Hebreos 13.
Respecto A Situaciones Específicas De La Vida Diaria,
13:1-17.
Vers. (1-3) Diversas admoniciones: a la caridad, (4) a la vida honesta,
(5-6) contra la avaricia, (7-8) a honrar a los predicadores de Dios,
(9) a cuidarse de las doctrinas falsas, (10-15) a confesar a Cristo,
(16) a ayudar a
otros, (17) a obedecer a las autoridades.
Bendición Apostólica Y Saludo Personal, 13:18-25.
Vers. (18-19) y a orar por el apóstol. (20-25) Conclusión.
1 PERMANEZCA el amor fraternal. 2
No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo,
hospedaron ángeles. 3 Acordaos de los presos, como si estuvierais presos
juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos
estáis en el cuerpo.
4 Honroso sea en todos el
matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros
los juzgará Dios.
5 Sean vuestras costumbres sin
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo. No te desampararé,
ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi
ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.
7 Acordaos de vuestros pastores,
que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de
su conducta, e imitad su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos.
9 No os dejéis llevar de
doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la
gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de
ellas.
10 Tenemos un altar, del cual no
tienen derecho de comer los que sirven al tabernáculo. 11 Porque los cuerpos de
aquellos animales cuya sangre a causa del pecado es introducida en el santuario
por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento. 12 Por lo cual
también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció
fuera de la puerta. 13 Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su
vituperio; 14 porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la
por venir. 15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio
de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.
16 Y de hacer bien y de la ayuda
mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.
17 Obedeced a vuestros pastores,
y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de
dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os
es provechoso.
18 Orad por nosotros; pues
confiamos en que tenemos buena conciencia, deseando conducirnos bien en todo. 19
Y más os ruego que lo hagáis así, para que yo os sea restituido más pronto.
20 Y el Dios de paz que resucitó
de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la
sangre del pacto eterno, 21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su
voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por
Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
22 Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente. 23 Sabed que está en libertad nuestro hermano Timoteo, con el cual, si viniere pronto, iré a veros. 24 Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan. 25 La gracia sea con todos vosotros. Amén. (Hebreos 13).
1. Amor fraternal. Ver com. Rom. 12:10. El capítulo
final del libro de Hebreos está compuesto por una serie de admoniciones
generales sobre diversos temas (vers. 1-17) y un saludo personal (vers. 18-25).
2. No os olvidéis. Evidentemente muchos tendían a
estar tan absortos en sus propios asuntos, que no se interesaban personalmente
en sus hermanos en la fe como debieran haberlo hecho. A medida que la iglesia
aumenta en número, hay el peligro creciente de que ocurra lo mismo hoy día. Nuestro
prójimo es todo el que necesite nuestra amistad y hospitalidad.
Hospitalidad. Las posadas eran escasas, y con frecuencia se desconfiaba
de los extraños. Si los particulares no se interesaban en los forasteros, con
frecuencia éstos no tenían dónde alojarse. La hospitalidad exigía en la
antigüedad que se albergara a los forasteros. Esta necesidad quizá no exista
hoy día en el mismo grado, pues por lo general abundan los lugares donde alojar
a los viajeros. A pesar de todo permanece el principio, y los cristianos deben
procurar formas y medios de demostrar hospitalidad de acuerdo con las
necesidades actuales.
Sin saberlo. Es decir, en los primeros momentos cuando fueron
recibidos los forasteros.
Hospedaron ángeles. Este fue el privilegio de Abrahán (Gén. 18:1-8), de Lot (Gén. 19:1-3), de Gedeón (Juec. 6:11-26) y de Manoa (Juec. 13:2-4, 9-21).
La fidelidad en atender las necesidades de los forasteros
será tenida muy en cuenta en el juicio final (ver Mat. 25:35).
3. Presos juntamente con ellos. Atender los presos es otra
actividad de suficiente importancia como para ser considerada en el juicio
final (ver Mat. 25:36). Aquí se presenta el principio, como en otras partes de
las Escrituras (ver 1 Cor. 9:22), de que el cristiano debe esforzarse por
simpatizar con cualquier persona que él descubra que se encuentra en necesidad
o circunstancias difíciles. Debe prestarle ayuda de acuerdo con la regla de oro
(ver com. Mat. 7:12).
También vosotros mismos estáis en el cuerpo. Piense en cómo
se sentiría usted si estuviera en la misma situación de los maltratados; luego
socórralos conforme a sus necesidades. El principio que se presenta en la regla
de oro se aplica a otra situación práctica. El cristiano no debe preguntar si
los que sufren adversidades merecen o no ayuda; es suficiente que sepa que
necesitan ayuda.
4. Honroso sea en todos. La institución del matrimonio fue
ordenada por un sabio Creador para que fuera una gran bendición para los seres
humanos, y cuando se lleva a cabo el propósito del Creador en la vida familiar,
el resultado es un bien inmensurable. Pero el matrimonio se pervierte cuando
sólo sirve a propósitos indignos; pierde la cualidad de ser
"honroso".
Matrimonio. Respecto a los ideales cristianos en cuanto a las
responsabilidades y los privilegios del matrimonio, ver com. 1 Cor. 7; cf. com.
Mat. 5:28-32; 19:5-10.
Lecho sin mancilla. Esta parte del versículo puede traducirse: "que el lecho conyugal sea sin mancha". Es posible que el lecho sea mancillado, y por esto el apóstol aconseja a sus lectores a mantenerlo puro y honorable, a no degradarlo convirtiéndolo en un instrumento para la complacencia de las bajas concupiscencias. La idea que sostienen algunos de que las intimidades de la vida conyugal no son honorables, o que necesariamente disminuyen la nobleza del carácter, sirven como un recurso del diablo, que deshonra una de las disposiciones que el Creador ordenó y declaró buena.
Ver com. 1Cor. 7:3-5.
Fornicarios. O "personas inmorales". Ver com. Mat. 5:32.
Adúlteros. Ver com. Exo. 20:14; Mat. 5:32.
Juzgará Dios. En el último día junto con todos los que
persistentemente hayan vivido violando los principios presentados en la santa ley
divina (ver com. Apoc. 21:8).
5. Costumbres. Gr. trópos, "actitud",
"costumbre", "manera", "conducta",
"carácter".
Avaricia. Ver com. Luc. 12:13-34.
Contentos. Ver com. Fil. 4:11; 1Tim. 6:6.
Con lo que tenéis ahora. Si los seres humanos tan sólo
pudieran aprender a estar contentos con lo que tienen y a no codiciar lo de los
demás, automáticamente se resolverían la mayoría de los problemas que azotan a
la raza humana. En cuanto a la forma en que el cristiano debe considerar las
cosas materiales, ver com. Mat. 6:19-34.
El. Es decir, Dios. La cita es de Deut. 31:6,8 (LXX).
Ni te dejaré. Acerca de la bondadosa forma en que Dios atiende nuestras
necesidades, ver com. Mat. 6:26-34.
6. Confiadamente. La cita es de Sal. 118: 6 (LXX;
ver el comentario respectivo).
7. Pastores. Literalmente "los que os guían"; aquí
significa dirigentes de la iglesia. En cuanto a la lealtad hacia los que
dirigen la iglesia, ver com. 1Tes. 5:12-13.
Hablaron. El tiempo del verbo indica que se refiere a
dirigentes del pasado, que quizá entonces ya descansaban en Jesús.
Resultado. Sin duda el autor tenía en cuenta ciertas personas
en particular, aunque no las menciona.
Conducta. Gr. anastrofL, "manera de vida", conducta",
"comportamiento" (ver com. Efe. 4:22).
Su fe. Los héroes de la fe mencionados en el cap. 11
habían vivido hada mucho; pero también había habido hombres fieles en tiempos
más recientes, cuyo ejemplo podía ser imitado.
8. Jesucristo. En cuanto a la combinación de Jesús y Cristo en un solo nombre.
Ver com. Mat. 1:1.
El mismo. Esta afirmación indudablemente tenía el propósito
de preparar el camino para la advertencia del vers. 9. Como Cristo nunca
cambia, nunca puede cambiar el mensaje en cuanto a él. Las enseñanzas que
difieren del Evangelio puro ya proclamado, pueden ser desechadas sin mayor
examen. Ver com. Gál. 1:6-8.
9. No os dejéis llevar. Algunos sienten fácilmente la influencia de cualquier doctrina nueva o extraña. Les falta discriminación espiritual, y no pueden ver la diferencia entre la verdad y el error comparando la nueva enseñanza con las Escrituras.
Ver com. Efe. 4:14; Col. 2:4,8.
Diversas. Es decir, que difieren del mensaje evangélico puro
ya recibido.
Afirmar el corazón con la gracia. Para no dejarse llevar por enseñanzas caprichosas en cuanto a religión y teología. El poder estabilizador de la gracia de Cristo es la mejor protección del cristiano contra las falsas enseñanzas.
En cuanto a la "gracia", ver com. Rom.
1:7; 3:24.
No con viandas. Por lo menos algunos de los que
propagaban novedades caprichosas en cuanto a religión, indudablemente se
extralimitaban frente a las claras enseñanzas de las Escrituras sobre la
alimentación, y convertían sus escrúpulos de comida en una prueba de fe. En
cuanto a la relación del régimen alimentarlo y la religión, y a la advertencia
contra los caprichos en la alimentación disfrazados como obligaciones
religiosas, ver com. Rom. 14:17; 1Tim. 4:3.
Nunca aprovecharon. Aun los que tan vehementemente ensalzaban el valor de los caprichos culinarios que patrocinaban, no habían recibido ningún beneficio práctico de ellos. Sin duda se hace referencia a una o más de las facciones judaizantes que perturbaban a la iglesia cristiana primitiva, como los ebionitas y los nazarenos.
(Ver t. VI pp. 54-56).
10. Tenemos un altar. El autor alude al hecho de que a los sacerdotes y a los levitas se les habían asignado ciertas partes de algunos de los animales que eran llevados al santuario antiguo o al templo para ser sacrificados (ver Lev. 6:16-18; 7:15-16, 31-34; Núm. 18:8-10; Deut. 18:1-2; cf. 1 Cor. 9:13).
En las falsas doctrinas a que se hace referencia en Heb. 13:9 quizá se hacía destacar la importancia de obligar a los cristianos a practicar las ceremonias y los antiguos ritos del judaísmo -que trataban de comidas y bebidas-, como si de esa manera se pudiera alcanzar una mayor santidad.
Pero los
cristianos tenemos un altar -la cruz del Calvario- y un sacrificio que supera
por mucho en valor y en eficiencia a los antiguos sacrificios de animales (ver
com. cap. 9:14, 24-28; 10:10,12,14): es, nada menos, "el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). Además, Cristo invita a los
que creen en él a que coman de su carne (Juan 6:33-58).
No tienen derecho de comer. Dentro del ambiente del sistema
religioso judío, los sacerdotes y levitas disfrutaban de un puesto de honor y
de privilegios especiales; pero a pesar de su elevada posición, después de
rechazar a Jesús fueron indignos de participar en lo que tiene derecho de
participar todo verdadero cristiano. Pablo puede también haber tenido en cuenta
el pan y el vino de la Cena del Señor. Los tan alabados méritos del sistema de
religión o "doctrinas diversas y extrañas" del vers. 9, eran, desde
cualquier punto de vista, incomparablemente inferiores al camino de salvación
por la fe en Jesucristo.
Los que sirven. Es decir, los sacerdotes y los
levitas.
11. De aquellos animales. Cuando la sangre de la ofrenda por el pecado era introducida en el santuario, como en el caso del sacerdote ungido o de toda la congregación, el sacerdote no debía comer de la carne sino quemarla fuera del campamento (Lev. 6:30).
Así también Jesús sufrió "fuera de la puerta" (Heb. 13:12; cf. Juan 19:17), después de lo cual ministro con su propia sangre en el santuario celestial (Heb. 9:12).
Durante el antiguo
sistema ceremonial los sacerdotes no tuvieron derecho a comer de la porción que
les correspondía de un sacrificio como éste (cap. 13:10); pero Cristo dijo:
"Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido" (1Cor.
11:24).
12. Para santificar. Para que Cristo pudiera ministrar
con su propia sangre en favor de los pecadores arrepentidos en el santuario
com. cap. 10:5-8). Esa sangre no sirve para celestial, era necesario que
padeciera "fuera ningún propósito útil. Pero Dios se agrada de la
puerta" de Jerusalén.
13. Salgamos, pues. Los cristianos de origen judío ya
no buscarían la salvación en los ritos y ceremonias de la religión judía. Aún
eran israelitas, y como tales, en sentido figurado, habitantes de la ciudad de Jerusalén;
pero para hallar al Salvador tenían que buscarlo más allá de los límites del
judaísmo. De acuerdo al libro de Hebreos, esta situación constituye una
exhortación a los cristianos de origen judío a apartar la vista de los ritos y
las ceremonias del judaísmo y a fijarla en Jesucristo y en su ministerio como
nuestro gran sumo sacerdote en el santuario celestial (ver pp. 403-404).
Llevando su vituperio. Los que manifestaron simpatía con
Jesús cuando fue al Gólgota como criminal condenado, sufrieron "vituperio"
con él. Cuando los cristianos de origen judío abrazaban el cristianismo,
incurrían en el odio de sus compatriotas judíos, y cuando daban la espalda al
sistema judaico de sacrificios como un medio de salvación, eran acusados de
apostasía y traición,
14. Ciudad permanente. Los judíos consideraban a
Jerusalén como una "ciudad permanente"; es decir, pensaban que el
plan divino estaba indisolublemente ligado a esa ciudad y que, por lo tanto,
estaba destinada a permanecer para siempre. Se sentían seguros dentro de los
brazos del judaísmo. Pero los cristianos no tienen una "ciudad
permanente" tal. Sus esperanzas y aspiraciones no están relacionadas con
ninguna ciudad terrenal ni con ningún sistema religioso terreno. Cuánto
significado tenía todo esto para los cristianos hebreos que, antes de mucho,
verían la destrucción de Jerusalén!
Buscamos la por venir. Es decir, la nueva Jerusalén (cf.
cap. 12:22). Compárese esto con el caso del patriarca Abrahán (cap. 11:10).
15. Por medio de él. Es decir, por Cristo o en virtud
del sacrificio que ya ha hecho por nosotros "fuera de la puerta" de
Jerusalén.
Sacrificio de alabanza. En vez de llevar una ofrenda de
agradecimiento al templo como lo prescribía la ley de Moisés (ver Lev. 7:12-14),
debemos ofrecer un continuo "sacrificio de alabanza" al Señor.
16. Hacer bien. Es decir, ministrar a las
necesidades de otros. Dios no se agrada con la sangre de becerros y machos
cabríos (ver con el espíritu de servicio sacrificado a favor de otros (ver com.
Mat. 25:24-40). La práctica de "la religión pura y sin mácula" (Sant.
1:27) siempre es aceptable a la vista del cielo.
No os olvidéis. Quizá algunos se habían
descuidado en este respecto.
Se agrada Dios. Los ritos formales y las ceremonias no tienen significado para Dios.
El procura que los seres humanos lo
adoren "en espíritu y en verdad" (Juan 4:23), es decir, reflejando el
carácter divino y demostrando su amor y devoción a Dios con una vida de
servicio para otros.
17. Obedeced. Ver com. vers. 7.
Sujetaos. Dios ha instituido dirigentes para que pastoreen su
grey, y exhorta a sus ovejas para que se sujeten a los que han sido instituidos
sobre ellas mientras esos dirigentes obedezcan al Maestro. Aquí se hace
referencia a los dirigentes de ese momento; no a los anteriores, como en el
vers. 7.
Ellos velan. Los dirigentes que Dios ha instituido sobre la
iglesia son responsables delante de él por el bienestar de su pueblo, y les
pedirá una estricta cuenta de su mayordomía.
Por vuestras almas. Es decir, "por
vosotros" (cf. cap. 12:9,23).
Han de dar cuenta. Un mayordomo tiene que rendir
cuentas a su amo de cualquier clase de bienes que le haya confiado, y sabe que
debe dar cuenta de su mayordomía. Cuando los miembros de la iglesia cooperan
con sus dirigentes instituidos, hacen mucho más fácil que los líderes rindan
una fiel cuenta de su mayordomía.
Con alegría. Es decir, sabiendo que han desempeñado fielmente su
responsabilidad. Compárese con el caso de los siervos fieles a quienes se
invita a que participen del gozo de su Señor (ver Mat. 25:21).
No quejándose. Compárese con el caso del siervo infiel (Mat. 25:28-30).
No os es provechoso. Los miembros de iglesia no ganan
nada haciendo que a sus dirigentes instituidos les sea difícil rendir una buena
cuenta de su mayordomía. Ambos participarán o de la "alegría" o del
"lamento" del día del ajuste final de cuentas.
18. Orad por nosotros. O "continuad orando por
nosotros", u "orad habitualmente por nosotros". Cf. Efe. 6:19;
Col. 4:12. Aunque Pablo era un hombre de vasta experiencia y de gran estatura
espiritual, apreciaba y solicitaba las oraciones de sus hermanos en
Cristo. Cada verdadero dirigente aprecia
profundamente el interés y las oraciones de aquellos por quienes trabaja.
Confiamos. Gr. péithÇ, que en la forma en que aquí se usa significa
"estar convencido", "estar persuadido".
Buena conciencia. Es decir, una conciencia limpia.
Compárese
con las repetidas afirmaciones de Pablo de que poseía una clara conciencia
(Hech. 23:1; 24:16; Rom. 9:1; 2Cor. 1:12; 2Tim. 1:3).
Deseando. El propósito del autor es reflejar plenamente los
principios del Evangelio en su propia vida (cf. 1Cor. 9:27).
Conducimos bien en todo. O conducirse honorablemente.
19. Más. O "con la mayor insistencia" (BJ); sobre
todo" (NC).
Os ruego. El fervor con que el autor exhorta a sus lectores a
orar por su liberación de las circunstancias que impedían que hubiera comunión
con ellos, es, sin duda, conmovedor, y refleja su fe personal en el poder de la
oración.
Os sea restituido. El vers. 23 sugiere que Timoteo
estuvo preso en ese tiempo y, además, parece indicar que el autor de Hebreos
estaba en libertad. Otras circunstancias, como enfermedad o la presión de los
deberes misioneros, quizá impidieron que Pablo se reuniera de nuevo con sus
lectores.
20. Y. Los vers. 20 y 21 constituyen la bendición
apostólica pronunciada por el autor para los lectores del libro de Hebreos. Los
encomienda a la gracia de Dios.
Dios de paz. Ver com. Rom. 15:33.
Resucitó de los muertos. Ver com. Rom. 4:24. Como ocurre
frecuentemente en las epístolas del NT, se presenta la resurrección de Cristo
como el corazón y el centro de la esperanza y de la fe de los cristianos.
Pastor de las ovejas. Ver com. Sal. 23; Juan 10:10-11;
cf. 1 Ped. 2:25.
La sangre. El eficaz instrumento que hace efectivo el pacto eterno y lo ratifica.
Ver com. cap. 9:18-28.
Pacto eterno. Ver com. cap. 8:8-12.
21. Os haga aptos. Gr. katartízÇ (ver com. 1Ped.
5:10; cf. com. Mat. 5:48).
Toda obra buena. Levidencia textual tiende a
confirmar (cf. p. 10) la omisión de la palabra "obra". "Toda
clase de bienes" (BJ); en todo bien" (BC, NC). Por lo tanto, lo
"bueno" se aplica a lo que Pablo anhela que tengan y sean sus
lectores más bien que a lo que desea que hagan; sin embargo, el propósito de
ese "bien" es hacer con más eficacia la "voluntad" divina.
Haciendo él en vosotros. Ver com. Fil. 2:13.
Por Jesucristo. Ver com. Gál. 2:20.
Al cual sea la gloria. Ver com. Gál. 1:5.
Por los siglos de los siglos. Ver com. Mat. 25:41; Apoc. 1:6.
Amén. Ver com. Mat. 5:18; Rom. 15:33.
22. Soportéis. O "aceptéis".
Palabra de exhortación. Es decir, el mensaje contenido en el libro de Hebreos.
(Ver pp. 403-404).
Brevemente. Había mucho más que deseaba decir sobre el tema,
pero el espacio no se lo permitía.
23. Está en libertad. Este encarcelamiento se conoce
sólo por esta información.
Timoteo. Ver com. Hech. 16:1.
Si viniere. Nada más se sabe de la visita que aquí se menciona.
24. Todos vuestros pastores. O sea a los líderes de la
iglesia. Ver com. vers. 7.
Los de Italia. Mejor "los que provienen de Italia"; es
decir, creyentes cristianos. No se puede determinar por esta frase si esos
creyentes estaban en Italia en aquel tiempo y, por lo tanto, la epístola fue
enviada desde Italia, o si provenían de Italia y estaban con el autor en alguna
otra parte.
25. La gracia sea con todos vosotros. Ver com. Tito 3: 15.
Amén. Ver com. Mat. 5:18; Rom. 15:33.
En la RVA se a adía en tipo más
pequeño: "Fue escrita a los Hebreos desde Italia con Timoteo". Esta
añadidura no es parte de la epístola original. Apareció por primera vez en un manuscrito del siglo VI. (7CBA).
COMENTARIOS DE EGW
2. HAd 405. La Biblia da
mucho realce a la práctica de la hospitalidad. No sólo ordena la hospitalidad
como un deber, sino que presenta muchos hermosos cuadros del ejercicio de esta
gracia y las bendiciones que reporta. Entre ellos se destaca el caso de
Abrahán....
Dios atribuyó suficiente
importancia a estos actos de cortesía para registrarlos en su Palabra; y más de
mil años más tarde fueron mencionados por un apóstol inspirado: "No
olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron
ángeles."
El privilegio concedido a Abrahán
y Lot no nos es negado. Manifestando hospitalidad a los hijos de Dios, nosotros
también podemos recibir a sus ángeles en nuestras moradas. Aun en nuestro
tiempo los ángeles entran en forma humana en los hogares de las gentes, y son
agasajados por ellas. Y los cristianos que viven a la luz del rostro de Dios
están siempre acompañados por ángeles invisibles, y estos seres santos dejan
tras sí una bendición en nuestros hogares.*
4. HAd 22. Dios celebró la
primera 22 boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como su
autor al Creador del universo. "Honroso es en todos el matrimonio."
Fue una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos
instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del
paraíso. Cuando se reconocen y obedecen
los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición:
salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface las necesidades
sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral.
El que creó a Eva para que fuese
compañera de Adán realizó su primer milagro en una boda. En la sala donde los
amigos y parientes se regocijaban, Cristo principió su ministerio público. Con
su presencia sancionó el matrimonio, reconociéndolo como institución que él
mismo había fundado...
Cristo honró también las
relaciones matrimoniales al hacerlas símbolo de su unión con los redimidos. Él
es el Esposo, y la esposa es la iglesia, de la cual, como escogida por él,
dice: "Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha."
5. OE 158. En esta época de tinieblas
morales, se requerirá algo más que una árida teoría para conmover las almas.
Los predicadores deben estar en viva conexión con Dios. Al predicar deben hacer
ver que creen lo que dicen. Las verdades vivientes que salgan de los labios del
hombre de Dios, harán temblar a los pecadores, y clamar a los convencidos:
Jehová es mi Dios; estoy resuelto a estar enteramente del lado del Señor. Nunca
debe el mensajero de Dios cesar de luchar por más luz y poder. Debe proseguir
trabajando, orando, esperando, en medio del desaliento y las tinieblas,
resuelto a obtener un cabal conocimiento de las Escrituras y a no quedarse
atrasado en ningún don. Mientras haya un
alma que beneficiar, debe proseguir hacia adelante con nuevo valor en todo
esfuerzo. Puesto que Jesús dijo: "No
te desampararé, ni te dejaré,"*Heb. 13:5, mientras que la corona de
justicia sea ofrecida al vencedor, mientras que nuestro Abogado interceda por
el pecador, los ministros de Cristo deben trabajar con energía incansable y
llena de esperanza, y fe perseverante.
6. CM 396. A nadie se le
debe permitir que siga un curso de estudio que debilite su fe en la verdad o en
el poder del Señor, o reduzca su respeto por una vida de santidad.
Quisiera amonestar a los
estudiantes que no den un paso en ese sentido, ni aun por consejo de sus
instructores o de hombres que ocupan puestos de autoridad, a menos que primero
hayan buscado a Dios individualmente, con el corazón abierto a las influencias
del Espíritu Santo, y hayan obtenido su consejo acerca del curso de estudio que
contemplan. Eliminad toda ambición profana. Poned a un lado todo deseo egoísta
de distinguiros, llevad a Dios toda sugestión de los hombres, y confiad en la
dirección de su Espíritu...
No os confiéis a la custodia de
los hombres, sino decid: "El Señor es mi ayudador; buscaré su consejo;
haré su voluntad". Todas las ventajas de que gocéis no pueden resultar en
bendición para vosotros, ni puede la educación más elevada preparamos para
haceros conductos de luz, a menos que tengáis la cooperación del Espíritu
divino. Nos resulta imposible recibir preparación de los hombres, sin la
iluminación divina, como fue imposible para los dioses de Egipto librar a los
que confiaban en ellos.
8. HAp 170. LOS
CONSAGRADOS MENSAJEROS que en los primeros días del cristianismo
llevaron a un mundo moribundo las alegres nuevas de la salvación, no
permitían que ningún pensamiento de exaltación propia echara a perder
su presentación de Cristo el crucificado. No codiciaban ninguna
autoridad ni preeminencia. Escondiéndose en el Salvador, exaltaban
el gran plan de la salvación, y la vida de Cristo, el autor y consumador de
este plan, Cristo, el mismo ayer, hoy, y para siempre, era la
nota tónica de su enseñanza.
SI LOS QUE HOY
ENSEÑAN LA PALABRA DE DIOS elevaran más y más la cruz de Cristo, su ministerio
tendría mucho más éxito. Si los pecadores pudieran ser inducidos a dirigir una
ferviente mirada a la cruz, y pudieran obtener una visión plena del Salvador
crucificado, comprenderían la profundidad de la compasión de Dios y la
pecaminosidad del pecado.
LA MUERTE DE CRISTO
demuestra el gran amor de Dios por el hombre. Es nuestra garantía de salvación.
Quitarle al cristiano la cruz sería como borrar del cielo el sol.
Ministerio Hno. Pio
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