3 Juan 1
INTRODUCCIÓN, 1.
MENSAJE, 2-12.
A. Buenos Deseos Y Satisfacción,
2-4.
B. La Hospitalidad Es Alabada, 5-8.
“Encomio A Gayo Debido A Su Piedad
Y Su Hospitalidad
Con Los Verdaderos Predicadores”.
C. Se Reprocha La Hostilidad, 9-10.
D. Una Lección Y Alabanza, 11-12.
“Denuncia Contra
La Desmedida Ambición De Diótrefes,
Cuyo Mal Ejemplo No Debe Ser Seguido”.
“Pero Se Da Un Buen Testimonio De Demetrio”.
CONCLUSIÓN, 13-14.
1 EL ANCIANO a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad.
2 Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3
Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu
verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír
que mis hijos andan en la verdad.
5 Amado, fielmente te conduces
cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos,
6 los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en
encaminarlos como es digno de su servicio a Dios, para que continúen su viaje. 7
Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los
gentiles. 8 Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos
con la verdad.
9 Yo he escrito a la iglesia;
pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos
recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace
parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas
cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe,
y los expulsa de la iglesia.
11 Amado, no imites lo malo, sino
lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha
visto a Dios. 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y
también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es
verdadero.
13 Yo tenía muchas cosas que escribirte pero no quiero escribírtelas con tinta y pluma, 14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. 15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular. (3 Juan 1).
1. El anciano. Juan (ver com. 2 Juan 1).
Gayo. Nombre muy común en el Imperio romano. Así se llamaban, por lo menos, otros tres personajes del NT (Hech. 19:29; 20:4; Rom. 16:23; 1 Cor. 1:14).
Ver com. Hech. 19:29.
No es posible identificar a
ninguno estos hombres con el Gayo a quien escribe ahora. Nada se sabe de este
miembro de la iglesia, excepto lo que se dice en esta epístola.
Amado. Término afectuoso frecuentemente usado en los
saludos del NT (Rom. 7; 16:5; Col. 4:9; etc.) por lo general en relación con
personas conocidas por quien escribía.
Amo. Ver com. 2 Juan 1.
En la verdad. Ver com. 2 Juan 1.
2. Amado. Ver com. vers. 1.
Yo deseo. La oración de Juan ilustra un buen hábito que deben
formar los cristianos: el recuerdo de un amigo debe estimular la oración en su
favor (cf. com. Fil. 1:3-4; 1Tes. 1:2-3).
Prosperado en todas las cosas. El deseo de Juan era equilibrado; deseaba que Gayo gozara de completo bienestar. El verbo euodóÇ, "hacer buen camino", "encaminarse bien", se refiere sólo a la prosperidad financiera; comprende también lo físico, lo espiritual lo social. Dios se interesa en todos los aspectos de la vida de sus hijos.
Lo mismo hacía
Juan.
Que tengas salud. Gr. hugiáinÇ (compárese con
nuestra palabra "higiene"), "estar sano", estar en buena
salud". El médico Lucas emplea esta palabra con la misma connotación (Luc.
5:31; 7:10; 15:27).
Pablo la usa refiriéndose a los
que son "sanos en la fe" (Tito 1:13; 2:2).
Dios está interesado en nuestra
condición física; anhela que disfrutemos de óptima salud. Debido a la estrecha
relación entre la mente y el cuerpo, cuando prospera el alma o el carácter, el
cuerpo está en mejores condiciones de tener salud (Exo. 15:26; Prov. 14:30; MC
185); y a la inversa: cuando se descuida la salud del cuerpo y se cultivan
malos hábitos físicos, también sufre la vida religiosa (MC 213, 242, 246).
Tu alma. Una evidente referencia a la vida espiritual de
Gayo, que era vigorosa. Es posible que su condición física no fuera muy buena.
Pudo haber descuidado los aspectos físicos de la vida a causa de los deberes
religiosos. Este descuido perjudica, pues el equilibrio es esencial para
disfrutar de la vida. El enemigo de las almas comprende bien la importancia del
equilibrio, y procura que los cristianos fervientes caigan en los extremos (MC
245-249).
La combinación de un programa de
salud equilibrado con progresos espirituales nos prepara para vencer las
tentaciones de la vida y nos ayuda a cumplir las elevadas normas de quienes se
disponen a entrar en el cielo (2T 375-376).
Todos los que son seguidores de
Cristo pueden hacer suya la oración de Juan por Gayo, a favor de ellos mismos,
de sus familias y de sus hermanos en la fe.
3. Mucho me regocijé. Ver com. 2Juan 4.
Cuando vinieron los hermanos. Según el texto griego puede
entenderse que hubo repetidas visitas de los hermanos. De modo que Juan recibía
a menudo informes referentes a Gayo.
Dieron testimonio. Nótese que los hermanos eran
portadores voluntarios de buenos informes. No propagaban chismes malignos.
Andas. Gr. peripatéÇ,"conducirse" (ver com. Efe.
2:2). Gayo no estaba contento con poseer la verdad; también practicaba las
creencias que tenía.
En la verdad. En cuanto al concepto que tenía Juan de la verdad,
ver com. Juan 1:14; 8:32. Cf. com. 2Juan 1.
Nótese que Gayo caminaba
"en" la verdad. Se había posesionado de ella y la ponía en práctica.
4. No tengo yo mayor gozo. El gozo máximo posible embarga a
un misionero cristiano cuando ve que los miembros de su grey se ponen de parte
de la rectitud y la verdad en forma firme y decidida. Se siente mucho más
contento que si sólo tuviera noticias de su éxito en adquirir riquezas o
escalar posiciones (cf. 2Cor. 7:7-, 1Tes. 3:6).
Mis hijos. Mejor "mis propios hijos", lo que puede
indicar que Gayo era uno de los conversos de Juan (cf. com. 1Juan 2:1; 2Juan 4;
cf. 1Tes. 2:7-12; 1Tim. 1:2).
Andan en la verdad. Es decir, ponían su vida de
acuerdo con la revelación del carácter de Dios como fue dada por Jesucristo.
5. Amado. Ver com. vers. 1.
Fielmente. Todos los actos de bondad de Gayo eran obras de fe.
A los hermanos. Es decir, los hermanos en la fe
de la iglesia.
A los desconocidos. La evidencia textual establece
(cf. p. 10) el texto "y esto a extranjeros", que significa: "especialmente
a extranjeros". Gayo no conocía a muchos de los que tan generosamente
hospedaba; pero por lo que manifestaban, él se daba cuenta que era gente digna.
6. Iglesia. Gr. ekkl'sía (ver com. Mat. 18:17).
Amor. Gr. agáp' (ver com. 1Cor. 13:1).
Harás bien. La hospitalidad que Gayo brindaba a los hermanos
que viajaban, además de promover la predicación del Evangelio ayudaba a unir a
los creyentes y contrarrestaba la tendencia de los misioneros de separarse
formando una jerarquía aparte.
Encaminarlos. Gr. propémpÇ, "acompañar",
"escoltar", "ayudar a uno en un viaje".
Como es digno de su servicio a Dios. Mejor "como es digno de Dios" (cf. com. 1Tes. 2:12); "de manera digna de Dios" (BJ, NC).
Gayo debía ver en cada fiel misionero cristiano a un embajador de Dios, alguien que merecía un tratamiento respetuoso debido a la obra que estaba haciendo.
(Ver com. Mat. 10:40; 2Cor. 5.20).
7. Salieron. Es decir, dejaron su propia iglesia, quizá Éfeso. En
los días de Juan era digno de alabanza el activo espíritu de evangelismo que
impulsaba a los cristianos a publicar las buenas nuevas de un lugar a otro.
Por amor del nombre de Él. La evidencia textual establece
(cf. p. 10) el texto "por amor al Nombre" (BA); es decir, el nombre
de Jesús (ver com. Hech. 3:16; 4:12; Rom. 1:5).
Sin aceptar nada. O sin esperar que los sostuvieran
los paganos a los cuales predicaban el evangelio (cf. com. 2Cor. 12:14; 1Tes.
2:9). Esto hacía que los misioneros fueran aún más agradecidos por la
hospitalidad que les ofrecían sus hermanos cristianos. No hay ninguna
prohibición bíblica en contra de aceptar la ayuda que se ofrece voluntariamente
(ver com. Mat. 10:8-14; Fil. 4:10, 14-17).
Gentiles. Gr. ethnikós, "pagano",
"gentil" (ver com. Gál. 3:8).
8. Nosotros, pues. Como los misioneros no aceptaban
nada de los paganos, y en ese tiempo no había un sistema de sostén regular, una
tesorería organizada, era necesario que hombres como Gayo ayudaran a los misioneros
para que no tuvieran necesidad de pedir limosnas. Con el pronombre
"nosotros" Juan reconoce su deber en este asunto de la hospitalidad.
Debemos. Ver com. 1Juan 2:6.
Acoger. Gr. hupolambánÇ; se usa aquí con sentido de
"sostener" o "recibir con espíritu de hospitalidad".
Tales personas. Las que se mencionan en el vers.
7. Juan tiene cuidado al definir a los que merecían la hospitalidad de los creyentes
(cf. com. 2Juan 10-11).
Para que cooperemos. O "para que colaboradores
lleguemos a ser". Los que ayudan a los misioneros son también contados
como misioneros.
Con la verdad. Hay dos posibles interpretaciones de estas
palabras: (1) los miembros de iglesia que manifiestan hospitalidad son
colaboradores con los misioneros en la proclamación de la verdad; (2) son
colaboradores con la verdad, o sea que la verdad es personificada. El uso que
Juan da a "verdad" hace más aceptable la segunda interpretación (cf.
1Juan 1:6; 2:4; 3 Juan 3-4; etc.).
9. Yo he escrito. La evidencia textual se inclina
por (cf. p. 10) el texto "escribí algo", declaración que generalmente
se entiende que se refiere a una previa y breve epístola. Es posible que Juan
se esté refiriendo a la segunda epístola; pero contra este punto de vista y en
favor de una carta que se perdió, se han presentado muy sólidos argumentos. En
favor de que se refiere a la segunda epístola está la similitud del contenido
entre las dos cartas: la primera presenta un consejo negativo acerca de los
predicadores itinerantes; la segunda parece ocuparse más del punto de vista
positivo.
Es posible que Diótrefes se
negara a leer la segunda epístola debido a sus inclinaciones gnósticas (pp.
643-644), y no quería negarle su hospitalidad a los falsos maestros que compartían
sus ideas. Pero cualquiera que sea la explicación que se proponga, en el mejor
de los casos es sólo hipotética; y es posible que Juan se refiriera a una carta
que no se ha conservado en el canon sagrado. Si éste fuera el caso aquí,
tenemos entonces otro ejemplo de un escrito apostólico que no se incluyó en las
Escrituras (cf. com. 1Cor. 5:9).
La iglesia. Es decir, la iglesia de la cual eran miembros
Diótrefes y Gayo.
Diótrefes. Gr. Diotréfes, de Dios, que significa "de
Zeus" y tréfo, "alimentar", "nutrir"; por lo tanto,
"nutrido por Zeus". Algunos han sugerido que puede ser significativo
el hecho de que Diótrefes hubiera retenido su nombre pagano; sin embargo, ver
com. vers. 12. Podría haber retenido elementos de la filosofía pagana y por eso
era particularmente susceptible a las influencias gnósticas.
Le gusta tener el primer lugar. Diótrefes albergaba una ambición malsana. Aspiraba a ser el primero por su deseo de obtener la jerarquía y no por el bien que podía hacer.
No se dice de cuál cargo se trataba, y por lo
tanto no se puede demostrar que era el obispado. La iglesia cristiana ya estaba
bien instruida acerca de ambiciones indeseables (Mat. 20:20-28; Luc. 22:24-27;
Juan 13:1-17).
Entre ellos. Es decir, entre los miembros de la iglesia a la
cual pertenecían Gayo y Diótrefes.
Recibe. Gr. epidéjomai "aceptar", "reconocer
la autoridad de alguien". Esta palabra aparece aquí y en el vers. 10. Se
refiere a aceptar la autoridad de una persona; pero en el vers. 10 equivale a
recibir a una persona con espíritu de hospitalidad. Parece que Diótrefes se
oponía a leer la epístola de Juan, con lo cual rechazaba la autoridad del
apóstol y de sus colaboradores.
10. Si yo fuere. Algunos ven en estas palabras una
referencia a la esperanza expresada en 2 Juan 12, y de paso un argumento en
favor de identificar la segunda epístola con la carta mencionada en el vers. 9.
Pero debe notarse que la esperanza expresada en el vers. 14 de esta epístola es
similar a la de la segunda epístola; por lo tanto, "si yo fuere"
podría ser nada más que el anuncio de una visita futura.
Recordaré. Gr. hupomimn'skÇ, "rememorar"(cf. Juan 14:26).
El apóstol hace valer su categoría de dirigente; tiene confianza en su
autoridad y no se acobarda ante el cismático.
Parloteando. Gr. fluaréÇ, "decir necedades",
"presentar acusaciones injustas", "denigrar".
Palabras malignas. O "palabras perversas".
No contento con estas cosas. Díótrefes no estaba satisfecho
con sus palabras impías que tenían el propósito de socavar la autoridad
apostólica; continuaba su oposición con hechos inamistosos.
Recibe. Gr. epidejomai (ver com. vers. 9). Al negar su
hospitalidad a los misioneros itinerantes, Diótrefes se resistía a reconocer la
autoridad de Juan, pues los hermanos que viajaban llevaban consigo la
recomendación del apóstol.
Prohibe. Gr. kÇlúÇ, "estorbar",
"impedir", "prohibir", lo que sugiere que Diótrefes tomaba
medidas concretas para impedir que otros brindaran la hospitalidad que él mismo
se negaba a dar. La flexión del verbo griego implica una repetida prohibición.
Los actos inamistosos reflejan el
poder que tenía Diótrefes en la iglesia local; pero la situación demuestra que
no toda la iglesia estaba con él, pues por lo menos algunos estaban de acuerdo
con el apóstol y deseaban recibir a los misioneros itinerantes.
Los expulsa. Es decir, los excomulga (cf. Juan 9:34). Es
evidente que la lucha era seria: había un decidido enfrentamiento entre los de
la escuela apostólica y los que eran seguidores de los falsos maestros. En esa
iglesia o congregación el partido herético tenía preeminencia, por lo menos
transitoriamente, y podía imponer su voluntad sobre el conjunto de los
creyentes.
11. No imites. Juan se detiene en su examen del conflicto dentro
de la iglesia y presenta verdades generales que, de ser obedecidas, harían que
Gayo siempre tomara decisiones acertadas.
Lo bueno. Con este severo lenguaje el apóstol posiblemente
está analizando la situación que enfrentaban Gayo y sus amigos: el proceder de
Diótrefes es "malo", y no debe ser imitado; el proceder alabado por
Juan en los vers. 5-8 es "bueno", y debe ponerse en práctica.
Hace lo bueno. En el resto del versículo hay una similitud notable
con el lenguaje de la primera epístola de Juan (cf. 1Juan 3:6-10). Aquí está la
exposición positiva de la verdad que se presenta en forma negativa en 1Juan
3:9. Ver el comentario respectivo.
Hace lo malo. El equivalente de "peca" de 1 Juan 3:6.
12. Demetrio. Literalmente "perteneciente a Deméter",
es decir a la diosa de la agricultura, conocida como Ceres por los romanos. La
forma en que Juan alaba a Demetrio elimina cualquier sospecha de que su nombre
pagano indica que hubiera quedado en él alguna simpatía con la religión pagana
(cf. com. "Diótrefes", vers.
9).
De Demetrio nada se sabe con
certeza, excepto lo que se menciona en esta epístola. Algunos han sugerido que
debe ser identificado con "un platero llamado Demetrio" (Hech. 19:24)
porque se había convertido debido al ministerio de Juan en Éfeso.
Otros han procurado identificarlo
con Demas (Col. 4:14; 2Tim. 4:10; File. 24); pero para ninguna de estas
opiniones hay apoyo bíblico. Puesto que Juan lo está alabando ante Gayo, podría
ser que fuera el portador de esta carta; pero esto es sólo una conjetura.
Lo que se puede decir con certeza
es que Demetrio era un fiel cristiano, leal al apóstol, y que Juan se sentía
impulsado a alabarlo ante Gayo en una forma específica y definida. Por eso es
razonable suponer que la conducta de Demetrio se había puesto en duda, y era
necesario que Juan aclarara la situación para que Demetrio fuera aceptado sin
reservas por el sector apostólico de la iglesia de la cual Gayo era miembro.
Aun la verdad misma. Demetrio vivía en armonía con las normas cristianas.
Juan personifica la
verdad: la hace testificar de la excelencia del carácter de su amigo.
También nosotros damos testimonio. Gayo no tiene
que depender únicamente de una alabanza general acerca de Demetrio, por eso se
le da el testimonio personal de Juan y sus colaboradores.
Vosotros sabéis. La evidencia textual establece
(cf. p. 10) el texto "tú sabes" (BA, NC); lo cual está en armonía con
el hecho de que la epístola fue dirigida a un individuo: a Gayo (cf. vers. 13).
13. Yo tenía. Es decir, cuando Juan comenzó a escribir la epístola tenía el plan de tratar muchos asuntos, pero teniendo en cuenta la grave situación relacionada con la obra de Diótrefes, se sintió inducido a hacer planes para visitar pronto a la iglesia perturbada. Muchas cosas. Ver com. 2 Juan 12.
Pluma. Gr. kálamos, "caña" o "pluma",
cuya extremidad se convertía en una brocha fina que se usaba para escribir
sobre papiro.
14. En breve. Gr. euthéÇs, adverbio que se traduce en el NT como
"al instante", "en seguida", o sus equivalentes. Si esta
tercera epístola fue destinada a la misma iglesia a la cual se dirigió la
segunda, entonces euthéos indicaría que el orden canónico de los libros también
es el mismo orden cronológico y que la tercera carta fue escrita poco antes de
la visita que Juan se proponía hacer a la iglesia (p. 701).
Cara a cara. Literalmente "boca a boca" (BC). Ver com.
2Juan 12.
15. Paz. Ver com.
Juan 14:27; Rom. 1:7.
Los amigos. Probablemente los que concordaban con Juan y Gayo.
Tenía que haber un estrecho vínculo entre el círculo apostólico y los miembros
leales de la iglesia la que pertenecía Gayo. La perturbación suscitada por
Diótrefes sólo había servido para fortalecer los vínculos de amistad cristiana
entre los miembros fieles.
Saluda. Gr. aspázomai (ver com. Rom. 16:3).
En particular. Como no se mencionan nombres, es probable que el
apóstol conociera personalmente a los compañeros de Gayo.
La epístola concluye así como comenzó: con una nota o toque personal y amigable.
La paz de la iglesia había
sido perturbada por Diótrefes; pero el apóstol no permitiría que semejante
desorganización destruyera la comunión sagrada que lo unía con sus hijos
espirituales. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2. 3JT 105. Los padres
deben tratar de interesar a sus hijos en el estudio de la fisiología. Pocos jóvenes
tienen un conocimiento preciso de los misterios de la vida. Muchos padres no se
interesan bastante en el estudio del maravilloso organismo humano, de las
relaciones y de la dependencia de sus complicados órganos. Aunque Dios les
dice: "Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como tu alma,"
no comprenden, sin embargo, la influencia del cuerpo sobre el espíritu ni del
espíritu sobre el cuerpo.
DEDICAN SU
ATENCIÓN A COSAS TRIVIALES y luego alegan que les falta el
tiempo para obtener la información necesaria que les permitiría instruir
convenientemente a sus hijos.
Si cada uno quisiese obtener
conocimientos al respecto y sintiese la importancia de ponerlos en práctica,
presenciaríamos un estado de cosas mejor. Padres, enseñad a vuestros hijos a
razonar de las causas a los efectos. Mostradles que si violan las leyes de la
salud tendrán que pagar la transgresión con sufrimientos. Mostradles que la temeridad respecto a la
salud del cuerpo favorece la temeridad en las cosas morales.
VUESTROS HIJOS
NECESITAN CUIDADO PACIENTE Y FIEL. No basta que los 106 alimentéis
y los vistáis. Debéis tratar también de desarrollar su fuerza mental y llenar
su corazón de principios justos. Mas ¡cuán a menudo sucede que la belleza del
carácter y la amabilidad del genio son descuidados para atender a la apariencia
externas! ¡Oh, padres, no os dejéis gobernar por la opinión del mundo y no
tratéis de alcanzar su norma! Decidid por vosotros mismos cuál debe ser el
objeto esencial de la vida y luego dedicad todos vuestros esfuerzos a
alcanzarlo.
NO PODÉIS
DESCUIDAR IMPUNEMENTE LA EDUCACIÓN DE VUESTROS HIJOS. Los defectos
de su carácter publicarán vuestro descuido a este respecto. Los males que
dejéis pasar sin corrección, los modales bruscos, groseros, la falta de respeto
y obediencia, las costumbres de indolencia y falta de atención, deshonrarán
vuestro nombre y amargarán vuestra vida. El destino de vuestros hijos está en
gran medida en vuestras manos. Al faltar a vuestro deber con respecto a ellos,
podéis colocarlos en las filas del enemigo y hacer de ellos agentes suyos para
arruinar a otros; por otra parte, instruyéndolos fielmente, ofreciéndoles con
vuestra vida un ejemplo de piedad, podéis conducirlos a Cristo. A su vez, ellos
ejercerán sobre otros la misma influencia, y así, por vuestro medio, podrá
salvarse gran número de almas.
PADRES Y
MADRES, ¿comprendéis la importancia de la responsabilidad que recae sobre
vosotros? ¿Comprendéis la necesidad de
preservar a vuestros hijos del descuido y de las costumbres desmoralizadoras?
MC 76, 220. En sus
milagros, el Salvador manifestaba el poder que actúa siempre en favor del
hombre, para sostenerle y sanarle. Por medio de los agentes naturales, Dios
obra día tras día, hora tras hora 76 y en todo momento, para conservarnos la
vida, fortalecernos y restaurarnos. Cuando alguna parte del cuerpo sufre
perjuicio, empieza el proceso de curación; los agentes naturales actúan para
restablecer la salud. Pero lo que obra por medio de estos agentes es el poder
de Dios. Todo poder capaz de dar vida procede de él. Cuando alguien se repone
de una enfermedad, es Dios quien lo sana.
La enfermedad, el padecimiento y
la muerte son obra de un poder enemigo. Satanás es el que destruye; Dios el que
restaura.
Las palabras dirigidas a Israel
se aplican hoy a los que recuperan la salud del cuerpo o la del alma: "Yo
soy Jehová tu Sanador." (Éxodo 15:26).
El deseo de Dios para todo ser
humano está expresado en las palabras: "Amado, yo deseo que tú seas
prosperado en todas cosas, y que tengas salud, así como tu alma está en
prosperidad." (3Juan 2.). "Él es quien perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te
corona de favores y misericordias." (Salmo 103: 3,4).
Al curar las enfermedades, Cristo
decía muchas veces a los enfermos: "No peques más, porque no te venga
alguna cosa peor." (Juan 5:14). Así les enseñaba que habían atraído su
dolencia sobre si al transgredir las leyes de Dios, y que la salud no puede
conservarse sino por medio de la obediencia.
El médico debe enseñar a sus
pacientes que han de cooperar con Dios en la obra de restauración. El médico
echa cada vez más de ver que la enfermedad resulta del pecado. Sabe que las leyes
de la naturaleza son tan ciertamente divinas como los preceptos del Decálogo, y
que sólo por la obediencia a ellas puede recuperarse o conservarse la salud. El
ve que muchos sufren los resultados de sus hábitos perjudiciales cuando podrían
recobrar la salud si hiciesen lo que está a su alcance para su
restablecimiento.
Es necesario
enseñarles que todo hábito 77que destruye las energías físicas, mentales o
espirituales, es pecado, y que la salud se consigue por la obediencia a las
leyes que Dios estableció para bien del género humano.
* EN LA SOCIEDAD LLAMADA CRISTIANA se gasta en
joyas y en vestidos inútilmente costosos lo que bastaría para dar de comer a
todos los hambrientos y vestir a los desnudos. La moda y la ostentación
absorben los recursos con que se podría consolar y aliviar a los pobres y
enfermos. Privan al mundo del Evangelio del amor de Cristo. Las misiones
languidecen. Las muchedumbres perecen por falta de enseñanza cristiana. A 220
nuestras puertas y en el extranjero los paganos quedan sin educación y se
pierden. Frente al hecho de que Dios llenó la tierra con sus larguezas, hinchió
sus depósitos con las comodidades de la vida y nos dio gratuitamente el
conocimiento salvador de su verdad, ¿qué disculpa alegaremos por permitir que
asciendan al cielo los clamores de la viuda y del huérfano, de los enfermos y
los que padecen, de los ignorantes y los perdidos?
EN EL DÍA DE
DIOS, AL ESTAR CARA A CARA CON AQUEL QUE DIO SU VIDA POR ESTOS NECESITADOS, ¿qué disculpa
aducirán los que hoy malgastan tiempo y dinero en culpables satisfacciones que
Dios prohibió? ¿No les dirá Cristo: "Tuve hambre, y no me disteis de
comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui ... desnudo, y no me cubristeis;
enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis?" (Mateo 25:42, 43.)
Pero nuestra indumentaria, si
bien modesta y sencilla, debe ser de buena calidad, de colores decentes, y
apropiada para el uso. Deberíamos
escogerla por su durabilidad más bien que para la ostentación. Debe
proporcionarnos abrigo y protección adecuada. La mujer prudente descrita en los
Proverbios "no tendrá temor de la nieve por su familia, porque toda su
familia está vestida de ropas dobles." (Proverbios 31:21.)
Nuestra ropa debe estar limpia.
El desaseo en el vestir es contrario a la salud y, por tanto, perjudicial para
el cuerpo y el alma. "¿No sabéis que sois templo de Dios? ... Si alguno
violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal." (1Corintios 3:16,17.)
En todos respectos debemos vestir
conforme a la higiene. "Sobre todas las cosas," Dios quiere que
tengamos salud tanto del cuerpo como del alma. Debemos colaborar con Dios para
asegurar esa salud. En ambos sentidos nos beneficia la ropa saludable. Esta
debe tener la donosura, belleza y la idoneidad de la sencillez.
CRISTO NOS PREVINO CONTRA EL
ORGULLO DE LA VIDA, pero no contra su gracia y belleza natural. Dirige nuestra
221 atención a las flores del campo, a los lirios de tan significativa pureza,
y dice: "Ni aun Salomón con toda su gloria fue vestido así como uno de
ellos." (Mateo 6:29.) Por medio de las cosas de la naturaleza, Cristo nos
enseña cuál es la belleza que el cielo aprecia, la gracia modesta, la
sencillez, la pureza, la corrección que harán nuestro atavío agradable a Dios.
El vestido más hermoso es el que
nos manda llevar como adorno del alma. No hay atavío exterior que pueda
compararse en valor y en belleza con aquel "espíritu agradable y
pacífico" que en su opinión es "de grande estima." (1Pedro 3:4).
PARA QUIENES HACEN DE LOS PRINCIPIOS DEL SALVADOR LA GUÍA DE SU VIDA, ¡CUÁN PRECIOSAS SON SUS PROMESAS!
"Y por el vestido, ¿por qué os congojáis? ... Y si la hierba del
campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios la viste así, ¿no hará
mucho más a vosotros? . . . No os congojéis pues, diciendo: . . . ¿Con qué nos
cubriremos? ... que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas
habéis menester. Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."
(Mateo 6:28, 30-33)
"Tú le guardarás en completa
paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado."
(Isaías 26:3)
¡Cómo contrasta esto con el
cansancio, la inquietud, la enfermedad y la desdicha que resaltan del
despotismo de la moda! ¡Cuán contrarias a los principios consignados en las
Escrituras son muchas de las confecciones impuestas por la moda! Pensad en los estilos que han prevalecido en
los últimos siglos o aun en las últimas décadas. ¡Cuántos de ellos, si no hubieran
sido impuestos por la moda, nos parecerían indecorosos! ¡cuántos nos parecerían
impropios de una mujer refinada, temerosa de Dios y respetuosa de sí misma!
Ministerio Hno. Pio
No hay comentarios:
Publicar un comentario