sábado, enero 08, 2022

REFLEXIÓN 976. LA FASE FINAL DEL GRAN CONFLICTO: Las Siete Últimas Plagas: Enjuiciamiento De Babilonia La Grande (APOCALIPSIS 17).

LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS: Enjuiciamiento De Babilonia La Grande, 17:1-18.

Vers. (1-2) sentencia contra la ramera (3-4) Una mujer vestida púrpura y escarlata y un cáliz de oro en su mano, sentada sobre una bestia, (5-8) que es la gran Babilonia, la madre de todas las abominaciones. (9-11) La interpretación de las siete cabezas (12-13) y de los diez cuernos. (14-15) La victoria del cordero. (16-18) El castigo de la ramera.

* Éste capítulo 17, se divide en dos partes fundamentales:

Desde los versiculos 2-6 Enumeran Sus Crímenes y son la explicación de por qué se ha pronunciado contra ella la sentencia, mientras que los vers. 7-18 exponen los medios por los cuales ó como será ejecutada la sentencia.

Esta sentencia se dictará contra Babilonia durante la séptima plaga.

LOS CRIMENES de la Babilonia simbólica, tal como se exponen en la acusación del ángel, pueden enumerarse como sigue:

1. Seducción. Cuando seduce a los reyes de la tierra para que accedan a una unión ilícita con ella, con el propósito de promover sus propios designios siniestros.

 (Ver com. vers. 2; cap. 18:3).

2. Despotismo opresor. Al sentarse sobre "muchas aguas" para oprimir a los pueblos de la tierra (ver com. cap. 17:1).

3. Contribuye a la delincuencia humana. Cuando hace que los habitantes de la tierra -excepto los santos- se embriaguen con el vino de su política, convirtiéndolos así en los cómplices de su trampa impía (ver com. vers. 2). Por su "fornicación" ha "corrompido a la tierra" (cap. 19:2).

4. Embriaguez. Esta embriaguez "con la sangre de los santos" es porque la habían ofendido al negarse a beber de su vino maléfico de error o a someterse a su ambición de gobernar la tierra.

5. Asesinato y tentativa de asesinato. Cuando tramó el asesinato de la esposa de Cristo, la "mujer" del cap. 12 (ver com. cap. 17:6,14; 18:24).

* FINALMENTE. LA BABILONIA SIMBÓLICA puede considerarse en cierto sentido como una representación de los sistemas religiosos apóstatas a través de la historia; pero "BABILONIA LA GRANDE" simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin.

*LA DIFERENCIA PRINCIPAL entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que, en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente.

1 VINO entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; 2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.

3 Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 Y la mujer estaba vestida de púrpura Y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;

5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.

7 Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.

9 Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, 10 y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. 11 La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.

12 Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. 13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.

14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. 15 Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.

16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; 17 porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18 Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra. (Apocalipsis 17).

1. Uno de los siete ángeles. Ver com. cap. 1:11; cf. cap. 21:9.

La identificación de este ángel, como uno de los ángeles portadores de las siete plagas de los cap. 15 y 16, sugiere que la información que está por darse a Juan se relaciona con las siete últimas plagas.

Esta relación se confirma por el hecho de que el tema anunciado para este capítulo -"la sentencia contra la gran ramera"- tendrá lugar durante la séptima plaga (cap. 16:19).

Copas. Ver com. cap. 15:7; 16:1.

Habló conmigo. La palabra griega traducida "con" (meta) puede entenderse como una relación íntima entre Juan y el ángel. Quizá el ángel se dirigió a Juan antes de transportarlo en visión. Ver com. cap. 1:2,10

Ven acá. La expresión es una orden, un imperativo. Ver com. vers. 3.

Te mostraré. Ver com. cap. 1:2; 4:1.

La sentencia. Gr. kríma, "sentencia", "decisión", "veredicto", "decreto", en este caso del tribunal divino en cuanto a la "gran ramera" debido a su conducta criminal.

 (Ver com. vers. 4-6; cf. com. cap. 18:10). 

Nótese que el ángel no le muestra a Juan la ejecución de la sentencia, pues en tal caso hubiera usado la palabra krísis, que se traduce " juicio" en el cap.18:10. Simplemente le informa de lo que sucederá. Krísis puede indicar la investigación de un caso o la ejecución de una sentencia. Ver com. cap. 16:19; 18:5; 19:2; cf. Isa. 23:11.

El cap. 17 se divide en dos partes:

 (1) la visión simbólica que Juan contempló, vers. 3-6, y 

(2) lo que se le dijo como explicación, según se registra en los vers. 7-18.

 La primera parte expone los crímenes de Babilonia, y por lo tanto constituye las acusaciones del cielo, o la declaración de por qué se pronuncia sobre ella la sentencia divina (ver com. vers. 6).

La segunda parte presenta la sentencia y cómo se ejecutará. La carrera criminal de Babilonia llegará a su culminación durante la sexta plaga (ver com. cap. 16:12-16), mientras que la sentencia que se decreta, se ejecutará durante la séptima plaga.

 (Ver com. cap. 16: 17-19; 17: 13-17; 18: 4,8; 19: 2).

Por Lo Tanto, la primera parte se relaciona más particularmente con los acontecimientos de la sexta plaga, y la segunda parte con los de la séptima.

De modo que el cap. 17 es un bosquejo de la crisis final, cuando Satanás dedicará su esfuerzo supremo a la aniquilación del pueblo de Dios (cf. cap. 12:17), cuando todos los poderes de la tierra se pondrán en orden de batalla contra él (cf. CS 692).

Dios permitirá que Satanás y sus aliados lleven adelante su plan de aniquilar a los santos y lleguen hasta el punto de casi tener éxito en su empeño; pero cuando llegue el momento de dar el golpe final, Dios intervendrá para librar a su pueblo.

Las huestes del mal, que son detenidas en el mismo acto de intentar matar a los santos, quedarán sin excusa delante del tribunal de justicia divina.

(Ver Dan. 12:1; cf. PE 282-285; CS 693-694; NB 128-129). 

No es entonces de extrañarse que Juan se maravillara al contemplar la culminación del gran drama del misterio de iniquidad (ver com. cap. 17:6).

Ramera. Gr. pórn', "prostituta", "ramera". Pórn' quizá tenga su origen en una palabra que significa "vender" o "exportar para la venta" objetos como esclavos.

En Grecia las prostitutas generalmente eran esclavas compradas.

Los profetas del AT a menudo comparan con una mujer adúltera al Israel apóstata que repetidas veces "fornicaba" yendo tras dioses paganos.

 (Eze. 23:30; cf. Isa. 23:17; ver com. Eze. 16:15).

En cuanto a la comparación de la Babilonia simbólica con una ramera, ver com. Apoc. 17:5 (cf. vers. 2, 4; cap. 19:2); y en cuanto a pasajes del AT cuyo sentido o palabras sean similares con los de Apoc. 17, ver com. Isa. 47:1; Jer. 25:12; 50:1; Eze. 26:13.

Está sentada sobre muchas aguas. O sea que ejerce un poder despótico sobre muchos "pueblos" y "naciones" (vers. 15). La flexión del verbo griego presenta a la "gran ramera" ejerciendo su poder en forma continuada.

La antigua ciudad de Babilonia estaba situada junto a las aguas del río Eufrates (ver com. Jer. 50:12, 38), moraba simbólicamente "entre muchas aguas" o pueblos (Jer. 51:12-13; cf. Isa. 8:7-8; 14:6; Jer. 50:23), así también a la Babilonia moderna se la presenta sentada o viviendo sobre los pueblos de la tierra, u oprimiéndoles (cf. com. Apoc. 16:12),

2. Han fornicado. Gr. pornéuÇ, verbo afín de pórn' (ver com. vers. 1).

Esta expresión equivale a "fornicar" en el AT (cf. Eze. 23:30; Ose. 4:12).

Usada en sentido figurado, como aquí, se refiere a una alianza ilícita de los falsos cristianos con otro señor que no es Cristo.

En este caso una unión político- religiosa entre una iglesia apóstata.

 (Ver com. Apoc. 17:5) y las naciones de la tierra. Cf. Isa. 23:15, 17.

Reyes de la tierra. Es decir, poderes políticos (ver com. vers. 12) que pondrán su autoridad y sus recursos a disposición de la "gran ramera" (vers. 1; ver com. vers. 13), y por medio de los cuales ella intentará cumplir su propósito de matar a todo el pueblo de Dios (ver com. vers. 6, 14) y gobernar a los "moradores de la tierra" (cf. vers. 8).

Los "reyes de la tierra" serán sus cómplices en ese crimen.

Los moradores. Los habitantes de la tierra serán engañados (cf. com. vers. 8) para que cooperen con la política de la gran ramera (cf. cap. 13: 8). Este engaño se deberá al proceder de los dirigentes religiosos.

Embriagado. Una embriaguez completa.

Las facultades normales de la razón y el juicio quedarán embotadas y la percepción espiritual entorpecida.

Cf. Jer. 51:7; 2 Tes. 2:9-10; Apoc. 13:3-4, 7, 18; 14:8; 18:3, 23; 19:20.

Nótese que esta embriaguez de los moradores de la tierra se menciona después de referirse a la alianza ilícita entre Babilonia y los reyes de la tierra. 

Sin duda Babilonia obrará por intermedio de los reyes de la tierra para poder dominar a quienes no se han sometido a ella voluntariamente. Son engañados los gobernantes y los gobernados (CS 682).

Con el vino. Osea al beber el vino.

Este "vino" es la política engañosa de Satanás para someter a todo el mundo bajo su dominio, además de las mentiras y las "señales" con las cuales promueve su política (cf. cap. 13:13-14; 18:23; 19:20).

De su fornicación. O, es decir, "su prostitución".

La alianza entre el cristianismo apóstata y los poderes políticos de la tierra, es el medio por el cual Satanás se propone unir al mundo bajo su liderazgo.

3. Me llevó. La sensación de movimiento tenía sin duda el propósito de ayudar a Juan a hacer la transición mental desde su tiempo y lugar hasta el tiempo y lugar del cumplimiento de la visión (cf. Eze. 3:12-14; 8:3; 40:2-3; Apoc. 21:10).

En el Espíritu. Literalmente "en espíritu" (ver com. cap. 1:10; cf. cap. 4:2; 21:10).

La ausencia del artículo definido destaca la cualidad o naturaleza de esta experiencia.

Al desierto. Gr. ér'mos, "lugar desolado" (ver com. cap. 12:6).

El verbo afín que se usa en cap. 17:16, significa "desolar", "desnudar", "abandonar".

Un "desierto" era una región deshabitado donde un ser humano podía sostenerse con dificultad y peligro, un lugar donde el alimento y aun el agua eran difíciles de obtener y se corría el peligro de fieras y quizá de asaltantes.

Por esta razón algunos consideran. que cuando "desierto" se usa simbólicamente como aquí, se refería a una situación llena de dificultades y peligros, evidentemente para el pueblo de Dios (cf vers. 6, 14).

La ausencia del artículo definido antes del sustantivo "desierto", hace que el término sea claramente cualitativo y descriptivo; en otras palabras, especifica una condición antes que una ubicación particular.

En vista de que el cap. 17 parece tratar más particularmente con el tiempo de las siete plagas postreras (ver com. vers. 1), algunos sostienen que este "desierto" simboliza la situación del pueblo de Dios durante ese tiempo. La situación que aquí se describe es semejante, aunque no idéntica, a la del "desierto" del cap. 12:6, 13-16.

Mujer. Los profetas del AT repetidas veces comparan al pueblo de Dios que ha apostatado con una ramera (cf. Eze. 16:15-58; 23:2-21; Ose. 2:5; 3:1; etc.).

Esta "mujer" la "gran ramera" (Apoc. 17:1), la simbólica "Babilonia la grande" (vers. 5) -, es culpable de "la sangre... de todos los que han sido muertos en la tierra" (cap. 18:24) sin duda a través de la historia.  

La Babilonia simbólica constituye la oposición religiosa organizada contra el pueblo de Dios, probablemente a través de toda la historia, pero aquí específicamente en el tiempo del fin (ver com. cap. 17:5).

Sentada. La flexión del verbo denota una acción continuada.

En el vers. 1 se presenta a la "gran ramera" ejerciendo dominio religioso directo sobre los seres humanos; aquí, dirigiendo la política del gobierno civil (ver com. vers. 18).

Una característica continua del cristianismo apóstata ha sido la de unir la iglesia con el Estado para consolidar el dominio religioso sobre la política (cf. t. IV, p. 863).

Compárese con la declaración de nuestro Señor de que su "reino" no es "de este mundo" (Juan 18:36).

Bestia. En la profecía bíblica las bestias generalmente representan poderes políticos (Dan. 7:3-7, 17; 8:3, 5, 20-21; cf. Apoc. 12:3; 13:1).

El color de esta bestia puede insinuar que es el compendio del mal, así como los nombres de blasfemia que la cubren indican que se opone a Dios.

Por lo tanto, esta bestia puede ser identificada como Satanás que obra por medio de esos instrumentos políticos, que se han sometido a su dominio a través de la historia.

Esta bestia se parece en ciertos aspectos al gran dragón bermejo del cap. 12:3, y en otros, a la bestia semejante a un leopardo del cap. 13:1-2.

 (Ver los comentarios respectivos).

El contexto hace parecer más estrecha esta última relación.

La diferencia principal entre la bestia del cap. 13 y la del cap. 17 es que, en la primera, que se identifica con el papado, no se hace distinción entre los aspectos religioso y político del poder papal, mientras que en la segunda los dos son distintos: la bestia y la mujer representan al poder político y religioso respectivamente.

Escarlata. O "carmesí", un color brillante que llama la atención.

En Isa. 1:18 el carmesí es el color del pecado.

Compárese con el "gran dragón escarlata" de Apoc. 12:3.

Llena. La apostasía y la oposición a Dios serán totales.

Nombre de blasfemia. O "nombres blasfemos" (ver com. Mar. 2:7; 7:22).

En Apoc. 13:1 (ver el comentario respectivo) los nombres están sobre las siete cabezas; aquí se hallan esparcidos por toda la bestia.

Estos nombres indican el carácter de la bestia, intenta usurpar las prerrogativas de la Deidad. El hecho de que esté "llena" de nombres blasfemos, indica que está completamente dedicada a lograr sus propósitos. 

Cf. Isa. 14:13-14; Jer. 50:29, 31; Dan. 7:8, 11, 20, 25; 11:36-37.

Siete cabezas. Ver com. vers. 9-11.

En cuanto a la bestia de siete cabezas en la mitología antigua, ver com. Isa. 27:1.

Diez cuernos. Ver com. vers. 12-14, 17.

4. La mujer. Ver com. vers. 3.

Púrpura y escarlata. Cf. Eze. 27:7; Apoc. 18:7, 12, 16-17, 19. Estos eran los colores de la realeza (ver com. Mat. 27:28) que esta "mujer" pretenderá tener (cf. Apoc. 18:7).

El color escarlata también puede considerarse como el distintivo del pecado y también el de una prostituta (ver com. cap. 17:3).

Esta prostituta u organización religiosa apóstata, descrita en todo su carácter seductor, está vestida con ostentación y adorno excesivo.

Contrasta agudamente con la "novia" del Cordero, que Juan vio ataviada con lino fino, limpio y blanco (cap. 19:7-8; cf. 1T 136; Ed 242). Ver com. Luc. 16:19.

Abominaciones y de la inmundicia de su fornicación. 

O "actos inmundos, es decir la suciedad que es su fornicación".

El oro del cáliz engañará a los seres humanos en cuanto a la naturaleza de su contenido. Ver com. vers. 2.

5. Frente. El carácter que refleja el nombre "Babilonia" ha sido escogido deliberadamente por la mujer. Esto puede deducirse porque el nombre aparece en su frente. Cf. com. cap. 13:16.

Un nombre escrito. O "un nombre que queda escrito"; había sido escrito allí en el pasado, y allí permanece. El nombre refleja su carácter.

Misterio. Esta palabra describe el título, no es el título; de allí lo apropiado del término "Babilonia simbólica" (ver com. cap. 1:20).

BABILONIA LA GRANDE. La Babilonia simbólica puede considerarse en cierto sentido como una representación de los sistemas religiosos apóstatas a través de la historia; pero "Babilonia la grande" simboliza en un sentido especial a las religiones apóstatas que se unirán en el tiempo del fin.

(Ver com. cap. 14:8; 16:13-14; 18:24).

En el cap. 17:18 se llama a la Babilonia simbólica "la gran ciudad" (cf. cap. 16:19; 18:18); pero ahora es llamada "la grande" porque este capítulo trata más particularmente con el gran esfuerzo final de Satanás para lograr la lealtad de la raza humana por medio de la religión. "Babilonia la grande" es el nombre con el que la Inspiración se refiere a la gran triple unión religiosa del papado, el protestantismo apóstata y el espiritismo.

 (Ver com. cap. 16:13, 18-19; cf. com. cap. 14:8; 18:2; 

cf. CS 645; Dan. 4:30; Zac. 10:2-3; 11:3-9).

El nombre "Babilonia" se refiere a las organizaciones y a sus dirigentes, y no tanto a sus miembros, los cuales son llamados "muchas aguas" (Apoc. 17:1,15) y los "moradores de la tierra" (vers. 2; cf. vers. 8).

MADRE DE LAS RAMERAS. Como ya se hizo notar, "Babilonia la grande" incluye al protestantismo apóstata en el tiempo que aquí se considera; por lo tanto, las hijas de esta "madre" son las diversas organizaciones religiosas que componen el protestantismo apóstata.

ABOMINACIONES. Ver com. vers. 4.

6. Ebria. Ver com. vers. 2. En sentido general puede decirse que Babilonia está "ebria" con la sangre de los mártires de todos los siglos (cf. cap. 18: 24); pero en un sentido más inmediato, con la de los mártires futuros durante las escenas finales de la historia del mundo. Dios considera culpable a Babilonia de la sangre de aquellos cuya muerte decretará, pero que se le impedirá matar (ver CS 686).

Babilonia está completamente embriagada por su éxito en lo pasado al perseguir a los santos (ver com. Dan. 7:25; Mat. 24:21; cf. Apoc. 6:9-11; 18:24), y también por la perspectiva de que pronto tendrá la satisfacción de completar su sangrienta tarea.

 (ver coro. cap. 16:6; 17:14; cf. CS 686).

Sangre. Ver com. cap. 16:6.

Santos. Ver com. Hech. 9:13; Rom. 1:7.

Mártires. Gr. mártur, literalmente "testigo"

(ver com. cap. 2: 13). Cf. Isa. 47:6; Jer. 51:49; ver com. Apoc. 18:24.

De Jesús. Lo que quizá signifique "que dieron testimonio respecto a Jesús", en primer lugar con sus palabras, y después con su martirio. Fueron muertos porque persistieron en testificar por Jesús y su verdad y fueron leales a su nombre aun al precio de sus vidas.

Cuando la vi. No es claro si se refiere a todo lo que Juan había visto en los vers. 3-6, o sólo a la conducta de la mujer en el vers. 6, el clímax de su proceder criminal.

La respuesta del ángel ante el asombro de Juan (vers. 7) puede insinuar lo primero.

Quedé asombrado con gran asombro. El texto griego refleja una expresión idiomática típicamente hebrea. El ángel había llamado a Juan para que fuera testigo de la sentencia que se pronunciaría contra Babilonia, la prostituta religiosa (vers. 1), y el apóstol quizá esperaba ver un cuadro de completa ruina y degradación; pero en vez de esto vio a una mujer vestida con atavíos costosos y magníficos, en estado de embriaguez y sentada sobre una espantosa bestia.

Un ángel ya le había dicho algo a Juan acerca de esta "mujer" corrompida (cap. 14:8; 16:18-19); pero ahora se le presenta un relato más completo y asombroso de sus crímenes. Lo que Juan ve lo deja sumamente atónito. 

Su asombro supera a cualquier otro que exprese en el Apocalipsis.

Los crímenes de la Babilonia simbólica, tal como se exponen en la acusación del ángel, pueden enumerarse como sigue (cf. com. cap. 18:4):

1. Seducción. Cuando seduce a los reyes de la tierra para que accedan a una unión ilícita con ella, con el propósito de promover sus propios designios siniestros.

 (Ver com. vers. 2; cap. 18:3).

2. Despotismo opresor. Al sentarse sobre "muchas aguas" para oprimir a los pueblos de la tierra (ver com. cap. 17:1).

3. Contribuye a la delincuencia humana. Cuando hace que los habitantes de la tierra -excepto los santos- se embriaguen con el vino de su política, convirtiéndolos así en los cómplices de su trampa impía (ver com. vers. 2). Por su "fornicación" ha "corrompido a la tierra" (cap. 19:2).

4. Embriaguez. Esta embriaguez "con la sangre de los santos" es porque la habían ofendido al negarse a beber de su vino maléfico de error o a someterse a su ambición de gobernar la tierra.

5. Asesinato y tentativa de asesinato. Cuando tramó el asesinato de la esposa de Cristo, la "mujer" del cap. 12 (ver com. cap. 17:6,14; 18:24).

7. Yo te diré. En el texto griego el pronombre es enfático: "Yo mismo te diré". 

El resto del capítulo es la interpretación que hace el ángel del "misterio" o simbolismo de la visión de los vers. 3-6. 

La "bestia" se explica en los vers. 8-17; la "mujer", en el vers. 18.

8. La bestia que has visto. Esto es, la bestia del vers. 3. A Juan no se le mostró la bestia en su estado que "era" o en que "no es"; sino cuando resurgió después del período en que "no es"; sin embargo, el ángel repasa brevemente las etapas pasadas de este ser espantoso con el propósito de identificar a la bestia tal como la vio Juan (ver com. vers. 8-11).

En la introducción de la visión (vers. 1-2) y en la visión (vers. 3-6), la atención de Juan se dirigió casi exclusivamente a la mujer; la bestia se menciona sólo de paso. 

En el texto griego de los vers. 1-6, según el texto de Nestle, se dedican 102 palabras a la mujer y sólo 12 a la bestia; pero en la explicación puede sugerir que aunque el tema anunciado de la visión es la sentencia divina pronunciada contra la Babilonia simbólica, y que aunque ella es el personaje principal en los acontecimientos descritos por la visión, su breve triunfo y repentina caída solo pueden entenderse mediante un estudio cuidadoso de la contribución hecha por la bestia, tanto en el éxito transitorio de la mujer como también en su derrota final.

Era, y no es. En algún momento del pasado la bestia había estado activa, pero después desapareció. Esta expresión se repite al final del vers. 8 y de nuevo en el vers. 11.

Algunos identifican el período en que la bestia "era" con el de la Roma pagana; el período en que "no es", con el breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y el período "y será", con el de la Roma Papal.

Otros hacen equivaler el período en que "era", con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que "no es", con el intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como "la octava". Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia "era", con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente "no es" recalca la secuencia temporal.

Está para subir. El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo del "abismo". Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del "abismo".

Cuando la expresión "era, y no es" se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase "y será", que se halla en lugar de las palabras "está para subir del abismo", las cuales se usan antes en este mismo versículo (ver com. "y será"). Por lo tanto, la bestia "será" cuando ascienda del "abismo".

Las palabras de la triple secuencia del vers. 11 que podemos comparar con "será", son: "es también el octavo". Por lo tanto, cuando la bestia suba "del abismo", "será", existirá como "el octavo", literalmente "un octavo". En el vers. 8 la bestia irá a "perdición" después de que ascienda del "abismo" y exista como "el octavo" durante un período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como "el octavo", "los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia".

Se hace una declaración muy similar en el cap. 13:3, 8 (cf. vers. 4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo cuando se curó su herida de muerte: "Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo".

Si el cap. 13 se refiere al mismo acontecimiento del cap. 17:8, quiere decir que la declaración "su herida mortal fue sanada" (cap. 13:3) equivale a la expresión "está para subir del abismo" (cap. 17:8; cap. 20:3,7); "vivió" (cap. 13:14), equivale a las expresiones "y será" y "es también el octavo" (cap. 17:8,11); la herida de la cabeza (cap. 13:3), ir "en cautividad" y la "herida de espada" (cap. 13:10,14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al "abismo" (cap. 17:8); y la "muerte" (cap. 13:3) equivaldría a la fase del "abismo" en el caso de la bestia.

Las similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la bestia con la cabeza papal (ver com. cap. 17:9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba necesariamente la identidad. 

En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. cap. 17:13.

Abismo. Gr. abússos, un espacio vasto, que no se puede medir.

 (Ver com. Mar. 5:10; Apoc. 9:1).

En la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas.

En Sal. 71:20 (LXX), y en Rom. 10:7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos, comúnmente llamado Hades (ver com. Mat. 11:23; cf. com. 2 Sam. 12:23; Prov. 15:11; Isa. 14:9).

El descenso al "abismo", sería pues, un término adecuado para representar la muerte de una bestia que parecía haber sido muerta.

Perdición. Gr. apÇleia, "completa destrucción", "aniquilamiento" (ver com. Juan 17:12).

Indica cl fin absoluto de la bestia (cf Apoc. 17:11; ver com. cap. 19:20; 20:10).

Los moradores. Aquellos sobre los cuales la "ramera... está sentada" (vers. 1) y "se han embriagado con el vino de su fornicación" (vers. 2). Cf. cap. 13:3-4, 7-8, 12, 14; 

ver com. cap. 17:1-2.

No están escritos. O no están en la lista de quienes Dios aceptó como candidatos para su reino.

Desde la fundación. Puede entenderse que los nombres que aparecen en el libro de la vida has estado escritos allí desde "la fundación del mundo", o simplemente que el libro ha existido desde ese tiempo. Aquí debe entenderse lo segundo. 

Cf. com. cap. 13:8.

Libro de la vida. Ver com. Fil. 4:3.

Se asombrarán. Gr. thaumázÇ, "estar asombrado", "maravillarse" (ver com. vers. 6).

Los moradores de la tierra se sorprenden mucho cuando observan que la bestia que habían visto descender al "abismo" (vers. 8), se recupera y emprende nuevamente sus actividades anteriores.

Al principio "se asombrarán", y luego la adorarán (cap. 13:3-4, 8, 12, 14), es decir, le prestarán su apoyo voluntario para que siga adelante con sus planes blasfemos. Respecto a la relación de la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. cap. 17:3.

9. Mente que tenga sabiduría. Cf. cap. 13:18. El ángel comienza su explicación de "la bestia que era, y no es, y será" del cap. 17:8. Lo que se le había mostrado a Juan era un "misterio" (cf. vers. 7; ver com. vers. 5).

Porque la realidad había sido ocultada en lenguaje simbólico, y era necesario obtener "sabiduría" para entender y aplicar los símbolos a las realidades simbolizadas. Aunque esta declaración del ángel quizá se refiera más específicamente al enigma del vers. 8, y por lo mismo especialmente a la explicación de los vers. 9-10, también es cierto en cuanto a toda la visión, y por lo tanto a la explicación de los vers. 10-18.

Siete cabezas. Sin duda representan siete poderes políticos importantes por medio de quienes Satanás ha intentado destruir al pueblo y la obra de Dios en la tierra.

 (ver com. vers. 2-3, 6, 10). 

No es claro si la Inspiración tenía o no el propósito de que estas cabezas fuesen identificadas con siete naciones específicas, pues en el Apocalipsis el número "siete" a menudo tiene un valor más simbólico que literal (ver com. cap. 1:11). 

Por eso algunos no han entendido que las siete cabezas representan toda la oposición política al pueblo y a la causa de Dios a través de la historia, sin especificar siete naciones particulares.

Otros creen que los poderes representados por las siete cabezas deben ser siete naciones específicas ya mencionadas en diversas profecías de Daniel y Apocalipsis. Identifican las primeras cuatro cabezas con los cuatro grandes imperios mundiales de Dan. 2 y 7, la quinta con el cuerno pequeño de los cap. 7 y 8 y la bestia semejante a un leopardo de Apoc. 13, la sexta con el poder representado en el cap. 11:7, y la séptima con la bestia de dos cuernos del cap. 13:11.

Según esta interpretación, los poderes representados por las primeras cinco cabezas serían Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado. La sexta y la séptima cabezas podrían ser, respectivamente, la Francia revolucionaria y Estados Unidos, o Estados Unidos y una organización mundial, o los Estados Unidos y un papado restaurado.

Otros consideran que las siete cabezas representan los poderes perseguidores principales que Dios escogió para sí un pueblo y una obra organizada en la tierra, y por lo tanto especifican que esos poderes son Egipto, Asiria, Babilonia, Persia, Grecia, el Imperio Romano y el papado.

Los que sostienen interpretación llaman la atención al importante papel de Egipto y Asiria respecto a Israel en la historia y profecía del AT.

También destacan las siguientes circunstancias cuando cada uno de estos siete poderes procuró sucesivamente aniquilar al pueblo de Dios, subyugarlo o hacer desaparecer su carácter religioso distintivo:

(1) Egipto, junto al mar Rojo, Exo. 14: 9-30; Asiria, en tiempo de Senaquerib,

Isa. 8:4-8; 36:1-15; 37:3-37;

(2) Babilonia, durante el cautiverio, Jer. 39:9-10; 52:13-15;

(3) Persia, en tiempo de Amán, Est. 3:8-9; 7:4; 9:1-6;

(4) Grecia, con Antíoco Epífanes, 1 Mac. 1:20-64; 3:42; 4:14 y 36-54;

(5) Roma, cuando persiguió tanto a los judíos como a los cristianos,

Dan. 8:9-12, 24-25; Mat. 24-15, 21; Luc. 21:20-24; Apoc. 2:10,13; y

(6) el papado, a través de su historia perseguidora, Dan. 7:21, 25; 8:24; 11:33,35.

En vista de que la Inspiración no ha indicado si debe entenderse que las siete cabezas representan siete naciones particulares y no ha especificado ningún momento desde el cual deben calcularse, este Comentario considera que la evidencia es insuficiente para garantizar una identificación dogmática de ellas.

Apoc. 17, trata de la bestia durante su período "será", cuando es "el octavo" (ver com. vers. 8, 11), y la interpretación del mensaje básico del capítulo afortunadamente no depende de la identificación de las siete cabezas.

Montes. Un símbolo profético común para designar poderes políticos o político-religiosos. (Isa. 2:2-3; Jer. 17:3; 31:23; 51:24-25; Eze. 17:22-23; etc.).

Este símbolo también puede ser una alusión a la ciudad de Roma con sus siete colinas.

Los escritores clásicos a menudo se refieren a Roma como la ciudad de las siete colinas (Horacio, Carmen Saeculare [Odas seculares] 7; Virgilio, Eneida vi, 782-784; Geórgicas ii. 534-535; Marcial, Epigramas iv. 64. 11, 13; Cicerón, Cartas a Ático vi.  5; Propercio, Elegías iii. 11; etc.).

En los primeros siglos los cristianos se referían comúnmente a Roma como a "Babilonia" (ver com. 1 Ped. 5:13; Apoc. 14:8), quizá para evitar que se los considerara como personas subversivas cuando hablaban y escribían del proceder anticristiano de Roma y los castigos inminentes de Dios que caerían sobre ella.

En vista de la relación histórica de la antigua Babilonia con el pueblo de Dios en los tiempos del AT, la denominación "Babilonia" era muy apropiada para aplicarla a Roma en sus relaciones con el cristianismo.

Se sienta la mujer. El ángel presenta a la "mujer" sentada sobre las siete "cabezas", mientras que en el vers. 3 se halla sentada sobre la "bestia" (ver el comentario respectivo); por lo tanto, evidentemente es lo mismo estar sentada sobre siete cabezas que estar sentada sobre la bestia. Se deduce, pues, que no hay una distinción básica entre la bestia y sus cabezas, y probablemente no se intenta señalar ninguna diferencia

10. Y son siete reyes. Estos "reyes", las "cabezas" y los "montes",

parece que se identifican como una misma cosa.

No es clara la distinción -si es que la hay- entre los "reyes" y los "montes".

Cinco de ellos han caído. No se dice claramente en qué momento puede decirse que cinco de las cabezas han "caído", que una "es" y que otra "aún no ha venido".

Los expositores adventistas sostienen en términos generales una u otra de tres opiniones distintas en cuanto al tiempo aquí involucrado:

(1) Según la interpretación de que las siete cabezas representan a todos los poderes -sea cual fuere su número- que se han opuesto al pueblo y a la obra de Dios en la tierra, esta declaración significaría simplemente que una mayoría de dichos poderes ya habían desaparecido del escenario de la historia.

(2) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Babilonia, Persia, Grecia y Roma y el papado, consideran que estos cinco ya habían "caído" cuando la cabeza papal de la bestia recibió la herida de muerte en 1798 (ver com. cap. 13:3-4).

(3) Los que enumeran las primeras cinco cabezas como Egipto, Asiria, Babilonia, Persia y Grecia, consideran que el momento indicado en el vers. 10 es el tiempo de Juan, cuando se dio la visión. Ver com. vers. 9.

Uno es. Según el punto dos, Francia o Estados Unidos, después de 1798; y según el punto tres, el Imperio Romano en los días de Juan (ver com. "cinco de ellos han caído").

El otro. Según el punto uno, la minoría de los poderes políticos que aún están por desempeñar su parte; según el punto dos, Estados Unidos o alguna organización mundial como la Liga de las Naciones o las Naciones Unidas; según el punto tres, el papado (ver com. "cinco de ellos han caído").

Puede notarse que si los sucesos predichos en el cap. 17 son idénticos en parte con los del cap. 13 (ver com. cap. 17:3,8), es lógico que la cabeza papal sea la que se designa como "el otro".

Breve tiempo. Gr. olígos, que se usa 34 veces en el NT en el sentido de "poco", "pequeño", "diminuto", para especificar cantidad, y ocho veces con el significado de "corto" para especificar tiempo. (Ver com. cap. 12:12).

La oración puede traducirse: "es necesario que permanezca poco" o "es necesario que continúe brevemente", quizá con el sentido de un "tiempo limitado" en contraste con un tiempo sin límites.

En el cap. 12:12 olígos se refiere al "poco tiempo" que se le concedió a Satanás después de su derrota en la cruz (cf. DTG 706, 709; CS 557).

El ángel quizá le está asegurando de nuevo a Juan que Satanás, y más específicamente que el poder (o poderes) representado por la séptima cabeza no podrá nunca alcanzar sus objetivos, o que su duración ha sido estrictamente limitada.

Algunos entienden a olígos en un sentido literal, como indicando un corto lapso.

11. La bestia que era. Ver com. vers. 8.

Es también el octavo. Esta es la bestia cuando resurge en el período "será", inmediatamente después de su salida del "abismo" (ver com. vers. 8, 10).

Algunos consideran que el octavo poder es el papado solo; otros sugieren que representa a Satanás.

Los que siguen este segundo punto de vista destacan que en el tiempo que aquí se indica, Satanás intentará personificar a Cristo (ver com. 2 Tes. 2:8).

Es de entre los siete. O "sale de los siete".

La bestia -"el octavo"- que era, parece ser la misma bestia a la cual se le añadieron las siete cabezas (cf. cap. 13:11-12).

La ausencia en el texto griego del artículo definido antes del ordinal "octavo", sugiere que la bestia era la verdadera autoridad que respaldaba a las siete cabezas, y que por lo tanto es más que sólo otra cabeza o la octava de la serie: es su resumen y culminación, la misma bestia. En el texto griego la palabra que se usa para "octavo" es del género masculino y por lo tanto no puede referirse a una cabeza, cuyo nombre es del género femenino.

Perdición. Ver com. vers. 8.

12. Diez cuernos. Cf. Dan. 7:24; Apoc. 12:3; 13:1; ver com. Dan. 7:7; Apoc. 12:3.

Aún no han recibido reino. Según algunos, el número "diez" especifica diez "reyes" o naciones; pero otros consideran que "diez" es un número redondo, y que como tal se refiere a todos los poderes de la categoría llamada "cuernos" sin tener en cuenta un número preciso. Este uso es frecuente en las Escrituras (ver com. cap. 12:3).

Algunos suponen que estos diez cuernos representan los diez poderes especificados antes en Dan. 7 y en Apoc. 12 y 13.

Otros, considerando que estos diez "por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia", creen que, por lo tanto, no pueden ser identificados con las diversas naciones que surgieron durante el desmoronamiento del Imperio Romano.

Hora. Gr. hÇra, "período de tiempo", 

ya sea de un año, de un mes, o de un día; "hora", "tiempo". 

HÇra se traduce indistintamente como "hora" o "tiempo" en Mat. 14:15; 18:1; Mar. 6:35; Luc. 2:38; Juan 16:2,4,25; 2 Cor. 7:8; File. 15; 1 Juan 2:18; Apoc. 14:15.

Se traduce como "poco de tiempo" en 1 Tes. 2:17, "ya hora" en Rom. 13:11 y "anochecía" en Mar. 11:11.

Es obvio que el significado de hÇra debe determinarse en cada caso por el contexto.

Algunos han tomado la "hora" del cap. 17:12 como un tiempo profético, lo que representaría un lapso literal de unas dos semanas; pero el contexto parece indicar algo distinto. 

Se reconoce generalmente que en el cap. 18 se da una explicación más detallada de los sucesos descritos en el cap. 17: 12-17; pero el lapso designado como "un día" en el cap. 18:8 también se llama "una hora" en los vers. 10,17,19, de donde se deduce que la Inspiración se propuso indicar un período breve sin especificar su duración exacta.

Por lo que se ha expuesto parece preferible entender la expresión 

"una hora" del cap. 17:12 como un periodo breve, indeterminado.

Los lapsos mencionados en los pasajes proféticos no siempre designan lo que comúnmente se conoce como tiempo profético. Por ejemplo, los siete años de hambre predichos por José fueron años literales (Gén. 41:25-31), y también lo fueron los 40 años de peregrinaje predichos en Núm. 14:34.

Lo mismo puede decirse de los 400 años de Gén. 15:13, de los 70 años de Jer. 25:12; 29:10, y de los 1.000 años de Apoc. 20:4.

La breve "hora" del cap. 17:12 presenciará la culminación de los planes satánicos para unificar el mundo por medio de un pacto entre las organizaciones religiosas apóstatas representadas por la mujer, y los poderes políticos representados por la bestia.

 (Ver com. cap. 16:13-14; 17:3).

Fue indudablemente durante esta breve "hora" cuando Juan vio a la, "mujer", sentada sobre la "bestia" en el apogeo de su carrera, y "ebria" con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús (vers. 3-6).

13. Propósito. Gr. gnÇm', "opinión", "intención", "propósito", "resolución", "decreto".

En el vers. 17 gnÇm' se traduce "lo que él quiso".

El "propósito" de las naciones de la tierra es diametralmente opuesto al de Dios. 

Las naciones representadas por los diez cuernos han decidido unirse con la "bestia" (ver com. ver. 3) para obligar a los habitantes de la tierra a beber del "vino" de Babilonia (ver com. vers. 2), o sea unir a todo el mundo bajo su dominio y aniquilar a todos los que se nieguen a cooperar (ver com. vers. 14).

Ver PE 34, 36, 282; CS 673, 682, 684; PR 376, 431; 2JT 68. Cf. Apoc. 16:12-16.

Y entregará. Ver com. "autoridad".

Poder. Gr. dúnamis, "fuerza", "capacidad", "potencia", o sea la capacidad de llevar a cabo una resolución. Por medio de sus diez cuernos la bestia se dispone a alcanzar su propósito.

Autoridad. Gr. exousía (ver com. Mar. 2:10; Rom. 13:1).

En griego dice: "estos tienen un mismo propósito, y entregarán su capacidad y su autoridad a la bestia". Este consentimiento unánime de las naciones se logra por la intervención de los tres "espíritus" malignos (ver com. Apoc. 16:13-14).

Ahora que ya ha finalizado el tiempo de gracia, Dios permite una unión mundial político-religiosa cuyo propósito es el aniquilamiento de su pueblo.

Ha impedido que se efectúe este plan desde los días de Babel (ver com. Gén. 11:4-8; Dan. 2:43; Apoc. 14:8), pero ahora retira su mano protectora.

 (Apoc. 17:17; cf. com. 2 Crón. 18:18-22).

"Habrá un vínculo de unión universal, una gran armonía, una confederación de las fuerzas de Satanás... En la batalla que ha de librarse en los últimos días, estarán unidos en oposición contra el pueblo de Dios todos los poderes corruptos que han abandonado su lealtad a la ley de Jehová" 

(EGW Material Suplementario, com. Apoc. 17:13-14).

14. Pelearán. O se unirán en batalla. Con el mundo unido (ver com. cap. 16:12-16; 17:13) bajo el liderazgo de la "bestia", vers. 3,8,11, comienza ahora la etapa final de la prolongada guerra contra Cristo y su pueblo. Esta etapa del conflicto, denominada "la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso" (cap. 6:14), se describe más plenamente en el cap. 19:11-21 (ver el comentario respectivo).

Durante la sexta plaga se harán los preparativos para la batalla.

 (ver com. cap. 16:12-16), que se librará durante la séptima plaga.

El Cordero. Ver com. cap. 5:6.

Los vencerá. El fiel pueblo de Dios, que ha sufrido durante tanto tiempo a manos de sus enemigos (cap. 6:9-11; 12:13-17; 13:7,15), será librado cuando el "Señor de señores y Rey de reyes" despliegue su brazo poderoso y saga a defender la causa de los suyos. (Ver com. cap. 11:15,17; 18:20; 19:2, 11-21).

Cristo intervendrá en el momento en que las fuerzas del mal lancen su ataque contra los santos, al comienzo de la séptima plaga. (Ver CS 693-694; com. cap. 16:17).

Señor de señores. El título "Señor de señores y Rey de reyes" se usa en las Escrituras para referirse a Cristo cuando vuelva a la tierra para vencer a sus huestes del mal y librar a su pueblo (1 Tim. 6:15, Apoc. 19:16; cf. Mat. 25:31; Apoc. 1:5; 17-14; 

CS 480-481, 671-672).

Con. Gr. metá (ver com. vers. 1), que aquí significa "en la compañía de".

Llamados. O "invitados"; según el NT los que reciben la invitación para alcanzar la salvación eterna. (Ver com. Mat. 22:3,14).

Elegidos. O "escogidos". 

No todos los que son "llamados" tienen las cualidades para ser "caídos".

En cuanto a la distinción entre "llamados" y "escogidos",

ver com. Mat. 22:14; cf. com. Juan 1:12.

Fieles. O "dignos de confianza", "confiables".

Los que han sido "elegidos" deben permanecer "fieles" hasta "la muerte" (cap. 2:10), si es necesario, para que sean contados "con él", es decir, con Cristo.

La añadidura de la palabra "fieles" implica que no es suficiente ser solo "llamados" y "elegidos"; en otras palabras, los que una vez participaron de la experiencia de la gracia por la fe en Cristo, deben "permanecer" en la gracia para ser elegidos y entrar en el reino de la gloria.

(ver com. Juan 3:18-20; Efe. 1:4-5; cf. com. 1Cor. 3:15; cf. Eze. 3:20; 18:24; 33:12).

15. Me dijo. Ver com. cap. 17:1.

Las aguas. Ver com. vers. 1.

En cuanto a otros ejemplos donde 

las aguas simbolizan seres humanos,

ver com. Isa. 8:7; Dan. 7:2.

Se sienta. O "está sentada".

El ángel se refiere de nuevo a lo que Juan vio en los vers. 3-6, dentro del período especificado por los vers. 11-13 (ver el comentario respectivo).

16. Los diez cuernos. Ver com. vers. 12.

En la bestia. La evidencia textual establece (cf. p. 10) 

el texto "y la bestia" (BJ, BA, BC).

Los cuernos y la bestia sufrirán por la ejecución 

de la sentencia divina sobre Babilonia.

En cuanto a la identidad de la bestia, ver com. vers. 3.

Aborrecerán. Representa un cambio de parecer de la "bestia" y de los "cuernos".

Algunos aplican esta actitud de los diez cuernos al proceder de algunas de las naciones de la Europa occidental para con el papado -"la bestia"- desde el tiempo de la Reforma.

Otros consideran que el cumplimiento de esta predicción está aún en el futuro. 

Hasta aquí los cuernos habían prestado su apoyo a los planes propuestos por la "mujer" (ver com. vers. 3, 9, 13), particularmente al complot para destruir a los santos.

 (ver com. vers. 14).

Pero cuando Cristo los venza (vers. 14), "cuernos" se volverán contra ella al comprender que los ha engañado (ver com. vers. 2; CS 712-714).

La ramera. Ver com. vers. 1.

Desolada. Gr. er'móÇ, "desolar", "convertir en desierto" (cf. com. vers. 3).

El tiempo del verbo griego sugiere resultados duraderos de la acción; la "ramera" permanecerá "desolada" para siempre (ver com. cap. 18:21).

Para una descripción más completa de la desolación de la ramera, cf. cap. 18:22-23.

Desnuda. Es decir, privada de su regia vestimenta (ver 3-4), y por eso queda expuesta a la vergüenza y el oprobio. Ver CS 713-714; cf. Eze. 23:29; Apoc. 16:15.

Carnes. Así como una fiera desgarra a su víctima en el proceso de devorarla, de la misma manera "la ramera" será violenta e implacablemente destruida por los mismos poderes que poco antes la habían apoyado (ver com. "aborrecerán").

La quemarán. Mejor "la quemarán completamente".

Cf. cap. 18:8: "será quemada con fuego".

Por supuesto, una mujer simbólica será quemada simbólicamente.

(Ver com. Apoc. 18:8-9; cf. Eze. 28:17-19).

17. Dios ha puesto. Los "diez cuernos" y la "bestia" (ver com. vers. 16) serán autorizados por Dios para ejecutar el "juicio" o la "sentencia" divina contra "Babilonia" por sus crímenes (ver com. Apoc. 17:1; cf. com. 1 Sam. 16:14; 2 Crón. 18:18; 2 Tes. 2:11). 

Por lo tanto, Apoc. 17:16-17 constituye la culminación del capítulo, pues presenta "la sentencia contra la gran ramera", el tema anunciado por el ángel en el vers. 1. Todo lo demás es un preámbulo que explica la suerte de "Babilonia la grande".

LOS VERS. 2-6 ENUMERAN SUS CRÍMENES (ver com. vers. 6) y son la explicación de por qué se ha pronunciado contra ella la sentencia, mientras que los vers. 7-18 exponen los medios por los cuales ó como será ejecutada la sentencia.

 (Ver com. vers. 1).

Esta sentencia se dictará contra Babilonia durante la séptima plaga.

(cap. 16:19; cf. com. cap. 16:19; 18:5,21; 19:2)

Corazones. O "mentes".

Ejecutar lo que él quiso. 

Es decir, llevar a cabo el "propósito" o "decreto"

 (ver com. com. ver. 13) 

del tribunal divino en cuanto a la suerte de "la gran ramera" 

(ver com. cap. 16:19; 17:1).

Ponerse de acuerdo. Ver com. vers. 13.

Dar su reino. Ver com. vers. 13.

Se cumplan. O hasta la sentencia sea plenamente ejecutada. Las organizaciones mundiales religiosas apóstatas coligadas (ver com. cap. 16:13) y sus dirigentes, serán los primeros en caer (cf. CS 714) cuando el factor político de la coalición universal político-religiosa (ver com. cap. 16:13; 17:5) se convierta en un instrumento en las manos de Dios para ejecutar la sentencia contra elementos religioso de dicha unión. (Cf. Isa. 10:5; 13:4-9; 14:4,6; 28:17-22; 47:11-15; Jer. 25:14, 34-38; 50:9-15, 29-31; 51:49; Eze. 26:3; Dan. 11:45; Zac. 11:10; ver Apoc. 19:2).

Las palabras de Dios. Es decir, su "voluntad" como se expresan la sentencia contra la Babilonia simbólica (Apoc. 16:17,19; 17:1).

18. La mujer. Ver com. vers. 3.

La gran ciudad. La Biblia literal fue la "gran ciudad" (ver Nota Adicional de Dan. 4).

La ciudad de Babilonia representada desde el tiempo de Babel la oposición organizada a los propósitos de Dios en la tierra (ver com. Gén. 11:4-6; Apoc. 14: 8).

Una ciudad es una comunidad organizada e integrada por seres humanos; por lo tanto, cuán apropiado es "Babilonia la grande" como un símbolo profético d la organización religiosa apóstata, bien constituida y universal. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

2. CS 591. Los que presentan opiniones como las expresadas en las citas anteriores pueden ser sabios y aun hombres honrados; pero han sido engañados por los sofismas de Satanás. El es quien los induce a desnaturalizar las enérgicas expresiones de las Sagradas Escrituras, dando al lenguaje bíblico un tinte de amargura y malignidad que es propio de él, Satanás, pero 591 no de nuestro Creador. "¡Vivo yo! dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del inicuo, sino antes en que vuelva el inicuo de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros caminos malos, pues ¿por qué moriréis? " (Ezequiel 33:11),

¿Qué ganaría Dios con que creyéramos que él se goza en contemplar los tormentos eternos, que se deleita en oír los gemidos, los gritos de dolor y las imprecaciones de las criaturas a quienes mantiene sufriendo en las llamas del infierno? ¿Pueden acaso esas horrendas disonancias ser música para los oídos de Aquel que es amor infinito?

Se alega que esas penas sin fin que sufren los malos demuestran el odio de Dios hacia el pecado, ese mal tan funesto a la paz y al orden del universo. ¡Oh, qué horrible blasfemia! ¡Como si el odio que Dios tiene al pecado fuese motivo para eternizar el pecado! Pues según las enseñanzas de esos mismos teólogos, los tormentos continuos y sin esperanza de misericordia enfurecen sus miserables víctimas, que al manifestar su ira con juramentos y blasfemias, aumentan continuamente el peso de su culpabilidad. La gloria de Dios no obtiene realce con que se perpetúe el pecado al través de los siglos sin fin.

Es incalculable para el espíritu humano el daño que ha producido la herejía de los tormentos eternos. La religión de la Biblia, llena de amor y de bondad, y que abunda en compasión, resulta empañada por la superstición y revestida de terror. Cuando consideramos con cuán falsos colores Satanás pintó el carácter de Dios, ¿podemos admirarnos de que se tema, y hasta se aborrezca a nuestro Creador misericordioso?

Las ideas espantosas que respecto de Dios han sido propagadas por el mundo desde el púlpito, han hecho miles y hasta millones de escépticos e incrédulos.

La teoría de las penas eternas es una de las falsas doctrinas que constituyen el vino de las abominaciones de Babilonia, del cual ella da de beber a todas las naciones. 

(Apocalipsis 14:8; 17:2.)

Es verdaderamente inexplicable que los ministros de 592 Cristo hayan aceptado esta herejía y la hayan proclamado desde el púlpito. La recibieron de Roma, como de Roma también recibieron el falso día de reposo. Es cierto que dicha herejía ha sido enseñada por hombres piadosos y eminentes, pero la luz sobre este asunto no les había sido dada como a nosotros. 

Eran responsables tan sólo por la luz que brillaba en su tiempo; nosotros tenemos que responder por la que brilla en nuestros días.

4-6. CS 432.

18. CS 432.

La infidelidad a Cristo de que la iglesia se hizo culpable al dejar enfriarse la confianza y el amor que a él le unieran, y al permitir que el apego a las cosas mundanas llenase su alma, 432 es comparada a la violación del voto matrimonial. El pecado que Israel cometió al apartarse del Señor está representado bajo esta figura; y el amor maravilloso de Dios que ese pueblo despreció, está descrito de modo conmovedor: "Te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor; y viniste a ser mía."

"Y fuiste sumamente hermosa, y prosperaste hasta llegar a dignidad real. Y salió tu renombre entre las naciones, en atención a tu hermosura, la cual era perfecta, a causa de mis adornos que yo había puesto sobre ti.... Mas pusiste tu confianza en tu hermosura, y te prostituíste a causa de tu renombre." "Así como una mujer es desleal a su marido, así vosotros habéis sido desleales para conmigo, oh casa de Israel, dice Jehová." "¡Ah, mujer adúltera, que en vez de tu marido admites los extraños!" (Ezequiel 16:8, 13-15, 32; Jeremías 3:20, V.M.)

En el Nuevo Testamento se hace uso de un lenguaje muy parecido para con los cristianos profesos que buscan la amistad del mundo más que el favor de Dios.

El apóstol Santiago dice: "¡Almas adúlteras! ¿no sabéis acaso que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Aquel pues que quisiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios." (Santiago 4:4, V.M.)

La mujer Babilonia de Apocalipsis 17 está descrita como "vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro y piedras preciosas y perlas, teniendo en su mano un cáliz de oro, lleno de abominaciones, es decir, las inmundicias de sus fornicaciones; y en su frente tenía un nombre escrito: Misterio: Babilonia la grande, madre de las rameras."

El profeta dice: "Ví a aquella mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús." Se declara además que Babilonia "es aquella gran ciudad, la cual tiene el imperio sobre los reyes de la tierra." (Apocalipsis 17:4-6, 18, V.M.)

La potencia que por tantos siglos dominó con despotismo sobre los monarcas de la cristiandad, es Roma. La púrpura y la escarlata, el oro y las piedras preciosas y las perlas describen como a lo vivo la magnificencia y la pompa más que reales de que 433 hacía gala la arrogante sede romana. Y de ninguna otra potencia se podría decir con más propiedad que estaba "embriagada de la sangre de los santos" que de aquella iglesia que ha perseguido tan cruelmente a los discípulos de Cristo. Se acusa además a Babilonia de haber tenido relaciones ilícitas con "los reyes de la tierra."

Por su alejamiento del Señor y su alianza con los paganos la iglesia judía se transformó en ramera; Roma se corrompió de igual manera al buscar el apoyo de los poderes mundanos, y por consiguiente recibe la misma condenación.

Se dice que Babilonia es "madre de las rameras." Sus hijas deben simbolizar las iglesias que se atienen a sus doctrinas y tradiciones, y siguen su ejemplo sacrificando la verdad y la aprobación de Dios, para formar alianza ilícita con el mundo.

6. CS 64. En el siglo XIII se estableció la más terrible de las maquinaciones del papado: la Inquisición. El príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los jefes de la jerarquía papal. En sus concilios secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los espíritus de los hombres perversos, mientras que invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía la historia de hechos por demás horrorosos para ser presentados a la vista de los hombres. "Babilonia la grande" fue "embriagada de la sangre de los santos." Los cuerpos mutilados de millones de mártires clamaban a Dios venganza contra aquel poder apóstata.

El papado había llegado a ejercer su despotismo sobre el mundo. Reyes y emperadores acataban los decretos del pontífice romano. El destino de los hombres, en este tiempo y para la eternidad, parecía depender de su albedrío. Por centenares de años las doctrinas de Roma habían sido extensa e implícitamente recibidas, sus ritos cumplidos con reverencia y observadas sus fiestas por la generalidad. Su clero era colmado de honores y sostenido con liberalidad. Nunca desde entonces ha alcanzado Roma tan grande dignidad, magnificencia, ni poder.

Más "el apogeo del papado fue la medianoche del mundo." 

(Wylie, The History of Protestantism, libro 1, cap. 4.)

Las Sagradas Escrituras eran casi desconocidas no sólo de las gentes sino de los mismo sacerdotes. A semejanza de los 65 antiguos fariseos, los caudillos papales aborrecían la luz que habría revelado sus pecados.

Rechazada la ley de Dios, modelo de justicia, ejercieron poderío sin límites y practicaron desenfrenadamente los vicios. Prevalecieron el fraude, la avaricia y el libertinaje. Los hombres no retrocedieron ante ningún crimen que pudiese darles riquezas o posición. Los palacios de los papas y de los prelados eran teatro de los más viles excesos.

14. HAp 298. DIOS LLAMA A HOMBRES DISPUESTOS A DEJAR SUS GRANJAS, SUS NEGOCIOS, si es necesario sus familias, para llegar a ser misioneros suyos. Y el llamamiento hallará respuesta. En lo pasado hubo 298 hombres que, conmovidos por el amor de Cristo y las necesidades de los perdidos, dejaron las comodidades del hogar y la asociación de los amigos, aun la de la esposa y los hijos, para ir a tierras extranjeras, entre idólatras y salvajes, a proclamar el mensaje de misericordia.

MUCHOS PERDIERON LA VIDA EN LA EMPRESA, pero se levantaron otros para continuar la obra. Así, paso a paso, la causa de Cristo ha progresado, y la semilla sembrada con tristeza ha producido una abundante cosecha.

EL CONOCIMIENTO DE DIOS Ha Sido Extendido Ampliamente, Y El Estandarte De La Cruz Ha Sido Plantado En Tierras Paganas.

POR LA CONVERSIÓN DE UN PECADOR, el ministro somete a máximo esfuerzo sus recursos. El alma que Dios ha creado y Cristo ha redimido es de gran valor, por causa de las posibilidades que tiene por delante, las ventajas espirituales que se le han concedido, las capacidades que puede poseer si la vivifica la Palabra de Dios, y la inmortalidad que puede obtener mediante la esperanza presentada en el Evangelio.

Y SI CRISTO DEJÓ LAS NOVENTA Y NUEVE para poder buscar y salvar a la única oveja perdida, ¿podemos justificarnos nosotros si hacemos menos que esto?

EL DEJAR DE TRABAJAR COMO CRISTO TRABAJÓ, De Sacrificarse Como Él Se Sacrificó, ¿No Es Una Traición De Los Cometidos Sagrados, Un Insulto A Dios?

EL CORAZÓN DEL VERDADERO MINISTRO rebosa de un intenso anhelo de salvar almas. Gasta tiempo y fuerza, no escatima el penoso esfuerzo, porque otros deben oír las verdades que le proporcionaron a su propia alma tal alegría y paz y gozo. 

El Espíritu de Cristo descansa sobre él. Vela por las almas como quien debe dar cuenta. Con los ojos fijos en la cruz del Calvario, contemplando al Salvador levantado, confiando en su gracia, creyendo que estará con él hasta el fin como su escudo, su fuerza, su eficiencia, trabaja por Dios. Con invitaciones y súplicas, mezcladas con la seguridad del amor de Dios, trata de ganar almas para Cristo, y en los cielos se lo cuenta entre los que "son llamados y elegidos, y fieles." (Apoc. 17:14) 299

15. CS 493. El Profeta Dice: "Vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero." (Apocalipsis 13:11.) Tanto el aspecto de esta bestia como el modo en que sube indican que la nación que representa difiere de las representadas en los símbolos anteriores. Los grandes reinos que han gobernado al mundo le fueron presentados al profeta Daniel en forma de fieras, que surgían mientras "los cuatro vientos del cielo combatían en 493 la gran mar." (Daniel 7:2.)

En Apocalipsis 17, un ángel explicó que las aguas representan "pueblos y naciones y lenguas." (Apocalipsis 17:15.) Los vientos simbolizan luchas. Los cuatro vientos del cielo que combatían en la gran mar representan los terribles dramas de conquista y revolución por los cuales los reinos alcanzaron el poder.

Pero la bestia con cuernos semejantes a los de un cordero "subía de la tierra." En lugar de derribar a otras potencias para establecerse, la nación así representada debe subir en territorio hasta entonces desocupado, y crecer gradual y pacíficamente. No podía, pues, subir entre las naciones populosas y belicosas del viejo mundo, ese mar turbulento de "pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas." Hay que buscarla en el continente occidental.

¿Cuál era en 1798 la nación del nuevo mundo cuyo poder estuviera entonces desarrollándose, de modo que se anunciara como nación fuerte y grande, capaz de llamar la atención del mundo?

La aplicación del símbolo no admite duda alguna. Una nación, y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica. Una y otra vez el pensamiento y los términos del autor sagrado han sido empleados inconscientemente por los oradores e historiadores al describir el nacimiento y crecimiento de esta nación.

El profeta vio que la bestia "subía de la tierra;" y, según los traductores, la palabra dada aquí por "subía" significa literalmente "crecía o brotaba como una planta." Y, como ya lo vimos, la nación debe nacer en territorio hasta entonces desocupado. 

Un escritor notable, al describir el desarrollo de los Estados Unidos, habla del "misterio de su desarrollo de la nada," y dice: "Como silenciosa semilla crecimos hasta llegar a ser un imperio." - G. A. Townsend, The New Compared with the Old, pág. 462.

Un periódico europeo habló en 1850 de los Estados Unidos como de un imperio maravilloso, que surgía y que "en el silencio de la tierra crecía constantemente en poder y gloria." 494 -Dublin Nation. Eduardo Everett, en un discurso acerca de los peregrinos, fundadores de esta nación, dijo: "¿Buscaron un lugar retirado que por su obscuridad resultara inofensivo y seguro en su aislamiento, donde la pequeña iglesia de Leyden pudiese tener libertad de conciencia? ¡He aquí las inmensas regiones sobre las cuales, en pacífica conquista, . . . han plantado los estandartes de la cruz!" -Discurso pronunciado en Plymouth, Massachusetts, el 22 de diciembre de 1824. 

Apocalipsis 17 

(GRANDES PROFECÍAS CON ESTEBAN BOHR)

https://www.youtube.com/watch?v=mPRi6P0LVoU&list=PL0QviWO_Fy-3KAt9gbPCH-aKIWX0cGqU7&index=7

Ministerio Hno. Pio


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