Isaías 48. Es el amor divino con su pueblo ingrato. Lo ama y lo salva por amor a su santo nombre. Pero les recuerda lo que podrían poseer si obedecen sus mandamientos. Les pide huir de Babilonia...
Vers. (1-8) Dios reveló sus profecías para convencer al pueblo de su conocida terquedad. (9-11) Los salva por amor a ellos. (12-15) Los exhorta a obedecerle por su poder y
providencia. (16-19) Lamenta su negligencia. (20-22) Poderosamente los libera de
Babilonia.
1 OÍD esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia; 2 porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos. 3 Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. 4 Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, 5 te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas. 6 Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. 7 Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. 8 Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.
9 Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. 10 He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. 11 Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.
12 Óyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero. 13 Mi mano fundó también la tierra, y mi 313 mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente. 14 Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos. 15 Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino.
16 Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu. 17 Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. 18 ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. 19 Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.
20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. 21 No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas. 22 No hay paz para los malos, dijo Jehová. (Isaías 48).
1. Oíd Esto. Isaías se dirige a los hipócritas de Israel, los que profesan servir a Dios pero que en la realidad hacen lo que les place (ver com. Mat. 6: 2). Las Aguas De Judá. Los tárgumes dicen "la simiente de Judá". Hacen Memoria. Heb. "hacen recordar".
2. La Santa Ciudad. Estos traidores profesaban ser ciudadanos de Sión,
pero lo eran sólo de nombre (ver Isa. 29: 13; Jer. 7: 4, 9-11; Miq. 3: 11; Mat.
3:9; 15: 8; Juan 8: 33, 39; Rom. 4: 1-2; 9: 6). Procuraban conseguir los beneficios
que se derivan de la lealtad a Dios, pero no estaban dispuestos a pagar el
precio de la obediencia (ver com. Mat. 7: 21-27). Deseaban tener todos los
privilegios del discipulado, pero se negaban a aceptar sus responsabilidades.
3. Lo Publiqué. Ver com. cap. 41: 4, 23; 42: 9. En este pasaje se insta al desleal pueblo de Judá, y no a los gentiles, a que reconozcan la presciencia de Dios. Lo Hice Pronto. Es decir, en forma inesperada. Dios había predicho estos acontecimientos, pero para los hipócritas faltos de fe, lo que ocurrió fue completamente sorpresivo (Mat. 24: 39). En 1 Tes. 5: 1-8 se encuentra una admonición similar para los que aguardan la venida del Señor.
4. Duro. Dios ya sabía lo que iba a suceder cuando llamó a
Israel. Se dieron las advertencias contra la transgresión, porque el Señor
conocía los peligros que Israel tenía por delante y con cuánta facilidad caería
en la tentación (ver com. Deut. 9: 6; cf. com. Exo. 4: 21).
5. Mi Ídolo. Apenas Israel hubo salido de Egipto atribuyó a un ídolo
su liberación (Exo. 32:4). Cuando comenzó el cautiverio en el 586 a.C.,
Jeremías también reprendió a Israel por su dureza de corazón (Jer. 44).
6. Lo Oíste. Lo que el Señor había predicho se cumplió, y lo
habían visto con sus propios ojos. ¿No admitirían francamente la presciencia
divina?
7. Cosas Nuevas. El Señor revela aquí nuevas informaciones acerca de
sucesos que todavía no habían ocurrido. Ni los hombres ni sus ídolos podían
afirmar que habían predicho estas cosas.
8. Desleal. Ver com. vers. 1. Dios conocía perfectamente el carácter perverso del pueblo de Israel. Sabía que no quería creer, y que hasta el fin trataría de justificar su rebeldía. Presenta, a continuación, una serie inusitada de predicciones, entre las cuales se mencionan el próximo cautiverio, la misión de Ciro, siglo y medio antes de su nacimiento, la liberación de Babilonia y otros acontecimientos que culminarían con la venida del Mesías. Rebelde. Cf. Deut. 29: 4; 31: 27.
9. Por Amor De Mi Nombre. Debido a su perversidad (ver com. vers. 1-2), el
pueblo de Judá ya no merecía más misericordia ni gracia de parte de Dios. Pero
su caída traería oprobio sobre el santo nombre de Dios, porque los hombres
pensarían que el Señor era caprichoso, vengativo e incapaz de ejecutar sus
propios planes y propósitos. El nombre de Dios
representa su carácter, un Dios
"misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y
verdad" (Exo. 34: 6). Por esta razón Dios seguiría manifestando
314 misericordia y bondad para los Judíos, a pesar de su terquedad. Ellos eran
su pueblo, y el divino plan para salvar al mundo estaba en la antigüedad
íntimamente ligado con los hebreos (ver pp. 28-32).
10. No Como A Plata. Israel no sería refinado con la misma intensidad de calor que es necesaria para purificar la plata, pues habría sido totalmente destruido. El castigo de Israel sería justo y medido (Jer. 30: 11; Ose. 11: 9), suficiente para consumir su inmundicia y escoria (ver Eze. 22: 15-22). Te He Escogido. O "te he probado" (BJ). Ver Mal. 3: 2-3.
11. Por Amor De Mí Mismo. Ver com. vers. 9. Si el Señor no hubiera redimido a
Israel, su nombre habría sido profanado entre los paganos. Dios restablecería a
Israel, no por causa de los méritos de los israelitas, sino debido a la
misericordia del Eterno, a fin de que su nombre fuera glorificado.
12. A Quien Llamé. En los vers. 1-2, Dios se dirige a Israel como a un pueblo que llevaba el nombre de Jehová con hipocresía y no sinceramente. Dios recuerda a los Israelitas que habían sido llamados para ser pueblo suyo (ver Deut. 7: 6-16; 10: 15; 14: 2; Sal. 135: 4; Isa. 41: 8; 43: 1; 44: 1-2). Al recordarles su amor, Dios procuraba atraerlos de nuevo a él (ver Eze. 16: 1-14; Ose. 11: 1-8). Yo El Primero. Cf. Isa. 41: 4; Apoc. 1: 5, 8, 17; 22: 13. El ser escogido por Dios, como lo había sido Israel, era tanto un honor como una responsabilidad.
13. Fundó. Ver com. cap. 40: 12, 26, 28. El Dios que llamó a la
existencia al universo, es el mismo Dios que formó la nación de Israel y le dio
a éste la comisión de que fuera su representante escogido en la tierra (ver pp.
28-30).
14. Juntaos Todos Vosotros. Dios se dirige una vez más a los que han rendido homenaje a los ídolos (ver com. vers. 5). Aquel A Quien Jehová Amó. No importa que esta frase se refiera a Ciro (cf. vers. 14-15 con cap. 44: 26 a 45: 4) o a Israel (cf. cap. 45: 4; 48: 12-13); las palabras pueden aplicarse a ambos.
15. Le Llamé. Ver com. vers. 14. Tanto Ciro (cap. 45: 1-4) como
Israel (cap. 43: 1; 48: 10) fueron llamados por Dios.
16. Acercaos A Mí. Dios invita a su pueblo a que se acerque a él, a que preste mucha atención a lo que está por decirle. No Hablé En Secreto. Ver vers. 3-7.
Me Envió. Por el contexto parece que es Cristo quien habla. Dios fue el que envió a Jesús a cumplir su misión.
Jesús estuvo presente con el Padre desde el principio (Juan 1: 1-3), pero cuando el Padre le asignó una tarea que realizar en este mundo de pecado, dejó el cielo para cumplir su misión (Juan 1: 14; 3: 34; 6: 29, 57; 17: 3-4). Dios envió al Espíritu Santo para que descansara sobre Jesús cuando vino al mundo como Mesías (Isa. 11: 2; 42: 1; 61: 1-3; Mat. 3: 16; Luc. 4: 18-21; Juan 1: 32-33; Hech. 10: 38). Aquí se hace referencia a los tres miembros de la Deidad (ver com. Isa. 42:1).
17. Que Te Enseña Provechosamente. Es decir, "te enseña para tu provecho"
(VM). Cristo vino a enseñar a los hombres los secretos de la paz y la
bienaventuranza (Mat. 6: 33; 16: 24-26; Juan 6: 33; 10: 9-10; 17: 3), y para
conducirlos por el camino de la vida eterna (Juan 10: 9; 14: 6; Heb. 10: 20).
18. Mis Mandamientos. Los mandamientos de Dios fueron dados para guiar a
los hombres por caminos de paz y justicia (Sal. 119: 1-2, 6, 9, 165; Prov. 3:
1-2). Todas las leyes de Dios son para el beneficio del hombre, para guiarlo
por la senda de la justicia y para protegerlo del pecado y del sufrimiento.
19. Como La Arena. Ver Gén. 22: 17; 32: 12. La obediencia daría como
resultado una descendencia numerosa. La desobediencia causaría la extinción
(Isa. 1: 19-20).
20. Salid. Esta es una anticipación del tiempo cuando Dios
sacaría a su pueblo de Babilonia para que no sufriera la suerte de esa ciudad
(Jer 50: 8; 51: 6, 45). En los últimos días se llama con la misma urgencia al
pueblo de Dios que todavía está en la Babilonia simbólica (Apoc. 18: 4).
21. No Tuvieron Sed. Tal fue el caso de Israel durante el viaje desde
Egipto a la tierra prometida (Exo. 27: 6; Sal. 105: 41). La aplicación figurada
de estas palabras se encuentra en el com. Isa. 41: 17-19; 43: 19-20; Juan 4:
10, 14.
22. No Hay Paz. Compárese esto con el cap. 57: 20-21. Las fervorosas exhortaciones y reprensiones de este capítulo (vers. 1, 4, 8, 10, 17-18) culminan con esta afirmación categórica acerca de los trágicos resultados de la transgresión.
La paz es el resultado inevitable de la justicia (ver com. cap. 32:17), pero es totalmente inalcanzable para quienes andan por los caminos del mal.
En el vers. 18 se asocia la paz con la obediencia a los mandamientos de Dios. No importa cuánto se esfuercen los hombres para buscar la paz, no la obtendrán, excepto por los medios instituidos por Dios. (4CBA) Ministerio Hno. Pio
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