viernes, diciembre 10, 2021

REFLEXIÓN 941. EXHORTACIÓN A UNA FIRME VIDA CRISTIANA: Exhortación A Un Dominio De La Carne Semejante Al De Cristo… (1 PEDRO 4).

1 Pedro 4. 

EXHORTACIÓN A UNA FIRME VIDA CRISTIANA.

Exhortación A Un Dominio De La Carne Semejante Al De Cristo, 4:1-6.

Exhortación a la sobriedad y a una vida llena de amor, 4:7-11.

“Exhortación a abandonar el pecado, siguiendo el ejemplo de Cristo,

y teniendo en cuenta que el fin de todas las cosas está cerca”.

Exhortación a la firmeza en medio de la persecución, 4:12-19.

“Consuelo para soportar la persecución”.

1 PUESTO que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; 5 pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos. 6 Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. 9 Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.

10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.

12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,

13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno;

16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien. (1 Pedro 4).

1. Puesto que. Pedro ahora extrae su conclusión de los hechos ya presentados. 

(Cap, 3:18-22).

Cristo ha padecido. Ver com. cap. 2:21; 3:18.

Por nosotros. La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BA, BC y NC; sin embargo, están confirmadas por el pasaje paralelo (cap. 2:21). Ver com. cap. 3:18.

En la carne. Ver com. cap. 3:18.

Armaos. Gr. hoplízÇ, "armarse", "equiparse" (cf. Efe. 6:12-17).

Pensamiento. Gr. énnoia, "idea", "reflexión". Pedro insta a cada cristiano a que modele su vida en pensamientos y en hechos a semejanza del "ejemplo" de Jesucristo. 

(Ver com. 1Ped. 2:21; cf. Fil. 2:5).

Ha padecido en la carne. Ver com. cap. 3:18. El fuego de la "prueba" (cap. 4:12) lleva al creyente más cerca de Dios, y lo induce a rendirse más plenamente al poder y la conducción del Espíritu Santo.

Terminó con el pecado. Es decir a abandonado el estilo de vida pecaminoso (ver com. Rom. 6:7, 12-17). Pedro no dice con esto que esta persona no comete más errores, sino que ha dado la espalda al mundo, a la carne y al demonio, y que por la gracia de Dios ha emprendido la marcha para seguir las huellas del Maestro. Su meta es la perfección, la semejanza a Cristo (ver com. Mat 5:48; cf. DTG 508; CC 62; PVGM 257). "Cuando estemos vestidos con la justicia de Cristo, no nos deleitaremos en el pecado, pues Cristo estará obrando en nosotros. Podremos cometer errores, pero odiaremos el pecado que causó el sufrimiento del hijo de Dios" (MJ 336). El pecado no continúa reinando en la vida que está regida por Cristo (ver com. 2 Cor. 5:14; Gál. 2:20).

2. Para no vivir. ver com. Rom. 6:11-15.

El tiempo que resta. O el resto de la vida natural.

En la carne. Como ser humano.

Concupiscencias de los hombres. O los malos deseos y las pasiones que inducen a los hombres a pecar.

Voluntad de Dios. "La vida del que terminó con el pecado " (vers. 1) sigue un curso completamente nuevo. Su voluntad está sometida a la voluntad de Dios así como la brújula obedece al polo magnético. No anda "conforme a la carne " (Rom. 8:1). A todo aquel que " hace la voluntad de Dios " (1 Juan 2:17) se le promete eterna comunión con él.

3. El tiempo pasado. Una referencia a la vida anterior de los lectores gentiles de Pedro; por lo tanto, la primera parte del versículo podría traducirse: "Basta ya de hacer, como en tiempo pasado, la voluntad de los gentiles." (NC).

Gentiles. Ver com. cap. 2:12.

Lascivias. O "libertinaje", "desenfreno" (ver com. 2 Cor. 12:21).

Concupiscencias. Ver com. Juan 8:44; Rom. 7:7.

Embriagueces. Gr. oinoflugía. De óinos, "vino" y flúÇ, "desbordar". Una referencia al libertinaje de las orgías de los borrachos.

Orgías. Gr. kÇmos, palabra que con frecuencia se usa en la literatura secular para describir las desenfrenadas procesiones y festividades, caracterizadas con frecuencia por borracheras e inmortalidad.

Disipaciones. O fiesta en que se bebe mucho.

Abominables idolatrías. Literalmente "cultos ilícitos a los ídolos" (BJ). Este versículo claramente indica que Pedro está escribiendo, por lo menos principalmente, a cristianos de origen gentil que habían sido idólatras. El hecho de que sus vecinos paganos estuvieran sorprendidos (vers. 4) de que estos cristianos se negaran a participar en esas fiestas, es una prueba más de que no eran cristianos de origen judío sino conversos paganos (ver com. cap. 2:10).

4. Cosa extraña. Los inconversos por lo general no ven las inmensas ventajas y las bendiciones de la conducta cristiana, y por eso se quedan atónitos cuando los que antes se comportaban como ellos, y ahora son cristianos, se apartan de su antigua manera de vivir. La vida de los no cristianos es una búsqueda incesante de placeres para complacer los deseos corporales, porque creen que el hombre sólo encuentra satisfacción y felicidad en este mundo. Para esas personas es una necedad incomprensible no satisfacer los deseos naturales, ya sea comiendo, o bebiendo, o satisfaciendo la complacencia sensual; pero el cristiano debe "guardarse sin mancha del mundo" (Sant. 1:27), porque el "que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" (Sant. 4:4). Por lo tanto, los creyentes no deben sorprenderse "si el mundo" los "aborrece" (1Juan 3:13).

El mismo desenfreno de disolución. Descripción de la gran ola de inmundicia y libertinaje que contrasta con la inmaculada pureza que rodea a los cristianos verdaderamente convertidos.

Os ultrajan. O "insultan", "vituperan". Los paganos insultaban, maldecían a los cristianos porque pensaban que manifestaban un aire de superioridad al no participar más del "mismo desenfreno de disolución". Este falso concepto pagano con frecuencia encendía la chispa del fuego de la persecución.

5. Ellos. Los injuriadores del vers. 4.

Darán cuenta. Ver com. Rom. 14:10-12.

Al que. A Jesucristo (cf. 2 Tim. 4:1; Apoc. 19:11).

Está preparado para juzgar. Ver com. 2 Tim. 4:1.

Vivos. Ver com. Hech. 10:42; 1 Tes. 4:15-17.

6. Por esto. La primera parte de este versículo podría traducirse: "Porque para esto hasta a los muertos el evangelio fue proclamado". Cada uno será juzgado de acuerdo 597 con su respuesta personal a la medida de la verdad que llegó a conocer.

Ha sido predicado el evangelio. La reflexión del verbo indica claramente que esta predicación tuvo lugar antes de que Pedro redactara esta epístola, y que ya no continuaba. Si Pedro se hubiera estado refiriendo a personas espiritualmente muertas, hubiera escrito: "El evangelio está siendo predicado" (ver com. "a los muertos").

A los muertos. Probablemente a los cristianos ya muertos, como lo sugiere la última parte del versículo. El contexto hace improbable la idea de que Pedro hable aquí en sentido figurado de los que están espiritualmente muertos, aunque este sentido es común en otros pasajes de las Escrituras (ver com. Mat. 8:22; Efe. 2:1; Col. 2:13). 

Los "muertos" de 1Ped. 4:5 son evidentemente muertos literales, y puesto que los vers. 5 y 6 hablan de los "muertos" en relación con el juicio, seguramente los "muertos" del vers. 6 son también muertos literales.

Si hubiese una transición del sentido literal al figurado, se vería inmediatamente por el contexto. Sin embargo, las Escrituras enseñan explícitamente el estado inconsciente de los muertos y que el tiempo de gracia de los seres humanos termina con la muerte.

 (Ver com. cap. 3:19).

 Por eso, la única conclusión que concuerda con las enseñanzas del conjunto de la Biblia es que los que estaban "muertos" en el tiempo cuando escribía Pedro, habían oído el Evangelio antes de que murieran. El Evangelio fue predicado a los que ahora están muertos.

Para que. El apóstol destaca dos resultados de la predicación del Evangelio a seres humanos que una vez vivieron, pero que ya habían muerto.

Sean juzgados. Ver com. Juan 5:29; 2Cor. 5:10; Heb. 9:27. No podrían ser tenidos por responsables de responder al Evangelio, si nunca lo hubieran oído. 

(Ver com. Eze. 3:18-20; Juan 3:19; 15:22; Hech. 17:30; 

Sant. 4:17; cf. Luc. 23:34; 1Tim. 1:13).

En carne. Es decir, como seres humanos vivos (ver com. cap. 3:18).

Según. Los que han muerto serán juzgados teniendo en cuenta cómo actuaron en esta vida. Serán juzgados sobre la misma base que los "vivos", es decir los vivos mencionados en el vers. 5.

Pero vivan. Pedro se refiere evidentemente a cristianos que habían muerto en Jesús, en los cuales tenían muchísimo interés los creyentes del NT (ver com. 1 Cor. 18:12-14; 1Tes. 4:13-17). Esos "muertos" oyeron y aceptaron el Evangelio mientras vivían, y en el juicio serán considerados como dignos de vivir "en espíritu según Dios".

En espíritu. Es decir, con cuerpos glorificados e inmortales como el de Cristo cuando resucitó (ver com. cap. 3:18); sin embargo, cf. Juan 3:6; Rom. 8:9.

Según Dios. Podría significar "como Dios vive"; es decir, serán transformados en inmortales (ver com. 1 Cor. 15:51-55; 1Tes. 4:16-17); o, "como Dios lo quiere", esto es de acuerdo con la voluntad de Dios de que vivan, según se decretó en el juicio.

7. Fin de todas las cosas. El fin del mundo.

(Ver Nota Adicional de Rom. 13; com. Mat. 24:3,34; Apoc. 1:3; cf. Rom. 13:11-12; 1Cor. 7:29; 10:11; Fil. 4:5; Sant. 5:3, 8-9; 1Ped. 4:17; 2Ped. 3:11; 1Juan 2:18; Apoc. 22:10).

Se acerca. La perspectiva inminente de tener que enfrentar al gran juez del universo (vers. 5-6), sin duda alguna es un pensamiento serio. El consejo de Pedro para los creyentes, especialmente lo que presenta en los versículos que siguen, se da con un espíritu de premura porque "el fin de todas las cosas se acerca". Cf. 1Juan 3:3.

Sobrios. Gr. sÇfronéÇ, "tener una mente sana", "ejercer dominio propio" (ver com. Rom. 12:3; Tito 2:4-5; cf. com. 1Tes. 5:6). Aunque el retorno de Cristo se acerca cada vez más, los hombres no deben usar ese conocimiento de lo que pronto ha de suceder como una excusa para descuidar sus responsabilidades. Los cristianos deben permanecer en sus puestos hasta el mismo fin, cumpliendo fielmente con sus deberes. Nuestro Señor ordena: "Negociad entre tanto que venga" (Luc. 19:13).

Velad. Gr. n'fÇ, "ser abstemio", abstenerse de bebidas embriagantes.

 (Ver com. 1Tes. 5:6). 

Pedro aconseja a sus lectores a que sean vigilantes en vista de los acontecimientos venideros (ver com. Mat. 24:42,44).

8. Ante todo. La prueba suprema del cristianismo es su efecto en nuestras relaciones mutuas. Tened. Mejor "seguid teniendo"; se entiende que ya tienen.

Ferviente. O "fervoroso", "asiduo".

Amor. Gr. agáp' (ver com. Mat. 5:43; 1Cor. 13:1). 

El amor no conoce límites, nunca falla.  Une en comunión cristiana a hombres de diferentes ambientes y opiniones. No hay problema de iglesia que no pueda ser resuelto en la atmósfera de un amor inteligente y abnegado.

Cubrirá. Ver com. Sant. 5:20. Aquí Pedro cita de Prov. 10:12. Donde falta amor se tiende a magnificar los errores y los fracasos ajenos. Donde reina el amor todos están dispuestos a perdonar y olvidar. Además, un espíritu de verdadero amor fraternal con seguridad atrae la atención de los inconversos y conduce a muchos de ellos al conocimiento salvador de Jesucristo.

9. Hospedaos. Gr. filóxenos, "amigo del extranjero"; "sed hospitalarios" (BJ). 

Ver com. Rom. 12:13.

Sin murmuraciones. O "sin rezongos". El ofrecimiento de hospitalidad es vano si, por ejemplo, el dueño de casa demuestra que se siente molesto. La verdadera hospitalidad incluye un espíritu hospitalario que corresponde con el dicho popular: "La casa es chica, pero el corazón es grande". El número de cristianos refugiados tenía que ser grande en tiempo de persecución (vers. 12), y podría ser costoso sostener a esos hermanos en la fe; pero el cristiano que puede aliviar las necesidades de otros, tiene delante de Dios el deber de cumplir alegremente con esa responsabilidad.

10. Cada uno. Ningún cristiano es tan pobre que no pueda extender una mano de ayuda a otros. El espíritu de hospitalidad hace que las comodidades más humildes adquieran un valor inapreciable. Cada uno puede servir de alguna manera a sus prójimos. Compartir lo nuestro con otros es el privilegio y la responsabilidad de los cristianos.

Don. Gr. járisma, "dádiva" entregada con generosidad, un "favor" concedido. Pedro no se refiere a los dones milagrosos que dispensa el Espíritu Santo, sino más bien a las capacidades naturales y a las bendiciones materiales que continuamente recibe cada hijo de Dios. "De gracia recibisteis, dad de gracia" (ver com. Mat. 10:8).

Minístrelo a los otros. Lo que Dios tan bondadosamente nos ha prodigado, debemos compartirlo con otros "mayormente" con "los de la familia de la fe" (ver com. Gál. 6:10).

Buenos. Gr kalós, "excelente", "eficiente".

Administradores. Ver com. 1 Cor. 4:1.

Multiforme. Ver com. Sant. 1:2, Dios concede sus dádivas gozosa y abundantemente. Sus administradores deben distribuir esas bendiciones con el mismo espíritu con el que el Señor se las ha dado.

11. Si alguno habla. Es decir, como cristiano.

Palabras. Gr. lógion (ver com. Hech. 7:38; Rom. 3:2). Un ejemplo de la "multiforme" gracia" de Dios es la habilidad de hablar con fluidez y en forma convincente; pero este don sólo debe usarse para la gloria de Dios. Los talentos que Dios imparte deben ser convenientemente fortalecidos y cultivados para que la comunicación del Evangelio nunca sea estorbada por tosquedades, por insinceridad o liviandad.

Ministra. Es más literal la traducción de la BJ: "Si alguno presta un servicio, hágalo en virtud del poder recibido de Dios". La vida cristiana consecuente es un despliegue constante del poder de Dios que capacita. Nadie puede vivir una vida sin pecado a menos que dependa hora tras hora del poder divino.

En todo. Es decir, en cualquier actividad en que se ocupe el cristiano.

Glorificado. O "siga siendo glorificado". La verdadera meta de las actividades de la vida es que Dios sea honrado y ensalzado. Un cristiano nunca queda liberado de la obligación de representar correctamente a Dios y de demostrar la eficacia de su poder salvador.

Jesucristo. Ver com. Mat. 1:1. Cristo es Aquel mediante el cual el creyente llega a ser hijo de Dios y por medio del cual el creyente lo glorifica.

Quien. Este pronombre podría referirse a Dios el Padre, quien debe ser glorificado mediante Jesucristo, o a Cristo. Como en esta vida, esta doxología será cantada a las tres personas de la Deidad cuando los redimidos se reúnan en su hogar eterno,

(cf. Rom. 11:36; 2Tim. 4:18; Apoc. 1:6).

Gloria. Ver com. Efe. 1:6,14. Se ha sugerido que la última parte de este versículo es la cita de una oración que usaban los primeros cristianos. Compárese con "gloria" unida con "imperio" en 1Ped. 5:11.

Imperio. En cuanto a "imperio" (Gr. krátos), ver com. Efe. 1:19. Krátos se usa en doxologías sólo aquí y en 1Tim. 6:16; Jud. 25; Apoc. 1:6; 5:13. Atribuir "imperio" a Cristo es reconocer su derecho a gobernar y aclamarlo como soberano.

Amén. Ver com. Mat. 5:18.

12. Amados. Un tierno saludo que destaca camaradería e intereses mutuos. Cuando Pedro anticipa futuros días tenebrosos, aconseja con el propósito de fortalecer a los suyos ante la tormenta que se avecina.

No os sorprendáis. Mejor "no os sigáis sorprendiendo". Mientras se libre el gran conflicto entre Cristo y Satanás por las almas de los hombres, el cristiano puede esperar una diversidad de pruebas y problemas tramados por Satanás para destruir la fe del cristiano en Dios (ver com. cap. 1:7; 3:17).

Fuego. Gr. púrÇsis, "ardor", "combustión". Cf. cap. 1:7. Las terribles persecuciones de Nerón pronto quemarían la iglesia; los vejámenes crecientes de judíos y romanos eran tan sólo un preludio del holocausto que se acercaba. Satanás empleaba todos los recursos que podía idear para destruir a la iglesia naciente. En vista de la hora de la prueba que ahora se avecina, los cristianos harían bien en prestar mucha atención a las palabras que Pedro dirigió a la iglesia de sus días.

Prueba. Gr. peirasmós (ver com.  Mat. 6: 13; Sant. 1:2). Como le sucedió a Job, Dios permite a veces que Satanás ponga a prueba el carácter de sus hijos fieles. Dios conocía la paciencia de Job, y desde entonces los que sufren han sido siempre fallecidos por su ejemplo de firmeza ante el "fuego de prueba". Los sufrimientos de la vida no son enviados por Dios sino por Satanás; pero Dios los encauza y convierte en los medios para desarrollar el carácter de sus hijos. Ver com. Job 42:5; Sal. 38:3; 39:9.

Cosa extraña. Es decir, algo inaudito. El "fuego" no es nada nuevo, pues Cristo sufrió todo lo que podría ser llamado a soportar cualquier ser humano (vers. 13). El "fuego" sencillamente hace que los discípulos de Cristo sean "participantes" de sus sufrimientos.

13. Gozaos. Ver com. Sant. 1:2.

Por cuanto. O "en la medida en que" (BJ). Deben esperarse problemas producidos por la incomprensión del mundo frente a la fe del cristiano.

 El cristiano puede regocijarse porque sabe que no será llamado a soportar más de lo que sufrió Cristo (ver com. Heb. 2:18; 4:15-16).

Revelación. Gr. apokálupsis (ver com. 1Cor. 1:7; 1Ped. 1:7).

Su gloria. La gloria de su segunda venida (ver com. Mat. 25:31).

Gran alegría. El gozo inefable de la primera hora en la eternidad rápidamente sobrepujará todas las horas de aflicción y soledad de la tierra. La emoción y las maravillas del cielo excederán en mucho los vuelos más elevados de la imaginación.

14. Vituperados. Gr. oneidízÇ, "reprochar", "injuriar", "abrumar con insultos" a alguien.  Los perseguidores por lo general comienzan su obra denigrando la integridad, inteligencia y conducta de los cristianos como ciudadanos. Estos reproches son el preludio de ataques más crueles. Ver com. Mat. 5:11.

Por. O "debido a", "en relación con".

Nombre de Cristo. Ver com. Hech. 3:16. Así como el mundo romano menospreció la pureza y el honor de Cristo, así también los impíos en todos los siglos han rechazado a los representantes del Señor (ver com. Mat. 5:11-12; 1Ped. 2:21).

Bienaventurados. Gr. makários (ver com. Mat. 5:3; Sal. 1:1).

El glorioso Espíritu. Es decir, el Espíritu Santo.El cristiano tiene la seguridad de que Dios estará con él por medio de su Espíritu Santo en las persecuciones y sufrimientos para consolarlo, animarlo, guiarlo y bendecirlo.

De Dios. La penetrante presencia del poder de Dios que capacita al cristiano para enfrentar cada problema de la vida, es el origen de la serenidad y la confianza del cristiano. Una vida llena de bienes materiales y de los placeres de este mundo, nunca puede tomar el lugar de la presencia permanente del Espíritu de Dios.

Reposa sobre vosotros. O mora en vosotros. De parte de ellos. O "por ellos"; sin embargo, la evidencia textual tiende a confirmar (cf. p. 10) la omisión del resto de este versículo que comienza con estas palabras. Las omiten la BJ, BC y NC.

Blasfemado. Ver com. Mat. 5:11-12.

Glorificado. O "alabado".

15. Padezca como homicida. Es un privilegio sufrir por el nombre de Cristo, y de ese modo hacer que su nombre sea honrado; pero si un cristiano comete faltas, da a los incrédulos la oportunidad de ridiculizar a la iglesia y de blasfemar el nombre de Cristo.  Ver com. cap. 2:20.

Ladrón. Ver com. Exo. 20:15; cf. Mat. 19:18; Rom. 2:21; Efe. 4:28.

Malhechor. Término general que designa a los que cometen cualquier forma de males y perjuicios. Entremeterse en lo ajeno. Gr. allotriepískopos, "supervisor de asuntos ajenos". Es incierto el significado exacto de esta palabra, Como Pedro está tratando de las relaciones de los cristianos con los que no lo son, podría referirse a los miembros indiscretos de la iglesia que descuidadamente critican las prácticas y costumbres de los paganos. Una parte de los vituperios y las persecuciones sufridas por los cristianos podría evitarse si procedieran con amabilidad. El cristiano no debe convertirse en conciencia para otros. Le corresponde estar seguro de que su conducta personal es de tal naturaleza, que no sólo los hombres sino Dios puedan aprobarla de verdad.

16. Pero si. Ver com. cap. 3:14.

Cristiano. Este término aparece sólo tres veces en el NT. El nombre fue usado por primera vez para los cristianos como una burla (ver com. Hech. 11:26), pero se convirtió en un símbolo de honra y fue llevado con orgullo por la iglesia primitiva (cf. cap. 26:28).

Los cristianos, sin tener en cuenta los insultos y las amenazas que se les hacen, saben que ser honrado por Dios vale infinitamente más que la gloria del mundo. Jesús también sufrió injustamente por defender con ahínco los principios de justicia.

No se avergüence. Ver com. vers. 12-14.

Glorifique a Dios. Por ser cristiano y por el privilegio de participar de los sufrimientos de Cristo y de dar testimonio en favor de Dios (vers. 13).

Por ello. O debido al nombre de "cristiano". "Por llevar este nombre" (BJ), "con este nombre" (BC), "en este nombre" (NC), se ciñen mejor al texto.

17. Es. Este verbo no está en el texto griego, pero ha sido correctamente añadido por los traductores. Ver com. "comience"; cf. com. vers. 7.

Tiempo. Gr. kairós, un "tiempo" particular, específico (ver com. Mar 1:15; Hech. 1:7).

Juicio. Gn kríma, "sentencia" (ver com. Apoc. 17:1). La escena del juicio de Eze. 9 aparentemente constituye el paralelo de la comparación que hace Pedro entre el fiel cristiano y los impíos ante el trono del juicio de Dios.

Comience. La primera sentencia de este versículo podría traducirse: "Porque es el tiempo apropiado de que el juicio comience en la casa de Dios". Debido a la brevedad del tiempo (ver com. vers. 7) y del "fuego" que pronto sobrevendría (vers. 12), Pedro instaba a sus hermanos en la fe a que recordaran sus solemnes responsabilidades como cristianos. Compárese esto con Eze. 9:6, donde los mensajeros del juicio comenzaron por el santuario llevando a cabo su obra de juicio con los que habían manifestado la más elevada profesión de fe. En el "fuego" y en el tiempo de "juicio", Dios espera mucho de los que han llevado el nombre de Cristo.

Casa de Dios. Es decir, la iglesia (ver com. 1Tim. 3:15).

El fin. Es decir, el destino eterno. En comparación con los impíos, es evidente que los cristianos sinceros son más dignos de vida eterna. Si Dios se propone tratar con rigor a su propio pueblo, cuánto más severo será con los que deliberadamente se han opuesto a la verdad en la persona de los testigos de Cristo. Por lo tanto, los cristianos no deben temer que Dios no tratará con justicia a sus perseguidores.

Aquellos que no obedecen. En otras palabras, los que son responsables del "fuego" por el cual deben pasar los cristianos (vers. 12).

18. El justo con dificultad se salva. Una cita de Prov. 11:31 según la LXX

(ver comentario respectivo). 

Los justos se salvan sólo en virtud de los méritos de Cristo. A no ser por la fe en él, no tendrán derecho a la misericordia divina en el día del juicio.

Aparecerá. O ¿cómo serán considerados los impíos? Han menospreciado al único medio por el cual los seres humanos pueden asegurar su entrada en el reino eterno de los redimidos.

Impío. Gr. aseb's, "impío", "irreverente" (ver com. Rom. 4:5).

19. De modo que. Pedro concluye su abarcante consejo en cuanto a los sufrimientos que el cristiano puede esperar durante el fuego que se avecina.

Según la voluntad de Dios. Es decir, debido a la fidelidad de la expresa voluntad de Dios, y no debido a mala conducta (ver com. cap. 2:12, 19-20; 3:14, 16-18; 4:14,16).

Encomienden. La mayor seguridad del cristiano reside en saber que Dios nunca abandona a los suyos (ver com. 2Tim. 1:12; 2:19), Pedro, como un verdadero pastor, guía a sus hermanos en la fe al único lugar seguro a medida que se amontonan rápidamente las nubes de persecución.

Sus almas. Deben encomendar sus vidas a Aquel que es el único que puede protegerlos de daños o fortalecerles para que sufran noblemente. En cuanto a la palabra "almas", ver com. Mat. 10:28.

Fiel Creador. Dios nos hizo y somos suyos; y él sin duda cuidará lo que es suyo. Podemos tener la seguridad de que Dios hará todo lo que su amor y su misericordia puedan hacer. No hay fuerza alguna ni en el cielo ni en la tierra que pueda "arrebatar" de su mano protectora la vida que se le ha entregado (ver com. Juan 10:28-29).

Hagan el bien. La protección más segura de un cristiano es una vida en la que no se pueda encontrar nada que pueda ser criticado (ver com. Dan. 6:4). El cristiano debe hacer lo mejor que pueda -mediante la gracia de Dios que lo fortalece- en todas las circunstancias que surjan, y debe dejar lo demás en las manos de Dios. (7CBA).

COMENTARIOS DE EGW.

1. 1JT 468. ¿Pueden los cristianos, que se precian de tener mayor luz que los hebreos, dar menos de lo que daban ellos? ¿Pueden los cristianos que viven cerca del tiempo del fin quedar satisfechos con sus ofrendas que no alcanzan ni a la mitad de lo que eran las de los judíos? Su generosidad tendía a beneficiar a su propia nación; en estos postreros días la obra se extiende al mundo entero. El mensaje de la verdad ha de ir a todas las naciones, lenguas y pueblos; sus publicaciones, impresas en muchas lenguas diferentes, han de ser esparcidas como las hojas de los árboles en el otoño.

Escrito está: " Pues que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento."  (1 Ped. 4:1.) 469 Y además: "El que dice que está en él, debe andar como él anduvo." (1 Juan 2:6.) Preguntémonos: ¿Qué habría hecho nuestro Salvador en nuestras circunstancias? ¿Cuáles habrían sido sus esfuerzos para la salvación de las almas? Esta pregunta queda contestada por el ejemplo de Cristo. Dejó su realeza, puso a un lado su gloria, sacrificó sus riquezas y revistió su divinidad de humanidad, a fin de alcanzar a los hombres donde estaban. Su ejemplo demuestra que depuso la vida por los pecadores.

7. HAp 413. EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU MINISTERIO, PEDRO fue inspirado a escribir a los creyentes "esparcidos en Ponto, en Galacia, en Capadocia, en Asia y en Bitinia." Sus cartas fueron el medio de despertar el ánimo y fortalecer la fe de los que soportaban pruebas y aflicciones, y de estimular a las buenas obras a los que, atravesando por diversas tentaciones, estaban en peligro de perder su confianza en Dios.

ESTAS CARTAS DEMUESTRAN haber sido escritas por uno en quien abundaban tanto los sufrimientos de Cristo como su consolación; por uno cuyo ser entero había sido transformado por la gracia de Dios y cuya esperanza en la vida eterna era segura e inconmovible. En el mismo comienzo de su primera carta el anciano siervo de Dios rendía a su Señor un tributo de alabanza y agradecimiento. "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo -exclamó,- que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, y que no puede 413 contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos para nosotros que somos guardados en virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está aparejada para ser manifestada en el postrimero tiempo".

Con Esta Esperanza De Una Herencia Segura En La Tierra Nueva, se regocijaban los cristianos primitivos aun en tiempos de severa aflicción. "En lo cual os . . .  alegráis -escribió Pedro,- estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario, para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fue manifestado: al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no le veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas."

LAS PALABRAS DEL APÓSTOL fueron escritas para instrucción de los creyentes de todas las épocas y tienen un significado especial para los que viven en el tiempo cuando "el fin de todas las cosas se acerca." Toda alma que desea mantenerse en la fe, "firme hasta el fin" (Heb- 3:14) necesita sus exhortaciones y reprensiones y sus palabras de fe y ánimo.

EL APÓSTOL PROCURÓ ENSEÑAR A LOS CREYENTES cuán importante es impedir a la mente divagar en asuntos prohibidos o a gastar energías en cosas triviales. Los que no quieren ser víctimas de las trampas de Satanás deben guardar bien las avenidas del alma; Deben Evitar El Leer, Mirar U Oír Lo Que Puede Sugerir Pensamientos Impuros. No debe permitirse que la mente se espacie al azar en cualquier tema que sugiera el enemigo de nuestras almas. El corazón debe ser fielmente vigilado, o males de afuera despertarán males de adentro, y el alma vagará en tinieblas.

8. CM 254. El amor longánime y bondadoso no transformará una indiscreción en una ofensa imperdonable, ni tampoco magnificará los errores ajenos. Las Escrituras enseñan claramente que a los que yerran se los ha de tratar con tolerancia y consideración. Si se sigue la debida conducta, el corazón aparentemente endurecido puede ser ganado para Cristo. El amor de Jesús cubre una multitud de pecados. Su gracia no induce nunca a exponer los errores de otros, a menos que ello sea positivamente necesario.

Estamos viviendo en un mundo duro, sin afecto ni caridad. Satanás y sus ángeles están usando todos los medios a su alcance para destruir las almas. El bien que un maestro hará a sus alumnos, estará en proporción a la fe que tienen ellos. Y recuerde el maestro que los menos afortunados, los que tienen un temperamento desagradable, los toscos, tercos y huraños, son los que más necesitan de amor, compasión y ayuda. Los que más prueban nuestra paciencia son los que más necesitan nuestro amor.

Pasaremos solamente una vez por este mundo; cualquier bien que podamos hacer, debemos hacerlo ferviente e incansablemente, con el mismo espíritu que Cristo puso en su obra.

9-10. HAd 405. La Biblia da mucho realce a la práctica de la hospitalidad. No sólo ordena la hospitalidad como un deber, sino que presenta muchos hermosos cuadros del ejercicio de esta gracia y las bendiciones que reporta. Entre ellos se destaca el caso de Abrahán....

Dios atribuyó suficiente importancia a estos actos de cortesía para registrarlos en su Palabra; y más de mil años más tarde fueron mencionados por un apóstol inspirado: "No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles."

El privilegio concedido a Abrahán y Lot no nos es negado. Manifestando hospitalidad a los hijos de Dios, nosotros también podemos recibir a sus ángeles en nuestras moradas. Aun en nuestro tiempo los ángeles entran en forma humana en los hogares de las gentes, y son agasajados por ellas. Y los cristianos que viven a la luz del rostro de Dios están siempre acompañados por ángeles invisibles, y estos seres santos dejan tras sí una bendición en nuestros hogares.*

12-13. HAp 418-419. MIRANDO HACIA ADELANTE CON VISIÓN PROFÉTICA a los tiempos peligrosos en los cuales estaba por entrar la iglesia de Dios, el apóstol recomendó a los creyentes afrontar con firmeza las pruebas y sufrimientos. "Carísimos -escribió,- no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba."

LAS PRUEBAS constituyen parte de la educación en la escuela de Cristo, para purificar a los hijos de Dios de las escorias terrenales.

Porque Dios está dirigiendo a sus hijos, se presentan las experiencias angustiosas. Las pruebas y los obstáculos constituyen métodos elegidos por él como disciplina y condiciones para el éxito. Aquel que lee el corazón de los hombres conoce sus debilidades mejor que ellos mismos. Ve que algunos tienen cualidades, que, dirigidas correctamente, pueden ser usadas para el adelantamiento de su obra. En su providencia, conduce esas almas en medio de diferentes condiciones y variadas circunstancias, para que puedan descubrir los defectos que ellos mismos no reconocían. Les da oportunidad de vencer esos defectos y prepararse para servir a Dios. A menudo permite que ardan los fuegos de la aflicción para purificarlos.

EL CUIDADO DE DIOS POR SU HERENCIA ES CONSTANTE. No tolera que venga aflicción alguna sobre sus hijos, a no ser aquellas que son esenciales para su bienestar presente y eterno. Purificará a su iglesia, como Cristo purificó el templo durante su ministerio terrenal. Todo lo que el Señor trae sobre su pueblo en forma de prueba y aflicción es para que puedan adquirir una piedad más profunda y mayor fortaleza para llevar adelante los triunfos de la cruz.

TIEMPO HUBO EN LA EXPERIENCIA DE PEDRO cuando no estaba dispuesto a ver la cruz en la obra de Cristo. Cuando el Salvador hizo saber a sus discípulos sus inminentes sufrimientos y muerte, Pedro exclamó: "Señor, ten compasión de ti: en 419 ninguna manera esto te acontezca." (Mat. 16:22.) La compasión hacia sí mismo, que no le permitía seguir a Cristo en el sufrimiento, sugirió su protesta. Fue para este discípulo una lección amarga, que aprendió lentamente, el saber que el camino de Cristo en la tierra pasaba por la agonía y la humillación. Pero en el calor del horno de las pruebas tuvo que aprender una lección.

Ahora, cuando su cuerpo una vez activo estaba agobiado por el peso de los años y el trabajo, podía escribir: "Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese; antes bien gozaos de que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo."

AL DIRIGIRSE A LOS ANCIANOS DE IGLESIA recordándoles sus responsabilidades como subpastores del rebaño de Cristo, el apóstol escribió: "Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, sino siendo dechados de la grey. Y cuando apareciera el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria."

Los que ocupan la posición de subpastores deben ejercer una diligente vigilancia sobre la grey del Señor. No debe ser una vigilancia dictatorial, sino una que tienda a animar, fortalecer y levantar.

MINISTRAR SIGNIFICA MÁS QUE SERMONEAR; representa un trabajo ferviente y personal. La iglesia sobre la tierra está compuesta de hombres y mujeres propensos a errar, los cuales necesitan paciencia y cuidadoso esfuerzo para ser preparados y disciplinados para trabajar con aceptación en esta vida y para que en la vida futura sean coronados de gloria e inmortalidad. Se necesitan pastores -pastores fieles- que no lisonjeen al pueblo de Dios ni lo traten duramente, sino que lo alimenten con el pan de vida; hombres que sientan diariamente en sus vidas el poder transformador del Espíritu Santo, 420 y que abriguen un fuerte y desinteresado amor hacia aquellos por los cuales trabajan.

14,16. HAp 128. LOS CREYENTES DE ANTIOQUÍA comprendían que Dios estaba dispuesto a obrar en sus vidas "el querer como el hacer, por su buena voluntad." (Fil. 2:13.) Mientras vivían en medio de un pueblo que parecía preocuparse poco por las cosas de valor eterno, trataban de dirigir la atención de los de corazón sincero, y dar testimonio positivo de Aquel a quien amaban y servían. En su humilde ministerio, aprendieron a depender del poder del Espíritu Santo para hacer eficaz la palabra de vida. Y así, en las diversas ocupaciones de la vida, daban testimonio diariamente de su fe en Cristo.

EL EJEMPLO DE LOS SEGUIDORES DE CRISTO EN ANTIOQUÍA debería constituir una inspiración para todo creyente que vive en las grandes ciudades del mundo hoy. Aunque es plan de Dios que escogidos y consagrados obreros de talento se establezcan en los centros importantes de población para dirigir esfuerzos públicos, es también su propósito que los miembros de la iglesia que viven en esas ciudades usen los talentos que Dios les ha dado trabajando por las almas.

Hay en reserva ricas bendiciones para los que se entreguen plenamente al llamamiento de Dios. Mientras esos obreros se esfuercen por ganar almas para Jesús, hallarán que muchos que nunca hubieran sido alcanzados de otra manera están listos para responder al esfuerzo personal inteligente. 129

LA CAUSA DE DIOS En La Tierra Necesita Hoy Día Representantes Vivos De La Verdad Bíblica. Los ministros ordenados solos no pueden hacer frente a la tarea de amonestar a las grandes ciudades. Dios llama no solamente a ministros, sino también a médicos, enfermeros, colportores, obreros bíblicos, y a otros laicos consagrados de diversos talentos que conocen la Palabra de Dios y el poder de su gracia, y los invita a considerar las necesidades de las ciudades sin amonestar. El tiempo pasa rápidamente, y hay mucho que hacer. Deben usarse todos los agentes, para que puedan ser sabiamente aprovechadas las oportunidades actuales.

17. CS 534. Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella.

En el rito típico, sólo aquellos que se habían presentado ante Dios arrepintiéndose y confesando sus pecados, y cuyas iniquidades eran llevadas al santuario por medio de la sangre del holocausto, tenían participación en el servicio del día de las expiaciones. Así en el gran día de la expiación final y del juicio, los únicos casos que se consideran son los de quienes hayan profesado ser hijos de Dios. El juicio de los impíos es obra distinta y se verificará en fecha posterior. "Es tiempo de que el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio?" (1 Pedro 4:17.)

Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio. El profeta Daniel dice: "El Juez se sentó, y los libros se abrieron." San Juan, describiendo la misma escena en el Apocalipsis, agrega: "Y otro libro fue abierto, el cual es de la vida: y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras." (Apocalipsis 20:12.)

El libro de la vida contiene los nombres de todos los que entraron alguna vez en el servicio de Dios. Jesús dijo a sus discípulos: "Gozaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos." (Lucas 10:20.) San Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, "cuyos nombres están en el libro de la vida." (Filipenses 4:3.) Daniel, vislumbrando un "tiempo de angustia, cual nunca fue," declara que el pueblo de Dios será librado, es decir, "todos los que se hallaren escritos en el libro." (Daniel 12:1.) Y San Juan dice en el Apocalipsis que sólo entrarán en la ciudad de Dios aquellos cuyos nombres "están escritos en el libro de la vida del Cordero." (Apoc. 21:27.) 535

Delante de Dios está escrito "un libro de memoria," en el cual quedan consignadas las buenas obras de "los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre." (Malaquías 3:16, V.M.) Sus palabras de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo. A esto se refiere Nehemías cuando dice: "¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, . . . y no borres mis obras piadosas que he hecho por la Casa de mi Dios!" (Nehemías 13:14, V.M.)

En el "libro de memoria" de Dios, todo acto de justicia está inmortalizado. Toda tentación resistida, todo pecado vencido, toda palabra de tierna compasión, están fielmente consignados, y apuntados también todo acto de sacrificio, todo padecimiento y todo pesar sufridos por causa de Cristo. El salmista dice: "Tú cuentas los pasos de mi vida errante: pon mis lágrimas en tu redoma: ¿no están en tu libro?" (Salmo 56:8, V.M.)

Hay además un registro en el cual figuran los pecados de los hombres. "Pues que Dios traerá toda obra a juicio juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala." (Eclesiastés12:14V.M.) "De toda palabra ociosa que hablaren los hombres, darán cuenta en el día del juicio." Dice el Salvador: "Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado." (Mateo 12:36, 37, V.M.) Los propósitos y motivos secretos aparecen en el registro infalible, pues Dios "sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones." (1 Corintios 4:5, V.M.) "He aquí que esto está escrito delante de mí: . . . vuestras iniquidades y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová."  (Isaías 65: 6, 7, V.M.)

La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad ya de infidelidad. Frente a cada nombre, en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto, con todas las tretas arteras. Las admoniciones o reconvenciones divinas despreciadas, los momentos perdidos, las oportunidades desperdiciadas, 536 la influencia ejercida para bien o para mal, con sus abarcantes resultados, todo fue registrado por el ángel anotador.

LA LEY DE DIOS es la regla por la cual los caracteres y las vidas de los hombres serán probados en el juicio. Salomón dice: "Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es la suma del deber humano. Pues que Dios traerá toda obra a juicio." (Eclesiastés 12:13,14, V.M.) El apóstol Santiago amonesta a sus hermanos diciéndoles: "Así hablad pues, y así obrad, como hombres que van a ser juzgados por la ley de libertad." (Santiago 2:12, V.M.)

Los que en el juicio "serán tenidos por dignos," tendrán parte en la resurrección de los justos. Jesús dijo: "Los que serán tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo venidero, y la resurrección de entre los muertos, . . . son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección." (Lucas 20:35,36, V.M.) Y además declara que "los que hicieron bien saldrán a resurrección de vida." (Juan 5:29.) Los justos ya muertos no serán resucitados más que después del juicio en el cual habrán sido juzgados dignos de la "resurrección de vida." No estarán pues presentes en persona ante el tribunal cuando sus registros sean examinados y sus causas falladas.

Jesús aparecerá como el abogado de ellos, para interceder en su favor ante Dios. "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a saber Jesucristo el justo." (1 Juan 2:1.) "Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros." "Por lo cual también, puede salvar hasta lo sumo a los que se acercan a Dios por medio de él, viviendo siempre para interceder por ellos." (Hebreos 9:24; 7:25, V.M.)

A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los vivos. 537

19. CM 218. El propósito de la educación consiste en glorificar a Dios; en habilitar a hombres y mujeres para contestar la oración: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mat. 6:10). Dios invita a los maestros a ser su mano auxiliadora en la ejecución de este propósito. Él les pide que apliquen a su trabajo los principios del cielo, el ABC de la verdadera educación. El maestro que no ha aprendido todavía estos principios debe comenzar ahora a estudiarlos. Y mientras aprende, desarrollará la idoneidad para enseñarlos a otros. 219 

3JT 233. El que Lleva Nuestras Cargas. ...Cristo dijo: "En el mundo tendréis aflicción: más confiad, yo he vencido al mundo." "Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros." (Juan 16:33; Mat. 5:10-12.)

Jesús no le ha abandonado a Vd. para que se asombre en las pruebas y las dificultades que encuentra. El se lo ha expuesto todo, como también le ha dicho que no se quede abatido ni oprimido cuando vienen las pruebas. Mire a Jesús, su Redentor, tenga ánimo y regocíjese. 

Las pruebas más duras de soportar son aquellas que provienen de nuestros hermanos, de nuestros amigos cercanos; pero aun estas pruebas pueden ser soportadas con paciencia. 

Jesús no está en la tumba nueva de José. Resucitó y ascendió al cielo, para interceder allí en nuestro favor. Tenemos un Salvador que nos amó de tal manera que murió por nosotros, a fin de que por él pudiésemos tener esperanza, fuerza y valor, y un lugar con él en su trono. El puede y quiere ayudarnos cuando le invoquemos.

Si Vd. procura llevar solo sus cargas, será aplastado por ellas. Vd. lleva pesadas responsabilidades. Jesús las conoce, y no le dejará solo, si Vd. no le abandona. Él se siente honrado cuando Vd. le confía la custodia de su alma como a un Creador fiel. Le invita a esperar en su misericordia, creyendo que él no desea que Vd. lleve en su propia fuerza estas pesadas responsabilidades. Crea Vd. tan sólo, y verá la salvación de Dios. 234

¿Siente Vd. su insuficiencia para el puesto de confianza que ocupa?  Gracias a Dios por esto. Cuanto más sienta Vd. su debilidad, tanto más inclinado estará a buscar un auxiliador. "Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros." (Sant. 4:8.) Jesús quiere que Vd. sea feliz y alegre. Quiere que Vd. haga lo mejor que puede, con la capacidad que Dios le ha dado, y luego confíe en que el Señor le ayudará, y suscitará quienes le habrán de ayudar a llevar las cargas.

No permita que le hagan daño las palabras duras de los hombres. ¿No dijeron los hombres cosas duras acerca de Jesús? Vd. yerra, y a veces puede dar ocasión a que se hagan declaraciones inclementes, cosa que nunca hizo Jesús. El era puro, inmaculado, y sin contaminación. No espere Vd. mejor suerte en esta vida que la que tuvo el Príncipe de gloria.  Cuando sus enemigos vean que pueden hacerle daño, se regocijarán, y Satanás también. Mire a Jesús, y trabaje sinceramente para su gloria. Mantenga su corazón en el amor de Dios. 235 

Ministerio Hno. Pio


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