sábado, octubre 24, 2020

REFLEXIÓN 433. ESTABLECIMIENTO DEL REINO MESIÁNICO “EL GRAN DÍA DE DIOS”: UNA ORACIÓN EN PROCURA DE TRANSFORMACIÓN Y LIBERACIÓN (ISAÍAS 64).

Isaías 64. Es una plegaria, presentando al Dios omnipotente. Presente en la vida de sus hijos. A pesar de que pareciera que está lejos porque no lo vemos. Luego muestra lo que hizo en el Sinaí, cuando toda la naturaleza parecía deshacerse y conmoverse ante su presencia. 

Se Presenta la condición pecaminosa del ser humano al decir: “...y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia”. Un pueblo con un culto sincretista va rumbo a su destrucción. Siglos después Como consecuencia de ello, Jerusalén y el templo fueron destruidos. Y termina reclamando: ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

Vers. (1-4) El pueblo ora pidiendo muestras del poder de Dios. (5-8) Al celebrar la clemencia de Dios, confiesa a la vez su natural corrupción. (9-12) Y se queja de su aflicción provocada por su vida pecaminosa.

1 !OH, SI rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, 2 como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! 3 Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. 4 Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.

5 Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? 6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. 7 Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades. 8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.

9 No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros. 10 Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalén una soledad. 11 La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas. 12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera? (Isaías 64).

1. ¡Oh, Sí Rompieses Los Cielos! La plegaria comenzada en el cap. 63:15 continúa en el cap. 64.  Es lamentable la división de los capítulos en este lugar, pues tiende a hacer borrosa la continuidad. En el texto hebreo, se hace la división al final del vers. 1. En nombre del pueblo, Isaías pide a Jehová que se manifieste en favor de los suyos (ver com. cap. 63:19). El trasfondo de esta plegaria es el cuadro presentado anteriormente. El santuario está desolado y el pueblo se encuentra en un país extraño (ver com. cap. 63:18). 

Se Escurriesen Los Montes. Del verbo hebreo zalal, el cual, en la forma en que aquí aparece, significa "temblar".

2. Como Fuego Abrasador De Fundiciones. Mejor, "como prende el fuego en la hojarasca" o "el matorral" (VM). El texto parece decir que así como el matorral seco o la hojarasca inflamable no puede evitar de prenderse cuando entra en contacto con el fuego, o como el agua no puede dejar de hervir cuando se pone al fuego, así tampoco las montañas podrían resistir cuando Jehová descendiera sobre ellas.

3. Cosas Terribles. Compárese con 2 Sam. 7:23; Sal. 18:7-15; 65:5; 68:8; 145:6. Israel ruega aquí a Dios que repita lo que había hecho en tiempos anteriores. 

Fluyeron Los Montes. Mejor, "temblaron" (ver com. vers. 1). 

4. Nunca Oyeron. En este pasaje se hace resaltar la disposición divina para intervenir en momentos de crisis. Ningún otro dios obra en favor de sus devotos como lo hace el Dios viviente. No se hace referencia aquí a las glorias inefables del mundo futuro, aunque se ha aplicado de esta manera la cita de estas palabras en 1 Cor. 2:9 (ver CS 733), además de referirlas al presente (ver PP 652; DTG 380): La LXX reza: "Desde antaño no oímos ni nuestros ojos vieron Dios más que tú y tus obras, las que harás a los que esperan misericordia". La cita de Pablo también revela algunas diferencias, pues la traducción literal del griego dice: "Las cosas que ojo no vio y oído no oyó y sobre corazón de hombre no subieron, todo lo que preparó Dios para los que le aman".  Pablo hace resaltar el sentido espiritual del pasaje. Hace notar la razón por la cual los "príncipes de este siglo" crucificaron,"al Señor de gloria". No poseían la comprensión espiritual que les hubiera permitido entender la "sabiduría de Dios". Las cosas espirituales deben discernirse "espiritualmente". Lo que los sentidos naturales no han percibido sin Dios, él lo ha revelado mediante su Espíritu a los que le aman. A los que poseen discernimiento espiritual, se les abre un nuevo mundo, el cual está cerrado a quienes tienen la percepción espiritual embotada.

5. Saliste Al Encuentro. El cielo no está lejos de la tierra. Dios se encuentra con los que están dispuestos a encontrarse con él. Puesto que Dios es justo y santo, y puesto que la impiedad es rebelión contra él y contra los principios de su reino, el Señor anda en estrecha comunión con los que buscan justicia. Se Acordaban. No sólo mantienen a Dios en la memoria consciente, sino que cumplen con lo que el conocimiento de Dios y del camino divino indica a los hombres que hagan. La palabra hebrea traducida como "se acordaban" permite esta ampliación del sentido. Hemos Perseverado. El texto hebreo es brevísimo y oscuro. Se ha intentado reconstruir el texto de varias formas. La RVR aplica la "perseverancia" al pecado de Israel, pero otros dicen que lo que "persevera" es la gracia y la misericordia de Dios para con los penitentes.

6. Suciedad. La palabra hebrea tame' significa "inmundo" y puede referirse tanto a cosas como a personas. La palabra que se emplea comúnmente en Levítico para describir la inmundicia ritual es tame'. Por sí mismo el hombre no puede limpiarse de su suciedad; permanece "inmundo". Trapo De Inmundicia. Literalmente, "vestimentas de menstruación". Los mejores esfuerzos del hombre no producen justicia sino imperfección. Sólo el manto de justicia que Cristo ha provisto preparará al hombre para que aparezca en la presencia de Dios (ver Gál. 2:16; PVGM 252).

Caímos... Como La Hoja. Una hoja separada del árbol pronto se marchita y muere. Lo mismo ocurre con una persona sin Cristo.  El resultado del pecado es la muerte (Rom. 5:12; 6:23; Sant. 1:15). Como Viento. Así como el viento arranca la hoja de la rama y la lleva cada vez más lejos del árbol de donde la sacó, más lejos del sostén de su vida, así también el pecado arrastra al hombre cada vez más lejos de Dios y lo precipita por el camino que lleva a la muerte y a la destrucción.

7. Nos Dejaste Marchitar. Si se considera que esta forma verbal viene de la raíz mug, debe traducirse como "nos disolviste por nuestras transgresiones". Si se considera que viene de la raíz magan, se lee "nos has entregado en manos de nuestras iniquidades". La LXX, los tárgumes y las versiones siríacas traducen así, como también lo hace la BJ: "Nos dejaste a merced de nuestras culpas". En lo que atañe al tiempo, el profeta tiene en cuenta aquí el período del cautiverio babilónico (vers. 10; cf. cap. 63:18; ver com. cap. 40:1).

8. Ahora Pues, Jehová. El profeta ofrece un apasionado ruego en procura de misericordia.  A pesar de la prevaleciente indiferencia hacia la religión (vers. 7) y la situación desesperada en que se hallaba la nación, Dios todavía era el Padre de su pueblo y podía auxiliarlo (ver com. cap. 63:16). Nosotros Barro. Esta plegaria, pronunciada por Isaías en favor de su pueblo, indica penitencia y sumisión. Se ha acabado el espíritu de terca resistencia y se percibe el deseo de ser moldeado a la semejanza de Dios (cap. 29:16; 45:9).

9. No Te Enojes. En su lastimero ruego en procura de misericordia, el afligido penitente reconoce humildemente su transgresión y el derecho que Dios tiene de castigar, pero suplica que el castigo de Dios no dure demasiado tiempo y que no sea demasiado severo (Sal. 79:8; 103:8-10).

10. Sion Es Un Desierto. En los vers. 10-11366 se describe más ampliamente la desolación que sobrevendría a Judá y a Jerusalén en el tiempo de las invasiones babilónicas (2 Rey. 25:2-10).  Ese acontecimiento era aún futuro en el tiempo de Isaías, pero el profeta lo describe como si ya hubiera ocurrido (ver t. I, pp. 31-32).  Además ver com.  Isa. 40: 1.

12. ¿Te Estarás Quieto? El profeta quería saber si Dios ya no se interesaba en su templo o en su pueblo, si ni el uno ni el otro lo conmovía. ¿Habrían de prevalecer los enemigos de Judá y de Dios? ¿Habría de perecer la justicia al paso que triunfaría la iniquidad? ¿Habría de ser ésa una victoria para las fuerzas del mal y una derrota para la causa de Dios? 4CBA/Ministerio Hno. Pio


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