2 Pedro 3.
SEGUNDA VENIDA DE
CRISTO Y PREPARACIÓN PARA RECIBIRLO, 3:1-18.
A. Referencia Al
Testimonio De Los Profetas Y Los Apóstoles, 3:1-2.
B. Los burladores
refutados por los hechos del diluvio, 3:3-7.
“Certidumbre En Cuanto A La Segunda Venida De Cristo
Para Juzgar A Los Burladores Que La Niegan”.
C. Certeza Del
regreso de Cristo, 3:8-10.
“Se Previene A Los Justos Que El
Señor Retarda Su Venida Debido A Su Paciencia, Para Que Todos Se Arrepientan”.
“Descripción De La Manera Como Será Destruido El Mundo”.
D. Exhortación a
vivir santamente en anticipación del advenimiento, 3:11-18.
“Por Lo Tanto, Se Exhorta A La Santidad De Vida”.
“Y A Pensar De Nuevo En Que La Paciencia De Dios
Es Para Salvación, Como El Apóstol Pablo
Lo Ha Escrito En Sus Epístola”.
1 AMADOS, esta es la segunda
carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio
entendimiento, 2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido
dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por
vuestros apóstoles;
3 sabiendo primero esto, que en
los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias
concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres
durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la
creación.
5 Estos ignoran voluntariamente,
que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y
también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual
el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y la tierra que
existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego
en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
8 Mas, oh amados, no ignoréis
esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El
Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento.
10 Pero el día del Señor vendrá
como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y
los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay
serán quemadas.
11 Puesto que todas estas cosas
han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera
de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el
cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo
quemados, se fundirán!
13 Pero nosotros esperamos, según
sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 14 Por
lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia
ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
15 Y tened entendido que la
paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito. 16 casi
en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay
algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
17 Así que vosotros, oh amados,
sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los
inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18 Antes bien, creced en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y
hasta el día de la eternidad. Amén. (2 Pedro 3).
1. Amados. El apóstol deja el desagradable tema de los falsos
maestros (cap. 2) y comienza a exhortar a sus lectores acerca de los sucesos de
los últimos días. Y al comenzar a hacerlo emplea con naturalidad el término "amados",
como en los vers. 8,14,17 (cf com. 1Juan 3:2).
Esta. "Esta es ya, queridos, la segunda carta que os
escribo" (BJ). El adverbio "ya" ('d') puede sugerir que la
segunda epístola fue escrita poco después de la primera.
Segunda carta. Es natural leer en estas palabras una referencia a
1 Pedro como la primera de las epístolas del apóstol, y esta carta como la
segunda de ellas. No se han presentado argumentos concluyentes en contra de
este punto de vista, y las palabras de Pedro pueden ser tomadas como una prueba
incidental de la paternidad literaria común de las dos epístolas.
En ambas. En ambas cartas, la primera y la segunda.
Despierto. Gr. diegéirÇ (ver com. cap. 1:13).
Con exhortación. Esta expresión aparece antes
(cap. 1:13; ver el comentario respectivo). Pedro desea recordar a sus lectores
sus instrucciones previas acerca del retorno de su Señor en poder y gloria.
Limpio entendimiento. Gr. eilikrin's diánoia, expresión
usada en el griego clásico para referirse a la "razón pura", pero que
aquí se emplea en el sentido de una mente limpia o sincera. En cuanto a
eilikrin's, ver com. Fil. 1:10. Diánoia es la mente en función de entendimiento,
sentimiento, deseo. Pedro da por sentado que sus lectores tienen una mente (en
singular) incontaminado por la sensualidad, en agudo contraste con las mentes
de los falsos maestros.
2. Para que tengáis memoria. Así se expresa el propósito de
Pedro al escribir su epístola. Se proponía hacerles recordar instrucciones
anteriores y no impartir nuevas enseñanzas. Compárese con el pasaje paralelo de
Jud. 17.
Santos profetas. Pedro se refiere a lo que está en el AT
y a lo que hasta ese momento se había escrito en el NT.
Mandamiento. Ver com. cap. 2:21.
Vuestros apóstoles. El mandamiento o enseñanza
provenía del Señor, pero había sido impartido por sus propios apóstoles.
3. Sabiendo primero esto. Cf. com. cap. 1:20, donde aparece la misma frase.
El apóstol usa esta frase como introducción de la declaración
que está por hacer. Esta debe considerarse teniendo en cuenta el antecedente de
las enseñanzas combinadas de los profetas y los apóstoles.
Pedro no cita ningún pasaje
específico de los profetas o de los apóstoles, sino que da por sentado que lo
que está por decir será reconocido como en armonía con el tenor general de las enseñanzas
de ellos en cuanto al tema que se está tratando. Compárese con el pasaje
paralelo de Jud. 18.
En los postreros días. El propósito de Pedro es instruir
a sus lectores para que no sean extraviados por los que se mofan del
pensamiento del pronto regreso del Salvador. No está haciendo afirmaciones
específicas en cuanto al tiempo de la venida de Cristo, sino tiene el propósito
de preparar a su grey para "los postreros días", no importa cuándo
lleguen. Ver Nota Adicional de Rom. 13; com. 1Ped. 4:7; Apoc. 1:1.
Vendrán. Teniendo en cuenta las enseñanzas de los profetas y
los apóstoles, los lectores de Pedro ya sabían qué podían esperar en "los
postreros días". El apóstol les había amonestado que "el fin de todas
las cosas se acerca" (1Ped. 4:7), y evidentemente considera que su consejo
es oportuno y apropiado. Ver com. "en los postreros días". Cf. com. 1
Juan 2:18; Jud. 18.
Burladores. Puesto que la evidencia textual lo establece (cf.
p. 10), debe añadirse la frase un tanto redundante, "con burla". Esto
hace más enfática la descripción de Pedro, quien califica a los escépticos como
"burladores" y los presenta usando sus malas facultades para
ridiculizar la idea de la segunda venida de Cristo.
Según sus propias concupiscencias. Es decir, impulsados
por sus concupiscencias. Estos burladores se parecen a los falsos maestros, en
que son gobernados por sus propias pasiones (cf. com. cap. 2:2,10). Estas
determinan su teología. Los seres humanos sensuales no pueden desear
ardientemente el regreso de Aquel que es impecable.
4. Diciendo. Es claro que la iglesia había sido bien instruida
acerca del retorno de Cristo, y que los burladores ridiculizaban abiertamente
la enseñanza de los apóstoles en cuanto a ese acontecimiento.
¿Dónde está la promesa? No es una referencia a una
promesa en particular, sino a las declaraciones en conjunto de los profetas y
apóstoles en cuanto a la certeza del segundo advenimiento. La pregunta de los
burladores demuestra su escepticismo: no esperaban que se cumpliera la promesa.
Advenimiento. Gr. parousía, vocablo común en el NT para referirse
a la segunda venida de Cristo (ver com. Mat. 24:3).
Los padres. Puede interpretarse de dos maneras: como una
referencia a (1) los patriarcas (cf. com. Rom. 9:5; 1Cor. 10:1; Heb. 1:1), o
(2) a la generación de cristianos inmediatamente anterior, los que escucharon a
Jesús y los apóstoles en forma personal cuando proclamaban las promesas del
regreso del Señor
Durmieron. Gr. koimáÇ, "dormir". Este verbo aparece
18 veces en el NT, y 14 veces se refiere al sueño de la muerte (ver com. Juan
11:11; 1Tes. 4:13; etc.).
Todas las cosas. Este argumento, aunque parezca raro,
se escucha también ahora. Su tono secular y escéptico parece ser el eco del
pensamiento de nuestros días. Los burladores, apoyados en un lapso tan largo de
la historia -desde la creación hasta sus propios días-, parecían esgrimir un
argumento muy contundente.
En realidad, lo que estaban
diciendo era que las leyes de la naturaleza continuaban actuando estación tras
estación, con admirable uniformidad y regularidad, y así lo habían hecho a
través de la historia. ¿Por qué no habría de continuar todo así? En el vers. 5
Pedro responde a ese razonamiento.
5. Ignoran voluntariamente. Los burladores conocían la
historia del diluvio, pero deliberadamente preferían ignorar el cataclismo y su
mensaje para la humanidad; y al hacerlo cerraban su mente a la realidad de una
posterior intervención divina directa en el mundo cuando Cristo vuelva.
En el tiempo antiguo. O "desde hace mucho". Algunos comentadores interpretan estas palabras como "originalmente", es decir, desde la creación. Esto es lo que Pedro quiere decir claramente. Por la palabra de Dios. Pedro creía en el mismo poder creador en que creyeron los otros escritores bíblicos, es decir, en la palabra pronunciada por Dios (cf. com. Gén. 1:3; Sal. 33:6,9; etc.).
Los cielos. Es una referencia a los "cielos"
atmosféricos. Algunos comentadores ven en el plural "cielos" una
referencia al concepto judaico de los siete cielos que hay sobre la tierra;
pero a Pedro le interesan las Escrituras y no la tradición.
Sin embargo, la palabra hebrea
traducida "cielos" nunca aparece en singular, aunque la referencia
del AT frecuentemente corresponde con la envoltura atmosférica que rodea la
tierra. Es de número plural, pero por lo general su significado es singular. Pedro
refleja sin duda la modalidad común idiomática del hebreo, y la usa con ese
sentido cinco veces en esta epístola (vers. 5,7,10,12-13).
Subsiste. La frase podría traducirse: "compuesta con
agua y por medio de agua". Uno de los pasos en la preparación de la tierra
como morada para el hombre fue la reunión de las aguas en un lugar (Gén. 1:9). Pedro
no está tratando de describir la creación en términos de la ciencia moderna,
sino que trata de explicar la obra creadora de Dios a los hombres de sus días.
6. Por lo cual. Es decir, por medio de las aguas
que estaban sobre la tierra. Esas cosas usadas primero en la creación, se
presentan ahora como medios para la destrucción.
El mundo de entonces. El mundo antediluviano. Pedro probablemente se está refiriendo a los habitantes del mundo antediluviano y su civilización.
Pereció. Gr. apóllumi, "destruir", "demoler",
"aniquilar", "matar". Una palabra adecuada para describir
la desolación causada por el diluvio. Ver Gén. 7:11-24.
Anegado. Gr. kataklúzÇ, "inundar", "anegar".
Palabra muy expresiva que sólo se usa aquí en el NT.
7. Los cielos. Los cielos y la tierra actuales, en contraste con
"el mundo de entonces" (ver com. vers. 6).
Están reservados. Gr. th'saurízÇ, "atesorar", de donde derivan "tesauro" y "tesoro".
El tiempo del verbo implica que los cielos todavía están
reservados para destrucción.
La misma palabra. Es decir, la palabra de Dios
(vers. 5).
Guardados. O "siendo guardados" (cf. cap. 2:4,9).
Para el fuego. De acuerdo al texto griego, estas palabras pueden
referirse a "están reservados" o "guardados"; pero la
mayoría de los eruditos prefiere interpretar refiriéndolas a th'saurízÇ. Entonces
la traducción sería: "están reservados para el fuego"; es decir, para
que el fuego destruya así como el agua hizo su obra destructora en el tiempo
del diluvio (cf com. Mal. 4: 1; 2Tes. 1:8).
En el día del juicio. Ver com. 1Ped. 4:17; 2Ped. 2:4-9.
Perdición. Gr. apÇleia (ver com. cap. 2:1,3)
Los hombres impíos. En cuanto a impíos ver com. cap.
2:5. Los pecadores o seres vivientes son los que serán juzgados y castigados,
no la materia inanimada.
8. Mas. La oración inicial podría traducirse así.
"Pero una cosa no se os olvide, amados" (cf. vers. 5); en otras
palabras, los burladores deliberadamente cierran los ojos ante los hechos, pero
los cristianos nunca deben caer en ese grave error. "Una cosa" se
define inmediatamente después.
Un día. El pensamiento de Pedro se origina en la verdad
expresada en Sal. 90:4. Dios es eterno. Para Dios no hay pasado ni futuro;
todas las cosas le son eternamente presentes. No tiene necesidad de nuestro
limitado concepto del tiempo, y no podemos limitarlo ni a él ni a sus ideas
según nuestra escala de días y años. Al destacar esta verdad Pedro está
reprochando la impaciencia escéptica de los burladores que -juzgando a Dios por
sus diminutas normas- ponían en duda el cumplimiento de sus promesas acerca del
fin del mundo.
El contexto demuestra que Pedro
no está estableciendo una unidad de medida profética para computar lapsos o
períodos. El vers. 7 presenta el hecho de que Dios pacientemente espera el día
del juicio, y el vers. 9, que él es "paciente para con nosotros".
9. El Señor. Es difícil determinar a qué persona de la Divinidad se refiere Pedro.
En el vers. 15 "nuestro Señor" bien podría
referirse a Jesús, y en el vers. 18 Jesús es llamado "nuestro Señor";
pero "el día del Señor" (vers. 10) también es descrito como el
"día de Dios" (vers. 12).
Tampoco tiene importancia definir
a qué persona se hace referencia, pues los propósitos y las promesas del Padre
y del Hijo son idénticos. Todo lo que Pedro atribuye a uno podría igualmente
aplicarse al otro; pero si se juzga por el estilo de Pedro en esta epístola
(cap. 1:2,8,11,16; 2:1; 3:2), el peso de la evidencia sugiere que en este caso
"el Señor" es Cristo.
Retarda. Gr. bradúnÇ, "demorar", "remolonear".
Este verbo se
usa en el NT sólo aquí y en 1Tim. 3:15.
Su promesa. Es decir, la promesa de su venida (vers. 4), que
era de lo que se ocupaban los burladores.
Algunos. Los burladores (vers. 3).
Tardanza. O "demora". El sustantivo griego es afín
del verbo bradúnÇ (ver com.
"retarda"). Los escépticos suponían que como Cristo aún no
había regresado, los planes de Dios habían sido cambiados o estorbados. No
comprendían que Dios es todopoderoso e inmutable, y que todos sus designios se
cumplirán a su debido tiempo (DTG 23).
Sino. Gr. allá, una conjunción adversativa que aquí
podría traducirse "por el contrario", destacando así el contraste
entre la acusación de los burladores y los hechos concernientes a que Dios es
digno de confianza.
Es paciente. Gr. makrothuméÇ, de makrós," largo" y
thumós, "pasión", "ira"; por lo tanto, "ser lento para
la ira", "ser paciente" (ver com. Rom. 2:4. En cuanto al
sustantivo makrothumía, ver com. 2Cor. 6:6). En cuanto a las descripciones
inspiradas del carácter del Señor, ver Exo. 34:6; Sal. 86:5, 15; 103:8.
Para con nosotros. La evidencia textual favorece
(cf. p. 10) el texto "para vosotros"; "con vosotros" (BJ),
es decir los lectores. Estos eran los cristianos santos que necesitaban que se
les recordara la forma en que Dios velaba sobre ellos pacientemente, en
especial en los momentos cuando estaban tentados a dudar de que el Señor lo
rige todo.
No queriendo. Dios no desea la muerte del pecador, antes bien ha
hecho todo lo que está a su alcance para salvarlo de la muerte (Juan 3:16). Pero
Pedro tiene presente que algunos rechazarán el plan de salvación de Dios, y se
perderán (2 Ped. 3:7).
Perezca. Gr. apóllumi (ver com. vers. 6).
Sino. Una conjunción adversativa (ver com. "sino")
que destaca el contraste entre la tergiversación de la naturaleza de Dios, a
saber, que podría querer que algunos perecieran, y la verdad de que él desea
que todos sean salvos.
Procedan. Gr. jÇréÇ, "hacer lugar", en este caso
para el arrepentimiento, o "avanzar", es decir ir hacia el
arrepentimiento; "lleguen" (BJ).
Arrepentimiento. Gr. metánoia (ver com. 2 Cor.
7:9). En los vers. 8 y 9 Pedro aclara que la promesa de Dios en cuanto al
regreso de Cristo se cumplirá con certeza. Cualquier aparente demora en su
venida se debe a que Dios no está dispuesto a cerrar la puerta de la salvación
mientras haya esperanza de que se arrepienta algún pecador.
10. El día del Señor. Lo mismo como el "día de Dios" (vers. 12).
Ver com. Hech. 2:20; Fil. 1:6; 1Tes. 5:2.
Vendrá. La sintaxis del griego pone el énfasis en este verbo.
El hecho de que el Señor vendrá está más allá de toda duda.
Ladrón. Gr. klept's (ver com. Juan 10:1). Esta misma
comparación la usaron Jesús (Mat. 24:43), Pablo (1Tes. 5:2) y Juan (Apoc. 3:3;
16:15) para destacar cuán inesperado será el regreso del Señor. El que desea
ser salvo debe tener sus cuentas bien claras con Dios antes de que llegue el
día del Señor, pues entonces ya no habrá oportunidad para el arrepentimiento en
ese gran día.
En la noche. La evidencia textual establece (cf. p. 10)
la omisión de estas palabras.
Las omiten la BJ, BA, BC y NC.
En el cual. En el día del Señor.
Los cielos. Ver com. vers. 5.
Pasarán. Gr. parerjomai, "gastarse", "perecer"
(cf. Mat. 5:18; 24:35; Apoc. 21:1); "se desharán"
(BJ).
Con grande estruendo. Gr. roiz'don adverbio
onomatopéyico que indica un ruido fuerte y estrepitoso. Pedro quizá usa esta
palabra para representar el sonido hecho por las llamas rugientes; "con
ruido ensordecedor" (BJ).
Elementos. Gr. stoijeion, "lo dispuesto en orden". Vocablo
aplicado a las letras del alfabeto como si estuvieran en filas; más tarde se
aplicó a los cuerpos celestes: sol, luna y estrellas (cf. Gál. 4:3). Es
probable, pero no seguro, que Pedro se refiera a los elementos físicos de los
cuales está compuesto nuestro mundo, a la materia que será "deshecha"
con los fuegos purificadores del último día.
Ardiendo. Gr. kausóomai, "arder de fiebre",
"quemarse", "consumirse por el fuego". Aparece aquí y en el
vers. 12. En cuanto a la combinación de fuego y calor con la venida de Cristo,
ver com. Sal. 50:3; Mal. 4:1; 2Tes. 1:8; cf com. Apoc. 20:9; etc.
Deshechos. Gr. lúÇ, generalmente traducido como
"desatar", se lo traduce como "deshacer" en los vers. 11 y
12, en el sentido de 'descomponerse" o "desmenuzarse". La idea
'deshacerse" sin duda se deriva del hecho de arder".
La tierra... en ella. O todas las cosas terrenales: las
obras de los hombres y de la naturaleza.
Quemadas. La evidencia textual sugiere (cf. p. 10) el texto
"serán halladas". El texto de la RVR concuerda con el contexto, pero
la variante también es posible, pues corresponde con el pensamiento de que la
inutilidad de las cosas materiales, terrenas, se pondrá de manifiesto ante el
universo. Sin embargo, los especialistas conceden que a pesar de ser el texto
preferido como más antiguo, no es original.
11. Puesto que. En vista de que toda forma de
pecado será completamente destruida, es necesario que los que saben que es
inminente el día cuando este mundo será deshecho en un holocausto de fuego,
sean diligentes en permitir que Cristo elimine todo rastro de pecado de sus
pensamientos y vidas.
¡Cómo no debéis vosotros andar! O "¿qué clase de personas
tenéis que ser?" Pedro revela que su gran interés no radica en los
acontecimientos sino en los hombres, en el carácter de sus lectores. Ha
detallado los sucesos del último día para presentarles la necesidad imperiosa
de alcanzar la santidad. Ahora dedica el resto de su epístola a impresionar en
ellos esa necesidad.
En santa y piadosa manera de vivir. "Santa conducta... y piedad" (BJ).
Ambos sustantivos están en plural en el texto griego, lo que muestra que Pedro procuraba que su pensamiento fuera muy abarcante, pues deseaba que sus lectores pusieran cada detalle de su conducta en armonía con las más elevadas normas cristianas.
En cuanto a "manera de vivir"
(anástrof'). ver com. cap. 2:7; y en cuanto a "piedad" (eusébeia), ver
com. 1Tim. 2:2.
12. Esperando. Gr. prosdokao, "esperar",
"aguardar", verbo que se usa tres veces en los vers. 12-14. Siempre
implica una afanosa anticipación. Los creyentes siempre deben estar a la espera
de la venida de su Señor (cf. com. Mat. 24:42,44).
Apresurándoos. Mejor "acelerando" (BJ); es decir,
facilitando la llegada del "día de Dios", o, "deseando
fervientemente" ese día. Los que han confesado sus pecados pueden anhelar
la venida de Cristo y dedicar sus energías a propagar el Evangelio, preparando
así el camino para el advenimiento del Señor (ver PVGM 47-48).
Venida. Gr. parousía (ver com. Mat. 24:3).
Día de Dios. La evidencia textual establece (cf. p. 10) este
texto, aunque algunos MSS dicen "día del Señor". Sin embargo, ver
com. vers. 10, donde se sugiere que "el día del Señor" y el "día
de Dios" son expresiones equivalentes.
En el cual. O "a causa del cual", es decir debido a
la venida del día de Dios.
Cielos. Los cielos atmosféricos (ver com. vers. 5).
Encendiéndose. Ver com. vers. 10.
Deshechos. Gr. lúÇ (ver com. vers. 10).
Elementos. Ver com. vers. 10.
Siendo quemados. "Abrasados" (BJ). Ver
com. vers. 10. Pedro ha repetido su exposición de acontecimientos relacionados
con el regreso del Señor para impresionar en la mente de sus lectores la
certeza y solemnidad de estos eventos. Ahora se ocupa de un tema más agradable
al tratar lo que seguirá después de la disolución de las cosas terrenales.
Se fundirán. Gr. t'kÇ, "licuar", "derretir".
En el texto griego el verbo está en presente, lo que añade énfasis a la
narración.
13. Esperamos. Ver com. vers. 12.
Sus promesas. No importa lo que puedan haber pensado los
burladores en cuanto a la promesa del Señor (vers. 4), Pedro muestra (vers. 9,13)
que él confía absolutamente en ella y conduce su vida de acuerdo con ella.
Nuevos... nueva. Gr. kainós, "nuevo".
En
el sentido de ser diferente, de una clase nueva, y no néos, que generalmente
significa "reciente", nuevo en cuanto al tiempo. Pedro anticipa
cielos renovados y tierra renovada, limpiados de toda inmundicia (cf. com.
Apoc. 21:1).
Mora. O "se instala", lo que indica
permanencia. Se describe a la justicia como un residente permanente de los
cielos nuevos y de la tierra nueva (ver com. Isa. 11:9).
14. Amados. El apóstol usa esta forma afectuosa (ver com. vers.
1) como una exhortación especial.
Estando en espera. El conocimiento y la anticipación
del fin de la historia terrenal colocan sobre el creyente una responsabilidad
espiritual que ahora destaca Pedro.
Procurad. Gr. spoudázÇ (ver com. cap. 1:10).
Hallados por él. El cristiano vive a la
expectativa de encontrarse frente a frente con su Señor. Esa perspectiva lo
estimula a prepararse para el acontecimiento a fin de que Cristo lo encuentre
sin pecado.
Sin mancha e irreprensibles. Cf. com. Efe. 1:4; Fil. 2:15;
Apoc. 14:5. El que sea hallado por Jesús en esta condición, ciertamente estará
"en paz"; poseerá la calma interior que produce el ser irreprensible.
Estará en paz con Dios y con sus prójimos. Pero nótese, como contraste, la
descripción que presenta Pedro de los falsos maestros (2 Ped. 2:13). Compárese
con el remordimiento de los píos (ver com. Jer. 8:20).
En paz. Ver com. Rom. 5:1
15. Paciencia. Gr. makrothumía,
sustantivo afín con el verbo makrotuméÇ
(ver com. Vers. 9).
Nuestro Señor. Una probable referencia; a Cristo (ver com. vers.
9).
Salvación. No significa que la paciencia de Cristo es
salvación, sino que hace posible la salvación. Los burladores consideraban la
demora del Señor como una prueba de que las promesas del Salvador nunca se
cumplirían; pero Pedro muestra que más bien es una evidencia de la misericordiosa
paciencia de Cristo. El Señor espera que todos los que deseen tengan la
oportunidad de aceptar la salvación.
Nuestro amado hermano Pablo. Si se acepta que Pedro no está
usando el adjetivo "nuestro" en forma literaria, sus palabras
implican que Pablo era bien conocido y amado por los lectores. Y en el caso de
que "nuestro" hubiera sido sólo un requisito de estilo, las palabras
muestran el amor de Pedro por Pablo a pesar de cualquier diferencia de opinión
que hubieran tenido (ver com. Gál. 2:11-14).
Sabiduría... dada. Pablo no tenía ninguna sabiduría
espiritual intrínseca, sino que dependía de la gracia divina lo mismo que sus
hermanos.
Os ha escrito. La identificación de las epístolas paulinas, a las
que Pedro se refiere, depende de la respuesta que se dé a las siguientes
preguntas: (1) ¿Qué tema tiene en mente Pedro? ¿Es sólo la aparente demora del
Señor, la relajación moral en la iglesia, o es el tema general de la venida de
Cristo? (2) ¿A quiénes dirigió Pedro esta epístola?
Los comentadores presentan muchas
respuestas a las preguntas que se levantan, pero aún no parece posible ninguna
solución definitiva.
Si se acepta que la epístola de
Pedro fue escrita a cristianos del Asia (ver p. 563), entonces las epístolas
paulinas a las que se hace referencia podrían ser Gálatas, Efesios y
Colosenses, u otras cartas que no se han conservado. Una cosa sí es clara: los
escritos de Pablo circulaban, su autoridad era aceptada, y Pedro podía acudir a
ellos para apoyar su propia enseñanza.
16. Todas sus epístolas. En las grandes; ciudades del
Imperio Romano fácilmente se copiaban cartas por una pequeña suma, y su rápida
distribución estaba asegurada por la excelente red de caminos del imperio. Por
lo tanto, es muy posible que la mayoría de las epístolas de Pablo, si no todas,
circulaban aun antes de su muerte. Por estos versículos no es posible saber si
el gran apóstol estaba vivo o muerto en el tiempo en que Pedro escribió.
Estas cosas. Como se hizo notar (ver com. vers. 15), no se sabe
con seguridad a qué temas se está refiriendo Pedro; pero si se refiere al tema
general del advenimiento, es un asunto que se encuentra en todas las
principales cartas de Pablo, y no hay necesidad de una identificación más
específica.
Difíciles de entender. Aunque no se identifican esos
asuntos difíciles, la mayoría de los comentadores convienen en que se refieren
a cuestiones sobre laxitud moral surgidas de una tergiversación de la enseñanza
de Pablo en cuanto a la segunda venida y la relación del cristiano con la ley,
temas que ocupan un lugar prominente en 1 Tesalonicenses y Gálatas.
Indoctos. O desconocían los escritos de Pablo, o quizá
sencillamente eran ignorantes en cuanto a los asuntos espirituales en general. Cuando
la religión de Cristo se posesiona del corazón, refina y cultiva a su poseedor;
pero los que rechazan sus preceptos quedan a merced de las tentaciones como las
que presentaban los burladores y los falsos maestros.
Inconstantes. Gr. asteriktos (ver com. cap. 2:14).
Tuercen. Gr. streblóÇ, "torcer",
"atormentar", "retorcer". Los indoctos e inconstantes
distorsionan las Escrituras torciendo y forzando su significado así como el
inquisidor torturaba y sometía a presiones a sus víctimas en el potro de
tormento.
Otras Escrituras. Se ha debatido mucho en cuanto a
cuáles escritos se refiere Pedro con estas palabras. Algunos limitan la referencia
al AT, mientras que otros incluyen lo que ya existía del NT. No se puede llegar
a una conclusión final, pero es evidente que Pedro coloca los escritos de Pablo
en el mismo nivel de las otras escrituras inspiradas (ver pp. 611-612).
Perdición. Gr. apÇleia (ver com. cap. 2:1,3). Las Escrituras
tienen el propósito de conducir a los hombres a la salvación (ver com. Juan
5:39; 2 Tim. 3:16-17). Pero cuando son pervertidas pierden su poder benéfico, y
el que las tergiversa sigue un camino que sólo puede terminar en su propia
perdición.
17. Vosotros. El uso de este pronombre es enfático en griego. Pedro
deja de ocuparse de los necios que han tergiversado las Escrituras, y se dirige
a sus lectores, a quienes trata de proteger de esos errores.
Sabiéndolo de antemano. "Estando ya advertidos"
(BJ). Los creyentes habían sido bien instruidos y conocían de antemano las
engañosas enseñanzas de los falsos maestros; por lo tanto, no deberían haber
tenido nada que temer en el caso de que las enseñanzas heréticas llegaran hasta
ellos, o si se encontraban con los astutos engañadores.
Guardaos. El creyente es responsable de su propia seguridad.
No debe entregarse al sueño durante la lucha espiritual en que está empeñado
(cf. com. 1Cor. 16:13; Efe. 6:10-18).
No sea que arrastrados. Gr. sunapágÇ (ver com. Rom. 12:16).
Error de los inicuos. El escritor ha hablado antes (cap. 2:18) de "los que viven en el error", o sea los gentiles paganos.
Ahora dice que los falsos maestros comparten los pecados o "error" de los gentiles, y suplica a sus lectores instándoles a no ser entrampados por una conducta tal.
En cuanto a los "inicuos" (áthesmos), ver com. cap. 2:7.
Firmeza. Gr. st'rigmós, se usa en contraste con ast'riktos,
"inconstantes" (vers. 16), y que aquí tal vez sería mejor traducir
como "fundamento". El verdadero cristiano tiene su fundamento seguro
(cf. 1Cor. 3:10-14), y no debe abandonarlo a cambio de cualquier libertad
imaginaria que los maestros licenciosos puedan ofrecerle.
18. Antes bien. Se destaca la alternativa ofrecida
por el apóstol. En vez de ser descarriado, el creyente puede avanzar en la
perfección cristiana.
Creced. El tiempo del verbo implica "continuad
creciendo". Los lectores de Pedro ya habían progresado mucho en su
conducta, pero no debían quedar satisfechos; debían continuar su crecimiento
espiritual (cf. com. Mat. 5:48; Efe. 4:13-15; 1Ped. 2:2).
El crecimiento es característico
del verdadero hijo de Dios, como lo es de todos los seres vivientes, pues ha
encontrado una nueva vida en Cristo Jesús (cf. 1 Cor. 4:15). Su meta es tener
un carácter que se asemeje al carácter perfecto de su Señor y una mente que
pueda pensar a semejanza de Cristo. Aspira a crecer "en todo en aquel que
es la cabeza, esto es, Cristo" (ver com. Efe. 4:15).
El cristiano puede anticipar en
esta vida y en la de más allá un crecimiento ¡limitado en carácter y en la
comprensión de la voluntad y de los caminos de Dios. Siempre habrá
profundidades ilimitadas de pensamiento y espíritu que él podrá sondear, nuevas
alturas que es calar, nuevas puertas de aventura y oportunidad que abrir.
Como Pedro ya lo hizo notar (1Ped. 2:2) los "niños" cristianos "recién nacidos" crece alimentándose con "la leche espiritual no adulterada" de la Palabra.
Pero
finalmente llega el tiempo cuando no deben seguir subsistiendo con una dieta
que consista principalmente de "leche" espiritual sino aprende a
participar de "alimento sólido" (ver com. Heb. 5:11-14; 6:1-2).
Gracia. Gr. járis (ver com. Juan 1:14; Rom. 1:7; 3:24;
1Cor. 1:3). La gracia es una de las esferas en las que debe crecer el
cristiano; debe llegar a estar aún más firmemente establecido en una
experiencia personal de la gracia bondadosa de Cristo.
Conocimiento. Gr. gnÇsis (ver com. 1Cor. 1:5; 12:8). Pedro se
refiere a un conocimiento particular, el conocimiento que hace que su poseedor
se relacione plenamente con la persona, la misión, la obra y el poder de
Jesucristo. Este es un conocimiento que puede y debe crecer. El cristiano
debiera crecer cada día en la comprensión de la misión de su Maestro para el
mundo y para él mismo. En cuanto al comprensivo título que aquí se da a Cristo,
cf. com. Mat. 1:1,21; Luc. 2:11; cf. Fil. 3:20; 1Tim. 1:1; Tito 1:4; 2Ped.
1:1,11.
A él. A Cristo. Pedro ha sido consecuente en toda esta
epístola en testificar de la divinidad de Cristo (cf. cap. 1:11,17; 2:20;
etc.); y ahora, con el mismo espíritu, eleva su doxología al Salvador (cf. com.
Jud. 24-25).
Gloria. Gr. dóxa (ver com. Juan 1:14; Rom. 3:23; 1Cor.
11:7). Dóxa está precedida por el artículo definido -"la gloria" (BJ,
BA, BC, NC)-, lo que significa que toda la gloria posible debe ser atribuida al
Salvador.
Hasta el día de la eternidad. Cf. com. Apoc. 1:6.
Amén. Ver com. Mat. 5:18. La evidencia textual sugiere
(cf. p. 10) la inclusión de esta palabra, aunque muchos MSS la omiten. Es una
terminación muy apropiada para la epístola. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
3-4; 9-15. HAp 427.
MIENTRAS
EXALTABA "LA PALABRA PROFÉTICA MÁS PERMANENTE" como
un guía seguro en tiempo de peligro, el apóstol amonestó solemnemente
a la iglesia contra la antorcha de la falsa profecía, 427 la
que sería levantada por "falsos doctores, que introducirán encubiertamente
herejías de perdición, y negarán al Señor." A esos falsos maestros,
aparecidos en la iglesia y considerados por muchos de los hermanos en la fe
como verdaderos, el apóstol los compara a "fuentes sin agua, y nubes
traídas de torbellino de viento; para los cuales está guardada la oscuridad de
las tinieblas para siempre." "Sus postrimerías -dice- les son hechas
peores que los principios. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el
camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del
santo mandamiento que les fue dado."
Mirando
hacia adelante a través de los siglos hasta el tiempo del fin, fue inspirado a
señalar las condiciones que habrían de existir en el mundo precisamente antes
de la segunda venida de Cristo. "En los postrimeros días vendrán
burladores -escribió,- andando según sus propias concupiscencias, y diciendo:
¿Dónde está la promesa de su advenimiento? porque desde el día en que los
padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la
creación." Pero "cuando dirán, Paz y seguridad, entonces vendrá sobre
ellos destrucción de repente." (1 Tes. 5:3.)
NO
TODOS, sin embargo, serían engañados por los artificios del enemigo. Cuando el
fin de todas las cosas terrenales esté cerca, se encontrarán fieles creyentes
capaces de discernir las señales de los tiempos. Aunque un gran número de creyentes
profesos negarán su fe por sus obras, habrá un remanente que resistirá hasta el
fin.
PEDRO
GUARDABA VIVA EN SU CORAZÓN LA ESPERANZA DEL REGRESO DE CRISTO, y aseguró a la iglesia del infalible
cumplimiento de la promesa del Salvador: "Y si me fuere, y os aparejare.
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo." (Juan 14:3.) Para
los atribulados y fieles la venida de Cristo iba a parecer muy demorada, pero
el apóstol les aseguró: "El Señor no tarda su promesa, como algunos la
tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Mas el día 428 del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella están serán quemadas.
4. DTG 589. PERO CRISTO PRESENTA OTRA CLASE: "Y
si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor se tarda en venir: y
comenzare a herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos;
vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera." El
mal siervo dice en su corazón: "Mi señor se tarda en venir." No dice
que Cristo no vendrá. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su
corazón y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Señor tarda.
Destierra del ánimo ajeno la convicción de que el Señor va a venir prestamente.
Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los
confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales y los
pensamientos corruptos se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con
los borrachos, y se une con el mundo en la búsqueda de placeres. Hiere a sus
consiervos acusando y condenando a los que son fieles a su Maestro. Se asocia
con el mundo. Siendo semejantes, participan juntos en la transgresión. Es una
asimilación temible. Juntamente con el mundo, queda entrampado.
SE NOS ADVIERTE: "Vendrá el
Señor de aquel siervo. . . a la hora que no sabe, y le cortará por medio, y
pondrá su parte con los hipócritas. "Y si no velares, vendré a ti
como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti."*(Apocalipsis 3:3).
EL ADVENIMIENTO DE
CRISTO SORPRENDERÁ A LOS FALSOS MAESTROS. Están diciendo: "Paz y
seguridad." Como los sacerdotes y doctores antes de la caída de
Jerusalén, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria.
Interpretan las señales de los tiempos como indicios de esto.
¿PERO QUÉ DICE LA
PALABRA INSPIRADA? "Vendrá sobre ellos destrucción de repente." (1
Tesalonicenses 5:3).
EL DÍA DE DIOS VENDRÁ COMO LADRÓN SOBRE TODOS LOS QUE MORAN EN LA FAZ DE LA TIERRA, que hacen de este mundo su hogar. Viene para ellos como ladrón furtivo. El mundo, lleno de orgías, de placeres impíos, está dormido en la seguridad carnal.
Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: "Todas las cosas permanecen así como desde el principio." "Será el día de mañana como éste, o mucho más excelente." (2Pedro 3:4; Isaías 56:12). Nos hundiremos aún más en el amor a los deleites.
Pero Cristo dice: "He aquí, yo vengo como 590 ladrón."*(Apocalipsis 16:15).
EN EL MISMO TIEMPO
EN QUE EL MUNDO PREGUNTA CON DESPRECIO: "¿Dónde está la
promesa de su advenimiento?" (2 Pedro 3:4).
SE ESTÁN CUMPLIENDO
LAS SEÑALES. MIENTRAS CLAMAN: "Paz y seguridad," se acerca la
destrucción repentina. Cuando el escarnecedor, el que rechaza la verdad, se ha
vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas formas de
ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios; cuando los
estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia, Cristo viene
como ladrón.
EN EL MUNDO TODO ES
AGITACIÓN. Las señales de los tiempos son alarmantes. Los acontecimientos
venideros proyectan ya sus sombras delante de sí.
EL ESPÍRITU DE DIOS
SE ESTÁ RETIRANDO DE LA TIERRA, y una calamidad sigue a otra por tierra
y mar. Hay tempestades, terremotos, incendios, inundaciones, homicidios de toda
magnitud.
¿QUIÉN PUEDE LEER LO FUTURO?
¿Dónde hay seguridad?
No hay seguridad en nada que sea
humano o terrenal.
RÁPIDAMENTE LOS
HOMBRES SE ESTÁN COLOCANDO BAJO LA BANDERA QUE HAN ESCOGIDO. Inquietos, están
aguardando y mirando los movimientos de sus caudillos.
HAY QUIENES ESTÁN AGUARDANDO,
Velando Y Trabajando Por La Aparición De Nuestro Señor.
OTRA CLASE SE ESTÁ COLOCANDO
Bajo La Dirección Del Primer Gran Apóstata.
POCOS CREEN de todo corazón y alma
que tenemos un infierno que rehuir
y
un cielo que ganar.
LA CRISIS SE ESTÁ ACERCANDO
GRADUAL Y FURTIVAMENTE A NOSOTROS.
El sol brilla en los cielos y recorre su órbita acostumbrada,
y los cielos continúan declarando la gloria de Dios.
LOS HOMBRES SIGUEN
COMIENDO Y BEBIENDO, plantando y edificando, casándose y dándose en casamiento. Los
negociantes siguen comprando y vendiendo. Los hombres siguen luchando unos con
otros, contendiendo por el lugar más elevado. Los amadores de placeres siguen
atestando los teatros, los hipódromos, los garitos de juego. (Casinos, Juegos
de azar..).
PREVALECE LA MÁS
INTENSA EXCITACIÓN, y sin embargo el tiempo de gracia está llegando rápidamente a su fin,
y cada caso está por ser decidido para la eternidad.
SATANÁS VE QUE SU
TIEMPO ES CORTO. Ha puesto todos sus agentes a trabajar a fin de que los hombres
sean engañados, seducidos, ocupados y hechizados hasta que haya terminado el
tiempo de gracia, y se haya cerrado para siempre la puerta de la
misericordia.591
SOLEMNEMENTE LLEGAN
HASTA NOSOTROS, A TRAVÉS DE LOS SIGLOS, las palabras amonestadoras de nuestro
Señor desde el monte de las Olivas: "Mirad por vosotros, que vuestros
corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de
esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día." "Velad pues,
orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas
que han de venir y de estar en pie delante del Hijo del hombre." 592
DTG/EGW
5-7. PP 89. Los animales
expuestos a la tempestad corrían hacia los hombres, como si esperasen ayuda de
ellos. Algunas personas se ataron,
juntamente con sus hijos, en los lomos de poderosos animales, sabiendo que
éstos eran tenaces para conservar la vida, y que subirían a los picos más altos
para escapar de las crecientes aguas. Otros se ataron a altos árboles en la
cumbre de las colinas o las montañas; pero los árboles fueron desarraigados, y
juntamente con su cargamento de seres vivientes fueron lanzados a las bullentes
olas. Sitio tras sitio que prometía seguridad era abandonado. A medida que las
aguas subían más y más, la gente huía a las más elevadas montañas en busca de
refugio. En muchos lugares podía verse a hombres y animales que luchaban por
asentar pie en un mismo sitio hasta que al fin unos y otros eran barridos por
la furia de los elementos.
Desde las cimas más altas, los
hombres contemplaban un enorme océano sin playas. Las solemnes amonestaciones
del siervo de Dios ya no eran objeto de ridículo y mofa. ¡Cuánto habrían
deseado estos pecadores condenados a morir que se les volviera a deparar la
oportunidad que habían menospreciado! ¡Cómo imploraban que se les diera una
hora más de gracia, otra manifestación de misericordia, otra invitación de
labios de Noé! Pero ya no habían de oír la dulce voz de misericordia. El amor,
no menos que la justicia, exigía que los juicios de Dios pusiesen término al
pecado. Las aguas vengadoras barrieron el último refugio, y los que habían
despreciado a Dios perecieron finalmente en las obscuras profundidades.
"Por la palabra de Dios ...
el mundo de entonces pereció anegado en agua: Mas los cielos que son ahora, y
la tierra, son conservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el
día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos." (2 Ped. 3:5-7.)
Otra tempestad se aproxima ahora. 90 La tierra será otra vez barrida por la
asoladora ira de Dios, y el pecado y los pecadores serán destruidos.
LOS PECADOS QUE ACARREARON LA VENGANZA SOBRE EL MUNDO
ANTEDILUVIANO. EXISTEN HOY. El temor de Dios
ha desaparecido de los corazones de los hombres, y su ley se trata con
indiferencia y desdén. La intensa mundanalidad de aquella generación es
igualada por la de la presente. Cristo dijo: "Porque como en los días
antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento,
hasta el día que Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vino el
diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre."
(Mat. 24:38, 39.)
DIOS NO
CONDENÓ A LOS ANTEDILUVIANOS PORQUE COMÍAN Y BEBÍAN; les había dado los frutos de la
tierra en gran abundancia para satisfacer sus necesidades materiales. Su pecado
consistió en que tomaron estas dádivas sin ninguna gratitud hacia el Dador, y
se rebajaron entregándose desenfrenadamente a la glotonería. Era lícito que se
casaran. El matrimonio formaba parte del plan de Dios; fue una de las primeras
instituciones que él estableció. Dio instrucciones especiales tocante a esta
institución, revistiéndola de santidad y belleza; pero estas instrucciones
fueron olvidadas y el matrimonio fue pervertido y puesto al servicio de las
pasiones humanas.
CONDICIONES SEMEJANTES PREVALECEN HOY DÍA.
Lo que es lícito en sí es llevado al exceso. Se complace al apetito sin
restricción. Hoy muchos de los que profesan ser cristianos comen y beben en
compañía de los borrachos mientras sus nombres aparecen en las listas de honor
de las iglesias. La intemperancia entorpece las facultades morales y
espirituales, y prepara el dominio de las pasiones bajas. Multitudes de
personas no sienten la obligación moral de dominar sus apetitos sensuales y se
vuelven esclavos de la concupiscencia. Los hombres viven sólo para el placer de
los sentidos; únicamente para este mundo y para esta vida. El despilfarro 91prevalece en todos los círculos
sociales. La integridad se sacrifica en aras del lujo y la ostentación. Los que
quieren enriquecerse rápidamente corrompen la justicia y oprimen a los pobres;
y todavía se compran y venden "siervos, y las almas de los hombres."
El engaño, el soborno y el robo se cometen libremente entre humildes y
encumbrados.
8. PP 167. Puede parecer que el cumplimiento de la promesa de Dios tarda mucho; pues
"un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día;"
puede parecer que se demora, pero al tiempo determinado "sin duda vendrá;
no tardará." (2 Ped. 3:8; Hab. 2:3.)
14. HAp 453. La
Mayor Alabanza Que Los Hombres Pueden Ofrecer A Dios Es Llegar A Ser Medios
Consagrados Por Los Cuales Pueda Obrar.
EL
TIEMPO PASA RÁPIDAMENTE HACIA LA ETERNIDAD. No
retengamos de Dios lo que le pertenece. No le rehusemos lo que, aun cuando no
puede ser ofrecido con mérito, no puede ser negado sin ruina. Él nos pide todo
el corazón; démoselo; es suyo, tanto por derecho de creación como de redención.
NOS PIDE NUESTRA INTELIGENCIA; démosela, es suya. Pide nuestro dinero;
démoselo, pues es suyo. No sois vuestros, "porque comprados sois por
precio." (1 Cor. 6:19,20.)
Dios requiere el homenaje de un alma
santificada, que, por el ejercicio de la fe que obra por medio del amor, se
haya preparado para servirle. Sostiene ante nosotros el más alto ideal, el de
la perfección. Nos pide que nos manifestemos absoluta y completamente en favor
de él en este mundo, así como él está siempre en favor nuestro en la presencia
de Dios.
"PORQUE la voluntad de Dios -acerca de vosotros-
es vuestra santificación." (1Tes.
4:3.)
¿Es
La Vuestra También?
VUESTROS
PECADOS pueden aparecer ante vosotros como montañas;
pero si humilláis vuestro corazón, y los confesáis, creyendo en los méritos de
un Salvador crucificado y resucitado, os perdonará y limpiará de toda
injusticia. Dios demanda de vosotros una completa conformidad con su ley. Esa
ley es el eco de su voz que nos dice: Más santo, sí, más santo aún. Desead la
plenitud de la gracia de Cristo. Permitid que vuestro corazón se llene con un
intenso anhelo de su justicia, cuya obra, declara 453 la
Palabra de Dios, es paz, y su efecto quietud y seguridad para siempre.
Mientras
vuestra alma suspire por Dios, encontraréis más y más de las inescrutables
riquezas de su gracia. Mientras las contempléis, llegaréis a poseerlas y se os
revelarán los méritos del sacrificio del Salvador, la protección de su
justicia, la perfección de su sabiduría y su poder para presentaros ante el
Padre "sin mácula, y sin reprensión." (2Pedro 3:14.) 454
16. CC 108. En El Mundo Natural estamos siempre rodeados de misterios que no
podemos sondear. Aun las formas más humildes de la vida presentan un problema
que el más sabio de los filósofos es incapaz de explicar. Por todas partes
se presentan maravillas que superan nuestro 108 conocimiento.
¿Debemos sorprendernos de que en el mundo espiritual haya también misterios que
no podamos sondear?
La dificultad está únicamente en la debilidad y estrechez del espíritu
humano. Dios nos ha dado en las Santas Escrituras pruebas suficientes de su
carácter divino y no debemos dudar de su Palabra porque no podamos entender los
misterios de su providencia. El apóstol Pedro dice que hay en las Escrituras
"cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tuercen, .
. . para su propia destrucción" (2Pedro 3:16).
Los incrédulos han presentado las dificultades de las Sagradas Escrituras
como un argumento en contra de la Biblia; pero muy lejos de ello, éstas
constituyen una fuerte prueba de su divina inspiración. Si no contuvieran
acerca de Dios sino aquello que fácilmente pudiéramos comprender, si su grandeza
y majestad pudieran ser abarcadas por inteligencias finitas, entonces la Biblia
no llevaría las credenciales inequívocas de la autoridad divina. La misma
grandeza y los mismos misterios de los temas presentados, deben inspirar fe en
ella como Palabra de Dios.
La Biblia presenta la verdad con una sencillez y una adaptación tan
perfecta a las necesidades y anhelos del corazón humano, que ha asombrado y
encantado a los espíritus más cultivados, al mismo tiempo que capacita al
humilde e inculto para discernir el camino de la salvación.
Sin embargo, estas verdades sencillamente declaradas tratan de asuntos tan
elevados, de tan grande trascendencia, tan 109 infinitamente fuera del alcance de la comprensión humana,
que sólo podemos aceptarlos porque Dios nos lo ha declarado.
Así está patente el plan de la redención delante de nosotros, de modo que
cualquiera pueda ver el camino que ha de tomar a fin de arrepentirse para con
Dios y tener fe en nuestro Señor Jesucristo, a fin de que sea salvo de la
manera señalada por Dios.
Sin embargo, bajo estas verdades tan fácilmente entendibles, existen
misterios que son el escondedero de su gloria; misterios que abruman la mente
investigadora y que, sin embargo, inspiran fe y reverencia al sincero
investigador de la verdad.
17-18. HAp 428. PEDRO
GUARDABA VIVA EN SU CORAZÓN LA ESPERANZA DEL REGRESO DE CRISTO, y aseguró a la iglesia del infalible
cumplimiento de la promesa del Salvador: "Y si me fuere, y os aparejare.
lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo." (Juan 14:3.) Para
los atribulados y fieles la venida de Cristo iba a parecer muy demorada, pero
el apóstol les aseguró: "El Señor no tarda su promesa, como algunos la
tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Mas el día 428 del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella están serán quemadas.
"Pues
Como Todas Estas Cosas Han De Ser Deshechas,
¿Qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones,
esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos
siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se
fundirán? Bien que esperamos cielos nuevos y tierra nueva, según sus promesas,
en los cuales mora la justicia.
"Por
Lo Cual, Oh Amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad
con diligencia que seáis hallados de él sin mácula, y sin reprensión, en paz. Y
tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado
hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito
también.... Así que vosotros, oh amados, pues estáis amonestados, guardaos que
por el error de los abominables no seáis juntamente extraviados, y caigáis de
vuestra firmeza. Mas creced en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo."
LA
PROVIDENCIA de Dios permitió que Pedro acabase su ministerio en Roma, donde el
emperador Nerón le mandó prender en los días en que fue preso Pablo. Así los
dos veteranos apóstoles, durante tantos años separados, iban a dar su postrer
testimonio por Cristo en la metrópoli del mundo, y derramar su sangre como
semilla de una copiosa cosecha de santos y mártires.
DESDE
SU ARREPENTIMIENTO POR HABER NEGADO A CRISTO, Pedro
arrostró inflexiblemente el peligro, demostrando noble valentía en predicar al
Salvador crucificado, resucitado y ascendido. Mientras yacía en el calabozo,
recordaba lo que Cristo le dijo: "De cierto, de cierto te digo: Cuando
eras más mozo, te ceñías, e ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo,
extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará adonde no quieras."
(Juan 21:18.) 429
De
este modo dio a entender Jesús a Pedro de qué género de muerte había de morir,
y profetizó la extensión de sus manos sobre la cruz.
18. CC 80. El trabajo desinteresado por otros da al carácter profundidad, firmeza y amabilidad parecidas a las de Cristo; trae paz y felicidad al que lo realiza. Las aspiraciones se elevan. No hay lugar para la pereza o el egoísmo. Los que de esta manera ejerzan las gracias cristianas crecerán y se harán fuertes para trabajar por Dios. Tendrán claras percepciones espirituales, una fe firme y creciente y un acrecentado poder en la oración. El Espíritu de Dios, que mueve su espíritu, pone en juego las sagradas 80 armonías del alma, en respuesta al toque divino. Los que así se consagran a un esfuerzo desinteresado por el bien de otros, están obrando ciertamente su propia salvación.
EL ÚNICO MODO DE CRECER EN LA GRACIA es haciendo desinteresadamente la obra que Cristo ha puesto en nuestras manos: comprometernos, en la medida de nuestra capacidad, a ayudar y beneficiar a los que necesitan la ayuda que podemos darles. La fuerza se desarrolla con el ejercicio; la actividad es la misma condición de la vida. Los que se esfuerzan en mantener una vida cristiana aceptando pasivamente las bendiciones que vienen por la gracia, sin hacer nada por Cristo, procuran simplemente vivir comiendo sin trabajar. Pero el resultado de esto, tanto en el mundo espiritual como en el temporal, es siempre la degeneración y decadencia. El hombre que rehusara ejercitar sus miembros pronto perdería todo el poder de usarlos. También el cristiano que no ejercita las facultades que Dios le ha dado, no solamente dejará de crecer en Cristo, sino que perderá la fuerza que tenía.
LA IGLESIA DE CRISTO es el agente elegido por Dios para la salvación de los hombres. Su misión es extender el Evangelio por todo el mundo. Y la obligación recae sobre todos los cristianos. Cada uno de nosotros, hasta donde lo permitan sus talentos y oportunidades, tiene que cumplir con la comisión del Salvador. El amor de Cristo que nos ha sido revelado nos hace deudores a cuantos no lo conocen. Dios nos dio luz no sólo para nosotros sino para que la derramemos sobre ellos. 81 Si los discípulos de Cristo comprendiesen su deber, habría mil heraldos del Evangelio a los gentiles donde hoy hay uno.
* CC 114. Mediante la
gracia de Cristo, cumplid todos los deberes que hayáis llegado a entender y
seréis capaces de entender y cumplir aquellos de los cuales todavía dudáis. Hay
una prueba que está al alcance de todos, del más educado y del más ignorante,
la prueba de la experiencia. Dios nos invita a probar por nosotros mismos
la realidad de su Palabra, la verdad de sus promesas. Él nos dice: "Gustad
y ved que Jehová es bueno' (Salmo 34:8).
En vez de depender de las palabras de
otro, tenemos que probar por nosotros mismos. Dice: "Pedid, y
recibiréis" (Juan 16: 24). Sus promesas se cumplirán. Nunca han faltado;
nunca pueden faltar. Y cuando seamos atraídos a Jesús y nos regocijemos en la
plenitud de su amor, nuestras dudas 114 y tinieblas desaparecerán ante
la luz de su presencia.
El apóstol Pablo dice que Dios "nos ha libertado de la potestad de
las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor"
(Colosenses 1: 13). Y todo aquel que ha pasado de muerte a vida "ha puesto
su sello a esto, que Dios es veraz' (Juan 3: 33). Puede testificar:
"Necesitaba auxilio y lo he encontrado en Jesús. Fueron suplidas
todas mis necesidades, fue satisfecha el hambre de mi alma y ahora la Biblia es
para mí la revelación de Jesucristo.
¿Me preguntáis por qué creo en Jesús? Porque
es para mí un Salvador divino. ¿Por qué creo en la Biblia? Porque he hallado
que es la voz de Dios para mi alma". Podemos tener en nosotros mismos
el testimonio de que la Biblia es verdadera y de que Cristo es el Hijo de Dios.
Sabemos que no estamos siguiendo fábulas astutamente imaginadas. San Pedro
exhorta a los hermanos a crecer "en la gracia, y en el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo' (2 Pedro 3: 18).
Cuando el pueblo de Dios crece en la gracia, obtiene constantemente un conocimiento más claro de su Palabra. Contempla nueva luz y belleza en sus sagradas verdades. Esto es lo que ha sucedido en la historia de la iglesia en todas las edades y continuará sucediendo hasta el fin. "Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que se va aumentando en resplandor hasta que el día es perfecto' (Proverbios 4: 18).
Por medio de la fe podemos mirar lo futuro y confiar en las promesas de
Dios respecto al 115 desarrollo de la inteligencia, a
la unión de las facultades humanas con las divinas y al contacto directo de
todas las potencias del alma con la Fuente de Luz. Podemos regocijarnos de que
todas las cosas que nos han confundido en las providencias de Dios serán
entonces aclaradas; las cosas difíciles de entender serán entonces reveladas; y
donde nuestro entendimiento finito veía solamente confusión y desorden, veremos
la más perfecta y hermosa armonía. "Porque ahora vemos oscuramente, como
por medio de un espejo, mas entonces, cara a cara; ahora conozco en parte, pero
entonces conoceré así como también soy conocido" (1Corintios 13:12). 116
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario