somos sanados.

DICE CRISTO: "Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando." (Juan 15:14.) Esta es la condición impuesta; ésta es la prueba que demuestra el carácter de los hombres. Con frecuencia los sentimientos son engañosos, las emociones no son una salvaguardia segura; porque son variables y sujetas a circunstancias externas. Muchos se dejan seducir al confiar en las impresiones sensacionales.

LA PRUEBA ES: ¿Qué estáis haciendo para Cristo? ¿Qué sacrificios estáis haciendo, qué victorias estáis obteniendo? Un espíritu egoísta vencido, una tentación a descuidar el deber resistida, una pasión subyugada y la obediencia voluntaria y alegre prestada a la voluntad de Cristo, constituyen una evidencia mucho mayor de que somos hijos de Dios que la piedad espasmódica y la religión emotiva.- 1876, tomo 4, pág. 188. 101

9. DTG 74. QUINIENTOS AÑOS ANTES, Gabriel había dado a conocer a Daniel el período profético que había de extenderse hasta la venida de Cristo. El conocimiento de que el fin de este período se acercaba, había inducido a Zacarías a orar por el advenimiento del Mesías. Y he aquí que el mismo mensajero por quien fuera dada la profecía había venido a anunciar su cumplimiento. Las palabras del ángel: "Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios," demuestran que ocupa un puesto de alto honor en los atrios celestiales.

Cuando fue a Daniel con un mensaje, dijo: "Ninguno hay que se esfuerce conmigo en estas cosas, sino Miguel [Cristo] vuestro príncipe. (Daniel 10:21).

El Salvador habla de Gabriel en el Apocalipsis diciendo que "la declaró, enviándola por su ángel a Juan su siervo." (Apoc. 1:1).  Y a Juan, el ángel declaró:74"Yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas."(Apoc. 22:9).

¡Admirable Pensamiento, Que El Ángel Que Sigue En Honor Al Hijo De Dios Es El Escogido Para Revelar Los Propósitos De Dios A Los Hombres Pecaminosos!

10. 2JT 411. Los peligros de los últimos días 411 están muy cerca y debemos velar y orar, estudiar y dar oído a las lecciones presentadas en el libro de Daniel y el Apocalipsis.

Tendremos que comparecer ante magistrados para dar razón de nuestra lealtad a la ley de Dios, para dar a conocer los motivos de nuestra fe; y los jóvenes debieran entender estas cosas. Debieran estar al tanto de las cosas que acontecerán antes del fin de la historia del mundo. Estas cosas tienen que ver con nuestro bienestar eterno, y los maestros y alumnos deben prestarles más atención. Por voz y pluma debe impartirse el conocimiento que será alimento a tiempo, no sólo para los jóvenes, sino también para los de edad adulta. . . .

La importante y grandiosa obra de preparar un pueblo que posea el carácter de Cristo y que pueda estar de pie en el día del Señor, ha de llevarse a efecto. Mientras navegamos en la corriente del mundo, no tenemos necesidad de vela ni de remo. Es al tornarnos decididamente contra la corriente cuando empieza en realidad nuestro trabajo.

11. CS 671. Y EN aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta entonces: mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro."

 (Daniel 12:1.)

Cuando termine el mensaje del tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes culpables de la tierra.

El pueblo de Dios habrá cumplido su obra; habrá recibido "la lluvia tardía," el "refrigerio de la presencia del Señor," y estará preparado para la hora de prueba que le espera. Los ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo.

Un ángel que regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los preceptos divinos han recibido "el sello del Dios vivo." Entonces Jesús dejará de interceder en el santuario celestial. 

Levantará sus manos y con gran voz dirá "Hecho es," y todas las huestes de los ángeles depositarán sus coronas mientras él anuncia en tono solemne: "¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún santo!" (Apocalipsis 22:11, V.M.) Cada caso ha sido fallado para vida o para muerte.

Cristo ha hecho propiciación por su pueblo y borrado sus pecados. El número de sus súbditos está completo; "el reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo" van a ser dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar como Rey de reyes y Señor de señores.

Cuando él abandone el santuario, las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra.

Durante ese tiempo terrible, los 672 justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios. Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes empedernidos. 

La paciencia de Dios ha concluido.

El mundo ha rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley; Los impíos han dejado concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran obstinadamente, acabó por apartarse de ellos.

Desamparados ya de la gracia divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de la tierra en una gran tribulación final. Como los ángeles de Dios dejen ya de contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención se desencadenarán.

El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén.

11-12. CS 545. Pero Jesús aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a todos los que quieran seguirle: "Bástate 544 mi gracia." (2 Corintios 12:9.) "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." (Mateo 11:29, 30.) Nadie considere, pues, sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos.

Estamos viviendo ahora en el gran día de la expiación. Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote hacia la propiciación por Israel, todos debían afligir sus almas arrepintiéndose de sus pecados y humillándose ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo.

De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados.

Hay que escudriñar honda y sinceramente el corazón.

Hay que deponer el espíritu liviano y frívolo al que se entregan tantos cristianos de profesión. Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones que tratan de dominarlos.

La obra de preparación es obra individual. No somos salvados en grupos. La pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro. Si bien todas las naciones deben pasar en juicio ante Dios, sin embargo él examinará el caso de cada individuo de un modo tan rígido y minucioso como si no hubiese otro ser en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.

Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la expiación.  Incalculables son los intereses que ésta envuelve. El juicio se lleva ahora adelante en el santuario celestial.  Esta obra se viene realizando desde hace muchos años. Pronto -nadie sabe cuándo- les tocará ser juzgados a los vivos.  En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista. En éste más que en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste atención a la amonestación del Señor: 545 "Velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo." "Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti." (Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3)

Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el Apocalipsis: " ¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún santo! He aquí, yo vengo presto, y, mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra." (Apocalipsis 22:11, I2, V.M.)

Los justos y los impíos continuarán viviendo en la tierra en su estado mortal, -los hombres seguirán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos de que la decisión final e irrevocable ha sido pronunciada en el santuario celestial.

Antes del diluvio, después que Noé, hubo entrado en el arca, Dios le encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida continuó en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias del juicio que le amenazaba. "Así -dice el Salvador- será también la venida del Hijo del hombre." (Mateo 24:39.) Inadvertida como ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno, cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se dirigiera a los culpables.

"¡Velad pues; . . . no sea que viniendo de repente, os halle dormidos!" (Marcos 13:35, 36, V.M.) Peligroso es el estado de aquellos que cansados de velar, se vuelven a los atractivos del mundo. Mientras que el hombre de negocios está absorto en el afán de lucro, mientras el amigo de los placeres corre tras ellos, mientras la esclava de la moda está ataviándose, -puede, llegar el momento en que el juez de toda la tierra pronuncie la sentencia: "Has sido pesado en la balanza y has sido hallado falto." (Daniel 5: 27, V.M.)  546

12-14. TM 133. Dios habla a la familia humana en lenguaje que ésta puede comprender. El no deja el tema tan indefinido que los seres humanos puedan acomodarlo a sus teorías. Cuando el Señor declara que él hizo el mundo en seis días y descansó en el día séptimo, él hace referencia a días de veinticuatro horas, que él ha señalado con la salida y la puesta del sol.

Dios no presentaría la sentencia de muerte por la desobediencia con respecto al sábado, a menos que hubiera presentado antes a los hombres una comprensión clara del sábado. Después que hubo creado a nuestro mundo y al hombre, él miró la obra que había realizado, y declaró que era muy buena. Y cuando los fundamentos de la tierra fueron colocados, el fundamento del sábado también lo fue. "Cuándo las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios", Dios vio que el sábado era esencial para el hombre, aun en el Paraíso. Al darle el sábado al hombre, Dios consideró su salud espiritual y su salud física.

NO CUALQUIER DÍA DE LOS SIETE. Dios hizo al mundo en seis días literales, y en el séptimo día literal descansó de toda su obra que él había hecho, y fue refrigerado. Así ha dado al hombre seis días en los cuales trabajar. Pero santificó el día en que él descansó, y lo dio al hombre para ser observado, para que se lo conservara libre de todo trabajo secular. Al poner aparte así el sábado, Dios dio al mundo un monumento conmemorativo. No apartó un día y cualquier día de los siete, sino un día específico, el séptimo día. Y al observar el sábado, manifestamos que reconocemos a Dios como el Ser vivo, el Creador de los cielos y la tierra.

No hay nada en el sábado que lo restrinja a una clase particular de personas. Ha sido dado para todo 134 el género humano. Ha de ser empleado, no en la indolencia, sino en la contemplación de las obras de Dios. Esto habían de hacer los hombres para que "supiesen que yo soy Jehová que los santifico".

El Señor se acerca mucho a su pueblo en el día que él ha bendecido y santificado. "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría". El sábado es un monumento conmemorativo de Dios, que señala a los hombres al Creador, que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él. En las colinas eternas, en los árboles majestuosos, en todo capullo que se abre y en toda flor que florece, podemos contemplar la obra del gran Artífice Maestro.

14. CMC 237. UN TÍTULO DE LAS POSESIONES CELESTIALES. Llegará un día cuando "arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad" (Isa. 2:20, 21).

Las riquezas del mundo no servirán de nada en el día de la ira, pero la fe y la obediencia serán las que proporcionarán la victoria.

Tendremos que echar mano de toda la fe que poseamos. Debemos acostumbrarnos a hablar de la fe y prepararnos para la vida futura. ¡Qué esfuerzos diligentes realizan los hombres para conseguir un título legal de sus tierras! Deben tener escrituras que resistan la prueba de la ley. 

El dueño no queda satisfecho hasta que se asegura que su título no tiene ninguna falla. Ojalá que los hombres fuesen tan diligentes para obtener un título de sus posesiones celestiales que resista la prueba de la ley. 

El apóstol exhorta a los seguidores de Dios a actuar con diligencia para asegurarse de su llamamiento y elección. No debe haber error ni falla en vuestro título a la inmortalidad. 

El Salvador dice: "Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad" (Apoc. 22:14).- RH, abril 30, 1899.

LAS RIQUEZAS ETERNAS SON DESPRECIADAS. El Señor mira con lástima a los que se dejan recargar con preocupaciones domésticas y perplejidades comerciales. Se enredan con demasiado servicio y descuidan lo que es esencial. El Salvador dice: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mat. 6:33). Esto significa que hay que apartar la vista de este mundo para dirigirla hacia lo que es eterno. Realizad vuestros esfuerzos más diligentes para obtener las cosas que Dios estima de valor y por las cuales Cristo dio 238 su vida preciosa a fin de que vosotros podáis obtenerlas. Su sacrificio ha abierto de par en par las puertas del comercio celestial. Depositad vuestro tesoro junto al trono de Dios haciendo con el capital que os ha confiado la obra que él desea que se realice en la ganancia de almas al conocimiento de la verdad. Esto os asegurará las riquezas eternas. . .

14-15. CS 596. El Señor declara por el profeta Isaías: "Decid al justo que le irá bien." "¡Ay del impío! mal le irá porque según las obras de sus manos le será pagado." (Isaías 3:10, 11.) "Pero aunque el pecador haga mal cien veces -dice el sabio,- y con todo se le prolonguen los días, sin embargo yo ciertamente sé que les irá bien a los que temen a Dios, por lo mismo que temen delante de él. Al hombre malo empero no le irá bien." (Eclesiastés 8:12,13, V.M.) Y San Pablo declara que el pecador se atesora "ira para el día de la ira de la manifestación del justo juicio de Dios; el cual pagará a cada uno conforme a sus obras;" "tribulación y angustia sobre toda persona humana que obra lo malo." (Romanos 2:5,6,9.)

"Ningún fornicario, ni persona impúdica, u hombre avaro, el cual es idólatra, tiene herencia alguna en el reino de Cristo y de Dios." (Efesios 5:5, V.M.) "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14.) "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira." (Apocalipsis 22:14, 15.) 

Dios ha hecho a los hombres una declaración respecto de su carácter y de su modo de proceder con el pecador: "¡Jehová, Jehová, Dios compasivo y clemente, lento en iras y grande en misericordia y en fidelidad; que usa de misericordia hasta la milésima generación; que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, pero que de ningún modo tendrá por inocente al rebelde!" (Éxodo 34:6, 7, V.M.) "Destruirá a todos los inicuos." "Los transgresores ¡todos a una serán destruídos; el porvenir de los malos será cortado!" (Salmos 115:20; 37:38, V.M.) El poder y la autoridad del gobierno de Dios serán empleados para vencer la rebelión; sin embargo, todas las manifestaciones de su justicia retributiva estarán perfectamente en armonía con el carácter de Dios, de un Dios misericordioso, paciente y benévolo. 597

16. OE 421. No déis demasiado realce a los rasgos del mensaje que condenan las costumbres y prácticas de la gente, antes de que ésta haya tenido oportunidad de saber que creemos en Cristo, en su divinidad y en su preexistencia. Espaciaos en el testimonio del Redentor 421 del mundo. 

Él dice: "Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias."*Apoc. 22:16.

Cuando quiera que sea factible, todo discurso importante debe ser seguido de un estudio bíblico. En él pueden aplicarse los puntos que han sido presentados, pueden hacerse preguntas e inculcarse ideas correctas.  Debe dedicarse más tiempo a educar pacientemente a la gente, a fin de darle oportunidad de expresarse.

Lo que la gente necesita es instrucción, renglón tras renglón y precepto tras precepto.

17. CC 26. El pecador puede resistir a este amor, puede rehusar ser atraído a Cristo; pero si no se resiste será atraído a Jesús; un conocimiento del plan de la salvación lo guiará al pie de la cruz, arrepentido de sus pecados, que han causado los sufrimientos del amado Hijo de Dios. La misma inteligencia divina que obra en la naturaleza, habla al corazón de los hombres y crea un deseo indecible de algo que no tienen.

Las cosas del mundo no pueden satisfacer su ansiedad. El Espíritu de Dios está suplicándoles que busquen las cosas que sólo pueden dar paz y descanso: la gracia de Cristo y el gozo de la santidad. Por medio de influencias visibles e invisibles, nuestro Salvador está constantemente obrando para atraer el corazón de los hombres de los vanos placeres del pecado a las bendiciones infinitas que pueden disfrutar en él. A todas estas almas que están procurando vanamente beber en las cisternas rotas de este mundo, se dirige el mensaje divino: “El que tiene sed, ¡venga! ¡Y el que quiera, tome del agua de la vida, de balde!" (Apocalipsis 22:17)

Los que en vuestro corazón anheláis algo mejor que lo que este mundo puede dar, reconoced este deseo como la voz de Dios que habla a vuestras almas. Pedidle que os dé arrepentimiento, que os revele a Cristo en su amor infinito y en su pureza perfecta.

En la vida del Salvador quedaron perfectamente ejemplificados los principios de la ley de Dios y el amor a Dios y al hombre. La benevolencia y el amor desinteresado fueron la vida de su alma. Contemplándolo, nos inunda la luz de nuestro Salvador 27 y podemos ver la pecaminosidad de nuestro corazón. Podemos lisonjearnos como Nicodemo de que nuestra vida ha sido muy buena, de que nuestro carácter es perfecto y pensar que no necesitamos humillar nuestro corazón delante de Dios como el pecador común, pero cuando la luz de Cristo resplandece en nuestras almas, vemos cuán impuros somos; discernimos el egoísmo de nuestros motivos y la enemistad contra Dios, que ha manchado todos los actos de nuestra vida.

Entonces conocemos que nuestra propia justicia es en verdad como andrajos inmundos y que solamente la sangre de Cristo puede limpiarnos de las manchas del pecado y renovar nuestro corazón a su semejanza. Un rayo de luz de la gloria de Dios, un destello de la pureza de Cristo que penetre en el alma, hace dolorosamente visible toda mancha de pecado y descubre la deformidad y los defectos del carácter humano. Hace patentes los deseos impuros, la infidelidad del corazón y la impureza de los labios. Los actos de deslealtad del pecador que anulan la ley de Dios, quedan expuestos a su vista y su espíritu se aflige y se oprime bajo la influencia escudriñadora del Espíritu de Dios. Se aborrece a si mismo viendo el carácter puro y sin mancha de Cristo.

Cuando el profeta Daniel vio la gloria que rodeaba al mensajero celestial que le había sido enviado, se sintió abrumado por su propia debilidad e imperfección. Describiendo el efecto de la maravillosa escena, dice: "No quedó en mi esfuerzo, y mi lozanía se me demudó en palidez 28 de muerte, y no retuve fuerza alguna" (Daniel 10:8).

Cuando el alma se conmueve de esta manera, odia el egoísmo, aborrece el amor propio y busca, mediante la justicia de Cristo, la pureza de corazón que está en armonía con la ley de Dios y con el carácter de Cristo. San Pablo dice que "en cuanto a justicia que haya en la ley", es decir, en cuanto se refiere a las obras externas, era "irreprensible" (Filipenses 3:6), pero cuando comprendió el carácter espiritual de la ley, se vio a sí mismo pecador. Juzgado por la letra de la ley como los hombres la aplican a la vida externa, se había abstenido de pecado; pero cuando miró en la profundidad de sus santos preceptos y se vio como Dios lo veía, se humilló profundamente y confesó su maldad. Dice: "Y yo aparte de la ley vivía en un tiempo: más cuando vino el mandamiento, revivió el pecado, y yo morí' (Romanos 7:9). Cuando vio la naturaleza espiritual de la ley, mostrósele el pecado en su verdadera deformidad y su estimación propia se desvaneció.

18-19. CS 311. LOS HOMBRES NO PUEDEN PISOTEAR IMPUNEMENTE LA PALABRA DE DIOS. El significado de tan terrible sentencia resalta en el último capítulo del Apocalipsis: "Yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro." (Apocalipsis 22:18,19.)

TALES SON LOS AVISOS QUE HA DADO DIOS para que los hombres se abstengan de alterar lo revelado o mandado por él. Estas solemnes denuncias se refieren a todos los que con su influencia hacen que otros consideren con menosprecio la ley de Dios.

Deben hacer temblar y temer a los que declaran con liviandad que poco importa que obedezcamos o no obedezcamos a la ley de Dios.

TODOS los que alteran el significado preciso de las Sagradas Escrituras sobreponiéndoles sus opiniones particulares, y los que tuercen los preceptos de la Palabra divina ajustándolos a sus propias conveniencias, o a las del mundo, se arrogan terrible responsabilidad.

LA PALABRA ESCRITA, LA LEY DE DIOS, medirá el carácter de cada individuo y condenará a todo el que fuere hallado falto por esta prueba infalible.

18-20. HAp 466. JUAN FUE FORTALECIDO PARA VIVIR EN LA PRESENCIA DE SU SEÑOR GLORIFICADO. Entonces ante sus maravillados ojos fueron abiertas las glorias del cielo. Le fue permitido ver el trono de Dios y, mirando más allá de los conflictos de la tierra, contemplar la hueste de los redimidos con sus vestiduras blancas. Oyó la música de los ángeles del cielo, y los cantos de triunfo de los que habían vencido por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En la revelación que vio se desarrolló una escena tras otra de conmovedor interés en la experiencia del 466 pueblo de Dios, y la historia de la iglesia fue predicha hasta el mismo fin del tiempo. En figuras y símbolos, se le presentaron a Juan asuntos de gran importancia, que él debía registrar para que los hijos de Dios que vivían en su tiempo y los que vivieran en siglos futuros pudieran tener una comprensión inteligente de los peligros y conflictos que los esperaban.

ESA REVELACIÓN fue dada para la orientación y el aliento de la iglesia durante la dispensación cristiana. Y sin embargo ha habido maestros religiosos que declararon que es un libro sellado y que sus secretos no pueden explicarse. Como resultado, muchos han dejado de lado el registro profético y rehusado dedicar tiempo al estudio de sus misterios. Pero Dios no desea que su pueblo considere así ese libro. Es "la revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder presto." "Bienaventurado el que lee -dijo el Señor,- y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca." (Apoc. 1:1,3.) "Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitaré su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en breve." (Apoc. 22: 18-20.)

EN EL APOCALIPSIS ESTÁN REVELADAS LAS COSAS PROFUNDAS DE DIOS. El nombre mismo que fue dado a sus páginas inspiradas: El Apocalipsis o Revelación, contradice la afirmación de que es un libro sellado. Una revelación es algo revelado. El Señor mismo reveló a su siervo los misterios contenidos en dicho libro y es su propósito que estén abiertos al estudio de todos.

SUS VERDADES se dirigen tanto a los que viven en los últimos días de la historia de esta tierra como a los que vivían los días de Juan.

Algunas de las escenas descritas en esa profecía pertenecen al pasado,

Otras se están cumpliendo ahora; 467

Algunas tienen que ver con el fin del gran conflicto entre los poderes de las tinieblas y el Príncipe del cielo,

Y Otras Revelan los triunfos y alegrías de los redimidos en la tierra nueva.

NADIE PIENSE QUE AL NO PODER EXPLICAR EL SIGNIFICADO de cada el significado de cada símbolo del Apocalipsis, es inútil seguir escudriñando el libro en un esfuerzo de conocer el significado de la verdad que contiene. El que reveló esos misterios a Juan dará al Investigador diligente de la verdad un goce anticipado de las cosas celestiales.

LOS QUE TENGAN SUS CORAZONES ABIERTOS para la recepción de la verdad, serán capacitados para entender sus enseñanzas, y se les otorgará la bendición prometida a los que "oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas."

EN EL APOCALIPSIS todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan. En él está el complemento del libro de Daniel. Uno es una profecía, el otro una revelación.

EL LIBRO QUE FUE SELLADO NO FUE EL APOCALIPSIS, sino aquella porción de la profecía de Daniel que se refiere a los últimos días. El ángel ordenó: "Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin." (Dan. 12:4.)

FUE CRISTO QUIEN ORDENÓ AL APÓSTOL QUE ESCRIBIERA LO QUE LE IBA A SER REVELADO. "Escribe en un libro lo que ves -le mandó,- y envíalo a las siete iglesias que están en Asia; a Éfeso, y a Esmirna, y a Pérgamo, y a Tiatira, y a Sardis, Y a Filadelfia, y  a Laodicea." "Yo soy . . . el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos. . . Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas: el misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias." (Apoc. 1:11, 17-20.) 

LOS NOMBRES de éstas son un símbolo de la iglesia 

en diferentes períodos de la era cristiana.

EL NÚMERO SIETE indica algo completo, y significa que los mensajes se extienden hasta el fin del tiempo,

MIENTRAS QUE LOS SÍMBOLOS USADOS revelan la condición de la iglesia en diferentes períodos de la historia. 468

20. CS 347. LA VENIDA DEL SEÑOR ha sido en todo tiempo la esperanza de sus verdaderos discípulos. La promesa que hizo el Salvador al despedirse en el Monte de los Olivos, de que volvería, iluminó el porvenir para sus discípulos al llenar sus corazones de una alegría y una esperanza que las penas no podían apagar ni las pruebas disminuir. Entre los sufrimientos y las persecuciones, "el aparecimiento en gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo" era la "esperanza bienaventurada."

Cuando los cristianos de Tesalónica, agobiados por el dolor, enterraban a sus amados que habían esperado vivir hasta ser testigos de la venida del Señor, Pablo, su maestro, les recordaba la resurrección, que había de verificarse cuando viniese el Señor. Entonces los que hubiesen muerto en Cristo resucitarían, y juntamente con los vivos serían arrebatados para recibir a Cristo en el aire. "Y así -dijo- estaremos siempre con el Señor. Consolaos pues los unos a los otros con estas palabras." (1 Tesalonicenses 4:16-18, V.M.)

En la isla peñascosa de Patmos, el discípulo amado oyó la promesa: "Ciertamente, vengo en breve." Y su anhelante respuesta expresa la oración que la iglesia exhaló durante toda su peregrinación: "¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22:20.)

Desde la cárcel, la hoguera y el patíbulo, donde los santos y los mártires dieron testimonio de la verdad, llega hasta nosotros a través de los siglos la expresión de su fe y esperanza. Estando "seguros de la resurrección personal de Cristo, y, por consiguiente, de la suya propia, a la venida de Aquel -como dice uno de estos cristianos,- ellos despreciaban la muerte y la superaban. "- Daniel T. Taylor, The Reign of Christ on Earth; or, The Voice of the Church in all ages, pág. 33. 348

Estaban dispuestos a bajar a la tumba, a fin de que pudiesen "resucitar libertados." Esperaban al "Señor que debía venir del cielo entre las nubes con la gloria de su Padre," "trayendo para los justos el reino eterno." Los valdenses acariciaban la misma fe. Wiclef aguardaba la aparición del Redentor como la esperanza de la iglesia. (Id., págs. 54, 129-134.)

Ministerio Hno. Pio