Apocalipsis 7
El Sellamiento De Los
144.000, 7:1-8. Un ángel sella a los
siervos de Dios en sus frentes. El número de los que fueron sellados: número
determinado de cada tribu de Israel
La Gran Multitud, 7:9-17. Delante del trono hay una innumerable multitud de todas las naciones, con vestidos blancos y palmas en sus manos. Sus ropas fueron lavadas en la sangre del Cordero.
1 DESPUÉS de esto vi a cuatro
ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro
vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni
sobre el mar, ni sobre ningún árbol. 2 Vi también a otro ángel que subía de
donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los
cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra
y al mar, 3 diciendo: No hagáis daño a
la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus
frentes a los siervos de nuestro Dios.
4 Y oí el número de los sellados:
ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de
Israel.
5 De la tribu de Judá, doce mil
sellados.
De la tribu de Rubén, doce mil
sellados.
De la tribu de Gad, doce mil
sellados.
6 De la tribu de Aser, doce mil
sellados.
De la tribu de Neftalí, doce mil
sellados.
De la tribu de Manasés, doce mil
sellados.
7 De la tribu de Simeón, doce mil
sellados.
De la tribu de Leví, doce mil
sellados.
De la tribu de Isacar, doce mil
sellados.
8 De la tribu de Zabulón, doce
mil sellados.
De la tribu de José, doce mil
sellados.
De la tribu de Benjamín, doce mil
sellados.
9 Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y
pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,
vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 10 y clamaban a gran voz,
diciendo: la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y
al Cordero. 11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los
ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros
delante del trono, y adoraron a Dios, 12 diciendo: Amén. la bendición y la
gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la
fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
13 Entonces uno de los ancianos
habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y
de dónde han venido? 14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son
los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han
emblanquecido en la sangre del Cordero.
15 Por esto están delante del
trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado
sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni
sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17 porque el Cordero
que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de
vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. (Apocalipsis 7).
1. Después. Ver com. cap. 4:1.
Para la relación entre los cap. 7
y 6, ver com. cap. 6:17.
Vi. Ver com. cap. 4: 1.
Cuatro ángeles. Estos ángeles simbolizan a
instrumentos divinos que detienen las fuerzas del mal en el mundo, hasta que
sea terminada la obra de Dios en los corazones humanos y el pueblo de Dios sea
sellado en su frente (ver com. cap. 6:17).
Cuatro ángulos. Cf. Isa. 11:12; Eze. 7:2. Esto
significa que todo el mundo está amenazado.
Cuatro vientos. En las Escrituras los
"cuatro vientos" a menudo representan los cuatro puntos cardinales
(Dan. 8:8; Mar. 13:27).
Estos "cuatro vientos"
son claramente fuerzas destructoras (vers. 3).
El paralelo más cercano se halla
probablemente en Dan. 7:2, donde representan a las fuerzas en lucha de las
cuales surgen grandes naciones.
Se ha sugerido que como Apoc. 7
parece ser una respuesta a la pregunta final del cap. 6 (ver com. cap. 6:17),
esta retención de los cuatro vientos es una tregua transitoria de los terrores
descritos en el cap. 6 hasta que se preparen para la tempestad los que van a
mantenerse firmes en medio de ella.
Estas fuerzas destructoras,
vistas a la luz del gran conflicto entre Cristo y Satanás, representan los
esfuerzos de Satanás para extender la ruina y la destrucción por todas partes.
Juan vio en la visión simbólica a cuatro ángeles, pero en verdad se emplean
muchos ángeles en la tarea de refrenar los malos designios del enemigo.
Estos ángeles circundan "al
mundo... Están reprimiendo a los ejércitos de Satanás hasta que se haya
terminado el sellamiento del pueblo de Dios... Se les da la tarea de mantener a
raya el furioso poder de aquel que ha descendido como león rugiente, buscando a
quien devore" (EGW, Material Suplementario, com. cap. 5:11).
Cuando se haya
completado la obra del sellamiento, entonces Dios dirá a los ángeles: "No
lidiéis más con Satanás en sus esfuerzos por destruir. Dejadlo que manifieste
su malignidad sobre los hijos de la desobediencia, porque la copa de la
iniquidad de ellos está llena" (EGW, RH 17-9- 1901; cf. 6T408).
Cuando los cuatro ángeles dejen
finalmente de retener y controlar los impíos designios de Satanás, "los
vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención,
se desencadenarán. El mundo será envuelto en una ruina más espantosa que la que
cayó antiguamente sobre Jerusalén" (CS 672).
Sobre la tierra. Las tres partes que aquí se
mencionan -tierra, mar y árboles- destacan la naturaleza universal de la
destrucción que ya se cierne.
2. Otro ángel. Además de los cuatro que sujetaban los vientos.
(Ver com. vers. com. vers. 1)
De donde sale el sol. Entre los judíos, las direcciones
se calculaban desde el punto de vista de una persona que estuviese mirando al
este (ver com. Exo. 3:1).
De esta dirección fue de donde
Ezequiel vio la gloria de Dios que entraba en el templo (cap. 43:2-5).
La señal del Hijo del hombre
aparecerá en el este (Mat. 24:30; cf. CS 698-699). Por lo tanto, la dirección desde la cual
viene el ángel puede indicar que viene de parte de Dios, que es enviado por él.
Algunos creen que el énfasis no
debe ponerse en la ubicación sino en la manera, es decir, que la venida del
ángel se asemeja a la del sol que sale en todo su esplendor. Ver com. cap. 16:12.
SELLO. Los sellos se usaron en el Cercano Oriente desde
los tiempos más antiguos, así como se usan las firmas hoy en día. Así se
certificaba quién era el autor de un documento, se indicaba quién era el dueño
del objeto sobre el cual se imprimía el sello, o se protegían objetos como
baúles, cajones, tumbas, para que no fueran abiertos o violados.
Las excavaciones arqueológicas
han proporcionado centenares de sellos o impresiones hechas por sellos. Entre
ellos hay uno que aparece en el mango (asa) de un jarrón y dice:
"Perteneciente a Eliakim, mayordomo de Joaquín". En Laquis se
encontró un sello que dice: "Perteneciente a Gedalías que está sobre la
casa".
El concepto de que Dios coloca
una marca sobre su pueblo se remonta a la visión de Ezequiel, cuando vio a un
hombre con tintero de escribano que recibió la orden de poner "una señal
en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen" en Jerusalén. Los que tuvieran la marca
"en la frente" serían salvados de la destrucción (Eze. 9:2-6).
EL CONCEPTO DEL SELLAMIENTO TAMBIÉN SE APLICA EN OTRAS
CIRCUNSTANCIAS. Pablo aplicó este símbolo a la
experiencia de recibir el Espíritu Santo en relación con la conversión y el
bautismo (2 Cor. 1:22; Efe. 1:13; 4:30). Jesús habló de sí mismo diciendo que
era sellado por el Padre, refiriéndose sin duda al testimonio aprobatorio del
Padre por medio del Espíritu Santo en ocasión de su bautismo (ver com. Juan
6:27).
El simbolismo del sellamiento
halla un paralelo interesante en el pensamiento escatológico judío. Uno de los
Salmos de Salomón (obra seudoepigráfica de mediados del siglo 1 a. C.) declara
de los justos que "la llama de cuando salga de delante del rostro del
Señor contra los pecadores para destruir toda la seguridad de los pecadores,
pues la marca de Dios está sobre los justos para salvación. El hambre, la
espada y la pestilencia (estarán) lejos de los justos" (15:4-7). Así se
imaginaban los judíos una marca sobre los justos que los protegería del
peligro.
El pasaje que estudiamos indica
también un sellamiento del pueblo de Dios, que lo preparará para estar firme
durante los tiempos espantosos de angustia que precederán al segundo advenimiento
de Cristo (ver com. Apoc. 7:1). En los tiempos antiguos un sello sobre un
objeto certificaba quién era el dueño, así también el sello de Dios sobre su
pueblo proclama que él lo ha reconocido como suyo (2 Tim. 2:19; cf. TM 446).
EL SELLO Que Se Estampará Sobre Los Fieles Siervos De Dios
Es "la pura marca de la
verdad", la "señal" de su "aprobación" (3T 267). Este
sello da testimonio de la "semejanza a Cristo en carácter" (EGW, Material
Suplementario com. vers. 2).
"El sello de
Dios, la garantía o señal de su autoridad, se halla en el cuarto
mandamiento" (EGW, ST 1 - 11 1899; cf.
CS 698).
Hay más detalles
acerca del sello en com. Eze. 9:4.
Dios vivo. Ver com. cap. 1:18.
3. Hasta que hayamos sellado. Ver com. vers. 2.
Frentes. Juan probablemente vio en la visión que se ponía la
marca.
El sello representa las cualidades
de carácter.
(Ver com. Eze. 9:4; cf. 2 Tim.
2:19).
Los siervos. Gr. dóulos, "esclavo". Los que son
sellados, son esclavos de Dios, y el sello que reciben es la garantía de que
son en verdad del Señor.
4. Oí. Juan recibió la información oralmente. Si vio en
este momento al conjunto de los sellados, no lo declara la profecía.
Ciento cuarenta y cuatro mil. Respecto a este número se han
sostenido dos puntos de vista: (1) que es literario; (2) que es simbólico.
Algunos de los que sostienen que es literal, destacan que el cómputo puede
hacerse mediante un sistema como el que se empleó para el cálculo de los 5.000
que fueron alimentados milagrosamente, donde sólo se contó a los hombres, pero
no a las mujeres ni a los niños (Mat. 14:21).
Los que sostienen que el número
es simbólico, destacan que la visión es claramente simbólica, y que como los
otros símbolos no se interpretan literalmente, éste tampoco debe entenderse
así.
Muchos estudiantes de las Escrituras consideran que doce es un número que tiene significado en la Biblia, sin duda porque hubo 12 tribus en Israel.
(Exo. 24:4; 28:21; Lev 24:5; Núm. 13; 17:2; Jos. 4:9; 1Rey. 4:7; 18:31;
Mat. 10:1; Apoc. 12:1; 21:12, 14, 16, 21;
22:2).
La multiplicación de 12.000 por
12 (Apoc. 7:5-8) puede sugerir que el propósito principal de este pasaje no es
el de revelar el número preciso de los sellados, sino mostrar la distribución
de los sellados entre las tribus del Israel espiritual.
De los 144.000 se dice que podrán
"sostenerse en pie" en medio de los terribles acontecimientos
descritos en el cap. 6:17 (ver comentario respectivo).
Tienen "el sello del Dios
vivo" (cap. 7:2) y son protegidos en un tiempo de destrucción universal,
como lo fueron los que tenían la marca en la visión de Ezequiel (Eze. 9:6).
Cuentan con la aprobación del
cielo, pues Juan los ve más tarde con el Cordero en el monte de Sión (Apoc.
14:1).
Se declara que son sin engaño y
sin mácula (Apoc. 14:5).
Juan los oye cantar un canto que
"nadie podía aprender" (Apoc. 14:3).
Se los llama "primicias para
Dios y para el Cordero" (Apoc. 14:4).
HAY DIFERENCIAS DE OPINIÓN en cuanto a quiénes de la última generación de los santos constituirán
precisamente los 144.000. La falta de una información más definida, como la que
se necesita para llegar a conclusiones dogmáticas sobre ciertos puntos, ha
llevado a muchos a destacar, no quiénes son los 144.000 sino qué son, es decir,
la clase de carácter que Dios espera que posean y la importancia de prepararse
para pertenecer a esa multitud intachable.
Viene muy al caso el siguiente consejo: "No es su voluntad [la de Dios] que se entabla
discusiones por cuestiones que nobles ayudarán espiritualmente, tales como
quiénes han de componer los ciento cuarenta y cuatro mil. Esto lo sabrán sin
lugar a dudas dentro de poco tiempo los que son elegidos por Dios" (EGW,
Material Suplementario com. cap. 14:1-4; cf.
PR 141).
Todas las tribus. Aquí se presenta una lista de doce tribus (vers. 5-8), pero que no es enteramente idéntica con las enumeraciones que hay en el AT
(Núm. 1:5-15; Deut. 27:12-13; cf. Gén. 35:22-26;
49:3-28; 1Crón. 2:12).
Las listas del AT generalmente
comienzan con Rubén, mientras que esta enumeración empieza con Judá, quizá
porque Cristo era de la tribu de Judá (Apoc. 5:5).
Leví no se incluye a veces como
tribu en el NT, aunque, por supuesto, se lo pone en la lista de los hijos de
Jacob. Se debe sin duda a que Leví no recibió heredad entre las tribus (ver
com. Jos. 13:14).
En Apoc. 7:5-8 se cuenta a la
tribu de Leví, pero no a la de Dan. Para
incluir a Leví y mantener a la vez el número 12, era necesario omitir una de
las tribus, pues José era contado como dos tribus, es decir, Efraín (quizá
llamado "José" en Apoc. 7:8) y Manasés.
Dan fue excluido debido quizá a la reputación que
tenía esa tribu de ser idólatra (Juec. 18:30-31).
El orden en el cual se enumeran
aquí las tribus es diferente de cualquier lista del AT. Algunos han hecho notar que si los vers. 7 y
8 se colocan entre los vers. 5 y 6, las tribus siguen el orden de los hijos de
Lea, los de Raquel, los de la sierva de Lea y los de la sierva de Raquel,
excepto Dan, en cuyo lugar aparece Manasés; sin embargo, no se gana nada con
este cambio.
Israel. Los que insisten en que los 144.000 son judíos
literales, sostienen que la aplicación a cristianos que constituyen el Israel
espiritual no concuerda con la división en 12 tribus específicas; sin embargo,
si hay que tomar literalmente "hijos de Israel", ¿qué razón se opone
para no tomar literalmente también los vers. 5-8 y cap. 14:1-5?
Además de que los judíos
perdieron hace mucho sus distinciones tribales, la probabilidad sumamente
remota de que en realidad haya un número igual de redimidos de cada tribu -pero
ni uno de Dan-, y el requisito de que todos sean célibes (cap. 14:4), pondría a
prueba la credulidad de cualquiera.
Sin embargo, si los 144.000 no
son judíos literales sino israelitas simbólicos el Israel espiritual, la
iglesia cristiana-, entonces las divisiones de las tribus y otros detalles son
también figurados, y desaparecen las dificultades.
Debe, pues, entenderse que estos
israelitas que son sellados pertenecen al Israel espiritual, la iglesia
cristiana (Rom. 2:28-29; 9:6-7; Gál. 3:28-29; 6:16; cf. Gál. 4:28; 1Ped. 1:1;
ver com. Fil. 3:3).
El Israel espiritual se
representa en el símbolo como dividido en 12 tribus, porque las 12 puertas de
la nueva Jerusalén tienen grabados los nombres de las 12 tribus de Israel
(Apoc. 21:12).
9. Después de esto. Ver com. cap. 4:1.
Una gran multitud. Los comentadores no han estado de
acuerdo desde los comienzos del cristianismo en cuanto a la relación de esta
multitud con los 144.000. Se han sostenido tres principales puntos de vista.
SEGÚN UNA OPINIÓN,
los 144.000 y la "gran multitud" componen el mismo grupo, pero bajo diferentes condiciones, y los vers. 9-17
revelan la verdadera identidad de los 144.000. De acuerdo con este punto de
vista, los vers. 1-8 describen el sellamiento de los 144.000 a fin de
prepararlos para permanecer firmes en medio de los terrores que acompañan la
venida del Mesías, mientras que los vers. 9-17 los muestran después
regocijándose en paz y triunfo alrededor del trono de Dios.
Los que opinan de esta manera
creen que las aparentes diferencias entre la descripción de la "gran
multitud" y de los 144.000 no son diferencias sino explicaciones.
De modo que el hecho de que la
"gran multitud" no pueda contarse, lo entienden como que implica que
el número 144.000 es simbólico y no literal.
El hecho de que la "gran
multitud" provenga de todas las naciones, y no sólo de Israel como es el
caso del origen de los 144.000, lo interpretan como que el Israel al cual
pertenecen los 144.000 no es el Israel literal sino el espiritual, que abarca a
todas las naciones de los gentiles.
UN SEGUNDO PUNTO DE
VISTA destaca las
diferencias entre los 144.000 y la "gran multitud". Los primeros
pueden contarse; la otra, no.
Aquellos representan un grupo
especial, las "primicias para Dios y para el Cordero", los que
"siguen al Cordero por dondequiera que va" (cap. 14:4); la multitud
son los demás santos triunfantes de todas las épocas.
EL TERCER PUNTO DE VISTA identifica a la, "gran multitud" como el grupo total de los
redimidos, lo que incluye a los 144.000.
Los adventistas del séptimo día
generalmente se han inclinado por el segundo punto de vista.
Del trono. Ver com. cap. 4:2.
Del Cordero. Ver com. cap. 5:6.
Ropas blancas. Ver com. cap. 6:11; cf. cap. 7:13.
Palmas. Eran símbolos de regocijo y victoria.
(Ver Mar. 13;51; 2 Mac. 10:7;
Juan 12:13).
10. La salvación pertenece a nuestro Dios. La compañía
innumerable reconoce que Dios y el Cordero la ha redimido. El sentido original
del pasaje se expresa con exactitud en la RVR. El atribuir la salvación tanto a
Dios como al Cordero, es una evidencia significativa de su igualdad (ver com.
cap. 5:13).
Que está sentado. Ver com. cap. 4:2.
11. Los ancianos. Ver com. cap. 4:4. Aunque se han
sucedido varias escenas desde la del cap. 4, el escenario general es el mismo.
Cuatro seres vivientes. Ver com. cap. 4.6.
Se postraron. Cf. cap. 5:8.
12. Amén. Ver com. cap. 5:14.
La bendición. Es una doxología séptuple como la del cap. 5:12
(ver el comentario respectivo, y
com. vers. 13).
Nuevamente aquí, como en el cap.
5:8-14, hay una visión de la vindicación de Dios y de Cristo.
El testimonio de los salvados
nuevamente hace recordar a las huestes del ciclo que Dios es sabio y justo. Lo
adoran con bendición, gloria, acción de gracias y honra.
13. Uno de los ancianos. Ver com. cap. 4:4.
Habló, diciéndome. El anciano expresa la pregunta
que sin duda ya estaba en la mente de Juan.
¿Quiénes son? Puede surgir la pregunta respecto a cuál grupo se
refiere el anciano, si al de los 144.000 (vers. 4), o a la "gran
multitud" (vers. 9).
Hay Dos Opiniones Respecto A Este Punto: (1) Que se refiere a los 144.000.
Los que sostienen
esta opinión argumentan que Juan ya conocía la identidad de la "gran
multitud" porque había declarado que provenía de "todas las naciones
y tribus y pueblos y lenguas"; por lo tanto alegan que para que la
pregunta del anciano sea razonable debe referirse a los 144.000.
(2) Que se refiere
a la "gran multitud". Los que sostienen esta opinión hacen notar que
a partir del vers. 9 comienza una escena enteramente nueva de la visión, y que
una referencia a una escena previa difícilmente sería de esperar a menos que se
la indicase específicamente.
Argumentan además
que la "gran multitud" no ha sido identificada más claramente que los
144.000.
Finalmente llaman la atención al hecho de que el
anciano habla específicamente de los que están "vestidos de ropas
blancas", o sea la "gran multitud" que se describe con esas vestiduras
en el vers. 9.
Esta opinión puede
sostenerse ya sea que se piense que la "gran multitud" comprende a
todos los redimidos, incluso a los 144.000, o a los redimidos excluyendo este
grupo.
Ver HAp 481; GS
707; MC 406.
14. Gran tribulación. Literalmente "la gran
tribulación".
Los que sostienen que los vers.
13-17 se aplican a los 144.000 (ver com. vers. 13) entienden que la tribulación
es el tiempo de angustia mencionado en Dan. 12:1, que precederá al segundo
advenimiento de Cristo.
Los que sostienen que los vers.
13-17 se refieren a la gran multitud, aplican la "gran tribulación"
en forma más general a los diferentes períodos de tribulación que han
experimentado los santos a través de los siglos o, más específicamente, a la
tribulación descrita por los símbolos de Apoc. 6 (cf. Mat. 24:21). Cf com.
Apoc. 3:10.
Han lavado sus ropas. Se explica por qué sus ropas son
puras. Los santos han triunfado no por sus propios medios, sino a causa de la
victoria ganada por Cristo en el Calvario (cf. com. cap. 6:11).
Aquí se demuestra la estrecha
relación entre la justicia y la victoria, ambas simbolizadas por las ropas
blancas (cf com. cap. 3:4; cf cap. 1:5).
La batalla es contra el pecado;
Injusticia es la victoria; la justicia de Cristo ha ganado la victoria; los
pecadores llegan a ser justos y victoriosos al aceptar la justicia de Cristo.
15. Por esto. La justicia y la victoria de estos bienaventurados
hace posible que los que componen el grupo estén continuamente en la presencia
de Dios. Si sus ropas no fuesen blancas, no podrían soportar la presencia
divina.
Delante del trono. Ver com. cap. 4:2. Este grupo
está constantemente en la presencia de Dios. Es suyo el gozo de estar siempre
con Aquel que los ha salvado.
Le sirven. El mayor placer de los salvados es hacer la
voluntad de Dios.
Día y noche. Ver com. cap. 4:8.
Templo. Gr. naós, palabra que pone énfasis en el templo como morada de Dios.
(Ver cap. 3:12).
Extenderá su tabernáculo sobre ellos. El anciano
proyecta sus palabras hacia el futuro, mira por anticipado los siglos
interminables de la eternidad, a través de los cuales los salvados podrán tener
la seguridad de que ciertamente Dios morará entre ellos. Nunca serán privados
de su presencia, su sostén y su favor. El estar sin la presencia de Dios es
pérdida completa; el tenerlo morando entre nosotros es salvación perenne.
16. Ya no tendrán hambre. Este versículo parece aludir a
Isa. 49:10, donde se prometía abundancia a los repatriados. Esta hermosa
promesa hallará su cumplimiento final en el caso del Israel espiritual.
17. El Cordero. Ver com. cap. 5:6.
En medio del trono. En el cap. 5:6 se describe al
Cordero como el más próximo al trono de Dios.
Los pastoreará. Gr. poimáinÇ (cf. com. cap.
2:27).
Aunque el cordero es generalmente
pastoreado, el Cordero se revela aquí como el verdadero pastor (cf. Juan
10:11).
El pensamiento de este pasaje
probablemente proviene de Isa. 40:11.
Fuentes de aguas de vida. En relación con esta figura,
ver
Jer. 2:13; Juan 4:14; Apoc. 22:1.
Enjugará toda lágrima. Una figura de dicción para significar que en el mundo futuro no habrá nada que cause lágrimas. Algunos han interpretado esta figura literalmente en parte: que por un tiempo habrá lágrimas debido a la ausencia de los seres amados; pero esto no puede probarse. Las conclusiones dogmáticas acerca de este tema deben fundarse sobre algo más que una expresión figurada. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
1-3. Ev 510. UNA CRISIS
NACIONAL PRODUCE UN DESPERTAR RELIGIOSO.- Hoy los hombres y las naciones son
probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete error. . .
Hoy las señales de los tiempos
declaran que estamos en el umbral de acontecimientos grandes y solemnes. En
nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía
por la cual el Salvador anunció los acontecimientos que habrían de preceder su
venida: "Y oiréis guerras, y rumores de guerras. . . Se levantará nación
contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambre, y
terremotos por los lugares" (Mat. 24:6,7).
El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro. Observan las relaciones que existen entre las naciones.
Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal,
y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se
encuentra en vísperas de una crisis estupenda (Profetas y Reyes, págs. 393,
394. Año 1916).
NUESTRO DEBER EN EL MOMENTO DE
TREGUA.- Los ángeles están hoy sosteniendo los vientos de la lucha, hasta que
el mundo sea advertido de su inminente destrucción; pero se está preparando una
tormenta, lista para desencadenarse sobre la tierra, y cuando Dios ordene a sus
ángeles que suelten los vientos, habrá una escena tal de lucha que ninguna
pluma la puede describir. . .
El Señor nos ha concedido
misericordiosamente un momento de tregua. Todo poder que nos ha sido prestado
por el cielo ha de ser empleado en hacer la obra que el Señor nos asignó en
favor de los que perecen en la ignorancia...
El pueblo de Dios debe interceder
poderosamente ante él por ayuda ahora. Los hijos de Dios deben consagrar la
totalidad de sus energías al esfuerzo de proclamar la verdad durante la tregua
que ha sido concedido. . .
Todos los días nos hemos estado
asociando con los hombres y mujeres sujetos al juicio. Cada día puede haber
sido la línea divisoria para un alma. Cada día alguien puede haber hecho la
decisión que determinará su destino futuro (Review and Herald, 23 de noviembre,
1905).
2JT 324, 369. Preparativos
para la crisis. Como nunca antes, la ley de Dios
debiera ser amada y honrada por su pueblo fiel.
Existe la más imperativa necesidad de inculcar en la mente y los
corazones de todos los creyentes hombres y mujeres, jóvenes y niños, la
recomendación de Cristo: "Escudriñad las Escrituras." (Juan 5:39.)
Estudiad vuestra Biblia como
nunca la habéis estudiado antes. A menos que subáis a un nivel más elevado y
santo en vuestra vida religiosa no estaréis listos para la aparición de nuestro
Señor. Dios espera de su pueblo un celo, una fidelidad y una devoción
correspondientes a la gran luz que le ha dado.
Debe haber más
espiritualidad, una consagración más profunda a Dios y un celo en su obra que
nunca se ha alcanzado todavía.
Debe dedicarse
mucho tiempo a la oración, para que las vestiduras de nuestro carácter sean
lavadas y emblanquecidas en la sangre del Cordero.
Debemos en forma
especial, y con fe inquebrantable, pedir a Dios que dé ahora a su pueblo gracia
y poder. No creemos que haya llegado plenamente el tiempo en que han de
restringirse nuestras libertades.
El profeta vio "cuatro
ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los
cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra ni
sobre la mar, ni sobre ningún árbol."
Otro ángel 325 que ascendía desde el oriente, clamó a ellos diciendo: "No
hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que señalemos a los
siervos de nuestro Dios en sus frentes." (Apoc, 7:1,3.)
Esto señala la obra que tenemos
que hacer ahora. Una gran responsabilidad incumbe a los hombres y mujeres que
oran en todo el país, para que pidan a Dios que rechace la nube del mal, y nos
conceda algunos años más de gracia en que trabajar para el Maestro. Clamemos a
Dios para que sus ángeles retengan los cuatro vientos hasta que los misioneros
sean enviados a todas partes del mundo y proclamen la amonestación contra los
que desobedecen la ley de Jehová. 326
* ESTAMOS en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecías
se están cumpliendo. La historia, extraña y llena de sucesos, está
registrándose en los libros del cielo. Todo en nuestro mundo está en agitación.
Hay guerras y rumores de guerras. Las naciones están airadas, y ha llegado el
tiempo en que deben ser juzgados los muertos.
Los acontecimientos están
cambiando para traer el día de Dios, que se apresura grandemente. Queda, por
así decirlo, solamente un momento de tiempo. Pero aunque ya se levanta nación
contra nación, y reino contra reino, no hay todavía conflagración general.
Todavía los cuatro vientos son retenidos hasta que los siervos de Dios sean
sellados en sus frentes. Entonces las potencias de la tierra ordenarán sus fuerzas
para la última gran batalla.
Satanás está haciendo activamente
sus planes para el postrer gran conflicto, en el que todos tomarán posiciones.
Después que el Evangelio se ha venido proclamando en el mundo durante casi dos
mil años, Satanás presenta todavía a los hombres y mujeres la misma escena que
presentó a Cristo. En forma prodigiosa despliega ante ellos los reinos de este
mundo en su gloria. Los promete a todos los que quieran postrarse y adorarle.
Así trata de poner a los hombres
bajo su dominio.
Satanás está obrando con suma
intensidad para presentarse como Dios, y para destruir a todos los que se
oponen a su poder. Y hoy el mundo se está postrando delante de él. Se recibe su
poder como poder de Dios. Se está cumpliendo la profecía del Apocalipsis, de
que "se maravilló toda la tierra en pos de la bestia." (Apoc. 13:3.)
En su ceguera, los hombres se
jactan de haber alcanzado maravillosos progresos e ilustración; pero su
culpabilidad y 370 depravación interior son manifiestas para el ojo de la Omnisciencia.
Los vigilantes celestiales ven la tierra llena de violencia y crimen.
2. CS 671, 698. Y EN aquel
tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu
pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta
entonces: mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se
hallaren escritos en el libro." (Daniel 12:1.)
Cuando termine el mensaje del
tercer ángel la misericordia divina no intercederá más por los habitantes
culpables de la tierra. El pueblo de Dios habrá cumplido su obra; habrá
recibido "la lluvia tardía," el "refrigerio de la presencia del
Señor," y estará preparado para la hora de prueba que le espera. Los
ángeles se apuran, van y vienen de acá para allá en el cielo. Un ángel que
regresa de la tierra anuncia que su obra está terminada; el mundo ha sido
sometido a la prueba final, y todos los que han resultado fieles a los
preceptos divinos han recibido "el sello del Dios vivo." Entonces
Jesús dejará de interceder en el santuario celestial. Levantará sus manos y con
gran voz dirá "Hecho es," y todas las huestes de los ángeles depositarán
sus coronas mientras él anuncia en tono solemne: "¡El que es injusto, sea
injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo
aún; y el que es santo, sea aún santo!" (Apocalipsis 22:11, V.M.) Cada
caso ha sido fallado para vida o para muerte. Cristo ha hecho propiciación por
su pueblo y borrado sus pecados. El número de sus súbditos está completo;
"el reino, y el señorío y la majestad de los reinos debajo de todo el
cielo" van a ser dados a los herederos de la salvación y Jesús va a reinar
como Rey de reyes y Señor de señores.
Cuando él abandone el santuario,
las tinieblas envolverán a los habitantes de la tierra. Durante ese tiempo
terrible, los 672 justos deben vivir sin intercesor, a la vista del santo Dios.
Nada refrena ya a los malos y Satanás domina por completo a los impenitentes
empedernidos. La paciencia de Dios ha concluido.
El mundo ha rechazado su
misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley; Los impíos han dejado
concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran
obstinadamente, acabó por apartarse de ellos.
Desamparados ya de la gracia
divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de
la tierra en una gran tribulación final. Como los ángeles de Dios dejen ya de
contener los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de
contención se desencadenarán.
El mundo entero será
envuelto en una ruina más espantosa que la que cayó antiguamente sobre
Jerusalén.
* Los enemigos
de la ley de Dios, desde los ministros hasta el más insignificante entre ellos,
adquieren un nuevo concepto de lo que es la verdad y el deber. Reconocen
demasiado tarde que el día de reposo del cuarto mandamiento es el sello del
Dios vivo. Ven demasiado tarde la verdadera naturaleza de su falso día de
reposo y el fundamento arenoso sobre el cual construyeron. Se dan cuenta de que
han estado luchando contra Dios. Los maestros de la religión condujeron las
almas a la perdición mientras profesaban guiarlas hacia las puertas del paraíso.
No se sabrá antes del día del juicio final cuán grande es la responsabilidad de
los que desempeñan un cargo sagrado, y cuán terribles son los resultados de su
infidelidad. Sólo en la eternidad podrá apreciarse debidamente la pérdida de
una sola alma. Terrible será la suerte de aquel a quien Dios diga: Apártate,
mal servidor.
Desde el cielo se oye la voz de
Dios que proclama el día y la hora de la venida de Jesús, y promulga a su pueblo el pacto eterno. Sus palabras resuenan por la tierra
como el estruendo de los más estrepitosos truenos. El Israel de Dios escucha
con los ojos elevados al cielo. Sus semblantes se iluminan con la gloria divina
y brillan cual brillara el rostro de Moisés cuando bajó del Sinaí.
Los malos no los pueden mirar. Y
cuando la bendición es pronunciada sobre los que honraron a Dios santificando
su sábado, se oye un inmenso grito de victoria.
Pronto aparece en el este una
pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la
nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de
obscuridad.
El pueblo de Dios sabe que es la
señal del Hijo del hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va
acercándose a la tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta
convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y
sobre ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran
conquistador. Ya no es "varón de dolores," que haya de beber el
amargo cáliz de la ignominia y de la maldición; victorioso en el cielo y en la
tierra, viene a 699 juzgar a vivos y
muertos. "Fiel y veraz," "en justicia juzga y hace guerra."
"Y los ejércitos que están en el cielo le seguían." (Apocalipsis
19:11,14, V.M.)
2-3. 2JT 179. EL MANTO DE LA
JUSTICIA DE CRISTO. Mientras los hijos de Dios afligen sus almas
delante de él, suplicando pureza de corazón, se da la orden: "Quitadle
esas vestimentas viles," y se pronuncian las alentadoras palabras:
"Mira que he hecho pasar tu pecado de ti, y te he hecho vestir de ropas de
gala." Se pone sobre los tentados, probados, pero fieles hijos de Dios, el
manto sin mancha de la justicia de Cristo.
El remanente despreciado queda
vestido de gloriosos atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por las
corrupciones del mundo. Sus nombres permanecen en el libro de la vida del
Cordero, registrados entre los fieles de todos los siglos. 179 Han resistido
los lazos del engañador; no han sido apartados de su lealtad por el rugido del
dragón. Ahora están eternamente seguros de los designios del tentador. Sus
pecados han sido transferidos al originador de ellos. Y ese residuo no sólo es
perdonado y aceptado, sino honrado. Una "mitra limpia" es puesta
sobre su cabeza. Han de ser reyes y sacerdotes para Dios.
Mientras Satanás estaba insistiendo
en sus acusaciones y tratando de destruir esta hueste, los ángeles santos,
invisibles, iban de un lado a otro poniendo sobre ellos el sello del Dios
viviente. Ellos han de estar sobre el monte de Sión con el Cordero, teniendo el
nombre del Padre escrito en sus frentes.
Cantan el nuevo himno delante del
trono, m himno que nadie puede aprender sino los ciento cuarenta y cuatro mil
que fueron redimidos de la tierra. "Estos, los que siguen al Cordero por
donde quiera que fuera. Estos fueron comprados de entre los hombres por
primicias para Dios, y para el Cordero. Y en sus bocas no ha sido hallado
engaño; porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios." (Apoc.
14:4,5.)
Entonces se cumplirán
completamente estas palabras del ángel: "Escucha pues ahora, Josué gran
sacerdote, tú, y tus amigos que se sientan delante de ti; porque son varones
simbólicos: He aquí, yo traigo a mi siervo, el Pimpollo".
Cristo es revelado como Redentor
y Libertador de su pueblo. Entonces serán en verdad los que forman parte del
remanente "varones simbólicos," cuando las lágrimas y la humillación
de su peregrinación sean reemplazadas por el gozo y la honra en la presencia de
Dios y del Cordero. "En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para
hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los
librados de Israel. Y acontecerá que el que quedare en Sión, y el que fuere
dejado en Jerusalem, será llamado santo; todos los que en Jerusalem están
escritos entre los vivientes." (Isa. 4:2,3.) 180
4. 1JT 335. El
espíritu de odio que ha existido entre algunos porque fueron reprendidos los
males que reinaban entre el pueblo de Dios, ha ocasionado ceguera y un terrible
engaño para sus almas, haciéndoles imposible discriminar entre lo bueno y lo
malo. Los tales han apagado su propia visión espiritual. Pueden presenciar los
males, pero no se sienten como se sentía Josué, ni se humillan al advertir el
peligro de las almas.
El verdadero
pueblo de Dios, que toma a pecho el espíritu de la obra del Señor
y la salvación de las almas, verá siempre al pecado en su verdadero carácter
pecaminoso. Estará siempre de parte de los que denuncian claramente los pecados
que tan fácilmente asedian a los hijos de Dios.
Especialmente en la obra final
que se hace en favor de la iglesia, en el tiempo del sellamiento de los ciento
cuarenta y cuatro mil que han de subsistir sin defecto delante del trono de
Dios, sentirán muy profundamente los yerros de los que profesan ser hijos de
Dios.
Esto lo expone con mucho
vigor la ilustración que presenta el profeta acerca de la última obra, bajo la
figura de los hombres que tenían sendas armas destructoras en las manos. Entre
ellos había uno vestido de lino que tenía a su lado un tintero. "Y díjole
Jehová: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en
la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las
abominaciones que se hacen en medio de ella." (Eze. 9:4.)
¿Quiénes siguen el
consejo de Dios en este tiempo? ¿Son los que excusan virtualmente los yerros de
entre el profeso 336 pueblo de Dios, y quienes murmuran en su corazón, si no
abiertamente, contra los que quisieran reprender el pecado? ¿Son aquellos que
se les oponen y simpatizan con los que contemporizan con el mal? No, en verdad.
A menos que se arrepientan, y
dejen la obra satánica de oprimir a los que tienen la preocupación de la obra,
y de dar la mano a los pecadores de Sión, nunca recibirán el sello de la
aprobación de Dios. Caerán en la destrucción general de los impíos,
representada por la obra de los hombres que llevaban armas.
NÓTESE
ESTO CON CUIDADO: Los que reciban la marca pura de
la verdad, desarrollada en ellos por el poder del Espíritu Santo y representada
por el sello del hombre vestido de lino, son los que "gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se
hacen" en la iglesia. Su amor por la pureza y el honor y la gloria de
Dios es tal, y tienen una visión tan clara del carácter excesivamente
pecaminoso del pecado, que se los representa agonizando, suspirando y llorando.
Léase el capítulo noveno de Ezequiel.
Pero la matanza general de todos
los que no ven así el amplio contraste entre el pecado y la justicia, y no
tienen los sentimientos de aquellos que siguen el consejo de Dios y reciben la
señal, está descrita en la orden dada a los cinco hombres con armas: "Pasad
por la ciudad en pos de él, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis
misericordia. Matad viejos, mozos y
vírgenes, niños y mujeres, hasta que no quede ninguno: más a todo aquel sobre
el cual hubiere señal, no llegaréis; y habéis de comenzar desde mi
santuario." (Eze. 9:5,6.)
9-10. CS 723. Entonces Cristo
reaparece a la vista de sus enemigos. Muy por encima de la ciudad, sobre un
fundamento de oro bruñido, hay un trono alto y encumbrado. En el trono está
sentado el 723 Hijo de Dios, y en torno suyo están los súbditos de su reino.
Ningún lenguaje, ninguna pluma pueden expresar ni describir el poder y la
majestad de Cristo.
La gloria del
Padre Eterno envuelve a su Hijo. El esplendor de su presencia llena la ciudad
de Dios, rebosando más allá de las puertas e inundando toda la tierra con su
brillo.
Inmediatos al trono se encuentran
los que fueron alguna vez celosos en la causa de Satanás, pero que, cual
tizones arrancados del fuego, siguieron luego a su Salvador con profunda e
intensa devoción. Vienen después los que perfeccionaron su carácter cristiano
en medio de la mentira y de la incredulidad, los que honraron la ley de Dios
cuando el mundo cristiano la declaró abolida, y los millones de todas las
edades que fueron martirizados por su fe.
Y más allá está la "grande
muchedumbre, que nadie podía contar, de entre todas las naciones, y las tribus,
y los pueblos, y las lenguas . . . de pie ante el trono y delante del Cordero,
revestidos de ropas blancas, y teniendo palmas en sus manos." (Apocalipsis
7:9, V.M.) Su lucha terminó; ganaron la victoria. Disputaron el premio de la
carrera y lo alcanzaron. La palma que llevan en la mano es símbolo de su
triunfo, la vestidura blanca, emblema de la justicia perfecta de Cristo que es
ahora de ellos.
Los redimidos entonan un canto de
alabanza que se extiende y repercute por las bóvedas del cielo:
"¡Atribúyase la salvación a nuestro Dios, que está sentado sobre el trono,
y al Cordero!" (Vers. 10.)
Ángeles y serafines unen sus
voces en adoración. Al ver los redimidos el poder y la malignidad de Satanás,
han comprendido, como nunca antes, que ningún poder fuera del de Cristo habría
podido hacerlos vencedores. Entre toda esa muchedumbre ni uno se atribuye a si
mismo la salvación, como si hubiese prevalecido con su propio poder y su
bondad. Nada se dice de lo que han hecho o sufrido, sino que el tema de cada
canto, la nota dominante de cada antífona es: Salvación a nuestro Dios y al
Cordero.
En presencia de los habitantes de la tierra y del cielo 724 reunidos, se efectúa la coronación final del Hijo de Dios. Y entonces, revestido de suprema majestad y poder, el Rey de reyes falla el juicio de aquellos que se rebelaron contra su gobierno, y ejecuta justicia contra los que transgredieron su ley y oprimieron a su pueblo.
El profeta de
Dios dice: "Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él, de
cuya presencia huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado lugar para ellos. Y
ví a los muertos, pequeños y grandes, estar en pie delante del trono; y
abriéronse los libros; abrióse también otro libro, que es el libro de la vida:
y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los libros,
según sus obras." (Apocalipsis 20:11,12 V.M).
9-10; 14-17. HAp
481. EN
LA BIBLIA SE REVELAN VISIONES DE LA GLORIA FUTURA, escenas
bosquejadas por la mano de Dios, las cuales son muy estimadas por su iglesia.
POR
LA FE podemos estar en el umbral de la ciudad eterna, y
oír la bondadosa bienvenida dada a los que en esta vida cooperaron con Cristo,
considerándose honrados al sufrir por su causa.
CUANDO
SE EXPRESEN LAS PALABRAS: "Venid,
benditos de mi Padre" pondrán sus coronas a los pies del Redentor,
exclamando: "El Cordero que fue inmolado es 481 digno de
tomar el poder y riquezas y sabiduría, y fortaleza y honra y gloria y
alabanza.... Al que está sentado en el trono, y al Cordero sea la bendición y
la honrad y la gloria, y el poder, para siempre jamás." (Mat. 25:34; Apoc.
5:12,13.)
ALLÍ
LOS REDIMIDOS darán la bienvenida a los que los condujeron al Salvador, y
todos se unirán para alabar al que murió para que los seres humanos pudiesen
tener la vida que se mide con la de Dios.
EL
CONFLICTO TERMINÓ. La tribulación y la
lucha están en el pasado.
HIMNOS
DE VICTORIA llenan todo el cielo al elevar los redimidos
el gozoso cántico: Digno, digno es el Cordero que fue muerto, y que vive
nuevamente como conquistador triunfante.
"DESPUÉS
DE ESTAS COSAS MIRÉ, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar,
de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y
en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;
y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado
sobre el trono, y al Cordero." (Apoc. 7:9,10.)
"ESTOS
SON Los Que Han Venido De Grande Tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por esto
están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que
está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No tendrán más
hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún calor. Porque el
Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes
vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos."
"Y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque
las primeras cosas son pasadas." (Apoc. 7:14-17; 21:4.).
9-12. PR 532. El mensaje de
esperanza y misericordia debe ser proclamado hasta los últimos confines de la
tierra. Todo aquel que quiera puede extender la mano, asirse de la fortaleza de
Dios, reconciliarse con él y obtener paz. Ya no deben quedar los paganos
envueltos en obscuridad de medianoche. La lobreguez debe desaparecer ante los
brillantes rayos del Sol de Justicia.
Cristo ha tomado toda medida
necesaria para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado por la Luz
del mundo, en posesión de la gloria de Emmanuel. El se propone que todo
cristiano esté rodeado de una atmósfera espiritual de luz y de paz. Desea que
revelemos su gozo en nuestra vida."Levántate, resplandece; que ha venido
tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti."(Isa. 60:1) Cristo
viene con poder y grande gloria. Viene con su propia gloria, y con la del
Padre. Y le acompañarán los santos ángeles. Mientras todo el mundo esté sumido
en tinieblas, habrá luz en toda morada de los santos. Percibirán la primera
vislumbre de su segunda aparición. Una luz sin sombra brillará de su 532 resplandor, y Cristo el Redentor
será admirado por todos los que le sirvieron. Mientras huyan los impíos, los
que siguieron a Cristo se regocijarán en su presencia.
Entonces los redimidos de entre
los hombres recibirán la herencia que se les prometió. Así obtendrá un
cumplimiento literal el propósito de Dios para con Israel. El hombre no puede
impedir que se cumpla la voluntad de Dios. Aun en medio de las manifestaciones
del mal, los propósitos de Dios han estado avanzando constantemente hacia su
realización. Así sucedió con la casa de Israel durante toda la historia de la
monarquía dividida; y así sucede hoy con el Israel espiritual.
Mirando a través de los siglos,
al tiempo de esta restauración de Israel en la tierra hecha nueva, el vidente
de Patmos testificó: "Miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno
podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
palmas en sus manos; y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios
que está sentado sobre el trono, y al Cordero."(Apoc. 7:9-10.)
"Y todos los ángeles estaban
de pie en torno del trono, y en torno de los ancianos y de los cuatro seres
vivientes (V.M.); y postráronse sobre sus rostros delante del trono, y adoraron
a Dios, diciendo: Amén: La bendición y la gloria y la sabiduría, y la acción de
gracias y la honra y la potencia y la fortaleza, sean a nuestro Dios para
siempre jamás."
"Y oí como la voz de una
grande compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes
truenos, que decía: Aleluya: porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso.
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria."
"Es el Señor de los señores, y el Rey de los reyes: y los que están
con él son llamados, y elegidos, y fieles." (Apoc. 7: 9-12;19: 6, 7;17:
14.) 533
10. CS 708.
12. CS 709.
En todo tiempo,
los elegidos del Señor fueron educados y disciplinados en la escuela de la
prueba. Anduvieron en los senderos angostos de la tierra; fueron purificados en el
horno 708 de la aflicción. Por causa
de Jesús sufrieron oposición, odio y calumnias. Le siguieron a través de luchas
dolorosas; se negaron a sí mismos y experimentaron amargos desengaños. Por su
propia dolorosa experiencia conocieron los males del pecado, su poder, la
culpabilidad que entraña y su maldición; y lo miran con horror. Al darse cuenta
de la magnitud del sacrificio hecho para curarlo, se sienten humillados ante sí
mismos, y sus corazones se llenan de una gratitud y alabanza que no pueden
apreciar los que nunca cayeron. Aman mucho porque se les ha perdonado mucho.
Habiendo participado de los sufrimientos de Cristo, están en condición de
participar de su gloria.
LOS HEREDEROS DE DIOS HAN VENIDO DE BUHARDILLAS, chozas, cárceles, cadalsos, montañas, desiertos, cuevas de la tierra, y de las cavernas del mar. En la tierra fueron "pobres, angustiados, maltratados." Millones bajaron a la tumba cargados de infamia, porque se negaron terminantemente a ceder a las pretensiones engañosas de Satanás. Los tribunales humanos los sentenciaron como a los más viles criminales. Pero ahora "Dios es el juez."
(Salmo
50:6.)
AHORA LOS
FALLOS DE LA TIERRA SON INVERTIDOS. "Quitará la afrenta de su
pueblo." (Isaías 25:8.) "Y llamarles han Pueblo Santo, Redimidos de
Jehová." Él ha dispuesto "darles gloria en lugar de ceniza, óleo de
gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu
angustiado." (Isaías 62:12; 61:3.)
YA NO SEGUIRÁN
SIENDO DÉBILES, afligidos, dispersos y oprimidos. De aquí en
adelante estarán siempre con el Señor. Están ante el trono, más ricamente
vestidos que jamás lo fueron los personajes más honrados de la tierra. Están
coronados con diademas más gloriosas que las que jamás ciñeron los monarcas de
la tierra. Pasaron para siempre los días de sufrimiento y llanto.
EL REY DE
GLORIA ha secado las lágrimas de todos los semblantes; toda causa de pesar ha
sido alejada. Mientras agitan las palmas, dejan oír un canto de alabanza,
claro, dulce y armonioso; cada voz se une a la melodía, hasta que entre las
bóvedas del cielo repercute el clamor: "Salvación a nuestro Dios que está
sentado sobre el 709 trono, y al
Cordero." "Amén: La bendición y la gloria y la sabiduría, y la acción
de gracias y la honra y la potencia y la fortaleza, sean a nuestro Dios para
siempre jamás." (Apocalipsis 7:10,12).
EN ESTA VIDA,
podemos apenas empezar a comprender el tema maravilloso de la redención. Con nuestra
inteligencia limitada podemos considerar con todo fervor la ignominia y la
gloria, la vida y la muerte, la justicia y la misericordia que se tocan en la
cruz; pero ni con la mayor tensión de nuestras facultades mentales llegamos a
comprender todo su significado. La largura y anchura, la profundidad y altura
del amor redentor se comprenden tan sólo confusamente.
EL PLAN DE LA
REDENCIÓN no se entenderá por completo ni siquiera cuando los rescatados vean como
serán vistos ellos mismos y conozcan como serán conocidos; pero a través de las
edades sin fin, nuevas verdades se desplegarán continuamente ante la mente
admirada y deleitada. Aunque las aflicciones, las penas y las tentaciones
terrenales hayan concluido, y aunque la causa de ellas haya sido suprimida, el
pueblo de Dios tendrá siempre un conocimiento claro e inteligente de lo que
costó su salvación.
LA CRUZ DE
CRISTO será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En
el Cristo glorificado, contemplarán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán que
Aquel cuyo poder creó los mundos innumerables y los sostiene a través de la
inmensidad del espacio, el Amado de Dios, la Majestad del cielo, Aquel a quien
los querubines y los serafines resplandecientes se deleitan en adorar -se humilló
para levantar al hombre caído; que llevó la culpa y el oprobio del pecado, y
sintió el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que la maldición de un
mundo perdido quebrantó su corazón y le arrancó la vida en la cruz del
Calvario.
El hecho de que el Hacedor de todos los mundos, el
Árbitro de todos los destinos, dejase su gloria y se humillase por amor al
hombre, despertará eternamente la admiración y adoración del universo.
CUANDO las naciones de
los salvos miren a su Redentor y vean la gloria eterna 710 del Padre brillar en su rostro; cuando contemplen su trono, que
es desde la eternidad hasta la eternidad, y sepan que su reino no tendrá fin,
entonces prorrumpirán en un cántico de júbilo: "¡Digno, digno es el
Cordero que fue inmolado, y nos ha redimido para Dios con su propia
preciosísima sangre!
14. CS 481, 735. Y TODOS LOS QUE
POR EL TESTIMONIO DE LAS ESCRITURAS aceptan las mismas verdades,
siguiendo por fe a Cristo mientras se 481 presenta ante Dios para efectuar la
última obra de mediación y para recibir su reino a la conclusión de ésta -
todos ésos están representados como si entraran en las bodas.
EN LA PARÁBOLA
DEL CAPÍTULO 22 DE SAN MATEO, se emplea la misma figura de
las bodas y se ve a las claras que el juicio investigador se realiza antes de
las bodas. Antes de verificarse estas entra el Rey para ver a los huéspedes, y
cerciorarse de que todos llevan las vestiduras de boda, el manto inmaculado del
carácter, lavado y emblanquecido en la sangre del Cordero. (Mateo 22:11;
Apocalipsis 7:14.)
AL QUE SE LE
ENCUENTRA SIN TRAJE CONVENIENTE, se le expulsa, pero todos los
que al ser examinados resultan tener las vestiduras de bodas, son aceptados por
Dios y juzgados dignos de participar en su reino y de sentarse en su trono.
Esta tarea de examinar los caracteres y de determinar los que están preparados
para el reino de Dios es la del juicio investigador, la obra final que se lleva
a cabo en el santuario celestial.
CUANDO HAYA
TERMINADO ESTE EXAMEN, cuando se haya fallado respecto
de los que en todos los siglos han profesado ser discípulos de Cristo, entonces
y no antes habrá terminado el tiempo de gracia, y será cerrada la puerta de
misericordia.
ASÍ QUE LAS
PALABRAS: "Las que estaban preparadas entraron con él a las bodas, y fue
cerrada la puerta," nos conducen a través del ministerio final del
Salvador, hasta el momento en que quedará terminada la gran obra de la
salvación del hombre.
EN EL SERVICIO
DEL SANTUARIO TERRENAL que, como ya lo vimos, es una
figura del servicio que se efectúa en el santuario celestial, cuando el sumo
sacerdote entraba el día de la expiación en el lugar santísimo terminaba el
servicio del primer departamento.
DIOS MANDÓ: "No ha de
haber hombre alguno en el Tabernáculo de Reunión cuando él entrare para hacer
expiación dentro del Santuario, hasta que salga." (Levítico 16:17 V.M.)
* ALLÍ ESTÁ LA NUEVA JERUSALÉN, la metrópoli de la nueva tierra glorificada, "corona de hermosura en la mano de Jehová, y una diadema real en la mano de nuestro Dios." "Su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, 735 transparente como el cristal."
"Las naciones andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traen a ella su gloria."
El Señor dijo: "Me regocijaré en Jerusalem, y gozaréme en mi pueblo."
"¡He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y el mismo Dios con ellos estará, como Dios suyo!"
(Isaías 62:3; Apocalipsis 21:11,24; Isaías 65:19; Apocalipsis 21:3V.M.)
EN LA CIUDAD DE
DIOS "no habrá ya más noche." Nadie necesitará ni deseará descanso.
No habrá quien se canse haciendo la voluntad de Dios ni ofreciendo alabanzas a
su nombre. Sentiremos siempre la frescura de la mañana, que nunca se agostará.
"No necesitan luz de lámpara, ni luz del sol; porque el Señor Dios los
alumbrará." (Apocalipsis 22: 5, V.M.)
LA LUZ DEL SOL será
sobrepujada por un brillo que sin deslumbrar la vista excederá sin medida la
claridad de nuestro mediodía. La gloria de Dios y del Cordero inunda la ciudad
santa con una luz que nunca se desvanece.
Los redimidos andan en la luz
gloriosa de un día eterno que no necesita sol.
"No vi templo en ella;
porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero son el templo de ella."
(Apocalipsis 21:22, V.M.)
El pueblo de Dios tiene el
privilegio de tener comunión directa con el Padre y el Hijo. "Ahora vemos
obscuramente, como por medio de un espejo." (1 Corintios 13:12, V.M.)
Vemos la imagen de Dios reflejada
como en un espejo en las obras de la naturaleza y en su modo de obrar para con
los hombres; pero entonces le veremos cara a cara sin velo que nos lo oculte.
Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su rostro.
Allí los redimidos conocerán como
son conocidos. Los sentimientos de amor y simpatía que el mismo Dios implantó
en el alma, se desahogarán del modo más completo y más dulce. El trato puro con
seres santos, la vida social y armoniosa con los ángeles bienaventurados y con
los fieles de todas las edades que lavaron sus vestiduras y las emblanquecieron
en la sangre del Cordero, los lazos sagrados que unen a "toda la familia
en 736 los cielos, y en la
tierra" (Efesios 3:15, V.M.) -todo eso constituye la dicha de los
redimidos.
14-15. DMJ
30. UNA LECCION DIFICIL A APRENDER Y
PRACTICAR
POR ESO, en
vez de producirles pesar, la persecución debe llenar de alegría a los
discípulos de Cristo; porque es prueba de que siguen los pasos de su Maestro.
Aunque
el Señor no prometió eximir a su pueblo de tribulación, le prometió algo mucho
mejor.
Le
dijo: "Como tus días serán tus fuerzas". "Bástate mi
gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad".
*Deut. 33:25; 2 Cor. 12:9.
Si
somos llamados a entrar en el horno de fuego por amor de Jesús, él estará a
nuestro lado, así como estuvo con los tres fieles en Babilonia. Los
que aman a su Redentor se regocijarán por toda oportunidad de compartir con él
la humillación y el oprobio.
El
amor que sienten hacia su Señor dulcifica
el
sufrimiento por su causa.
En todas las edades, Satanás persiguió a los hijos
de Dios.
Los atormentó y ocasionó su muerte; pero al morir alcanzaron la victoria.
En
su fe constante se reveló Uno que es más poderoso que Satanás. Este podía
torturar y matar el cuerpo, pero no podía tocar la vida escondida con Cristo en
Dios. Podía encarcelar, pero no podía aherrojar el espíritu.
Más allá de la lobreguez, podían ver la gloria y decir: "Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse". "Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria"
*Rom. 8:18; 2 Cor. 4:17. 30
POR LAS PRUEBAS y persecuciones se revela la gloria o
carácter de Dios en sus elegidos.
La
iglesia de Dios, perseguida y aborrecida por el mundo, se educa y se disciplina
en la escuela de Cristo. En la tierra, sus miembros transitan por sendas estrechas
y se purifican en el horno de la aflicción. Siguen a Cristo a través de
conflictos penosos; se niegan a sí mismos y sufren ásperas desilusiones; pero
los dolores que experimentan les enseñan la culpabilidad y la desgracia del
pecado, al que miran con aborrecimiento.
Siendo
participantes de los padecimientos de Cristo, están destinados a compartir
también su gloria. En santa visión, el profeta vio el triunfo del pueblo
de Dios.
DICE: "VI TAMBIÉN COMO UN MAR DE VIDRIO MEZCLADO CON FUEGO; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia..., en pie sobre el mar de vidrio y con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos". "Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos". Apoc. 15:2,3; 7:14,15.
14-17. CS 707. DELANTE DEL TRONO, sobre el mar de cristal, -ese
mar de vidrio que parece revuelto con fuego por lo mucho que resplandece con la
gloria de Dios- hállase reunida la compañía de los que salieron victoriosos
"de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre."
CON EL CORDERO en el 707 monte de Sión, "teniendo las
arpas de Dios," están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron
redimidos de entre los hombres; se oye una voz, como el estruendo de muchas
aguas y como el estruendo de un gran trueno, "una voz de tañedores de
arpas que tañían con sus arpas." Cantan "un cántico nuevo"
delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento
cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un canto de
liberación.
NINGUNO sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia -una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás. Son "éstos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere." Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por "primicias para Dios y para el Cordero."
(Apocalipsis 15:2,3;
14:1-5.)
"ESTOS SON los que han
venido de grande tribulación;" han pasado por el tiempo de angustia cual
nunca ha sido desde que ha habido nación; han sentido la angustia del tiempo de
la aflicción de Jacob; han estado sin intercesor durante el derramamiento final
de los juicios de Dios. Pero han sido librados, pues "han lavado sus
ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero." "En sus bocas
no ha sido hallado engaño; están sin mácula" delante de Dios. "Por
esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y
el que está sentado sobre el trono tenderá su pabellón sobre ellos."
(Apocalipsis 7:14,15.)
HAN VISTO LA
TIERRA ASOLADA CON HAMBRE Y PESTILENCIA, al sol que
tenía el poder de quemar a los hombres con un intenso calor, y ellos mismos han
soportado padecimientos, hambre y sed. Pero "no tendrán más hambre, ni
sed, y el sol no caerá sobre ellos, ni otro ningún calor. Porque el Cordero que
está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas:
y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos." (Apocalipsis 7:14-17.)
En todo tiempo, los elegidos del
Señor fueron educados y disciplinados en la escuela de la prueba. Anduvieron en
los senderos angostos de la tierra; fueron purificados en el horno 708 de la
aflicción.
15. DTG 269. "BIENAVENTURADOS LOS MANSOS." Las dificultades que
hemos 269 de arrostrar pueden ser muy disminuidas por la mansedumbre que se
oculta en Cristo. Si poseemos la humildad de nuestro Maestro, nos elevaremos
por encima de los desprecios, los rechazamientos, las molestias a las que
estamos diariamente expuestos; y estas cosas dejarán de oprimir nuestro ánimo.
La mayor evidencia de nobleza que haya en el cristiano es el dominio propio. El
que bajo un ultraje o la crueldad no conserva un espíritu confiado y sereno
despoja a Dios de su derecho a revelar en él su propia perfección de carácter.
La humildad de corazón es la fuerza que da la victoria a los discípulos de
Cristo; es la prenda de su relación con los atrios celestiales. "Porque
el alto Jehová atiende al humilde."* (Salmos 138:6).
Los que revelan el espíritu manso y humilde de
Cristo, son considerados tiernamente por Dios. El mundo puede mirarlos con
desprecio, pero son de gran valor ante los ojos de Dios. No sólo los sabios,
los grandes, los benefactores, obtendrán entrada en los atrios celestiales; no
sólo el activo trabajador, lleno de celo y actividad incesante. No; el pobre de
espíritu que anhela la presencia permanente de Cristo, el humilde de corazón,
cuya más alta ambición es hacer la voluntad de Dios, éstos obtendrán abundante
entrada. Se hallarán entre aquellos que habrán lavado sus ropas y las habrán
blanqueado en la sangre del Cordero. "Por esto están delante del
trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en
el trono tenderá su pabellón sobre ellos."* (Apocalipsis 7:15).
15-17. DTG 299. NUESTRA VIDA PUEDE
PARECER ENREDADA, pero al confiarnos al sabio Artífice Maestro, él desentrañará el
modelo de vida y carácter que sea para su propia gloria. Y ese carácter que
expresa la gloria -o carácter- 299
de Cristo, será recibido en el Paraíso de Dios Los miembros de una raza
renovada andarán con él en vestiduras blancas porque son dignos. A medida que
entramos por Jesús en el descanso, empezamos aquí a disfrutar del cielo.
Respondemos a su invitación: Venid, aprended de mí, y al venir así comenzamos
la vida eterna.
EL CIELO CONSISTE EN
ACERCARSE INCESANTEMENTE A DIOS POR CRISTO. Cuanto más tiempo estemos en el cielo
de la felicidad, tanto más de la gloria se abrirá ante nosotros; y cuanto más
conozcamos a Dios, tanto más intensa será nuestra felicidad. A medida que
andamos con Jesús en esta vida, podemos estar llenos de su amor, satisfechos
con su presencia. Podemos recibir aquí todo lo que la naturaleza humana puede
soportar. Pero, ¿qué es esto comparado con lo que nos espera más allá?
Allí "están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor. Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos."
*(Apocalipsis
7:15-17). 300
17. DTG 586. CRISTO DECLARÓ QUE AL FINAL DE LA GRAN PERSECUCIÓN PAPAL, EL SOL SE OBSCURECERÍA Y LA LUNA NO DARÍA SU LUZ. Luego las estrellas caerían del cielo. Y dice: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas."
Cristo
anuncia las señales de su venida. Declara que podemos 586 saber cuándo está
cerca, aun a las puertas. Dice de aquellos que vean estas señales: "No
pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan." Estas
señales han aparecido. Podemos saber con seguridad que la venida del Señor está
cercana. "El cielo y la tierra pasarán --dice,-- mas mis
palabras no pasarán."
CRISTO VA A VENIR EN
LAS NUBES Y CON GRANDE GLORIA. Le acompañará una multitud de
ángeles resplandecientes. Vendrá para resucitar a los muertos y para
transformar a los santos vivos de gloria en gloria. Vendrá para honrar a los
que le amaron y guardaron sus mandamientos, y para llevarlos consigo. No los ha
olvidado ni tampoco ha olvidado su promesa. Volverán a unirse los eslabones de
la familia. Cuando miramos a nuestros muertos, podemos pensar en la mañana en
que la trompeta de Dios resonará, cuando "los muertos serán
levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados." (1 Corintios
15:52).
AUN UN POCO MÁS, Y
VEREMOS AL REY EN SU HERMOSURA. Un poco más, y enjugará toda lágrima
de nuestros ojos. Un poco más, y nos presentará "delante de su
gloria irreprensibles, con grande alegría." (Judas 1:24).
POR LO TANTO, CUANDO
DIO LAS SEÑALES DE SU VENIDA, DIJO: "Cuando estas cosas
comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra
redención está cerca." Pero el día y la hora de su venida,
Cristo no los ha revelado. Explicó claramente a sus discípulos que él mismo no
podía dar a conocer el día o la hora de su segunda aparición. Si hubiese tenido
libertad para revelarlo, ¿por qué habría necesitado exhortarlos a mantener una
actitud de constante expectativa?
HAY QUIENES
ASEVERAN CONOCER EL DÍA Y LA HORA DE LA APARICIÓN DE NUESTRO SEÑOR. Son muy fervientes
en trazar el mapa del futuro. Pero el Señor los ha amonestado a que se aparten
de este terreno. El tiempo exacto de la segunda venida del Hijo del hombre es
un misterio de Dios.
CRISTO CONTINUÓ SEÑALANDO LA CONDICIÓN DEL MUNDO EN OCASIÓN DE SU VENIDA: "Como los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre."
SERMONES
*LOS 7 SELLOS DE APOCALIPSIS CON ESTEBAN
BOHR/AUDIO/PROFECÍAS.
TEMARIO: “Como
Interpretar Los Símbolos De Las Profecías” “La Estructura De Apocalipsis”
“Visión Introductoria A Los Sellos” “El Primer Y Segundo Sello” “Los Tres
Primeros Sellos” “Cuarto Y Quinto Sello” “El Sexto Sello” “Los Sellados” “El Séptimo
Sello: Job Y Apocalipsis”
https://www.youtube.com/playlist?list=PL0QviWO_Fy-0oAOgRzEFFNeFkcpPcx5Tn
LOS 144000 (I) CON ESTEBAN BOHR/AUDIO.
TEMARIO:
La Generación De Enoc, Cuando Vivirán, La Resurrección Especial, Literal O
Simbólico, Las Puertas De Perla, Por Que No Esta Dan.
https://www.youtube.com/playlist?list=PL0QviWO_Fy-1h7Zgsc9qulV-mUqsge6q2
“LOS 144000 DEL LIBRO DE APOCALIPSIS”
SERMONES PROFÉTICOS CON ESTEBAN BOHR/VIDEOS/MHP.
TEMARIO: Introducción A Los 144000, ¿Número Literal
O Simbólico?, Los 144000 Y La Gran Muchedumbre, Israel ¿Literal Y Local O
Simbólico Y Mundial?, El Sello De Dios, El
Sello Del Dios Vivo.
https://www.youtube.com/playlist?list=PLrw51TN6uEr4syH5OVD-J6fTB_lGEf6x6
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario