lunes, diciembre 13, 2021

REFLEXIÓN 945. ADVERTENCIAS CONTRA FALSOS MAESTROS (2 PEDRO 2).

2 Pedro 2.

ADVERTENCIAS CONTRA FALSOS MAESTROS, 2:1-22.

A. Falsos Maestros Y Sus Herejías Engañosas, 2:1-3.

B. Castigo de los impíos; liberación de los justos, 2:4-10 p. p.

C. Verdadera naturaleza de los falsos maestros, 2.10 ú.p.-22.

“Es Un Hecho Histórico En La Vida De La Iglesia a través de los siglos, que las doctrinas pervertidas con frecuencia han estado acompañadas de una moral pervertida. A los que se apartan de la norma de la verdad de Dios, les es más fácil abandonar también las normas divinas de conducta personal”. 

1 PERO hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2 Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; 5 y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo; a los que habían de vivir impíamente, 7 y libró al justo Lot  abrumado por la nefanda conducta de los malvados 8 (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),

9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos,

y reservar a los injustos para será castigados en el día del juicio;

10 y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, 11 mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor. 

12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, 13 recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores.

14 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad, 16 y fue reprendido por su iniquidad; pues una muda bestia de carga, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.

17 Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta; para los cuales la mas densa oscuridad está reservada para siempre. 18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.

19 Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción.

Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.

20 Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ella son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno. (2 Pedro 2).

1. Pero hubo. Es decir, "aparecieron". Se pone de relieve el contraste entre los profetas de Dios mencionados poco antes por el apóstol (cap. 1:20-21) y los falsos maestros, de los cuales ahora se ocupa.

Falsos profetas. Ver com. Mat. 7:15. Una referencia a un hecho histórico con el cual estaban bien familiarizados sus lectores. En los primeros años de la era cristiana hubo muchos falsos profetas (ver com. Jer. 14:13). Luego se refiere a un ejemplo típico: a Balaam (2Ped. 2:15).

El pueblo. Es decir, los israelitas.

Habrá. El tiempo futuro del verbo sugiere que los falsos maestros aún no habían comenzado su obra nefanda entre los creyentes a los cuales escribía Pedro, aunque ya estaban en acción en otras partes, pues en los vers. 10-22 se usa el tiempo presente y también el pasado para referirse a tales personas. Uno de los principales propósitos del apóstol era amonestar a sus lectores contra los engaños insidiosos de esos falsos maestros, para que su grey pudiera librarse de sus ardides.

Entre vosotros. Puede deducirse que los falsos maestros se levantarían de entre los mismos creyentes, o que entrarían entre ellos desde afuera (cf. Hech. 20:29-30).

Falsos maestros. Pedro distingue entre profetas y maestros. El primero pretende presentar un mensaje de Dios; el segundo, interpretar el mensaje.

Introducirán encubiertamente. Literalmente "introducirán por el lado", lo que quizá indique la forma solapada como penetraban los falsos maestros, parecida a la de los espías cuando entran en un país.

Herejías destructoras. En griego "herejías de destrucción". " palabra apÇleia es la que se traduce "perdición' en Juan 17:12 (ver com. allí). La frase "de perdición" o 'de destrucción" se emplea para describir algo como intrínsecamente malo; no se refiere a la destrucción que puede causar.  Pedro usa con frecuencia en esta epístola la palabra apÇleia (dos veces en este versículo, en el vers. 3 y en el cap. 3:7,16).

Herejías. Gr. háiresis (ver com. Hech. 5:17; 1Cor. 11:19). En este capítulo el apóstol se refiere a muchas de las herejías propagadas por esos falsos maestros: negación del Señor (vers. 1), enseñanzas licenciosas (vers. 10,18), apostasía frente al mandamiento santo (vers. 21), etc. La descripción que hace Pedro de la obra de ellos justifica el duro lenguaje con que los condena.

Negarán. Compárese esto con el pasaje paralelo de Jud. 4. ¡Qué recuerdos deben haber acudido al pensamiento de Pedro al usar esta palabra, que traía a su memoria el recuerdo de cuando él negó a su Señor (ver com. Mat. 26:75, cf. Mat. 10:33)!

Señor. Gr. despót's, "amo" (ver com. Luc. 2:29, Hech. 4:24). Esta palabra era usada por los esclavos al dirigirse a sus amos. Implica señorío absoluto, propiedad, generalmente mediante compra. Despót's es un título muy apropiado para Cristo por el precio que él pagó por la redención del hombre (ver com. Mat. 20:28; 1Cor. 6:19-20). No hay una herejía peor que comportarse como indudablemente lo hacían esos falsos maestros, negando "al Señor" que había dado su propia vida para redimirlos del pecado y sus consecuencias. El hecho de que negaran a su Señor implica que una vez habían sido cristianos, pero habían apostatado.

Destrucción repentina. O "perdición súbita", es decir, destrucción inesperada. Cf. com. 1:14, en donde esta palabra se ha traducido "en breve". El fin de toda falsedad es destrucción para los falsos maestros y para sus seguidores.

2. Seguirán. O "pondrán por obra", lo que significa que imitarían muy de cerca a los engañadores. El apóstol se enfrenta valientemente a la perspectiva de que muchos seguirían a los falsos maestros, aunque esperaba que esta amonestación salvara a sus lectores de ese fatal engaño.

Disoluciones. Gr. asélgeia, "desenfreno", "libertinaje", "lascivia". El uso de asélgeia aquí y en el vers. 18, sugiere que las doctrinas de los falsos maestros fomentaban el libertinaje entre sus seguidores, y que ese relajamiento moral atraía a muchas personas inestables.

Por causa de los cuales. Algunos aplican estas palabras a los falsos maestros. Quizá sea mejor referirlas a los miembros de iglesia que participaban de las prácticas inmorales enseñadas por los falsos maestros.

Camino de la verdad. El camino que es verdad, el camino cristiano. En cuanto a "camino", ver com. Hech. 9:2; 16:17.

Blasfemado. Los paganos no distinguían entre los verdaderos cristianos y los que seguían a los falsos maestros y participaban en sus prácticas inmorales. Se culpaba a la enseñanza cristiana de los excesos de los apóstatas. La conducta indigna de unos pocos trae descrédito a toda la iglesia.

3. Por avaricia. Mejor "y en avaricia". La codicia movía a los falsos maestros a engañar y obtener ganancias materiales de los incautos (cf. 1Tim. 6:5; Tito 1:11; Jud. 16). Compárese con el caso de Balaam (Núm. 22 a 24). 

En cuanto a "avaricia", ver com.  Rom. 1:29; Efe. 5:3; Col. 3:5.

Harán mercadería. Gr. emporéuomai, "comerciar", "viajar por negocios". "Emporio" deriva de esta raíz. Los maestros traficaban con las almas de sus víctimas, vendiéndoles falsas doctrinas a cambio de sus dádivas. Los creyentes que daban de sus recursos para enriquecer a esos maestros mentirosos, recibían, a no dudarlo, un mezquino fruto de su dinero.

Fingidas. Gr. plastós, "moldeado", "formado"; de ahí "fabricado" o "fingido" (compárese con la palabra "plástico"). Estos falsos maestros pretendían tener un conocimiento secreto, y persuadían a los creyentes a que les dieran su dinero a cambio de ese conocimiento. Así manifestaban sus verdaderos motivos.

La condenación no se tarda. Literalmente "para los cuales el juicio desde antiguo no es ocioso". La sentencia, decidida desde hace mucho por Dios, no es letra muerta y no puede ser ignorada.

Perdición. Gr. apÇleia (ver com. vers. 1). La referencia aquí corresponde con la destrucción final de los falsos maestros.

Se duerme. Ar Gr. nustázÇ, "cabecear de sueño".

En el NT este verbo sólo se encuentra aquí y en Mat. 25:5. La frase anterior de Pedro concernía a la sentencia de juicio. Ahora asegura a los fieles que la sentencia será ejecutada de acuerdo con el plan de Dios.

4. Porque si Dios no perdonó. El apóstol comienza ahora una serie de ilustraciones para mostrar cuán inevitables son los juicios de Dios. Este pensamiento llega hasta el vers. 9, donde Pedro llega a la conclusión de que el Señor librará a los piadosos y castigará a los injustos. En cuanto a "perdonar" (feidomai), ver com. Rom. 8:32.

Los ángeles. Compárese con el pasaje paralelo de Jud. 6.

 (Ver Nota Adicional de 1Ped. 3.)

El autor no especifica el pecado que causó la caída de estos ángeles (cf. com. Jud. 6; Apoc. 12:4, 7-9). El razonamiento de Pedro es que si Dios no perdonó a esos ángeles, seres espirituales que habían vivido en su presencia, tampoco dejará de castigar a los impíos que extraviaron a otros.

Arrojándolos al infierno. En griego se emplea un verbo, tartaróÇ, "echar al tártaro". Los antiguos griegos consideraban que el tártaro era la morada de los impíos muertos y el lugar donde recibían el castigo. Corresponde, en cierta medida, con la gehenna de los judíos (ver com. Mat. 5:22). Pedro, que escribe a gente que vivía en un ambiente helenístico, emplea un término griego para transmitir su pensamiento; pero con eso no apoya ni la idea griega del tártaro ni el concepto popular de los judíos de la gehenna. Tártaro sencillamente se refiere al lugar donde los ángeles malos están confinados hasta el día del juicio.

Prisiones de oscuridad. La evidencia textual sugiere (cf. p. 10) el texto "lazos de oscuridad", traducido en la RVR como "prisiones". Algunos MSS dicen "fosa" o "abismo". El lenguaje de Pedro es figurado, y no se presta para identificar ningún lugar especial como la morada de los ángeles caídos. Judas dice que los ángeles están guardados "bajo oscuridad en cadenas eternas" (Jud. 6), lo que es muy parecido.

Juicio. Gr. krísis, "juicio", pero refiriéndose al acto del juicio. En el vers. 3 Pedro usa una palabra diferente (kríma, "condenación"), que se refiere al veredicto final de un juicio (cf. com. Juan 3:19; 9:39; 16:11).

El apóstol mira ahora hacia el futuro, cuando finalmente se ejecutará el juicio determinado para Satanás y sus ángeles seguidores (ver com. Apoc. 20:10).

5. Y si no perdonó. El apóstol comienza con estas palabras su segunda ilustración acerca de la certidumbre del juicio (cf. com. vers. 4).

Al mundo antiguo. Es decir, al mundo de antes del diluvio.

Guardó. Gr. fulássÇ, "guardar", "vigilar", con el sentido de "proteger" (cf. Gén. 7:16).

Pregonero. Gr. K'rux, "heraldo" (BJ), ver. com. 1Tim. 2:7. Desde la antigüedad el oficio de K'rux era sagrado y su persona inviolable, pues se consideraba que estaba bajo la protección inmediata de los dioses. Noé fue el "heraldo de justicia" del Señor, el que proclamó el mensaje acerca de la justicia. Josefo (Antigüedades i. 3.1) registra la tradición judía de que Noé trató de persuadir a sus contemporáneos para que mejoraran sus vidas (cf. com. Gén. 6:3; 1Ped. 3:19-20).

Con otras siete. Gr. ógdoos, "octavo". En este caso significa acompañado por otras siete personas, los miembros más cercanos de su familia (Gén. 6:10; 7:7). Pedro hace resaltar el hecho de que fueron muy pocos -sólo ocho- los que escaparon con vida del mundo antediluviano.

Trayendo. Mejor "cuando trajo".

Diluvio. Ver com. Gén. 7:17-24.

Impíos. Gr. aseb's (ver com. Rom. 4:5). Que la descripción que da Pedro del mundo antediluviano era justificada, se puede ver por Gén. 6:1-7 (cf. PP 78-80).

6. Y si condenó. Compárese con el pasaje paralelo de Jud. 7. Esta es la tercera ilustración de los castigos de Dios (cf. com. 2 Ped. 2:4-5).

Por destrucción. Literalmente "mediante catástrofe". 

Podría implicar un acto adicional de castigo después de que las ciudades fueron reducidas a cenizas (cf. com. Gén. 19:25).

Sodoma y Gomorra. La destrucción de estas ciudades se describe en com. 

Gén. 19:24-25.

Reduciéndolas. Gr. tefróÇ, "reducir a cenizas".

 Este verbo lo usa el autor clásico Dión Casio (Historia romana lxvi. 21) para describir la erupción del volcán Vesubio.

Poniéndolas. O "habiéndolas puesto".

Ejemplo. Gr. hupódeigma, "modelo", es decir, una advertencia.

Impíamente. El terrible destino de las ciudades de la llanura debía desanimar a otros para que no cometieran la misma impiedad que causó su destrucción.

7. Libró. O "rescató". Así como Dios salvó a Noé del diluvio también rescató a Lot y a su familia del holocausto que consumió a Sodoma (Gén. 19:15-16). El principal propósito de Pedro era presentar la certeza de los castigos divinos. También es cuidadoso en destacar los actos de misericordia del Señor.

Justo. Gr. díkaios (ver com. Mat. 1:19). Este adjetivo aparece dos veces en 2 Ped. 2.8, donde se ha traducido como "justo y justa".

Abrumado. Gr. kataponéÇ, "rendir de fatiga", "abatir", lo que presenta el cuadro de Lot completamente exhausto y disgustado por la inmoralidad de la gente de Sodoma.

Conducta. Gr. anastrof' "comportamiento". Este sustantivo se usa seis veces en 1Pedro y dos veces en esta epístola (aquí y en cap. 3:11).

Malvados. Gr. athesmós, de a, "sin" y athesmós, "ley", "ordenanza"; por lo tanto, "contra ley", "ilegal"; "disolutos" (BJ).  

Por lo general los que se rebelan contra las ordenanzas divinas.  Athesmós sólo está dos veces en el NT (aquí y también en cap. 3:17). 

8. Moraba. Pedro usa un verbo raro y enfático, egkatoikéÇ, para expresar la idea de que Lot residía en medio de los inicuos habitantes de Sodoma.

Afligía. Gr. basanízÇ, "torturar", "atormentar", que debido al tiempo en que aquí se usa, demuestra que su aflicción continuaba día tras día. Lot sufría una continua tortura mental al ver diariamente la vida disoluta de sus vecinos.

Viendo y oyendo. Lot estaba acosado por quienes cometían continuas acciones pecaminosas. Su integridad estaba asediada por lo que veía y oía, hasta el punto de que no parecía tener posibilidades de escapar de esa influencia insidiosa.

9. Sabe el Señor. El apóstol llega ahora al final de su larga lista de ilustraciones comenzadas en el vers. 4, y deduce que en vista del cuidado del Señor por Noé y Lot y sus castigos contra aquellos inicuos contemporáneos, el creyente puede descansar plenamente en la justicia de Dios.

Librar. Cf. com. vers. 7.

Tentación. Parece referirse a la incitación al pecado y a las pruebas que sobrevienen a los que firmemente lo resisten (cf. coro. Sant. 1:2,12). La seguridad de la protección del Señor fortalecería a los lectores de la epístola para resistir frente a las enseñanzas atrayentes presentadas por los falsos maestros.

Piadosos. Gr. euseb's. Este adjetivo se ha traducido como "devoto" en Hech. 2:7.

Reservar. O "guardar" (BJ). Cf. vers. 4.

Injustos. Gr. ádikos que se usa aquí como lo opuesto de eusebés, "piadoso".

Para ser castigados. Voz pasiva del verbo kolázÇ, "castigar"; literalmente "siendo castigados". 

Hay dos interpretaciones teológicas bien definidas acerca de este punto:

1. El gerundio compuesto "siendo castigados" expresa propósito, lo que se refleja en la traducción "para ser castigados", es decir, con el propósito de ser castigados. Esta explicación sitúa el castigo aquí mencionado en el día del juicio.

2. Que el gerundio compuesto debería traducirse "mientras son castigados", lo que se refiere a la retribución que trae el pecado a los injustos durante su vida terrenal. Esta interpretación concuerda mejor con la primera mitad del vers. 9, según la cual los piadosos son liberados de las tentaciones y pruebas que los acosan en esta vida, mientras que los injustos al mismo tiempo están sufriendo debido a sus faltas. Para ampliar este estudio ver en Problesm in Bible Translation, pp. 237-240.

Algunos han usado este pasaje para afirmar que los impíos están siendo castigados ahora. Sin embargo, en el vers. 4, Pedro habla de un juicio futuro, lo que se opone a la interpretación de juicio presente en este versículo. 

No puede usarse este pasaje para enseñar que los impíos son castigados inmediatamente después de la muerte y antes del juicio, pues eso sería ir en contra de la enseñanza general de las Escrituras (ver com. Luc. 16:19; Apoc. 14:10-11).

Día del juicio. Pedro hace equivaler "el día del juicio" con "el día del Señor" (cf. cap. 3:7,10) y el "día de Dios' (cap. 3:12). En cuanto al día del juicio, ver com.  Apoc. 14:7; 20:11-15.

10. Y mayormente. Pedro vuelve ahora a su momento presente y nuevamente se ocupa de los falsos maestros y de su conducta corrupta.

Aquellos que siguiendo. Estas palabras describen una clase específica de los que están siendo castigados (vers. 9).

La carne. Compárese con el pasaje paralelo de Jud. 7.

En las vidas de los falsos maestros la carne era el factor dominante y los tales seguían sus impulsos (cf. com. Rom. 8:4-5).

Concupiscencia. Gr. epithumía (ver com. Rom. 7:7).

Inmundicia. Gr. miasmós, "contaminación", "corrupción"; de miasmós deriva "miasma". Esta palabra aparece sólo aquí en el NT y se refiere al acto de corromper o contaminar (cf. com. vers. 20). Según estas palabras y los vers. 2, 12-22, es claro que los que perturbaban a la iglesia no sólo esparcían falsas doctrinas sino que también propagaban una terrible inmoralidad.

ES UN HECHO HISTÓRICO EN LA VIDA DE LA IGLESIA a través de los siglos, que las doctrinas pervertidas con frecuencia han estado acompañadas de una moral pervertida. A los que se apartan de la norma de la verdad de Dios, les es más fácil abandonar también las normas divinas de conducta personal.

Desprecian el señorío. Kuriót's, "señorío". 

Se aplica a los ángeles en Efe. 1:21 y Col. 1:16 ("dominios"), y posiblemente en Jud. 8 ("autoridad"). Sin embargo, la mayoría de los comentadores concuerdan en que aquí se refiere al señorío de Cristo.

El apóstol predice en el vers. 1 que los maestros herejes negarían "al Señor que los rescató", y en el vers. 11 dice que le brindan poco respeto al Señor, de modo que se puede decir que desprecian el señorío de Jesucristo. Una manera de poner a prueba la validez de una nueva enseñanza consiste en analizar la forma en que se refiere a la Deidad, ¿es verdaderamente reverente esa enseñanza, o trata irrespetuosamente a la Divinidad?

Atrevidos. O "audaces". Personas temerarias, especialmente al oponerse a la autoridad.

Contumaces. Mejor "presuntuosos", lo que implica arrogancia. Los engañadores estaban determinados a que se cumpliera su voluntad, aun desafiando a la autoridad.

No temen. La cláusula dice literalmente: "No tiemblan al blasfemar glorias". 

Las opiniones se hallan divididas en cuanto a quiénes son esas "potestades" o "glorias" (dóxa). Algunos ven una referencia a los malos ángeles, pero es difícil comprender cómo se puede blasfemar contra ellos. 

Otros las aplican, con alguna razón, a los ángeles buenos; sugieren que los falsos maestros hablan despectivamente de ellos. Pero otros creen que se hace referencia a toda la familia celestial: Dios, Cristo y los ángeles.

Además, hay otros que prefieren ver una referencia a las autoridades terrenales contra las cuales hablan temerariamente los herejes. 

La elección final entre estas posibles aplicaciones depende de la interpretación que se dé al vers. 11 (ver el comentario respectivo).

11. Mientras que. Compárese con el pasaje paralelo de Jud. 8-9. Pedro establece ahora un agudo contraste entre los débiles maestros y los ángeles poderosos. Los primeros son suficientemente temerarios para acusar aun a las autoridades máximas, mientras que los ángeles, que son más poderosos que los falsos maestros, mantienen un silencio discreto en tales asuntos.

Ángeles. El contexto demuestra que Pedro se refiere a los ángeles santos y no a los ángeles caídos.

Mayores. Es decir, superiores a los falsos maestros.

Juicio de maldición. O "Juicio blasfemo".

Contra ellas. La interpretación del vers. 11 depende de la aplicación de estas palabras. Algunos las refieren a los falsos maestros, pero el contexto sugiere que se pueden aplicar mejor a las "potestades", en cuyo caso el sentido del pasaje será: Los maestros de herejía critican a las autoridades, mientras que los santos ángeles, muy superiores a esos maestros, debido a un temor piadoso se refrenan de hacer tales acusaciones. ¡Cuán atrevido resulta, frente a esta comparación, la conducta de esos maestros!

Delante del Señor. Es decir, en la divina presencia, donde constantemente moran los santos ángeles. Los falsos maestros no lo perciben, pero ellos también viven constantemente a la vista de Dios, y debieran actuar tan reverentemente como lo hacen los ángeles que no pecaron.

12. Estos. Es decir, los falsos maestros. Compárese con el pasaje paralelo de Jud.10.

Hablando mal. Gr. blasfeméÇ, "blasfemar", "hablar mal contra". Compárese con el uso de blasf'méo en los vers. 2 y 10 y del adjetivo blasf'mos, traducido como "de maldición" en el vers. 11.

Cosas. O "de lo que no saben" (cf. 1Tim. 1:7). Los engañados podrían haber comprendido los asuntos divinos, pero han preferido permanecer en la ignorancia y extraviar a otros.

Animales irracionales. O"criaturas irracionales". La palabra que se traduce "animales" es zÇon, "ser viviente" (ver com.  Apoc. 4:6).

Para presa y destrucción. Literalmente para "caza y corrupción". La asoladora descripción de Pedro destaca la naturaleza irrazonable y terrenal de esos disolutos engañadores.

Perecerán en su propia perdición. En el texto griego hay un juego de palabras; literalmente "en la corrupción de ellos también serán corrompidos"; o "serán también destruidos con la destrucción de esas criaturas" (BA). El autor puede estar sugiriendo que los falsos maestros perecerán como los animales, o como resultado de sus acciones corruptas. Ambas interpretaciones son válidas y el resultado será el mismo: esos maestros serán destruidos.

13. Recibiendo. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por un texto que presenta un interesante juego de palabras: "Sufriendo daño en pago del daño que hicieron".

Ya que tienen por delicia. "Tienen delicia en deleite". Gr. h'don', "Placer", "delicia", palabra que frecuentemente implica complacencia sensual (cf Luc. 8:14; Tito 3:3; Sant. 4:1,3). 

Por otra parte, "deleite" (truf') significa molicie, vida sibarítico. Así presenta Pedro a los engañadores, que se complacían en las concupiscencias sensuales que pertenecen a la tenebrosidad de la noche y las consideraban como experiencias correctas y de deleite que no admitían reproche bajo ninguna circunstancia.

Inmundicias. Esos maestros eran inmundicias y manchas sobre la tierra, y especialmente en la iglesia.

Comen con vosotros. Gr. suneuÇbjéomai, "banquetear", de sun, "junto", y euÇjeomai, 11 alimentar abundantemente". El hecho de que Pedro hable de los falsos maestros banqueteándose con los creyentes, sugiere que los perturbadores eran todavía miembros de la iglesia, lo que hacía que su influencia fuera aún más peligrosa.

Se recrean. O "se gozan"; tiene la misma raíz de la palabra que traduce "deleites" en la frase anterior.

Errores. Gr. apát', "engaño".  Algunos MSS dicen agáp', "comida fraternal" o "ágape" (cf. Jud. 12; ver t. VI, pp. 46-47; com. 1Cor. 11:20). Sin embargo, la evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "engaños". Es posible que Pedro deliberadamente se abstuviera de usar la palabra agáp', pues se sentía incómodo con sólo mencionar los sagrados ágapes que esos falsos maestros estaban deshonrando con sus orgías de embriaguez. Aunque retengamos la variante apatía que prevalece en la evidencia textual, debemos atenernos al contexto y reconocer que el apóstol tiene en cuenta los ágapes fraternales. Compárese con la descripción que hace Pablo de la embriaguez y glotonería en que incurrían algunos miembros de la iglesia de Corinto en la Cena del Señor (ver coro. 1 Cor. 11:20-22).

14. De adulterio. Si bien el griego dice "de mujer adúltera", es una figura para representar no solo el adulterio sino también la infidelidad y la rebelión contra Dios. 

Si se toma en forma literal, se refiere a los hombres cuyos pensamientos están dominados por una relación adúltera, en quienes predominan los deseos sexuales (cf. com. Mat. 5:28). No es extraño que no puedan dominar sus pasiones y pequen.

Seducen. O "hacen caer" mediante incentivos.

Inconstantes. Gr. ast'riktos,"sinfirmeza","inestable". La referencia es principalmente a las mujeres a las cuales atraían los falsos maestros para que cayeran en prácticas de adulterio. Es posible que los engañadores asistieran a los ágapes para relacionarse con mujeres a las que después pudieran seducir. La referencia de Pedro también podría incluir a hombres que eran extraviados por la mala influencia de los falsos maestros.

Habituado. "Ejercitado" (BJ).  Gr. gumnázÇ, "ejercitarse en gimnasia", de donde deriva la palabra "gimnasia". Esos falsos maestros se preparaban cuidadosamente para adquirir la habilidad que les permitiera obtener lo que deseaban.

A la codicia. Un nuevo defecto en el que se complacían esos maestros, además de ser blasfemos y sensuales.

Hijos de maldición. Es decir, merecían ser execrados por su pésima conducta.

15. Han dejado. O "habiendo dejado completamente". Compárese los vers. 15 y 16 con el pasaje paralelo de Jud. 11.

Camino. Gr. hodós (ver com. Hech. 9:2). Pedro declara que esos adversarios en todo sentido habían abandonado la fe cristiana.

Recto. Gr. euthús (ver com. Hech. 8:21).

Se han extraviado. O "han divagado', "andan errantes". Los que abandonan el camino cristiano terminan por perder el rumbo. Siguiendo. O "siguiendo completamente", lo que implica una completa imitación (cf. com. vers. 2).

Camino de Balaam. Esos falsos maestros servilmente habían seguido el proceder de Balaam en vez de seguir el camino de Cristo. Parece que a través de todo este capítulo Pedro ha tenido en cuenta a Balaam como el prototipo de los engañadores de los días del apóstol. Habían ido en pos de ganancias monetarias y fomentado la sensualidad como lo hizo aquel profeta.  

En cuanto a la conducta de Balaam, ver com. Núm. 22 a 24.

Premio de la maldad. "Pago de iniquidad". La misma frase griega se traduce "galardón de su injusticia" en el vers. 13. Balaam y los falsos maestros ponían la mirada en la recompensa material que resultaba de sus malas prácticas.

16. Su iniquidad. O "su propia transgresión". La falta de Balaam ni pasó inadvertida ni dejó de recibir reprensión, y Pedro afirma tácitamente que la conducta de los falsos maestros tampoco quedará sin castigo.

Bestia de carga. Gr. hupozúgios, literalmente, "bajo yugo", vocablo aplicado a un asno, la bestia de carga común en el Medio Oriente.

hablando. Gr. fthéggomai, "emitir un sonido". Expresa cualquier ruido hecho por hombres o animales, y no se refiere necesariamente a lenguaje articulado. Por eso Pedro define el ruido hecho por el asno como voz de hombre" (cf. Núm. 22:27-31).

Refrenó. El fenómeno de que hablara la bestia de carga contuvo a Balaam en su proceder rebelde, y le permitió reconocer al ángel y responder a las instrucciones divinas.

Locura. Si Balaam hubiese conservado su buen juicio, no permitiendo que lo trastornara su codicia, no hubiera errado tan gravemente. El apóstol deja que sus lectores apliquen de nuevo la ilustración a los falsos maestros que siguieron el camino de Balaam.

17. Estos. Compárese los vers. 17-19 con el pasaje paralelo de Jud. 12-13, 16. Ahora Pedro deja su ilustración y habla directamente a los falsos maestros (cf. vers. 12).

Fuentes sin agua. Los engañadores pretendían apagar la sed de los que estaban espiritualmente sedientos, pero cuando éstos se acercaban a ellos, se sentían amargamente desilusionados pues los maestros no tenían aguas vivas para darles; eran áridos espiritualmente (cf. Juan 4:14; Apoc. 7:17; 21:6).

Nubes. La frase puede traducirse como "nubes empujadas por el viento" o "brumas empujadas por [la] tormenta". Los maestros herejes, que pretendían traer luz, producían una bruma oscurecedora que hacía borroso el panorama espiritual e impedía que los cristianos vieran hacia dónde iban. Además, esas "brumas" no eran consecuentes; la enseñanza variaba de un lado a otro bajo el impulso de las pasiones de los maestros.

La más densa oscuridad. Literalmente "la oscuridad de la tiniebla", es decir, del mundo inferior. cf. com. vers. 4 donde también se usa la palabra zófos para "oscuridad".

Está reservada. Mejor "ha sido reservada" (cf. vers. 4, 9). La evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de la frase "para siempre". La omiten la BJ, BA, BC y NC. Pero su inclusión está establecida en el pasaje paralelo de Jud. 13.

18. Hablando. Gr. fthéggomai (ver com. vers. 16). Pedro no concede a los engañadores la capacidad de hablar bien, sino que los describe profiriendo sonidos como los de una bestia de carga (vers. 16).

Palabras infladas. Gr. hupkrogkos, "excesivo", "desmesurado". Hablar arrogancias y vanidad. Se trata de un habla profusa, ampulosa, y quizá se refiera a los términos filosóficos acostumbrados de los maestros gnósticos (cf com. Jud. 16).

Seducen. Cf. com. vers. 14.

Concupiscencias de la carne. Compárese con las palabras "concupiscencia e inmundicia" (ver com. vers. 10).

Disoluciones. Gr asélgeza (ver com. vers. 2).

Los que verdaderamente habían huido. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) el texto "los que apenas están escapando". Estos son aquellos a quienes los falsos instructores embaucaban con sus palabras pomposas, argumentos filosóficos y atractivos sensuales. Las posibles víctimas hacía poco que habían aceptado el cristianismo o estaban a punto de aceptarlo, cuando tuvieron que enfrentarse a los sutiles engaños de esos herejes. Los que engañaban a esos "pequeños" merecían la sentencia indicada por el Salvador (Mat. 18:6).

Los que viven en error. Los gentiles paganos con los cuales los nuevos conversos habían tenido estrechas relaciones y de cuya influencia acababan de liberarse.

19. Les prometen libertad. Los falsos maestros trataban de dar la apariencia de que los que seguían sus caminos quedaban libres de toda restricción enojosa. 

Pero la libertad que prometían era un libertinaje licencioso, no libertad cristiana (ver com. 2 Cor. 3:17; Gál. 5:13). 

La gran libertad que debe alcanzar un cristiano -libertad del pecado- no la podían ofrecer los engañadores ni tampoco deseaban obtenerla.

Corrupción. Gr. fthorá (ver com. cap. 1:4), implica la idea de destrucción y de inmundicia moral. Los falsos maestros no podían ayudar a nadie a alcanzar un plano moral más elevado, pues ellos mismos estaban encadenados a prácticas sensuales degradantes.

Vencido. O "derrotado", como cuando en una pelea es derrotado el competidor más débil. Por alguno. El vencedor es la corrupción.

Es hecho esclavo. O "queda esclavo" (BJ). Ver com. Rom. 6:16. Aunque los falsos maestros no lo sabían, el pecado los había vencido y se habían convertido en viles esclavos. ¿Cómo podían ofrecer libertad a otros?

20. Si habiéndose... escapado. El apóstol, para dar a los creyentes una solemne advertencia acerca de los peligros y resultados de la apostasía, presenta el caso de los que han sido engañados siguiendo a los falsos maestros.

Contaminaciones. Gr. miúsma, "mancha", contaminación", "impureza"; 

el resultado del contacto con el mundo (cf. com. vers. 10).

Mundo. Ver com. 1Juan 2:15.

Conocimiento. Gr. epígnÇsis (ver com. cap. 1:2).

Señor y Salvador Jesucristo. El apóstol atribuye a nuestro Señor un título múltiple que abarca la mayoría de sus gloriosos atributos y representa sus principales ministerios (ver com. Mat. 1:1,21,23; Luc. 2:29; Juan 13:13; 20:28).

El que ha logrado un conocimiento pleno de Jesús, tendrá una comprensión personal de los poderes del Salvador, habiéndoles experimentado en su propia vida. 

Su conocimiento experimental de Cristo hará que huya del mundo y sus contaminaciones, y el poder de Cristo lo capacitará plenamente para escapar de ellas.

Pedro considera que su propia grey ha logrado esa liberación, y anhela que los creyentes no sean seducidos a volver al mundo debido a los incentivos presentados por los falsos maestros.

Enredándose. Gr. emplekÇ, "enlazar", y por lo tanto "enredar". Así como los gladiadores quedaban entrampados mutuamente en sus redes durante el combate, así también el creyente que claudica ante los atractivos del mundo será irremediablemente enredado y fácilmente destruido.

Vencidos. Ver com. vers. 19.

Postrer estado. O "lo último peor que lo primero". 

El que fue cristiano pero se volvió al mundo, 

se endurece espiritualmente 

y responde menos a las exhortaciones espirituales. 

Su salvación se hace así más difícil (cf Mat. 12:45; Luc. 11:26; Heb. 6:4-8; 10:26).

21. Mejor les hubiera sido. La condición de los apóstatas hubiera sido mejor si nunca se hubiesen hecho cristianos, pues se hubiera podido llegar a ellos más fácilmente si hubieran sido paganos. La belleza de la verdad cristiana habría impresionado vivamente sus corazones y hubieran sido más sensibles a las influencias salvadores del Evangelio.

Conocido. Gr. epiginÇskÇ, verbo afín del sustantivo epígnÇsis (ver com. cap. 1:2). 

El que alcanzó el conocimiento pleno del Salvador, ya nunca podrá ser el mismo que era antes de conocer al Señor. El conocimiento trae consigo responsabilidad. Uno es responsable por lo que ha llegado a conocer. Un cristiano que ha apostatado puede volver a su conducta mundana, pero no le será posible eludir su responsabilidad por el conocimiento salvador de Cristo que aceptó y después rechazó.

El camino de Injusticia. El artículo definido "la" destaca que es el único camino de salvación (ver com. vers. 2,15).

Volverse atrás. Esta expresión pone de relieve el rechazo completo de una forma cristiana, piadosa, de vivir.

Del santo mandamiento. El artículo definido "el" en la contracción "del" y el uso que hace Pedro del número singular, indican una referencia a un concepto específico. 

En Rom. 7:12 Pablo usa una construcción similar para referirse a un mandamiento en particular: el décimo. El lenguaje de Pedro parece referirse al conjunto completo de instrucciones dadas a los cristianos para guiarlos en "el camino de la justicia".

Dado. Gr. paradídÇmi, "entregar", "transmitir', "comunicar". Este verbo es afín del sustantivo parádosis, "la acción de entregar algo" o "algo entregado", es decir, la tradición (2Tes. 3:6; ver com. Mar. 7:3). Pedro se está refiriendo a las instrucciones que los creyentes habían recibido de los maestros cristianos.

22. Proverbio. Gr. paroimía, (ver com. Juan 10:6). La verdad implicada en el proverbio se había cumplido en el caso de los apóstatas.

El perro. Este proverbio se registra en Prov. 26:11, y se refiere al necio que vuelve a su necedad. Pedro lo usa para ilustrar la conducta vil y necia de los que vuelven a la inmoralidad del mundo para complacerse en ella una vez más.

Puerca. No es un proverbio bíblico, pero pudo haber sido común en los círculos judaicos de los días de Pedro. La figura se usa para describir al cristiano que ha sido limpiado de las contaminaciones del mundo, pero que apóstata y vuelve a ensuciarse una vez más con las impurezas morales de las cuales había sido rescatado por poder del Evangelio. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW

1, 17, 20-21. HAp 427. MIENTRAS EXALTABA "LA PALABRA PROFÉTICA MÁS PERMANENTE" como un guía seguro en tiempo de peligro, el apóstol amonestó solemnemente a la iglesia contra la antorcha de la falsa profecía, 427 la que sería levantada por "falsos doctores, que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor." A esos falsos maestros, aparecidos en la iglesia y considerados por muchos de los hermanos en la fe como verdaderos, el apóstol los compara a "fuentes sin agua, y nubes traídas de torbellino de viento; para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre." "Sus postrimerías -dice- les son hechas peores que los principios. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, tornarse atrás del santo mandamiento que les fue dado."

Mirando hacia adelante a través de los siglos hasta el tiempo del fin, fue inspirado a señalar las condiciones que habrían de existir en el mundo precisamente antes de la segunda venida de Cristo. "En los postrimeros días vendrán burladores -escribió,- andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación." Pero "cuando dirán, Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente." (1 Tes. 5:3.)

NO TODOS, sin embargo, serían engañados por los artificios del enemigo. Cuando el fin de todas las cosas terrenales esté cerca, se encontrarán fieles creyentes capaces de discernir las señales de los tiempos. Aunque un gran número de creyentes profesos negarán su fe por sus obras, habrá un remanente que resistirá hasta el fin.

PEDRO GUARDABA VIVA EN SU CORAZÓN LA ESPERANZA DEL REGRESO DE CRISTO, y aseguró a la iglesia del infalible cumplimiento de la promesa del Salvador: "Y si me fuere, y os aparejare. lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo." (Juan 14:3.) Para los atribulados y fieles la venida de Cristo iba a parecer muy demorada, pero el apóstol les aseguró: "El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Mas el día 428 del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas.

1-2. HAp 469. EN EL COMIENZO DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA, el misterio de iniquidad, predicho por el apóstol Pablo, comenzó a hacer su 469 obra impía; y al insistir en sus herejías los falsos maestros, acerca de los cuales Pablo amonestó a los creyentes, muchos fueron engañados por falsas doctrinas. Algunos vacilaron bajo las pruebas, y fueron tentados a abandonar la fe. En el tiempo cuando Juan recibía esta revelación, muchos habían perdido su primer amor a la verdad del Evangelio. Pero en su misericordia Dios no dejó que su iglesia permaneciese en la apostasía. En un mensaje de infinita ternura reveló su amor hacia ella, y su deseo de que hiciera una obra segura para la eternidad. "Recuerda -rogó- de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras." (Apoc. 2:5.)

LA IGLESIA TENÍA DEFECTOS, y necesitaba severa reprensión y corrección; y Juan fue inspirado a escribir mensajes de amonestación, reprensión y ruego a los que, habiendo perdido de vista los principios fundamentales del Evangelio, ponían en peligro la esperanza de su salvación.

Pero las palabras de reproche que Dios halla necesario enviar se pronuncian siempre con tierno amor, y con la promesa de paz a cada creyente arrepentido. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo -dice el Señor;- si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." (Apoc. 3:20.)

Y PARA LOS QUE EN MEDIO DEL CONFLICTO MANTUVIESEN SU FE EN DIOS, le fueron confiadas al profeta estas palabras de encomio y promesa: "Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. . . . Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la tentación que ha de venir en todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra." Se amonestó al creyente: "Sé vigilante y confirma las otras cosas que están para morir." "He aquí, yo vengo presto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona." (Apoc. 3:8,10,2,11.)

4. HR 32. Adán y Eva aseguraron a los ángeles que nunca desobedecerían los expresos mandamientos de Dios, pues su mayor placer consistía en hacer su voluntad.

Los ángeles se unieron a ellos en santos acordes de música armoniosa, y mientras sus himnos se elevaban a las alturas del bendito Edén, Satanás escuchaba la melodía de gozosa adoración al Padre y al Hijo. Y al escuchar aumentaba su envidia, su odio y su maldad. Comunicó entonces a sus seguidores su ardiente deseo de incitarlos (a Adán y Eva) a desobedecer, para que de esa manera acarrearan sobre sí la ira de Dios, y trocaran sus cantos de alabanza por el odio y por maldiciones a su Hacedor. 33

5. PP 91. Los pecados que acarrearon la venganza sobre el mundo antediluviano. existen hoy. El temor de Dios ha desaparecido de los corazones de los hombres, y su ley se trata con indiferencia y desdén. La intensa mundanalidad de aquella generación es igualada por la de la presente. Cristo dijo: "Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre." (Mat. 24:38, 39.)

Dios no condenó a los antediluvianos porque comían y bebían; les había dado los frutos de la tierra en gran abundancia para satisfacer sus necesidades materiales. Su pecado consistió en que tomaron estas dádivas sin ninguna gratitud hacia el Dador, y se rebajaron entregándose desenfrenadamente a la glotonería. Era lícito que se casaran. El matrimonio formaba parte del plan de Dios; fue una de las primeras instituciones que él estableció. Dio instrucciones especiales tocante a esta institución, revistiéndola de santidad y belleza; pero estas instrucciones fueron olvidadas y el matrimonio fue pervertido y puesto al servicio de las pasiones humanas.

Condiciones semejantes prevalecen hoy día. Lo que es lícito en sí es llevado al exceso. Se complace al apetito sin restricción. Hoy muchos de los que profesan ser cristianos comen y beben en compañía de los borrachos mientras sus nombres aparecen en las listas de honor de las iglesias. La intemperancia entorpece las facultades morales y espirituales, y prepara el dominio de las pasiones bajas. Multitudes de personas no sienten la obligación moral de dominar sus apetitos sensuales y se vuelven esclavos de la concupiscencia. Los hombres viven sólo para el placer de los sentidos; únicamente para este mundo y para esta vida. El despilfarro 91prevalece en todos los círculos sociales. La integridad se sacrifica en aras del lujo y la ostentación.  Los que quieren enriquecerse rápidamente corrompen la justicia y oprimen a los pobres; y todavía se compran y venden "siervos, y las almas de los hombres." El engaño, el soborno y el robo se cometen libremente entre humildes y encumbrados.

La prensa abunda en noticias de asesinatos y crímenes ejecutados tan a sangre fría y sin causa, que parecería que todo instinto de humanidad hubiese desaparecido.

Estos crímenes atroces son hoy día sucesos tan comunes que apenas motivan un comentario o causan sorpresa. El espíritu de anarquía está penetrando en todas las naciones, y los disturbios que de vez en cuando excitan el horror del mundo, no son sino señales de los reprimidos fuegos de las pasiones y de la maldad que, una vez que escapen al dominio de las leyes, llenarán el mundo de miseria y de desolación.

El cuadro del mundo antediluviano que pintó la inspiración representa con fiel veracidad la condición a la cual la sociedad moderna está llegando rápidamente. Ahora mismo, en el presente siglo, y en países que se llaman cristianos, se cometen diariamente crímenes tan negros y atroces, como aquellos por los cuales los pecadores del antiguo mundo fueron destruidos.

Antes del diluvio, Dios mandó a Noé que diese aviso al mundo, para que los hombres fuesen llevados al arrepentimiento, y para que así escapasen a la destrucción. A medida que se aproxima el momento de la segunda venida de Cristo, el Señor envía a sus siervos al mundo con una amonestación para que los hombres se preparen para ese gran acontecimiento. Multitudes de personas han vivido violando la ley de Dios, y ahora, con toda misericordia, las llama para que obedezcan sus sagrados preceptos. A todos los que abandonen sus pecados mediante el arrepentimiento para con Dios y la fe en Cristo, se les ofrece perdón. Pero muchos creen que renunciar al pecado es hacer un sacrificio demasiado grande. 92 Porque su vida no está en armonía con los principios puros del gobierno moral de Dios, rechazan sus amonestaciones y niegan la autoridad de su ley.

Solamente ocho almas de la enorme población antediluviana creyeron y obedecieron la palabra que Dios les habló por labios de Noé. Durante ciento veinte años el predicador de la justicia amonestó al mundo acerca de la destrucción que se aproximaba; pero su mensaje fue desechado y despreciado. Lo mismo sucederá ahora. Antes de que el Legislador venga a castigar a los desobedientes, exhorta a los transgresores a que se arrepientan y vuelvan a su lealtad; pero para la mayoría estas advertencias serán vanas.

7-8. PP 164. Como en días de Noé y Lot, es necesario separarse decididamente del pecado y de los pecadores. No puede haber transigencia entre Dios y el mundo, ni se puede volver atrás para conseguir tesoros terrenales. "No podéis servir a Dios y a Mammón." (Mat. 6:24.)

Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. "Escapa por tu vida," es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen; "No os inquietéis, no hay nada que temer." La multitud vocea: "Paz y seguridad," mientras el Cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaban desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fue cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma.

Dios no será siempre objeto de burla; no se jugará mucho tiempo con él. "He aquí el día de Jehová viene, crudo, y de saña y ardor de ira, para tomar la tierra en soledad, y raer de 164 ella sus pecadores." (Isa. 13:9.) La inmensa mayoría del mundo desechará la misericordia de Dios, y será sumida en pronta e irremisible ruina.

Pero el que presta oídos a la advertencia y "habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente." "Escudo y adarga es su verdad." Para el tal es la promesa: "Saciarélo de larga vida, y mostraréle mi salud." (Sal. 91:1, 4, 16.)

Lot habitó poco tiempo en Zoar. La impiedad reinaba allí como en Sodoma, y tuvo miedo de quedarse, por temor a que la ciudad fuese destruida. Poco después Zoar fue destruída, tal como Dios lo había proyectado. Lot se fue a los montes y vivió en una caverna, privado de todas las cosas por las cuales se había atrevido a exponer a su familia a la influencia de una ciudad impía. Pero hasta allá le siguió la maldición de Sodoma. La infame conducta de sus hijas fue la con secuencia de las malas compañías que habían tenido en aquel vil lugar. La depravación moral de Sodoma se había filtrado de tal manera en su carácter, que ellas no podían distinguir entre lo bueno y lo malo. Los únicos descendientes de Lot, los moabitas y amonitas, fueron tribus viles e idólatras, rebeldes contra Dios, y acérrimos enemigos de su pueblo.

¡Cuán grande fue el contraste entre la vida de Lot y la de Abrahán!  Una vez habían sido compañeros, habían adorado ante el mismo altar, y habían morado juntos en sus tiendas de peregrinos. Pero ¡qué separados estaban ahora! Lot había elegido a Sodoma en busca de placer y beneficios. Abandonando el altar de Abrahán y sus sacrificios diarios ofrecidos al Dios viviente, había permitido a sus hijos mezclarse con un pueblo depravado e idólatra; sin embargo, había conservado en su corazón el temor de Dios, pues las Escrituras lo llaman "justo." (2 Ped. 2:7.) Su alma justa se afligía por la vil conversación que tenía que oír diariamente, y por la violencia y los crímenes que no podía impedir.

Fue salvado, por fin, como un "tizón arrebatado del incendio" (Zac. 3:2), 165 pero fue privado de su hacienda, perdió a su esposa y a hijos, moró en cuevas como las fieras, en su vejez fue cubierto de infamia, y dio al mundo no una generación de hombres piadosos, sino dos naciones idólatras, que se enemistaron contra Dios y guerrearon contra su pueblo, hasta que, cuan la medida de su impiedad estuvo llena, fueron condenada la destrucción. ¡Qué terribles fueron las consecuencias que siguieron a un solo paso imprudente!

El sabio Salomón dice: "No trabajes por ser rico; pon coto a tu prudencia." "Alborota su casa el codicioso: mas el que aborrece las dádivas, vivirá." (Prov. 23:4; 15:27.) Y el apóstol Pablo declara: "Los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte." (1 Tim. 6:9.)

9. DTG 487. SI CRISTO HUBIESE ESTADO EN LA PIEZA DEL ENFERMO, LÁZARO NO HABRÍA MUERTO; porque Satanás no hubiera tenido poder sobre él. La muerte no podría haber lanzado su dardo contra Lázaro en presencia del Dador de la vida. Por lo tanto, Cristo permaneció lejos. Dejó que el enemigo ejerciese su poder, para luego hacerlo retroceder como enemigo vencido.

PERMITIÓ QUE LÁZARO PASASE BAJO EL DOMINIO DE LA MUERTE; y las hermanas apenadas vieron a su hermano puesto en la tumba. Cristo sabía que mientras mirasen el rostro muerto de su hermano, su fe en el Redentor sería probada severamente. Pero sabía que a causa de la lucha por la cual estaban pasando ahora, su fe resplandecería con fuerza mucho mayor.

PERMITIÓ TODOS LOS DOLORES Y PENAS QUE SOPORTARON. Su tardanza no indicaba que las amase menos, pero sabía que para ellas, para Lázaro, para él mismo y para sus discípulos, había de ganarse una victoria. "Por vosotros," "para que creáis." A todos los que tantean para sentir la mano guiadora de Dios, el momento de mayor desaliento es cuando más cerca está la ayuda divina. Mirarán atrás con agradecimiento, a la parte más obscura del camino.

"SABE el Señor librar de tentación a los píos."*(2 Pedro 2:9). Salen de toda tentación y prueba con una fe más firme y una experiencia más rica.

AL DEMORAR EN VENIR A LÁZARO, Jesús tenía un propósito de misericordia para con los que no le habían recibido. Tardó, a fin de que al resucitar a Lázaro pudiese dar a su pueblo obstinado e incrédulo, otra evidencia de que él era de veras "la resurrección y la vida." 

Le costaba renunciar a toda esperanza con respecto a su pueblo, las pobres y extraviadas ovejas de la casa de Israel. Su impenitencia le partía el corazón.

EN SU MISERICORDIA, Se Propuso Darles Una Evidencia Más De Que Era El Restaurador, el único que podía sacar a luz la vida y la inmortalidad. Había de ser una evidencia que los sacerdotes no podrían interpretar mal. Tal fue la razón de su demora en ir a Betania. Este milagro culminante, la resurrección de Lázaro, había de poner el sello de Dios sobre su obra y su pretensión a la divinidad.

10-11. PP 405. No debemos considerar como cosa baladí el hablar mal de los demás, ni constituirnos nosotros mismos en jueces de sus motivos o acciones. "El que murmura del hermano, y juzga a su hermano, este tal murmura de la ley, y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres guardador de la ley, sino juez." (Sant. 4:11.) Sólo hay un juez, "el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones."  (1 Cor. 4:5.) Y todo el que se encargue de juzgar y condenar a sus semejantes usurpa la prerrogativa del Creador.

La Biblia nos enseña en forma especial que prestemos cuidado a no acusar precipitadamente a los llamados por Dios para que actúen como sus embajadores. El apóstol Pedro, al describir una clase de pecadores empedernidos, los llama "atrevidos, contumaces, que no temen decir mal de las potestades superiores: como quiera que los mismos ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor." (2 Ped. 2: 10,11.) Y Pablo, en sus instrucciones dadas a los que dirigen las iglesias, 406 dice: "Contra el anciano no recibas acusación sino con dos o tres testigos." (1 Tim. 5:9.) El que impuso a ciertos hombres la pesada carga de ser dirigentes y maestros de su pueblo, hará a éste responsable de la manera en que trate a sus siervos. Hemos de honrar a quienes Dios honró. El castigo que cayo sobre María debe servir de reprensión para todos los que, cediendo a los celos, murmuren contra aquellos sobre quienes Dios puso la pesada carga de su obra. 407

15. PP 469. Por la mañana, Balaam de mala gana despidió a los mensajeros; pero no les dijo lo que había dicho el Señor.  Airado 469 porque sus deseos de lucro y de honores habían sido repentinamente frustrados, exclamó con petulancia: "Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros."

Balaam "amó el premio de la maldad." (2 Ped. 2:15.) El pecado de la avaricia que, según la declaración divina, es idolatría, le hacía buscar ventajas temporales, y por ese solo defecto, Satanás llegó a dominarlo por completo. Esto ocasionó su ruina. El tentador ofrece siempre ganancia y honores mundanos para apartar a los hombres del servicio de Dios. Les dice que sus escrúpulos excesivos les impiden alcanzar prosperidad. Así muchos se dejan desviar de la senda de una estricta integridad. Después de cometer una mala acción les resulta más fácil cometer otra, y se vuelven cada vez más presuntuosos. Una vez que se hayan entregado al dominio de la codicia y a la ambición de poder se atreverán a hacer las cosas más terribles. Muchos se lisonjean creyendo que por un tiempo pueden apartarse de la probidad estricta para alcanzar alguna ventaja mundana, y que después de haber logrado su fin, podrán cambiar de conducta cuando quieran. Los tales se enredan en los lazos de Satanás, de los que rara vez escapan.

Cuando los mensajeros dijeron a Balac que el profeta a rehusado acompañarlos, no dieron a entender que Dios se lo había prohibido. Creyendo que la dilación de Balaam se debía a su deseo de obtener una recompensa más cuantiosa, el rey mandó mayor número de príncipes y más encumbrados que los primeros, con promesas de honores más grandes y con autorización para aceptar todas las condiciones que Balaam pusiese. El mensaje urgente de Balac al profeta fue éste: "Ruégote que no dejes de venir a mí: porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me dijeres: ven pues ahora, maldíceme a este pueblo."

Por segunda vez Balaam fue probado. En su respuesta a las peticiones de los embajadores hizo alarde de tener mucha conciencia y probidad, y les aseguró que ninguna cantidad de oro y de plata podía persuadirle a obrar contra la voluntad de Dios. 470

Pero anhelaba acceder al ruego del rey; y aunque ya se le había comunicado la voluntad de Dios en forma definitiva, rogó a los mensajeros que se quedaran, para que pudiese consultar otra vez a Dios, como si el Infinito fuera un hombre sujeto a la persuasión.

16. PP 471. Durante la noche se le apareció el Señor a Balaam y le dijo: "Si vinieren a llamarte hombres, levántate y ve con ellos; empero harás lo que yo te dijere." Hasta ese punto le permitiría el Señor a Balaam que hiciera su propia voluntad, ya que se empeñaba en ello. No procuraba hacer la voluntad de Dios, sino que decidía su conducta y luego se esforzaba por obtener la sanción del Señor.

Son millares hoy los que siguen una conducta parecida. No tendrían dificultad en comprender su deber, si éste armonizara con sus inclinaciones. Lo hallan claramente expuesto en la Biblia, o lisa y llanamente indicado por las circunstancias y la razón. Pero porque estas evidencias contrarían sus deseos e inclinaciones, con frecuencia las hacen a un lado y pretenden acudir a Dios para saber cuál es su deber.  Aparentan tener una conciencia escrupulosa y en fervientes y largas oraciones piden ser iluminados.  Pero Dios no tolera que los hombres se burlen de él. A menudo permite a tales personas que sigan sus propios deseos y que sufran las consecuencias. "Más mi pueblo no oyó mi voz, . . . dejélos por tanto a la dureza de su corazón: caminaron en sus consejos." (Sal. 81:11,12.) Cuando uno ve claramente su deber, no procura ir presuntuosamente a Dios para rogarle que le dispense de cumplirlo. Más bien debe ir con espíritu humilde y sumiso, pedir fortaleza divina y sabiduría para hacer lo que le exige.

Los moabitas eran un pueblo envilecido e idólatra; sin embargo, de acuerdo con la luz que habían recibido, su culpabilidad no era a los ojos del Cielo, tan grande como la de Balaam. Por el hecho de que él aseveraba ser profeta de Dios, se atribuiría autoridad divina a todo lo que diría. Por lo tanto río se le iba a permitir hablar como quisiera, sino que habría 471 de anunciar el mensaje que Dios le diera. "Harás lo que yo te dijera," fue la orden divina.

Balaam había recibido permiso para acompañar a los mensajeros de Moab en caso de que vinieran por la mañana a llamarle. Pero enfadados por la tardanza de él y creyendo que otra vez se negaría a ir, salieron para su tierra sin consultar más con él. Había sido eliminada la excusa para cumplir lo pedido por Balac.  Pero Balaam había resuelto obtener la recompensa; y tomando el animal en el cual solía montar, se puso en camino. Temía que se le retirara aun ahora el permiso divino, y se apresuraba ansiosamente, impaciente y temeroso de perder por uno u otro motivo la recompensa codiciada.

Pero "el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo." El animal vio al divino mensajero, a quien el hombre no había visto, y se apartó del camino real y entró en el campo. Con golpes crueles, Balaam hizo volver la bestia al camino; pero nuevamente, en un sitio angosto y cerrado por murallas de piedra, le apareció el ángel, y el animal, tratando de evitar la figura amenazadora, apretó el pie de su amo contra la muralla. Balaam no veía la intervención divina, y no sabía que Dios estaba poniendo obstáculos en su camino. Se enfureció, y golpeando sin misericordia al asna, la obligó a seguir adelante.

"Y el ángel de Jehová pasó más allá, y púsose en una angostura, donde no había camino para apartarse ni a diestra ni a siniestra." Apareció el ángel, como anteriormente, en actitud amenazadora, y el pobre animal, temblando de terror, se detuvo por completo, y cayó al suelo debajo de su amo.

La ira de Balaam no conoció límites, y con su vara golpeó al animal aun más cruelmente que antes. Dios abrió entonces la boca a la burra, y la "bestia de carga, hablando en voz de hombre, refrenó la locura del profeta." (2 Ped. 2:16.) "¿Qué te he hecho, que me has herido estas tres veces?" dijo. Lleno de ira al verse así estorbado en su viaje, Balaam contestó a la bestia como si ésta fuese un ser racional: "Porque 472 te has burlado de mí: ¡ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría!" ¡Allí estaba un hombre que se hacía llamar mago, que iba de camino para pronunciar una maldición sobre un pueblo con el objeto de paralizarle su fuerza, en tanto que no tenía siquiera poder suficiente para matar el animal en que montaba!

Los ojos de Balaam fueron entonces abiertos, y vio al ángel de Dios de pie con la espada desenvainada, listo para darle muerte.

Aterrorizado, "hizo reverencia, e inclinóse sobre su rostro." El ángel le dijo: "¿Por qué has herido tu asna estas tres veces? he aquí yo he salido para contrarrestarle, porque tu camino es perverso delante de mí: el asna me ha visto, y hase apartado luego de delante de mí estas tres veces: y si de mí no se hubiera apartado, yo también ahora te mataría a ti, y a ella dejaría viva."

Balaam debió la conservación de su vida al pobre animal tan cruelmente tratado por él. El hombre que alegaba ser profeta del Señor, el que declaraba ser "varón de ojos abiertos," y "que vio la visión del Omnipotente," estaba tan cegado por la codicia y la ambición, que no pudo discernir al ángel de Dios que era visible para su bestia. "El dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos." (2 Cor. 4:4.) ¡Cuántos son así cegados!  Se precipitan por sendas prohibidas, traspasan la divina ley, y no pueden reconocer que Dios y sus ángeles se les oponen. Como Balaam, se aíran contra los que procuran evitar su ruina.

Por la manera en que tratara su bestia, Balaam había demostrado qué espíritu le dominaba. "El justo atiende a la vida de su bestia: más las entrarías de los impíos son crueles." (Prov. 12: 10.) Pocos comprenden debidamente cuán inicuo es abusar de los animales o dejarlos sufrir por negligencia. El que creó al hombre también creó a los animales inferiores, y extiende "sus misericordias sobre todas sus obras." (Sal. 145: 9.) Los animales fueron creados para servir al hombre, pero éste no tiene derecho a imponerles mal trato o exigencias crueles. 473

19. PP 53. Se les dijo que, como la ley de Jehová es el fundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra, ni aun la vida de un ángel podría aceptarse como sacrificio por la transgresión de ellos. Ninguno de sus preceptos podía abolirse o cambiarse para ajustarse al hombre en su condición caída; pero el Hijo de Dios, que había creado al hombre, podía expiar su falta. Así como la transgresión de Adán había traído desgracia y muerte, el sacrificio de Cristo traería vida e inmortalidad.

No sólo el hombre sino también la tierra había caído por el 53 pecado bajo el dominio del maligno, y había de ser restaurada mediante el plan de la redención. Al ser creado, Adán recibió el señorío de la tierra.  Pero al ceder a la tentación, cayó bajo el poder de Satanás. Y "el que es de alguno vencido, es sujeto a la servidumbre del que lo venció." (2 Ped. 2:19.)

Cuando el hombre cayó bajo el cautiverio de Satanás, el dominio que antes ejercía pasó a manos de su conquistador. De esa manera Satanás llegó a ser "el dios de este siglo." (2 Cor. 4:4.) 

El había usurpado el dominio que originalmente fue otorgado a Adán. Pero Cristo, mediante su sacrificio, al pagar la pena del pecado, no sólo redimiría al hombre, sino que también recuperaría el dominio que éste había perdido. Todo lo que perdió el primer Adán será recuperado por el segundo. El profeta dijo: "Oh torre del rebaño, la fortaleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero." (Miq. 4:8) Y el apóstol Pablo dirige nuestras miradas hacia "la redención de la posesión adquirida." (Efe. 1:14.)

Dios creó la tierra para que fuese la morada de seres santos y felices.  

El Señor "que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la crió en vano, para que fuese habitada la crió." (Isa. 45:18.) Ese propósito será cumplido, cuando sea renovada mediante el poder de Dios y libertada del pecado y el dolor; entonces se convertirá en la morada eterna de los redimidos. "Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella."(Sal. 37: 29.) "Y no habrá más maldición; sino que el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán." (Apoc. 22:3.)

Mientras fuera inocente, Adán había gozado de abierta comunión con su Hacedor; pero el pecado produjo separación entre Dios y el hombre, y sólo la expiación de Cristo podía salvar el abismo, y hacer posible la transmisión de las bendiciones de la salvación entre el cielo y la tierra. 

El hombre tenía vedada la comunicación directa con su Creador, pero Dios se comunicaría con él por medio de Cristo y de los ángeles. 54

Ministerio Hno. Pio


No hay comentarios.:

Publicar un comentario